Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

 
 
 
Año 2006 | 2007
10
17
24
31
19 de junio

PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN LOS 50 AÑOS DEL SENA

Cartagena, 19 jun (SNE). Las siguientes son las palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez, durante la celebración de los 50 años del Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena).

“Me van a perdonar los distinguidos visitantes internacionales que antes de referirme al tema que nos convoca, me refiera a una publicación aparecida en las últimas horas en nuestro país. Y lo hago porque me sentiría muy mal, de acuerdo con mi manera de ver y vivir la vida, si entrara a referirme al tema del Servicio Nacional de Aprendizaje sin enfrentar este tema que ha aparecido en una revista. Creo que la responsabilidad pública impide al Presidente eludir estos temas, impide al Presidente no referirse a ellos en la primera oportunidad que tenga de sus intervenciones públicas.

¿Quién da estas declaraciones a una revista nacional? Las da una persona que está fugitiva. El informe de la Policía es que se encuentra en México. Esa persona fue incluida por el Gobierno colombiano en la lista de los trece narcotraficantes más buscados. Fue incluida creo que en 2005. Y esa persona, todo indica, está fugitiva y clandestina en México.

¿Por qué fue incluida en la lista de los trece narcotraficantes más buscados? Porque el Alto Comisionado para la Paz, doctor Luis Carlos Restrepo, en el proceso de negociación con las autodefensas ilegales, conoció sobre esta persona, fue informado de que es una persona de alta peligrosidad, un capo con toda la capacidad criminal y con todo el dinero. El Comisionado puso esto en conocimiento de la Policía, y a consecuencia de ello la Policía lo vinculó a la lista de los trece narcotraficantes más buscados.

Voy a referirme a continuación a lo que dice esta persona y voy a hacer unos comentarios sobre mi carrera política y estos temas.

No he leído la publicación. El informe que me dan es que entre las cosas que dice, dice las siguientes: primero, que estuvo en Ralito. El Comisionado me ha dicho esta mañana (él está en Cuba, en el proceso con el Eln), que esta persona nunca estuvo en la mesa de negociación. Si estuvo en Ralito, clandestino, el Comisionado no conoció de ello. Tan pronto como el Comisionado supo de las condiciones criminales de esta persona, lo informó a la Policía. Y por eso fue incluido en la lista de los trece narcotraficantes más buscados.

Dice esta persona que en la ciudad de Medellín se movilizaron por su cuenta más o menos cinco mil votantes en 2002, en favor de mi candidatura. He hablado con quienes dirigieron la campaña en la ciudad de Medellín. Allí hubo una votación espontánea, en todas las comunas de la ciudad. Se obtuvo una gran votación, sin antecedentes. Una gran victoria, sin antecedentes, sólo superada en la elección de 2006.

Es una infamia que el voto generoso, espontáneo, de mis paisanos, ahora cinco mil de esos votos trate de capitalizarlos alguien fugitivo de la justicia. Espero que lo que me han informado a mí quienes dirigieron la campaña allí, lo conozca el país. De esa persona no se conocía nada en ese momento. No se conoció que estuviera en la campaña. Allí brotaban los votos con toda espontaneidad.

Dice esta persona que al parecer los paramilitares dirigidos por Salvatore Mancuso le entregaron un dinero a mí campaña. No se compromete a decir si llegó o no a mi campaña. Dice también que al parecer Salvatore Mancuso invirtió en mi campaña dos millones de dólares en Córdoba.

Sobre el primer tema: primero, la campaña mía fue gerenciada por una persona que tiene todo el rigor gerencial y todo el rigor ético: el doctor Fabio Echeverri. Se tomaron todas las medidas para evitar que entraran dineros de criminales de origen dudoso. Se sacaron los avisos públicos pertinentes anunciando que el único que podía recibir dinero para la campaña era el doctor Fabio Echeverri. Se verificó con la famosa Lista Clinton que quienes originaban fondos para la campaña no tuvieran problemas con la justicia. Esa campaña tuvo cualquier cantidad de controles previos y posteriores. Una campaña ejemplarmente administrada, ejemplarmente protegida.

Sobre los supuestos dos millones de dólares para financiar la campaña en Córdoba, por Dios, yo me preguntaba: ¿con dos millones de dólares cuántos votos habrían salido? En 2002 yo saqué unos votos muy pequeños allí y fui totalmente derrotado. Pero, además, si mis opositores me cuestionaron con cualquier cantidad de infamias, ¿qué tal que hubieran aparecido dos millones de dólares allí de origen ilícito para apoyar mi campaña? Eso no habría tenido manera de ser ocultado. Habría brotado como brota la mala hierba. Se habría conocido totalmente y le habría dado una munición muy importante a mis opositores en mi contra.

