PALABRAS DEL PRESIDENTE EN LA CLAUSURA DEL
XIII CONGRESO DE LA ASOCIACIÓN
DE ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA Medellín, 24 mar. (SNE).- Las
siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez,
durante la clausura del XIII Congreso de la Asociación de
Academias de la Lengua Española:
“Nuestro novelista, don Tomás Carrasquilla,
el Cervantes moderno, un náufrago feliz del Siglo de Oro –como
dijo de él, Juan Valera-, tuvo el sueño premonitorio
del viaje imposible de los Reyes de España a Antioquia.
Nuestra tierra ha esperado esta visita desde el
Siglo XVII, cuando se asentaron en estas breñas los más
leales vasallos, los más laboriosos tributarios de la Corona
Hispana.
Hoy, esa fantasía se vuelve realidad y los
antioqueños, con el sentimiento unánime de Colombia,
les decimos con alegría y reconocimiento, la frase que añoraron
pronunciar nuestros ancestros: bienvenidos, sus Majestades.
Bienvenidos, también, ilustres miembros
de las 22 academias de la Lengua Española. Con su presencia
entre nosotros, se hace más sólido el sentimiento de
unidad de los pueblos que son hijos de la lengua de Cervantes, por
cuyas venas corre la historia común de quienes fuimos fundados
por España y por la Cruz.
Bienvenidos escritores, profesores, libreros, periodistas.
Colombia se engalana con su presencia y escucha con avidez su palabra
inspirada, sus ideas, sus disquisiciones sobre la nueva gramática
de la Lengua Española. Esa que llevará, para honra
nuestra y compromiso perenne, el nombre de Medellín.
A nuestra ciudad no les es ajena la pasión
colombiana por la sintaxis, la concordancia, el estudio de las raíces,
el juego de las palabras.
Mon y Velarde, un visitador ilustrado, enviado
por don Carlos III, fundó una extensa red de escuelas para
la formación popular. Los frutos brillaron un siglo después,
en últimas décadas del silgo XIX, cuando vemos emular
a los literatos e intelectuales antioqueños, con los de todas
las capitales de la Lengua Española.
Rafael Uribe Uribe es un ejemplo notable de cómo
nuestros dirigentes valoraron en alto grado los estudios sobre el
idioma. Como se sabe, el General Uribe es el héroe legendario,
perdedor de mil batallas, que inspira en García Márquez
la figura épica del Coronel Aureliano Buendía. Pues
bien, en una de las ocasiones en que el General fue sometido a consejo
de guerra por los vencedores, presto dedicó todo su tiempo
ala preparación de un diccionario abreviado de galicismos,
provincialismos y correcciones del lenguaje.
El final de esa historia está envuelto en
un ambiente macondiano. El gobierno, contra el que se había
levantado el General, ordenó la publicación del texto
en la imprenta oficial. El mejor intento de explicación de
porqué podía darse esa tregua literaria en medio de
los avatares de la guerra, se lee en los escritos de don Marco Fidel
Suárez, nuestro Presidente sabio. Dice él, que liberales
y conservadores se desvivían por estos estudios y hasta los
aprovechaban como zona de concordia para abrazarse mutuamente en
las academias y mosaicos.
El Presidente, sabio, como casi ninguno, predicó la
autoridad de las Academias de la Lengua, en la tarea de limpiar,
fijar y dar esplendor al idioma. Este asunto –decía-
tiene que regirse por autoridad, pésele a quien le pesare.
En ocasiones se confunde el cultivo de la gramática
con el desinterés por la acción gubernamental.
Suárez, gobernante que dejó sentadas
las bases de un inmenso progreso de nuestra infraestructura, contradecía
ese aserto recordando que fue Cervantes quien enseñó a
los gobernadores para que tengan que saber gramática y que,
Julio Cesar valoraba de tal manera esos estudios, que ante el dilema
de saber quién había dado más gloria a Roma,
si Cicerón o todos los capitanes de ella, el vacilaría
al dar la respuesta.
