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Año 2006 | 2007
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27 de julio
PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE VÉLEZ DURANTE LOS 184 AÑOS DE LA ARMADA NACIONAL

Coveñas (Sucre), 27 jul. (SNE).- Las siguientes son las palabras del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez durante la conmemoración de los 184 años de la Armada Nacional, y la ceremonia de activación de la Patrullera Fluvial ARC ‘Juan Fernando Oyola’ y del Buque oceanográfico ARC ‘Gorgona’, desde el municipio de Coveñas en el departamento de Sucre.

“Compatriotas todos:

Nos reunimos hoy en esta base de Coveñas, aquí en el Golfo de Morrosquillo, que en su mayor parte esta comprendido por jurisdicción de Sucre, y en alguna parte de jurisdicción de Córdoba, para celebrar el Día de la Armada. De la Armada que tanto apreciamos los colombianos en la formación institucional de la Nación. De la Armada a la cual le agradecemos inmensamente su proceso de mejoramiento para recuperar totalmente la tranquilidad de la Nación.

Esta mañana presenciamos aquí el inicio de navegación de la embarcación Gorgona y de la Patrullera fluvial con el nombre del Teniente Oyola. Ambas que han salido de la fábrica de la Armada, de Cotecmark, fábrica astillero que ha hecho un progreso enorme, que debe llenar de orgullo a los colombianos. Por lo cual tenemos que felicitar al señor Ministro de la Defensa, al Señor General Freddy Padilla, al señor Almirante Barrera Hurtado, Comandante de la Armada y a todos los integrantes de la Armada. Da gusto observar el progreso del Astillero de la Armada.

Miren compatriotas, estuvimos a bordo de la embarcación de la Patrullera fluvial Teniente Oyola. ¿Esa patrullera porque lleva el nombre del teniente Oyola? Porque fue asesinado cuando cumplía en los Llanos Orientales una labor contra el terrorismo del paramilitarismo. Tenía 22 años, ¡Que ejemplo de valor!.

Esta mañana saludamos a su señora madre, a bordo de la patrullera. Allí quedará para toda la vida el nombre de éste joven colombiano, quien se convierte en una referencia de valor civil y de heroísmo al servicio de la Patria.

Esta embarcación empezó a construirse hace un año. Dios nos permitió estar en las instalaciones en Cartagena, en las instalaciones del Astillero y se cumplió rigurosamente el cronograma. Miren los avances.

Si la hubiéramos comprado en el extranjero, habría podido costarnos entre 32 mil y 50 mil millones. La fabricamos en la Armada, en Cartagena. Nos costó 18 mil millones. Yo creo que estos son unos resultados excelentes de la Armada.

También asistimos a la partida hacia el Pacífico de la embarcación Gorgona. Había llegado al país en 1956. Se le hizo ahora una remodelación total. Es una embarcación científica, de investigación oceanográfica. Esa reparación costó 14 mil millones, si la hubiéramos tenido que mandar al extranjero, como en el pasado, nos hubiera costado alrededor de 30 mil millones.

Que gran progreso el de la Armada. La Armada tiene la tarea de contribuir a que rápidamente derrotemos todos los grupos terroristas, de ser la talanquera del narcotráfico en el Pacífico y en el Caribe y en los ríos de Colombia. Y tiene la tarea de convertirse en una gran empresa de investigación que sea orgullo de los colombianos, que sea proveedora de servicios de embarcaciones, astillero de reparación al sector privado y a la comunidad internacional.

Con reducción de costos, con mejoramiento de tecnología, estas actividades industriales de la Armada son muy promisorias para darle oportunidades a la juventud inquieta, investigadora de la Patria. Para darle oportunidades al proceso de recuperación de la seguridad.

Cuánto va ayudar esa embarcación, Teniente Olaya, en el Pacífico Sur. Cuanto va ayudar en el Pacífico, la embarcación Gorgona. Cuanto va ayudar que la Armada pueda ofrecerle al sector privado naviero, a los pescadores de Colombia, mejores servicios a más cómodos costos en su Astillero. Y cuanto va ha ayudar a las finanzas y a la ciencia del país, que la Armada empiece a vender embarcaciones y servicios a la comunidad internacional.

