PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN FORO DE LA REVISTA THE ECONOMIST
Bogotá, 24 may. (SNE).- Las siguientes
son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez en el foro de
la revista The Economist, que se realizó este jueves en
el Club El Nogal, al norte de Bogotá.
“Quiero en primer lugar agradecer esta nueva convocatoria
que es muy útil para Colombia y me propongo hacerles a
ustedes algunos comentarios sobre la visión que el Gobierno
tiene del país, la situación de América
Latina, el modelo, los tres principales objetivos de Gobierno,
problemas de coyuntura, el tema de inflación, el tema
de tasa de cambio, el tema de los paramilitares, las recientes
propuestas que hemos hecho para premiar la verdad con beneficios
de excarcelación.
Creo que la discusión en América Latina sobre
gobiernos de derecha y gobiernos de izquierda es una discusión
obsoleta, polarizante, impráctica.
La verdad es que una cosa son los discursos de los candidatos
y otra cosa son las realizaciones de los gobiernos, y en ocasiones
se da que lo que hacen aquellos que se autoproclaman de izquierda,
corresponde a residuos dictatoriales.
Entonces, nosotros creemos que América Latina no puede
seguir sumida en la profundización de esa división,
yo particularmente pienso que era válida en las épocas
de las dictaduras, cuando quienes combatían esas dictaduras
trajeron de Europa las ideas de izquierda justamente para poder
sustituir las dictaduras por democracias plurales.
Colombia y nuestro Gobierno cree que se trata es de estimular
la profundización de la democracia y que ello requiere
trabajar cinco elementos, la seguridad con alcance democrático,
el respeto a las libertades, la cohesión social, al mismo
tiempo la transparencia y el funcionamiento del Estado con poderes
independientes que garanticen el freno a cualquier desbordamiento.
Creemos que alrededor de esos cinco principios debe girar nuestra
democracia y creemos que es lo que la comunidad nacional de cada
país y la comunidad internacional debe observar en los
países latinoamericanos.
Es muy importante entrar a hablar de otros elementos del modelo,
el papel del Estado, el espacio para el sector privado, la responsabilidad
social.
América Latina, en la década de los 90, en algunas
partes hizo una aplicación exagerada del Consenso de Washington,
se desmanteló el Estado. Colombia no lo ha hecho, en Colombia
nosotros hemos reformado al Estado sin desmantelarlo.
En este Gobierno hemos reformado alrededor de 360 entidades
del estado, eso produce un ahorro de un punto del PIB al año,
ha logrado ir transformando un Estado al servicio de clientelas
políticas, de excesos sindicales, en un Estado al servicio
de la comunidad.
Caso relevante es el caso de Telecom, pudimos haberla eliminado,
no la eliminamos, la reestructuramos, tenía valor negativo,
hoy tiene valor positivo, no estaba en condiciones de pagar las
pensiones, se proponía trasladarle esa cuenta pensional
al presupuesto nacional, hoy está al día con los
pensionados, está al día con los trabajadores activos,
carecía de posibilidades de inversión, en un país
que ha avanzado mucho en telefonía móvil pero que
requiere superar atrasos en materia de banda ancha y en materia
de conectividad. Hoy tiene más de 3 mil millones de dólares
para invertir en los años que vienen.
El caso Paz del Río, en lugar de aplicar la teoría
de dejar que muriera un esfuerzo estatal, se reestructuró,
se hizo un gran convenio con los trabajadores, convenio de reducción
de costos laborales excesivos, el convenio de que ellos aumentaran
su participación como propietarios, el tránsito
de un sindicalismo de viejo tipo, reivindicacionista y político,
a un sindicalismo de nuevo tipo, participante, con responsabilidades
gerenciales.
Y eso ha producido un inmenso positivo resultado, la empresa
se ha salvado, y los nuevos inversionistas se han comprometido
que en los años que vienen, en pocos, esa empresa pasará de
producir 360 mil toneladas de producto siderúrgico al
año, a producir más de un millón.
Hemos reformado 190 hospitales, sin desmantelar el Estado, y
algo muy importante, en empresas donde el Estado ha buscado el
capital privado esa presencia del capital privado nos garantiza
buen gobierno.
Por ejemplo, regresando a Telecom, cuando discutía yo
la reforma de Telecom con el sindicato y la entonces ministra
de comunicaciones, la doctora Marta Pinto de De Hart, el sindicato
me decía: ¡Presidente, pero es que no todas las
culpas las tiene el sindicato, aquí hubo gerentes que
nombraron los gobiernos que eran los que concedían cualquier
clase de prestaciones¡ Además los gobiernos mandaban
personas a Telecom a que completarán allí el período
de jubilación o a mejorar la jubilación.
Qué hemos logrado con esta transformación. Enseñorear
en la empresa prácticas de buen gobierno, hoy nadie de
la clase política pide un puesto en Telecom.
Hemos hecho una gran reforma laboral y pensional en Ecopetrol,
y este año –y eso hay que aplaudírselo al
Gobierno de Colombia- en medio de la oposición política
de América Latina donde se quiere la estatización,
el Congreso de Colombia aprobó una ley propuesta por nosotros
para capitalizar a Ecopetrol.
Esa es una contratendencia de gran importancia, que hay que
resaltar en favor de Colombia, y no solamente va a aumentar muchísimo
la capacidad de inversión de Ecopetrol, estamos seguros
que va a tener una incidencia muy positiva en el crecimiento
del valor patrimonial de Ecopetrol en favor del Estado colombiano,
de los nuevos accionistas, pero también va a ser una garantía
de buen gobierno.
¿Quién va a pedir un asiento en la Junta de Ecopetrol
por razones políticas? ¿Quién va a pedir
un nombramiento en Ecopetrol por razones políticas? Colombia –para
concluir este punto- no ha estado en la tesis de desmantelar
el Estado pero sí está haciendo un gran esfuerzo
para reestructurarlo.
A mí me han preguntado, ¿cuál es el legado
económico más importante que usted le quiere dejar
al país? Yo he dicho, confianza para invertir en Colombia,
y el segundo, resolver el problema fiscal de largo plazo vía
reestructuración del Estado.
Todavía nos faltan muchas entidades por reestructurar,
vamos a reestructurar todas las clínicas del Seguro Social,
hasta ahora apenas hemos empezado, reestructuramos la de Santa
Marta, la de Cartagena, estamos reestructurando las de Medellín
y los cambios son del día a la noche.
Y esos temas parecían intocables por razones políticas,
aquí hay un buen recibido de la comunidad, yo entro a
Cartagena a la clínica del Seguro Social, converso con
médicos, enfermeras, pacientes, y todo el mundo está contento
con la reforma. Nuestro compromiso, ante ustedes, ante la comunidad
nacional e internacional, es continuar hasta el último
día de Gobierno en la tarea de reestructurar al Estado.
Esa década del desmantelamiento del Estado en América
Latina ha sido sustituida por el período de estatismo,
Colombia no está en el estatismo y eso hay que decirlo
con claridad, toca resaltarlo en este momento cuando nuestro
principal objetivo es fortalecer la confianza de inversión
en Colombia.
Nosotros le damos todas las garantías a la inversión
privada nacional e internacional, con una exigencia: responsabilidad
social.