Varios antecedentes sobre eso: primero, mis campañas han sido manejadas con toda pulcritud. Mi carrera política no empezó ayer. Mis campañas al Senado de la República fueron gerenciadas con toda pulcritud por el doctor José Roberto Arango, y en una ocasión en Bogotá por el ex ministro Roberto Arenas Bonilla. Mi campaña a la Gobernación de Antioquia en 1994 fue gerenciada con toda pulcritud por los doctores Luis Esteban Echavarría y Guillermo Gómez del Barco.

Recuerdo que me dijeron: “Mire, Álvaro (era 1994, hay que mirar las circunstancias tan difíciles que vivía el país en ese momento), nos ha llegado un cheque a la campaña que puede representar el 15 – 20 por ciento de toda la financiación. Plata muy necesaria, pero tenemos dudas sobre el cheque”. Les dije: “Señores, ¿tienen plenas pruebas o dudas?”. Y me dijeron: “Dudas”. Y les dije: “Como dijera Santa Teresa, en la duda, abstente”. Les dije: “Prefiero perder la Gobernación de Antioquia, que financiarla con dineros mal habidos. Devuelvan ese cheque. Eso sí no lo devuelvan sino la noche anterior a las elecciones, para que no se lo vayan a dar a una persona, que me combata y me derrote con esa plata”. Ahí está el testimonio de estos dos señores.

Yo soy un combatiente de la democracia, padre de familia. Yo he dado esta carrera política porque tengo amor por mi Patria. Yo no he sido un aprovechado del poder. Yo no habría buscado la Presidencia de la República con dineros ilícitos, ni con dineros ilícitos habría permanecido en la Presidencia de la República. Se lo quiero decir con toda claridad al país.

Déjenme decir otra cosa muy clara: a mis campañas nunca les ha faltado dinero. El problema de mis campañas no ha sido dinero. Los colombianos de bien han sido generosos en exceso para financiar mis campañas. Aquí ha habido todas las talanqueras para evitar el dinero ilícito, toda la convicción para evitar el dinero ilícito, toda la gerencia para evitar el dinero ilícito, y además nunca ha habido la tentación ni la necesidad de financiar estas campañas con el dinero ilícito. Quiero dejarlo absolutamente claro.

Hace más o menos quince meses, la misma publicación sacó el testimonio de una persona que está en la cárcel, que decía que había habido un fraude en mi favor de 300 mil votos. Así como hoy, se pidió la investigación. La Fiscalía precluyó. Dijo que no había la más mínima prueba de que se hubiera presentado un fraude.

Y yo he sido un combatiente de la democracia, pero con toda la transparencia, con las cartas sobre la mesa. Esta es una carrera política larga.

Y finalmente sobre el tema quiero decir: muchos colombianos, por la desinstitucionalización del país, tuvieron que pedirle en una época permiso al narcotráfico para adelantar sus campañas. Yo no estuve allí. Muchos colombianos tuvieron que pedirles en otra época permiso a las guerrillas para adelantar sus campañas. Yo no estuve allí. Llevo 17 atentados por combatirlas. Muchos colombianos tuvieron que pedirle permiso al paramilitarismo para adelantar sus campañas. Yo no estuve allí. Mi camino ha sido únicamente el camino institucional.

Y lo tengo que repetir una y otra vez, no por cargos de conciencia sino por el temor de que estas publicaciones, de testimonios de delincuentes que no concurren a la justicia sino que están en la clandestinidad y fugitivos, le hagan daño especialmente en la arena internacional a nuestro país. Tengo protección de la Fuerza Pública desde 1988, cuando intentó secuestrarme el Epl. En todos los ataques que he recibido de la subversión contra mi vida, jamás he acudido a buscar la protección paramilitar. Me he protegido solamente con tres guardianes: Nuestro Señor Jesucristo, la Fuerza Pública colombiana y mi capacidad de combate.

Y quiero decir, para que se sepa de una vez por todas: de haber sido yo paramilitar, de no haber escogido el camino institucional para derrotar el terrorismo guerrillero, de haber sido paramilitar, no habría sido paramilitar de corbata sino de vestido de dril en el monte. No habría sido un paramilitar de cafetería, no habría sido paramilitar de oficina, sino que habría sido paramilitar con el fusil al hombro en el monte.

Aquí hay cuestiones del carácter de los hombres que es bueno cotejarlas frente a las acusaciones cobardes de la delincuencia.

Ahora, yo sí me pregunto: ¿Por qué nuestra Policía y la Policía mexicana no capturan estos bandidos y por qué a ellos sí pueden llegar los medios de comunicación?

Y me preocupa mucho tener que estar dando estas aclaraciones, pero esta mañana cuando venía para acá dije: no soy capaz, por razones de carácter, de empezar a hablar del Sena sin referirme a este tema. Tengo que referirme a este tema, así haya allí un 80 por ciento de visitantes internacionales, porque me preocupa que si el Presidente de Colombia no enfrenta con severidad estos temas, entonces se afecte la credibilidad internacional de Colombia, un país que hoy está superando esta tragedia del terrorismo.

