Nimaima (Cundinamarca), 2 mar (SNE). El nuevo trapiche a vapor
que entró este viernes al servicio de la producción
panelera en la región de Gualivá en Cundinamarca,
representa un nuevo medio ecológico que dignifica la labor
de cientos de productores habitantes en esta zona.
Y es que mientras un trapiche tradicional requería grandes
esfuerzos físicos por parte de solo ocho trabajadores,
en interminables jornadas, la operación de esta nueva
tecnología se limita al control de unas válvulas,
actividad que está a cargo de 24 trabajadores repartidos
en tres turnos de ocho horas.
De esta manera el trapiche a vapor opera las 24 horas, el cual
tiene la capacidad de generar en solo seis horas la producción
que se hace en 18 horas con un trapiche tradicional, según
lo explicó Camilo Guerrero, funcionario del Sena y quien
ha estado al frente de este proceso de transformación
de la tecnología de producción en Cundinamarca.
Además esta herramienta a vapor garantiza la extracción
del 60 por ciento de los jugos de la caña, a diferencia
del 45 por ciento que extrae un trapiche tradicional.
Otra de las ventajas es el reducido espacio que demanda la nueva
tecnología, ya que no se tiene que contar con grandes áreas
para almacenar el bagazo de la caña, porque este residuo
sale directamente a la caldera que produce el vapor para su operación.
Por esta misma razón resulta ser un elemento ecológico,
puesto que en su operación no se tiene que usar como combustible
junto al bagazo seco, las llantas viejas, leña o otros
elementos, que al incinerarlos son factor contaminante y afectan
los bosques protectores de los nacimientos de agua.
Este hecho también representa una producción permanente,
pues no se tiene que esperar el secado del bagazo para que, unido
a la leña y a las llantas viejas, sirva como combustible,
y así realizar la molienda, que en promedio se realiza
cada 20 días.
El funcionario del Sena indicó que esta es una tecnología
que puede apoyar la producción panelera en Colombia, la
cual asciende a un millón 400 mil toneladas de este producto
y en la que laboran 375 mil productores en un promedio de 75
mil trapiches a lo largo y ancho de Colombia.
Cada trapiche a vapor reemplaza a cerca de 50 de los tradicionales
o campesinos, elevando productividad en la región en donde
opera, en este caso en la región de Gualivá.
Adicionalmente, para la operación de esta tecnología
el Sena ha aportado también la capacitación a
la población.