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Diciembre 19

Palabras del Presidente en el homenaje al gobernador de Boyacá, Jorge Eduardo Londoño

Bogotá, 19 dic (SP). “Acudimos esta noche a cerrar un a bella etapa para el altar de la Patria, una bella etapa para Boyacá, y a llenarnos de ilusiones con la que comienza.

Una etapa que tuvo en el departamento una conducción transparente y firme, una conducción de manos puras como el oro y firmes como el acero, en el gobernador Jorge Eduardo Londoño Ulloa.

Esta tarde en la Presidencia de la República asistíamos a un hecho que traía emociones, nostalgias, y también producía reflexiones: la reunión de empalme del Gobierno Nacional entre los gobernadores salientes y los gobernadores entrantes; el repaso de lo hecho y también el examen de todo lo que falta, que en una Patria como la nuestra, llena de necesidades, cualquier avance es simplemente una cuota inicial frente a todo lo que hace falta.

 

El presidente Álvaro Uribe en el homenaje al gobernador saliente de Boyacá, Jorge Eduardo Londoño Ulloa, este miércoles, en Bogotá. Lo acompañan, entre otros, el novelista Fernando Soto Aparicio; la primera dama de Boyacá, Gladys Constanza  Medina;  el gobernador homenajeado; monseñor Luís Augusto Castro, arzobispo de Tunja; María Teresa Forero de Saade, directora Ejecutiva de la Federación Nacional de Departamentos, y José Rozo Millán, gobernador electo de Boyacá. Foto: Miguel Ángel Solano - SP -


Y examinábamos el tema de la gobernabilidad. Cómo se ha podido construir gobernabilidad en Colombia. No fácil. En una Patria con violencia, con pobreza, con inequidad, con tantas maneras de ver la política, en la cual se eligen por lección popular directa 1.099 alcaldes y 32 gobernadores, no es fácil construir gobernabilidad.

Hemos hecho el esfuerzo patriótico de construirla, a partir del propósito de entendernos armónicamente con todos los gobernadores y con todos los alcaldes, independientemente del origen político de su elección, buscando que cada comarca de la Patria avance, y que la Patria en su conjunto recupere esperanzas, vaya construyendo ilusiones.

Construir gobernabilidad con el gobernador Jorge Eduardo Londoño Ulloa no fue difícil, todo lo contrario, muy fácil, por sus condiciones de gerente y por sus condiciones de líder, y por sus condiciones de ciudadano de bien. Gerente, con una visión de largo plazo y con una capacidad ejecutiva de todos los días.

Algo que yo destaco, porque el país ha conocido casos muy importantes de personas que piensan con toda la lógica en el largo plazo, pero que no se dedican a ejecutar para convertir esos sueños en realidad.

Yo tengo una cajita de herramientas en la oficina, la cajita se mantiene cerrada, y algún visitante que la abre encuentra allí un alicate, un destornillador y otras pequeñas herramientas, y un letrerito que dice:”hay que dedicarnos a construir los detalles micros, para convertir en realidad los proyectos macros”.

El Gobernador Londoño Ulloa es un hombre de proyectos macros y de una gran capacidad de ejecución de lo micro, para ir cosechando lo macro. Es un hombre que piensa y actúa, es un hombre propone y ejecuta.

Encontramos en él también el líder, la visión de futuro, la capacidad de conducir, la capacidad de entenderse con todos los niveles de Gobierno, con la comunidad en todas las áreas. No es fácil, y es una virtud de quienes tienen las condiciones de liderazgo del Gobernador Londoño Ulloa.

Tiene preparación, y como aquel que se prepara bien, siempre está buscando prepararse más. Tiene competencia, energía para acometer y energía de fondo. No abandona las cosas ante la primera dificultad. Sabe superar los obstáculos para llegar a los fines que se propone. Y fundamentalmente, es un hombre pulcro, un ciudadano a carta cabal, un gobernante ejemplo de transparencia.

Ha sido muy grato trabajar con él estos cuatro años. Cada viaje a Boyacá a ver sus dificultades, a examinar en qué vamos bien y dónde hay retrasos, ha sido un viaje grato, porque siempre, además de la calidez de los boyacenses, de su responsabilidad para asumir lo colectivo, hemos encontrado en el Gobernador, prudencia, tesón, visión, capacidad de ejecución y un gran sentido de compañerismo.