Hace cinco años, apreciados visitantes, muy seguramente no podríamos estar en este congreso. Dos días antes de mi posesión presidencial, en agosto de 2002, aquí a dos cuadras en la Gobernación de Bolívar (y nos campaña el Gobernador), estalló un artefacto terrorista de alto poder.

Uno suponía que esta ciudad era la ciudad menos afectada por el terrorismo, y estuvo tan afectada a pesar de que se veía comparativamente menos afectada que el resto del país. Estuvo tan afectada que aquí llegaron miles de familias desplazadas. Aquí dejó de venir el turismo del interior del país por las carreteras, aquí se frenaron los cruceros del Caribe que ahora se han reanudado, y aquí también se afectaron porque dejaron de llegar muchos vuelos internacionales que traían turistas.

Ahora que estamos superando esta larga tragedia del terrorismo, aparecen estos debates. Pero, con la ayuda de Dios, con un recorrido transparente en nuestra carrera política, los enfrentaremos. Y para que las cosas queden claras, les digo a mis compatriotas que estas mortificaciones no nos van a sacar de la tarea de trabajar todos los días por el bien de Colombia.

Entonces refirámonos a nuestro Estado, a nuestro Gobierno y a esa gran institución que es el Sena.

Primero, América Latina, en anteriores décadas, estuvo en la idea de desmantelar el Gobierno. Cuando no funcionó la apertura de capitales, cuando hubo duda sobre la apertura de mercados, se dijo que el gran obstáculo era el Gobierno y muchos países se dieron a la tarea de desmontarlo.

Muchachos (periodistas), como veo que están saliendo a la carrera a mandar los reportes, digan que el Presidente se quedó hablando del Sena, porque el Presidente no va a dejar de trabajar por el país. Ahora sí que vamos a trabajar con ganas. Y que salgan los delincuentes a la calle, porque de aquí a octubre no vamos a abandonar un momento la plaza pública colombiana.

Entonces, mientras América Latina estuvo en el desmonte del Estado en unas décadas, Colombia ha sido muy cuidadosa. Aquí se ha reestructurado el Estado pero no se ha desmontado. Don Carlos recordará que una de las advertencias que se le hacían al electorado colombiano en el 2002, era que no votara por mí porque acabaría con el Sena. Lo que hicimos, acompañados inicialmente por ese gran ministro de Protección Social, Juan Luis Londoño (Nuestro Señor sabrá por qué nos lo quitó cuando más lo necesitábamos), con Darío Montoya, lo que hicimos fue reestructurar al Sena.

Sí acabamos en el Sena la politiquería. Acabamos en el Sena el desgreño y acabamos en el Sena la pereza, para que se convirtiera en una institución motivo orgullo de los colombianos y de la comunidad latinoamericana.

En nuestro Gobierno hemos reestructurado cerca de 400 entidades del Estado, pero no hemos desmantelado el Estado. Es muy importante tener en cuenta eso.

Decía allá que me refería al tema, pero también al Sena. Uno tiene que hacer estas explicaciones, pero la agenda nuestra no la va a poner la delincuencia. De ninguna manera.

Después América Latina dio un giro y ahora uno ve en muchos países dos problemas en América Latina. Un problema en América Latina es un problema de duda sobre la inversión privada, y otro problema en América Latina es una tentación de estatismo. Veo esas dos dificultades en América Latina. Nosotros no estamos ni en el estatismo ni generando dudas frente a la inversión privada.

Somos plenamente conscientes de la necesidad del Estado como garante de unos bienes que él solamente puede proveer, y también como garante de todos los espacios que necesita la inversión privada. Es un país abierto hoy a la inversión privada, plenamente, con responsabilidad social. Esa es la condición.

¿Y la responsabilidad social la garantiza quién? El Estado. Y vemos que se expresa en tres áreas: primero, en las relaciones de los inversionistas con el Estado. Segundo, en las relaciones de los inversionistas con la comunidad del vecindario. Y tercero, en las relaciones laborales.

En las relaciones de los inversionistas con el Estado, transparencia. Total transparencia para asignar contratos del Estado. Total transparencia para asignar concesiones para explotar recursos no renovables. Transparencia en la tributación.

Por ejemplo, en nuestro Gobierno todos los contratos del Estado se adjudican en audiencia pública. Las disputas entre competidores por un contrato del Estado se surten en una audiencia pública, en muchos casos televisada y en vivo.

Segundo, en nuestro Gobierno, transacciones entre los inversionistas particulares y el Estado, que han sido muchas, de pleitos que encontramos, no se perfeccionan hasta que la opinión pública conoce los detalles de esa transacción. Le hemos dado una creciente participación a la opinión pública, como quiera que pensamos que el más efectivo control es el control ciudadano, la mayor garantía de transparencia.

