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24 de mayo

PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN FORO DE LA REVISTA THE ECONOMIST

Bogotá, 24 may. (SNE).- Las siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez en el foro de la revista The Economist, que se realizó este jueves en el Club El Nogal, al norte de Bogotá.

“Quiero en primer lugar agradecer esta nueva convocatoria que es muy útil para Colombia y me propongo hacerles a ustedes algunos comentarios sobre la visión que el Gobierno tiene del país, la situación de América Latina, el modelo, los tres principales objetivos de Gobierno, problemas de coyuntura, el tema de inflación, el tema de tasa de cambio, el tema de los paramilitares, las recientes propuestas que hemos hecho para premiar la verdad con beneficios de excarcelación.

Creo que la discusión en América Latina sobre gobiernos de derecha y gobiernos de izquierda es una discusión obsoleta, polarizante, impráctica.

La verdad es que una cosa son los discursos de los candidatos y otra cosa son las realizaciones de los gobiernos, y en ocasiones se da que lo que hacen aquellos que se autoproclaman de izquierda, corresponde a residuos dictatoriales.

Entonces, nosotros creemos que América Latina no puede seguir sumida en la profundización de esa división, yo particularmente pienso que era válida en las épocas de las dictaduras, cuando quienes combatían esas dictaduras trajeron de Europa las ideas de izquierda justamente para poder sustituir las dictaduras por democracias plurales.

Colombia y nuestro Gobierno cree que se trata es de estimular la profundización de la democracia y que ello requiere trabajar cinco elementos, la seguridad con alcance democrático, el respeto a las libertades, la cohesión social, al mismo tiempo la transparencia y el funcionamiento del Estado con poderes independientes que garanticen el freno a cualquier desbordamiento.

Creemos que alrededor de esos cinco principios debe girar nuestra democracia y creemos que es lo que la comunidad nacional de cada país y la comunidad internacional debe observar en los países latinoamericanos.

Es muy importante entrar a hablar de otros elementos del modelo, el papel del Estado, el espacio para el sector privado, la responsabilidad social.

América Latina, en la década de los 90, en algunas partes hizo una aplicación exagerada del Consenso de Washington, se desmanteló el Estado. Colombia no lo ha hecho, en Colombia nosotros hemos reformado al Estado sin desmantelarlo.

En este Gobierno hemos reformado alrededor de 360 entidades del estado, eso produce un ahorro de un punto del PIB al año, ha logrado ir transformando un Estado al servicio de clientelas políticas, de excesos sindicales, en un Estado al servicio de la comunidad.

Caso relevante es el caso de Telecom, pudimos haberla eliminado, no la eliminamos, la reestructuramos, tenía valor negativo, hoy tiene valor positivo, no estaba en condiciones de pagar las pensiones, se proponía trasladarle esa cuenta pensional al presupuesto nacional, hoy está al día con los pensionados, está al día con los trabajadores activos, carecía de posibilidades de inversión, en un país que ha avanzado mucho en telefonía móvil pero que requiere superar atrasos en materia de banda ancha y en materia de conectividad. Hoy tiene más de 3 mil millones de dólares para invertir en los años que vienen.

El caso Paz del Río, en lugar de aplicar la teoría de dejar que muriera un esfuerzo estatal, se reestructuró, se hizo un gran convenio con los trabajadores, convenio de reducción de costos laborales excesivos, el convenio de que ellos aumentaran su participación como propietarios, el tránsito de un sindicalismo de viejo tipo, reivindicacionista y político, a un sindicalismo de nuevo tipo, participante, con responsabilidades gerenciales.

Y eso ha producido un inmenso positivo resultado, la empresa se ha salvado, y los nuevos inversionistas se han comprometido que en los años que vienen, en pocos, esa empresa pasará de producir 360 mil toneladas de producto siderúrgico al año, a producir más de un millón.

Hemos reformado 190 hospitales, sin desmantelar el Estado, y algo muy importante, en empresas donde el Estado ha buscado el capital privado esa presencia del capital privado nos garantiza buen gobierno.

Por ejemplo, regresando a Telecom, cuando discutía yo la reforma de Telecom con el sindicato y la entonces ministra de comunicaciones, la doctora Marta Pinto de De Hart, el sindicato me decía: ¡Presidente, pero es que no todas las culpas las tiene el sindicato, aquí hubo gerentes que nombraron los gobiernos que eran los que concedían cualquier clase de prestaciones¡ Además los gobiernos mandaban personas a Telecom a que completarán allí el período de jubilación o a mejorar la jubilación.

Qué hemos logrado con esta transformación. Enseñorear en la empresa prácticas de buen gobierno, hoy nadie de la clase política pide un puesto en Telecom.

Hemos hecho una gran reforma laboral y pensional en Ecopetrol, y este año –y eso hay que aplaudírselo al Gobierno de Colombia- en medio de la oposición política de América Latina donde se quiere la estatización, el Congreso de Colombia aprobó una ley propuesta por nosotros para capitalizar a Ecopetrol.

Esa es una contratendencia de gran importancia, que hay que resaltar en favor de Colombia, y no solamente va a aumentar muchísimo la capacidad de inversión de Ecopetrol, estamos seguros que va a tener una incidencia muy positiva en el crecimiento del valor patrimonial de Ecopetrol en favor del Estado colombiano, de los nuevos accionistas, pero también va a ser una garantía de buen gobierno.

¿Quién va a pedir un asiento en la Junta de Ecopetrol por razones políticas? ¿Quién va a pedir un nombramiento en Ecopetrol por razones políticas? Colombia –para concluir este punto- no ha estado en la tesis de desmantelar el Estado pero sí está haciendo un gran esfuerzo para reestructurarlo.

A mí me han preguntado, ¿cuál es el legado económico más importante que usted le quiere dejar al país? Yo he dicho, confianza para invertir en Colombia, y el segundo, resolver el problema fiscal de largo plazo vía reestructuración del Estado.

Todavía nos faltan muchas entidades por reestructurar, vamos a reestructurar todas las clínicas del Seguro Social, hasta ahora apenas hemos empezado, reestructuramos la de Santa Marta, la de Cartagena, estamos reestructurando las de Medellín y los cambios son del día a la noche.

Y esos temas parecían intocables por razones políticas, aquí hay un buen recibido de la comunidad, yo entro a Cartagena a la clínica del Seguro Social, converso con médicos, enfermeras, pacientes, y todo el mundo está contento con la reforma. Nuestro compromiso, ante ustedes, ante la comunidad nacional e internacional, es continuar hasta el último día de Gobierno en la tarea de reestructurar al Estado.

Esa década del desmantelamiento del Estado en América Latina ha sido sustituida por el período de estatismo, Colombia no está en el estatismo y eso hay que decirlo con claridad, toca resaltarlo en este momento cuando nuestro principal objetivo es fortalecer la confianza de inversión en Colombia.

Nosotros le damos todas las garantías a la inversión privada nacional e internacional, con una exigencia: responsabilidad social.

Esa responsabilidad social para nosotros se expresa en tres áreas, en las relaciones de los inversionistas con el Estado, en las relaciones de los inversionistas con las comunidades y en las relaciones de los inversionistas con los trabajadores.

