Actualmente 7.042 mujeres portan los uniformes
de las Fuerzas Militares y de Policía
LA TENIENTE GLADYS SÁNCHEZ: UNA MUJER
QUE TRABAJA DESDE LOS CIELOS PARA PRESERVAR LA DEMOCRACIA
Bogotá, 8 mar (SNE). La noche del primero de noviembre
de 2002 un avión ‘Casa’ de la Fuerza Aérea
Colombiana aterrizó en la pista de Barrancominas (Guainía),
en medio de un intenso ataque de las Farc a la base del Ejército
de ese municipio. La misión: evacuar de allí a
siete soldados que, por sus heridas, contaban con poco tiempo
de vida si no recibían la atención médica
adecuada.
La misión fue realizada con éxito. Los soldados
siguen con vida y una mujer estuvo al frente de ese operativo
de rescate: la teniente Gladys Rocio Sánchez González,
copiloto del ‘CN-235’. Lo que le mereció ser
condecorada con una de las distinciones más codiciadas
por cualquier militar, una medalla de orden público.
“La tripulación tenía la capacidad de volar
con visores nocturnos, nos pidieron el apoyo y decidimos entrar
a la pista, donde estaba el combate. Un avión fantasma
nos escoltó, aterrizamos sin novedad, esperamos los heridos,
se evacuaron, y gracias a que estábamos cerca pudimos
rescatar siete soldados que en ese momento, si no hubiéramos
entrado, no creo que se habrían salvado”, relata
la joven teniente.
La teniente Gladys Sánchez es una de las siete oficiales
que hace parte de la primera promoción de mujeres piloto
de la Fuerza Aérea Colombiana, ascendidas a subtenientes
en el 2000 y que a pesar de haber recibido todo el apoyo de su
institución, siente que lleva a cuestas la responsabilidad
de demostrar que la mujer se puede desenvolver en cualquier rol
dentro de la sociedad.
“No es fácil, porque igual siempre estamos en competencia,
demostrando que sí puedo y que lo hago bien, pero la FAC
ha ayudado bastante y se han modernizado (Las Fuerzas Militares)
en ese aspecto”, precisa, tras relatar que el próximo
año aspira ascender al grado de capitán.
Y es que como lo relata esta mujer de 28 años, de los
cuales ha dedicado diez a la FAC, la Fuerza Pública ha
cambiado su mentalidad y poco a poco se han abierto más
puertas para que la mujer haga parte de estas instituciones.
Hoy son 1.602 las mujeres que hacen parte de las Fuerzas Militares
y 5.440 las que han ingresado a la Policía Nacional.
Más difícil que realizar cualquier apoyo aéreo
en medio de un combate –señala– fue la perdida
de una de sus compañeras de curso, la teniente Johana
Ximena Herrera, quien el pasado 20 de julio perdió la
vida a bordo de un avión de instrucción de combate,
cuando se disponía a aterrizar en la base militar de Palanquero.
“Es una heroína para mí, porque es una mujer
que voló en combate aquí en Colombia y lo hizo
excelentemente bien”, por lo que prefiere recordarla por
los gratos y tantos momentos que pasaron juntas, pues añade “eso
es el destino y está en manos de Dios”.
“MI MAMÁ QUEDÓ EN SHOCK”
La teniente Gladys Sánchez es madre de una niña
de dos años y sólo hasta que fue mamá comprendió por
qué su señora madre “quedó en shock” cuando
le dio la noticia que quería ser piloto de la Fuerza Aérea.
“Mi mamá quedó en shock, yo no entendía
por qué quedaba en shock si no era nada malo que entrara
a la Fuerza Aérea. La entiendo ahora que soy mamá”,
señala, cuando admite que su profesión la obliga
a hacer muchos esfuerzos familiares.
A pesar de ello, no duda en afirmar que apoyaría a su
hija si ella llega a tomar la decisión de hacer parte
de cualquier fuerza y trabajar por preservar la democracia del
país.
“Soy feliz al ser de la Fuerza Aérea y si mi hija
algún día quiere, pues la apoyaré porque
es una gran institución”, añade.
Su esposo también es piloto de la FAC, por eso al interior
de su hogar también hay apoyos y no exactamente aéreos
en combates. Ella relata cómo han aprendido a distribuir
el tiempo, para que mientras uno de ellos esté volando
o durmiendo en alguna base militar, el otro esté encargado
de la niña.
“Si me toca quedarme en otro lado pernoctando, si toca
salir a volar a las 12 de la noche a sacar un herido, él
se queda con la niña. Ha sido un apoyo antes que alguien
que ponga inconvenientes”, puntualiza.
La teniente Gladys Sánchez es una de 7.042 mujeres que
hacen parte de las Fuerzas Militares y de Policía, que
han decidido entregar su vida al servicio de la Patria en un
momento clave para la democrática colombiana.
Por ahora continúa en la Base Militar de CATAM en Bogotá,
a la espera de cualquier misión que la lleve a desplegar
sus alas contra los fuertes vientos de las alturas.