Esa responsabilidad social para nosotros se expresa en tres áreas,
en las relaciones de los inversionistas con el Estado, en las
relaciones de los inversionistas con las comunidades y en las
relaciones de los inversionistas con los trabajadores.
Relaciones de los inversionistas con el Estado: transparencia,
en ese último libro del profesor Stiglitz, en algunos
párrafos trata de justificar decisiones gubernamentales
de otros países de América Latina, en la circunstancia
según la apreciación del profesor Stiglitz, de
que en esos países hubo corrupción en asignación
de concesiones, corrupción en las relaciones tributarias
entre el Estado e inversionistas internacionales, etc. Ese no
es el caso de Colombia. Todos nuestros esfuerzos se orientan
para que venga toda la inversión posible y haya toda la
transparencia con el Estado.
Hace poco celebrábamos el regreso de los inversionistas
japoneses a Colombia. Estaban alejados de nuestro país.
Alegaban dos circunstancias: violencia y litigios con el Estado
colombiano. Solamente en el área de telecomunicaciones,
este Gobierno encontró 21 litigios con inversionistas
internacionales. Están hoy superados en su totalidad con
transparencia.
La ciudadanía era opuesta a esas conciliaciones. Miraba
cada caso con suspicacia. Los funcionarios se morían de
pánico de avanzar hacia una conciliación. Veían
una crítica en un medio, veían un juicio en la
Procuraduría, veían un juicio fiscal en la Contraloría
o una acción penal.
En aras de la transparencia nos propusimos que todos esos acuerdos
antes de ser perfeccionados los conociera la opinión pública.
Eso dio confianza a la ciudadanía, confianza a los funcionarios,
confianza a los organismos de control.
Colombia hace todos los esfuerzos de transparencia para adjudicar
concesiones, para adjudicar contratos. Para nosotros es fundamental
la audiencia pública, la participación comunitaria
como garantía de transparencia y de confianza.
En el modelo colombiano en éste punto es muy importante
tener en cuenta que la teoría político jurídica
en el mundo, sobre controles hace énfasis en controles
de organismos fiscales, nuestra Contraloría; controles
de organismos jurisdiccionales disciplinarios, nuestra Procuraduría;
controles políticos, el Legislativo; controles penales,
la Fiscalía, los jueces.
En Colombia nosotros agregamos un control al cual le asignamos
la mayor importancia: el control de opinión. Un Estado
de opinión con creciente participación ciudadana.
Eso es un factor muy importante de generación de confianza.
En transparencia, confianza, en la relaciones de los inversionistas
con el Estado. En las relaciones de los inversionistas con la
comunidad, solidaridad, construcción de confianza. Hemos
visto recientemente las protestas de las comunidades del departamento
del Cesar porque consideran que ha faltado solidaridad en empresas
extractoras de carbón.
Que por algunos de esos cascos urbanos transitan 600, 700 tractomulas
cargadas de carbón al día. Que no se pavimenta
la calle por donde se hace ese transito y que los habitantes
son condenados a tener que respirar una perversa contaminación.
¿Qué ha hecho el estado, el Gobierno? Nosotros
no obstaculizamos la iniciativa privada. Nosotros no desconocemos
las inquietudes de la comunidad, de manera abierta, de cara al
país. En un dialogo que hemos promovido con unidad, con
participación masiva, inversionista, trabajadores, Gobierno,
hemos buscado unos acuerdos para responderle a esas comunidades.
Confiamos que los inversionistas los cumplan, que eso sea una
demostración de solidaridad con estas comunidades, de
respeto a estas comunidades y un camino de construcción
de confianza.
No se hace a hurtadillas. Nosotros creemos que la publicidad
de la acción pública es un elemento muy importante
de confianza.
Relaciones de los inversionistas con los trabajadores. Creemos
que no puede haber el extremo del capitalismo salvaje, ni el
extremo que tanto daño hizo en América Latina,
que tanto daño que todavía se ve en Colombia, el
estímulo a la lucha violenta de clases.
Paras nosotros esas relaciones tiene que ser guiadas por principios
de fraternidad, de solidaridad, por verdaderos principios cristianos.
Y pasemos a otro punto. Los tres principales objetivos de Gobierno.
Consolidación de la Seguridad Democrática, consolidación
de la confianza inversionista y el cumplimiento de las metas
sociales del milenio.
Recuerden ustedes que les hable de los cinco principios democráticos.
La seguridad con alcance democrático, las libertades públicas,
la cohesión social, la transparencia y la independencia
entre instituciones que confluyen a la formación del Estado.
En estos tres objetivos de Gobierno los reflejamos. Y veamos
como se relacionan. Hay una relación recíproca
entre cada dos de ellos. Y una relación transitiva que
une a los tres.
Las relaciones entre cada dos de ellos: la seguridad y la confianza
inversionista. Si hay seguridad se da confianza inversionista.
Colombia lo ha probado. Y al mismo tiempo si hay confianza inversionista
se hace sostenible la seguridad.
Los esfuerzos nuestros por la seguridad en el primer Gobierno
generaron confianza inversionista. Esa confianza inversionista
nos ha permitido ahora, derramar un impuesto por una sola vez,
que se pagará en ocho semestres a los altos patrimonios
para hacer sostenible la política de seguridad.
La relación entre seguridad y las metas sociales. Si
hay seguridad fluyen los recursos para cumplir las metas sociales.
Y si cumplimos las metas sociales, los sectores tradicionalmente
excluidos legitimarán la seguridad.
Y la relación entre confianza inversionista y metas sociales
también mutua. Solamente con confianza inversionista se
puede repartir prosperidad. En ausencia de confianza inversionista,
lo único que se puede repartir es demagogia y miseria.
Es muy importante en la mirada de largo plazo en América
Latina, preguntarnos que queremos en equidad. Si queremos repartir
prosperidad o si queremos repartir demagogia y miseria. Nosotros
queremos repartir prosperidad. Por eso relacionamos confianza
inversionista con las metas sociales. Si hay confianza inversionista
y prospera la economía se puede construir equidad sobre
bases de prosperidad.
Y cuando los sectores excluidos empiezan a recibir beneficios
legitiman el sistema de libertad de iniciativa privada. Dicen,
se justifica que Colombia profundice confianza inversionista.
Y entre los tres están unidos a través de un elemento
transitivo.
Empecemos por las metas sociales. Compromiso de Colombia, cumplir
las metas sociales del milenio antes de la fecha fijada por Naciones
Unidas. Estamos empeñados en esa tarea.
Tenemos una serie de objetivos sociales adicionales. Por ejemplo
en educación. Cobertura en educación básica.
Primer Gobierno: Creados un millón 419 mil cupos.
Segundo Gobierno. Objetivo: llegar a plena cobertura en educación
básica.
El Sena, creo que la comunidad internacional lo debería
observar. Mi intuición es que se ha convertido en el Instituto
vocacional más importante de América Latina. Primer
Gobierno, pasó de un millón 100 mil estudiantes
a cuatro millones de estudiantes.
De cinco millones de horas de enseñanza a 15 millones
de horas de enseñanza por año. Segundo Gobierno,
tiene que llegar a 250 mil estudiantes en programas de técnicas
y tecnología. Tiene que llegar a partir de una línea
de base de cero a un millón 200 mil estudiantes en ambiente
virtual.
Tiene que tener convenios con todas las universidades para que
sus técnicos y tecnólogos, en cualquier momento
posterior puedan ingresar a una universidad, les acepten los
créditos cursados y accedan al grado de educación
superior.