Y hemos asistido a la activación del Batallón de Asalto Fluvial de Infantería de Marina número 4. Hoy mismo sale para el Pacífico, conformado por 390 hombres, 11 oficiales, 46 suboficiales, 330 infantes de marina profesionales, formados en áreas tácticas terrestres, formados en toda la actividad de transporte aéreo fluvial y marítima. Entrenados durante cuatro meses en ésta base de entrenamiento.

Operará en Bahía Solano – Nuquí, en la Serranía del Baudó, Lo espera el pacífico con ansiedad, para derrotar los grupos terroristas que aún persisten en el Pacífico y para derrotar totalmente el narcotráfico.

Con el entusiasmo con que hoy lo hemos activado, iremos al pacífico a constatar sus muy positivos resultados.

Y nos hemos reunido en este día de la Armada, en esta base de Coveñas que honra al país, para condecorar con la Medalla al Mérito Militar Antonio Nariño en el grado de Gran Cruz, al Almirante David Rene Moreno Moreno.

En el grado de Gran Oficial a los Vicealmirantes Edgar Celis y Jaime Alberto Parra, Álvaro Echandía.

En el grado de Comendador, al Coronel de Infantería de Marina, Pedro Corrales Larrarte.

En el grado de Caballero, al Sargento Primero de Infantería de Marina, Julián Guerra Calderón.

Nos hemos reunido para imponer la condecoración del Mérito Naval Almirante Padilla, en el grado de Gran Cruz a los Generales Freddy Padilla de León, Jorge Ballesteros Rodriguez. Al Almirante David Rene Moreno y al General Fernando Soler Torres.

En el grado de oficial, se ha impuesto la condecoración Almirante Padilla, a los brigadieres generales Carlos Eduardo Ávila, José Javier Pérez y Luis Alejandro Parra. A los contralmirantes Jairo Peña y Hugo de Jesús García de Vivero. Y hemos impuesto la condecoración Almirante Padilla en el grado de Gran Oficial a Monseñor Jorge Enrique Jiménez Carvajal, Arzobispo de Cartagena, y a Monseñor Nel Beltrán Santamaría, Obispo de Sincelejo.

Muchas gracias ilustres monseñores, Jorge Enrique Jiménez y Nel Beltrán, por servicio que desde el apostolado, desde el magisterio de la iglesia han prestado al proceso de recuperación institucional de la Nación.

La misma condecoración en el grado de comendador, al coronel Juan David Barragán Arango, en el grado de Oficial, al mayor de Infantería Adolfo Enrique Hernández, al mayor Ricardo Hernán Cortes, al teniente de navío Javier Hernández Rubio.

En la categoría Caballero, al teniente de infantería Gustavo Liévano Granobles, al teniente de infantería Custodio García Díaz, a los suboficiales Jesús Madrid Ugarte, David Enrique Jambos Sabogal, a los primeros sargentos Juan Antonio Zambrano y Jesús María Cortina. En la categoría de compañero, a los Sargentos viceprimeros Roberto Elles Padilla y Mario Mauricio Martínez Hernández.

A los suboficiales primeros Jhony Vásquez Romero, Antonio Padilla Martínez, Dimar Rodríguez Rodríguez, al suboficial segundo Pedro Miguel Albanez, al adjunto mayor, Alma Teresa González y al adjunto especial Enith Pereira Pedroza. A estas dos mujeres de la patria, que han servido en la Armada por más de 20 años, una oriunda de esta tierra, otra del Archipiélago, les damos un aplauso desde el alma, porque han representado muy bien a la mujer colombiana en la Armada.

Me he emocionado mucho, imponer la condecoración por servicios distinguidos en orden público por primera vez, al subteniente Miguel Alberto Tarazona y al sargento segundo Alejandro Antonio Restrepo Zapata.

