PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE DURANTE CELEBRACIÓN
DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER
Bogotá, 8 mar (SNE). Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, durante la celebración
del Día Internacional de la Mujer, evento organizado por
la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer,
en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada
de la capital del país.
“Celebramos hoy, con alegría y con esperanza, este
Día Internacional de la Mujer en nuestra patria. Me voy
a atrever a decir lo siguiente: yo siento una gran contradicción,
un gran contraste, porque por un lado parece que en Colombia
no hubiera discriminación cultural en contra de la mujer.
A primera vista, en la conversación con los colombianos,
en el análisis de su temperamento, de la manera de tratar
a la mujer, de la confianza que en ella se tiene, uno dice: Colombia
es un país sin prejuicios culturales en contra de la mujer.
Colombia es un país que no discrimina culturalmente a
la mujer.
¿Qué es lo que se contrapone a esta primera conclusión,
que nos causa ese contraste, esa contradicción? Todavía
vemos una muy baja participación de la mujer en los cargos
de elección popular. Entonces uno se pregunta: ¿qué realidad
tenemos todavía sin descubrir claramente, para hallarnos
frente a esa baja participación de la mujer en los cargos
de elección popular?
Por ejemplo, en la administración pública es creciente
la participación de la mujer. Hoy se posesiona como Ministra
Consejera de la Presidencia, cargo elevado a la categoría
de Ministerio, la doctora Cecilia Álvarez Correa, quien
era segunda en ese cargo desde el principio del Gobierno.
Directora de Planeación, ¿qué porcentaje
hay de mujeres en el Departamento Nacional de Planeación?
Carolina Rentería, directora de Planeación
Nacional:
De planta 55 por ciento.
Presidente Uribe: Doña Elvira Cuervo de Jaramillo, ministra
de Cultura, ¿qué porcentaje de mujeres tiene en
el Ministerio de Cultura?
Ministra de Cultura: 58 por ciento de mujeres.
Presidente Uribe: María del Rosario Guerra, ministra
de Comunicaciones.
Ministra de Comunicaciones:
También mayoría.
Presidente Uribe: Viceministra de Salud, Blanca Cajigas.
Viceministra de Salud:
En planta del Ministerio también
hay mayoría de mujeres.
Presidente Uribe: Everth Bustamante.
Everth Bustamante, director de Coldeportes:
Estoy abrumado y feliz porque más del 70 por ciento
son mujeres.
Presidente Uribe: Nuestra Viceministra del Interior, María
Isabel Nieto Jaramillo, en el Ministerio, ¿qué porcentaje
de mujeres?
Viceministra del Interior: Es un 58 por ciento. Pero quiero
resaltar que de nueve directores del Ministerio, cuatro son mujeres.
Presidente Uribe: Doctora Alicia, ¿qué porcentaje
de mujeres habrá en la Presidencia de la República?
En el total de la planta de la Presidencia de la República,
dice la doctora Alicia, que mínimo un 70 por ciento son
mujeres. Yo camino en esos corredores de la Presidencia y no
encuentro sino mujeres.
Entonces, en el deporte, doctor Andrés Botero, presidente
del Comité Olímpico Colombiano.
Presidente del Comité Olímpico
Colombiano: En
el Comité Olímpico somos 80 por ciento de mujeres
que trabajan con nosotros.
Presidente Uribe: Martha Lucía Vásquez, nuestra
Consejera, ¿tienes las cifras que se refieren a la participación
de la mujer en otros niveles de la administración, en
el nivel descentralizado, en el nivel desconcentrado, en el nivel
territorial?
Consejera para la Equidad de la Mujer:
Sí, Presidente,
a nivel territorial, en los gabinetes departamentales y municipales
se ha llegado a un 33 por ciento.
Presidente Uribe: Gabinetes municipales y departamentales 33
por ciento. ¿Y en las nóminas administrativas de
departamentos y municipios?
Consejera para la Equidad de la Mujer: No tenemos esas cifras
todavía. La Función Pública ha venido recolectando.
Y sí se ha visto un cumplimiento en lo que es Registraduría, órganos
de control, donde se supera también el 50 por ciento.
Presidente Uribe: La verdad es que en esa parte vemos un mejoramiento.
Lo que me preocupa es que todavía (y es mea culpa) no
hemos sido cuidadosos para que en todas las ternas haya mujeres.
Esta mañana hablaba con el Director de la Jurídica
de la Presidencia. Vamos a tener que poner el buen cuidado para
que en todas las ternas haya mujeres. Y vamos a ver cómo
lo hacemos en la Presidencia. Exíjame eso, Martha Lucía:
que en todas las ternas haya mujeres.
Y lo que me preocupa es el tema de esos cargos de elección
popular. Ojalá para las elecciones de este año,
en gobernaciones, alcaldías, asambleas y concejos haya
una gran participación de la mujer.
Entonces ahí se van marcando los contrastes. Un país
que en principio, en la actitud, en el temperamento que se expresa,
parece un país que no discrimina contra la mujer, un país
que la admira, que reconoce todos sus atributos, todavía
tiene unas expresiones de discriminación de la mujer.
Por ejemplo, hemos visto ese primer caso en los cargos de elección
popular.
Segundo, la violencia intrafamiliar sigue siendo muy grande.
