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13 de Marzo

Presidente condecoró a Marco Fidel Rocha

UN EMPRESARIADO CON RESPONSABILIDAD SOCIAL ES ESENCIAL

Bogotá, 13 mar (SNE).“Un empresariado dinámico, con responsabilidad social, es elemento esencial del capital social, del capital físico de la Nación”. Así lo dijo el presidente Álvaro Uribe Vélez, al condecorar a Marco Fidel Rocha Rodríguez, rector del Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa), quien cumplió 45 años dedicados al servicio educativo y cultural de Colombia.

Las siguientes son las palabras del Mandatario durante el acto de condecoración, cumplido en la Casa de Nariño.

“Esta tarde se otorga la gran medalla cívica General Francisco de Paula Santander, en la categoría de medalla oficial, al doctor Marco Fidel Rocha, eminente intelectual, constructor de empresas, formador de empresarios, gestor de liderazgo colombiano, luz de las nuevas generaciones.

En usted reconocemos la estirpe del ex presidente don Marco Fidel Suárez, el intelectual que siempre brilló por su aplicación y su conducta ejemplar, por su consagración absoluta al estudio más amplio: matemáticas, latinidad, filosofía de derecho, teología, arte, industria.

Se tiende a creer que don Marco Fidel fue un hombre de letras extraviado en la política y en la función pública. No hay tal. En la lectura de “Los Sueños de Luciano Pulgar” se percibe a un Jefe de Estado inmerso en la realidad, que viaja de incógnito por los caminos de Colombia y da órdenes para que se construyan las grandes obras de desarrollo, como abrir la vía al Pacífico y construir el Puerto de Buenaventura, con el fin de convertirnos en miembro importante de esa área del mundo.

Ordeno la elaboración del censo general, extendió las líneas del telégrafo para conectar con ellas a las grandes ciudades de Colombia, enfrentó con energía la negativa situación económica del país, con una inflación que deterioraba la moneda y un desempleo galopante.

Logró la aprobación de la Ley 57 de 1918, que imprimió una gran dinámica a nuestra industria siderúrgica, y se preocupó por modernizar nuestra naciente legislación laboral. Fue él quien firmó la ley, primera, que consagró el derecho de huelga.

También dio el primer impulso a la aviación comercial y militar. Quiso que Colombia rehiciera sus vínculos diplomáticos y comerciales con Washington, rotos como consecuencia de la intervención de la separación de Panamá. No concebía un país aislado de un vecino, que se vislumbraba como la primera potencia económica del universo.

Al igual que don Marco Fidel, el estudio es la gran empresa del doctor Rocha, para su sueño de servicio. Usted es elevada expresión de la formación que se imparte en nuestras instituciones de educación pública. Acudió a las aulas de la Universidad Nacional para formarse como economista, ha adelantado cursos en universidades de varios países y realizó misiones técnicas sobre calidad total en Japón y Corea y sobre mercadeo en Brasil.

Formar clase empresarial toma tiempo, supone esfuerzo, total consagración. Crear cultura empresarial es cultivar valores, actitudes, hábito, disciplina, mística, rigor.

La existencia de clase empresarial requiere construir lenguaje técnico, conocimientos científicos, principios éticos. De esto sí que sabe, usted doctor Rocha.

Rector por más de 30 años del Colegio de Estudios Superiores (Cesa) y director ejecutivo del Instituto Colombiano de Administración (Incolda).

Sabe usted que solo la existencia de una dirigencia empresarial permite conquistar altos niveles de satisfacción de las necesidades colectivas. Un empresariado dinámico, con responsabilidad social, es elemento esencial del capital social, del capital físico de la Nación.

Construir clase empresarial exige labor paciente. Destruirla es fácil. Gracias a usted, se han formado profesionales idóneos y conscientes de su responsabilidad en el manejo adecuado de las organizaciones privadas y públicas, y del crecimiento del país.

A todas les ha dado ejemplo desde la cátedra, las juntas directivas, sus luces de contribución a los emprendimientos productivos.

Reconocemos en usted, los colombianos, al empresario con responsabilidad social, abierto a las nuevas corrientes, ciudadano del mundo que contribuye como ninguno con la investigación, el análisis, los estudios de coyuntura, de mediano y de largo plazo. Allí se ve su mano para promover ideas esenciales de la democracia liberal y para que esas ideas generen transformaciones concretas y positivas en la sociedad y en las instituciones colombianas.