Nuestro país tiene, como en todos los Estados de Derecho, el control político a través del Legislativo; los controles fiscales, las contralorías; los controles administrativos, las procuradurías; los controles penales, la Fiscalía. Todos los controles. Pero además hemos crecido la participación del control de opinión, que es más importante para garantizar la transparencia en la asignación de los recursos públicos.

Segundo, la responsabilidad social en nuestro país se expresa en las relaciones de los inversionistas con las comunidades. Tenemos un caso reciente: las comunidades del área carbonífera en el departamento del Cesar se quejan de que las compañías internacionales que explotan carbón no han tomado todavía todas la medidas, por ejemplo, para poner a las comunidades a salvo del riesgo de enfermedades por la contaminación que se da con el carbón y con el tránsito de vehículos pesados por carreteras no pavimentadas, donde se levanta una polvareda. ¿Qué ha hecho el Gobierno? Ni hostilidad con la inversión privada ni indiferencia frente a las quejas de la comunidad.

Y hemos juntado a los inversionistas en carbón a las comunidades, y hemos logrado acuerdos, públicamente, para que se respeten todas las normas ambientales, para que se pavimenten por cuenta de esos inversionistas los tramos de vías por donde transitan 600 ó 700 vehículos al día, tramos que coinciden con cascos urbanos, donde vehículos pesados que llevan muchas toneladas de carbón, transitando el uno detrás del otro, levantan una polvareda que contamina y le crea riesgos de salud a la ciudadanía.

Y hacemos seguimientos a esos acuerdos. Y cuando hay cumplimiento, aplaudimos. Cuando no hay cumplimiento, demandamos que haya desatraso y que se cumpla lo acordado. La solidaridad de los inversionistas con las comunidades del vecindario, es un imperativo de responsabilidad social.

Y el tercer punto en el cual se expresa la responsabilidad social, es en las relaciones laborales: ni relaciones laborales de capitalismo salvaje ni relaciones laborales de odio de clases. Nosotros estimulamos unas relaciones laborales cristianas, fraternas, solidarias. El Sena es la mejor expresión de la solidaridad en las relaciones laborales de Colombia.

Venimos trabajando tres objetivos de Gobierno: consolidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista y cumplir nuestras metas sociales. Van de la mano. Sin seguridad, no hay inversión. Sin inversión, la única posibilidad de construir equidad es con reparto de miseria.

Nosotros creemos que la confianza inversionista que se deriva de la seguridad y del buen manejo macroeconómico, es un camino para sostener en el largo plazo altas tasas de inversión que, con responsabilidad social, tienen que servir de medio para superar pobreza y para construir equidad.

Queremos cumplir las metas del Milenio antes de las fechas señaladas por Naciones Unidas, y nuestro programa social es mucho más ambicioso.

El cumplimiento de metas sociales legitima la inversión y legitima la política de seguridad, y hay intangibles importantes. Antes de empezar este Gobierno, distinguidos visitantes, había una contradicción en Colombia. Muchos decían: aquí no necesitamos la guerra de Uribe, necesitamos es política social. Eso todavía lo dicen en ciertos niveles intelectuales, pero en la base del pueblo colombiano se reclama por igual autoridad e inversión social.

Yo voy a los barrios más pobres de Cartagena, donde estamos haciendo un gran esfuerzo, y mis compatriotas más pobres son los primeros en reclamarme. Sí, me reclaman todos los programas sociales: Familias en Acción, Sena, Bienestar Familiar. Pero me dicen: Presidente, más Policía, defiéndanos, protéjanos, evitemos la inseguridad. Creo que es un intangible muy importante que ha logrado Colombia en estos años: la aceptación popular de que hay que llevar de la mano la seguridad, el orden, el respeto a la ley, con la construcción de una sociedad con cohesión social, en camino de superar la pobreza, de construir equidad.

Y la confianza inversionista se ha dado. Además de la seguridad, hemos orientado la tributación, no para que los ricos tengan más utilidades para el bolsillo sino para estimular la inversión. Aquí hay deducciones muy importantes a la inversión. Y producen sus resultados.

Hoy, por ejemplo, el periódico El Universal, de Cartagena, cita tres nuevas inversiones de gran transcendencia en el área de Mamonal, de esta ciudad. Me decía el Gerente del Banco de la República, en una larga conversación el pasado sábado, que este país está completando tres años de altas tasas de inversión que no conocía. Yo tengo fe que eso, bien orientado, nos tenga que ayudar a resolver problemas de empleo, problemas de pobreza, y a construir equidad.

Nuestra política social es una política muy ambiciosa. Nosotros teníamos niveles de desempleo que iban para el 25 por ciento. Logramos parar esa fuerza inercial. Sigue muy alto. Está entre el 11 y el 12. Pero veo que paulatinamente va bajando.