El 91 por ciento de las víctimas de la violencia intrafamiliar
son mujeres.
Yo tendría confianza en que los tipos delictuales, para
sancionar la violencia intrafamiliar: la nueva ley del niño
y la familia, la ley de penas que se está tramitando en
el Congreso de la República, y sobre todo una gran sensibilización
social, nos lleven a eliminar ese flagelo. Ese flagelo da vergüenza.
Da vergüenza que haya un nivel alto de violencia intrafamiliar.
Y da vergüenza que el 91 por ciento de las víctimas
sean mujeres.
Uno se pregunta: pero en un país que respeta a la mujer,
en un país en donde hay un temperamento alegre, que reconoce
todas las virtudes de la mujer, en un país que en principio
parecería no tener prejuicios en contra de la mujer, ¿por
qué se presenta esa violencia intrafamiliar tan alta y
hace de las mujeres el 91 por ciento de las víctimas?
Y aparecen otras dos discriminaciones, preocupantes, en materia
de empleo y en materia de salario.
No sé, Martha Lucía Vásquez, si pudiéramos
con el Ministerio de Protección hacer lo siguiente: un
recorrido por mil empresas del país, bien distribuidas
geográficamente, no ya a hacer encuestas, sino a exigirles
que no siga la discriminación salarial en contra de la
mujer.
Que empezáramos a hacer esos recorridos. Las encuestas
están hechas. Lo que se requiere son los correctivos.
Comprometer a los empresarios colombianos, gremio por gremio,
ciudad por ciudad. Y ya, en una muestra grande de empresas, comprometerlos
a que se frene la discriminación salarial en contra de
la mujer.
Claro que hay otros factores bien interesantes. ¿Cuál
es la participación de la mujer hoy en la educación
superior en Colombia?
Consejera para la Equidad de la Mujer: El 51 por ciento.
Presidente Uribe: Yo se lo decía hace pocos días
a John Major, el ex Primer Ministro británico. Le dije:
no, mire. Aquí hace mucho rato está superado eso,
aquí hay más presencia hoy de la mujer en las universidades
y en la educación superior, que de los propios varones.
Oigan lo que me contó él. En un país del
Medio Oriente que él visitó, preguntó cuál
es la participación de las mujeres en la población
universitaria y le contaron que el 70 por ciento.
¿Pero cómo así? Eso se contradice con el
Medio Oriente. Entonces le contestaron: sí, lo que pasa
es que la mayoría de los muchachos de ese país,
de los varones, van a hacer universidad al extranjero y las mujeres
no van. Entonces como las mujeres se quedan en el país,
por eso integran el 70 por ciento de la población universitaria
al interior del país.
Yo creo que en esa parte Colombia va muy bien. Hay carreras
como medicina. ¿Cuánto, María del Rosario?
El 64 por ciento de los estudiantes de medicina son mujeres.
Y temas de preocupación: viudas, víctimas de esta
violencia, desplazadas. El tema de pobreza y el tema de desempleo.
Voy a hacer unas referencias breves, porque en el día
hay intervenciones muy completas y muy importantes de nuestra
Consejera. A propósito, digamos lo bueno. Este cuentico
no es mío, es de Naciones Unidas. Altos oficiales de Naciones
Unidas han dicho recientemente que la mejor Consejera de Mujer
en todos los gobiernos latinoamericanos es nuestra Consejera,
Martha Lucía Vásquez Zawadsky.
Ese cuentico no es mío. De allá llaman y dicen
eso. Es un motivo para sentirnos orgullosos.
Hoy hay unas intervenciones bien importantes de la Consejera,
de las Ministras, de la Directora de Planeación, sobre
todos estos temas. Déjenme referir a algunos de estos
temas.
Víctimas de la violencia. El país ha emprendido
un camino: el de la Seguridad Democrática. En eso hay
que persistir. El objetivo tiene que ser una Colombia sin paramilitares,
sin guerrilla, sin narcotráfico, sin corrupción.
Nada hacemos hablando de víctimas si no paramos la violencia
de todos estos sectores terroristas.
Yo reitero hoy frente a las mujeres de mi Patria que la voluntad
del Gobierno es consolidar la política de Seguridad Democrática.
El tema de víctimas y desplazados. Me parece bien importante
que la Directora de Planeación y/o Acción Social,
les cuenten la última audiencia con la Corte Constitucional:
en qué vamos bien, en qué vamos mal.
Nosotros aspiramos ir produciendo todos los días nuevos
pasos para recuperar la eficacia de los derechos sociales de
los desplazados colombianos, con total afiliación al régimen
subsidiado de salud, con total afiliación a Familias en
Acción, con creciente respuesta en el tema de vivienda,
en el tema de microcrédito, y todo lo que podamos hacer
para retorno de desplazados.
Tema de víctimas. Creo que este es el país que
ha empezado seriamente en el mundo el proceso de reparación
de víctimas. Me voy a referir a dos hechos: en los tribunales
internacionales el Gobierno colombiano ha venido facilitando
conciliaciones que comprometen al Estado a reparar víctimas.
En lugar de negar, de pelear, el Estado ha llegado allí,
con sus voceros, aquellos de la defensa judicial de la Nación,
a aceptar conciliaciones para reparar víctimas.
