Agosto 15  

Palabras del presidente Uribe en el encuentro Colombia Responsable
  • El presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, inauguró este miércoles el Primer Encuentro de Responsabilidad y Desarrollo Social, “Colombia Responsable”, en Corferias, de Bogotá.
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Bogotá, 15 ago (SNE). “En primer lugar quiero felicitarlos a todos por este evento, a la Cámara de Comercio, a las cajas de Compensación. Quiero felicitar a la Corporación de Ferias de Bogotá, a Acción Social, a la Alcaldía.

Es importante mostrar ante la comunidad internacional que Colombia tiene una gran institucionalidad, una gran institucionalidad en la cual reposa la esperanza de que el país salga adelante en todos estos retos.

Yo no veo en el continente, Profesor Singer, una institucionalidad como la de las cajas de compensación, administradas conjuntamente por empresarios y trabajadores, tienen la eficiencia del sector privado, buscan la resolución de los grandes intereses sociales que corresponden bastante al sector público y han logrado una gran legitimidad en el pueblo colombiano.

Colombia tiene otra institucionalidad muy importante, la de sus gremios, la de instituciones como las Cámaras de Comercio. Los gremios en Colombia bien podrían estar dedicados a gestionar sus intereses particulares, han hecho una demostración histórica de que han puesto por encima del interés particular el interés general.

Las Cámaras de Comercio en lugar de dedicarse a recuadra unos dineros de los registros mercantiles, han hecho un gran liderazgo social en nuestro país.

Toda esa institucionalidad el mundo no la conoce, y es importante en una ocasión como esta, con visitantes internacionales tan importantes y este entusiasmo de Naciones Unidas con esta exposición de responsabilidad social ponerla de presente.

Y una institucionalidad bien importante: gobernabilidad.

¿Se imaginan ustedes con las dificultades sociales de Colombia de orden público, con la pobreza, con guerrillas, paramilitares, qué le estaría pasando a un país en donde eligen 1.099 alcaldes directamente, 32 gobernadores directamente, al Presidente de la República; independencia en el Congreso, independencia en las Asambleas, independencia en los Concejos, independencia en los organismo de control, independencia en las instituciones de justicia, donde no tuviéramos gobernabilidad?

Creo que la institución más importante que ha venido construyendo Colombia es gobernabilidad, creo que la experiencia de estos últimos cuatro años muestra que se ha construido gobernabilidad en la diversidad y que a la hora de la verdad cuando se trabaja con espíritu democrático, las diferencias son menores en el ejercicio del Gobierno, de lo que aparecen en los discursos de campaña.

Por eso yo tengo discrepancias sobre la división que persiste en América Latina, al insistir dividir a América Latina entre gobiernos de izquierda y gobiernos de derecha, yo creo que es obsoleta, polarizante, impráctica, tenía razón de ser cuando los ideales democráticos de América Latina se enfrentaban a las dictaduras y se traían de Europa occidental las tesis que allí habían surgido, para combatir los funestos fenómenos de Hitler y Mussolini. Hoy América Latina, al menos teóricamente, toda gira alrededor de la democracia. Es polarizante, lo demostró las últimas elecciones en la Organización de Estados Americanos y es impráctica.

Una periodista internacional me decía a mi: bueno presidente Uribe, usted un presidente de derecha, ¿cómo vive en una América Latina de izquierda? Y le pregunté ¿yo soy de derecha porque busco la seguridad? ¿acaso pueden vivir los ciudadanos de una democracia, llámense de izquierda o derecha, sin seguridad? Se quedó callada la periodista, le dije: entonces dígame un Gobierno de América Latina de izquierda, me dijo: fulano, perano, sutano, el presidente Lula, le dije, ¿por qué no me cuenta en la práctica de Gobierno cuáles son las diferencias hoy entre el gobierno del presidente Lula en el Brasil y el nuestro en Colombia para decir que allí hay un Gobierno de izquierda y aquí uno de derecha? Y la periodista enmudeció.

Y le dije. Cuéntame, ¿por qué insistes en señalarme de derecha? Y me dijo, porque a mi no me gusta la seguridad y yo soy de izquierda, y le dije: ¿y tu por qué eres de izquierda? Y no me supo decir.

Alcalde Garzón, con el aprecio que le tengo, yo lo voy a comunicar con esa periodista para que me le de una nueva lección de izquierda, a ver si no la corcho la próxima ocasión.