Como han contribuido para desmantelar el terrorismo en los Montes de María, en Sucre y en Bolívar. Cuando con emoción de patria imponía sobre su pecho esas medallas les decía: en la juventud de ustedes, reposa la justa ambición de la patria de liberar esa zona totalmente de terroristas, tenemos toda la ilusión de que lo van a lograr.

Y sentí inmensa emoción al imponer la medalla al valor por primera vez al Teniente de Corbeta Jorge Alonso García, al suboficial primero Ever Enrique Narváez, al marinero primero Marcial Aurelio Freyle Cantillo y al cabo tercero Roberto Luis Baena Barrios.

Todos los jóvenes de la Armada tienen hoy un futuro promisorio en la institución, tienen por supuesto una exposición al riesgo, pero también una posibilidad de desarrollo físico, intelectual, espiritual, una posibilidad de acrecer en conocimiento científico, y están bien dirigidos y bien apoyados.

Están apoyados por el pueblo colombiano que en buena hora ha entendido que el país no podía seguir invadido por terroristas sino que tenía que recuperar la institucionalidad democrática.

Están dirigidos por unos comandantes de las fuerzas, con toda la integridad moral y con toda la devoción de patria y por un Ministro, que estuvo en la Armada de Colombia, y que sirve como Ministro de Defensa con la misma ilusión patriótica de su primera juventud, cuando estuvo en las filas de la Armada.

Que bueno registrar que todos estos jóvenes le prestan ese gran servicio a Colombia, y mientras los veía en esta parada de la Armada pensaba en otros jóvenes colombianos, en los jóvenes que fueron engañados por Manuel Marulanda, por el otro compinche criminal de él, el Jorge Briceño, a quien le dicen el Mono Jojoy, y por toda esa recua de bandidos de las FARC.

Y pensaba en otros jóvenes, los que fueron engañados por los bandidos del paramilitarismo. Que diferencia. Aquí los jóvenes de la Armada bien dirigidos, bien soportados, con un futuro de servicio a la patria, y una posibilidad promisoria de realización científica, intelectual, física, espiritual, y tantos jóvenes colombianos engañados por el terrorismo. Los vamos a rescatar.

Hemos desmovilizado 43 mil integrantes de los grupos terroristas en este Gobierno. Los responsables de delitos atroces están en las cárceles, a aquellos que estaban engañados, que pertenecían a los grupos, 31 mil paramilitares, 10 mil guerrilleros, están en el proceso de reinserción, con toda la generosidad de la Nación. Los vamos a rescatar.

Pedimos a todos esos jóvenes que están engañados por guerrilla o por grupos criminales, que deserten de esos grupos, que se reintegren a la vida constitucional de la Nación; que aquí, hay unos jóvenes que están marcando un contraste, un camino promisorio para la Patria.

Pensando en todos esos jóvenes reafirmaba ahora mi idea de pedirle al Congreso de Colombia, al pueblo, a las instituciones que conforman nuestro Estado de derecho, un tratamiento igual a guerrilla y paramilitares. No puede ser que se diga que a los guerrilleros hay que darles el tratamiento benigno del delito político, porque han tenido entre sus objetivos el derrocamiento del Estado, y a los paramilitares negárselo. Son igualitos.

Ambos han violado el ordenamiento jurídico, que es el Estado mismo. Los unos, los guerrilleros, violan el ordenamiento jurídico y maltratan el Estado con la idea de sustituirlo. Los otros, los paramilitares, han violado el ordenamiento jurídico, y por ende, maltratan el Estado, que es inseparable del ordenamiento jurídico, con la idea de apoyarlo.

Ambos han quebrantado la institucionalidad colombiana. Por culpa de los gobiernos, del Estado, que dejó durante tantos años que creciera sin límites la guerrilla, y que permitió que prosperara la reacción paramilitar y la atrocidad de unos y otros contra el pueblo colombiano.

Son igualitos. Uno no puede sobre el cadáver de un compatriota, mutilado y torturado, entrar a decir que el delito es distinto si lo cometió la guerrilla o si lo cometió el paramilitarismo. El impacto sobre la víctima, sobre su familia, sobre la sociedad, es el mismo.

