Bogotá,
9 ago (SNE). “Nos ilusiona mucho este acto. Sentimos gran admiración por el proceso centroamericano
y gran atracción por vincular a nuestra patria colombiana
más estrechamente al proceso centroamericano. Sentimos gran admiración por unas
naciones que hace poco, que parece ayer, el mundo creía que
estaban sumergidas en unas crisis insuperables, que las han
superado. Que han construido la paz, consolidado sus democracias,
abierto sus economías al mundo, y que están en una época
de prosperidad, de atracción de inversiones, de fortaleza
institucional.
Parece que fue ayer que la guerrilla
salvadoreña daba la impresión ante el mundo de querer demoler
la democracia, y hoy cómo está de floreciente esa democracia.
Parece que fue ayer que no se le veía salida a las dificultades
de Guatemala, y hoy cómo florece la democracia de Guatemala.
Parece que fue ayer que Honduras tenía que vivir los estragos
derivados de las conflagraciones del vecindario, además de
los estragos de la naturaleza como el huracán Match, y hoy
cómo se consolida la democracia de Honduras en una gran prosperidad.
Cuando vemos esos procesos evolutivos,
pensamos en lo nuestro. Cuando preguntamos a compatriotas
que asistieron a esos procesos, como el ex presidente Belisario
Betancur, el doctor Augusto Ramírez, ex Ministro de Estado,
nos llenamos de ilusión de que Colombia pueda rápidamente
dejar atrás la larga pesadilla del terrorismo.
Una diferencia: esas guerrillas centroamericanas
se financiaron con dineros provenientes del extranjero. Cuentan
los historiadores que vivieron el proceso y después lo escribieron,
que la guerrilla salvadoreña tomó la decisión de negociar
el día que llegó a la conclusión de que no podía avanzar
en lo militar, y además cuando había perdido la financiación
que le llegaba no de la antigua Unión Soviética, no de la
China de Mao Tse Tung, no de Vietnam, no de Cuba, sino de
ong’s de Europa Occidental.
La diferencia es que los grupos nuestros
evolucionaron de la insurgencia al terrorismo y se ha financiado
con esa plaga de nuestra época, que son las drogas ilícitas.
Por eso aquí, profundizando las libertades democráticas,
buscamos derrotar definitivamente el terrorismo y su fuente
alimentaria, las drogas ilícitas.
En este punto último tenemos un compromiso
solidario con ustedes, con sus pueblos, señores Presidentes:
la derrota de las drogas, que también quisieran hacer daño
en los países que ustedes presiden.
Admiramos mucho este veloz tránsito
de Centroamérica. La integración. La llegada del estancamiento
a una visión posmoderna, la capacidad de superar los dogmatismos
del debate político e integrarse sin prejuicios ideológicos
a las grandes corrientes de la economía mundial. Qué ejemplo
tan importante nos han dado. Ustedes han preferido la prosperidad
y la equidad, que el estancamiento en el trasnochado debate
ideológico.
Tenemos inmensa gratitud por la manera
como siempre han acogido a Colombia. El Gobernador de Antioquia,
en las bellas palabras que acabamos de escucharle, se refería
a Porfirio. El único dictador popular que tuvo la República,
el General Melo, también emigró a esas tierras donde tuvo
toda la hospitalidad. Y aquí aprendimos todos de niños a
recitar a Porfirio y también a Rubén Darío.
En todas las épocas hemos tenido en
los países centroamericanos, en El Salvador, en Guatemala,
en Honduras, toda la hospitalidad. Los colombianos sentimos
afecto por nuestros compatriotas hondureños, salvadoreños
y de Guatemala. Sentimos una gran identidad con los pueblos
que ustedes presiden, señores Presidentes.
Ha sido muy ilusionante para la administración
que presido, haber iniciado nuestra política internacional
con la integración al Plan Panamá Puebla.
