Correo Presidencia Video Audio Ir al inicio Noticias Fotografía Mapa de Sitio
2002 - 2003 - 2004 - 2005 - 2006 -
2007 - 2008 - 2009 - 2010

Agosto 2007
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
L M M J V S D
    1 2 3 4 5
6 7 8 9 10 11 12
13 14 15 16 17 18 19
20 21 22 23 24 25 26
27 28 29 30 31    
 
 

Secretaría de Prensa Noticias 5629349

     
   
   
 
Agosto 10

Palabras del presidente Uribe ante la asamblea de la Andi

Cartagena, 10 ago (SNE). “Quiero saludarlos muy respetuosamente. Felicitar a la Andi por esta nueva asamblea que, con tanta seriedad, congrega el interés todo de la nación. Felicitar al doctor Enrique Zurek por la medalla José Gutierrez Gómez a una trayectoria empresarial tan fructífera. A los jóvenes de la Andi del futuro. A los nuevos proyectos, que nos llenan de ilusiones sobre la capacidad de emprender de las nuevas generaciones.

Permítanme decirles, apreciados empresarios, que cuando pienso en los temas para hablar en la Andi, digo: bueno, pero si mis compañeros, los ministros, los han tratado todos. Y es un gabinete que cada semana en los consejos comunitarios tiene que hacer rendición de cuentas, pero algo pasa porque el consejo comunitario para el cual mejor se preparan es esta asamblea de la Andi. Entonces dejan las materias bastante agotadas.

Y tienen razón. Quiero hacerles un reconocimiento a los gremios de Colombia. Son sui géneris. Por su capacidad de representar el interés nacional, mucho más allá de los cortos intereses de sectores de la producción o de los servicios.

Desde mitad de los años ochenta, cuando adelantábamos en el Congreso de la República reformas que exigieron mucho debate ideológico y político, para preocupación de la democracia advertí que la representación de los intereses reales de la Nación, que en alguna forma estaban abandonando los partidos, era crecientemente asumida esa representación por gremios como la Andi.

No es para volver al corporativismo, que se criticaba tanto en la política de hace un siglo, sino para destacar la capacidad de representar los intereses nacionales de estos gremios, y al mismo tiempo para llamar la atención a los otros actores de la democracia, como los mismos partidos políticos.

Permítanme empezar con dos buenas noticias: el TLC con los tres países del Triángulo Norte de Centroamérica. Honduras, El Salvador y Guatemala nos dan la oportunidad de interactuar con otro mercado de 20 millones de habitantes, integrado ya a los Estados Unidos y que empieza a recibir altas tasas de inversión, en una Centroamérica que en pocos años, después de los Acuerdos de Esquipulas, ha dado pasos envidiables.

Qué bueno que después de que Colombia ingresó al Plan Panamá-Puebla, que nos abre tantas posibilidades, ayer pudiéramos haber firmado ese tratado.

Hace cuatro años hablábamos aquí, con el ministro Roberto Junguito, la reforma tributaria de hace cinco años, de 2002.

Y voy a refirme a un tema que poco se trata en estos escenarios, que es el tema del deporte, pero que algo dice de lo que está pasando en la tonificación de la disciplina colombiana.

El Gobierno anterior, a mi juicio visionariamente, se había comprometido en unos Juegos Nacionales muy importantes en varias partes del país, en hacer de Colombia la sede de los Bolivarianos, en hacer de Colombia la sede de los Centroamericanos y del Caribe.

En la angustia por el déficit del endeudamiento, en nuestro Consejo de Ministros se llegó a considerar no hacerlos por falta de dinero. Pero llegamos a la conclusión de que eso no se podía admitir. Que había que hacerlos y que para esos compromisos había que aplicar la regla de contabilidad de don Pepe Sierra: para esto tiene que haber.