Angustiado en estos días por la necesidad de una respuesta jurídica a la sentencia de nuestra Corte Suprema para poder resolver el problema de 18 mil desmovilizados paramilitares, no incursos en delitos atroces. Los de delitos atroces están en la cárcel.

De 18 mil que falta por resolverle la situación jurídica, a quienes se les venía entregando el indulto, me he preguntado:”¿qué diferencia tienen esos 18 mil muchachos, hijos de los sectores populares de la patria, del campesinado, engañados, frustrados por falta de oportunidades; qué diferencia tienen de los muchachos que han desertado de la guerrilla? Idénticos, hijos del pueblo colombiano, llevados a caminos equivocados por los líderes del terrorismo que los engañaron.

Quizás lo sintieron, que el orden jurídico social de la nación les ofreciera oportunidades en su momento. Igualitos. ¿Por qué se les va a dar tratamiento diferente?

Con el Congreso, con el pueblo, con las instituciones democráticas, vamos a buscar el mayor nivel de consenso para poder tramitar una ley que nos permita resolver este impasse jurídico.

Es que este proceso de paz no es un proceso de paz del Presidente, es un proceso de paz del Estado. Y si bien todas las instituciones del Estado son independientes, esencia de nuestra construcción gubernamental de Estado de derecho, esa independencia es relativa, porque todas están limitadas por la ley, por la constitución, todas empezando por la Presidencia de la República están limitadas en la búsqueda de los intereses superiores del Estado, de los bienes superiores del pueblo. Y todas están obligadas a colaborar armónicamente, cuando se trata de defender los intereses superiores del Estado, cuando se trata de defender los bienes superiores del pueblo.

¿Acaso no es un interés superior del Estado haber desmovilizado 43 mil integrantes de grupos terroristas? ¿Acaso no es un bien superior para nuestro pueblo la reducción de la violencia que se ha venido dando en el país, con la desmovilización de estas 43 mil personas?

Eso ha sido un proceso del Estado. Nació de la voluntad del pueblo, que apoyo en la Seguridad Democrática sin vacilación en la elección presidencial de 2002, lo continuó la férrea voluntad de la Fuerza Pública, que aquel día empezó a combatir con la severidad con que nunca se había hecho a la guerrilla, porque sintió que había voluntad política en el timón del Gobierno, y aquel día el Gobierno dio la orden que nunca se había dado, de combatir con igual fiereza al paramilitarismo.

Y entonces, cuando se sintió que la cosa era en serio, ahí sí tomaron terroristas: los unos, la decisión de negociar y los otros la decisión de empezar a desertar. 43 mil desmovilizados.

Y esto se ha regido por una Ley que el Congreso no aprobó en el mismo texto en que la presentó el Gobierno, le introdujo modificaciones inspiradas en un gran debate nacional, en contribuciones con la comunidad internacional. Y ahí pasó por el poder Constitucional Corte, por ende este es un proceso social del Estado , este es un proceso que -si bien- ha debido ser dirigido por el Presidente de la República en quien la ley asigna esa competencia, es un proceso del Estado para los intereses superiores del Estado y para los bienes superiores del pueblo.

Por eso en ese proceso tienen que colaborar todas las ramas del Estado, y por eso vamos a buscar una solución jurídica, por que qué tal que dejemos en el limbo, que tal que la única solución sea llevar estos 18 mil integrantes de los paramilitares desmovilizados a la cárcel, por que se les desconoce que cometieron delito político. Eso seria un gran fracaso.

Que tal que el Presidente les tenga que decir, muchachos este proceso de paz se hizo público, este proceso de paz no tiene nada escondido, se hizo de cara al pueblo. Siempre protegidos por la constitución, pero resulta que como ustedes son paramilitares tienen que ir a la cárcel, si fueran guerrilleros no tendrían que ir a la cárcel y podrían aspirar ya al Congreso y a la Presidencia de la Republica.