Yo creo, y el Alcalde ha provocado estas reflexiones, yo creo que debemos pensar en una democracia moderna, que tiene estos elementos. Seguridad con alcance democrático, respeto a las libertades, cohesión social, respeto a las instituciones del Estado que confluyen de manera independiente y tienen que colaborar de manera armónica por los fines superiores de la seguridad y trabajo por la transparencia que es el gran motor generador de confianza.

Cuando uno repasa esos cinco elementos, encuentra que unos pueden tener orígenes en la izquierda y otros en la derecha y otros orígenes en ambos, se decía: es que la seguridad es un reclamo de la derecha para poder reproducir inalteradas las condiciones de explotación. Y entonces después decían, despreciando la seguridad y atribuyéndosela a la derecha y contestaba la izquierda: “estas dictaduras son terrorismo de Estado, necesitamos seguridad democrática para poder ejercer nuestros derechos políticos”, ¿de quien quedó la seguridad? De todos.

Entonces viene el tema de las libertades, y decía la izquierda, que trataba de interpretar bien o mal a Marx, las libertades burguesas, son unos eufemismos doctrinarios, simplemente para aplacar las revoluciones para anestesiar el vigor del reclamo popular y para reproducir las condiciones de explotación de clases.

Y después decía la misma izquierda, la misma que descalificaba las libertades señalándolas como libertades burguesas, necesitamos las libertades para que se escuchen nuestros puntos de vista.

Y en el tema de la cohesión social, como sin cohesión social se legitima, se hace sostenible un régimen de libertades reclamado por la izquierda o por la derecha, un régimen de seguridad reclamado por la izquierda o por la derecha y como sin instituciones independientes, se logra ese equilibrio en los poderes del Estado que evite los desbordamientos y como logra funcionar el Estado si esos poderes no concurren a trabajar armónicamente por los fines esenciales de la sociedad y como se logra la estabilidad democrática si no hay la confianza que se deriva de la transparencia.

Por eso yo he venido invitando a mis compatriotas y a la comunidad internacional a pensar en estos cinco elementos característicos de una democracia moderna, más allá que en la división entre izquierda y derecha.

Este es un foro que obliga al Gobierno Nacional en alguna forma a asumir responsabilidades, a hacer rendición de cuentas. Nosotros hemos creído que hay que hacer unas definiciones de modelo de Estado en el actual debate político de América Latina. Nosotros hemos reformado 400 entidades del Estado, vamos a seguirlas reformando, pero no estamos en la moda latinoamericana de los 90, del desmonte del Estado, estamos trabajando por un Estado más al servicio de la comunidad, menos al servicio de la politiquería, empezó la reforma de Telecom, la reforma en 190 hospitales, la reforma de Ecopetrol, y ahora viene la reforma de todas las clínicas del Seguro Social, yo creo que hay un elemento bien importante: no se trata de la actitud neoliberal de los 90 de desmontar el Estado, lo que hay que preguntare es: ¿para qué sirve la clínica del Seguro Social de Santa Marta? ¿Cuándo le sirve más a la comunidad, si administrada por los excesos sindicales o administrada como está administrada ahora por una concesión otorgada a la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga?, esas son las preguntas que tenemos que entrar a formularnos.

Tampoco estamos en el estatismo, y esto es bien importante decirlo, en la tendencia política de América Latina, nosotros, creemos que hay que darle al sector privado todo el espacio y exigirle toda la responsabilidad social y en buenahora uno de los temas líderes en el debate colectivo en nuestro país y en el continente es la responsabilidad social, la hemos entendido profesor Singer, expresada en tres áreas: la transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado, transparencia en las concesiones, en los contratos, en la solución de disputas, en la tributación.

Los autores que estudian porque se han presentado fenómenos de rompimiento con democracias en América Latina, lo atribuyen a la falta de esa transparencia, por ejemplo en la extracción de los recursos naturales.

Responsabilidad social en las relaciones de los inversionistas con las comunidades y ahí la responsabilidad social va mucho más allá de la ley, es una especie de responsabilidad social ultralegal, porque lo que no podemos hacer hoy es, haber coincidir la responsabilidad social con el mínimo legal, la responsabilidad social tiene que rebasar el mínimo legal.