Relaciones de los inversionistas con el Estado: transparencia, en ese último libro del profesor Stiglitz, en algunos párrafos trata de justificar decisiones gubernamentales de otros países de América Latina, en la circunstancia según la apreciación del profesor Stiglitz, de que en esos países hubo corrupción en asignación de concesiones, corrupción en las relaciones tributarias entre el Estado e inversionistas internacionales, etc. Ese no es el caso de Colombia. Todos nuestros esfuerzos se orientan para que venga toda la inversión posible y haya toda la transparencia con el Estado.

Hace poco celebrábamos el regreso de los inversionistas japoneses a Colombia. Estaban alejados de nuestro país. Alegaban dos circunstancias: violencia y litigios con el Estado colombiano. Solamente en el área de telecomunicaciones, este Gobierno encontró 21 litigios con inversionistas internacionales. Están hoy superados en su totalidad con transparencia.

La ciudadanía era opuesta a esas conciliaciones. Miraba cada caso con suspicacia. Los funcionarios se morían de pánico de avanzar hacia una conciliación. Veían una crítica en un medio, veían un juicio en la Procuraduría, veían un juicio fiscal en la Contraloría o una acción penal.

En aras de la transparencia nos propusimos que todos esos acuerdos antes de ser perfeccionados los conociera la opinión pública. Eso dio confianza a la ciudadanía, confianza a los funcionarios, confianza a los organismos de control.

Colombia hace todos los esfuerzos de transparencia para adjudicar concesiones, para adjudicar contratos. Para nosotros es fundamental la audiencia pública, la participación comunitaria como garantía de transparencia y de confianza.

En el modelo colombiano en éste punto es muy importante tener en cuenta que la teoría político jurídica en el mundo, sobre controles hace énfasis en controles de organismos fiscales, nuestra Contraloría; controles de organismos jurisdiccionales disciplinarios, nuestra Procuraduría; controles políticos, el Legislativo; controles penales, la Fiscalía, los jueces.

En Colombia nosotros agregamos un control al cual le asignamos la mayor importancia: el control de opinión. Un Estado de opinión con creciente participación ciudadana. Eso es un factor muy importante de generación de confianza.

En transparencia, confianza, en la relaciones de los inversionistas con el Estado. En las relaciones de los inversionistas con la comunidad, solidaridad, construcción de confianza. Hemos visto recientemente las protestas de las comunidades del departamento del Cesar porque consideran que ha faltado solidaridad en empresas extractoras de carbón.

Que por algunos de esos cascos urbanos transitan 600, 700 tractomulas cargadas de carbón al día. Que no se pavimenta la calle por donde se hace ese transito y que los habitantes son condenados a tener que respirar una perversa contaminación.

¿Qué ha hecho el estado, el Gobierno? Nosotros no obstaculizamos la iniciativa privada. Nosotros no desconocemos las inquietudes de la comunidad, de manera abierta, de cara al país. En un dialogo que hemos promovido con unidad, con participación masiva, inversionista, trabajadores, Gobierno, hemos buscado unos acuerdos para responderle a esas comunidades.

Confiamos que los inversionistas los cumplan, que eso sea una demostración de solidaridad con estas comunidades, de respeto a estas comunidades y un camino de construcción de confianza.

No se hace a hurtadillas. Nosotros creemos que la publicidad de la acción pública es un elemento muy importante de confianza.

Relaciones de los inversionistas con los trabajadores. Creemos que no puede haber el extremo del capitalismo salvaje, ni el extremo que tanto daño hizo en América Latina, que tanto daño que todavía se ve en Colombia, el estímulo a la lucha violenta de clases.

Paras nosotros esas relaciones tiene que ser guiadas por principios de fraternidad, de solidaridad, por verdaderos principios cristianos.

Y pasemos a otro punto. Los tres principales objetivos de Gobierno. Consolidación de la Seguridad Democrática, consolidación de la confianza inversionista y el cumplimiento de las metas sociales del milenio.

Recuerden ustedes que les hable de los cinco principios democráticos. La seguridad con alcance democrático, las libertades públicas, la cohesión social, la transparencia y la independencia entre instituciones que confluyen a la formación del Estado.

En estos tres objetivos de Gobierno los reflejamos. Y veamos como se relacionan. Hay una relación recíproca entre cada dos de ellos. Y una relación transitiva que une a los tres.

Las relaciones entre cada dos de ellos: la seguridad y la confianza inversionista. Si hay seguridad se da confianza inversionista. Colombia lo ha probado. Y al mismo tiempo si hay confianza inversionista se hace sostenible la seguridad.

Los esfuerzos nuestros por la seguridad en el primer Gobierno generaron confianza inversionista. Esa confianza inversionista nos ha permitido ahora, derramar un impuesto por una sola vez, que se pagará en ocho semestres a los altos patrimonios para hacer sostenible la política de seguridad.

La relación entre seguridad y las metas sociales. Si hay seguridad fluyen los recursos para cumplir las metas sociales. Y si cumplimos las metas sociales, los sectores tradicionalmente excluidos legitimarán la seguridad.

Y la relación entre confianza inversionista y metas sociales también mutua. Solamente con confianza inversionista se puede repartir prosperidad. En ausencia de confianza inversionista, lo único que se puede repartir es demagogia y miseria.

Es muy importante en la mirada de largo plazo en América Latina, preguntarnos que queremos en equidad. Si queremos repartir prosperidad o si queremos repartir demagogia y miseria. Nosotros queremos repartir prosperidad. Por eso relacionamos confianza inversionista con las metas sociales. Si hay confianza inversionista y prospera la economía se puede construir equidad sobre bases de prosperidad.

Y cuando los sectores excluidos empiezan a recibir beneficios legitiman el sistema de libertad de iniciativa privada. Dicen, se justifica que Colombia profundice confianza inversionista. Y entre los tres están unidos a través de un elemento transitivo.

Empecemos por las metas sociales. Compromiso de Colombia, cumplir las metas sociales del milenio antes de la fecha fijada por Naciones Unidas. Estamos empeñados en esa tarea.

Tenemos una serie de objetivos sociales adicionales. Por ejemplo en educación. Cobertura en educación básica. Primer Gobierno: Creados un millón 419 mil cupos.

Segundo Gobierno. Objetivo: llegar a plena cobertura en educación básica.

El Sena, creo que la comunidad internacional lo debería observar. Mi intuición es que se ha convertido en el Instituto vocacional más importante de América Latina. Primer Gobierno, pasó de un millón 100 mil estudiantes a cuatro millones de estudiantes.

De cinco millones de horas de enseñanza a 15 millones de horas de enseñanza por año. Segundo Gobierno, tiene que llegar a 250 mil estudiantes en programas de técnicas y tecnología. Tiene que llegar a partir de una línea de base de cero a un millón 200 mil estudiantes en ambiente virtual.

Tiene que tener convenios con todas las universidades para que sus técnicos y tecnólogos, en cualquier momento posterior puedan ingresar a una universidad, les acepten los créditos cursados y accedan al grado de educación superior.