Y entonces le derramamos cuatro puntos de IVA adicional a los celulares (lo que no fue óbice para en los años inmediatamente siguientes, pasáramos en Colombia de 4 millones a casi 30 millones de celulares), para financiar el deporte y un porcentaje pequeño para la cultura.

Los juegos Bolivarianos de Armenia y Pereira tuvieron éxito. Perdimos con algunos países hermanos. En los Centroamericanos y del Caribe aquí en Cartagena, exitosísimos, que le dejaron una gran infraestructura a la ciudad, les ganamos ya a países hermanos. Acabamos de asistir a los Panamericanos del Brasil. Hace cuatro en los Panamericanos 43 medallas y ahora 48. Hace cuatro años puesto octavo y ahora sexto. Quedaron por encima Canadá, Estados Unidos, México, Brasil y Cuba. A todos les recortamos distancia.

Y se ha mostrado una gran disciplina en nuestros deportistas. Increíble como a algunos países a los que nunca les habíamos podido ganar, ahora pudimos lograrlo.

Ellos fueron a la Presidencia esta mañana a hacer como un balance de los Panamericanos y de lo que sigue en materia de preparación para los Juegos Olímpicos de Beijing. Porque la decisión tomada (y le traigo esa noticia al Ministro de Hacienda), es que no podemos suspender la preparación.

Entonces le dije a Andrés Botero, el presidente del Comité Olímpico Internacional: ¿cómo evalúan ustedes esta evolución del deporte colombiano? Me dijo: muy bien, estamos felices, es la vez en que empezamos a mostrar mejor comportamiento en todos los eventos del ciclo olímpico.

¿Y cómo lo evalúa la comunidad internacional? Nos preguntan: ¿Entonces ustedes qué están haciendo en Colombia? A lo que contesta el Presidente del Comité Olímpico: tres cositas: trabajamos, trabajamos, trabajamos.

Veo, por ejemplo, en ese tema del deporte, un gran mejoramiento de la disciplina social del país, que es capital social y que es lo que nos saca a nosotros adelante.

Y en materia social, en esta ciudad hace cuatro años hablábamos la vía perimetral de la Ciénaga de la Virgen para empezar a reivindicar una de las zonas más deprimidas de Colombia. Está construida en muy buena parte y ahora se está en el proceso de mejoramiento de la vivienda. Se están construyendo 2 mil viviendas sociales, que incluye el programa de la Teletón, a la que contribuyó el sector privado con tanta generosidad.

Y en el programa Familias en Acción (uno de los programas bandera en el área social de nuestro Gobierno y que en este mes debe llegar a millón y medio de Familias en Acción en todo el país para avanzar mucho en desplazados y estrato uno), solamente en Cartagena quedaron inscritas 42 mil familias, que reciben un subsidio pecuniario del Estado por cada hijo que esté estudiando.

Y que además de ayudar a resolver ese programa a que con tanta agudeza se refería el Presidente del BID, el problema educativo, porque eso garantiza asistencia (uno de los problemas grandes que tenemos es la deserción), eso tonifica mucho la economía.

El día que 42 mil familias de Cartagena cada dos meses reciban ese pago, ese no es dinero que se ahorra ni que se va al extranjero, ese es dinero que invierten en vestuarios, en alimentos, dinero que impacta inmediatamente la economía local.

Y una cuarta buena noticia. Ayer recibimos en Bogotá la visita de Royal Caribean, sus directivos. El doctor Luis Alberto Moreno, presidente del BID, cuando era embajador en Washington, con el ministro Luis Guillermo Plata, se dieron a la tarea de ayudarnos a que regresaran a Colombia los cruceros del Caribe.

Creo que este año la ciudad de Cartagena recibe el beneficio de no menos de 128 mil pasajeros que desembarcan de estos cruceros. Solamente Royal Caribbean puede traer a Cartagena el año entrante 178 mil. Además va a tener 16 paradas en Santa Marta y un buen número de paradas en San Andrés.

