Lima (Perú), 11 dic (SP). “Presidente Alan García, nuestra gratitud. Créame que hoy se nos convirtió la emoción en sonrojo, al sentirnos abrumados por la generosidad del pueblo peruano, que es la generosidad suya.

Pero como los políticos tenemos que hacer interpretaciones de los fenómenos, yo hice muy elemental: aquí están recibiendo al Presidente de un país que quiere al presidente Alan García. Usted sabe cómo lo apreciamos, lo queremos en Colombia. Y el pueblo peruano lo entiende.

Y además, esto se da porque el pueblo peruano aprecia la gran obra que está adelantando el presidente Alan García.

Si no fuera por la gran obra, con tanta visión y tanta firmeza que usted está adelantando, en lugar de ver a los ciudadanos con ilusión en las calles, de pronto los veríamos entre la indeferencia y el rencor.

Nuestra inmensa gratitud, presidente Alan García.

Nuestra gratitud a su gobierno, a sus colaboradores, por la manera tan diligente como han avanzado con mis compañeros de Gobierno en estos acuerdos, que nos llevan bilateralmente a profundizar el marco de la Comunidad Andina.

Estamos dando pasos para que los 70 millones de ciudadanos de nuestras dos patrias, lleguen a que cualquier peruano se sienta en Colombia como en un verdadero Perú, y cualquier colombiano en Perú como en una verdadera Colombia.

Yo creo que estos son pasos que ayudan a que la integración pase de niveles de retórica a una profunda eficacia. Se remueven las barreras de inversión.

Nos ayuda mucho en tres conceptos que venimos defendiendo en Colombia: consolidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista y construir cohesión social.

Es imposible separar la prosperidad social de la prosperidad económica. Si no hay prosperidad económica no hay prosperidad social, y lo social se convierte en un discurso que genera ilusiones electorales, a las cuales sobrevienen frustraciones colectivas.

Confianza inversionista con responsabilidad social, nos ayuda a conseguir el fin último de la economía, que no es el crecimiento, sino la superación de la pobreza, la construcción de equidad.

Estos acuerdos de inversión ayudan no tanto a legitimar la democracia, por la inversión en si, sino a poder dar prosperidad social, que es lo que en última instancia construye la democracia, que al decir del Libertador, y en capítulos del pensador inglés, es el sistema que da el mayor grado de felicidad a los pueblos.

Por eso celebramos mucho estos acuerdos, que nos demuelen las barreras de inversión. Y creo que nos queda faltando -que ojalá lo apremiemos esta noche- que es el acuerdo para desmontar la doble tributación. A fin de que un empresario peruano que tenga inversiones en Perú y Colombia, aquí pague por su inversión en Perú y en Colombia por su inversión en Perú, y viceversa.

Quitarles ese temor a que cada uno de los dos países les consolide las inversiones en su propio país y en el otro, como base para liquidar la tributación. Nos queda faltando ese.

Y este acuerdo político de respeto a nuestra independencia, una hermandad con un compromiso muy serio de respetar la autonomía de cada uno de nuestros pueblos, y el respeto a los valores democráticos que compartimos, a las libertades que compartimos, es un paso adelante en unidad de la familia entre nuestras dos naciones.

Cuando los hermanos sienten en una familia que han llegado a una edad adulta, empiezan a hacer este raciocinio: “En cuanto más nos respetemos, más nos unimos”. Y eso es lo que hemos reiterado esta noche, al firmar este acuerdo político.

No tengo sino palabras de gratitud con usted Presidente, con todo su equipo de Gobierno.

Y quiero, primero, felicitarlo por el buen logro del Perú del Acuerdo de Comercio con Estados Unidos, y después agradecerle toda su vocación de ayudar a Colombia para que en algún momento, también en el Congreso norteamericano -ojalá no muy demorado- se tome esa decisión de sensatez, de aprobar el TLC con Colombia.

Hay una diferencia fundamental entre un TLC y las preferencias. La inversión no llega con las preferencias, porque los inversionistas dicen: “son preferencias que demoran un año, dos años, tres años, ¿y después qué?”.

Cualquier inversión hoy, para ser competitiva, en cualquier país, es intensiva en capital. Y una inversión intensiva en capital no se hace sino cuando hay un horizonte de largo plazo despejado.

Las preferencias son de corto plazo, el TLC da reglas que despejan el horizonte en el largo plazo.

Colombia necesita Seguridad Democrática, pero también inversión con responsabilidad social.

Sin TLC con los Estados Unidos se le crea una barrera a la inversión en Colombia. Por eso, su comprensión y su apoyo lo agradecemos enormemente.

Además, usted sabe que Colombia lo quiere, Presidente. Cuando habla usted en los Estados Unidos, habla el Presidente del Perú, hijo también de Colombia.

Muchas gracias por toda su ayuda, y muchas felicitaciones por el logro obtenido.

Ha sido muy, muy grato visitarlo, poder firmar estos convenios, y ojalá usted escoja la ciudad colombiana para que nos visite en los próximos meses, para presenciar allí la firma del convenio que desde esta noche debemos anunciar, del desmonte de la doble tributación.

Nuestra inmensa gratitud Presidente.

No se cómo decirle, su preocupación para darnos esa bienvenida que nos abruma. Yo, mientras le daba la vuelta de pie -que siempre me ruborizo por ahí de montarme en el jeep, y por eso la di a pie- entonces iba y saludaba a algunos compatriotas del Perú, y me decía nuestra Casa Militar: “pero si está pasando revista a las tropas”. ¿Entonces qué hago yo con esta alma? Yo no sabía si mirar a las tropas para expresarle la gratitud, o ir a darle la mano a todos los ciudadanos.

Y decía yo: “y ahora que vea al presidente Alan García, ¿qué le voy a decir? que con esto que nos ha abrumado”. La palabra más elemental, pero más sentida, Presidente: muchas, muchas gracias.

Y reiterar al pueblo del Perú todo, todo nuestro afecto. Todo nuestro afecto a este gran pueblo.

Hoy avanzamos más, para que no sean 43 y 30. Para que sean 70 - 73 millones de ciudadanos totalmente unidos.

Muchas gracias”.