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Noviembre 21

Palabras del Presidente Uribe durante el lanzamiento del libro “Soltaron los perros: en la intimidad del poder”, de Fanny Kertzman

Bogotá, 21 nov (SP). “Después de oír a Fanny, se me esfumó el discurso. Me quedé sin qué decirles. Vamos a ver cómo reconstruimos algo. También tengo que confesar intimidades.

La tarea en la Gobernación de Antioquia era una tarea muy apasionante, muy delicada y muy controvertida. A mí me anunciaban la visita de un periodista de Bogotá y decía: “Ahí viene a preguntarme que si soy paramilitar, que si las Convivir son paramilitares, que si estoy con los paramilitares”. Miles de suspicacias.

Me dijo Anny Vásquez: “Está pidiendo una cita Fanny Kertzman, de la revista Dinero, que lo quiere entrevistar”. Y le dije: “Bueno, que venga. La misma cosa. Ahora de las preguntas que me hacen todos los días, ¿cuáles faltarán?”. Pero cuál mi sorpresa: llegó Fanny Kertzman y ahí no llegó una periodista a inventar novelones, sino una periodista inquieta por los intereses superiores del país.

Fuera de alguna comprensión local de la comunidad antioqueña, en Fanny Kertzman encontré la primera periodista desde afuera que fue más allá de lo superficial, del chisme que ponía a rodar la oposición, de la suspicacia, y empezó a indagar y a aportar por lo fundamental.

Cuando terminó esa entrevista, le dije a Anny Vásquez: “Any, muy raro esto, porque esta señora no es la periodista que está preguntando a ver qué inventa, qué arma, sino una periodista muy comprometida, y muy comprometida con este tema de la seguridad en el país”.

Yo quedé inquieto, asombrado, todo lo contrario de lo que esperaba. Y sí, efectivamente, desde ese día me causó una inquietud muy positiva. Eso fue en 1996. Hace 11 años. Once años donde he visto en Fanny Kertzman una cosa que se llama consistencia, una cosa que se llama congruencia.

Para ella cualquier escenario es lo mismo. Ella no cambia de discurso. Ella habla en los medios de comunicación sobre su valor de la transparencia, con la misma firmeza con la que rechaza a un lobbysta en el Gun Club de Bogotá en una reunión privada. Eso es bien importante en la vida pública. Y yo se lo aplaudo a Fanny y en temas tan difíciles. Ser capaz de decir una cosa tan dura, tan difícil, tan comprometedora en privado, como repetirla en público, donde puede dar créditos.

No es lo mismo ganar opinión publica haciendo esas denuncias en un medio de comunicación, que despachar a un lobbysta. Hay mucha gente que dice: “Bueno, yo tengo que sostener esto en público, por la opinión, por las encuestas, pero en privado lo arreglamos”. Lo importante de Fanny es que es la misma en privado que en público. Admirable consistencia.

Y es congruente. Fanny tiene una perfecta coordinación entre todo lo que es su predicamento y su acción. Eso sí que lo viví cuando desempeñaba la Embajada de Canadá. Y defender en un país, donde hemos tenido unas ong’s muy adversas a cualquier política de seguridad en Colombia, la política de seguridad de este Gobierno no era fácil.

Cualquiera se habría preguntado: una cosa es lo que dice Fanny Kertzman aquí en Colombia de seguridad, el apoyo que le da este Gobierno, y otra cosa es lo que les va a decir allá a esas ong’s sobre el tema. Se armó una base de datos. Nadie lo ha hecho. ¿No se cuántas incorporaste a esa base de datos? Y las ong’s que llamaría las barras bravas.

Les escribía permanente un mensaje, pero defendiendo, con un vigor que a nadie se lo he conocido, lo que se estaba haciendo en Colombia, sin el cálculo diplomático, sin la cortesía diplomática, al grano.

En muchas ocasiones cuando me reúno con compañeros de la Cancillería, les digo: “Hagan lo que hacía Fanny Kertzman en Canadá, algo ejemplar”. Digo: se necesita esa energía de ella, esa consistencia de ella.

Ella habla de seguridad aquí con la misma propiedad con que defiende nuestra seguridad ante la Ong más adversa en una ciudad canadiense o en una ciudad europea. Eso te lo admiramos de todo corazón, Fanny.

Vengo a este acto con mucha parcialidad, porque en la lucha de la patria te he aprendido a querer y ha admirar inmensamente. La patria necesita gente comprometida. El compromiso con la patria es amor por la patria. No siempre es acierto, pero siempre es buena fe, siempre es amor por la patria, siempre es deseo de que la patria salga adelante.

Y la vimos también agregándole a todo lo que es su carácter, su consistencia, su congruencia, agregándole los tres elementos de los que hablaba Churchill, fundamentales en el liderazgo: la información, la imaginación, la capacidad de comunicar.

Es muy difícil encontrar en los cargos que ella ha desempeñado, quién emule con ella en esos cargos, en la manera como imaginaba soluciones, en la manera como comunicaba soluciones, en la manera como recogía información para ser muy creativa. Y es muy difícil que una persona tan firme, al mismo tiempo tenga esa flexibilidad de mente para tener la creatividad de Fanny.

Qué bueno, Fanny, que les entregues al país este libro. Qué bueno que Norma haya tenido un nuevo acierto al publicar. A todos los que han contribuido contigo, a Norma, a María Elvira, a todos, muchas gracias, que le puedas entregar este libro a los colombianos, que lo vamos a leer con admiración, con respeto, porque en ti tenemos una referencia de honradez, de amor a Colombia. Una referencia de firmeza.

Muchas gracias por darnos la oportunidad de decirte unas palabras, que están editadas desde el corazón y que son un mínimo reconocimiento a lo que tú nos has enseñado.

Muchas gracias por ser un ejemplo de firmeza, querida Fanny”.