En
Córdoba, Sucre, Huila y Tolima
AUTORIZADO USO DE SEMILLAS TRANSGÉNICAS
DE MAÍZ
Tolú (Sucre), 3 mar (SNE). Los productores de maíz
de los departamentos de Córdoba, Sucre, Huila y Tolima,
podrán adquirir las semillas transgénicas de
maíz, hecho que los beneficiará en materia
de costos y productividad.
El anuncio lo hizo el ministro de Agricultura, Andrés
Felipe Arias, durante el Consejo Comunal liderado por el
presidente Álvaro Uribe Vélez en Tolú.
“Se acabaron de liberar o autorizar los transgénicos
de maíz. Se autoriza la siembra en las siguientes
regiones: Córdoba, Sucre, Huila y Tolima. Ahí se
puede comprar la semilla transgénica, que es resistente
a lo que llaman lepidópteros y hay otra resistente
al glifosato”, explicó el Ministro.
Los interesados en adquirir estas semillas tienen que inscribirse
en las sedes del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA),
en cada una de las regiones en donde se autorizó este
producto.
Arias dijo que “la empresa que comercializa esas semillas
está lista para hacer las importaciones, de acuerdo
con los que se inscriban en el ICA. Hay que inscribirse en
el ICA y luego del inventario se hace la importación”.
Según el Ministro de Agricultura, cada producto transgénico
debe ser sometido a una rigurosa evaluación de bioseguridad,
necesaria para determinar que la semilla no genera riesgos
agroecológicos a la salud o al medio ambiente. Sin
estos estudios, que tardan cerca de dos años (un año
de etapa controlada y un año de etapa semicomercial),
no es posible darle liberación comercial a un transgénico.
En 2007 también tendrán fase semicomercial
algunos transgénicos para yuca, arroz, rosa, caña
y café. La liberación comercial de todas estas
tecnologías será en 2008
Es importante recordar que en Colombia está liberada
la semilla transgénica de algodón, en las mismas
dos variedades autorizadas para el maíz. El año
anterior fueron sembradas cerca de 23 mil hectáreas
con este producto en todo el país, lo que representa
el 41 por ciento del total del área sembrada en el
país.
Estas nuevas tecnologías permiten cultivos resistentes
a plagas y enfermedades, y se requiere menos utilización
de agroquímicos.
Esto no sólo reduce los costos de los agricultores,
sino que también reduce la contaminación de
suelo, aire y aguas. Los cultivos con mayor producción
por hectárea aumentan el ingreso de los agricultores,
mejora el nivel de vida de los campesinos, reduce la pobreza
rural y facilita la ocupación lícita y pacífica
del territorio.
Además la mayor productividad por hectárea
disminuye la presión sobre los ecosistemas naturales.
Adicionalmente los cultivos con mayor calidad y contenido
nutricional producen una alimentación más sana
y saludable para la población. Esto ayuda a reducir
enfermedades causadas por falta de contenido vitamínico.