Tiene que ser un ejemplo de capacitación de microempresarios,
de acompañamiento de microempresarios para acceder a crédito,
y de acompañamiento de microempresarios, mientras sean
deudores.
Universidad. Primer gobierno. Pasamos del 22 al 29 por ciento
en cobertura universitaria. Segundo gobierno. Tenemos que llegar
al 35 por ciento de cobertura universitaria.
El Instituto Colombiano de Crédito Educativo (Icetex),
en el consolidado de los dos gobiernos tiene que multiplicar
por cinco el número de estudiantes universitarios beneficiarios
de crédito y por seis el volumen de su cartera.
Tenemos problemas con algunas universidades, pensionales, y
por eso ha habido protestas en Bogotá, pero los estamos
resolviendo. Hemos resuelto el problema pensional en mucha universidad
colombiana y tenemos la responsabilidad de resolverlo en todas.
Y el gobierno no puede desmayar en esa tarea. Hemos recibido
mucha crítica en Barranquilla, la tierra de la ex ministra
Cecilia Rodríguez.
Primero se decía: “no voten por Uribe que cierra
la universidad del Atlántico”. No. Nosotros no la
vamos a cerrar, pero la vamos a reestructurar. Una universidad
no puede estar al servicio de pensiones fraudulentas, de nóminas
artificiales. Tiene que estar al servicio de la ciencia. Tiene
que estar al servicio de los estudiantes.
Y así sucesivamente. Ustedes miran el campo de la salud,
el campo del saneamiento básico, y encuentran metas muy
exigentes.
Quiero referirme aquí a dos temas. A Familias en Acción
y a Banca de Oportunidades.
Mi predecesor, el presidente Pastrana, introdujo al país
el programa Familias en Acción. Nosotros lo encontramos
con un programa experimental para 220 mil familias, familias
pobres que reciben un subsidio del Estado para garantizar la
educación y la nutrición de los hijos.
En agosto tendremos millón y medio de Familias en Acción,
el tránsito de 220 mil a millón y medio. Ese sí que
es un salto bien, bien importante.
Banca de oportunidades. Nosotros no hemos creado un nuevo banco
para los pobres. Hemos hecho un acuerdo con todo el sector financiero,
público, privado, ongs, Fondo de Garantías, universidades,
para una gran meta: proveer de crédito en este gobierno
a cinco millones de familias pobres de Colombia.
En el primer gobierno logramos millón 800 mil microcréditos.
La meta de cinco millones en el segundo gobierno es muy exigente.
En agosto, cuando hagamos al primera evaluación de la
segunda meta tendremos que haber completado un millón
250 mil créditos.
Conseguirle un crédito de 100 millones a una empresa
sería no es difícil. Le mandan el crédito
por teléfono. Conseguirle un crédito de 400 mil
pesos a una mujer que vive de una venta en la calle, que tiene
la plancha empeñada en una casa de usura, y que necesita
unos recursos para que no tenga que cerrarse su venta, es muy
difícil.
Por eso en esa tarea, sábado tras sábado, comprometemos
al sector financiero público, privado, a las ongs, la
falta de acceso al crédito, al crédito formal es
un factor de exclusión en América Latina. En nuestro
país, objetivo primordial nuestro: lograr remontar esa
barrera.
Cuando empezó nuestro gobierno el microcrédito
representaba el 1,5 de la cartera total. Hoy representa el cinco.
Aspiramos que cuando termine nuestro gobierno, no represente
menos del siete por ciento.
El tema de la confianza inversionista. Ustedes me preguntarán: ¿y
el Presidente por qué habla de confianza inversionista
y no de crecimiento de la economía? Primero, déjenme
decirles: yo no soy economista, soy un atrevido que discute con
los economistas. Soy economista de tienda.
Lo que me ocurre es que después de observar tantos años
la vida colombiana, he llegado a la conclusión que crecimientos
furtivos por loterías, no generan transformaciones sociales.
Nada ganamos con tener unos años de crecimiento mientras
se agota un pozo petrolero que recién se descubre o mientras
pasa una bonanza cafetera.
Lo que hay que hacer, a mi juicio, es lograr que el país
tenga una alta tasa sostenida de inversión, que es lo
que garantiza en cualquier coyuntura también un crecimiento
elevado y sostenido.
Para lograr esas altas tasas de inversión, la palabra
clave es “confianza”. Elementos que trabajamos para
construir: el modelo. En las tentaciones estatistas de América
Latina es muy importante hablar del modelo.
Y es muy importante decirle con claridad al mundo: Colombia
es un país garantista a al inversión, con responsabilidad
social. Plenamente garantista, sin duda.
Segundo, la Seguridad Democrática; tercero, políticas
como la tributaria, la búsqueda de mercados, la posibilidad
de pactos de estabilidad, el buen manejo macro-económico.
Déjenme referir a algunas de estas políticas.
El tema tributario. Nosotros no hemos estado en la tesis de simplemente
rebajar los impuestos para que corra el riesgo de que se de mayor
apropiación de utilidades sin efectos positivos en la
inversión.
Eso que tanto que se critica en los Estados Unidos, no es nuestra
política tributaria. Punto esencial de nuestra política
tributaria es estimular la inversión. Y tenemos estímulos
específicos y estímulos generales. Un estímulo
específico: a los bio-combustibles. Un estímulo
específico: al turismo, a la hotelería. Un estímulo
general: la deducción del 40 por ciento a cualquier inversión
generadora de renta.
Yo le ruego a los analistas detenerse en ese punto. En la necesidad
de diferenciar entre lo que es un esquema tributario de regalos
y de reducciones de tarifas y lo que es un esquema tributario
promotor de inversiones.
Había mucha resistencia en la academia económica
de Colombia a los incentivos que nuestro gobierno ha introducido.
Pero creo que los resultados en materia de crecimiento de inversión
han venido disipando esas prevenciones.
Un elemento allí en la discusión es ¿por
qué el gobierno de Colombia le ofrece estímulos
al capital y no al trabajo? Mi respuesta es: en una economía,
como la colombiana que está buscando creciente inserción
en la economía internacional no se puede pretender competir
con bajos salarios, ni resolver el problema del desempleo con
empleos de baja productividad. En una economía que está buscando
inserción en mercados, hay que competir con productividad.
Si nosotros tenemos una economía cerrada, podemos darnos
el gusto de resolver el problema del desempleo obligando que
cada edificio contrate ascensoristas, pero si nosotros tenemos
una economía que está buscando la inserción
en la economía internacional, no podemos resolver el desempleo
con empleos de baja productividad.
Por eso pienso que en una economía crecientemente globalizada
un país que quiera ser jugador en esa economía,
no puede detenerse a hacer diferencias entre el estímulo
al capital y el estímulo al empleo porque finalmente los
estímulos bien orientados al capital son los que van a
generar los empleos de alta productividad que ayudarán
a que esa economía sea más competitiva y tenga
mejores ingresos. Eso no se opone a que en coyunturas haya que
tomar medidas especiales de protección al empleo, como
la medida a la que me referiré al hablar de tasas de cambio.
Otro tema bien importante, en esto de construir confianza es
el tema de la recientemente aprobada ley de zonas francas. Los
inversionistas pueden tener la certeza de que ya es una legislación
ajustada a los requerimientos de la Organización Mundial
del Comercio. Sin riesgos, con proyección de largo plazo.