Tiene que ser un ejemplo de capacitación de microempresarios, de acompañamiento de microempresarios para acceder a crédito, y de acompañamiento de microempresarios, mientras sean deudores.

Universidad. Primer gobierno. Pasamos del 22 al 29 por ciento en cobertura universitaria. Segundo gobierno. Tenemos que llegar al 35 por ciento de cobertura universitaria.

El Instituto Colombiano de Crédito Educativo (Icetex), en el consolidado de los dos gobiernos tiene que multiplicar por cinco el número de estudiantes universitarios beneficiarios de crédito y por seis el volumen de su cartera.

Tenemos problemas con algunas universidades, pensionales, y por eso ha habido protestas en Bogotá, pero los estamos resolviendo. Hemos resuelto el problema pensional en mucha universidad colombiana y tenemos la responsabilidad de resolverlo en todas. Y el gobierno no puede desmayar en esa tarea. Hemos recibido mucha crítica en Barranquilla, la tierra de la ex ministra Cecilia Rodríguez.

Primero se decía: “no voten por Uribe que cierra la universidad del Atlántico”. No. Nosotros no la vamos a cerrar, pero la vamos a reestructurar. Una universidad no puede estar al servicio de pensiones fraudulentas, de nóminas artificiales. Tiene que estar al servicio de la ciencia. Tiene que estar al servicio de los estudiantes.

Y así sucesivamente. Ustedes miran el campo de la salud, el campo del saneamiento básico, y encuentran metas muy exigentes.

Quiero referirme aquí a dos temas. A Familias en Acción y a Banca de Oportunidades.

Mi predecesor, el presidente Pastrana, introdujo al país el programa Familias en Acción. Nosotros lo encontramos con un programa experimental para 220 mil familias, familias pobres que reciben un subsidio del Estado para garantizar la educación y la nutrición de los hijos.

En agosto tendremos millón y medio de Familias en Acción, el tránsito de 220 mil a millón y medio. Ese sí que es un salto bien, bien importante.

Banca de oportunidades. Nosotros no hemos creado un nuevo banco para los pobres. Hemos hecho un acuerdo con todo el sector financiero, público, privado, ongs, Fondo de Garantías, universidades, para una gran meta: proveer de crédito en este gobierno a cinco millones de familias pobres de Colombia.

En el primer gobierno logramos millón 800 mil microcréditos. La meta de cinco millones en el segundo gobierno es muy exigente. En agosto, cuando hagamos al primera evaluación de la segunda meta tendremos que haber completado un millón 250 mil créditos.

Conseguirle un crédito de 100 millones a una empresa sería no es difícil. Le mandan el crédito por teléfono. Conseguirle un crédito de 400 mil pesos a una mujer que vive de una venta en la calle, que tiene la plancha empeñada en una casa de usura, y que necesita unos recursos para que no tenga que cerrarse su venta, es muy difícil.

Por eso en esa tarea, sábado tras sábado, comprometemos al sector financiero público, privado, a las ongs, la falta de acceso al crédito, al crédito formal es un factor de exclusión en América Latina. En nuestro país, objetivo primordial nuestro: lograr remontar esa barrera.

Cuando empezó nuestro gobierno el microcrédito representaba el 1,5 de la cartera total. Hoy representa el cinco. Aspiramos que cuando termine nuestro gobierno, no represente menos del siete por ciento.

El tema de la confianza inversionista. Ustedes me preguntarán: ¿y el Presidente por qué habla de confianza inversionista y no de crecimiento de la economía? Primero, déjenme decirles: yo no soy economista, soy un atrevido que discute con los economistas. Soy economista de tienda.

Lo que me ocurre es que después de observar tantos años la vida colombiana, he llegado a la conclusión que crecimientos furtivos por loterías, no generan transformaciones sociales. Nada ganamos con tener unos años de crecimiento mientras se agota un pozo petrolero que recién se descubre o mientras pasa una bonanza cafetera.

Lo que hay que hacer, a mi juicio, es lograr que el país tenga una alta tasa sostenida de inversión, que es lo que garantiza en cualquier coyuntura también un crecimiento elevado y sostenido.

Para lograr esas altas tasas de inversión, la palabra clave es “confianza”. Elementos que trabajamos para construir: el modelo. En las tentaciones estatistas de América Latina es muy importante hablar del modelo.

Y es muy importante decirle con claridad al mundo: Colombia es un país garantista a al inversión, con responsabilidad social. Plenamente garantista, sin duda.

Segundo, la Seguridad Democrática; tercero, políticas como la tributaria, la búsqueda de mercados, la posibilidad de pactos de estabilidad, el buen manejo macro-económico.

Déjenme referir a algunas de estas políticas. El tema tributario. Nosotros no hemos estado en la tesis de simplemente rebajar los impuestos para que corra el riesgo de que se de mayor apropiación de utilidades sin efectos positivos en la inversión.

Eso que tanto que se critica en los Estados Unidos, no es nuestra política tributaria. Punto esencial de nuestra política tributaria es estimular la inversión. Y tenemos estímulos específicos y estímulos generales. Un estímulo específico: a los bio-combustibles. Un estímulo específico: al turismo, a la hotelería. Un estímulo general: la deducción del 40 por ciento a cualquier inversión generadora de renta.

Yo le ruego a los analistas detenerse en ese punto. En la necesidad de diferenciar entre lo que es un esquema tributario de regalos y de reducciones de tarifas y lo que es un esquema tributario promotor de inversiones.

Había mucha resistencia en la academia económica de Colombia a los incentivos que nuestro gobierno ha introducido. Pero creo que los resultados en materia de crecimiento de inversión han venido disipando esas prevenciones.

Un elemento allí en la discusión es ¿por qué el gobierno de Colombia le ofrece estímulos al capital y no al trabajo? Mi respuesta es: en una economía, como la colombiana que está buscando creciente inserción en la economía internacional no se puede pretender competir con bajos salarios, ni resolver el problema del desempleo con empleos de baja productividad. En una economía que está buscando inserción en mercados, hay que competir con productividad.

Si nosotros tenemos una economía cerrada, podemos darnos el gusto de resolver el problema del desempleo obligando que cada edificio contrate ascensoristas, pero si nosotros tenemos una economía que está buscando la inserción en la economía internacional, no podemos resolver el desempleo con empleos de baja productividad.

Por eso pienso que en una economía crecientemente globalizada un país que quiera ser jugador en esa economía, no puede detenerse a hacer diferencias entre el estímulo al capital y el estímulo al empleo porque finalmente los estímulos bien orientados al capital son los que van a generar los empleos de alta productividad que ayudarán a que esa economía sea más competitiva y tenga mejores ingresos. Eso no se opone a que en coyunturas haya que tomar medidas especiales de protección al empleo, como la medida a la que me referiré al hablar de tasas de cambio.

Otro tema bien importante, en esto de construir confianza es el tema de la recientemente aprobada ley de zonas francas. Los inversionistas pueden tener la certeza de que ya es una legislación ajustada a los requerimientos de la Organización Mundial del Comercio. Sin riesgos, con proyección de largo plazo. Con una tarifa reducida de renta del 15 por ciento, compatible con la deducción del 40 por ciento a las nuevas inversiones.