Quiero hoy, en medio de mis coterráneos,
los paisanos de esta patria chica y los compatriotas de otras
regiones de Colombia, expresar nuestra gratitud a los países
que ustedes representan, por la manera espontánea, abierta,
como se cursó el proceso de admisión de Colombia en el Plan
Panamá Puebla. Muchas gracias señores Presidentes. Esa es
una integración llamada a producir excelentes frutos para
las nuevas generaciones.
Quiero agradecer inmensamente a ustedes
la solidaridad sin cálculo en la lucha de Colombia por recuperar
la seguridad. Jamás podré olvidar que mientras mis compatriotas
de Bogotá lloraban sin rendirse por el carrobomba de las
Farc contra el Club del Nogal, los Presidentes centroamericanos
acudieron solícitos a Panamá a firmar una declaración de
rechazo al terrorismo, de apoyo al pueblo y al Gobierno de
Colombia en la lucha contra el terrorismo, y fueron líderes
en la Organización de Estados Americanos para que allí se
produjera también idéntica condena.
Lo hacen ustedes con todo el valor
civil, sin reservas. Ustedes conocen qué es el terrorismo
y ustedes conocen qué es la democracia, y por eso nos han
comprendido y nos han apoyado.
Estamos muy honrados y muy ilusionados
de que el país pertenezca al Plan Panamá Puebla. Y es increíble
que cuando en febrero de 2006 planteábamos en San Salvador,
en ciudad de Guatemala, en Tegucigalpa, este tratado, hoy
nuestros ministros lo estén firmando. Muchas gracias, señores
Presidentes. La voluntad política permitió tenerlo rápidamente.
No era comprensible que mientras Centroamérica
había logrado el Cafta con los Estados Unidos, nosotros hemos
firmado un tratado todavía no ratificado por el Congreso
Norteamericano, nuestros países se dieran la espalda. Tiene
toda la lógica económica, social y política esta integración.
Colombia se ha aproximado a ella como
un puente entre Suramérica y Centroamérica. Y estamos seguros
que la Comunidad Andina se fortalecerá con ustedes, y que
este tratado se fortalecerá con otros países centroamericanos
y con otros países suramericanos. Es un punto de referencia
para que vayan llegando todos nuestros hermanos del continente.
Planteamos hace año y medio un tratado
con equidad y con factibilidad. La equidad se derivó del
reconocimiento de las asimetrías. El sector privado colombiano
en algún momento me decía: bueno, pero es que Colombia tendrá
que desgravar muchas de sus partidas arancelarias de inmediato
y los países signatarios: Honduras, El Salvador y Guatemala,
lo harán en diez años. Yo contestaba: la única manera de
avanzar en estos procesos es con hermandad. Hermandad obliga
a expresar solidaridades. Y una de las maneras como se expresan
en estos tratados, es a través del reconocimiento de las
asimetrías.
La factibilidad se deriva de las circunstancia
de haber entendido que hay renglones de la economía que todavía
no pueden estar en el tratado. Pero también tuvieron los
ministros una gran visión al incluir la cláusula evolutiva,
que permitirá que aquellos renglones de la economía excluidos,
después de los dos años iniciales de aplicación del tratado,
paulatinamente se puedan agregar. Me parece que es bastante
novedoso.
El tratado nos ayuda mucho en la inversión.
Nosotros en Colombia estamos, señores Presidentes, trabajando
tres objetivos: la consolidación de la seguridad, la consolidación
de la confianza inversionista y el cumplimiento de las metas
sociales. Están indisolublemente unidos.
Colombia ha comprobado que en la medida
en que hay voluntad política para rescatar la seguridad,
fluye la inversión. Y con la una y con la otra, se va abriendo
el camino para la inversión social, que ayude a construir
equidad y a superar la pobreza.
Ustedes empiezan a recibir unos flujos
muy importantes de inversión gracias al TLC con los estados
Unidos, que en buena hora lo negociaron ustedes y lo aprobaron.
Colombia ha mejorado los flujos de
inversión en los últimos años: cuando nuestro Gobierno empezó,
la inversión como porcentaje del Producto Interno Bruto,
estaba en el 12 por ciento y ahora oscila entre el 25 y el
27. La del sector privado estaba en el 6,5 y ahora oscila
entre el 19 y el 21. Ese tratado nos va ha ayudar mucho.