Ese tratamiento no puede seguir. Todos igualitos o nada. No puede ser –entonces- que los unos asesinen y salgan del asesinato al Congreso y a la Presidencia, llenos de apoyo y que se les cambie la sanción por el aplauso, y a los otros, aún sin haber incurrido en delitos atroces, no se les permita una segunda oportunidad.

Hoy le repito a mis compatriotas desde Coveñas (Suvre) lo mismo que vengo diciendo desde 1.995 cuando asumí la Gobernación de Antioquia. El país tiene que darles el mismo tratamiento. Qué tal –entonces- cuando venga el proceso de paz con las FARC y el ELN, que habrá que darse.

Y la fortaleza del pueblo se mantiene y el Gobierno no es ambiguo en la Seguridad Democrática, con el heroísmo de los soldados de los policías de los infantes, de toda la Fuerza, ablandaremos a todos esos bandidos y terminaran negociando.

Pero no puede ser que a ellos se les aplique un parámetro diferente a los que se vienen aplicando ahora. Para eso se tiene que preparar el país, por que si les van a aplicar una ley más benigna, los que se han sometido a la ley ahora van a pedir que a ellos se les extienda por principio de favoravilidad esa normatividad.

Estamos en un problema, pero enfrentado ese problema con patriotismo, con honradez de cara al pueblo, en deliberación democrática, no encerrados en componendas dentro de cuatro paredes en Bogotá, sino en todas las esquinas, en las calles colombianas, con el Congreso de la República y las instituciones vamos a encontrar una salida jurídica para que esos 18 mil compatriotas puedan reintegrarse a la sociedad colombiana.

Para que en lugar que tenerlos que maltratar e incumplirles con el proceso, los podamos reinsertar y esos jóvenes tengan una oportunidad segunda sobre el noble suelo de Colombia.

Y he advertido que ese beneficio no lo estamos reiterando para los que están en Itaguí, esos están por fuera, esos son responsables de delitos atroces, a esos si se les aplica otra normatividad, tampoco estamos en nuestro reclamo incluyendo a los servidores públicos, ni a los unos ni a los otros. Es un reclamo solamente para dar tratamiento igual a la guerrilla a los 18 mil integrantes de los grupos paramilitares no responsables de delitos atroces, a quienes se les venia dando el tratamiento del indulto, de la cesación de la acción penal, lo que queda ahora en entredicho después de esta sentencia de la Corte Suprema.

Y además es muy importante considerar que así como el Estado con la responsabilidad principal del ejecutivo tiene que hacer cumplir el proceso de paz, las instituciones tienen que cumplirlo en nombre del Estado.

Nosotros lo hemos hecho cumplir. Bajo mi responsabilidad se tomó la decisión de trasladarlos a la cárcel de la Ceja, para hacer cumplir el proceso. Bajo mi responsabilidad se tomó la segunda decisión de llevarlos a Itaguí, para hacer cumplir el proceso.

He dicho al país con claridad, que los que reincidan si tienen suspendido el envió de extradición se les hará efectivo, y si no tienen extradición se someterán de todas maneras a la ley ordinaria y perderán los beneficios.

Hemos hecho cumplir el proceso. Han reincidido aproximadamente tres mil la Fuerza Pública los persigue con toda determinación, de esos tres mil aproximadamente mil están en la cárcel, y casi 500 han sido dados de baja.

Pero así como tenemos toda la determinación probada a lo largo de esta administración para hacer cumplir el proceso, el Estado también lo tiene que cumplir.

Y quiero decirles a los colombianos desde Coveñas que no hablemos más de paramilitarismo en el país. ¿A qué se refería la palabra paramilitar? A grupos de delincuencia privada conformados para combatir a la guerrilla. Hoy no hay grupos de delincuencia privada combatiendo a la guerrilla. Hemos recuperado lo que nunca debimos perder: el monopolio de la fuerza del Estado para combatir a los criminales.

En el pasado se toleraba socarronamente que grupos de criminales combatieran otros criminales. Ahora no. Por donde quieran que ustedes recorran el país encuentran que la única institución que esta combatiendo la guerrilla es la institución armada constitucional de la Nación.

