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Octubre 05

Palabras del presidente Álvaro Uribe en el XIX Congreso de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación Familiar (Asocajas)

Cartagena, 5 oct (SP). “Acudo con mucho entusiasmo a esta reunión con ustedes. Colombia tiene en las cajas de compensación algo muy importante que mostrarle al mundo, pero muy importante.

Qué hubiera pasado, qué hubiera sido en el país, con todos esos años de sufrimiento que todavía no hemos superado, el odio de clases que trajeron las guerrillas marxistas, una población que crecía y crecía y una economía que se estancaba, tres millones de desplazados internamente, cuatro millones de desplazados hacia fuera, si no hubiera sido por instituciones como las cajas de compensación familiar.

Mientras los violentos sembraban el país de odio de clases, aquí se buscaba el entendimiento y la fraternidad. Mientras sectores radicales exigían que todo fuera estatal y otros sectores radicales exigían que se desmontara el Estado, aquí confluían empresarios y trabajadores a trabajar por los intereses generales que competen de manera primordial al Estado y por la eficiencia, como medio de labor del sector privado.

Qué importante esta tarea de las cajas de compensación familiar en nuestra Patria y esta institucionalidad.

Cuando se inventó la penicilina y se abandonaron las sulfas, a todos los males de la época le recetaban penicilina. Cuando uno conoce las cajas de compensación familiar en Colombia, a todos los males de Colombia les recetan cajas de compensación.

Hay que resolver un problema de vivienda, la receta es Caja de Compensación; un problema de salud, la receta es Caja de Compensación.

Ustedes saben que tengo un particular cariño por la institucionalidad, que viene de mucho tiempo atrás, en una época muy difícil cuando me tocó ser Alcalde de Medellín.

Por Dios, con años de asesinar allí 5 mil personas, le pregunté a las cajas de compensación, al doctor Núñez Lapeira y a los antecesores de la doctora María Inés -no lo hablé con el doctor Ricardo- dije, hombre, ¿cuántas personas entran semanalmente a los centros recreativos de las cajas de compensación en los alrededores de Medellín? Y me dijeron 40 mil. Era 1982. ¿Cuántos entrarán hoy? ¿Cuántos entran a los de Comfama semanalmente y a los del doctor Ricardo allá? Ahí van 30. ¿Por el lado suyo doctor Alfonso? ¿En Comfamiliar Camacol?

¿Qué sería de este país y de ciudades que han sufrido tanto la violencia si no tuviéramos estos mecanismos?

Y mí primera propuesta, que nos condujo en un proceso de 6 años, después con la llegada al gabinete de los ministros Juan Luis Londoño y Luis Fernando Ramírez, a la Ley 100, es que las cajas de compensación pudieran, y las cooperativas, afiliar a los trabajadores frente a los mismos riesgos que cubría el Seguro Social.

Se levantó un gran colombiano, discrepante de esa idea, el ex ministro Raúl Orejuela Bueno, pidió la palabra en la Comisión Séptima del Senado y dijo: ‘La propuesta del joven senador Uribe desarticula totalmente nuestra seguridad social estatal’. Y hundieron esa propuesta. Estoy refiriéndome al año 86.

Seguimos insistiendo en el tema y, después, con el apoyo, con ese gran liderazgo de los ministros Juan Luis Londoño y Luis Fernando Ramírez, salió la Ley 100.

Un gran anticipo era la posibilidad de que las cajas de compensación y las cooperativas se hubieran convertido en alternativas afiliadoras al Seguro Social.

Déjenme referir a unos temas de modelo político que considero muy importantes, a pesar de lo elementales, y hacer unos comentarios sobre el objeto principal de esta Asamblea: la formalización, el empleo de alta calidad, su relación con el subsidio familiar. La respuesta a la tesis de que las cargas parafiscales son un obstáculo para la generación de empleo en Colombia.

Primero, permítanme referirme a una visión de modelo de Colombia. Nosotros estamos buscando una democracia pluralista, sin exclusión y sin odio de clases. Yo creo que para eso ayuda fundamentalmente las cajas de compensación. Ayudan a superar exclusión, a través de la fraternidad.

Segundo, nosotros no desmantelamos el Estado, lo reformamos. Pero tampoco le cerramos espacios a la inversión privada. En esta hora de estatismo en América Latina es de gran importancia referir ante el mundo que Colombia le da todo el espacio a la responsabilidad privada, con responsabilidad social.