Con una tarifa reducida de renta del 15 por ciento, compatible
con la deducción del 40 por ciento a las nuevas inversiones.
Quien esté en una zona franca paga el 15 por ciento de
tarifa. Si no crece, no tiene la deducción. Si crece,
antes de definir los ingresos gravables, puede deducir y de aplicarle
a esos ingresos gravables el 15 por ciento de tarifa, puede deducir
el 40 por ciento de la deducción que realizó.
Y un elemento que debo destacar: Colombia reclamaba desde hace
muchos años la figura de monousuario en las zonas francas.
La hemos incorporado. Hoy quien quiera instalarse en una zona
franca, puede tener la propia. Tiene que reunir unos requisitos,
no difíciles, de inversión y de número de
empleos.
Y por ejemplo en el tema de los biocombustibles. Se puede, y
en general, cualquier tema relacionado con el agro. El número
de empleos para cumplir el requisito de zona franca puede ser
la suma de los empleos de la planta industrial más la
suma de los empleos de los campos agrícolas, donde se
producen las materias primas de ese producto final. Tengo mucha
fe en ello.
Es bien importante resaltar también la ley de estabilidad.
Esa ley autoriza al gobierno a firmar pactos de estabilidad con
inversionistas privados. En el año 2006, cuando recién
se aprobaba no tuvo aplicación, porque mis compañeros
ministros dijeron: “Mire en un año en que se está definiendo
la legislación tributaria, debemos esperar la nueva legislación
antes de firmar nuevos Pactos de Estabilidad”. Este año
queremos darle todo, todo el impulso a los Pactos de Estabilidad.
Es muy importante la búsqueda de mercado. Para nosotros
la búsqueda de los Tratados de Comercio no se constituye
en una categoría ideológica, es una necesidad empírica.
Yo le decía a buenos amigos, presidentes latinoamericanos: “Miren,
ustedes con gas, con petróleo, ustedes no necesitan Tratados
de Libre Comercio, salir a vender petróleo al mundo, la
gente lo arrebata sin tratados de comercio. Nosotros que vender
unos productos industriales, tenemos que vender unos productos
agrícolas muy competidos, necesitamos tratados de comercio.
Ustedes tienen unos recursos muy cuantiosos de la venta de hidrocarburos
con lo cual hacen inversiones, Colombia no los tiene”.
Aspiramos que se apruebe el tratado con los Estados Unidos,
ustedes conocen el debate sobre el tema. Lo antecedimos del acuerdo
entre la Comunidad Andina y Mercosur, hemos firmado el tratado
con Chile, le asignamos toda la importancia, aspiramos profundizar
el tratado con México.
Estamos próximos a cerrar y a firmar el tratado con tres
países Centroamericanos, ya se están lanzando las
negociaciones con la Unión Europea y confío que
en el mes de julio, después de mi conversación
ayer con el Vicecanciller de Canadá, podamos lanzar las
negociaciones definitivas con el Canadá.
Hemos empezado ya a negociar acuerdos de protección de
inversiones y queremos llegar a este tipo de acuerdos con China
y con países asiáticos.
Todos estos son algunos de los elementos constitutivos de nuestra
política para construir confianza inversionista.
Permítanme referirme allí a dos preocupaciones
coyunturales: el tema de inflación y el tema de tasa de
cambio, y por supuesto los esfuerzos que se demandan del Gobierno,
El tema del gasto público. Aprecia el Gobierno que después
que habíamos logrado reducir la inflación en nuestra
administración del 8 al 4,5, este rebrote se debe a unas
causas específicas, y debe controlarse. Causa específicas:
tuvimos una sequía, no muy extensa en el tiempo pero muy
intensa, afectó muchísimo la oferta de alimentos.
Causa específica: ha aumentado mucho el consumo popular
en Colombia. Colombia durante muchos años no vio crecer
el consumo popular.
Yo celebro cuando me dicen: “Mire es que Colombia vendía
80 mil carros y ahora vende 180 mil”. Cuando me dicen: “Colombia
vendía 60 mil motos y ahora vende 300 mil al año”.
Pero celebro más cuando me dicen: “Colombia está vendiendo
más licuadoras, más neveras, más fogones”.
Y celebro mucho más cuando me dicen: “Colombia
está vendiendo más alimentos”. ¿Por
qué? porque lo que indica la fortaleza del consumo popular
es el consumo de alimentos, que en nuestra canasta inflacionaria
representa un porcentaje mucho más alto de lo que representa
en los países industrializados.
Ha habido una gran tonificación del consumo de alimentos
en Colombia y eso se debe a la fortaleza que en medio de las
dificultades y de la pobreza, que todavía nos agobia,
se va dando en algunas de las expresiones de los sectores populares.
Otro tema: el fenómeno mundial con los precios agrícolas
de productos que puedan ser materias primas de energía.
En Argentina, por el etanol, en pocas semanas el maíz
pasó de 120 a 200 dólares la tonelada. La furia
de los biocombustibles está produciendo un cambio en los
precios mundiales de los alimentos.
Todos aquellos productos agrícolas que puedan utilizarse
para generar energía, empiezan a tener unos precios referidos
al petróleo. Éste es un fenómeno de inflación
mundial que se siente menos en aquellos países donde los
alimentos representan el 20 por ciento de la canasta inflacionaria
y se siente más en países como Colombia, donde
los alimentos representan el 40 por ciento de la canasta inflacionaria.
Pero confiamos que esta inflación sea controlable. El
Gobierno respeta la independencia del Banco de la República
y la presencia del Ministro de Hacienda en esa junta, es una
presencia para armonizar políticas.
Creemos que las medidas recientemente tomadas sobre encajes
son prudentes y deben darse dos mensajes: primero, es preferible
una prudente elevación oportuna de las tasas de interés
que no hacerlo y correr el riesgo de tener que llegar a unas
medidas de choque que generen colapso, ése es el primer
mensaje.
Yo creo que una razonable y oportuna elevación nos garantiza
poder tener tasas asequibles en el largo plazo y no tener colapsos
que disparen las tasas.
Pero el segundo mensaje: el Gobierno ha dicho en el seno de
la junta del Banco de la República que no podemos volver
a tasas prohibitivas de interés porque allí en
lugar de desestimular la inflación, se desestimularía
la inversión. Por eso esto hay que ponerlo en un justo
punto de equilibrio.
El tema de tasa de cambio: nosotros queremos establecer la diferencia
entre inversión extranjera directa que no debe tener restricciones,
no la podemos golpear, capitales de portafolio de corto plazo
y lavado de dineros de narcotráfico.
Sobre los capitales de portafolio de corto plazo se expidió ayer
un decreto imponiéndoles un depósito por seis meses
que los encarece. Eso debe desestimular la tendencia de decir: “bueno
conseguimos un dinero barato en Japón, en una parte, en
la otra, traigámoslo a Colombia que es un país
seguro y hagamos aquí una utilidad de corto plazo”.
La restricción que se ha impuesto es por seis meses.
A mí personalmente me parece que debería ser por
un año pero he respetado la decisión del Ministerio
de Hacienda y he pedido que observen el tema.
Hay dos temores sobre esa restricción de los capitales
de portafolio: Primero, algunos analistas han dicho que esos
capitales constituyen un componente de financiación externa
muy importante para sostener el valor de los títulos de
la tesorería del Estado colombiano.