Y nos ha acompañado en los propósitos fundamentales del Gobierno. Particularmente no creo que sea buena la división que se le propone a América Latina entre izquierda y derecha. Pienso que es polarizante, es obsoleta, que lo que se requiere hoy es que los países se comprometan alrededor de cinco elementos característicos de una democracia moderna: seguridad, libertades públicas, cohesión social, transparencia, respeto a los niveles democráticos del Estado, a las instituciones independientes que lo conforman.

Inspirados en esos cinco elementos, hemos venido trabajado tres objetivos principales de Gobierno: la seguridad con alcance democrático, la construcción de confianza inversionista y la construcción de cohesión social.

Y en el gobernador Jorge Eduardo Londoño Ulloa hemos encontrado un gran compañero, un gran conductor para esos objetivos.

Nadie pensaba que la violencia podía llegar a Boyacá. Boyacá lo teníamos siempre como un oasis, como una región de la Patria totalmente a salvo de cualquier arremetida violenta, pero los hechos desvirtuaron esa presunción: el secuestro, los retenes terroristas en las carreteras habían incursionado en Boyacá, habían alejado el turismo, habían creado desolación.

Empezamos la tarea de recuperar la seguridad en Boyacá, con la instalación del Batallón del Alta Montaña en el norte del departamento, allá en las estribaciones de la Sierra Nevada del Cocuy.

A lo largo de estos años, en el Gobernador Londoño Ulloa tuvimos un compañero firme, sin vacilaciones. Él no es hombre de estridencias, todo lo contrario, es de gran ecuanimidad, pero tampoco es hombre de debilidades ni de vacilaciones.

Tuvimos un compañero tan firme como prudente, para que Boyacá avanzara en seguridad, recuperara confianza en sus ciudadanos y recuperara también la tranquilidad para los turistas.

Fundamental para el turismo boyacense, que es espina dorsal de su economía, la seguridad, la confianza inversionista. Cada uno de los pasos dados tuvo la compañía del Gobernador Jorge Eduardo Londoño. Pasos bien importantes todos, y que van dando frutos en proyectos especiales, que no se logran sino cuando hay confianza.

Les confieso, apreciados compatriotas, que cuando yo me posesioné me dijeron que había que extender varias partidas de defunción. Me dijeron: “extiéndale partida de defunción a Telecom, extiéndale partida de defunción al Seguro Social, extiéndale partida de defunción a Paz del Río”.

Dijimos: no, vamos a hacer todo el esfuerzo para reformarlas. Y me agregaban:”extiéndale partida de defunción al hospital de Chiquinquirá, extiéndale partida de defunción a la red hospitalaria de Boyacá”. Dijimos: no, vamos a hacer todo el esfuerzo para sacar todas estas instituciones para adelante, para transformarlas.

También me recomendaban: “extiéndale partida de defunción a la electrificadora de Boyacá”.

La respuesta era: vamos a procurar reestructurarlas, vamos a procurar liberarlas de la politiquería, de los excesivos costos sindicales, convertirlas en entidades que de verdad le sirvan a la comunidad, en nombre del Estado Comunitario que procedan con eficiencia y con transparencia.

Y allí aparecieron unos casos fundamentales de confianza inversionista, en los cuales tuvimos la compañía permanente del Gobernador.

Permítanme referir a dos: uno de ellos Paz del Río, otro, los nuevos proyectos para alcoholes carburantes.

Paz del Río. Con el comprometimiento de la Gobernación y con un gran afán de los congresistas de Boyacá, la fuimos sacando adelante.

Le propusimos a trabajadores y pensionados que era necesario reducir los costos convencionales, para que la empresa pudiera sobrevivir. Ofrecimos de recompensa, que los trabajadores y los pensionados pudieran subir su participación accionaria a más del 40 por ciento de la empresa. Ir haciendo el tránsito de un sindicalismo antiguo, simplemente reivindicacionista, a una organización participativa de los trabajadores.

Después de largas discusiones eso se aceptó. Le sumamos nuestra obligación de que los gerentes no serían escogidos por clientelismo, sino a través de la meritocracia, y se practicó. Lo mismo la junta directiva.

En aras a la objetividad, también nos ayudó el precio del acero. El primero de mayo de 2006 los trabajadores me dijeron que la empresa se estaba recuperando, que querían venderla. Después de muchas discusiones se aceptó.

Una empresa que pocos años antes estaba para ser cerrada, recibe varias ofertas de transnacionales bien comprometidas. Y se obtiene un precio importante, que se constituye en un activo patrimonial de los trabajadores. Y más importante que ello, la seguridad de la estabilidad de la empresa como fuente de empleo, motor del desarrollo de Boyacá.

Las nuevas inversiones que se están haciendo en la empresa por cuenta de los accionistas mayoritarios, le permitirán pasar de 300 mil toneladas de producción siderúrgica al año, a más de un millón. Creo que ahí tiene Boyacá un extraordinario empuje para su porvenir, para los trabajadores, una garantía para los pensionados y un factor remolcador de desarrollo.

Confío que el pleito entre el departamento y la fundación, que el Gobernador encontró, se pueda superar, porque Paz del Río en las circunstancias de hoy, está llamada a ser una empresa muy productiva. Y es bueno que la parte de los dividendos que corresponde a la copropiedad del departamento que no se vendió, pueda entrar a las arcas del departamento de Boyacá.

Me preocupa que cuando pasamos de la tragedia a la bonanza de Paz del Río, esa vieja disputa, que se origina en la circunstancia de que le quitaron las acciones al departamento y se las entregaron a una fundación, esa vieja disputa no se haya resuelto.

Tenemos que resolverla, para que el departamento pueda también beneficiarse de los ingresos de Paz del Río.

Si hubiéramos tenido un gobernador atravesado, un gobernador clientelista, un gobernador pensando en quien va a ser el gerente y no pensando en el futuro de la empresa, esa reforma no se habría hecho. Fue muy importante contar con una gran identidad en la visión sobre la empresa, con el Gobernador Londoño Ulloa.

Hace pocos días asistimos a algo bien importante: la Reina de Suecia visitó a Boyacá. Tuve el privilegio de mostrarle este departamento desde el aire. Le decía: “mire aquella esquinita y mire aquella otra. Su Majestad, le aseguro que esto no lo ha visto más bello en ninguna parte del mundo”.

¿Y a qué fuimos? A otro hecho de confianza inversionista. Fuimos a la firma de un convenio mediante el cual, con tecnología de Suecia e inversión chilena, se instala una planta para alcohol combustible en Boyacá, que va a darle ingresos importantes a no menos de 10 mil hectáreas del sector agropecuario.

El trabajo del Gobernador, prudente, laborioso, ayudó mucho a construir esa confianza inversionista en Boyacá.

Le informaba hoy al Gobernador, que ya le hemos entregado al proyecto el reconocimiento de zona franca especial, que es una de las decisiones tributarias impulsadas por nuestro Gobierno y aprobadas por el Congreso, para poder traer inversión a Colombia, inversión con responsabilidad social, que nos ayude a que este país tenga empleo, empleo de buena calidad, a que este país tenga empleo con afiliación a la seguridad social, a que este país supere pobreza y construya equidad.

Tendrá que hacerle el seguimiento a ese proyecto, porque yo creo que nos puede ayudar a transformar el campo boyacense, Gobernador Londoño Ulloa.

Pero sigue la confianza inversionista. No este domingo sino el anterior, fui por la mañana a Tunja a hablar con nuestro Arzobispo un asuntico que él y yo tenemos.

Ustedes se imaginarán: me dijo que le había hecho perder una serie de misas ese domingo por la mañana. Siempre salí apenado de allí, pero rapidito se me paso la vergüenza, porque llegué a ese mar azul que ustedes tienen a tres mil metros de altura, que es el lago de Tota, a acompañar al Gobernador y a unos empresarios que nos habíamos comprometido en el Consejo Comunitario de Aquitania, para que miren la posibilidad de instalar hotelería de turismo ecológico en Tota, y él también le agregó otra cosita: como yo me tenía que venir le dije, ahí les queda ese helicóptero de la Fuerza Aérea, llévenlos también a Copa, para que se comprometan a hacer inversiones que le agreguen oferta turística a Boyacá

Y fueron muchos, muchos hoteleros que no conocían el departamento, hoteleros de otras partes con confianza inversionista. Bien importante, porque en este país todo el mundo habla de lo social en el discurso político, pero pocas veces se habla de seguridad y de confianza inversionista.

Sin seguridad y sin confianza inversionista no se consigue lo social.

En todo eso hemos tenido un gran apoyo del Gobernador Londoño Ulloa.

Y sí que se ha hecho, a pesar de todo lo que falta en el tema social. Un avance sin precedentes en régimen subsidiado. Con el gobernador (José) Rozo tenemos que cuidar, para que mantengamos siempre el objetivo de la plena cobertura y para mejorar la calidad.

Espero que en 2010, cuando nuestro Gobierno esté concluyendo, le podamos decir al país que hemos logrado, en todo el país, la plena, la plena cobertura.

Y ha sido bien importante la transformación hospitalaria de Boyacá. Que costaba mucho, que muy difícil los recursos. Sí, yo creí que no íbamos a ser capaces de conseguir el presupuesto, pero se consiguió. Finalmente unos días hay presupuesto, otros días no hay. La plata va y viene. Y desde que haya buena fe, mi Dios se la va poniendo a uno por ahí en las curvas del camino.

La encontramos, pero se necesitaba liderazgo, verticalidad, capacidad de asumir el costo político de reestructurar todos esos hospitales.

Gracias Gobernador, porque esa pareja que usted formó con el Ministro de Protección Social, logró mostrar el valor político, el valor civil que se requería, y dejar ese ejemplo tan importante de reestructuración de la red hospitalaria de Boyacá.

Y ha sido muy grato trabajar en todas las áreas: en el área educativa, el área de alimentación de niños, de jóvenes escolares; en el área de alimentación de ancianos, en fin, en todas las áreas.

Con el Gobernador Rozo nos espera una enorme tarea, porque si bien, con la ayuda de los departamentos y de los municipios, y un gran aporte de Bienestar Familiar -que en este Gobierno ha crecido bastante sus ingresos- si bien, con el programa de Familias en Acción -que en Boyacá ya tiene casi 60 mil familias- hemos avanzado mucho en nutrición de pequeños, nos quedan 3 millones de niños colombianos, de jóvenes colombianos, que debemos incorporar a los programas oficiales de nutrición.

Nos queda una enorme tarea con Banca de Oportunidades, para darle crédito a los sectores populares, a fin de que no dependan de la usura, a fin de que no dependan del “gota a gota”.

Y nos queda una inmensa tarea con otros grandes proyectos de Boyacá, con la tozudez de los boyacenses, pero sin estridencias, que es bien importante, el Gobernador estuvo a toda hora luchando por la doble calzada.

Tampoco creímos que fuéramos capaces de conseguir el presupuesto. Ahí se ha conseguido.

Aquí miro a Hernando Torres, al doctor Raúl Rueda. Los esfuerzos que hicieron para financiar. Ya se va viendo.

Yo pienso en Boyacá y en la Patria todos los días de la vida, pero hay épocas en las que uno piensa más en una región que en otra. Por ejemplo, el dos de febrero hay que mantener el corazón en Riohacha, con Nuestra Señora de Los Remedios. En otra época del año, con la imagen de Nuestra Señora de Chiquinquirá. El siete de agosto con el altar de la Patria. Cada que se me aproximaba al siete de agosto: “Ministro (de Transporte) la doble calzada, Ministro la doble calzada”.

Ustedes no saben, yo llegué a la Presidencia con este pelo teñido y se me cayó la tintura. No me la han quitado las Farc, con esos bandidos llevo 30 años combatiendo. La doble calzada de Boyacá es culpable de buena parte de la tintura que se me ha caído.

Y ahí va avanzando, ahí va avanzando. Ahora le pregunté: “¿Qué va a pasar en este diciembre?” Me dijo: “no vea, ya la variante de Tunja está prácticamente hecha, le faltan los conectores. Pero hay unos conectores provisionales, por donde los turistas se salen de la carretera antigua, se entran por ese conector provisional a la variante, y se salen por el otro conector, el otro enlace provisional.