Y desde noviembre del año entrante, Cartagena queda convertido para Royal Cariaban en puerto de embarque para cruceros del Caribe, lo que le da a esta ciudad una gran capacidad de captar en todo el continente pasajeros con destino a esta atracción turística.

Veo ánimo por el país en todos los frentes. Aquí vemos un frente social, un frente de turismo, un frente de comercio, un frente de deporte.

Quería antes de entrar a mirar temas específicos con el doctor Luis Carlos Villegas, hacerles algunas referencias, apreciados compatriotas.

Yo pienso que no podemos ignorar el tema político del modelo de Estado en el actual debate del continente. El continente en unas décadas se dio a la tarea de desmantelar el Estado. En Colombia hemos reformado 400 entidades públicas. En los tres años que nos quedan vamos a procurar reformar todas las que hacen falta reformar, pero no desmantelamos el Estado.

Ahora el continente en muchos países gira hacia el estatismo, hacia el demérito de la inversión privada y la promoción del estatismo. Ahí no está Colombia. Básico en el modelo nuestro es la confianza en la inversión privada, la negación del estatismo, espacio a la inversión privada con responsabilidad social.

Esa responsabilidad social expresada en tres áreas. Primero, en la transparencia, en las relaciones entre el Estado y los inversionistas. Transparencia en la contratación, en la solución de disputas, transparencia en el pago de regalías sobre explotación de recursos naturales, en la tributación, en general.

Segunda expresión de la responsabilidad social: en la solidaridad de los inversionistas con las comunidades.

Uno puede hacer del Cesar la economía carbonera más importante del mundo o causar un caos social. Si las empresas extractoras cumplen las normas de responsabilidad social, las normas ambientales, cumplen sus deberes con las comunidades del vecindario, no le hacen insoportable a esas comunidades la extracción del recurso natural sino que le crean a esas comunidades unas condiciones amables, allí podemos tener un gran desarrollo social.

Y la tercera expresión de la responsabilidad social: las relaciones laborales. Nosotros estamos diciendo: ni relaciones laborales de capitalismo salvaje, ni relaciones laborales de odio de clase. Relaciones laborales de fraternidad cristiana.

Me parece muy importante que se haya examinado, en el curso de esta asamblea de la Andi, el Libro Blanco, temas en los cuales estamos empeñados para mejorar con espíritu fraterno, cristiano, las relaciones laborales. Y que seguramente el Ministro, con la ayuda de los gremios, de los trabajadores, con ese gran liderzazo de la Andi y de la Organización Internacional del Trabajo, podrá mostrar resultados en poco tiempo.

Nosotros estamos trabajando, y es muy importante, en el modelo político, cinco elementos: seguridad democrática, respeto a las libertades, construcción de cohesión social, transparencia y respeto a las instituciones que conforman el Estado, independientes relativamente, pero obligadas a cooperar armónicamente para obtener los fines superiores del Estado.

Y tenemos tres objetivos principales de Gobierno: consolidar la seguridad, consolidar la confianza inversionista y cumplir las metas sociales.

Quiero agradecer a los empresarios de Colombia los dos esfuerzos, en las dos ocasiones en que se ha derramado el impuesto a la Seguridad Democrática. El ministro Juan Manuel Santos ha estado explicando los mecanismos de vigilancia y coadministración para garantizar la más eficiente y más transparente inversión de estos recursos. Faltan esfuerzos grandes.

Por ejemplo: cuando veo los delitos cotidianos, como las lesiones comunes, el hurto a residencias, a comercio, a personas, hurto a entidades financieras, en el país se presenta en el año una reducción en todos estos delitos.

Pero hay ciudades donde esa reducción no se ve. Yo no le puedo decir, por ejemplo, a los ciudadanos de Barranquilla: bueno, es que en el país en el hurto a residencias hay una reducción este año del 11 por ciento o en el hurto al comercio del seis por ciento, si allá hay unos incrementos.