Segundo, que por ende en ese primer punto, puede habar un riesgo
de que al limitar esos capitales de portafolio, se desvaloricen
los Títulos de Tesorería.
Que puede incidir en una caída de la Bolsa de Acciones.
Antes de venir acá hice algunas consultas y me han dicho
que la caída que se ha presentado hoy, del tres por ciento,
ha sido general en el mundo. Que la causa determinante pudo ser
la declaración que se dio por el señor Alan Greenspan,
en los Estados Unidos, advirtiendo o presentado temores sobre
posibles burbujas en China.
Pero tengo que confesar, la media nuestra de ayer podría
haber causado una disminución en el índice inflacionario.
A mí me parece que es preferible tener una prudente disminución,
una estabilización de la curva que exponernos a un colapso,
por eso también quiero dar un mensaje de tranquilidad.
En cuanto al temor de que la restricción de esos capitales
de portafolio, desvalorice los títulos de la tesorería,
mi respuesta la conecto con nuestro esfuerzo fiscal. Hemos hecho
un gran esfuerzo fiscal, enseguida les voy a contar que ha pasado
con endeudamiento y con déficit.
Ese esfuerzo fiscal nos lleva a que al cerrar este mes de mayo,
el Gobierno tenga congelados en el Banco de la República,
nueve billones, eso es más de dos puntos del BID. Seguramente
el cronograma de obligaciones no nos permitirá tener la
misma cantidad congelada todo el año, pero el esfuerzo
es creciente.
¿Qué ha dicho el Ministro de Hacienda?, si llegare
a haber un temor sobre los títulos de la tesorería
del Estado colombiano, el Gobierno con su esfuerzo fiscal, sale
a recomprar títulos. Nosotros no vamos a dejar desvalorizar
un mercado de títulos de tesorería, que Colombia
viene construyendo desde los años 90 y 93, cuando creamos
los Fondos de Cesantías, y los Fondos de Pensiones. Estos últimos
se convirtieron en el gran factor de construcción de ahorro
en el país.
Y el otro tema: en favor de los tenedores de los títulos
de tesorería, con vocación de vencimiento, el Gobierno
está listo a ajustar las disposiciones que sean necesarias,
para que ellos no tengan que liquidar ganancias o pérdidas
todos los días, sino al vencimiento de esos títulos.
Quiero dar esa confianza a la comunidad de inversionistas.
Y ahí viene el tema del gasto público y el tema
del impacto de tasa de cambio sobre el empleo.
Nosotros hemos hecho grandes esfuerzos en gasto público,
sino no tuviéramos hoy cerca de nueve billones congelados
en el Banco Central. En agosto de 2002, cuando este Gobierno
empezó, el ministro Junguito me dijo, que teníamos
un déficit del 4,2 consolidado, que era necesario congelar
un billón, lo congelamos. Que había que derramar
un impuesto extraordinario porque no existía disponibilidad
de recursos para pagarle a los soldados, lo derramamos.
Terminamos ese año con el 3,6, ahora el consolidado enfila
alrededor del déficit del medio punto, de un punto. El
problema mayor lo hemos tenido en el Gobierno Nacional Central.
Cuando empezamos, teníamos un déficit del 6,2,
a eso habría que sumarle, el resultado del agotamiento
de las reservas en el Seguro Social, ha obligado al Gobierno
a hacerle al Seguro Social, una transferencia anual de recursos
del presupuesto. Este año vale 5 billones 10 mil millones,
1,3, 1,4 del PIB.
Si sumáramos el 6,2 más ese 1,3, habríamos
tenido un marco inicio del Gobierno, del 7,5. Confiamos que este
año, el déficit del Gobierno Nacional Central no
supere el 3,6. La tarea se está haciendo.
Yo he pedido al Ministro de Hacienda que con el Banco de la
República, reúnan una comisión que mire
el gasto público, el Gobierno es receptivo. Pero yo creo
que hay que valorar, los esfuerzos que estamos haciendo en reformas
del Estado, hasta hoy, un punto del PIB de ahorro anual. Qué sería
que no hubiéramos reformado, ustedes se imaginan los jubilados
de Telecom pidiéndole al Gobierno 500 mil millones al
año, y los jubilados de Paz del Río pidiendo otro
tanto, y siga, y siga, y siga.
Tenemos tres frentes de gasto, que en mi concepto el país
debe acompañar, los gastos de seguridad. Nosotros vamos
ganando esta batalla, pero no la hemos ganado todavía.
Si queremos un país sin guerrilla, sin paramilitares,
sin narcotráfico, todos esos espacios que se les dejaron
a ellos hay que coparlos, con las fuerzas institucionales.
Los gastos en infraestructura. Seguimos con mucho atraso en
infraestructura. Yo sobrevuelo a Bogotá, y veo, qué ciudad
tan importante y enseguida me voy a sobrevolar las carreteritas
que salen de Bogotá al mar, y digo, mis compatriotas son
muy capaces. Como funcionan y funcionan de bien, con semejantes
carreteritas tan insuficientes.
El atraso de infraestructura, el país es muy grande.
Nosotros lo que estamos empezando en infraestructura, no lo podemos
detener. Yo no puedo sacrificar programas sociales, como los
programas a los cuales me referí.
Teníamos una pobreza del 60, la tenemos en el 45, el
45 es muy alta. Y aspiramos llegar en el 2007 al 35.
La semana entrante el Gobierno estará tres días
en el Pacífico, donde tenemos tanta pobreza. Yo no puedo
llegar a esos pueblos solamente con fumigación de coca,
con erradicación manual de coca, con soldados y con infantes
de marina, también tenemos que llegar con Familias en
Acción, con educación, con Banca de Oportunidades,
esos son tres factores de gasto muy delicados que el Gobierno
no puede afectar. Pero si observadores imparciales nos muestran
que hay esfuerzos adicionales que hacer, estamos dispuestos a
hacerlo.
El tema del empleo. A mi me preocupa el impacto de la tasa de
cambio, en el empleo de actividades exportadores y de producción
nacional referida a precios internacionales, poco, intensivas
en mano de obra y no tan intensivas en insumos importados.
A uno le preocupa mucho el tema de las flores, generan aquí en
los alrededores de Bogotá cien mil empleos. Me pregunto
qué puede ser de una ciudad como Bogotá con esos
cien mil empleos que se pierdan.
El problema del banano, en zonas que han sido zonas de mucha
violencia, que se está superando, Urabá, el Magdalena.
El tema de confecciones, de textiles, de algunos productos agrícolas.
Los amigos de la revaluación dicen, magnífico,
hemos ganado mucho en deuda pública, hemos ganado mucho
en confianza, hemos ahorrado mucho para reequipar la empresa
privada colombiana, cuesta mucho menos la maquinaria, etcétera.
Entonces, yo creo que el país puede hacer un esfuerzo
de recursos presupuestales, para apoyar el empleo. Por eso la
decisión del Gobierno es apoyar a sectores exportadores
y productores, que reúnan ciertas características
para que sostengan sus empleos en esta coyuntura de revaluación.
Apoyarlos ¿cómo? El fisco pagará parcial
o totalmente durante un tiempo, las contribuciones parafiscales
de estos sectores, a cajas de compensación, a Sena y a
Bienestar Familiar.