Y la contribución de la inversión privada a las cajas de compensación es una gran muestra de responsabilidad social.

Mientras algunos países de América Latina están en el estatismo, Colombia dice no, nosotros estamos dándole todo, todo el espacio a la inversión privada, pero con responsabilidad social.

Y, entonces, allí vemos una serie de reformas que se han hecho al Estado. En nuestro Gobierno hemos reformado 420 entidades del Estado, pero no las hemos desmantelado. La primera, Telecom.

Cuando llegué a la Presidencia muchos compatriotas me dijeron ‘hombre, no le insista a Telecom, extiéndale la partida de defunción. Lo mismo a Paz del Río’. Y dijimos ‘no, vamos a salvar aquí un patrimonio estatal y un patrimonio de los trabajadores. Estatal en la primera, de los trabajadores en la segunda. En la primera no todo se le puede dejar al sector privado, uno no puede, uno no sabe qué fallas de mercado haya que necesiten la participación estatal, cuando aparentemente hoy no se requiere. Pero hay que tener esos factores contingentes.

Y además hay que tener instrumentos estatales para poder dar servicio a los sectores sociales, a las comunidades remotas, etcétera.

Emprendimos esa reforma de Telecom, muy difícil. Era ponerle el cascabel al gato, desafiar radicalismos ideológicos. Y yo creo que nos ha salido bien. Era un patrimonio negativo del Estado, hoy la participación del Estado que es el 50 por ciento menos una acción vale un Potosí. La primera crítica era ‘Uribe acabó con un patrimonio del Estado’. Nada, pasamos de un patrimonio del Estado negativo, a un patrimonio del Estado que vale mucho hoy y tiene mucho futuro.

No había con qué pagar las pensiones de los trabajadores; hoy le estarían transfiriendo al Ministro de Hacienda una factura de 500 mil millones al año para pagarle a los pensionados de Telecom. Eso no pasó gracias a la reforma, estamos al día con ellos. No hay incertidumbre frente a la nómina de trabajadores activos y hay 8 billones de caja para invertir al lado de los inversionistas del sector privado, lo que le va a ayudar enormemente al país a desatrasarse en ese gran tema que hoy es esencial para la competitividad que es la conectividad.

Nuestros primeros cuatro años pasamos de 4 millones de aparatitos de telefonía celular a 30 millones, un gran desatraso. Pero el gran reto ahora es el desatraso en conectividad, en banda ancha. Y operadores como Colombia Telecomunicaciones van a contribuir mucho.

La reforma de Ecopetrol. A mí me hubieran preguntado mis compatriotas hace 5 años: ¿Van a hacer la reforma pensional, laboral en Ecopetrol? Habría contestado: vamos a intentarlo, no sabemos el resultado. Si me hubieran preguntado: ¿La van a capitalizar? No hubiera sido capaz de comprometerme. ¿Por qué? Porque uno veía unos obstáculos infranqueables, derivados del radicalismo ideológico.

Además un radicalismo ideológico equivocado, un estatismo cerrero que al oponerse a las reformas conducía al Estado a su desmantelamiento. El Estado lo desmantelaba el neoliberalismo y también lo desmantelaba el estatismo cerrero. Parecían en orillas ideológicas totalmente antagónicas, pero llegaban al mismo resultado. El uno lo desmantelaba proponiéndose, el otro, sin proponérselo. Simplemente negando las reformas que conducían a que ese Estado colapsara.

Creo que lo que ha pasado en Ecopetrol es muy bueno, se pudo superar ese radicalismo ideológico. Hoy el diez por ciento del capital de la empresa queda en poder de fondos de pensiones que agrupan más de 7 millones de trabajadores colombianos, propietarios de esos fondos, y de 500 mil accionistas particulares. País de propietarios, democratización, colombianos todos. Una gran señal de confianza en Colombia.

Y de atrevido voy a hacer algunos comentarios estando aquí el profesor Hernando de Soto; el ex director de Planeación, gran historiador, el doctor Armando Montenegro. Uno ve que en muchos países cuando se han propuesto construir confianza, logran primero la confianza internacional que la nacional. El caso, por ejemplo, de Ecopetrol muestra que hoy hay confianza de los colombianos en su Patria. Eso es algo trascendente, que hay que cuidarlo, muy delicadamente hacer todos los esfuerzos para consolidarlo.