Ha crecido muchísimo la afiliación a la seguridad social, como lo muestran los mismos recaudos del Sena. Eso es algo bien importante.

La pobreza había tocado el 60. Todavía está muy alta. La medición del año pasado dio el 45. Ustedes visitan todavía las zonas pobres de Cartagena, y a pesar de los esfuerzos que estamos haciendo en vivienda social, en infraestructura –como la vía perimetral de la Ciénaga de la Virgen–, todavía ven zonas con toda la pobreza. Pero ahí estamos, trabajando todos los días, con toda la determinación.

Confiamos que al final de este Gobierno la pobreza no supere el 35, para que quienes nos sucedan en la Presidencia de la República puedan en el año 2019 mostrar que Colombia cumplió el objetivo para el Segundo Centenario de la Independencia de una pobreza no superior al 15 por ciento.

Por primera vez, el Coeficiente Gini, que muestra equidad y que ha sido críticamente negativo para Colombia, empieza ya a mostrar una tendencia inversa. El país ha empezado a construir más equidad.

Nuestro modelo social tiene un punto fundamental: la Revolución Educativa. Nosotros encontramos la cobertura en educación básica en el 87. La subimos al 92. Aspiramos a llevarla al ciento por ciento.

Encontramos la cobertura universitaria en el 22. La hemos subido al 28. Aspiramos llevarla al 34.

En este Gobierno, 400 mil niñitos pobres, por primera vez, menores de cinco años, ingresarán a educación para la primera infancia.

Y se han producido hechos muy importantes como Familias en Acción. Cuando llegué a la Presidencia, mi antecesor había puesto a funcionar un programa con 220 mil familias, temporal. Lo convertimos en permanente. En agosto estamos llegando a millón y medio de Familias en Acción, familias pobres que reciben un subsidio del Estado, no un subsidio lastimero, asistencial, sino estructural. Es un subsidio condicionado a la nutrición de sus hijitos, que hay que estarla midiendo permanentemente, y a que sus hijitos asistan al aparato escolar. Eso es de gran importancia.

Me decía el Alcalde que el acuerdo que ha logrado con nuestra agencia de protección social es para tener aquí en la ciudad de Cartagena 50 mil Familias en Acción. A mí sí que me que parece importante esa combinación: que lleguen los turistas, que haya seguridad, que construyan las nuevas factorías en Mamonal y que la gente pobre empiece a recibir esos subsidios para la educación y la nutrición de sus hijitos. Buscar oportunidades por toda parte.

Pero el punto del Sena es fundamental, distinguidos visitantes. A mí me parece muy completa la exposición del doctor Darío Montoya.

Pasamos de un millón 100 mil estudiantes al año. Este año vamos a tener 4 millones 493 mil. Pasamos de 5 millones de horas de enseñanza al año (tal vez le faltó eso, y le puse mucha atención a pesar de que yo tenía que pensar en lo otro), a 15 millones de horas de enseñanza.

Y eso sí que es importante decirlo, porque recuerdo que algún crítico me dijo: “Presidente, ¿para qué hablan del crecimiento de estudiantes si disminuyeron la intensidad de los cursos?”. En el consolidado pasamos de 5 millones de horas de enseñanza, a 15 millones de horas de enseñanza.

Y se han dado pasos muy importantes. El Sena es hoy columna vertebral de la educación por ciclos en Colombia. En este país había una gran aversión a estudiar carreras intermedias, técnicas o tecnológicas. Teníamos el problema de muchos países de la región: mientras los países industrializados tienen un profesional por cada diez técnicos o tecnólogos, en muchos países de la región, incluido Colombia, era al revés: teníamos un técnico o un tecnólogo por cada 10 profesionales.

¿Cómo hemos roto esa aversión? Adoptando, como punto medular de nuestra política educativa, la educación por ciclos.

Líder, el Sena. Un muchacho que se gradúa hoy en el Sena de técnico o tecnólogo, puede ir después a una universidad, completar allí los créditos y acceder al grado de educación superior. Nuestra idea es que los muchachos, en todas las edades, se formen para seguir estudiando y trabajar al mismo tiempo. Creo que en las sociedades que necesitan desperezarse y trabajar más, es necesario crear la mentalidad de estudiar y trabajar toda la vida. Y a eso ayuda esta concepción.

El Sena va a llegar en este cuatrienio a 250 mil técnicos y tecnólogos. Todo el que se gradúe como técnico o tecnólogo, puede después, en el momento que quiera pasar a una universidad, completar los créditos que le hagan falta y acceder al grado de educación superior.

Además se está dando un gran salto en materia virtual. Ahí lo vimos. Cuando nosotros llegamos el Sena no tenía estudiantes en ambiente virtual. Este año va a completar un millón 200 mil estudiantes en ambiente virtual.