En esta segunda expresión de la responsabilidad social, que es la relación de los inversionistas con las comunidades, es donde se presenta con más fuerza la obligación de ir más allá de la ley. Por ejemplo, a uno le puede decir una empresa extractora de carbón en el Cesar que están cumpliendo con los mínimos legales ambientales, pero si a pesar de cumplir con esos mínimos legales ambientales maltratan una comunidad por la que pasan 600 tractomulas al día, esa comunidad está respirando aire contaminado, ahí están haciéndole un daño enorme a la comunidad que hay que remediarlo y exige esa responsabilidad social, que muchas veces rebasa los mínimos legales, pero que tiene que cumplir con otros mínimos, los de solidaridad con las comunidades.

Y viene otro tema bien importante, donde se expresa la responsabilidad social: las relaciones laborales. Nosotros creemos que han hecho mucho daño las relaciones laborales de capitalismo salvaje y han hecho mucho daño las relaciones laborales de odio de clases.

Por eso las relaciones laborales que venimos impulsando, son las relaciones laborales de fraternidad cristiana, venimos impulsando un tránsito del viejo sindicalismo reinvindicacionista, a un sindicalismo participativo. Casos tan importantes como Paz del Río, como los contratos de participación en las electrificadotas, como lo que se está gestándose con la participación de grandes masas de trabajadores colombianos como accionistas de ECOPETROL, creemos que todo esto nos tiene que ayudar a hacer ese tránsito.

Y estamos trabajando tres objetivos de Gobierno: la seguridad, la confianza inversionista y la política social, van de la mano, sin seguridad no hay confianza inversionista, si no hay inversión con responsabilidad social, el Estado no recauda, Bogotá, y lo confirmaba el Alcalde, en estos años de confianza inversionista de nuestro Gobierno, Bogotá ha aumentado el recado en un 40 por ciento, en términos reales, los municipios colombianos en un 34, los departamentos en un 13 por ciento, el Gobierno Nacional ha podido reducir el déficit del 7,5 al 3,5, el endeudamiento del 50 al 28, entonces, en ausencia de confianza inversionista, ¿qué política social se puede hacer? Una política social de discurso, eso si que me preocupa, en muchos países de América Latina y en muchas épocas colombianas ha habido más discurso social que resultados sociales.

A mi me gusta muchísimo la congregación de los colombianos alrededor de estos temas, para que no sigamos siendo asaltados por el discurso social de vísperas de campaña, sino que metamos el termómetro de lo social todos los días, de manera profunda a la acción del Estado, a la acción de las organizaciones sociales y a la acción del sector privado.

Una política social en ausencia de confianza inversionista, se queda en una política social de discurso, de reparto de miseria, si hay confianza inversionista con responsabilidad social, esa política social puede ser de prosperidad.

Y dentro de la seguridad y la confianza inversionista y la política social, hay una relación transitiva. La seguridad y la confianza inversionista son legitimadas por la política social. La seguridad y la confianza inversionista se hacen sostenibles en el tiempo, en la medida que las legitime la política social. De lo contrario, se dan fenómenos de rompimiento.

Los colombianos me decían en muchas partes, y los críticos y la oposición: Presidente, es que usted no invierte si no en guerra, necesitamos es política social. Creo que hemos logrado un gran intangible: hoy en la base del pueblo colombiano en todas partes, nos reclaman por igual más seguridad y más política social. A mí me reclaman en todos los municipios colombianos: Presidente, más Policía, más transporte para la Policía, no nos deje en poder de guerrilla, no nos deje en poder de bandas criminales, y al mismo tiempo: Presidente, tenemos caídas las escuelas, es insuficiente la cobertura de Familias en Acción.

Un gran intangible hemos ganado en el discurso, en la conciencia colectiva en estos años, que hay que buscar profundizarlo: el reconocimiento creciente de los colombianos de que la seguridad y la política social no se excluyen, sino que tienen que ir mano a mano.

Y entonces entremos en otra discusión. ¿Qué es primero: el crecimiento o la política social? La historia de América Latina nos ha enseñado que en las épocas del desarrollismo hubo países de América Latina con crecimientos del 14 por ciento y profundización de la pobreza. Pero también en otras épocas en las cuales países de América Latina se han dedicado a ahuyentar la inversión y a hablar de política social, han logrado ahuyentar la inversión y han logrado retroceder en materia social.