Y estas reformas ayudan mucho al buen Gobierno y al Estado; a eliminar el clientelismo; a eliminar la politiquería, los excesos sindicales.

A mí me decía el sindicato de Telecom, me decían ‘mire, Presidente, no nos eche toda la culpa. Nosotros les pedimos a los gobiernos y los gobiernos nos daban. Muchos gerentes por no desacreditarse con nosotros, para que no los pitáramos, no los chifláramos, nos firmaban las convenciones sin disputarnos. Ellos salían en hombros y la empresa quedaba arruinada. Nos mandaban trabajadores que no se necesitaban por recomendación política a que completaran la pensión o la mejoraran’. Cierto.

Hoy eso está eliminado. Esta reforma gana buen Gobierno, excelente buen Gobierno. A mí todavía me piden puestos en la Junta Directiva de Ecopetrol. Esta reforma elimina cualquier presión clientelista. Ahora el que me venga a pedir un puesto en la Junta Directiva de Ecopetrol le digo: ¿Y ya habló con los otros 500 mil socios? ¿Ya consiguió el voto de ellos?

O sea que esto tiene un subproducto de gran importancia que es introducir requisitos de buen Gobierno en las empresas del Estado, que es lo único que hace el Estado perdurable.

Esta reforma hasta ahora ha ayudado mucho también al fisco. En Hacienda y en Planeación me dicen que, calculando los efectos directos de esta reforma sobre la caja y las pérdidas que se evitaron, la reforma del Estado hasta hoy nos ahorra un punto del PIB. Eso equivale a tres billones y medio al año, significativo. Tres reformas tributarias.

Pero hay que seguir esta reforma. Y entonces uno de los grandes compañeros para esta reforma son las cajas de compensación. ¿Por qué uno, por radicalismos ideológicos, por temor a antagonismos ideológicos obsoletos, vetustos, no va a reformar el Seguro Social? ¿Por qué no va a reformar sus clínicas?

A mí me gustaría que todos ustedes fueran a la clínica del Seguro Social aquí en Cartagena; compararan la clínica de hace una año con la de ahora. Hace un año, desgreño, excesos sindicales, politiquería, eso era de nadie. El Estado no se desprendió de su propiedad, pero la administra hoy la comunidad de hermanos San Juan de Dios. Todo el mundo contento.

El día que yo fui a visitarla con el Ministro, le dije: ‘Bueno Ministro, yo sé para dónde me lleva, pero yo vivo preparado para eso’. Le digo: ‘Yo no he vivido como el algodón entre el vidrio, sin mancharme y sin mojarme; yo he vivido en el combate, en la controversia’. Cómo será de dura y cómo estarán de bravos conmigo por esa reforma. Y llegué allá y yo miraba de reojo a ver dónde estaban las enfermeras, los médicos, ¿cómo estarán de bravos conmigo, qué me irán a decir?

Mentiras. Encontré a todo el mundo feliz. Se despejó el camino de la clínica. Y enseguida hablé con unos usuarios, pacientes que hacían fila y todos contentos, todos contentos.

Lo mismo en la Campo Serrano de Santa Marta, hoy a cargo en su administración de la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga. Y ahora avanzando con las de Medellín. Un convenio entre la Universidad de Antioquia y la Gobernación. Ojalá el resultado de Bogotá sea excelente y en todo el país. Qué bueno que las cajas nos ayuden con las clínicas del Seguro en las otras ciudades colombianas.

Y vengo a decirles que yo tengo inmensa ilusión en la reforma del Seguro Social, de la entidad aseguradora. Yo espero que eso sea un paso formidable. Yo digo: ‘Mi Diosito, ¿será que estamos equivocados en esa apreciación?’ Y pienso y repienso, ese es un paso formidable. Cuántos países quisieran tener una institucionalidad como las cajas, para sustituir desgreño estatal por eficiencia social.

Es que miren qué importante es eso. Aquí no estamos invocando el desgreño estatal para privatizar, para dejar a la gente sin opciones sociales. Aquí estamos combatiendo el desgreño estatal con alternativas de eficiencia social. Por eso hay que ver con toda la ilusión, con todo el entusiasmo, esa nueva empresa EPS de las cajas de compensación y una entidad estatal, una gran alternativa social para los colombianos. Y hablar con toda franqueza y en todos los escenarios. Y hablar con todo el entusiasmo de esa empresa.