Eso es un gran proceso, eso significa una gran recuperación.

Los fugitivos, aquellos que han reincidido, no están hoy combatiendo la guerrilla, están dedicados a la extorsión, están dedicados al secuestro, están dedicados al narcotráfico.

Este cambio bien importante para el país, de haber logrado que solamente la institución ejerza lo que le corresponde el poder monopólico de combatir a los terroristas, de combatir a los criminales, es un cambio que da autoridad moral para pedir que sigamos sin retrocesos el curso de la Seguridad Democrática, de la justicia, el curso de la paz, el curso del proceso en que estamos empeñados.

Quiero referirme a nuestros muertos, a los diputados del Valle del Cauca asesinados por las FARC.

Estos criminales de las FARC tras criminales y bufones son mentirosos. Todos los días engañan con comunicados, asesinan y posan de señorones. Afortunadamente el país no les cree, porque el país perdona cuando hay arrepentimiento, pero hoy el país condena cuando hay persistencia en el delito.

Todos los días sacan disculpas para no entregar los cadáveres. Según su propia confesión, asesinaron a los diputados el 18 de junio. Hoy es 27 de julio y no han entregado los cadáveres.

No los entregan porque saben que mientras más demore la entrega, más difícil será la exactitud del dictamen pericial forense para determinar la modalidad del asesinato.

El doctor Luis Carlos Restrepo, Alto Comisionado para la Paz, expresó ayer que el Gobierno, como lo ha hecho desde el primer día cuando se conoció la noticia, sigue en activo contacto con el Comité Internacional de la Cruz Roja, entidad a la cual le pedimos que se apersonara de la recuperación de los cadáveres.

Y el activo contacto con la Organización de Estados Americanos para que con el liderazgo del doctor Insulza (José Miguel), Secretario General de la Organización de Estados Americanos, se integre la Comisión Forense Internacional, que en compañía de nuestra Fiscalía, haga el dictamen pericial sobre los diputados y le diga al mundo la verdad del asesinato perpetrado por estos criminales de las FARC.

Señor General Padilla, señor Almirante Barrera, señor Ministro, Altos Comandantes, en este día de la Patria reforcemos nuestra decisión de derrotar estos terroristas.

¿Hace cinco qué había aquí en este bello Golfo de Morrosquillo?

Este litoral estaba invadido por el paramilitarismo, y de los Montes de María hacia el sur, por las Farc, ambos alimentados por el narcotráfico.

Hoy hay más tranquilidad, más paz. Aquí se ha desmontado el paramilitarismo, no podemos permitir que traten de reincidir a través de águilas negras o azules o blancas o rosadas.

Esta mañana, señor General Lemus, me llamaban de Aguachica a decirme que allá insisten en organizarse en águilas negras, “¡Acábelos mi General!”, no podemos dejar pelechar criminales, la Patria está en combate decisivo para poder recuperar plenamente la institucionalidad que es la razón de la aspiración de felicidad de las nuevas generaciones de colombianos.

Qué distinto un Golfo de Morrosquillo sin paramilitares, qué distinto los Montes de María con el EPL desmovilizado, con las FARC debilitada, y vamos a lograr exterminar estos bandidos que persisten.

En la historia de la humanidad se ha demostrado que la buena fe de los Estados democráticos impide el triunfo de los terroristas.

Ellos van a negociar cuando sientan que definitivamente la voluntad del pueblo colombiano es inclaudicable.

Demos la batalla de estos terroristas con toda la decisión, que nos lo agradecerá la Patria porque será la única manera que acabará con los caprichos sanguinarios de 40 años de asesinatos de Manuel Marulanda, y esa recua de bandidos que él lo ha acompañado.


Y vamos ganando también en la justicia, y tenemos que ganar. Quiero celebrar desde Coveñas el fallo que se produjo ayer en los Estados Unidos frente al caso de la Drummond.

Los diez jurados unánimemente dijeron que no había ninguna responsabilidad de la Drummond en el asesinato de sindicalistas del Cesar.

Celebro ese fallo. Ese fallo llama la atención porque empieza a desoírse en buena hora a los testigos falaces, empieza a desmeritarse en buena hora los montajes jurídicos para mancillar el honor de la Patria.

Cuando nosotros llegamos, en Colombia asesinaban 256 líderes sindicales. Empezamos a protegerlos desde la hora cero de nuestro Gobierno, este año han asesinado 6 sindicalistas y 12 maestros. Hemos estado al pie de la investigación judicial sobre cada caso. Hasta ahora no hay evidencia recaudada por la justicia que permita decir que alguno de los seis sindicalistas fue asesinado en razón de su oficio sindical.

Así como queremos que haya cero secuestros en el país, no obstante que se ha presentado una gran disminución, todavía no estamos conformes, también queremos que haya cero asesinatos de líderes sindicales y de líderes sociales.

Y estamos en esa lucha. Y hemos fortalecido la justicia. Reformado la Constitución para incorporar el Sistema Penal Acusatorio. Reformado los códigos. Aumentado los presupuestos para fortalecer la Fiscalía. El año pasado en 70 millones de dólares y ahora un nuevo presupuesto adicionado en 75 mil millones para que entren 230 fiscales y 800 investigadores adicionales.

Y todo eso empieza a producir resultados. Ya van 48 sentencias este año que han condenado a 78 personas, responsables contra el asesinato de líderes sindicales.

Nuestra voluntad es proteger a todos los colombianos, proteger a los periodistas, proteger a los sindicalistas, a los empresarios, a los campesinos y a los agricultores.

Cuando había estado tan eficazmente protegida la oposición. Muchos de los intelectuales que se llaman de izquierda, enemigos de esta tarea de gobierno y de las ideas que profeso, han regresado al país.

Vivían supuestamente en el exilio. Y hoy criticaban al gobierno todos los días de manera implacable, pero están protegidos por la Seguridad Democrática. Ya no están obligados a escribir como en el pasado desde el extranjero, aquí pueden ejercer incluso la libertad de calumniar protegidos debidamente por la Seguridad Democrática.

Antes asesinaban 15 periodistas, este año no han asesinado uno solo.

Hemos recuperado el derecho de la libertad para que los periodistas se sientan menos amenazados, más tranquilos y con mejores condiciones de ejercer su oficio, de informar verazmente, de analizar objetivamente, de criticar de acuerdo a sus convicciones.

Vamos a seguir en esa tarea, lo que no podemos permitir es que la deformen. Que mientras aquí protegemos a los sindicalistas, en los Estados Unidos pretendan hacer montajes como el que llevaban para condenar a la Drummond porque supuestamente eran los empresarios colombianos los que los asesinaban.

Por eso celebro, por el bien de la Patria esa sentencia que ha exonerado a la Drummond.

En Colombia nos son los empresarios los que han asesinado a los sindicalistas, ni son los sindicalistas los que han secuestrado a los empresarios.

Aquí hacen 40-50 años las guerrillas marxistas, las que trajeron el odio, las que han querido derrotar nuestra democracia, las que ha traído pobreza y desempleo, trajeron también la idea de todas las formas de lucha. Asesinaban y penetraban el movimiento obrero, el movimiento estudiantil y el periodismo. El Estado no los enfrentaba, las dejo crecer.

Llego la reacción paramilitar hacer los mismo, ¿y en qué concluyo todo? Que en esa competencia de atrocidad los paramilitares asesinaban a los sindicalistas acusándolos de ser colaboradores de la guerrilla. Y la guerrilla asesinaba a los sindicalistas acusándolos de ser colaboradores del paramilitarismo.

Y para acabar de ajustar, el año pasado se presento otro problema en enfrentamiento entre el ELN y la FARC. Entonces llegaba la FARC a un hospital de Arauca y decía: este sindicalista es integrante del ELN y lo asesinaba. Y llegaba el ELN a un campamento de obras públicas y decía: este sindicalista es integrante de la FARC y lo asesinaba.