Hay unas zonas del país remotas, con muchas dificultades, y con muchas dificultades de llegarle con los instrumentos convencionales. Yo veo toda nuestra costa Pacífica. Uno de nuestros empeños es rescatarla. Y allí vemos que esta formación hay que darla básicamente en ambiente virtual.

En agosto el Sena tendrá un equipo técnico para formación virtual, con una transmisión con velocidad de televisión. Porque cuando empezábamos la formación virtual, veíamos eso todavía con poca fuerza, en cámara lenta. Lo que ha hecho ahora el Sena le permitirá en agosto dar instrucción virtual con velocidad de televisión. A través de teleconferencias, pero con velocidad de televisión.

O sea que eso facilita mucho que se concentren los estudiantes y que aprovechen al máximo la formación virtual, porque con rezagos tecnológicos, con atrasos, con esa formación, con la teleconferencia en cámara lenta, es muy difícil para el estudiante. No es atractivo, la gente se distrae, no le gana la confianza ni todo el interés. Con lo que tendrá el Sena desde agosto, lo veo muy promisorio.

¿Qué hemos hecho en materia de financiación? Eso es muy importante, por el debate. Porque todavía se dice en Colombia, y recientemente nos volvieron a sugerir, que para generar empleo hay que acabar parafiscalidades, como la parafiscalidad que financia al Sena. El Gobierno ha dicho: no. Entonces me voy a referir a ese tema que creo que es bien importante.

Nosotros hemos fortalecido la financiación de esta entidad. No solamente el mejoramiento de la economía ha robustecido las finanzas de Sena, sino los procedimientos administrativos que hemos utilizado.
En Colombia, apreciados visitantes, lo empleadores tenían que cumplir mensualmente con cuatro pagos como mínimo, lo que era mucho trámite e invitación a la evasión.

Un pago para el Sena, las cajas de compensación y Bienestar Familiar.

Un segundo pago para el seguro de salud, que aquí lo llamamos régimen contributivo, que podía convertirse en tantos cuántas empresas afiliadoras afiliaran a los trabajadores de esa empresa.

Un tercer pago para el riesgo pensional, que podía convertirse en tantos cuántas entidades pensionales afiliaran a los trabajadores de esa empresa.

Y un cuarto para riesgos profesionales.

Entonces mucho trámite para el empleador y mucho estímulo a la evasión. Un empleador podía estar al día en pensiones, declarar en pensiones de acuerdo con el salario devengado por el trabajador, pero en materia del Sena subdeclarar o no declarar.

¿En que ha consistido el cambio? En que no haya sino una declaración y un pago. Y que se tenga que llegar a ello para hacerlo vía electrónica, con una base de datos nacional. Entonces simplifica la vida de los empleadores y evita evasión. Porque entonces el trabajador que aparezca allí, como base para pagarle al Sena, es el mismo que sirve de base para pagarle al servicio de salud, etcétera. Confío muchísimo en eso.

Y ha aparecido un debate. Nos dicen: bueno, para generar empleo, el Gobierno lo que tiene que hacer es estimular el empleo y eliminar los parafiscales. Eliminar Sena, Bienestar y cajas de compensación. El Gobierno ha dicho que no.

Y en estas semanas, cuando tengo una serie de reuniones con los gremios y con los sectores sociales, voy a defender esta tesis. Yo pregunto: “Bueno, si acabamos esta parafiscalidad, ¿quién financia al Sena, a Bienestar Familiar y a las cajas?”. Dicen: “Pues, el presupuesto”. Y yo temo que más adelante digan: “No, como hay déficit, no podemos financiar eso”. Y que estas entidades se marchiten. Entonces por eso nosotros defendemos la idea de seguir con esta parafiscalidad.

También me han dicho: “Bueno, Presidente, pero es que usted ha creado deducciones a las inversiones de la capital. Elimínelas. Y más que dar esas deducciones a las inversiones de capital, quite el pago de la parafiscalidad”.

Las deducciones a las inversiones de capital en Colombia que se reconocen este año, inversiones hechas el año pasado, no exceden el billón. Y las que reconozcamos el año entrante de inversiones hechas este año, no deben exceder billón y medio. Estos nueve puntos parafiscales del Sena, cajas y Bienestar valen casi seis billones. Entonces no sería comparable lo uno con lo otro.

Pero además he llamado la atención de los economistas sobre lo siguiente: en nuestra época, la nuestra tiene que ser una economía abierta, porque este país produce muy poco petróleo y tiene muy poco gas.

Yo le decía al Presidente (Evo) Morales la semana pasada en Bolivia: Mire, Presidente, las diferencias, más que ideológicas, son impuestas por las realidades. La hermana Bolivia tiene ocho millones de habitantes, el mismo territorio que Colombia, que tiene 43, pero haya tienen 70 teras de reservas de gas y acá una décima parte: siete.