La reunión de las academias y la aprobación
en Medellín de la nueva gramática, están adornadas
con una amplia participación popular y con la inauguración
de una brillante infraestructura puesta a su servicio.
Esta fecha quedará esculpida en la memoria
de nuestros niños y jóvenes que asociaran la llegada
de los Reyes de España, de los académicos de la Lengua
y de centenares de escritores, con la posibilidad de un acceso generoso
a los modernos parques bibliotecas, impulsados por la administración
de Medellín.
Los nombres de los novelistas y bardos a los que
hoy saludaron, ya no serán ídolos lejanos, inaccesibles,
sino que estarán materializados en un texto al que podrán
acceder y acariciar o una página que podrán llamar
desde esa milagrosa lámpara de Aladino que es el Internet.
Dicen los filósofos, que la lengua es reflejo
del pensamiento y el pensamiento sustancia del hombre. Borges predicaba
que de los instrumentos del hombre, el más asombroso es el
libro, porque es una extensión de la memoria y de la imaginación.
Esa convicción que compartimos, nos ha llevado
a hacer un gran esfuerzo para poner el libro a las manos de todos
los colombianos. Hay centenares de nuevas bibliotecas en los sectores
más apartados de nuestra geografía, avanzamos en conectividad
y tenemos metas ambiciosas para que los millones de estudiantes colombianos
estén conectados con todo el mundo.
Varias generaciones de antioqueños han trabajado
para ser hoy lo que somos. Hay decenas de nombres que representaron
una humanidad digna de protagonizar obrar épicas. Imposible
elevar una estatua a cada uno o darle su nombre a una biblioteca,
una escuela, un parque. Incluso, no habría espacio para nombrarlos
a todos.
Pero digamos - pensando en Rafael Uribe Uribe y
en Fidel Cano, en Carlos E. Restrepo y en Fernando González,
en Emilio Uribe y Marco Fidel Suárez, en Tomás Carrasquilla,
León de Greiff, Porfirio Barba Jacob, Carlos Castro, Mejía
Vallejo, Baldomero Sanin, Luis López de Meza y Efe Gómez
- que con este Congreso de las Academias y con identificación
de Medellín como la ciudad de la nueva gramática, se
clausura una etapa y se inaugura otra.
Una etapa que impone en esta ciudad el sello de
elevados alientos espirituales, aquellos que en los grandes seres
humanos produce el hallazgo del idioma. Es la inauguración
de una ciudad como la que soñó Jorge Robledo Ortiz,
habitada por un pueblo de patriarcas, con poder en la voz, en el
idioma, no en los fusiles.
Colombia empieza a construir una bonanza de confianza
que la presencia de todos ustedes, nos ayudan a encontrar.
Su Majestad, Don Juan Carlos, usted es símbolo
y emblema de inmensa democracia española, su aporte a la construcción
de una sociedad en libertad, con sólidas instituciones, le
da un lugar privilegiado en la galería de los grandes de la
democracia.
Muchas gracias, sus Majestades, en nombre de los
colombianos. Gracias por su sincero compromiso con esta Patria, por
sus desvelos para que consolidemos la Seguridad Democrática,
la confianza inversionista, la política social. Muchas gracias
por su padrinazgo para estimular la generosa cooperación española
hacia nuestros proyectos de desarrollo.
Su presencia, Majestad y la de la Reina Sofía,
no solamente en esta reunión de las Academias sino en las
barriadas de Medellín, mañana en Cartagena, para asistir
al Congreso del Idioma, demuestran que ningún sueño
es imposible y que el pueblo de Colombia está encontrando
una definitiva oportunidad sobre la tierra.
La Gramáticade Medellín es la mejor
misión diplomática que puede enviar esta ciudad para
que los millones de hispanohablantes que naveguen por las reglas
del idioma, piensen que Medellín es pueblo colombiano, que
se educa y trabaja, para lograr la felicidad de los jóvenes
y de quienes habrán de venir.
Muchas gracias, nos han honrado mucho con la presencia
de todos ustedes, en Medellín, en Cartagena, en Colombia.