El segundo hecho: nuestra Ley de Justicia y Paz es la primera
en el mundo ambiciosa en reparación de víctimas,
y, lo más importante, exigente para que la reparación
de víctimas se haga con cargo al patrimonio de los victimarios.
En dos países suramericanos intentaron reparación
de víctimas de dictaduras militares. Lo hicieron en poca
monta y con cargo al presupuesto público. Lo importante
de Colombia es que Colombia está dispuesta a avanzar hasta
donde podamos llegar en reparación de víctimas.
Primero, con cargo al patrimonio de los victimarios, y segundo,
con cargo a recursos del Estado, no obstante las dificultades
de nuestro presupuesto.
Es muy difícil un proceso de paz, como es muy difícil
la política de Seguridad democrática. En eso hay
que persistir, porque esos temas generan todos los días
reveses, controversias. Esos no son temas que generen unanimidad.
Pero persistiendo, de buena fe, salimos adelante.
Esta Ley de Justicia y Paz no solamente exige la reparación
de las víctimas, sino que además exige la verdad
e impide que haya amnistía e indulto para responsables
de delitos atroces. Eso es bien importante.
Yo no había oído decir sino de un proceso que
exigiera verdad en el mundo: el proceso de Sudáfrica.
Y fueron contados en las manos los casos de verdad. Y allá prácticamente
no hay presos. Ustedes saben lo que hay ya aquí en presos.
Y la exigencia para que digan la verdad, y la digan no solamente
al oído de los fiscales, sino públicamente, pase
lo que pase.
Yo pienso que eso es importante y eso tiene un efecto: crear
conciencia en la sociedad colombiana, para que jamás volvamos
a un país dominado por terroristas.
Nuestro compromiso para que se diga la verdad no es un compromiso
por razones caprichosas. Es un compromiso por la convicción
de que al conocer el pueblo colombiano la verdad de la tragedia
que ha ocurrido con paramilitares y con guerrilla, el pueblo
colombiano va a hacer una reflexión, interior y colectiva,
para tomar todos los pasos necesarios, a fin de que este sea
un país donde nadie tenga que dormir esperando un ataque
guerrillero ni un sometimiento paramilitar.
Creo que esa es la gran ganancia de decir la verdad: crear ese
compromiso colectivo.
Pobreza y desempleo. La verdad es ésta: aquí se
dijo que los movimientos guerrilleros habían surgido por
razones ideológicas que buscaban dos objetivos. Un objetivo,
la ampliación de la democracia, y un segundo objetivo,
el mejoramiento de las condiciones sociales. Pero contribuyeron
a todo lo contrario, como finalmente contribuyeron también
a lo que sobrevino a la guerrilla: el paramilitarismo. A todo
lo contrario de los objetivos iniciales de la guerrilla.
En lugar de mejorar la democracia, se convirtieron en asesinos
de alcaldes y gobernadores. Convirtieron en cómplices
a congresistas, a dirigentes de la política. Saquearon
presupuestos públicos. A Arauca cuántas veces se
lo robó la guerrilla. Y en el consejo comunitario del
sábado pasado veía a Coveñas: robado por
los paramilitares. Ambos, con altísimas cifras de regalías.
Por eso lo tenemos que superar.
Cuando veo la pobreza en mi país, digo: ¿cuál
es el legado que nos dejan primero los guerrilleros y después
los paramilitares? La profundizaron. Que la guerrilla nació para
que el país tuviera unas mejores condiciones sociales:
las empeoró, se frenó la inversión en este
país. Crecía y crecía la población
y el país se empobrecía.
Miren: antes de ayer llama Lina, mi señora, y me dice: “Vengo
de visitar Hatillo de Loba, en Bolívar, y estoy muy angustiada
por la pobreza que encontré allí”.
Le dije: ¿En qué va Familias en Acción? ¿En
qué va allí Bienestar Familiar? ¿En qué va
el Sena?
Y me dice: “Va bien, pero hay tanta pobreza que no se
nota”.
Tiene razón.
En ese momento estaba volando yo de Medellín, donde inaugurábamos
una nueva sede de una caja de compensación para capacitar
a 23 mil personas al año, e iba para Cartagena y Santa
Marta, a visitar los hospitales universitarios de esas ciudades,
que estaban totalmente arruinados y los hemos recuperado, y las
clínicas del Seguro Social, que eran una vergüenza,
y las dos las hemos recuperado totalmente, como vamos a recuperar
las de Bogotá, Medellín, Cali y todas las del Seguro
Social. Cómo hay que recuperarlas todas. Y me dicen: un
congresista norteamericano dijo que en Colombia no se cumplían
los derechos humanos, porque estuvo en Altos de Cazucá en
Bogotá y encontró mucha pobreza. Es cierto, es
cierto. Y eso está a pocas cuadras de aquí del
centro de Bogotá. Y entonces nosotros hemos recuperado
190 hospitales de Colombia. El Seguro Social tiene 39 clínicas,
ya llevamos varias recuperadas, unas cuatro. Ahora vienen otras
tres, las de Medellín. Hay que recuperar las 39, a un
alto costo.
Entonces sí, mientras yo estaba ayer inspeccionando con
alegría el avance de esos hospitales universitarios de
Cartagena y Santa Marta, aparece por un lado la crítica
del congresista norteamericano a lo de Altos de Cazucá en
Bogotá y Soacha, y por otro lado la crítica de
Lina a lo de Hatillo de Loba en Bolívar.