Hace pocos días el doctor Ricardo Sierra nos invitó a los 50 años de Comfenalco. Y a esa gran audiencia esa noche les pregunté, porque me dijo el Ministro: ‘hombre bregue hablar allá muy prudentemente a ver si el Consejo Directivo aprueba la participación de Comfenalco en la EPS, que eso está muy complicado’.

Y les dije: ‘A ver, ¿a ustedes les parece buena la idea de tener esta EPS?’. Dijeron: ‘Sí Presidente’. Todos levantaron la mano, una asamblea más concurrida que esta. ‘¿Se afiliarían a ella?’ ‘Claro, Presidente, nos afiliamos todos a ella. ¿Entonces no la van a aprobar’. Entonces, a todos les parece buena, todos se quieren afiliar en ella y no la van a aprobar. La aprobaron Diego, ¿cierto? Don Ricardo, ¿la aprobaron?

Yo creo mucho en estas reformas del Estado y nos ayuda a tener en Colombia instituciones como las cajas de compensación. Por eso vengo a invitarlos a que sigamos ese camino con mucho, con mucho entusiasmo. He de ver si empieza rápidamente esta EPS, he de ver sus resultados en un año.

Porque con la ayuda de Dios nosotros vamos a lograr la plena cobertura en salud. Y vamos estando hoy más cerca. Ya uno ese túnel de cobertura ya lo empieza a ver cortico, ya empieza a entrar la luz por la puerta de salida. Y eso lo vamos a lograr. ¿Pero qué toca? Toca calidad y le vendrán al país otros retos, además de calidad, como el reto de nivelar el Plan Obligatorio del régimen subsidiado con el Plan Obligatorio del Régimen Contributivo.

Miren, la alternativa social de las cajas con el Estado, en esa EPS, puede ser el gran camino, puede ser el gran camino.

Esta mañana alguien me decía: ‘Hombre, hable con el Ministro. En estos días le dio un infarto a una señora y tuvo que tutelar una EPS para que la atendieran’. Y eso es un dolor de cabeza de todos los días, de todos los días. Yo creo que el gran remedio puede ser tener esta EPS con toda la eficiencia y con toda la responsabilidad social.

Reformar el Estado para que todos los días le sirva más a la comunidad, para que no esté controlado por politiquería, por excesos sindicales. Y aprovechar organizaciones como las cajas de compensación para darle todo el cariz social a esa orientación de la reforma.

Y el otro punto es darle todo el espacio al sector privado, pero con responsabilidad social.

Nosotros, profesor de Soto, hemos venido insistiendo en tres expresiones de la responsabilidad social. Primero, transparencia en la relación entre los inversionistas y el Estado. Transparencia en los contratos, en la solución de las disputas. La falta de transparencia ha causado mucha irritación en América Latina. Y esa irritación ha soportado dictaduras, ha motivado golpes de Estado, ha motivado dificultades institucionales.

Segunda manifestación de la responsabilidad social: compromiso con la comunidad, solidaridad con la comunidad.

Tercera: relaciones laborales. No de odio de clases, no de capitalismo salvaje. Relaciones laborales de fraternidad.

Y ninguna institución mejor para promover relaciones laborales de fraternidad que las cajas de compensación.

Todos estos elementos son valores agregados de las cajas de compensación.

Cuando uno estudia el tema parafiscal, no se debe quedar en la simple cuentecita matemática, sino hacer el otro balance. Todo lo que la compensación familiar le ha agregado a este país.

Mientras este país iba por un despeñadero de odios, aquí se mantuvo una fuente de fraternidad. Ese es un valor agregado enorme. Hay que mirarlo en el recorrido histórico y en la proyección.

Y allí llegamos a los tres objetivos del Gobierno: consolidar la Seguridad Democrática, la confianza inversionista y cumplir las metas sociales. Van de la mano.

Y la experiencia de estos 5 años nos ha demostrado que hay que llevar esos tres elementos de la mano. Sin confianza inversionista no hay posibilidad de sacar adelante lo social; sin Seguridad Democrática no hay confianza inversionista. A su vez, los resultados sociales legitiman la confianza inversionista y legitiman la Seguridad Democrática.

Eso nos lleva a otro planteamiento: yo creo que América Latina se ha equivocado en épocas de estatismo, en épocas de desmantelamiento del Estado. Y también se ha equivocado muchas veces por la falta de equilibrio entre la prosperidad económica y la prosperidad social.