Uno de los retos para estos años que vienen es enfrentar la inseguridad urbana. Acababa de aprobarse en el Congreso la Ley 1142, que nos tiene que ayudar muchísimo en esa materia.

Otro de los retos se llama el tema de cabecillas y el tema de secuestrados.

Confianza inversionista. Las cifras del doctor Luis Carlos Villegas muestra cómo ha crecido la confianza inversionista en Colombia. Seguridad, confianza inversionista y política social van de la mano.

Para que haya confianza inversionista, además del buen manejo económico, tiene que haber seguridad. Y sin ello no hay manera de lograr metas sociales. Después de que finalizó la Guerra de los Mil Días, se independizó Panamá, en el país surgió una especie de actitud de desdén frente a la Fuerza Pública. Y con insucesos que ocurrieron en la violencia partidista, ese desdén frente a la Fuerza Pública aumentó. Estuvimos varias décadas, muchas, casi un siglo, con la equivocada idea civilista de que el respeto al Estado de Derecho equivalía a una especie de negación de la seguridad y de negación del apoyo a la Fuerza Pública.

Hasta hace poco se decía, y todavía se insiste, que lo que el país necesita no es guerra sino política social. Porque la política de seguridad algunos equivocadamente la definen como una política de guerra.

Pero hemos ganado mucho. Hay un gran intangible. En el pueblo colombiano hoy hay un formidable entendimiento de que la política social tiene que ir de la mano de la política de seguridad. De que si no hay confianza inversionista que garantice prosperidad, la política social se reduce a un discurso demagógico, a más miseria y a un reparto de pobreza.

Estos elementos políticos hay que tenerlos muy presentes. Y lo digo ante la asamblea de la Andi, por esa idea que tengo, desde mediados de los años 80, de que la equivocación en la interpretación del sentimiento popular de la Nación por parte de los partidos políticos, en alguna forma se fue sustituyendo por una mayor conexión de los gremios con la base popular de la Nación.

Nosotros hablamos más de confianza inversionista que de crecimiento. Puede haber crecimiento unos años porque se descubre un pozo petrolero y se explota, porque aumenta el precio de un producto básico, pero en los siguientes años, cuando esos fenómenos coyunturales se agoten, inmediatamente decae la tendencia de crecimiento.

Lo único que lo hace sostenible en el largo plazo es una tasa de inversión elevada de largo plazo, que sea reflejo de la confianza de la comunidad nacional e internacional en ese país.

Mi gran obsesión al mirar la economía, la pregunta de todos los días al Ministro de Hacienda es: ¿cómo va la confianza inversionista?

La cifra que ha mostrado el doctor Luis Carlos Villegas, el reto es sostenerla. Si esta patria nuestra logra, de aquí en adelante, sostener tasas de inversión por encima del 25 por ciento, creo que se presentará una insospechable revolución muy positiva.

Para esa confianza inversionista son básicos estos elementos: el modelo. Hay que repetirlo en América Latina: ni desmantelar el Estado ni estatismo, inversión privada, todas las garantías con responsabilidad social. Para la confianza inversionista básica, la seguridad, la salud fiscal. Para la confianza inversionista, la tributación, las zonas especiales recientemente creadas, los tratados de comercio. Para la confianza inversionista, la estabilidad en las reglas de juego.

Déjenme referir a algunos de estos puntos.

En el tema de la salud fiscal de la Nación. Como pudieron verlo ustedes ayer en la intervención del Ministro de Hacienda, hay una reducción muy importante en el endeudamiento: ha pasado del 48 al 28. Este año debe caer más. Una reducción muy importante del déficit consolidado: ha pasado del 4,2 al 0,7. Y una reducción muy importante del déficit más preocupante: el del Gobierno Nacional central.