Quien esté en una zona franca paga el 15 por ciento de tarifa. Si no crece, no tiene la deducción. Si crece, antes de definir los ingresos gravables, puede deducir y de aplicarle a esos ingresos gravables el 15 por ciento de tarifa, puede deducir el 40 por ciento de la deducción que realizó.

Y un elemento que debo destacar: Colombia reclamaba desde hace muchos años la figura de monousuario en las zonas francas. La hemos incorporado. Hoy quien quiera instalarse en una zona franca, puede tener la propia. Tiene que reunir unos requisitos, no difíciles, de inversión y de número de empleos.

Y por ejemplo en el tema de los biocombustibles. Se puede, y en general, cualquier tema relacionado con el agro. El número de empleos para cumplir el requisito de zona franca puede ser la suma de los empleos de la planta industrial más la suma de los empleos de los campos agrícolas, donde se producen las materias primas de ese producto final. Tengo mucha fe en ello.

Es bien importante resaltar también la ley de estabilidad. Esa ley autoriza al gobierno a firmar pactos de estabilidad con inversionistas privados. En el año 2006, cuando recién se aprobaba no tuvo aplicación, porque mis compañeros ministros dijeron: “Mire en un año en que se está definiendo la legislación tributaria, debemos esperar la nueva legislación antes de firmar nuevos Pactos de Estabilidad”. Este año queremos darle todo, todo el impulso a los Pactos de Estabilidad.

Es muy importante la búsqueda de mercado. Para nosotros la búsqueda de los Tratados de Comercio no se constituye en una categoría ideológica, es una necesidad empírica.

Yo le decía a buenos amigos, presidentes latinoamericanos: “Miren, ustedes con gas, con petróleo, ustedes no necesitan Tratados de Libre Comercio, salir a vender petróleo al mundo, la gente lo arrebata sin tratados de comercio. Nosotros que vender unos productos industriales, tenemos que vender unos productos agrícolas muy competidos, necesitamos tratados de comercio. Ustedes tienen unos recursos muy cuantiosos de la venta de hidrocarburos con lo cual hacen inversiones, Colombia no los tiene”.

Aspiramos que se apruebe el tratado con los Estados Unidos, ustedes conocen el debate sobre el tema. Lo antecedimos del acuerdo entre la Comunidad Andina y Mercosur, hemos firmado el tratado con Chile, le asignamos toda la importancia, aspiramos profundizar el tratado con México.

Estamos próximos a cerrar y a firmar el tratado con tres países Centroamericanos, ya se están lanzando las negociaciones con la Unión Europea y confío que en el mes de julio, después de mi conversación ayer con el Vicecanciller de Canadá, podamos lanzar las negociaciones definitivas con el Canadá.

Hemos empezado ya a negociar acuerdos de protección de inversiones y queremos llegar a este tipo de acuerdos con China y con países asiáticos.

Todos estos son algunos de los elementos constitutivos de nuestra política para construir confianza inversionista.

Permítanme referirme allí a dos preocupaciones coyunturales: el tema de inflación y el tema de tasa de cambio, y por supuesto los esfuerzos que se demandan del Gobierno,

El tema del gasto público. Aprecia el Gobierno que después que habíamos logrado reducir la inflación en nuestra administración del 8 al 4,5, este rebrote se debe a unas causas específicas, y debe controlarse. Causa específicas: tuvimos una sequía, no muy extensa en el tiempo pero muy intensa, afectó muchísimo la oferta de alimentos.

Causa específica: ha aumentado mucho el consumo popular en Colombia. Colombia durante muchos años no vio crecer el consumo popular.

Yo celebro cuando me dicen: “Mire es que Colombia vendía 80 mil carros y ahora vende 180 mil”. Cuando me dicen: “Colombia vendía 60 mil motos y ahora vende 300 mil al año”.

Pero celebro más cuando me dicen: “Colombia está vendiendo más licuadoras, más neveras, más fogones”.

Y celebro mucho más cuando me dicen: “Colombia está vendiendo más alimentos”. ¿Por qué? porque lo que indica la fortaleza del consumo popular es el consumo de alimentos, que en nuestra canasta inflacionaria representa un porcentaje mucho más alto de lo que representa en los países industrializados.

Ha habido una gran tonificación del consumo de alimentos en Colombia y eso se debe a la fortaleza que en medio de las dificultades y de la pobreza, que todavía nos agobia, se va dando en algunas de las expresiones de los sectores populares.

Otro tema: el fenómeno mundial con los precios agrícolas de productos que puedan ser materias primas de energía.

En Argentina, por el etanol, en pocas semanas el maíz pasó de 120 a 200 dólares la tonelada. La furia de los biocombustibles está produciendo un cambio en los precios mundiales de los alimentos.

Todos aquellos productos agrícolas que puedan utilizarse para generar energía, empiezan a tener unos precios referidos al petróleo. Éste es un fenómeno de inflación mundial que se siente menos en aquellos países donde los alimentos representan el 20 por ciento de la canasta inflacionaria y se siente más en países como Colombia, donde los alimentos representan el 40 por ciento de la canasta inflacionaria.

Pero confiamos que esta inflación sea controlable. El Gobierno respeta la independencia del Banco de la República y la presencia del Ministro de Hacienda en esa junta, es una presencia para armonizar políticas.

Creemos que las medidas recientemente tomadas sobre encajes son prudentes y deben darse dos mensajes: primero, es preferible una prudente elevación oportuna de las tasas de interés que no hacerlo y correr el riesgo de tener que llegar a unas medidas de choque que generen colapso, ése es el primer mensaje.

Yo creo que una razonable y oportuna elevación nos garantiza poder tener tasas asequibles en el largo plazo y no tener colapsos que disparen las tasas.

Pero el segundo mensaje: el Gobierno ha dicho en el seno de la junta del Banco de la República que no podemos volver a tasas prohibitivas de interés porque allí en lugar de desestimular la inflación, se desestimularía la inversión. Por eso esto hay que ponerlo en un justo punto de equilibrio.

El tema de tasa de cambio: nosotros queremos establecer la diferencia entre inversión extranjera directa que no debe tener restricciones, no la podemos golpear, capitales de portafolio de corto plazo y lavado de dineros de narcotráfico.

Sobre los capitales de portafolio de corto plazo se expidió ayer un decreto imponiéndoles un depósito por seis meses que los encarece. Eso debe desestimular la tendencia de decir: “bueno conseguimos un dinero barato en Japón, en una parte, en la otra, traigámoslo a Colombia que es un país seguro y hagamos aquí una utilidad de corto plazo”.

La restricción que se ha impuesto es por seis meses. A mí personalmente me parece que debería ser por un año pero he respetado la decisión del Ministerio de Hacienda y he pedido que observen el tema.

Hay dos temores sobre esa restricción de los capitales de portafolio: Primero, algunos analistas han dicho que esos capitales constituyen un componente de financiación externa muy importante para sostener el valor de los títulos de la tesorería del Estado colombiano.