Llegamos a unos niveles de pobreza, de los cuales no es fácil
salir. Pero hay que trabajar en eso todos los días, con
todo el entusiasmo. Y eso necesita inversión. La pobreza
no se supera sin inversión. Sin inversión lo que
hacemos es distribuir más pobreza. Colombia ha tenido
un discurso social muy rico, pero unos resultados sociales muy
pobres. Por eso quisiera más resultados y menos discurso.
Pero quiero decirles a mis compatriotas, en este Día
Internacional de la Mujer: el instrumento para poder enfrentar
eficazmente los temas de pobreza, es que el país tenga
altas tasas de inversión. Y eso necesita seguridad, buen
manejo de la economía, que el Estado le diga dos cosas
al sector privado: ustedes tienen todas las posibilidades de
invertir y crecer en Colombia, pero tienen que cumplir con todas
las responsabilidades sociales.
En nuestro modelo de Estado, como lo voy a repetir en la Jagua
de Ibirico el sábado, nosotros tenemos un modelo de Estado
que no acepta el estatismo total, pero tampoco acepta el desmonte
del Estado por el cual trabajó el neoliberalismo. Ni desmontar
el Estado, ni la estatización. Un modelo de Estado que
le da garantías al sector privado, pero que le exige responsabilidad
social.
Y eso tiene que ayudarnos a que siga creciendo la inversión,
que apenas lleva dos años de recuperación en Colombia.
Cuando nosotros llegamos, la inversión representaba el
12 por ciento del PIB. El año antepasado representó el
19, el 21. Y el pasado el 26 – 26. Y con eso no es suficiente.
China, de los 1.200 millones de habitantes ha reivindicado 400
millones. Pero lleva 16 años consecutivos con altísimas
tasas de inversión. Nosotros apenas llevamos dos. Por
eso vamos a tener que ser muy insistentes en ese tema de la inversión,
para superar esta pobreza.
Y se hacen grandes esfuerzos, pero todavía no se ven.
En este peregrinaje afectuoso que mis compañeros de Gobierno
y yo tenemos por el país, siempre que llegaba al departamento
de Magdalena encontraba el predominio de la crítica. Ayer
encontré mucho entusiasmo, por las cosas que se están
haciendo. Pero las cosas que se están haciendo, que están
ahí en un embrioncito, que van a despegar todas, no son
suficientes.
Lo que estamos haciendo en política social, desde el
Gobierno, nos parece muy grande. Pero es tan grave el problema
de la pobreza en nuestro país, que tocó el 60 por
ciento. Ahora está alrededor del 45.
Tenemos la confianza de que al final del Gobierno lo hayamos
reducido al 35, para que nos sucedan en la Presidencia puedan
llevarlo a no más del 15 por ciento para el año
2019.
Lo que estamos haciendo, lo estamos haciendo con todo el corazón,
haciendo todo el esfuerzo en materia presupuestal, pero todavía
no se siente.
Yo hacía esta comparación: me imagino cuando los
egipcios empezaron a construir las pirámides: colocaban
las primeras hileras de piedras en el desierto y no se veían
pirámides, se veía desierto. Pero persistieron
y fueron subiendo hileras de piedra, hasta que ya descollaban
las pirámides en el desierto. Eso hay que hacer en la
lucha contra la pobreza.
Al principio los esfuerzos no se sienten. La pobreza de Hatillo
de Loba no deja ver el programa Familias en Acción, no
deja ver el programa de Bienestar Familiar, no deja ver programa
del Sena. Pero si persistimos, llegará un momento en que
ya esos programas empiecen a verse, a descollar, a mostrar un
efecto de combate eficaz a la pobreza.
Me parece bien importante lo que les habrá de decir la
Directora de Planeación sobre el programa que hay para
llegarles con todos los instrumentos de erradicación de
pobreza a millón y medio de familias colombianas. Llegarles
con Familias en Acción, con vivienda, con plena cobertura
en régimen subsidiado de salud, plena cobertura en educación,
con Bienestar Familiar, con el Sena, con los subsidios de ancianos
y con microcréditos.
La verdad es que a mí me entusiasma mucho el programa
Familias en Acción. Cuando el Gobierno empezó,
comenzamos con 200 mil. Lo había concebido la administración
del presidente Pastrana como un programa experimental que se
financiaría con un crédito del BID, transitorio.
Nosotros lo convertimos permanente y lo pasamos de 200 mil familias
a 600 mil y este año vamos para millón y medio
de Familias en Acción.
Rita (Combariza, coordinadora nacional del programa Familias
en Acción), vamos a lograr 100 mil Familias en Acción
en Bogotá. ¿Quiénes de las aquí presentes
son de Bogotá. Bueno, cuenten con eso: 100 mil Familias
en Acción en Bogotá. ¿Cuándo debemos
hacer el primer pago en Bogotá? Abrir proceso de inscripciones,
empezar a pagar en junio. Rita, no nos podemos demorar un día.
DESEMPLEO Y SALARIO MÍNIMO
El tema del desempleo, que tanto afecta a la mujer colombiana.