Si a la cifra que nos mostró el doctor Luis Carlos Villegas le sumamos lo que ha pasado en pensiones (el agotamiento de las reservas en el Seguro Social, que ha obligado al Gobierno Nacional central a transferirle al Seguro Social 1,3 del PIB, año tras año), eso nos llevaría a la siguiente conclusión, del año 2002 a la fecha: el déficit del Gobierno Nacional central se ha reducido del 7,5 a lo que podría ser a final de este año el 3,5.

Pero no podemos estar conformes con el 3,5. Apenas empezamos a tener un modesto superávit en el balance primario del Gobierno Nacional central. Por eso hay que continuar este esfuerzo.

Y allí hay dos temas muy importantes: el recaudo y el gasto. Tengo mucha fe en el proceso de sistematización, de modernización, de los impuestos colombianos. Tengo mucha fe en la circunstancia de que más de un 80 por ciento del recaudo, ya proviene de contribuyentes que se relacionan con la administración de impuestos, a través del sistema virtual.

Tengo mucha fe en ese proceso de transformación de la Dian, que se ha llamado el proceso Muisca.

Y el gasto. Si ustedes me preguntaran cuál es el mayor legado fiscal que este Gobierno le quiere dejar a la Nación, diría que la reforma al Estado. Nosotros hemos reformado 400 entidades, pero tenemos la disposición de reformarlas a todas. No es fácil.

Recuerden ustedes lo que vivió el país cuando se intentó reformar a Telecom. No sé que le pasó al país. Pero en ese siglo en que le dimos en alguna forma la espalda a la seguridad, después de que perdimos a Panamá, sin que nos diéramos cuenta, creció mucho el fanatismo ideológico.

Recuerdo, como muchos de ustedes, lo difícil que fue la reforma laboral del 1990, por el fanatismo ideológico. La reforma de la seguridad social de 1993, por el fanatismo ideológico. Ustedes no saben lo difícil que ha sido remontar estas barreras ideológicas. Pero ahí vamos lográndolo.

Si ustedes me hubieran preguntado hace cinco años: ¿usted está totalmente seguro de que podrá tener éxito en la reforma de Telecom?, les habría dicho: no sé.

Si me hubieran preguntado hace cinco años: ¿usted está totalmente seguro de que puede hacer la capitalización de Ecopetrol?, les habría dicho: no. Vamos a hacer la reforma laboral, la reforma administrativa y la reforma pensional de Ecopetrol, pero no me atrevo a comprometerme con la capitalización.

Los radicalismos ideológicos nos creaban todas las dudas sobre la posibilidad de esas reformas. Y creo que esas reformas empiezan a tener buenos resultados. Le han ahorrado al gasto público un punto del PIB al año. Eso es muy significativo. Esas empresas tenían valor negativo y hoy tienen valor positivo. Su contribución a la comunidad es inmensamente superior.

Aquí está el doctor Luis Guillermo Parra, que ha vivido la experiencia de Paz del Río, donde hicimos ese acuerdo con los trabajadores. Les dijimos: bueno, vamos a pasar del sindicalismo reivindicatorio histórico, a un sindicalismo de participación, de compromiso gerencial. Y ustedes aumentan la participación propietaria en la empresa. Pero hay que desmontar unas prestaciones, que le quitan competitividad. Y lo logramos.

Y vamos a eliminar la politiquería. Vamos a elegir la gerencia en un proceso de meritocracia, la junta en un proceso de meritocracia. Y todo eso permitió hacer esas reformas, unos cuyos resultados fue que los trabajadores pasaran de ser dueños del 6 a más del 40. Después redujeron al 34.

Y una empresa que no le auguraba a la Nación sino problemas, la necesidad de hacerse cargo de un gran pasivo social en Boyacá, se convirtió en una empresa hoy de una gran ilusión nacional.

Creo que todas estas reformas son muy importantes. Espero con fe el 28 de agosto, el 27, ministro Hernán Martínez, cuando empiece el proceso de capitalización de Ecopetrol.