Además creo que en un país que necesita formalizar
el empleo, buscar empleos de alta calidad, buscar empleos con
afiliación a la seguridad social, proteger esos empleos,
es coherente con ese objetivo.
El tema paramilitar. Ayer me preguntaba un periodista del Financial
Times, “bueno Presidente, ¿ese escándalo
de la parapolítica va a afectar la inversión?” Y
le dije: mire, lo que usted tiene que ver es que lo que hemos
hecho es desmontar le paramilitarismo. Hoy lo que se vería
es, reconocer los esfuerzos de Colombia.
Esta mañana leí un artículo que me puso
muy feliz, dice, mire Colombia está haciendo el mayor
esfuerzo mundial contra el terrorismo, contra las drogas. Los
soldados colombianos todos los días exponen sus vida,
etcétera, etcétera. Entonces es la hora, ahora
que Colombia está resolviendo el problema ¿es la
hora de castigarlo? Por Dios, eso sería darnos un tratamiento
injusto, de paria.
Hace cinco años, al único que se le decía
paramilitar aquí era a mí. Procurando mis adversarios
políticos evitar mi elección. Pero eso sí,
no se atrevían a criticar a los verdaderos paramilitares,
se morían de pánico. Hoy no da pánico, hoy
no da pánico porque los tenemos en la cárcel, porque
el Estado ha desmontado el paramilitarismo.
Yo veía el caso irlandés, veía el caso
español, ETA, unos pocos centenares de terroristas, IRA,
unos pocos centenares de terroristas, aquí encontramos
aproximadamente 60 mil. Eso no lo tiene ningún país
en el mundo. Hemos desmovilizado 40 mil, 30 mil paramilitares
y 10 mil guerrilleros. Ese programa de reinserción es
uno, como el programa de atención de desplazados, son
programas de una gran delicadeza, de una gran sensibilidad, que
tenemos que salir adelante. Tenemos hoy los jefes paramilitares
en la cárcel, los que están fugitivos, la decisión
del Gobierno es capturarlos, los que están en la cárcel
y cumplen con el proceso, tendrán el beneficio de la sentencia
reducida. Los fugitivos capturados no pueden tener ese beneficio,
y si hay solicitud de extradición y aprobación
de la Corte Suprema de Justicia, serán extraditados.
En este Gobierno hemos extraditado 580 personas, ningún
país del mundo puede mostrar ese record, hemos suspendido
5 ó 6 extradiciones, bajo condiciones muy severas, si
las incumple se levantan las extradiciones y son enviados al
país requirente. Este Gobierno es el Gobierno que puede
decir y yo veo otros casos de producción de droga en el
mundo.
El año pasado fumigamos 160 mil hectáreas y erradicamos
manualmente 43 mil, sí, eso no lo hemos ganado todavía,
yo pienso que cuando los presidentes Pastrana y Clinton pensaron
el Plan Colombia, en el país había más de
200 mil hectáreas de coca y amapola. Naciones Unidas acaba
de decir que terminamos 2006 con 79 mil.
El caso de la amapola Colombia la tiene prácticamente
eliminada, llegamos a cero, y cuando hay rebrote, inmediatamente
acude la Fuerza Pública a eliminar este rebrote.
Falta mucho, pero el país está haciendo un inmenso
esfuerzo. El caso de los líderes sindicales, entonces
me dice: a Colombia no le pueden aprobar el TLC en Estados Unidos,
porque Colombia tiene un Presidente paramilitar que mata a los
líderes sindicales y en Colombia hay impunidad.
Veamos que ha pasado: cuando nuestro Gobierno empezó,
en Colombia asesinaban por año, hubo años de asesinar
entre líderes sindicales y profesores, 256.
Desde la hora cero del Gobierno empezamos la protección
efectiva de ellos. Hoy hay seis mil colombianos con protección
individual, de ellos 1.500 líderes sindicales, eso nos
cuesta 76 mil millones este año, de presupuesto colombiano.
En el año 2005, logramos reducir eso a 25, pasó de
256 a 25. El año pasado hubo un rebrote, subió a
60, porque además del enfrentamiento guerrilla, paramilitares,
las dos guerrillas FARC y ELN empezaron a enfrentarse entre si.
Entonces, la FARC veía en Arauca un líder sindical
de un hospital y decía, ah, es del ELN, mátenlo,
y el ELN veía un líder sindical de una alcaldía
y decía: ah, es de las FARC, mátenlo.
¿Este año que ha pasado? Y tengo que hablar en
estos detalles porque el debate internacional es intenso, y yo
no puedo desaprovechar este foro con un discurso simplemente
con superficialidades y lugares comunes.
Este año han asesinado dos sindicalistas, nueve maestros.
De los nueve maestros dos comprobados por la FARC, los otros
en investigación, la última maestra asesinada,
eso ocurrió en el Cauca, el sábado pasado, estaba
en una fiesta rural, el Gobierno está haciendo todos los
esfuerzos por darles protección efectiva.
De los dos sindicalistas asesinados este año: el uno,
sindicalista del INPEC, la justicia ha dicho, no hay relación
entre el asesinato y sus relaciones sindicales.
El otro, el otro murió, como guerrillero armado, enfrentando
a la Fuerza Pública el 3 de mayo en Sucre. La Fuerza Pública
le dio de baja allí a unos guerrilleros, y apareció uno
que era sindicalista y la certificación viene del CTI,
que lo hizo tan pronto se dieron los hechos.
¿Qué le he dicho yo la comunidad nacional e internacional?
Si esa hipótesis llegare por la justicia a rectificarse,
el Gobierno aceptaría esa rectificación.
Hay que preguntarse ¿quién mata a los sindicalistas
colombianos? ¿Quién los asesina? Y hay que preguntarse ¿qué pasa
con la impunidad? Se decía: no, es que en Colombia hay
impunidad del 98 por ciento. Había.
Lo primero que hay que decir es que en un país que tenía
30, 35 mil asesinatos, un país de 42 millones de habitantes,
no hay justicia en el mundo que sea capaz de superar la impunidad.
¿Cuántos homicidios hay al año en su país
señor embajador del Reino Unido? 600, es la cifra que
yo recuerdo. Tienen 63 millones de habitantes, aquí más
de 30 mil asesinatos con 42 millones de habitantes. Afortunadamente,
eso se viene reduciendo y aceleradamente.
Lo primero es contener la criminalidad para que funcione la
justicia. Nosotros aceptamos todo lo que falta por hacer, pero
le pedimos al mundo que nos reconozca lo hecho.
Seguridad Democrática, sistema penal acusatorio, lo introdujimos
en Colombia, necesitó reforma constitucional. Adecuación
de los códigos. Solamente poner a funcionar el sistema
penal acusatorio el año pasado, implicó un presupuesto
adicional en la Fiscalía de 70 millones de dólares.
El Plan de Desarrollo, acaba de aprobar otra norma para seguir
fortaleciendo la justicia. Por primera vez la Corte Constitucional
de Colombia, tiene un equipo de investigadores, tiene un equipo
de investigadores de la propia entidad, gracias al apoyo presupuestal
del Gobierno.
En los últimos cuatro meses, ya se han producido 37 sentencias,
que han condenado a 59 personas como responsables de asesinatos
de sindicalistas.