Lo voy a tratar con toda sinceridad en todos los foros. Déjenme
expresarles, desde el corazón, algunas cosas que pienso
del tema.
Uno de los colombianos más importantes de toda la historia,
por su preparación y su compromiso social, era el doctor
Juan Luis Londoño, nuestro ministro de Protección
que murió en un accidente aéreo. Que murió en
febrero de 2003 en un accidente aéreo.
No era bueno, era excelencia. Porque tenía toda la preparación
y todo el compromiso. Tenía toda la preparación
y toda la alegría. ¿Sabe qué necesita uno
en el sector público? amar a Colombia y estar presto,
solícito.
Le decía hace poco a unos contertulios, entre quienes
estaba la doctora Alicia Arango: sí, líderes preparados
se consiguen y todo el mundo tiene que ser honesto. Pero lo que
no podemos tener es gente negativa. A todo lo que uno dice, dicen:
Ah, no se puede. Ah, no se puede.
En los programas de Colombia uno necesita líderes con
disposición. Cuando leo los autores de liderazgo, por
ejemplo una profesora mía de liderazgo dice: tres características
de liderazgo: preparación diaria, honestidad y mucha claridad
en lo que se va a hacer.
Y yo sumaría una cuarta, bien importante: disposición.
Pero esa gente con pereza, a que le tienen que sacudir las cobijas
los domingos, que entran al Estado y tienen que sacar todos los
puentes, en un país con esta pobreza. Que uno les dice
cualquier solución y dicen: Ah, no se puede. Ah, no se
puede.
No. El país no va a ninguna parte con negativistas. Eso
se necesita hacer las cosas con amor, con diligencia, solícitamente.
Ese es un requisito colombiano para salir adelante. Si esto lo
hacemos con pereza, con moridera, a ninguna parte llegamos. Eso
lo requiere el país.
Juan Luis Londoño era un ejemplo de eso, de esa disposición.
El día que se murió me llamó a las siete
de la mañana y me dijo: “Acabo de participar aquí en
el Día de Bogotá sin Carro”. Y me dijo: “Me
voy para Popayán a empezar un recorrido por todo el país
para comprometer sectores empresariales en la generación
de empleo”.
A Juan Luis Londoño no había que empujarlo, había
era que atajarlo. Cuando nos dan esa noticia, bendito sea mi
Dios, del accidente aéreo, justo en el vuelo a Popayán.
Ese es el tipo de líder que necesita Colombia, con toda
la honestidad, con toda la preparación, pero con todas
las ganas de hacer las cosas, sin moridera, sin pesimismo, sin
sentirse víctima, con liderazgo, a la iniciativa.
¿Saben qué me dijo? En ese gabinete estaba la
doctora Marta Lucía y lo recuerda muy bien, era ella Ministra
de Defensa. Y muchas de las aquí presentes. Carolina estaba
de Directora de Presupuesto; Martha Lucía Vásquez,
consejera de la Mujer desde entonces; Alicia Arango, secretaria
privada de la Presidencia.
Nos dijo en un Consejo de Ministros: “Cuidado que el desempleo
va para el 26 por ciento”. Cuando empezaba el Gobierno.
Las cifras oficiales eran de 16 – 18. Se ha bajado al
11 – 12. Deberíamos estar ya en el 10 o menos. ¿Qué pasó?
Al principio de Gobierno vimos una reducción muy importante
del desempleo, pero se ha estancado. Ese es un problema.
Y tenemos alguna preocupación. Porque por un lado el
Dane nos dice que se estancó la reducción del desempleo,
pero por otro lado nos dice el Dane que cambió la encuesta.
Y que lo que pasa es que la encuesta anterior ocultaba desempleo.
Y además yo miro las cifras de seguridad social y no
son malas: el año pasado 550 mil trabajadores colombianos
fueron afiliados a la seguridad social. La seguridad social estaba
estancada y recuperó dinamismo. Un país que en
un año afilia a 550 mil trabajadores a la Seguridad Social,
es un país que debería estar creando empleo.
Y angustiado por este tema de las encuestas de desempleo, estuve
muy atento a la consignación de cesantías en febrero.
La consignación de cesantías en febrero fue de
un billón 700 mil millones de pesos. Casi 14 por ciento
más que el año pasado. Entonces esa es una buena
cifra: que las cesantías de un año a otro hayan
crecido un 14 por ciento, cuando la inflación fue del
4.4 – 4.5. Pero la preocupación por el desempleo
es muy grande.
Entonces a mí me dicen: Presidente, para poder generar
empleo se requiere educación. Y me traen unas cifras que
me muestran que los mejores niveles de remuneración los
vienen obteniendo las personas que han logrado educarse. Que
la situación más deprimida, de creciente deterioro,
es en los sectores poblacionales con mínima o nula educación.
Estamos haciendo ese esfuerzo de la Revolución Educativa.
Estamos haciendo el esfuerzo del Sena, del Icetex. El Icetex
pasa en el Gobierno nuestro, arranca en 500 mil millones que
les prestaban a 60 mil estudiantes, pasa a 130 mil, casi un billón,
y va para dos billones y medio de créditos, plata, para
350 mil usuarios de crédito.
El Sena empieza con un millón de estudiantes y el año
pasado llega a cuatro millones. Empieza con 36 mil cupos de técnicos
y tecnólogos y debe terminar el Gobierno con 250 mil.