Y estoy seguro que eso le dará mucho valor a la empresa, mucha capacidad de inversión al sector de hidrocarburos, mucha capacidad de diversificación para buscar otras fuentes energéticas, en las que el país tiene inmensas posibilidades, como los biocombustibles.

Y todas estas empresas que se reforman tienen una buena ganancia: buen manejo. Se elimina el clientelismo.

A mí ya nadie me pide un puesto en Telecom. Todavía me piden puestos en la junta de Ecopetrol. Desde el 28 de agosto, al que me vaya a pedir un puesto en la junta de Ecopetrol le digo: vaya hable con los socios en la bolsa.

Lo que se gana en buen Gobierno es inmenso. El sindicato de Telecom me decía, y con razón, cuando estábamos en la reforma (y aquí está la líder de esa reforma, la señora ex ministra Martha de Hart), decían: “mire, Presidente, es que nos echan todas las culpas a nosotros. Los gobiernos contribuyeron a la quiebra de Telecom”. Y les decía: “¿por qué, muchachos?”. “Porque nosotros pedíamos en los pliegos, pero los gerentes, que eran transitorios, nos daban todo. Por ganarse un aplauso, para no tener dificultades, aplicando la norma: el que viene atrás que arree. Porque los gobiernos nos mandaban la gente allá para cumplir cuotas burocráticas, teníamos que vincular a la nómina a personas que no trabajaban. O nos enviaban allá a los amigos políticos, para que mejoraran o completaran la jubilación”.

Cuando se hacen estas reformas, se les cierran todas esas puertas al clientelismo.

Y eso lo ha logrado ISA. Sé la preocupación de ustedes por el tema de ISA. Creo que empeñados nosotros en todas estas reformas, lo de ISA hay que pensarlo dos veces.

Tengo estas preocupaciones que, con toda candidez, las quiero compartir con ustedes. La empresa tiene muy buen Gobierno, gracias a esa reforma. Cuando uno dice: bueno, es que maneja el centro de despacho, le dicen: eso se puede independizar. Es cierto.

Aparece otro tema: ¿hasta qué punto en Estado se puede desprender de algo tan estratégico como la transmisión de energía? No sólo por la transmisión de energía sino por lo que puede significar para las telecomunicaciones en el futuro. Toda esa infraestructura instalada.

Y otro punto: la empresa tiene hoy, si las cifras no me fallan, un patrimonio en el extranjero igual al que tiene en Colombia. La circunstancia de que el Estado es socio le ha ayudado mucho a incursionar exitosamente en el extranjero. Lo he vivido en experiencias de ISA en el Perú, en Brasil.

Esos gobiernos, en la medida que han conocido que el Estado colombiano es socio de esa empresa, han facilitado la presencia de la empresa en esos países. Presencia que le ha ayudado a tener mucho éxito.

Y esto no es inusual. Pregunto a los directivos de Petrobras de Brasil: ¿la circunstancia de que el Estado brasilero es socio de Petrobras les ha ayudado en la inclusión internacional? Y contestan: definitivamente sí. Estas son dudas que he tenido sobre el tema ISA, que las quiero compartir con ustedes.

Y también me preocupa lo siguiente, desde el punto de vista patrimonial. Contrario a lo que dice la crítica política: Uribe acabó con el patrimonio del Estado, todas estas reformas le han dado valor positivo a algo que tenía valor negativo. ¿Qué valía Telecom hace cuatro años y cuánto vale hoy en Colombia Telecomunicaciones la participación de la Nación, que es del 50 por ciento menos una acción? Creo que le hemos dado valor al patrimonio público.

Yo miro el tema de ISA y digo: bueno, los dividendos son tanto y las valorizaciones patrimoniales tanto. El costo de la deuda que pagaríamos con esa venta sería de tanto. Y me da que es mayor la suma de la valorización patrimonial más los dividendos, que el costo que de la deuda que se pagaría con su enajenación. Les dejo esas inquietudes.