Las décadas del desarrollismo condujeron a más miseria y finalmente estancaron el crecimiento.

Pero cuando se llega a todo lo opuesto y todo el énfasis se le pone a la prosperidad social y se ignora la económica, finalmente no aparece la inversión ni los recursos, para poder sustentar la prosperidad social. Y el discurso social termina simplemente en demagogia y en más pobreza.

Uno tiene que escoger entre discurso social o resultados sociales.

Nosotros creemos que hay que llevar, para tener resultados sociales, hay que llevar de la mano la prosperidad económica con la prosperidad social.

En materia de confianza inversionista ustedes me preguntarán: ‘Presidente, ¿por qué el Gobierno habla de confianza inversionista y no de crecimiento económico? Porque puede haber crecimiento económico furtivo: se descubre un pozo de petróleo. Mientras se explota, mientras produce puede ayudar mucho al crecimiento. Se agota, se reduce el crecimiento. Se aumenta el precio de un producto básico, se le da un empujón al crecimiento. Después cae, cae el crecimiento. Cuando hay confianza inversionista y altas tasas de inversión se facilita un crecimiento económico de largo plazo fuerte. Confianza inversionista.

¿Qué ha pasado en eso? Y es importante tenerlo en cuenta. Hace 5 años, de cada 100 pesos que se producían en Colombia, 12 ó 15 se invertían. En el primer semestre de este año se invirtieron 28. Del sector privado se invertían 6 y medio, hoy 22 (pesos).

Nuestra meta: lograr que este país tenga una tasa de inversión no inferior al 25 ó 26 por ciento. Eso en el largo plazo, con responsabilidad social, tiene que transformar el país, lo tiene que transformar.

Y viene una pregunta: ¿Y qué se hace para estimular la confianza inversionista? El modelo: hay que dar seguridad a los inversionistas; hay que decirles ‘aquí hay exigencia de responsabilidad social, pero no hay moda de estatismo’.

La persistencia en la Seguridad Democrática, la salud fiscal de la Nación. Y me detengo allí un poquito. No era fácil para el Gobierno ni para el Congreso aprobar el Acto Legislativo de transferencias. Habría sido mucho más fácil decir ‘regresemos a la Constitución del 91’. Nos hubiéramos evitado este desgaste.

A los políticos que nos gustan los votos, yo particularmente los quiero. Yo pienso en todos los compañeros del Congreso votando el Acto Legislativo de transferencias con esa rechifla en la Plaza de Bolívar. Muy difícil, una gran responsabilidad del Congreso.

Pero yo quiero respaldar ese Acto ante ustedes. Porque era un Acto de responsabilidad, un Acto para estimular la descentralización sin poner la Nación en riesgo de quiebra.

Lo peor que le puede pasar a la descentralización es que se quiebre una nación.

Miren, las tasas internacionales de interés para Colombia llegaron a estar con una diferencia de casi mil puntos, frente a los bonos de los Estados Unidos. Ahora tienen 164 puntos. Yo creo que eso es un gran avance, eso le ayuda mucho a las regiones.

Y el Gobierno Nacional tiene unas cargas pensionales muy grandes. Solamente las pensiones de los maestros del sector público valen 37 billones (de pesos). Las pensiones de las universidades todavía no se han acabado de cuantificar. En la Universidad Nacional valen 4 billones. Todo eso contra el presupuesto de la Nación.

Buscamos con ese Acto Legislativo equilibrar las necesidades, estimular la descentralización y de cuidar la salud fiscal de la Nación, como presupuesto de confianza inversionista.

Y este país es muy descentralizado. Hay que estar repitiendo esto. En América Latina otros países bastante descentralizados presentan esta realidad: los gobiernos regionales gastan el 30 por ciento de todo el gasto del Estado y el gobierno central, el 70. En Colombia, los gobiernos regionales gastan el 52 por ciento y el Gobierno central, el 48. El país es bastante descentralizado.

Yo por eso vengo pidiéndoles a los colombianos que nos ayuden a evitar que por la vía del referendo se vaya a echar para atrás, ahora, el Acto Legislativo de transferencias.

Alguien me dijo a mí: ‘Presidente, ¿pero usted para qué se desgasta? Su Gobierno termina en el 2010, ¿y para qué están pidiendo que hasta el año 2016 vaya esta fórmula y que solamente después del 2016 las transferencias crezcan en la misma proporción en que crecen los ingresos corrientes de la Nación?’.