Pero lo más importante es que es buscando que eso se ajuste
a los requerimientos de la economía.
Hemos introducido lo de la educación por ciclos: que
en algún momento todos los bachilleres de Colombia salgan
con alguna preparación laboral, para que al terminar el
bachillerato estén listos para entrar a la universidad
o a una tecnología o para trabajar. Que el tecnólogo,
el técnico, pueda después ingresar a una universidad,
completar los créditos y graduarse. Se está haciendo
un gran esfuerzo en el tema educativo.
Entonces también me dicen: Presidente, es que se necesita
mercados para la producción colombiana. Ahí estamos
en la consecución de mercados. Que se necesita que los
colombianos tengan donde vender sus productos. Ahí hicimos
el acuerdo de la Comunidad Andina con Mercosur, el acuerdo con
Chile. Con los Estados Unidos, aspiramos que el Congreso de los
Estados Unidos y el Congreso nuestro lo aprueben. Ahora el acuerdo
con la Unión Europea, con Canadá.
Pero eso toma tiempo. Negociar cualquier acuerdo de esos es
muy difícil. Yo confío que el Gobierno en el que
estamos ahora, le pueda mostrar al país un gran resultado
de desmonte de doble tributación.
¿Qué es eso? Los ingleses dicen: yo quiero invertir
en Colombia (y dicen los alemanes y dicen los franceses), pero
si invertimos en Colombia y en Colombia nos cobran impuestos,
y en Alemania o Francia o Inglaterra también. Entonces
hay que desmontar esa doble tributación: que por esas
inversiones no les cobren sino en un país. Vamos a ver
cómo lo hacemos intensamente en este Gobierno. Cómo
buscamos estimular esas inversiones, llegar a más mercados.
Le dicen a uno: Bueno, pero es que se necesita popularizar el
crédito.
En el Gobierno anterior se entregaron un millón 800 mil
microcréditos. En el nuevo Gobierno estamos con el esquema
Banca de Oportunidades. Vamos a ver si somos capaces de colocar
5 millones de créditos. Pero abajo, a los sectores más
necesitados, más vulnerables, para que no tengan que depender
de la usura, del gota a gota, de ese pagadiario del 10 – 20
por ciento, 30 por ciento. Esto con el esquema de Banca de Oportunidades.
Me dicen “bueno, Presidente, pero es que el país
no tiene infraestructura”. Es cierto, uno ve las carreteritas
colombianas y dice: ¿cómo funciona el comercio
exterior? Ahí estamos bregando primero a superar todos
los pleitos que había en esas vías; segundo, a
las nuevas concesiones, a ver si el país se desembotella,
se conecta con la comunidad internacional.
Me dicen: “bueno, Presidente, pero el tema agrícola”.
Ahí estamos bregando a ver cómo este país
hace un gran esfuerzo en producir combustibles de caña,
combustibles de palma africana, combustibles biológicos,
que sean una alternativa al petróleo.
Todo para buscar el tema del empleo y el tema de la superación
de la pobreza.
Oigan lo que me han dicho, y esto si no lo he aceptado, me dicen: “Presidente,
es que si el Gobierno sigue subiendo el salario mínimo,
como lo ha subido, no va a haber empleo”.
Yo no puedo aceptar esa fórmula. ¿Cómo
les digo yo a los colombianos bien pobres que no subimos el salario
mínimo algo por encima de inflación? Llevamos cinco
años subiéndolo por encima de inflación.
Entonces se me acercan algunos y me dicen: “Mire, Presidente,
un alto porcentaje de los colombianos tiene ingreso por debajo
del salario mínimo”. Eso es verdad. Me dicen: “Si
sigue subiendo el salario mínimo así, nadie va
a colocar gente, y menos gente joven”.
¿Ustedes creen que puede el Gobierno pretender resolver
el problema del empleo deprimiendo el salario mínimo?
Yo no creo. Por eso quiero hablarles a los colombianos con todo
el sentimiento sobre esto.
Yo creo que el país tiene hoy una normatividad laboral
equilibrada. Hace poco me decían: “¿Y por
qué no busca un salario mínimo menor para jóvenes?”.
Yo no creo. ¿Porque qué hicimos? En la reforma
laboral de 2002 se introdujeron unas normas para permitir que
no se paguen las cargas parafiscales cuando sean vinculados jóvenes
menores de 25 años.
Pensaría uno que ese es un estímulo. Pero a una
juventud que quiere ilusión y esperanza en Colombia, no
creo que le podamos afectar el salario mínimo.
Otra cosa es que puedan trabajar por días y por horas.
La legislación colombiana hoy lo permite. Pero no afectarles
el salario mínimo.
Otra fórmula que me han dado: “Presidente, es que
en Colombia es muy difícil generar empleo, porque cuesta
mucho lo que hay que pagarles a las cajas de compensación,
al Sena y a Bienestar Familiar”.
¿Ustedes creen que uno puede desfinanciar esas entidades?
Han mejorado enormemente y van a mejorar más ahora. Ya
les di las cifras del Sena, las de Bienestar Familiar son impresionantes.
Ahora va a tener un millón 300 mil niñitos menores
de cinco años en un programa alimenticio. Pero como decía
de las pirámides del desierto: eso todavía no se
nota en la pobreza colombiana. Pero es un gran crecimiento.