El Gobierno desde el primer día, el señor Vicepresidente,
el Ministro de Defensa, el Presidente directamente, cada vez
que hay el asesinato de un sindicalista, inmediatamente ofrece
una recompensa para esclarecer el crimen. Como en el tema de
los periodistas, en este país asesinaban 15 periodistas
al año, yo creo que los periodistas colombianos han sentido
la eficacia de la protección de este Gobierno. Este año
no han asesinado uno solo y lo más importante es que en
las regiones el periodismo empieza a sentirse libre de amenazas.
Y hay que hacerse una pregunta: ¿Quién asesina
a los sindicalistas? Voy a hablar como observador de la vida
colombiana y como Presidente.
Como Presidente que respeto la justicia digo lo siguiente: si
hay una condena nacional o internacional que diga, este sindicalista
lo asesinó Drummond o Coca-Cola, o tal empresa privada
o Chiquita o tal bananero, el Gobierno es el primero en apoyar
esa decisión de la justicia y en exigir las más
severas penas a los responsables.
Hecha esa salvedad, permítanme decir ante este foro,
que en Colombia desde mi punto de vista los líderes sindicales
no son asesinados por los empresarios, son asesinados por paramilitares
y guerrilla a consecuencia de tantos años de descuido.
¿Cómo se creo eso? Era yo estudiante de la universidad
pública, años setenta, y entonces la guerrilla,
practicaba la fórmula marxista de combinar todas las formas
de lucha, explotaban un carrobomba y penetraban el movimiento
estudiantil, secuestraban y participaban en la política;
mataban y penetraban el movimiento sindical. La población
colombiana desprotegida a merced de la guerrilla. Y aquí,
yo pedí alguna vez que había que hacer el juicio
al Estado y se creyó que estaba simplemente picándole
un pequeño pleito a mis antecesores en la Presidencia,
lo que pasa es que aquí hubo muchas décadas de
la población totalmente desprotegida a merced de la guerrilla
y vino esa reacción paramilitar e hicieron lo mismo, combinar
formas de lucha, lo que se está revelando ahora, sus conexiones
con la política, lo que pasa es que en el caso de la guerrilla
no se revelaron.
Y entonces ¿qué ha pasado? Llegan los paramilitares
y dicen: ah, este sindicalista es de la guerrilla, lo asesinan
y llega la guerrilla y dice: a este sindicalista está con
los paramilitares, lo asesinan.
Eso hay que decírselo al mundo con claridad, porque esto
no se puede ver simplemente a la luz emotiva de un debate, hoy
que hay debate paramilitar en Colombia se da justamente cuando
hay paz paramilitar en Colombia.
Y un tema: la Ley de Justicia y Paz, la primera en el mundo,
que exige verdad, verdad de verdad, que impide animista o indulto
para delitos atroces, aquí se amnistiaron e indultaron
delitos atroces de las guerrillas. Impide que los responsables
de esos delitos sean elegidos al Congreso. Aquí, algunos
pasaron de incendiar el Palacio de Justicia a querer dirigir
la opinión desde el Congreso de Colombia o por lo menos
a desorientarla.
Se obliga que para ser beneficiarios de esta ley, los sometidos
a esta ley tengan que entregar sus bienes, para reparar a las
víctimas, eso no tiene antecedentes en el mundo.
¿Qué beneficios se les da a los sometidos a esta
Ley? Una sentencia reducida.
Yo he venido proponiendo unas excarcelaciones y me quiero referir
a eso, a las FARC.
El Gobierno tiene la obligación de acabar con el grupo
terrorista de las FARC y yo a eso no le mermo intensidad, todos
los días me dan más ganas de acabar con esos bandidos
y eso hay que decirlo con toda claridad. Pero el Gobierno también
tiene la obligación de buscar, sin afectar la seguridad,
condiciones para rescatar a los secuestrados.
Yo me propongo en el curso de las próximas semanas, liberar
unos guerrilleros de las FARC que están en la cárcel,
como un gesto que busca la liberación de los ciudadanos
que están secuestrados por las FARC.
Estamos ultimando condiciones y normas jurídicas, fuentes
jurídicas, por ejemplo, que esas personas se desmovilicen,
que se comprometan a no reincidir en el delito, que haya una
entidad seria que las supervise, podría ser la Iglesia
Católica. Me preguntan: ¿y si son responsables
de delitos atroces? Una de las consideraciones que estamos haciendo,
es que se liberen aquellos que ya hayan cumplido equis tiempo
de la sentencia, amen de someterse a los otros requisitos.
Vamos a proceder en esa dirección, en la búsqueda
de la liberación de nuestros secuestrados. Lo que no vamos
a hacer es entregarle una zona de despeje a la FARC, esos bandidos
aprendieron de Marx, lo que Marx aprendió de Maquiavelo:
cuando su Estado, al que consideran enemigo, tiene un gesto de
generosidad con ellos, lo aprovechan para fortalecer sus acciones
terroristas y seguir en el delirio de la toma violenta del poder
y eso no lo vamos a permitir.
Viene el tema del ELN. El país tiene que estar preparado,
si avanza ese proceso de paz, si avanza ese proceso de paz, seguramente
en un momento, como ya lo ha dicho el ELN públicamente,
van a decir bueno: necesitamos que nos liberen las personas que
están en la cárcel y habrá que prepararse
para unas excarcelaciones.
Esta mañana me preguntaba alguien: “bueno, Presidente,
pero usted que le dice a la comunidad internacional, usted va
a se eso con las FARC, pero al mismo tiempo sigue en el rescate
militar”. Mire, rescate militar no es una cosa de moda
ni de las últimas semanas, desde el primer día
de Gobierno yo he procurado cumplir el deber del rescate militar.
El doctor Fernando Araújo, hoy Canciller, me decía: “cuando
empezó su Gobierno el siete de agosto de 2002, empezamos
a sentir los aviones y la presencia militar” y lo mismo
me decía el subintendente Pinchao, me dijo, “desde
que empezó su Gobierno, empezamos a sentir la presión
en busca de nuestra liberación”.
Los paramilitares. Me voy a referir a este tema en varios casos.
Primero, quienes están en la cárcel. Ellos dicen
que el Gobierno les incumplió, porque el Gobierno les
ofreció alternativas penitenciarias como serían
colonias agrícolas.
Yo soy responsable de dos decisiones, haberlos llevado primero
a La Ceja y después a Itagüí, ¿por
qué? Por las consideraciones que le hice al país
en ese momento, porque tenían estancado el proceso y porque
hubo unos crímenes y unas amenazas de delitos que todavía
no se han esclarecido. Creo que esos traslados a pesar de las
protestas, pueden haber contribuido a salvar ese proceso.
También he asumido la responsabilidad de hacerle saber
a través del Comisionado y el Ministro del Interior, que
si incumplen con el proceso, si se producen sentencias que protocolicen
el proceso, lo perfeccionen, el Gobierno oportunamente considerará alternativas
penitenciarias como serían colonias agrícolas.
Segundo caso, los paramilitares reincidentes después
de haberse desmovilizado, o que definitivamente no se sometieron
a la ley.
De esos líderes no sometidos a la ley hemos capturado
recientemente dos: un señor HH de apellido Velosa, y un
señor a quien se conoce con el nombre Salomón,
no se sometieron a la ley, no serán beneficiarios de las
sentencias reducidas, tampoco de la suspensión de extradición,
si hay solicitud de extradición, serán extraditados
con el previo visto bueno de la Corte Suprema de Justicia.
