LA HISTORIA DEL PONCHO Y EL SOMBRERO AGUADEÑO
DE BUSH
Dos humildes campesinos del Cauca y la Sierra Nevada de Santa
Marta obsequiaron al Presidente de Estados Unidos las prendas
con las que posó unos minutos antes de concluir su vista
oficial a Colombia.
Por: Prensa Acción Social
Bogotá, 12 mar (SNE). El pasado viernes, cuando Dolka
Tobón salió muy temprano de su casa en la vereda
Las Tinajas, de la Sierra Nevada de Santa Marta, ninguno de sus
vecinos le creyó que salía para Bogotá a
entrevistarse con el Presidente de Estados Unidos.
A la misma hora, los vecinos de la vereda El Negro, en La Vega
(Cauca), vieron cómo Alveiro Mamian se despedía
sin precisar que salía a Popayán a tomar un avión
que lo llevaría rumbo a Bogotá, donde vería
cara a cara al señor George Bush. Y no lo hizo porque
estaba seguro que ese cuento no se lo creía nadie.
Cuando en las oficinas de Acción Social en Bogotá ambos
campesinos se reunieron con los organizadores de la “Feria
de Desarrollo Alternativo”, que visitaría el mandatario
norteamericano durante su visita del domingo, entendieron que
no estaban soñando, que no los estaban engañando
y efectivamente iban a tener la oportunidad de estar cerca del
hombre más poderoso del mundo.
“A mí no me da pena, pero me ponen nerviosas estas
cosas”, dijo Dolka. “Yo no soy nervioso, pero sí estoy
asustado”, sostuvo Alveiro.
A sus 28 años, viuda y madre de una hija, Dolka es una
de las líderes de las 150 Familias Guardabosques de la
Sierra Nevada de Santa Martha que impulsa el proyecto apícola
que elabora el producto conocido como Miel de La Sierra, el cual
se comercializa en todos los almacenes Carrefour del país.
Como otros tantos campesinos, esta mujer decidió un día
decirle no a sus actividades ilícitas, erradicó los
cultivos de coca que inundaban sus parcelas e ingresó al
programa Familias Guardabosques, de Acción Social.
La historia de Alveiro no tiene muchas diferencias con la que
sería el domingo su compañera en el stand de Acción
Social en la Feria de Desarrollo Alternativo.
Él, a sus 39 años, es cabeza de una de las más
de 530 familias de La Vega (Cauca), que producen cafés
especiales. Con el proyecto se comprometió después
de erradicar sus cultivos de coca y vincularse también
a Familias Guardabosques. Hoy, el Café Guardabosques,
de La Vega, se comercializa en todas las tiendas Juan Valdez
del país.
Su constancia, dedicación en los respectivos proyectos
y liderazgo en la respectiva zona, influyó para que fueran
escogidos y Acción Social cumpliera con la tarea que se
le encomendó de trabajar conjuntamente con la Cancillería
y la Embajada Americana para preparar uno de los puntos de la
agenda del señor Bush.
Pero no todo iba a ser tan fácil para Dolka y Alveiro.
Las verdaderas sorpresas comenzaron el sábado, cuando
para entrar a montar su stand y realizar un ensayo, el proceso
de ingreso a la Casa de Nariño tardó más
de una hora. Y cuando lo que estaba programado para dos horas
se prolongó hasta caer la tarde.
Fue en ese momento cuando conocieron a los restantes 12 colombianos
que estarían con ellos en los seis stand mandados a construir
por Usaid (Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional),
y cuando tuvieron la oportunidad de intercambiar sus experiencias
con ellos.
Fue así como supieron que las dos mujeres que estaban
en el puesto de flores eran desplazadas, una de ellas indígena,
que también venían cultivadores de cafés
especiales del Huila, y de cacao del sur de Bolívar, y
de palmitos en el Putumayo.
Aunque sus compañeros de los restantes dos stand no parecían
tener mucha afinidad con sus actividades, pues uno era de la
Empresa Imaginación y el otro de ministerio de Minas y
Energía, supieron que en el quinto compartirían
una ex guerrillera y un soldado herido en combate, y que en el último,
dedicado a los biocombustibles, estarían funcionarios
de Asocaña y Fedepalma.
El domingo los controles para su ingreso al palacio presidencial
comenzaron varias cuadras antes de llegar a la puerta de la calle
Octava. La experiencia del día anterior permitió hacer
ajustes con la Casa Militar, para agilizar el ingreso. Ya adentro
comenzó la espera.
Todos ellos fueron concentrados en la entrada al teatro donde
las primeras dos horas no tuvieron siquiera oportunidad de ir
a un baño. Sólo hasta que terminaron los actos
de recibimiento al ilustre visitante y éste subió a
la segunda planta de Palacio para continuar con su agenda, pudieron
abandonar por unos minutos el lugar.
Alveiro y Dolka escucharon de sus compañeros sus historias
de vida, ellos hablaron de la propia y hasta tiempo para ensayar
posibles respuestas a los mandatarios también hubo. A
las 4:00 p.m. el capitán Pérez de Casa Militar
ordenó que todo el grupo saliera a la llamada a la Plazoleta
de los Novios a tomar posición en sus stands. Los minutos
siguientes fuero de expectativa y tensión. Mientras el
Servicio Secreto hacía las últimas revisiones,
la gente de protocolo de Cancillería cuidada de que todos
los detalles se tuvieran en cuenta.
Hasta que llegó el esperado momento.
Los presidentes estuvieron primero en el stand de las flores.
El presidente Uribe hizo las veces de traductor y enteró a
su homólogo de la condición de las dos mujeres
y cómo había logrado vincularse a una actividad
productiva como esa.
Ya en el stand de cafés y miel el turno fue para Dolka
y Albeiro. Cuando el Presidente Uribe se enteró que se
trataba de Familias Guardabosques inmediatamente pidió un
mapa y tan pronto lo tuvo a su alcance le explicó al señor
Bush de la forma como avanzaba el programa en la Sierra Nevada
de Santa Marta, aclarándole que las dos personas que en
ese momento tenía frente a él, habían cultivado
coca en el pasado y hoy estaban en la legalidad gracias a que
le apostaron a los proyectos productivos.
Ya en confianza, los dos le entregaron una muestra de sus productos
a los mandatarios y Dolka tomó el poncho tipo Juan Valdez
que llevaba al hombro y se lo puso al Presidente de Estados Unidos.
Lo propio hizo Albeiro con el Presidente Uribe. Con la prenda
les hicieron además entrega de un sombrero aguadeño,
donado para la ocasión por las autoridades de ese municipio
caldense.
Los objetos obsequiados formaban parte de la decoración
del stand de Acción Social y del vestuario que los campesinos
debían tener en ese momento histórico.
Cuando Bush posaba con el poncho y el sombrero para la prensa
nacional e internacional, el Presidente Uribe dijo que iba a
regalarle el obsequio que le habían hecho a la señora
Bush.
Y fue así como primeras damas y presidentes posaron nuevamente
para la prensa.
A las siete y treinta de la noche, cuando el Air Force One (Avión
Presidencial) abandonaba ya espacio aéreo colombiano,
Alveiro abordaba un bus que lo llevaría rumbo a San Gil,
Santander, donde debía estar este lunes temprano parea
explicar el éxito de los proyectos de cafés especiales,
y Dolka observaba cómo su imagen era destacada en los
noticieros de televisión, como la mujer que le había
obsequiado un poncho y un sombrero al hombre mas poderoso del
mundo.