¿Cómo desfinancia uno esas entidades? Al contrario,
lo que hemos venido haciendo es mejorarlas. Ahora con una cosa
que se llama declaración única.
Antes los empresarios tenían que hacer mínimo
cuatro declaraciones: una para pagarles al Sena, a Bienestar
y a las cajas; otra para pagar régimen contributivo de
salud; la tercera para pagar pensiones, y la cuarta para pagar
riesgos profesionales, accidente de trabajo, enfermedad profesional.
Ahora la obligación es que hagan una sola.
Menos trámite y menos evasión. Eso va a fortalecer
mucho, y ya está fortaleciendo a Bienestar, a las Cajas
de Compensación y al Sena.
Yo quiero hablarles descarnadamente a mis compatriotas. Me han
dicho que la solución para generar empleo es quitarles
a los empresarios esa carga. Yo no me atrevo. Desfinanciamos
esas entidades.
Me han dicho: “Presidente, usted no las tiene que acabar,
que las sostenga el presupuesto nacional”. Me da miedo
que el primer año las sostengan bien, el segundo regular
y el tercero las abandonen.
Unas entidades en pleno proceso de fortalecimiento, y que las
vayamos a marchitar. El Sena se lo quitamos a la politiquería,
como las clínicas del Seguro Social.
Esa Clínica de Santa Marta, la Campo Serrano, ayer la
reabrimos. ¿Manejada por quién? Ya no por la politiquería
ni por los excesos sindicales del Seguro Social. Administrada
por la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga: excelencia.
Yo llegué ayer a la Clínica de Cartagena, a la
del Seguro Social, asustado. Me entraron por la parte de atrás
y vi una reunión de enfermeras, y dije: Me va a regañar,
Porque le quitamos esto al Seguro Social. Y me arrimé a
darles la cara a ellas, pero siempre preocupado de que me venía
un regaño, que me van a regañar. Y a mí siempre
me da miedo el regaño de mujeres.
Que me van a regañar. No. Las encontré amables,
contentas, me dieron las gracias y yo me asombré. Me dijeron: “Presidente,
esto ha cambiado para bien”.
Se la quitamos al Seguro Social y le entregamos ese manejo a
una comunidad religiosa de los hermanos de San Juan de Dios,
y me dijeron: “Vamos excelente”.
Unas relaciones laborales, no manejadas allí por la politiquería,
no manejadas por excesos sindicales, sino cristianamente, fraternamente.
Da gusto eso.
Y enseguida visité pacientes que estaban en consulta,
que estaban en registro, que estaban en habitaciones, todo el
mundo contento. La misma apariencia de la clínica: allá daba
penar ir, por ver esa clínica destartalada. Hoy es una
clínica que da gusto.
El Sena se lo hemos quitado a la politiquería, una gran
revolución. Lo podemos marchitar, yo no creo. Se ha convertido
en el primer instituto de capacitación vocacional de América
latina. No lo tiene un país latinoamericano. ¿Cómo
lo marchitamos?
Por eso cuando me dicen a mí que la solución es,
para el empleo, quitar las contribuciones al Sena, a Bienestar
Familiar y a las Cajas de Compensación, yo digo: no creo
en eso.
Pero el Gobierno no es terco, miren lo que hicimos. Dijimos:
No quitemos esas contribuciones, pero démosle estímulos
a la inversión. Y está empezando a regir ahora
una Reforma Tributaria, sin antecedentes en Colombia para estimular
la inversión.
Una empresa nueva que se constituya en Colombia, puede deducir
el 40 por ciento de su inversión. Cualquier inversión
que se haga en Colombia hoy, deduce el 40 por ciento.
Voy a dejar esto para que ustedes lo procesen. Yo no soy economista,
pero en la discusión con los economistas, en lo que me
he mantenido toda la vida, he llegado a esta conclusión:
Colombia no puede ser un país que pretenda generar empleo
con salarios de miseria. Colombia no puede ser un país
que pretenda exportar a los mercados que estamos consiguiendo,
productos con salarios de miseria.
¿Para qué eso? Es preferible tener a la gente
estudiando o viendo televisión, que tenerla ocupada con
salarios de miseria.
Colombia no puede pretender que va a competir en el mundo con
mano de obra barata. Antes de ayer allá esa experiencia
del Sena de Medellín, de la Caja de Compensación
Comfama, me entraron a un salón de confeccionistas y les
dije: Prepárense a agregar valor, a hacer bordado, a introducir
moda. No vamos a competir en confección con salarios de
miseria. Tenemos que competir es con valor agregado.
Eso hay que dejarlo muy claramente definido en nuestra política
de empleo. Esto no es con salario de miseria, ni tampoco haciendo
carreteras a pico y pala, ni tampoco nombrando ascensoristas.
En la época moderna el país que no quiera competir
con salarios de miseria, tiene que tener empleos de productividad.
Por la relación: más productividad mejor ingreso.
Y eso necesita muchas cosas: necesita inversión, necesita
infraestructura, educación, pero fundamentalmente necesita
inversión.
Entonces nosotros queremos empleos de buena calidad con afiliación
a la seguridad social, no empleos de miseria, empleo de salario
digno, en un país que no marchite al Sena, ni a las Cajas
de Compensación, ni a Bienestar Familiar.