Nosotros creemos que hay que llevar de la mano el crecimiento con la equidad, que la historia de América Latina tiene que dejar atrás las dos concepciones, donde ponían al uno como la premisa determinante.

Cuando escuchábamos al Alcalde ahora, él decía algo bien importante. Decía cómo la política social contribuye al crecimiento. Nosotros estamos en este momento logrando un objetivo de política social: millón y medio de Familias en Acción. Política social estructural, porque es la manera de financiar a sectores desplazados y pobres para el acceso a la educación, a la nutrición.

¿Y cómo impacta en la economía? Se empiezan a incorporar a las corrientes dinámicas de la economía, a estimular la demanda. El dinero que estos compatriotas reciben no es un dinero para enviarlo al extranjero ni para atesorarlo. Es un dinero que se invierte todos los días en alimentación, en vestuario, en calzado. Es un dinero que está impactando la economía. Eso empieza a producir un fenómeno de vinculación de masas excluidas a las corrientes dinámicas de la economía y empieza a contribuir, por la vía de lo social, a la expansión de la economía. Esa contradicción también hay que superarla y hay síntesis para superarla.

Nosotros hemos encontrado otra pregunta: Presidente, ¿por qué ha crecido tanto la seguridad democrática y no ha crecido la política social? El presupuesto de seguridad en Colombia representaba en el año 2002 el 4,3 del PIB y hoy representa lo mismo. El presupuesto de política social en el 2002 representaba el 13,4 y hoy representa el 16,4. Ahora: tenemos unos componentes de política social que consumen cuantiosísimas sumas de recursos y que tenemos que cumplir con ellos.

Por ejemplo, el tema pensional. Solamente este año el Gobierno Nacional le tiene que trasladar al Instituto de los Seguros Sociales 5 billones 200 mil millones de pesos, porque las cotizaciones que recauda el Instituto no le alcanzan para el pago de las pensiones.

Ahora que recientemente se aprobó la nueva ley de transferencias a las regiones, que aumenta mucho el presupuesto social con el buen cuidado de no quebrar a la Nación, porque sería lo peor que la pasaría a la descentralización, tuvimos otra discusión: las pensiones de los profesores colombianos, que tiene que honrar el Gobierno Nacional central, valen 37 billones a pesos de hoy.

Y cuando discutimos el crecimiento del presupuesto de las universidades, solamente las pensiones de la Universidad Nacional, que las tiene finalmente que pagar el presupuesto, representan alrededor de cuatro billones. O sea que hay unos esfuerzos muy grandes, profesor Singer.

Pero tenemos unas metas también muy ambiciosas. Miren algo bien relevante: cuando nosotros empezamos, la inversión en Colombia era del 12 – 15 por ciento. Esto es: de cada 100 pesos que se producían, se invertían 15. Hoy es del 26. Pero la pobreza en Colombia estaba en el 58. El año pasado en el 45. Miren cómo empieza a presentarse una relación entre el crecimiento de la inversión, como tasa frente al producto, y la disminución de la pobreza.

Eso indica un esfuerzo de crecimiento con responsabilidad social. Y estas son cifras emitidas por las mismas organizaciones que citaba ahora el señor Alcalde en su intervención.

Nosotros tenemos una ambición de largo plazo que se ha venido construyendo en el debate democrático, profesor Singer. Se inició con el liderazgo del doctor Santiago Montenegro, entonces director de Planeación: la Visión Colombia 2019.

De acuerdo con esa visión, el país en el año 2019 debería tener reducida la pobreza al 15 por ciento. En el 2002 era casi del 60 por ciento. Para que quienes me sucedan en el Gobierno no tengan la imposibilidad de cumplir esas metas, el Gobierno nuestro, que termina en agosto de 2010, tiene que reducir la pobreza al 35. Estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para lograrlo.

Y entonces vienen unas herramientas de política social. Por ejemplo, educación. Nosotros teníamos la cobertura de educación básica en alrededor del 84. Está en el 92. Meta 2010: ciento por ciento.

Educación para primera infancia, sectores vulnerables, estaba en cero. Aspiramos dejar a 400 mil niños allí vinculados. Educación media: aspiramos dejarla por encima del 80. Educación universitaria: estaba en el 22, está en el 29 y aspiramos que quede con una cobertura del 34. A lo cual contribuye la universidad privada, el gran crecimiento de la universidad pública, el gran crecimiento de una institución bien importante que tenemos en Colombia de financiación de crédito de educación superior, que es el Icetex, que lo estamos multiplicando por seis.