Segundo, que por ende en ese primer punto, puede habar un riesgo de que al limitar esos capitales de portafolio, se desvaloricen los Títulos de Tesorería.

Que puede incidir en una caída de la Bolsa de Acciones. Antes de venir acá hice algunas consultas y me han dicho que la caída que se ha presentado hoy, del tres por ciento, ha sido general en el mundo. Que la causa determinante pudo ser la declaración que se dio por el señor Alan Greenspan, en los Estados Unidos, advirtiendo o presentado temores sobre posibles burbujas en China.

Pero tengo que confesar, la media nuestra de ayer podría haber causado una disminución en el índice inflacionario. A mí me parece que es preferible tener una prudente disminución, una estabilización de la curva que exponernos a un colapso, por eso también quiero dar un mensaje de tranquilidad.

En cuanto al temor de que la restricción de esos capitales de portafolio, desvalorice los títulos de la tesorería, mi respuesta la conecto con nuestro esfuerzo fiscal. Hemos hecho un gran esfuerzo fiscal, enseguida les voy a contar que ha pasado con endeudamiento y con déficit.

Ese esfuerzo fiscal nos lleva a que al cerrar este mes de mayo, el Gobierno tenga congelados en el Banco de la República, nueve billones, eso es más de dos puntos del BID. Seguramente el cronograma de obligaciones no nos permitirá tener la misma cantidad congelada todo el año, pero el esfuerzo es creciente.

¿Qué ha dicho el Ministro de Hacienda?, si llegare a haber un temor sobre los títulos de la tesorería del Estado colombiano, el Gobierno con su esfuerzo fiscal, sale a recomprar títulos. Nosotros no vamos a dejar desvalorizar un mercado de títulos de tesorería, que Colombia viene construyendo desde los años 90 y 93, cuando creamos los Fondos de Cesantías, y los Fondos de Pensiones. Estos últimos se convirtieron en el gran factor de construcción de ahorro en el país.

Y el otro tema: en favor de los tenedores de los títulos de tesorería, con vocación de vencimiento, el Gobierno está listo a ajustar las disposiciones que sean necesarias, para que ellos no tengan que liquidar ganancias o pérdidas todos los días, sino al vencimiento de esos títulos. Quiero dar esa confianza a la comunidad de inversionistas.

Y ahí viene el tema del gasto público y el tema del impacto de tasa de cambio sobre el empleo.

Nosotros hemos hecho grandes esfuerzos en gasto público, sino no tuviéramos hoy cerca de nueve billones congelados en el Banco Central. En agosto de 2002, cuando este Gobierno empezó, el ministro Junguito me dijo, que teníamos un déficit del 4,2 consolidado, que era necesario congelar un billón, lo congelamos. Que había que derramar un impuesto extraordinario porque no existía disponibilidad de recursos para pagarle a los soldados, lo derramamos.

Terminamos ese año con el 3,6, ahora el consolidado enfila alrededor del déficit del medio punto, de un punto. El problema mayor lo hemos tenido en el Gobierno Nacional Central. Cuando empezamos, teníamos un déficit del 6,2, a eso habría que sumarle, el resultado del agotamiento de las reservas en el Seguro Social, ha obligado al Gobierno a hacerle al Seguro Social, una transferencia anual de recursos del presupuesto. Este año vale 5 billones 10 mil millones, 1,3, 1,4 del PIB.

Si sumáramos el 6,2 más ese 1,3, habríamos tenido un marco inicio del Gobierno, del 7,5. Confiamos que este año, el déficit del Gobierno Nacional Central no supere el 3,6. La tarea se está haciendo.

Yo he pedido al Ministro de Hacienda que con el Banco de la República, reúnan una comisión que mire el gasto público, el Gobierno es receptivo. Pero yo creo que hay que valorar, los esfuerzos que estamos haciendo en reformas del Estado, hasta hoy, un punto del PIB de ahorro anual. Qué sería que no hubiéramos reformado, ustedes se imaginan los jubilados de Telecom pidiéndole al Gobierno 500 mil millones al año, y los jubilados de Paz del Río pidiendo otro tanto, y siga, y siga, y siga.

Tenemos tres frentes de gasto, que en mi concepto el país debe acompañar, los gastos de seguridad. Nosotros vamos ganando esta batalla, pero no la hemos ganado todavía. Si queremos un país sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico, todos esos espacios que se les dejaron a ellos hay que coparlos, con las fuerzas institucionales.

Los gastos en infraestructura. Seguimos con mucho atraso en infraestructura. Yo sobrevuelo a Bogotá, y veo, qué ciudad tan importante y enseguida me voy a sobrevolar las carreteritas que salen de Bogotá al mar, y digo, mis compatriotas son muy capaces. Como funcionan y funcionan de bien, con semejantes carreteritas tan insuficientes.

El atraso de infraestructura, el país es muy grande. Nosotros lo que estamos empezando en infraestructura, no lo podemos detener. Yo no puedo sacrificar programas sociales, como los programas a los cuales me referí.

Teníamos una pobreza del 60, la tenemos en el 45, el 45 es muy alta. Y aspiramos llegar en el 2007 al 35.

La semana entrante el Gobierno estará tres días en el Pacífico, donde tenemos tanta pobreza. Yo no puedo llegar a esos pueblos solamente con fumigación de coca, con erradicación manual de coca, con soldados y con infantes de marina, también tenemos que llegar con Familias en Acción, con educación, con Banca de Oportunidades, esos son tres factores de gasto muy delicados que el Gobierno no puede afectar. Pero si observadores imparciales nos muestran que hay esfuerzos adicionales que hacer, estamos dispuestos a hacerlo.

El tema del empleo. A mi me preocupa el impacto de la tasa de cambio, en el empleo de actividades exportadores y de producción nacional referida a precios internacionales, poco, intensivas en mano de obra y no tan intensivas en insumos importados.

A uno le preocupa mucho el tema de las flores, generan aquí en los alrededores de Bogotá cien mil empleos. Me pregunto qué puede ser de una ciudad como Bogotá con esos cien mil empleos que se pierdan.

El problema del banano, en zonas que han sido zonas de mucha violencia, que se está superando, Urabá, el Magdalena. El tema de confecciones, de textiles, de algunos productos agrícolas.

Los amigos de la revaluación dicen, magnífico, hemos ganado mucho en deuda pública, hemos ganado mucho en confianza, hemos ahorrado mucho para reequipar la empresa privada colombiana, cuesta mucho menos la maquinaria, etcétera.

Entonces, yo creo que el país puede hacer un esfuerzo de recursos presupuestales, para apoyar el empleo. Por eso la decisión del Gobierno es apoyar a sectores exportadores y productores, que reúnan ciertas características para que sostengan sus empleos en esta coyuntura de revaluación.

Apoyarlos ¿cómo? El fisco pagará parcial o totalmente durante un tiempo, las contribuciones parafiscales de estos sectores, a cajas de compensación, a Sena y a Bienestar Familiar.