Por eso en lugar de buscar generar empleo a través de
decirles a los empleadores: ustedes para generen empleo no le
paguen más al Sena, no le paguen más a las cajas,
no le paguen más a Bienestar Familiar, lo que hemos hecho
es: páguenle a esas instituciones pero aquí les
damos unos estímulos a la inversión. Es lo que
hemos hecho. Yo creo que el Congreso sabiamente acaba de aprobar
eso.
Hace pocos dos días le hacía esta cuenta a Empresas
Públicas de Medellín. Están haciendo una
hidroeléctrica que les vale 2 billones de pesos. El Estado
colombiano les da una deducción del 40 por ciento. Y esto
es válido en la gran empresa y en la pequeña.
¿Cuánto es el 40 de dos billones? 800 mil millones.
Si Empresas Públicas de Medellín se gana en un
año 500 mil millones, tiene derecho a deducir de esa inversión
2 billones, 800 mil millones.
¿Quién es la matemática aquí? A
ver doña Carolina, coja papel y lápiz: inversión
2 billones, Porce III, deducción tributaria 40 por ciento:
800 mil millones; renta gravable –esto es ejemplificativamente– 2007:
500 mil millones. Si tiene derecho a deducir 800 mil (el 40 por
ciento de la inversión) quiere decir que absorbe los 500
mil y le quedan sobrando 300 mil. Si diera 500 mil este año,
no paga impuestos. ¡Qué más estímulo!
Pero le quedaron 300 mil, o sea que –vamos a ver el ahorro-
este año cuánto es el 32 por ciento de 500 mil? ¿Cuánto
impuesto pagaría con 500 mil de utilidad? Son 5 por dos
10, 5 por 3 quince y una 16, son 160 mil millones. En el 2007
se estaría ahorrando, la Nación le estaría
regalando, 160 mil millones.
Supongamos que en el 2008 repitió la utilidad, se ganó 500
mil millones, deduce 300, ya no va a pagar impuestos sino sobre
200. Y en esos 300, al 32 por ciento de tasa de renta, 3 por
2 seis, 3 por 3 nueve, otros 96 mil, más 160 mil, ahí lleva
252 mil millones que le regala el Estado para una inversión
de 2 billones. Eso es lo que hemos hecho.
Pongamos una pequeña planta de helado en Suba. Lo mismo.
Entonces el Gobierno ha dicho: nosotros estimulamos la inversión
porque el país necesita inversión para empleos
de productividad, que es el camino para que los colombianos tengan
buenos ingresos. Eso lo estimulamos. Lo que no podemos es decir
que nos vamos a dejar seducir de la tesis de estimular el empleo
vía marchitar cajas de compensación, Bienestar
o Sena.
Estamos haciendo unas reuniones en la Presidencia con gente
sabia en la materia, que nos indiquen camino para el empleo.
Vamos a seguir en eso.
Yo confío que todo lo que estamos haciendo tenga que
producir un buen resultado sobre el empleo. Pero el Ministro
de Minas, que es un hombre talentoso, de muy buen criterio, me
decía la semana pasada: Presidente, no se desespere, es
que el país apenas dos años de inversión
alta. Hay que persistir en el camino, las consecuencias positivas
llegarán en algún momento.
Vamos a persistir, con toda la devoción por Colombia,
por todo el amor a Colombia, y donde nos toque hacer correctivos,
lo hacemos, a ver si logramos darle a Colombia más empleo,
mejor empleo, con más afiliación a la seguridad
social y reducción de la pobreza. A ver si este país
tiene bienestar.
Las saludo a todas muy cariñosamente. Yo he tenido varias
experiencias. Cuando yo empecé a trabajar en el sector
público mi jefe era una mujer, extraordinaria. La recuerdo
con todo cariño, templada y afectuosa, exigente y pedagoga.
Llegué a la Aeronáutica Civil, adjudiqué obras
tan importantes como el aeropuerto de Medellín, puente
aéreo de Bogotá, edificio de Barranquilla, todo.
Junta de adjudicaciones, presidida por una mujer, ni un solo
reclamo. Todo manejado honorablemente.
Leyes muy difíciles en el Congreso de la República.
Mis asesoras, mujeres. La Gobernación de Antioquia, los
temas más difíciles, manejados por mujeres. Yo
allá no hacía Consejos Comunitarios los sábados,
ni había televisión, los hacía sábado
y domingo y sin televisión.
Entonces salíamos a las 7 de la mañana los sábados
y a las 7 de la mañana los domingos, y las primeras que
llegaban firmes, para esos consejos comunitarios, eran las mujeres.
Admirable, todo muy bien manejado por ellas.
En la Presidencia de la República, una compañía
formidable de mujeres, realizadoras, comprometidas. Además
las mujeres son amor. Amor que hay que irradiarlo a todos los
eventos de la vida. Las cosas difíciles solamente se logran
cuando hay amor. Los problemas de esta Patria solamente los resolvemos
si hay amor por esta Patria.
Que en este Día Internacional de la Mujer sea el día
que nos inspire más compromiso por Colombia, más
amor a Colombia. Muchas felicitaciones a todas ustedes, mis compatriotas”.