El señor Gobernador traía unas cifras
bien importantes: uno de los bancos más importantes de Colombia
ha hecho una de las inversiones de empresa colombiana en
la historia más cuantiosas en la comunidad internacional,
cuando el Banco de Colombia ha invertido 900 millones de
dólares en el Banco Agrícola de Centroamérica.
Dentro de pocos días asistiremos a
la colocación de la primera piedra para la construcción de
un hotel de 250 habitaciones, de una cadena que en el país
se propone construir el grupo Poma de El Salvador.
Este tratado nos facilita mucho esas
corrientes de inversión, que no son un fin en sí mismas.
Son un medio para generar empleo de alta calidad con afiliación
a la seguridad social para superar pobreza, para construir
equidad.
Este tratado anima más aquello que
se buscó con nuestra llegada al Plan Panamá Puebla: la interconexión
eléctrica. Dios quiera que no termine el año 2009 sin tener
la línea ya inaugurada.
Este tratado nos anima a todos los
procesos de cooperación. Tenemos en los países que ustedes
presiden y en esta Colombia, escasez de petróleo, pero tenemos
muchas posibilidades en biocombustibles.
Hemos venido trabajando para un desarrollo
común, para que las experiencias que ustedes tengan a nosotros
nos sirvan, para que las experiencias que nosotros tengamos
a ustedes les sirvan.
De acuerdo con lo convenido en el
Plan Panamá Puebla, con el liderazgo de nuestro Ministerio
de Agricultura, nos proponemos instalar dos pequeñas plantas
experimentales de producción de biocombustibles en Centroamérica.
Y le he pedido al ministro de Agricultura
(Andrés Felipe Arias) que busquemos un patrocinio, puede
ser del Banco de Colombia y el grupo Poma.
Dígale al Banco de Colombia que le
encime un poquito a la inversión que hizo allá en el Banco
Agrícola. Dígale al Grupo Poma que si el hotel le va a costar
equis, que le cueste equis más una fracción y le encime un
poquito, para que nos patrocinen la tercera planta de biocombustibles,
porque el Presidente de El Salvador me ha dicho que en las
dos iniciales, de acuerdo con los ejecutivos del Plan Panamá
Puebla, se definieron otros sitos, y que él también la necesita
en El Salvador, y yo no le puedo decir que no.
Muy bonitas las silletas, pero al
Presidente de El Salvador no lo voy a despachar sólo con
las silletas. Entonces me tiene que ayudar, Ministro, en
eso. Hágale dos llamaditas ahora, una al Grupo Poma y otra
al Banco de Colombia, para que nos patrocinen esa planta
experimental allí, y la hacemos. Y aquí veo que Taca también
nos quiere ayudar. Responsabilidad social: es muy bello,
qué bueno. Esa planta patrocinada por fulano, perano, sutano.
Nos va a ayudar muchísimo.
Muchas gracias, señores Presidentes.
Muchas gracias, señor Gobernador y coterráneos, por tanta
hospitalidad. Muchas gracias a quienes han impulsado esta
tarea. A los ministros de Economía y Comercio, al Alto Comisionado
para la Competitividad, a los equipos negociadores. Creo
que ha sido hecha con realismo, visión de futuro, sin forzar
circunstancias, rápidamente. Qué bueno. Eso se los queremos
agradecer y lo queremos aplaudir.
Se puso el Gobernador ahora a citar
a Porfirio. Firmar este tratado, particularmente me emociona
mucho, porque es empezar Colombia a contagiarse de ese espíritu
integracionista y de apertura de economía mundial, del cual
está dando ejemplo Centroamérica.
Firmar este tratado es como sentirse
en un día fértil de aquellos que dijera Porfirio: “Hay días
en que somos tan fértiles, tan fértiles, como en abril el
campo que tiembla de pasión. Bajo el influjo próvido de espirituales
lluvias, la tierra está brotando florestas de ilusión”.
Hoy brotan florestas de ilusión con
esta integración, señores Presidentes. Muchas gracias.
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