Además creo que en un país que necesita formalizar el empleo, buscar empleos de alta calidad, buscar empleos con afiliación a la seguridad social, proteger esos empleos, es coherente con ese objetivo.

El tema paramilitar. Ayer me preguntaba un periodista del Financial Times, “bueno Presidente, ¿ese escándalo de la parapolítica va a afectar la inversión?” Y le dije: mire, lo que usted tiene que ver es que lo que hemos hecho es desmontar le paramilitarismo. Hoy lo que se vería es, reconocer los esfuerzos de Colombia.

Esta mañana leí un artículo que me puso muy feliz, dice, mire Colombia está haciendo el mayor esfuerzo mundial contra el terrorismo, contra las drogas. Los soldados colombianos todos los días exponen sus vida, etcétera, etcétera. Entonces es la hora, ahora que Colombia está resolviendo el problema ¿es la hora de castigarlo? Por Dios, eso sería darnos un tratamiento injusto, de paria.

Hace cinco años, al único que se le decía paramilitar aquí era a mí. Procurando mis adversarios políticos evitar mi elección. Pero eso sí, no se atrevían a criticar a los verdaderos paramilitares, se morían de pánico. Hoy no da pánico, hoy no da pánico porque los tenemos en la cárcel, porque el Estado ha desmontado el paramilitarismo.

Yo veía el caso irlandés, veía el caso español, ETA, unos pocos centenares de terroristas, IRA, unos pocos centenares de terroristas, aquí encontramos aproximadamente 60 mil. Eso no lo tiene ningún país en el mundo. Hemos desmovilizado 40 mil, 30 mil paramilitares y 10 mil guerrilleros. Ese programa de reinserción es uno, como el programa de atención de desplazados, son programas de una gran delicadeza, de una gran sensibilidad, que tenemos que salir adelante. Tenemos hoy los jefes paramilitares en la cárcel, los que están fugitivos, la decisión del Gobierno es capturarlos, los que están en la cárcel y cumplen con el proceso, tendrán el beneficio de la sentencia reducida. Los fugitivos capturados no pueden tener ese beneficio, y si hay solicitud de extradición y aprobación de la Corte Suprema de Justicia, serán extraditados.

En este Gobierno hemos extraditado 580 personas, ningún país del mundo puede mostrar ese record, hemos suspendido 5 ó 6 extradiciones, bajo condiciones muy severas, si las incumple se levantan las extradiciones y son enviados al país requirente. Este Gobierno es el Gobierno que puede decir y yo veo otros casos de producción de droga en el mundo.

El año pasado fumigamos 160 mil hectáreas y erradicamos manualmente 43 mil, sí, eso no lo hemos ganado todavía, yo pienso que cuando los presidentes Pastrana y Clinton pensaron el Plan Colombia, en el país había más de 200 mil hectáreas de coca y amapola. Naciones Unidas acaba de decir que terminamos 2006 con 79 mil.

El caso de la amapola Colombia la tiene prácticamente eliminada, llegamos a cero, y cuando hay rebrote, inmediatamente acude la Fuerza Pública a eliminar este rebrote.

Falta mucho, pero el país está haciendo un inmenso esfuerzo. El caso de los líderes sindicales, entonces me dice: a Colombia no le pueden aprobar el TLC en Estados Unidos, porque Colombia tiene un Presidente paramilitar que mata a los líderes sindicales y en Colombia hay impunidad.

Veamos que ha pasado: cuando nuestro Gobierno empezó, en Colombia asesinaban por año, hubo años de asesinar entre líderes sindicales y profesores, 256.

Desde la hora cero del Gobierno empezamos la protección efectiva de ellos. Hoy hay seis mil colombianos con protección individual, de ellos 1.500 líderes sindicales, eso nos cuesta 76 mil millones este año, de presupuesto colombiano.

En el año 2005, logramos reducir eso a 25, pasó de 256 a 25. El año pasado hubo un rebrote, subió a 60, porque además del enfrentamiento guerrilla, paramilitares, las dos guerrillas FARC y ELN empezaron a enfrentarse entre si.

Entonces, la FARC veía en Arauca un líder sindical de un hospital y decía, ah, es del ELN, mátenlo, y el ELN veía un líder sindical de una alcaldía y decía: ah, es de las FARC, mátenlo.

¿Este año que ha pasado? Y tengo que hablar en estos detalles porque el debate internacional es intenso, y yo no puedo desaprovechar este foro con un discurso simplemente con superficialidades y lugares comunes.

Este año han asesinado dos sindicalistas, nueve maestros. De los nueve maestros dos comprobados por la FARC, los otros en investigación, la última maestra asesinada, eso ocurrió en el Cauca, el sábado pasado, estaba en una fiesta rural, el Gobierno está haciendo todos los esfuerzos por darles protección efectiva.

De los dos sindicalistas asesinados este año: el uno, sindicalista del INPEC, la justicia ha dicho, no hay relación entre el asesinato y sus relaciones sindicales.

El otro, el otro murió, como guerrillero armado, enfrentando a la Fuerza Pública el 3 de mayo en Sucre. La Fuerza Pública le dio de baja allí a unos guerrilleros, y apareció uno que era sindicalista y la certificación viene del CTI, que lo hizo tan pronto se dieron los hechos.

¿Qué le he dicho yo la comunidad nacional e internacional? Si esa hipótesis llegare por la justicia a rectificarse, el Gobierno aceptaría esa rectificación.

Hay que preguntarse ¿quién mata a los sindicalistas colombianos? ¿Quién los asesina? Y hay que preguntarse ¿qué pasa con la impunidad? Se decía: no, es que en Colombia hay impunidad del 98 por ciento. Había.

Lo primero que hay que decir es que en un país que tenía 30, 35 mil asesinatos, un país de 42 millones de habitantes, no hay justicia en el mundo que sea capaz de superar la impunidad.

¿Cuántos homicidios hay al año en su país señor embajador del Reino Unido? 600, es la cifra que yo recuerdo. Tienen 63 millones de habitantes, aquí más de 30 mil asesinatos con 42 millones de habitantes. Afortunadamente, eso se viene reduciendo y aceleradamente.

Lo primero es contener la criminalidad para que funcione la justicia. Nosotros aceptamos todo lo que falta por hacer, pero le pedimos al mundo que nos reconozca lo hecho.

Seguridad Democrática, sistema penal acusatorio, lo introdujimos en Colombia, necesitó reforma constitucional. Adecuación de los códigos. Solamente poner a funcionar el sistema penal acusatorio el año pasado, implicó un presupuesto adicional en la Fiscalía de 70 millones de dólares.

El Plan de Desarrollo, acaba de aprobar otra norma para seguir fortaleciendo la justicia. Por primera vez la Corte Constitucional de Colombia, tiene un equipo de investigadores, tiene un equipo de investigadores de la propia entidad, gracias al apoyo presupuestal del Gobierno.

En los últimos cuatro meses, ya se han producido 37 sentencias, que han condenado a 59 personas como responsables de asesinatos de sindicalistas.