Doctor Marco Fidel: muchas razones hay para imponer a usted la condecoración cívica Francisco de Paula Santander. Lo acepta la unanimidad de los compatriotas.

Pero déjeme salir de la consideración general para expresarle, con todo el sentimiento, unas consideraciones parciales de ciudadanos.

Un Gobierno como el nuestro, empeñado en la consolidación de la seguridad, en la recuperación de la confianza, en la recuperación de las tasas de inversión, como principio sin el cual no crecerá el país y no habría posibilidad de logros sociales; un Gobierno empeñado en un Estado que exija responsabilidad social y al mismo tiempo dé todas las facilidades a la empresa privada, que no desaparezca pero que no se deje tentar del estatismo, es un Gobierno que reconoce en liderazgos como el suyo un gran aporte a este concepto de Estado y de emprendimiento, que en el debate político latinoamericano estamos defendiendo desde Colombia.

Hemos tenido muchos colombianos la oportunidad de conocerlo a usted muy de cerca. Déjeme decirle cuánto se le aprecia al interior de este Gobierno.

Y déjeme citar sólo a la doctora Alicia Arango, secretaria privada de la Presidencia, su alumna en el Cesa, quien ha estado tan cerca de esta tarea, desde la iniciación de nuestra campaña en el año 1999, para poner el nombre de ella a encabezar la lista de quienes aquí tienen el mayor aprecio por usted.

Sabe usted cuánto aprecio su contribución a mi carrera pública, que no ha tenido nada diferente a nuestra identidad sobre el presente y el futuro de Colombia.

Hace 17 años trabajamos muy cercanamente. Era yo Senador de la República en el 88 y después en el 90, cuando con sus luces, la de su colega de todas las horas, Hernán Echavarría Olózaga, tramitamos la Ley 50, que recuperó la viabilidad a la empresa privada.

Recuerdo nuestros análisis, sus palabras. Me dijo en algún momento: “Si no se cambia la retroactividad de las cesantías, no habrá empresa privada en Colombia. Habrá fuga total de capitales y ruina total de trabajadores”.

Cómo es de fácil hoy hablar de eso, cómo era de difícil proponerlo en el momento y sacarlo adelante.

Cuánto nos ayudó usted con sus luces, con su entusiasmo, a convencer a las mayorías del Congreso, primero en el 90 y después en el 91, 92 y 93, para sacar adelante las formas sociales de ahorro: los fondos de cesantías, los fondos de pensiones; para convencer a las mayorías del Congreso que el país necesitaba un timonazo en esas materias, que quedó plasmado en las leyes 50 y 100.

Cuánta gratitud les debo por el apoyo, que encabezaron Hernán Echavarría Olózaga y usted, a mi política de seguridad en la Gobernación de Antioquia.

Mientras esa política de seguridad era señalada por mis críticos como una política paramilitar, se sentía la voz de Hernán Echavarría y su apoyo desde el Cesa y el Incolda para mostrarla como un imperativo nacional.

Mientras nuestras reformas al Estado eran señaladas como destrucción neoliberal del Estado, Hernán Echavarría Olózaga y usted las entendían como pasos necesarios para salvar una presencia eficiente del Estado al servicio de la comunidad y, por ende, con legitimación comunitaria.

Cuánta admiración sentimos al verlo a usted siempre orientando las nuevas generaciones de colombianos, que tendrán que rápidamente recibir la llama para conducir este país en las décadas que vienen.

Allí, en esa oficina contigua, donde he tenido la posibilidad de trabajar por Colombia desde el 7 de agosto de 2002, hay unos retratos: el del General Nariño, los Derechos Humanos al servicio de la virtud; el del General Bolívar, la espada, la fuerza de la autoridad al servicio de la virtud; el del General Uribe Uribe, el republicanismo al servicio de la virtud, el del General Santander, la ley al servicio de la virtud.

Me honra mucho colocar hoy la Medalla Francisco de Paula Santander en el pecho de uno de los más virtuosos colombianos.

Muchas gracias por permitirnos esta oportunidad”.

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