En ese mismo caso, los que se desmovilizaron y reincidieron,
aquí no vamos a dejar prosperar reincidentes, a nosotros
que no nos asusten con águilas negras, ni blancas, ni
azules, la idea es acabar con toso esos bandidos, así como
hemos sido generosos con ese proceso de paz, tenemos que ser
totalmente firmes para que se respete ese proceso de paz.
Hasta la fecha las fuerzas institucionales han dado de baja
a más de 400 reincidentes y han capturado a más
de 800 reincidentes, estos capturados no pueden ser beneficiarios
de la ley y si hay solicitud de extradición serán
enviados.
Viene el otro caso, el tema de las vinculaciones, primero en
este país no se puede hablar de vinculaciones con el paramilitarismo
exclusivamente, este país no conoció las vinculaciones
con la guerrilla. Yo recuerdo en muchas regiones colombianas
que ese dominio guerrillero obligaba a la gente que quería
un cargo de elección ir a pedirle permiso a la guerrilla.
Todavía el sábado al salir del Consejo Comunitario
en San Agustín, en el Huila, me decían mis casuales
interlocutores “vea Presidente, usted va para aquel morrito,
aquí muy cerca de la cabecera urbana donde esta el helicóptero
esperándolo, hasta hace tres años que ya sentimos
la política de Seguridad Democrática quien aspirara
en este pueblo a ser alcalde o concejal allá tenía
que ir conminado por la guerrilla, y hay de que no fuera, no
lo dejaban aspirar o lo mataban”, y lo mismo hicieron los
paramilitares en muchas zonas.
Es que hay que considerar las circunstancias que vivió el
país, una ciudadanía totalmente desprotegida por
las fuerzas institucionales, por el Estado, y sometida a estos
grupos. Esas circunstancias no se pueden desconsiderar.
Yo le he pedido respetuosamente a la justicia, públicamente,
respetando toda su independencia, que eso debe de considerarse
y que debe establecerse la diferencia entre los que tuvieron
vinculaciones por coacción insuperable, o por una gestión
humanitaria, por qué me están amenazando, por qué me
van a matar, por qué no liberan a tal secuestrado y los
que tuvieron vinculaciones con ánimo delictivo.
Y que el país tiene que conocer la génesis de
eso, y si no se investigaron las conexiones con la guerrilla,
por lo menos que se reconozcan.
Dicho esto, yo he dicho que lo que más importa en este
momento es la verdad. ¿Por qué? Digo que importa
más la verdad que purgar la pena, porque puede ser que
se purgue una pena pero el país no haga una reflexión.
En cambio, si hay verdad, hay una reflexión y creo que
ese puede ser el camino para que el país no repita esa
tragedia, para que el país se comprometa todo, a que Colombia
tiene que vivir sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico.
Por eso he propuesto para la discusión nacional, premiar
con excarcelación la verdad y allí ya entramos
a casos, para casos de vinculaciones, por igual, frente a las
vinculaciones que están apareciendo con el paramilitarismo,
como frente a las vinculaciones que las hubo por decenas y que
nunca se confesaron, con la guerrilla, por igual.
Entonces, en mi concepto, y es el camino que estamos buscando,
debe procederse de la siguiente manera:
Primero, la persona que quiera ese beneficio tiene que decir
la verdad a satisfacción del juez de conocimiento del
caso.
Segundo, la excarcelación puede ser total o parcial,
dependiendo de la naturaleza del delito. En un delito menos grave,
de acuerdo con nuestra legislación, podría ser
desde el inicio de la causa penal. En un delito grave, puede
ser cuando haya cumplido un porcentaje de la sentencia.
Tercero, la excarcelación no implica que se levante la
responsabilidad penal, la condena sigue, de ahí se deriva
que puede haber excarcelación pero no amnistía
ni indulto; y de ahí se deriva que puede darse la mezcla
de excarcelación y muerte política. Usted confesó,
gana el beneficio de la excarcelación, no la gana la amnistía
ni el indulto por la naturaleza de su delito, y al mismo tiempo,
usted no puede volver aspirar a cargos de elección en
su vida política.
Y se pregunta, ¿es esto una ley de punto final? De ninguna
manera, esa no es una ley de olvido, de punto final, esta es
una ley de memoria para evitar que se repita la tragedia.
Le corresponde al Presidente de la República proponerle
estos debates al país, abiertamente, no confabulado allá entre
cuatro paredes, mirando a ver como vamos a sacar eso a través
de un mico en el Congreso, esto tiene que ser de cara al país.
También he dicho, si se puede producir una legislación
que complemente la ley de Justicia y Paz sobre la materia, que
acabo de exponerles, debe excluir al Presidente de la República,
si el Presidente de la República ha tenido vinculaciones
con esos bandidos, que al Presidente de la República lo
lleven a la cárcel a podrirse.
Me parece que ese un elemento importante de dejarlo claro para
poder avanzar en la búsqueda de esa legislación.
El mundo tiene que conocer que aquí hemos vivido una
tragedia muy grande y que estamos tratando de superarla.
Esta mañana me preguntaban, ¿y las cortes internacionales
lo van a permitir? Yo tuve la fortuna de estar en Inglaterra
en el Good Friday Agreement, viernes santo del 98, y me sorprendió la
liberación que hizo el Gobierno para cumplir esos acuerdos
de unos guerrilleros del IRA, condenados por mayores atrocidades
y me explicaron: les dan excarcelación, pero no les levantan
la condena es una excarcelación sin amnistía, sin
indulto, es una excarcelación con muerte política.
Eso lo podemos practicar en Colombia.
Y termino con esta reflexión: para algunos críticos
internacionales nuestra Ley de Justicia y Paz es blanda con los
paramilitares, pero es muy dura con la guerrilla, los paramilitares
tienen que cumplir entre cinco y ocho años de cárcel,
algunos aspiran que las guerrillas no cumpla con un solo año
de cárcel, nos esperan días difíciles en
esa discusión, pero los vamos a afrontar. Lo que no se
puede hacer es darle un tratamiento diferente a la crueldad de
unos y el tratamiento que se le de a la crueldad de otros.
Yo habría preferido abrir esta reunión a preguntas
de ustedes, pero estos temas de la vida colombiana son unos temas
de mucha discusión, mucho debate, acá, en los Estados
Unidos, en América Latina, en Europa.
Ahora me llamaron unos comunicadores y me dijeron que querían
una rueda de prensa sobre la idea de la excarcelación.
Les dije, pues yo voy a dar esa idea en el foro de The Economist,
vayan allá muchachos, porque esto hay que estárselo
hablando a todo el país y a la comunidad internacional.
¿Tenemos totalmente elaborado la propuesta? No, no es
fácil, la vamos a ir poniendo en Internet, borrador uno,
borrador dos, draft (borrador) uno, draft dos, hasta que lleguemos
al green paper y al white paper.
Y públicamente, en una discusión pública,
constructiva, yo soy totalmente cerrero contra la crítica
destructiva pero totalmente permeable frente a la crítica
constructiva, y así vamos a procurar construir todas estas
alternativas.
Inviertan en Colombia que el pueblo colombiano, no el Estado,
el pueblo colombiano le ofrece todas las condiciones de confianza
a los inversionistas.
Muchas gracias”.
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