Y ahí viene algo, profesor Singer, bien importante al mirar a Colombia: Colombia tiene hoy el sistema de formación vocacional más importante de América Latina, cuyo centro es una entidad estatal: el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), financiado básicamente con cotizaciones de empresarios. Esa institución le llegaba a un millón 100 mil colombianos y hoy les llega a más de cuatro millones. Está empezando una modalidad de formación virtual, para mantener en una primera etapa millón 200 mil colombianos en esa formación virtual.

Al tema educativo concurre el sector privado. Concurren las entidades territoriales, los distritos, las ciudades, los departamentos, las transferencias del Gobierno Nacional. Concurren los parafiscales, que pagan los empleadores colombianos. Y entre todos vamos a cumplir esas metas, que son muy ambiciosas.

¿Y en qué tenemos retrasos? Y no veo que los podamos superar en este cuatrienio. En ciencia y tecnología. Aspiramos llegar a un uno por ciento del PIB. Muy difícil llegar allá y será insuficiente. Pero algo bueno: Colombia es un país que ha demostrado gran eficiencia. Cuando uno compara los resultados de investigación de Colombia con otros países, encuentra que Colombia produce mejores resultados por cada dólar que invierte en investigación, que muchos países.

Escuché con toda atención la preocupación del profesor Singer sobre la salud. Nosotros confiamos, profesor Singer, dejar en Colombia plena cobertura en salud para el año 2010. Hemos mejorado la calidad en algunos grandes centros. Todavía especialmente en las poblaciones remotas hay unas deficiencias enormes de calidad. Vamos a ver cómo el esfuerzo de estos años nos permite, además de la plena cobertura, un gran avance en calidad.

Hemos tenido dificultades en temas de salud pública. Se descentralizó. Ahora en alguna forma se volvió a recoger. Y hubo en algunos años, hasta el año pasado, mucha corrupción en el manejo de recursos de educación y prevención en entidades descentralizadas. Estamos buscando superar eso, que tanta relación tiene con temas en los cuales usted comparaba Cuba con Estados Unidos, como la tasa de mortalidad infantil, donde Colombia ya, en los dos últimos años, empieza a mostrar unos descensos bien importantes, como también un gran ascenso en el porcentaje de partos atendidos debidamente en instituciones hospitalarias. Estamos en esa tarea.

Y estamos trabajando metas bien importantes en materia de superación de la exclusión. Una de las grandes expresiones de exclusión en América Latina ha sido la exclusión de las grandes masas que no han podido acceder a la financiación institucional.

Colombia quiere hoy más emprendimiento que relaciones laborales, por eso estamos trabajando con el sector privado y con el sector público, con las alcaldías, con las gobernaciones, con un gran liderazgo en las cámaras de comercio -y le doy mi agradecimiento a Eugenio Marulanda y a la doctora María Fernanda Campo- la financiación de la mediana empresa y la financiación de la pequeña empresa.

En microcrédito, hace cinco años, nos propusimos llegarle a millón 800 mil familias colombianas. Parecía imposible, lo logramos.

La meta en este nuevo cuatrienio es llegarle por un sistema que los involucra a todos, que se llama Banca de Oportunidades, a 5 millones de familias colombianas. Sí que es difícil.

Conseguirle un crédito a un rico es muy fácil, se lo mandan por teléfono. Conseguirle 400 mil pesos de crédito a una señora que tiene una venta callejera en Bogotá, para que vaya a una prendería y recupere su plancha y pueda tener un pequeño capital de trabajo, es muy difícil, pero con constancia lo vamos logrando. Ya cumplimos la meta del primer año, superamos en el primer año un millón 250 mil créditos, algo le indica ese esfuerzo.

Cuando empezamos, la cartera de microcrédito representaba el uno y medio (por ciento) de la cartera total del sector financiero, hoy representa más del cinco (por ciento).

Ahora, podemos hablar de todo lo de política social, hay que reconocer algo: esto no se logra de la noche a la mañana.

Nosotros encontramos un programa experimental de 220 mil Familias en Acción, hoy estamos llegando a millón 550 mil, ya hay 35 mil en Bogotá, que esperamos en poco tiempo sean 100 mil en Bogotá.