Pero también decía el doctor Luis Carlos Villegas: es que nos espera ahora una tarea enorme: la tarea de las electrificadoras. Tema que ha tenido mucho debate político en los departamentos. Y el 27 empieza la capitalización de Ecopetrol.

Pero vamos a seguir la reforma administrativa. A mí me parece que la democratización del 20 por ciento de Isagen, que acaba de hacerse exitosamente, fue muy buen paso. Una de las 400 empresas reformadas. Podemos estudiar otros porcentajes de democratización en Isagen.

Hay que estar atentos sobre quiénes van a instalar hidroeléctricas. Porque hay que decir la verdad: hasta la fecha el sector privado nacional e internacional ha comprado hidroeléctricas, pero no ha construido hidroeléctricas en Colombia. Solamente las ha construido el Estado.

El ministro Hernán Martinez se propone, a partir de febrero del próximo año, poner en marcha un sistema muy innovativo para construir generación en Colombia. Sacar adelante unas ofertas públicas para que los generadores ofrezcan proyectos y el Estado ofrezca a los generadores lo que se llama el pago por la disponibilidad en la prestación del servicio.

Creo que es prudente mirar, para continuar el proceso de democratización de Isagen, qué va a pasar, si hay definitivamente o no hay particulares interesados en la instalación de proyectos hidroeléctricos.

Pero vamos a seguir con la reforma del Estado. Confío hacer toda la reforma del Seguro Social, en sus clínicas, en su EPS, en pensiones. Hacer toda la reforma del Seguro Social. No fácil. Esa sí que ha tenido objeciones ideológicas.

Pero ya hay ejemplos muy buenos. Ustedes van a la clínica del Seguro Social aquí en Cartagena: otra cosa frente a lo que había hace diez meses. Está manejada por una fundación de religiosos.

O va a la clínica del Seguro Social en Santa Marta: totalmente transformada, hoy concesionada a la Fundación Cardiovascular de Cundinamarca. Continuaremos en esa reforma administrativa, como el legado fundamental de este Gobierno para la salud fiscal de la Nación.

Es importante en la tributación tener en cuenta esto: la característica de nuestra tributación no ha sido rebajar las tarifas tributarias haciendo tabla rasa, sino estimular la inversión

diría que la reducción de las tarifas es muy pequeña en Colombia. Lo importante son los estímulos a la inversión, que transitoriamente le cuestan mucho al fisco.

Por eso comparto plenamente el llamado que hace el doctor Luis Carlos Villegas. Una tributación que hoy tenemos generosa para estimular la inversión, tiene que tener toda la respuesta inversionista con responsabilidad social. Va a ser el balance en el 2010.

Y entonces eso va decir si estábamos en el camino correcto o no. Y depende de que el Estado lo haya hecho (lo hemos hecho con las reformas tributarias) y de que haya una respuesta del sector privado, que hasta ahora se ha dado, pero que hay que intensificarla en ritmo de inversión todos los días.

Esta el tema de las zonas francas especiales. Tarifas del 15 por ciento. No se necesita que la actividad sea exportadora. Puede ser para el mercado nacional. Se introdujo el concepto del monousuario, que reclamaban ustedes, con tanta razón.

Y además los requisitos de capital y de empleo no son difíciles de obtener. Por ejemplo, en ese sector tan promisorio para el país, como es el sector de los biocombustibles, una zona franca puede trabajar, obtener el permiso, sumando el empleo directo de la planta industrial más el empleo de los cultivos que alimentan la planta industrial.

Está la ley de estabilidad en las reglas de juego. Creo que vamos a terminar este año con una buena cantidad de pactos.

El tercer tema se llama: las metas sociales. Me gustaría en una oportunidad que la Andi pudiera examinar con todo el equipo social todo el tema de social: educación, salud, banca de oportunidades”.