Le decía una vez al Presidente (Hugo) Chávez: Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo. Colombia apenas produce una sexta parte de lo que produce Venezuela al día. Allá tienen 26 millones de habitantes y aquí 42. Las reservas de Colombia son declinantes.

Nosotros no podemos decirle al mundo: aquí tienen toda esta oferta de petróleo porque no lo tenemos. Lo que nosotros producimos hay que venderlo en los mercados internacionales, con acuerdos de mercados. Por eso esta economía tiene que ser abierta. Y ahí viene un tema filosófico.

La globalización tiene sentido si hay mejora social, si es un medio para eliminar pobreza y construir equidad. De lo contrario, no tiene sentido. Quien aspire a estar en la globalización, no puede aspirar a tener éxito en la globalización con salarios deprimidos.

A nosotros no nos interesa ser competitivos con salarios deprimidos. Nosotros buscamos los mercados internacionales para generar empleo exportador, con afiliación en la seguridad social, empleo de buena calidad, empleo estable, empleo digno. No nos interesa ser competitivos con salarios deprimidos.

Y en esa dirección finalmente los únicos estímulos que sirven a la creación de empleo son los estímulos a las inversiones de capital con responsabilidad social.

¿Para qué estimula uno hoy el empleo para que en lugar de utilizar maquinaria para hacer autopistas, las hagan con pico y placa? ¿O para que cada bus tenga una persona que cobre a la entrada? No. ¿O para qué vamos a estimular el empleo para que las nuevas generaciones, los hijos de las personas que cortan caña en el Valle del Cauca, también tengan que cortar caña? Si queremos educarlos, es para que ellos no tengan que cortar caña.

Ojalá esta fuera la última generación de cortadores de caña en el Valle del Cauca. Y ojalá pudiéramos tener un ascenso en la escala tecnológica y en la educación, para que los hijos de los actuales cortacañas no tengan que ser cortacañas.

Y entonces lo que nosotros queremos es eso. Y por eso a mí me parece que la receta de eliminar estos parafiscales no contribuye a empleo de nueva calidad, per se. Y sí nos genera el alto riesgo de desfinanciar entidades como el Sena. En cambio, estimular la inversión de capital con responsabilidad social nos puede llevar a tener empleos de buena calidad, con afiliación a la seguridad social.

Ahora, ¿qué vamos a hacer? Estamos en un problema de revaluación. A mí me pasó una cosa. Para los visitantes internacionales, yo vengo de una región donde somos exageraditos por optimistas, pero no mentirosos. Cuando empezó el Gobierno, yo iba a Nueva York a ver allá banqueros con cara lánguida. Y los del Banco Mundial me decían: No, Colombia perdió la viabilidad, etcétera. A rogarles por unas refinanciaciones.

Ahora llego allá y tengo que espantar la plata que se quiere venir para Colombia. Todo el mundo con cheques, que quieren invertir tanto en Colombia. Y tanto y tanto y tanto.

Llevamos tres años con una inversión extranjera directa por encima de 6 mil millones de dólares al año. Eso no lo conocía Colombia. Además, cuando empezó el Gobierno la tasa de inversión en Colombia era del 12. El año pasado del 26. La tasa de inversión privada era del 6,5. El año pasado del 19. Entonces creo que es lo que tenemos que seguir buscando. Pero eso nos ha creado reevaluación.

¿Qué vamos a hacer? Esta semana debo regresar a Cartagena a la convención bancaria. Vamos a expedir el decreto para apoyar con recursos a las empresas que están sufriendo por revaluación, pero para salvar el empleo. Creo que nos vamos a gastar alrededor de 280 millones, 300 millones de dólares, para apoyar a estas empresas, pero para salvar el empleo.

La condición va a ser: el Gobierno les da unos apoyos, pero ustedes tienen que demostrar que sus trabajadores siguen en nómina y que siguen afiliados al Sena, a las cajas de compensación y al Bienestar Familiar. Creo que eso les gusta a Don Carlos y a las centrales obreras. Y les gusta a los gremios, que tienen toda la responsabilidad social.

Entonces un gran apoyo, un esfuerzo fiscal grande, pero para salvar el empleo, afiliado a instituciones como el Sena, las cajas y Bienestar Familiar.

Aspiro, Gobernador y Alcalde, que el viernes, cuando tengo que regresar a Cartagena, podamos ya haber expedido ese decreto, que les dé confianza a los empleadores y que les dé confianza a los trabajadores colombianos.

Pero también hay que decir cosas como ésta: yo fui a comprar un tractor para una empresa agropecuaria, hace un año. La señora mía dice: “No, es que tú para tener cosas viejas, estás solo. La nevera de la casa lleva 29 años, la lavadora 29 años, la licuadora 29 años, y eso lleva el tractor de la finca”.