El Gobierno desde el primer día, el señor Vicepresidente, el Ministro de Defensa, el Presidente directamente, cada vez que hay el asesinato de un sindicalista, inmediatamente ofrece una recompensa para esclarecer el crimen. Como en el tema de los periodistas, en este país asesinaban 15 periodistas al año, yo creo que los periodistas colombianos han sentido la eficacia de la protección de este Gobierno. Este año no han asesinado uno solo y lo más importante es que en las regiones el periodismo empieza a sentirse libre de amenazas.

Y hay que hacerse una pregunta: ¿Quién asesina a los sindicalistas? Voy a hablar como observador de la vida colombiana y como Presidente.

Como Presidente que respeto la justicia digo lo siguiente: si hay una condena nacional o internacional que diga, este sindicalista lo asesinó Drummond o Coca-Cola, o tal empresa privada o Chiquita o tal bananero, el Gobierno es el primero en apoyar esa decisión de la justicia y en exigir las más severas penas a los responsables.

Hecha esa salvedad, permítanme decir ante este foro, que en Colombia desde mi punto de vista los líderes sindicales no son asesinados por los empresarios, son asesinados por paramilitares y guerrilla a consecuencia de tantos años de descuido.

¿Cómo se creo eso? Era yo estudiante de la universidad pública, años setenta, y entonces la guerrilla, practicaba la fórmula marxista de combinar todas las formas de lucha, explotaban un carrobomba y penetraban el movimiento estudiantil, secuestraban y participaban en la política; mataban y penetraban el movimiento sindical. La población colombiana desprotegida a merced de la guerrilla. Y aquí, yo pedí alguna vez que había que hacer el juicio al Estado y se creyó que estaba simplemente picándole un pequeño pleito a mis antecesores en la Presidencia, lo que pasa es que aquí hubo muchas décadas de la población totalmente desprotegida a merced de la guerrilla y vino esa reacción paramilitar e hicieron lo mismo, combinar formas de lucha, lo que se está revelando ahora, sus conexiones con la política, lo que pasa es que en el caso de la guerrilla no se revelaron.

Y entonces ¿qué ha pasado? Llegan los paramilitares y dicen: ah, este sindicalista es de la guerrilla, lo asesinan y llega la guerrilla y dice: a este sindicalista está con los paramilitares, lo asesinan.

Eso hay que decírselo al mundo con claridad, porque esto no se puede ver simplemente a la luz emotiva de un debate, hoy que hay debate paramilitar en Colombia se da justamente cuando hay paz paramilitar en Colombia.

Y un tema: la Ley de Justicia y Paz, la primera en el mundo, que exige verdad, verdad de verdad, que impide animista o indulto para delitos atroces, aquí se amnistiaron e indultaron delitos atroces de las guerrillas. Impide que los responsables de esos delitos sean elegidos al Congreso. Aquí, algunos pasaron de incendiar el Palacio de Justicia a querer dirigir la opinión desde el Congreso de Colombia o por lo menos a desorientarla.

Se obliga que para ser beneficiarios de esta ley, los sometidos a esta ley tengan que entregar sus bienes, para reparar a las víctimas, eso no tiene antecedentes en el mundo.

¿Qué beneficios se les da a los sometidos a esta Ley? Una sentencia reducida.

Yo he venido proponiendo unas excarcelaciones y me quiero referir a eso, a las FARC.

El Gobierno tiene la obligación de acabar con el grupo terrorista de las FARC y yo a eso no le mermo intensidad, todos los días me dan más ganas de acabar con esos bandidos y eso hay que decirlo con toda claridad. Pero el Gobierno también tiene la obligación de buscar, sin afectar la seguridad, condiciones para rescatar a los secuestrados.

Yo me propongo en el curso de las próximas semanas, liberar unos guerrilleros de las FARC que están en la cárcel, como un gesto que busca la liberación de los ciudadanos que están secuestrados por las FARC.

Estamos ultimando condiciones y normas jurídicas, fuentes jurídicas, por ejemplo, que esas personas se desmovilicen, que se comprometan a no reincidir en el delito, que haya una entidad seria que las supervise, podría ser la Iglesia Católica. Me preguntan: ¿y si son responsables de delitos atroces? Una de las consideraciones que estamos haciendo, es que se liberen aquellos que ya hayan cumplido equis tiempo de la sentencia, amen de someterse a los otros requisitos.

Vamos a proceder en esa dirección, en la búsqueda de la liberación de nuestros secuestrados. Lo que no vamos a hacer es entregarle una zona de despeje a la FARC, esos bandidos aprendieron de Marx, lo que Marx aprendió de Maquiavelo: cuando su Estado, al que consideran enemigo, tiene un gesto de generosidad con ellos, lo aprovechan para fortalecer sus acciones terroristas y seguir en el delirio de la toma violenta del poder y eso no lo vamos a permitir.

Viene el tema del ELN. El país tiene que estar preparado, si avanza ese proceso de paz, si avanza ese proceso de paz, seguramente en un momento, como ya lo ha dicho el ELN públicamente, van a decir bueno: necesitamos que nos liberen las personas que están en la cárcel y habrá que prepararse para unas excarcelaciones.

Esta mañana me preguntaba alguien: “bueno, Presidente, pero usted que le dice a la comunidad internacional, usted va a se eso con las FARC, pero al mismo tiempo sigue en el rescate militar”. Mire, rescate militar no es una cosa de moda ni de las últimas semanas, desde el primer día de Gobierno yo he procurado cumplir el deber del rescate militar. El doctor Fernando Araújo, hoy Canciller, me decía: “cuando empezó su Gobierno el siete de agosto de 2002, empezamos a sentir los aviones y la presencia militar” y lo mismo me decía el subintendente Pinchao, me dijo, “desde que empezó su Gobierno, empezamos a sentir la presión en busca de nuestra liberación”.

Los paramilitares. Me voy a referir a este tema en varios casos. Primero, quienes están en la cárcel. Ellos dicen que el Gobierno les incumplió, porque el Gobierno les ofreció alternativas penitenciarias como serían colonias agrícolas.

Yo soy responsable de dos decisiones, haberlos llevado primero a La Ceja y después a Itagüí, ¿por qué? Por las consideraciones que le hice al país en ese momento, porque tenían estancado el proceso y porque hubo unos crímenes y unas amenazas de delitos que todavía no se han esclarecido. Creo que esos traslados a pesar de las protestas, pueden haber contribuido a salvar ese proceso.

También he asumido la responsabilidad de hacerle saber a través del Comisionado y el Ministro del Interior, que si incumplen con el proceso, si se producen sentencias que protocolicen el proceso, lo perfeccionen, el Gobierno oportunamente considerará alternativas penitenciarias como serían colonias agrícolas.

Segundo caso, los paramilitares reincidentes después de haberse desmovilizado, o que definitivamente no se sometieron a la ley.

De esos líderes no sometidos a la ley hemos capturado recientemente dos: un señor HH de apellido Velosa, y un señor a quien se conoce con el nombre Salomón, no se sometieron a la ley, no serán beneficiarios de las sentencias reducidas, tampoco de la suspensión de extradición, si hay solicitud de extradición, serán extraditados con el previo visto bueno de la Corte Suprema de Justicia.