Los gobiernos tienen que ser responsables. Uno no puede aplicar la ley aquella de ‘yo me salgo, el que viene detrás que arreé’.

Conociendo nosotros este problema pensional de la Nación, que gracias a Dios hemos dado pasos trascendentales, hay que hacer lo que hicimos: pedir esos períodos de transición para que la Nación vaya superando la parte más crítica.

Esta mañana le decía yo a un foro de economistas muy importantes que está en Bogotá: aquí hemos hecho reformas pensionales por las cuales están empezando a luchar en otras partes.

En las 420 entidades reformadas hemos hecho reformas pensionales. Aprobamos la Ley de Pensiones y el Acto Legislativo de pensiones que acabó los sistemas privilegiados.

El Presidente Sarkozy, de Francia, apenas está empezando ese camino. ¡Qué difícil!

Entonces hemos cuidado la salud fiscal de la Nación como factor de confianza inversionista.

Y aquí vienen unos puntos bien importantes para el debate de fondo, el debate del impacto de las cargas de parafiscales.

Nosotros hemos utilizado el instrumento tributario para estimular la inversión. Segundo, hemos creado nuevas zonas económicas especiales para estimular la inversión. Tercero, estamos buscando integrarnos a los mercados del mundo para estimular la inversión. Cuarto, el Congreso nos ha dado una Ley que nos permite firmar pactos de estabilidad en las reglas de juego con los inversionistas para estimular la inversión.

Esos son pasos muy importantes.

Déjenme referir al de los estímulos tributarios. No era fácil introducirlos. Buena parte del pensamiento económico del país ha sido contrario a eso. Nos dio mucha dificultad.

Hoy, por ejemplo, los nuevos hoteles que se construyen en Colombia gozan de 30 años de exención tributaria.

Esta mañana asistí a poner la primera piedra de dos hoteles Marriott que empiezan a construirse en Bogotá. El país está construyendo hoy 5 mil habitaciones hoteleras. La cadena Marriott no había querido venir a Colombia. Esos dos hoteles van a tener más de 600 habitaciones, con inversión de Centroamérica, Grupo Poma.

Y decía yo allá, ellos reconocieron, hacemos esto porque este país tiene hoy un Gobierno comprometido con la Seguridad Democrática y con garantías a inversión privada y con los estímulos tributarios. Dije yo: ‘¿Cuánto empleo se va a generar aquí en la construcción? Empleo profesional, empleo obrero, con afiliación a la seguridad social. ¿Cuánto? Una vez empiecen a operar. ¿Cuánto representa lo que eso paga por IVA, las afiliaciones a la Seguridad Social, etcétera? ¿Cuánto representa el pago del predial a Bogotá, etcétera?’.

Tenemos, este país tiene una gran posibilidad, una enorme posibilidad en biocombustibles. El petróleo, en 40 años dicen los expertos, se ha consumido todo o no se podrá utilizar por razones ambientales. Hay que buscar combustibles alternativos. El Congreso nos aprobó la norma que dicta que los combustibles alternativos paguen IVA, impuesto global al combustible, y le da a las fuentes de los combustibles alternativos unos periodos de exención de impuestos largos y a los cultivos de tardío rendimiento. Eso va a ayudar mucho.

Entonces ha habido dos oposiciones a los combustibles biológicos. Una que dice: ‘Van a tumbar la selva’. No. Este país tiene 578 mil kilómetros de selva, el 51, 52 por ciento del territorio. Nosotros no necesitamos tumbar un milímetro cuadrado de selva para combustibles alternativos porque tenemos 43 millones de hectáreas de sabana.

¿Van a afectar la seguridad alimentaria? No. Tenemos 4 millones y medio, 4 millones 700 mil hectáreas de agricultura. Con esas 43 millones de hectáreas de sabana podemos crecer la agricultura para la seguridad alimentaria, infinitamente, y de manera paralela los cultivos para los combustibles biológicos.

Podríamos hablar de otros incentivos tributarios, uno bien importante: toda inversión que se hace hoy en Colombia tiene una deducción del 40 por ciento. Eso, multiplicándolo por la tarifa de renta, da que un inversionista que invierte hoy 100 dólares en Colombia, el Estado le contribuye, con esa deducción, con 12.8. Eso es un gran aporte.