Entonces ahora le dije: “Por lo menos, mija, voy a cambiar el tractor”. El año pasado un tractor viejo que necesitaba cambiarlo, me costaba 130 millones. Para dar ejemplo, nunca utilizaría yo los estímulos del Estado, que hoy son muy generosos en Colombia para estimular la inversión.

El mismo tractor ahora, por esta reevaluación, lo compré en 87. Y me han dicho todos los empresarios colombianos que hay una gran posibilidad de reequipar el país. Hay que aprovechar.

Y entonces como yo no soy amigo de la revaluación, pero como hay muchos economistas amigos de la revaluación, les he dicho: “Así como se supone que ha traído tantos beneficios, entonces ahora déjenme gastar una plata grande para evitar los maleficios, para evitar que nos haga daño en el empleo”. Y lo vamos a hacer.

Lo vamos a hacer esta semana. Tengan la certeza. Porque si no lo hacemos, se puede perjudicar el Sena. Lo primero que hace el empleador en una crisis es dejar de pagarles a estas instituciones. O empezar a despachar nómina y a acortar nómina. Se afectan los trabajadores y se afectan estas empresas.

Quiero felicitar, muy de corazón, al doctor Rodolfo Martínez Tono, a don Carlos Bedoya, a Juan Alfredo Pinto. Esta institución no tendrá con qué pagarle, y el país, al doctor Rodolfo Martínez Tono.

Yo tuve el privilegio de ser compañero en el Senado de la República de quien era el Ministro, gran amigo del doctor Rodolfo, quien lo nombró, cartagenero, el doctor Raymundo Emiliani Román.

Y hablamos muchísimo sobre el Sena, sobre esos años de gestación, la idea original. En Colombia, cuando se habla del Sena, se asocia con esos 20 años de Rodolfo Martínez Tono. Un gran esfuerzo. Un gran transparencia, una gran legitimación de esta entidad, que nos honra mucho a los colombianos.

Y quiero felicitar a don Carlos Bedoya, líder sindical, por su realismo, por su espíritu constructivo, porque aquí no ha llegado el odio de clases sino la fraternidad cristiana. Aquí se ha buscado responsabilidad social sin eliminar la inversión. Muchas gracias a don Carlos, por servirle tanto a la institución, en nombre de los trabajadores colombianos.

Quiero felicitar a los gremios, que reciben esta distinción hoy en cabeza del doctor Juan Alfredo Pinto, Presidente de las pequeñas empresas.

Apreciados visitantes internacionales: este país que ha sufrido mucho, tiene muchas cosas buenas: tiene unos gremios no egoístas, tiene unos gremios que no tienen voracidad utilitarista sino responsabilidad con los intereses generales de la Patria. Y creo que eso se muestra en su presencia en el Sena, en las cajas de compensación, en Bienestar Familiar. A ellos también nuestra felicitación y muchas gracias.

Y quiero felicitar a todos los funcionarios del Sena. A todos. A los 21 mil instructores. A todos los funcionarios, por esta gran labor. Eso sí: están acreditados. Y cuando uno se acredita en Colombia no es para bañarse en laureles sino para trabajar más. Se encartaron.

Y por supuesto, quiero felicitar al doctor Darío Montoya, que ha hecho una gran tarea.

Creo que los colombianos, dentro de muchos años, porque espero que al doctor Darío Montoya lo preserven ahí muchos años, van a recordar dos figuras al frente del Sena: Rodolfo Martínez Tono y Darío Montoya.

Y a todos ustedes, apreciados visitantes, muchas gracias.

Hace cinco años en Colombia no había debate, pero había bombas. Al único que se le decía paramilitar, era a mí. Me lo decían mis oponentes políticos, porque no se atrevían a decirles “paramilitares” a los paramilitares.

Y hoy está desmantelado el paramilitarismo, debilitada la guerrilla, debilitada la narco-economía.

Hace cinco años había un edificio nuevo por ahí, o hace siete años, y uno preguntaba: “¿Quién lo está haciendo?”. Y le decían: “La plata del narcotráfico, la plata del narcotráfico”. Hoy vengo a Cartagena, y pregunto: “¿Quién está haciendo ese edificio, aquel otro y aquel otro?” Economía sana, plata transparente.

Iba a las regiones agrícolas, y decía: “¿Quién compró esa finca?”. Y me decían: “Un mafioso, un duro de Cali, un duro de Medellín”. Hoy me dicen: “No, aquí hay recuperación de la actividad productiva, está trabajando la plata sana”.

Ustedes encuentran un país con muchos problemas, pero con toda la voluntad de salir adelante. Les tocan debates. Debates, sí. Este país vive en permanente debate, pero es un país que va progresando. Un país más agitado en el debate, pero más tranquilo en materia de terrorismo.

A todos, muchas gracias”.

Imprimir

Linea de Quejas y Reclamos 01800-913666

© 2003 PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA