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Diciembre 21

Palabras del presidente Uribe en la entrega de ayudas a soldados, infantes de Marina y policías heridos en combate, de la W Radio

El Presidente Uribe en compañía de Julio Sánchez, director de la W, Ricardo Alarcón, presidente de Caracol Radio, y el general Freddy Padilla de León, comandante de las Fuerzas Militares Vélez, entre otras personas, durante la entrega de una ayuda monetaria a los infantes de marina, soldados y policías heridos en combate. El evento se llevó a cabo por sexto año consecutivo, bajo el liderazgo de la estación radial. Foto: Juan Felipe Barriga - SP -

 

Bogotá, 21 dic (SP). “Primero, un agradecimiento de corazón a Julio Sánchez Cristo. Porque esto no lo hizo un año, lo ha hecho año tras año. Esa constancia en la solidaridad con los soldados, con los policías, con los infantes de la Patria merece toda nuestra gratitud. Julio, muchas gracias.

¿De cuánto es el cheque? Cuéntenos en el micrófono.

Julio Sánchez Cristo: Mil ciento cinco millones 800 mil pesos.

Presidente Uribe: ¿El año pasado?

Julio Sánchez Cristo: Seiscientos sesenta.

Presidente Uribe: ¿Se dobló?

Julio Sánchez Cristo: Ahí vamos

Presidente Uribe: Eso está muy bien. ¿Usted ratifica a su cobrador para el año entrante?

Julio Sánchez Cristo: Está contratado pro diez años.

Presidente Uribe: Bueno, entonces, con la ayuda de Dios vamos a comprometer a Julio Sánchez Cristo y a nuestro Presidente del Banco de Crédito, a que repitan esta tareíta, para que dentro de un año estemos por encima de dos mil millones. ¿Les parece?

Pero hay que darles un aplauso duro para que se sientan comprometidos. Un aplauso duro.

A todos los donantes muchas, muchas gracias, por esta expresión de cariño, de solidaridad con los soldados, con los policías, con los infantes que han sufrido estos rigores del terrorismo,

El sacrificio de ustedes ha sido enorme, muchachos. Durante este Gobierno 1.700 compatriotas, jóvenes como ustedes, han sufrido alguna mutilación por las acciones del terrorismo. Ese sacrificio de ustedes es el que le devuelve a los colombianos la tranquilidad, el que le devuelve al Estado la soberanía, el que permite que en Patascoy -hoy se cumplen diez años de ese secuestro- en lugar de que eso siga copado por el terrorismo, la presencia de la Fuerza Pública devuelva allí la presencia del Estado, la presencia de la Constitución, la presencia del orden.

Cuando los colombianos pueden hacer turismo y a través del turismo generar empleo, eso se le debe al sacrificio de los soldados y de los policías de la Patria.

Cuando a nosotros nos dicen que el desempleo, que tocó el 20 por ciento y que hoy está alrededor del 10, y que con la ayuda de Dios, al final del Gobierno tiene que quedar no por encima del 7,8, que el desempleo ha disminuido y que el país tiene una gran dinámica de inversión con responsabilidad social, eso se le debe al sacrifico de ustedes, apreciados soldados, apreciados policías, apreciados infantes de la Patria.

Cuando se dice que Colombia está de moda y que la gente quiere invertir y que ahora, de cada 100 pesos que se producen, se invierten entre 26 y 28, cuando hace 5 años se invertían entre 12 y 15, eso se le debe a ustedes, soldados y policías de la Patria.

Cuando ahora ya tenemos, hemos conseguido los recursos para una política social más agresiva: 9 millones de niños recibiendo alimentación del Estado, millón y medio de familias pobres en el Programa de Familias en Acción, una meta de 5 millones de microcréditos para los sectores populares de la Nación, 800 mil ancianos hoy atendidos por el Estado -hace 5 años eran 60 mil-, un 94 por ciento ya de cobertura de educación básica y vamos para el ciento por ciento, esa política social se hace posible, porque tenemos menos escasez de recursos, porque ha aumentado lo que el Estado recauda y eso se le debe a ustedes, al sacrifico de ustedes, soldados, policías e infantes de la Patria. Muchas, muchas gracias por ese sacrificio.

Colombia es un país que le da al sector privado todo el espacio. Mientras en América Latina, en otros países, se le quiere cerrar el espacio al sector privado, con proyectos de monopolios estatales, Colombia le abre todo el espacio al sector privado, exigiéndole responsabilidad social.

Esa responsabilidad social se traduce en transparencia, honestidad total en las relaciones entre el Estado y los inversionistas, en los contratos, en la solución de las disputas, en la tributación.

Esa responsabilidad social se traduce en relaciones laborales que tienen que ser fraternas, no de odio de clases, no de capitalismo salvaje.

Y esa responsabilidad social se traduce en solidaridad con la comunidad. Estas empresas que le han contribuido a Julio, a este bello programa, 358 donantes, están cumpliendo esa responsabilidad social. Esas empresas no tienen la obligación de dar esa contribución. La hacen por esa expresión de responsabilidad social que se llama solidaridad con la comunidad, más allá de las obligaciones legales. Esas empresas nos dan un ejemplo y demos a esas empresas un aplauso de gratitud.

Liberación de secuestrados

Estamos, en la víspera de día de Navidad, a la expectativa de que liberen a los secuestrados. Ojalá, ojalá eso se dé. Es lo que deseamos.

Nosotros hemos dicho, desde hace varias semanas, que si el grupo terrorista de las Farc le entrega los secuestrados al presidente (Nicolás) Sarkozy (de Francia) o al presidente (Hugo) Chávez (de Venezuela), por quien expresa estos terroristas de las Farc consideración, respeto y dicen tener identidad con él. Si los entregan al presidente Sarkozy, al presidente Chávez, a una organización internacional, bienvenida esa liberación unilateral e incondicional.

Esfuerzos del Gobierno por liberación

Hemos hecho muchos, muchos esfuerzos.

Cuando yo llegué a la Presidencia, dije que nosotros no haríamos un intercambio humanitario, a no ser que hubiera un nuevo proceso de paz con cese de hostilidades.

Después de hablar con las familias de los secuestrados, con la Iglesia Católica, tomamos la decisión de avanzar hacia ese acuerdo humanitario.

Hemos autorizado cantidad de facilitadores. El ex presidente (Alfonso) López Michelsen, que en paz descanse; el ex presidente (Ernesto) Samper; el doctor Álvaro Leyva; James Lemoyne, durante dos años y medio, representante del Secretario General de las Naciones Unidas; dos delegados de Francia, de España, de Suiza.

La última mediación no era fácil. Uno trabajaba con una balanza y en un lado de la balanza veía los riesgos políticos que se podían derivar de esa mediación. Pero en el otro lado de la balanza también veíamos que por lo expresado por la guerrilla terrorista, esa mediación era conducente a obtener la liberación de los secuestrados. Preferimos lo humanitario que quedarnos en el cálculo del riesgo político. Y por eso autorizamos esa mediación.

Antes de extraditar a ‘Sonia’ y a ‘Simón Trinidad’, ofrecimos suspender esa extradición si se liberaba a los secuestrados. Las Farc no aceptaron.

Primero, liberamos unilateralmente 27 integrantes de las Farc; después ordenamos 150. La sentencia de la justicia nos permitió hace efectiva la liberación de 125.

El presidente Sarkozy me pidió la liberación unilateral de Rodrigo Granda, lo hicimos. Julio, no fácil jurídicamente. Hoy hay muchos abogados, cuestionando la validez jurídica de esa liberación.

Cuando liberábamos a Rodrigo Granda yo tenía la ilusión, dije, si me lo ha pedido el presidente Sarkozy, una liberación tan importante es porque nos van a liberar a los secuestrados. Creí que al cruzar Rodrigo Granda la puerta de la cárcel hacia afuera, también en la selva los secuestrados estarían recobrando la libertad. No fue así.

Hemos hecho muchos esfuerzos. ¿Qué respuesta hemos tenido hasta el momento? El asesinato de 22 de los secuestrados. La mentira.

Cuando asesinaron a los diputados vallecaucanos, este grupo terrorista dijo que habían muerto en un combate con el Ejército. El Ministro de Defensa, los altos mandos tuvieron el buen cuidado de mirar esa área y esas fechas y lo que el Gobierno dijo ese día, porque es un Gobierno que no miente, un Gobierno diáfano, lo ha ratificado la justicia: no hubo combate.

¿Qué agrega la justicia? Los asesinaron. Estaban tirados en el suelo. Así los asesinaron, con todos los agravantes del delito, en condiciones de indefensión. Dice la justicia, les dispararon a corta distancia, lo que se llama a ‘quemarropa’; a los cadáveres les cambiaron vestido, los trasladaron de sitio.

En octubre del año pasado avanzábamos en el acuerdo humanitario y ese grupo terrorista puso un carro bomba en la Universidad Militar. Esa noche, el Ministro (de Defensa) y los altos mandos tuvieron las pruebas que nos permitieron, con la veracidad con que procede este Gobierno, asignar la responsabilidad a las Farc.

Esos bandidos dijeron en Europa que ese carro bomba lo había puesto el Ejército, por orden del presidente Uribe, para poder tener disculpas y no continuar el acuerdo humanitario. Como mienten. Acaba de comprobar la justicia lo que nosotros probamos para nuestras decisiones desde un principio: fue las Farc.

¿Cómo lo hizo? Infiltró una persona en los cursos de altos estudios de Defensa Nacional. Asesinan, mienten. Es la única respuesta que nos dan.

Zona de encuentro

Hemos aceptado la proposición de la Iglesia Católica de una zona de encuentro. Pero tenemos que poner mucho cuidado. Hemos dicho que sea en zona rural, despoblada -¿despoblada por qué? Porque no les podemos crear riesgos a la comunidad; que no haya presencia militar ni policiva, porque nos obligaría a hacer un despeje militar o policivo; que sea de aproximadamente 150 kilómetros de área; una duración de 30 días; con observadores internacionales que garanticen que los que lleguen allí estén desarmados.

Alguien me preguntaba: ¿Eso es posible en Colombia? En todas las regiones de Colombia es posible. Este país tiene 578 mil kilómetros de selva.

Y alguien me preguntaba: ¿Y por qué no la zona de despeje? Las zonas de despeje han servido en Colombia para fortalecer el terrorismo. Hay varias historias del Caguán. Algunos dicen, bueno, pero es que, gracias al Caguán, las Farc liberaron 400 policías. Recuerden que eran los secuestros masivos de la Fuerza Pública. Pero gracias al Caguán secuestraron 3 mil colombianos.

El terrorismo da un paso atrás para distraer y en seguida dos pasos adelante para maltratar a la comunidad. Por eso no zonas de despeje.

Todavía esta semana se encontraron escondrijos, que en la usanza periodística se llaman ‘caletas’, con enormes cantidades de armamento de las Farc en el Caguán, de la época del despeje. Con los estopines, con los explosivos, con los mismos con que han mutilado, afectado a esta juventud de soldados, policías e infantes de la Patria.

La semana antepasada se desbarataron, en el Caguán, varios carros bomba. No alcanzaron a explotar. Todavía es el producto de las redes terroristas que allí instaló las Farc durante ese despeje.

Hace dos semanas me contaron una historia que me ha conmovido mucho. Julio, mire, todas las personas secuestradas, que las Farc llaman canjeables, fueron secuestrados antes de nuestro Gobierno, salvo los tres norteamericanos. Los tres norteamericanos fueron secuestrados en los primeros meses de nuestro Gobierno, cuando empezaba la política de Seguridad Democrática.

Entonces, familiares de los secuestrados iban al Caguán y le decían a los comandantes terroristas de las Farc: ¿Ustedes por qué no liberan a nuestro papá, a nuestra mamá, a nuestro hermano, si ustedes tienen una zona de despeje? ¿Saben que contestaba ‘Manuel Marulanda’, el gran jefe terrorista? ¿Briceño, el ‘Mono Jojoy’, el otro jefe terrorista? Decían, a nosotros no nos interesa el despeje ni la paz. A nosotros lo único que nos interesa es la toma violenta del poder.

Y a una persona, en algún momento se sabrá toda la historia, le dijeron, le liberamos a su papá si usted nos ayuda a secuestrar a x persona en Bogotá; un alto dirigente de la política nacional en Bogotá.

Esos bandidos matan, mienten y todo lo que proponen, el mínimo calificativo que tienen esas propuestas es indecorosas. Además de más y más delitos.

Beneficios a guerrilleros que entreguen secuestrados

Nosotros también hemos ofrecido, y ojalá nos estén oyendo a través de estos micrófonos de Caracol, de la W, una recompensa de 100 millones de dólares, 200 mil millones de pesos, a aquellos guerrilleros que están cuidando a los secuestrados -cuando yo digo cuidando, hay que entender torturando a los secuestrados- les decimos a esos guerrilleros, y les repito el mensaje: desmovilícense, desmovilicen sus estructuras guerrilleras; traigan consigo a los secuestrados; libérenlos. Y ganan la libertad ambos, porque esos guerrilleros también están secuestrados.

‘Manuel Marulanda’ y Briceño, el ‘Mono Jojoy’, obligan a esos guerrilleros a que permanezcan allí como secuestrados, torturando a los secuestrados, a la doctora Ingrid Betancourt y a todos los que están en ese grupo de cautivos.

Pues bien, si estos guerrilleros toman la decisión de desmovilizar sus cuadrillas y liberan a los secuestrados, el Gobierno les va a ofrecer beneficios jurídicos para que esos guerrilleros también queden libres y además la recompensa de 100 millones de dólares, 200 mil millones de pesos.

Y quiero hacer llegar a esos guerrilleros este mensaje: busquen su libertad; si ellos persisten en el secuestro nunca van a tener libertad. Van a continuar con la libertad perdida mientras tengan que estar allá torturando a los secuestrados y después, van a tener que estar fugitivos de la justicia toda la vida, sin libertad. Aquí hay un camino de libertad para ellos.

Les quiero hacer esta reflexión: finalmente, el secuestrador que tortura, el secuestrador torturador sufre tanto como el secuestrado torturado; así sea en un momento diferente de la vida.

Algunos compatriotas me dicen: ¿Y por qué las restricciones, Presidente? ¿Por qué la zona de encuentro, no la zona de despeje? ¿Por qué la exigencia de que los guerrilleros que salgan de la cárcel no puedan volver a delinquir?

Por una razón: nosotros tenemos que cumplir varios deberes humanitarios. Un deber humanitario, hacer esfuerzos por la liberación de los secuestrados; pero otro deber humanitario, evitar tomar medidas que recrudezcan el poder de los terroristas para secuestrar.

Miren lo que pasó en Patascoy. Hoy, con el sacrificio de ustedes, soldados y policías, la dedicación de sus comandantes, el empeño del pueblo colombiano que apoya esta Política de Seguridad, hoy, ya es más difícil que se repita un Patascoy.

Por eso no podemos echar para atrás.

Es que tuvimos años que secuestraban tres mil personas. Esta mañana, para venir aquí, revisé las cifras de secuestro. Este año todavía nos han secuestrado 222 personas, secuestros extorsivos. Una disminución del 28 por ciento frente al año pasado. Pero todavía mucho. No podemos dejar que eso se recrudezca.

Si nosotros le aflojamos al terrorismo, en lugar de seguir disminuyendo el secuestro año tras año, se va volver a empinar.

Cuando yo los veo a ustedes, y a mil 700 soldados y policías e infantes de la Patria que durante este Gobierno han sufrido alguna mutilación, me hago esta reflexión: si los guerrilleros, en un intercambio humanitario, salen de la cárcel, comprometidos a no volver a delinquir, todos entenderemos esa liberación. Pero si salen de la cárcel a reintegrarse a las Farc, para seguir colocando explosivos, mutilando, hiriendo de gravedad a los soldados, a los policías, a los infantes de la Patria, nadie entiende eso; nadie lo entendería.

Por eso decimos: sí, estamos dispuestos a una liberación de guerrilleros de la cárcel, que ya hemos ordenado la libertad de 178 con Rodrigo Granda, se ha hecho efectivo en 153. Estamos dispuestos a liberar más, en virtud del intercambio humanitario. Pero con esa condición: de que no se reintegren al delito.

Cuando los veo a ustedes digo: este hecho de ustedes sí que nos da la razón. ¿Qué tal que regresen al delito a colocar los explosivos, las minas antipersona con que han afectado la integridad física de ustedes? Eso no se puede permitir.

Nos han dolido mucho las revelaciones, las fotos, los videos. Pero a los colombianos no nos sorprenden. Ese problema lo hemos vivido durante 50 años. Y no es un problema internacional, es un problema interno de Colombia, que los colombianos tenemos el derecho de resolver.

Los mayores, en esta reunión, recordamos el secuestro a doña Gloria Lara de Echeverri, al líder sindical José Raquel Mercado; la tortura, finalmente el asesinato. A doña Gloria Lara de Echeverri la asesinaron cuando ya pesaba 26 kilos.

Miren, las Farc ha dicho que tiene 47 secuestrados canjeables, pero no habla de los 22 que ha asesinado. No habla de aquel que dejó morir en su poder y no habla de 750 colombianos secuestrados por las Farc en los últimos 10 años, que no han regresado a sus casas.

Por eso hay que apoyar fundamentalmente la tarea de las Fuerzas Armadas de la Nación para derrotar el terrorismo.

Esta es una hora de dolor, pero no una hora de claudicaciones. El dolor nos tiene que afirmar en el propósito de derrotar el terrorismo.

Julio, uno oye, en el lenguaje político, siempre hablar de lo social. Y muchas veces lo social es más publicidad que realidad. América Latina, nuestro país ha visto, que hay mucho discurso social que se publicita, que en la práctica no tiene tanto resultados y que trae muchas frustraciones. Casi nadie habla de seguridad democrática y de confianza inversionista.

Para construir un país con armonía, social, con equidad, con superación de la pobreza, necesitamos seguridad democrática. Por eso, no podemos claudicar.

Para que haya prosperidad social necesitamos prosperidad económica. Y uno logra prosperidad económica con buen manejo de la economía, con estímulos tributarios, etcétera. Este Gobierno ha venido haciendo la tarea. Pero si no hay seguridad no se logra.

Nosotros, en las últimas semanas, hemos recibido, oiga Julio, solicitud de 50 empresas ya, que quieren utilizar la figura que hemos creado de Zonas Francas, para instalarse en Colombia y generar empleo de buena calidad.

Esta bien la Ley de Zonas Francas. Pero así tuviéramos esa Ley de Zonas Francas, si esas empresas vieran que en Colombia no hay un propósito de seguridad democrática, aquí no se instalarían.

Finalmente, para nada sirve el estímulo tributario, para nada sirve el buen manejo de la economía, si no hay esta tarea abnegada de los soldados y policías de la Patria para que se invierta en Colombia.

Ahora, para nosotros la inversión no es un fin, es un medio. El fin es lo social, el empleo de buena calidad, con afiliación a la seguridad social, la superación de la pobreza, la construcción de equidad.

Entonces, yo le voy a ayudar con una cosita para el año entrante, Julio, para que nos doblemos: Toda empresa que instale el año entrante en Zona Franca, en desarrollo de la Ley que acabamos de aprobar, y ya hay 50 con solicitud, le vamos a pedir una platica para el programa.

Y pidámosle a Dios que nos de energía, todo el amor por Colombia.

¿Saben qué no nos deja desfallecer? El amor por Colombia. Para que dentro de un año nos reunamos aquí y allí diga -señáleme ahí, mujer, mujer bella, con su manito delicada- ¿dónde está el primer uno? Que el año entrante sea dos. ¿Estamos de acuerdo?

A todos, feliz Navidad, feliz 2008. Amor a Colombia, amor a Colombia.

Julio, muchas gracias. Este es un gesto suyo, Julio, de amor a Colombia. Se lo agradecemos de corazón.

La mejor manera de amar a Colombia hoy es vincularse afectivamente a la causa de soldados y de los policías de la Patria. Gracias”.