Está lo de las Zonas Francas. Las nuevas Zonas Francas no necesitan exportar. Desde que cumplan unos requisitos de empleo y de inversión tienen los beneficios tributarios, así produzcan para el mercado nacional o para el internacional. La tarifa de renta, del 15, no del 34. Además, los equipos que importen no pagan IVA ni arancel.

Y el concepto es amplio. Ayer, al llegar a Medellín a celebrar los 60 años de la Clínica Medellín me dijeron: ‘Gracias a la ley de Zonas Francas, vamos ahora a construir una clínica internacional enorme, enorme, para que lleguen pacientes de todo el mundo’. Nosotros vemos eso con mucho entusiasmo.

Me ha dicho la Andi que hay 2 mil 200 millones de dólares en fila, esperando ese decreto, para ser invertidos en Colombia.

Todos esos estímulos, sumados a la posibilidad de firmar los pactos de estabilidad, nos vienen aumentando la tasa de inversión. Entonces, ahí viene mi primera reacción frente a los que proponen eliminar los parafiscales. Hombre, ¿por qué los van a eliminar sí les estamos dando a los empresarios estos estímulos? Uno no puede hablar hoy de que hay que eliminar la contribución a las cajas, a Bienestar Familiar y al Sena, sin mirar qué ha pasado en Colombia, en estímulos a la inversión. Los estímulos a la inversión en el país son muy importantes.

Entonces, me han dicho algunos: ‘No, es que no hay que cerrar las cajas, no hay que cesar el Sena, no hay que cerrar Bienestar Familiar. Que los sostenga el Estado’. El día que se tome esa decisión es la primera para cerrarlos; los sostiene el Estado unos añitos y después los deja marchitar y se acaba.

Y, además, no se ha visto ese subproducto tan importante que es tener a los empresarios y a los trabajadores juntitos en los consejos directivos de las cajas. Ese valor agregado social, tan interesante para nuestro país, no se ha cuantificado. Las deducciones a la inversión el año entrante pueden valer 2 billones y medio, pero yo creo que eso renta mucho. Eso tiene una tasa de retorno muy acelerada.

En cambio, sostener las cajas, Bienestar y el Sena puede valer más de 5 billones el año entrante. Yo no vería posibilidades del presupuesto de sostenerlas.

Y yo creo que en una economía abierta el mejor estímulo al empleo es el estímulo a la inversión. Mire, uno puede desmontar, decirles a los empresarios: ‘Creen empleo. Les quito la contribución al Sena, a las cajas y a Bienestar. Y si ellos no ven que hay posibilidades de que sus empresas crezcan, no crean empleo.

Yo creo que en una economía abierta es mucho más importante el estímulo a la inversión, como estímulo al empleo, que pensar en el desmonte de estos parafiscales. La gente va a tomar la decisión de crear empleo, si ve posibilidades, no porque le quiten parafiscales. Y nosotros vamos abriendo esas posibilidades a través de todos estos estímulos a la confianza inversionista.

Me parece que eso hay que cuidarlo muy bien en Colombia. Y a todo el que proponga, para crear empleo, que eliminemos estas contribuciones, hay que decirle: ‘No se les olvide que se acaban de crear estímulos a la inversión, que es un gran camino de generación de empleo’.

Al contrario, yo creo que lo que hemos hecho estos años no es solamente darles más cargas a ustedes, por fortuna. La encuesta de vivienda muestra hoy que mientras los colombianos tenían una muy mala percepción de la falta de transparencia en el Inurbe, hoy hay cero quejas de corrupción sobre los dineros que en vivienda manejan las cajas de compensación.

Hemos puesto sobre ustedes más cargas, pero también un instrumento muy importante, para evitar evasión y trámites, que es esa declaración unificada y el pago unificado. Yo creo que eso va produciendo muy buenos resultados, le elimina a los empresarios trámites y le garantiza a las cajas, al Sena y a Bienestar Familiar más ingresos, debido a que eso controla definitivamente la evasión.

Y, entonces, viene otro cuestionamiento. Me dicen: ‘Bueno, sí. Pero, entonces, Colombia lo único que va a crear es empelo informal’. Yo tengo serias dudas y las sustento en lo siguiente: en estos 5 años de Gobierno nuestro ha sido mayor la afiliación a la Seguridad Social, que la creación de empleo. Yo creo que eso demuestra que ha habido un gran interés por la formalización.

