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Diciembre 14

Palabras del alto comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, en el acto de fundición de armas

Sogamoso, Boyacá, 14 dic (SP). “Hoy, quedan definitivamente sepultadas 18 mil 51 armas, que otrora sembraban terror y derramaban sangre en el territorio colombiano.

Este largo camino, que culmina con la fundición de estas armas, muestra, de manera fehaciente, lo que es el camino de la seguridad y el camino de la paz.

Este Gobierno ha combinado, de manera precisa y puntual, una política de Seguridad Democrática con una generosa política de paz.

Hoy asistimos a un acto que muestra claramente el camino de la seguridad ilegal. El camino de las Autodefensas ilegales es asunto del pasado.

Solo la Fuerza Pública colombiana, solo nuestros soldados y policías tienen todo el derecho, tienen todo el respaldo para portar las armas legítimas y para defender a nuestros ciudadanos.

Jamás deberá repetirse esta locura histórica que vivimos durante tantos años. Hoy sembramos nosotros, con estas armas que se sepultan de manera definitiva, un camino de reconciliación.

Quiero agradecer a todas aquellas instituciones y personas que hicieron posible este proceso de paz con los grupos de Autodefensa. A monseñor Luis Augusto Castro, a la Iglesia Católica Colombiana, que nos abrió este camino y, en especial, a esos dos apóstoles de la paz: a monseñor Germán García, que en paz descanse, y a monseñor Julio César Vidal, nuestro eterno agradecimiento. Ellos nos acompañaron día a día y paso a paso en este proceso.

La actitud de la Iglesia Católica, muchas veces incomprendida, fue fundamental para que este proceso de paz pudiera consolidarse.

A los miembros de la comisión exploratoria que hoy nos acompaña. Ellos, con su tarea cotidiana y silenciosa, ayudaron a abrir el camino que culminó con la firma del acuerdo de Santa Fe de Ralito, el 15 de julio de 2003.

A los equipos del Ministerio de Defensa y de la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, que desarrollaron una enorme tarea cotidiana en las zonas de concentración, desarme y desmovilización, también nuestro agradecimiento.

A la misión de apoyo al proceso de paz de la OEA que todos los días no acompañó; que todos los días hizo presencia en las zonas de ubicación y que hoy todavía sigue haciendo presencia, allí donde las comunidades reclaman permanentemente la presencia institucional del Estado.

Señor Sergio Caramagna, a usted y a su equipo, Colombia les agradece de corazón.

Señores embajadores: a ustedes, que nos acompañaron brindándole respaldo a la misión del proceso de paz de la OEA; a ustedes que nos acompañaron con sus consejos y con su aliento, igual, muchísimas gracias.

Y a todos los soldados y policías de la Patria que se hicieron presentes en cada uno de los sitios donde se produjeron estos actos de desarme y desmovilización.

Muchas gracias, igual, a los 31 mil 671 hombres y mujeres de las Autodefensas que creyeron en este camino de reinstitucionalización. Ellos, que aún responden ante los tribunales de justicia, también son sembradores de paz.

A todos ustedes, muchas gracias”.