Vamos a seguir acosando, porque yo sí quiero también disfrutar esa dicha de recorrer, de ir a Tunja, a Sogamoso, Duitama, por esa doble calzada.

Y quedan faltando tantas cosas. Ahora le tenemos que meter la mano a los 16 kilómetros de fallas geológicas de Pajarito, para que esa doble calzada tenga la dimensión de la comunicación Bogotá - Tunja – Duitama – Sogamoso – Casanare - Arauca - Caracas. Hay que meterle la mano a esos 16 kilómetros.

Y todos los días faltan cositas, faltan cositas. Entonces allá me dicen nuestros coterráneos de Aquitania: Presidente ¿que hubo de la carretera? -¿cómo es que se llama el sitio donde uno se desvía hacia Aquitania?- del Crucero a Aquitania. Hay ese compromiso.

Enseguida, en el Plan 2.500, pavimentamos un pedacito de Sogamoso – Iza. Y ahora me dicen que para cerrar ese anillo -y no me pude comprometer en eso- toca terminar ahí, cerrar el anillo, para llegar a Aquitania.

Esa carguita le va a tocar al gobernador Rozo, porque yo no tengo plata. Pero para esa carguita le voy a entregar una madeja de trabajo, que hoy la anunciamos en la reunión con los gobernadores.

Vengo a reiterarle a Boyacá la oferta de un crédito que para todos los departamentos es de mil millones de dólares, a una tasa de interés baja, con un plazo amplio, con un período de gracia amplio, para que puedan emprender esas carreteras departamentales.

Muévase rapidito doctor Rozo con ese crédito, que a usted, con platica que usted va a pagar y una gestión que yo le voy a ayudar a hacer, nos toca terminar esas carreteras de Boyacá, porque mis compatriotas de Boyacá tienen razón: esos distritos turísticos tan bellos no pueden seguir con carreteras malas.

En fin, tantas cosas para pensar en esa bella tierra. Yo veo que a ese altiplano le falta más conectividad con los Llanos. Y hay que avanzar en esa carretera de Puerto Boyacá.

Y otra, aunque está en Santander, es fundamental para Boyacá, que es la carretera de Vélez - Landázuri – Cimitarra - Puerto Araujo.

En este Gobierno terminamos la pavimentación de Vélez a Landázuri, estamos haciendo la pavimentación de Cimitarra a Puerto Araujo, pero nos queda faltando el tramo -ese sí está incluido en los temas nacionales- el tramo de Landázuri a Cimitarra, carretera fundamental.

Y hay otros sueños, que si trabajamos los volvemos proyectos. Hay el sueño con los inversionistas, de un ferrocarril que venga del Carare, o que puede entrar por el río Chicamocha, para poder darle comercialización internacional a esa gran riqueza cundiboyacense que está en el carbón coquizable. Con los inversionistas de Paz del Río hemos venido viendo esa posibilidad.

Doctor Jorge Eduardo, muchas gracias. Para mí ha sido una experiencia muy grata trabajar con usted.

He aprendido mucho, he aprendido mucho no, he observado su ecuanimidad. Yo siempre soy más explosivo. Ojalá fuera capaz de aprender de su ecuanimidad tan importante, para un país con las dificultades del nuestro.

Lo felicito por esa gran tarea. No en vano está reunida esta noche esta gran congregación de compatriotas, que venimos a decirle muchas, muchas gracias.

Y tiene todo el futuro por delante. Este país necesita estar atento de sus buenos líderes, y usted se ha consagrado como un gran líder.

El pueblo boyacense, el pueblo colombiano, estarán atentos a su devenir político, porque usted es un excelente servidor de su Patria y un excelente servidor de su Boyacá.

Gladys Constanza (esposa del Gobernador Londoño Ulloa) muchas felicitaciones.

Doctor Rozo, nos dejan un punto muy alto. No podemos quedar mal, manos a la obra. Por lo menos cuente con todo mi entusiasmo y con todo el afecto por el pueblo boyacense.

Compatriotas de Boyacá, no podemos claudicar en materia de seguridad. Tenemos que fortalecer la confianza inversionista, que son los caminos para la prosperidad social.

A todos feliz Navidad y feliz 2008”.