En ese mismo caso, los que se desmovilizaron y reincidieron, aquí no vamos a dejar prosperar reincidentes, a nosotros que no nos asusten con águilas negras, ni blancas, ni azules, la idea es acabar con toso esos bandidos, así como hemos sido generosos con ese proceso de paz, tenemos que ser totalmente firmes para que se respete ese proceso de paz.

Hasta la fecha las fuerzas institucionales han dado de baja a más de 400 reincidentes y han capturado a más de 800 reincidentes, estos capturados no pueden ser beneficiarios de la ley y si hay solicitud de extradición serán enviados.

Viene el otro caso, el tema de las vinculaciones, primero en este país no se puede hablar de vinculaciones con el paramilitarismo exclusivamente, este país no conoció las vinculaciones con la guerrilla. Yo recuerdo en muchas regiones colombianas que ese dominio guerrillero obligaba a la gente que quería un cargo de elección ir a pedirle permiso a la guerrilla.

Todavía el sábado al salir del Consejo Comunitario en San Agustín, en el Huila, me decían mis casuales interlocutores “vea Presidente, usted va para aquel morrito, aquí muy cerca de la cabecera urbana donde esta el helicóptero esperándolo, hasta hace tres años que ya sentimos la política de Seguridad Democrática quien aspirara en este pueblo a ser alcalde o concejal allá tenía que ir conminado por la guerrilla, y hay de que no fuera, no lo dejaban aspirar o lo mataban”, y lo mismo hicieron los paramilitares en muchas zonas.

Es que hay que considerar las circunstancias que vivió el país, una ciudadanía totalmente desprotegida por las fuerzas institucionales, por el Estado, y sometida a estos grupos. Esas circunstancias no se pueden desconsiderar.

Yo le he pedido respetuosamente a la justicia, públicamente, respetando toda su independencia, que eso debe de considerarse y que debe establecerse la diferencia entre los que tuvieron vinculaciones por coacción insuperable, o por una gestión humanitaria, por qué me están amenazando, por qué me van a matar, por qué no liberan a tal secuestrado y los que tuvieron vinculaciones con ánimo delictivo.

Y que el país tiene que conocer la génesis de eso, y si no se investigaron las conexiones con la guerrilla, por lo menos que se reconozcan.

Dicho esto, yo he dicho que lo que más importa en este momento es la verdad. ¿Por qué? Digo que importa más la verdad que purgar la pena, porque puede ser que se purgue una pena pero el país no haga una reflexión.

En cambio, si hay verdad, hay una reflexión y creo que ese puede ser el camino para que el país no repita esa tragedia, para que el país se comprometa todo, a que Colombia tiene que vivir sin guerrilla, sin paramilitares, sin narcotráfico.

Por eso he propuesto para la discusión nacional, premiar con excarcelación la verdad y allí ya entramos a casos, para casos de vinculaciones, por igual, frente a las vinculaciones que están apareciendo con el paramilitarismo, como frente a las vinculaciones que las hubo por decenas y que nunca se confesaron, con la guerrilla, por igual.

Entonces, en mi concepto, y es el camino que estamos buscando, debe procederse de la siguiente manera:

Primero, la persona que quiera ese beneficio tiene que decir la verdad a satisfacción del juez de conocimiento del caso.

Segundo, la excarcelación puede ser total o parcial, dependiendo de la naturaleza del delito. En un delito menos grave, de acuerdo con nuestra legislación, podría ser desde el inicio de la causa penal. En un delito grave, puede ser cuando haya cumplido un porcentaje de la sentencia.

Tercero, la excarcelación no implica que se levante la responsabilidad penal, la condena sigue, de ahí se deriva que puede haber excarcelación pero no amnistía ni indulto; y de ahí se deriva que puede darse la mezcla de excarcelación y muerte política. Usted confesó, gana el beneficio de la excarcelación, no la gana la amnistía ni el indulto por la naturaleza de su delito, y al mismo tiempo, usted no puede volver aspirar a cargos de elección en su vida política.

Y se pregunta, ¿es esto una ley de punto final? De ninguna manera, esa no es una ley de olvido, de punto final, esta es una ley de memoria para evitar que se repita la tragedia.

Le corresponde al Presidente de la República proponerle estos debates al país, abiertamente, no confabulado allá entre cuatro paredes, mirando a ver como vamos a sacar eso a través de un mico en el Congreso, esto tiene que ser de cara al país.

También he dicho, si se puede producir una legislación que complemente la ley de Justicia y Paz sobre la materia, que acabo de exponerles, debe excluir al Presidente de la República, si el Presidente de la República ha tenido vinculaciones con esos bandidos, que al Presidente de la República lo lleven a la cárcel a podrirse.

Me parece que ese un elemento importante de dejarlo claro para poder avanzar en la búsqueda de esa legislación.

El mundo tiene que conocer que aquí hemos vivido una tragedia muy grande y que estamos tratando de superarla.

Esta mañana me preguntaban, ¿y las cortes internacionales lo van a permitir? Yo tuve la fortuna de estar en Inglaterra en el Good Friday Agreement, viernes santo del 98, y me sorprendió la liberación que hizo el Gobierno para cumplir esos acuerdos de unos guerrilleros del IRA, condenados por mayores atrocidades y me explicaron: les dan excarcelación, pero no les levantan la condena es una excarcelación sin amnistía, sin indulto, es una excarcelación con muerte política. Eso lo podemos practicar en Colombia.

Y termino con esta reflexión: para algunos críticos internacionales nuestra Ley de Justicia y Paz es blanda con los paramilitares, pero es muy dura con la guerrilla, los paramilitares tienen que cumplir entre cinco y ocho años de cárcel, algunos aspiran que las guerrillas no cumpla con un solo año de cárcel, nos esperan días difíciles en esa discusión, pero los vamos a afrontar. Lo que no se puede hacer es darle un tratamiento diferente a la crueldad de unos y el tratamiento que se le de a la crueldad de otros.

Yo habría preferido abrir esta reunión a preguntas de ustedes, pero estos temas de la vida colombiana son unos temas de mucha discusión, mucho debate, acá, en los Estados Unidos, en América Latina, en Europa.

Ahora me llamaron unos comunicadores y me dijeron que querían una rueda de prensa sobre la idea de la excarcelación. Les dije, pues yo voy a dar esa idea en el foro de The Economist, vayan allá muchachos, porque esto hay que estárselo hablando a todo el país y a la comunidad internacional.

¿Tenemos totalmente elaborado la propuesta? No, no es fácil, la vamos a ir poniendo en Internet, borrador uno, borrador dos, draft (borrador) uno, draft dos, hasta que lleguemos al green paper y al white paper.

Y públicamente, en una discusión pública, constructiva, yo soy totalmente cerrero contra la crítica destructiva pero totalmente permeable frente a la crítica constructiva, y así vamos a procurar construir todas estas alternativas.

Inviertan en Colombia que el pueblo colombiano, no el Estado, el pueblo colombiano le ofrece todas las condiciones de confianza a los inversionistas.

Muchas gracias”.

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