Y estamos buscando recursos para que en el 2009 no sean millón y medio en el país, sino que sean 2 millones. Eso debe llegarle a 8 millones de niñitos.

Los restaurantes escolares. Los restaurantes escolares los hemos pasado en nuestro gobierno de 2 millones 200 mil niños atendidos por día, hoy hay 3 millones 600, aspiramos llegar a 4 millones, y pasar de 120 días a 180 días.

Introdujimos un nuevo programa: desayunos para niños menores de cinco años, que va a llegar a un millón 300 mil.

Y hemos sostenido aquel programa tan importante que en su momento creó el Presidente Barco, el de los Hogares Comunitarios de Bienestar Familiar. Y todas creemos que son políticas estructurales, relacionadas con educación, con superación de factores de exclusión, como el acceso al crédito, relacionadas con salud.

Porque la otra discusión es, bueno, lo que pasa es que sí hace política social, pero es asistencial. Y ahí viene una discusión bien importante: ¿cuál es la política social asistencial, y cuál es la política social estructural, y cómo se califica la nuestra?

Nosotros hemos creído que la asistencial no mejora las condiciones de equidad frente al ingreso. Hemos pensado que lo que diferencia a la estructural es que finalmente mejora la distribución del ingreso. Colombia, que ha tenido de los peores indicadores de ingreso en el continente, ya empieza a mostrar leves mejorías en uno de esos indicadores, que es el coeficiente Gini.

Reconocemos, así como reclamamos que el gran componente de nuestra política social es un componente estructural, también aceptamos que hay componentes asistenciales. Por ejemplo, el programa de los ancianos. Nosotros encontramos 60 mil ancianos atendidos, estamos llegando a un millón en el país. Sí es asistencial, pero ¿qué sociedad democrática puede darle la espalda a esta indigencia de los ancianos?

Desplazados, un tema tremendamente doloroso en nuestro país. Hemos multiplicado por 12 el presupuesto de atención a desplazados, cuando el desplazamiento ha caído a un 25 por ciento, sin que todavía lo hayamos frenado.

Pero ¿qué pasa con todo esto? Es insuficiente, es insuficiente. Uno llega a millón y medio de Familias en Acción, y entonces ya en los pueblos le dicen: “sí Presidente bien, pero necesitamos mucho más”.

En una sociedad con tanta pobreza y con tantas dificultades, todo esto es insuficiente. Pero la seguridad que puede tener usted, profesor Singer, y ustedes distinguidos compatriotas, es que somos concientes de que lo hecho es insuficiente, y por eso, cada día en esta oportunidad que nos han dado los compatriotas, vamos a buscar cómo seguimos ajustando esto.

¿Que tenemos muchos retos? Usted está en una ciudad que es un milagro de competitividad. Una ciudad, que a diferencia de las otras capitales de América Latina, esta ciudad tan próspera, por un lado está a más de mil kilómetros del mar, y por el otro lado a 600 kilómetros y en una topografía de tres cordilleras sumamente arrugadas. Aquí sí que es difícil construir infraestructura de competitividad.

Yo veo, por ejemplo, en la nación austral, en Chile, un ejemplo en muchos aspectos: tienen hoy un problema de infraestructura, la construcción de un transmilenio en Santiago. Nosotros estamos financiando el 70 por ciento. Y hay otras 10 ciudades en fila, otras 10 ciudades en fila diciéndonos. “¿y por qué no ha empezado con nosotros?”.

Usted no sabe, profesor Siger, yo antes aplaudo este país y esta ciudad. Yo me pongo a mirar desde un helicóptero cómo se ha comunicado esta ciudad con el mar, los hilitos de carreteras. Y apenas estamos empezando a sumar los recursos para poder dejar construidos los corredores de competitividad. Es difícil, pero como usted verá aquí, en este país sobra alegría, ganas de hacer las cosas, y sí que me alegro.

Cuando eligieron al alcalde Garzón me decían a mí: “ese alcalde con esa ironía, con ese sentido de humor, y usted como es de bravo”. Entonces, cuando me echaba las primeras puyas, yo hacía así, y me decían los periodistas: “¿qué le contesta?”

Y entonces, no hubo sino un diálogo: “¿qué hacemos por el bien de Bogotá? Y tengo que reconocer que se pasó de ese riesgo a una buena gobernabilidad, que es ejemplo para esta Patria.

Muchas gracias.

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