Todo ese círculo vicioso, hay que sustituirlo por el círculo virtuoso del apoyo del pueblo a las instituciones. De la firmeza del Gobierno basado en el apoyo del pueblo en la Seguridad Democrática. Para que eso le produzca a Colombia finalmente el restablecimiento pleno de la paz.

Pero así como protegemos a los sindicalistas, no podemos admitir que algunos grupos aislados del sindicalismo crean que están en los años 60´s haciendo alianzas con las guerrillas.

Está bien, que algunos grupos que se quieren poner al margen de la ley, en Quito (Ecuador) asistan a una conferencia donde fueron invitados los terroristas. Permitan que se produzca una declaración sin reservas, con unos párrafos de apología a las FARC a esos terroristas.

Lo que no está bien es que haya organizaciones sindicales que protege la Constitución de la Patria, que protege la ley de la Patria, que protege el Gobierno de la Patria. Este año tenemos 6 mil colombianos individualmente protegidos, de ellos 1.500 son sindicalistas, ese esquema cuesta 76 mil millones.

No esta bien que mientras se hace este esfuerzo, sectores aislados del sindicalismo concurran a una conferencia donde se invita al terrorismo y donde se proclama el apoyo al terrorismo. Eso no lo podemos permitir.

Aquí defendemos todas las expresiones sociales y empresariales con criterio democrático, pero no podemos permitir que nos hagan la trampa de alianza con el terrorismo.

Quiero hoy expresar mi gratitud a cada uno de los integrantes de la Armada, sufrimos en el pacífico sur donde se nos ha concentrado el narcotráfico, donde está las FARC, organizaciones criminales de otra naturaleza, hay que derrotarlas.

La esperanza en la Armada es muy grande, la esperanza en la Armada para terminar con lo que queda de FARC en el departamento de Bolívar, en los Montes de María, es muy grande la esperanza en la Armada de la Patria. Los felicito, les expreso toda la gratitud.

Y quiero saludar a esa delegación de familiares, de padres de familia aquí presentes, porque apoyan a sus hijos y familiares que están en la Armada, porque corren una gran angustia y se exponen a un gran riesgo, entregándolos a esa causa de servicio de la Patria.

A todos los papás, a todas las mamás, a todas las esposas, a todos los hijos de los integrantes de la Armada de la Patria, nuestro aplauso desde el fondo del corazón, por su abnegado servicio al interés superior de la tranquilidad de los colombianos.

Compatriotas:

¿Qué queremos?, la felicidad de las nuevas generaciones, que no tengan que vivir lo que ha vivido la generación del Ministro y la mía, una vida sin un día completo de paz en nuestra Patria.

Que las nuevas generaciones puedan vivir en una Patria de oportunidades, en una Patria tranquila, en una Patria de inquietudes intelectuales, en una Patria de fortaleza física y espiritual, pero no en una Patria doblegada por el terrorismo.

Hay buenos vientos. No estamos en el paraíso pero vamos mejorando, hay buenos vientos, no hemos ganado pero vamos ganando. Hace cinco años el 30 por ciento del territorio de la Patria, estaba en poder directo del terrorismo. Eso parecía la Francia de la invasión alemana, en la Francia de la invasión alemana subsistía la invasión francesa, pero imperaba el Estado invasor alemán. En la Colombia de hace cinco años todavía subsistía la Nación colombiana como la expresión sociológica del pueblo, la Nación con todas sus identidades ancestrales, históricas, culturales, de idioma, de idiosincrasia, pero prevalecía no el Estado que desfallecía, sino la fuerza terrorista invasora.

Eso lo estamos recuperando, y con la fortaleza de la Armada de la Patria, de nuestras fuerzas institucionales, vamos a lograr una Colombia sin terroristas guerrilleros, sin terroristas criminales, sin terroristas del narcotráfico, una Colombia sin corrupción, una Colombia llena de oportunidades para todos sus hijos.

Muchas gracias a la Armada y que viva Colombia”.

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