Uno lo mide en varios aspectos: afiliación a las cajas de compensación. ¿Ha crecido cuánto en este Gobierno? Yo hice un ponderado de cajas de compensación, Régimen Contributivo, pensiones y Riesgos Profesionales. No incluí Régimen Subsidiado, porque como se ha doblado, desfiguraría el ponderado -para Naciones Unidas- y me dio que el crecimiento de afiliación a la Seguridad Social en estos 5 años ha sido del 42 por ciento, incluyendo esos elementos: cajas de compensación, uno; Régimen Contributivo, dos; pensiones, el más bajo, tres; Riesgos Profesionales con un buen comportamiento, cuatro. Nos da un 42 por ciento.

Cuando se le pregunta a los colombianos para medir el subempleo. Les preguntaban hace 5 años: ‘¿Usted está trabajando el número de horas que necesita trabajar?’ Y hoy se les pregunta lo mismo. Hoy hay 4 millones de colombianos que contestan ‘sí estamos trabajando el número de horas que tenemos trabajar’; que hace 5 años contestaban ‘no estamos trabajando el número de horas que tenemos trabajar’. Allí ha habido otro avance en favor de una formalización, en el buen sentido.

Ahora, nosotros no estamos en el plan de que la economía colombiana sea competitiva con bajos salarios. La globalización por esa vía es insostenible. Lo que nosotros estamos buscando, el acuerdo comercial con los Estados Unidos, con Mercosur, con Centroamérica, con Canadá, con la Unión Europea, nuestra esperanza no es competir con bajos salarios. Nuestra esperanza es competir con competitividad, con productividad, con empleos de buena calidad, bien remunerados, con afiliación a la seguridad social.

Entonces, uno tiene que escoger entre una economía competitiva y equitativa o una economía con salarios deprimidos. Nosotros tenemos que hacer el esfuerzo, no para una economía de salarios deprimidos, sino para una economía competitiva con equidad.

Además, la globalización hoy no va a permitir que entren a jugar como actores globales países que quieran competir con salarios de miseria. Todos los días la globalización le va a poner más obstáculos a esa pretensión.

Y en el tema, en ese otro tercer capítulo, que es el social, integrado con este, yo creo que hay aspectos que si el país los profundiza, los sostiene, nos tienen que ir ayudando a superar exclusión, a formalizar.

Déjenme referir a algunos: nosotros nos hemos propuesto tener para el año 2010 plena cobertura en educación básica, un 34 por ciento de cobertura en educación universitaria -no fácil, empezó el Gobierno con el 22, está en el 29, aspira llegar al 34-. Fortalecer la universidad pública y el Icetex al mismo tiempo. En el Icetex hemos pasado de 60 mil beneficiarios de crédito a casi 200 mil. Y aspiramos terminar el Gobierno con más de 350 mil.

El Sena. Yo creo que Colombia tiene hoy en el Sena la mejor institución del mundo latinoamericano en formación vocacional. Yo pregunto, en todos los países latinoamericanos, la más destacada la del Brasil. Y la verdad es que yo me atrevería a apostar que el Sena, hoy, es cabeza en el mundo latinoamericano. Ha pasado de millón 100 mil estudiantes, este año debe tener 4 millones 600. Y acaba de obtener una plataforma tecnológica excelente que le permitirá tener no menos de un millón 200 mil estudiantes permanentes en ambiente virtual, adicionales a la meta de lo que hemos logrado de cuatro millones 600.

Todo eso lo vamos engranando. Hay varios principios en la Revolución Educativa. Uno es pertinencia: orientar la educación para que engrane con la vida social y económica de la Nación, y desde la primera infancia. Otro es la educación por ciclos, con la idea de que al terminar cada fase, cada ciclo, quien se gradúe en ese ciclo esté listo para estudiar el ciclo siguiente o para entrar exitosamente al mercado laboral o de emprendimiento.

Hemos empezado ya unos convenios del Sena con 500 colegios del país, para que los muchachos de esos colegios salgan con estímulo a sus competencias laborales.

Uno de los problemas que hemos tenido en países como el nuestro es que los ciudadanos no gustan de las técnicas y de las tecnologías. Al introducir el esquema de educación por ciclos empezamos a ver hoy más demanda por la técnica y la tecnología, porque este Gobierno ha creado la posibilidad de que quien se gradúe de técnico o de tecnólogo, después pueda entrar a una universidad, completar los créditos y acceder al grado de educación superior. Yo creo que todo eso nos va a ayudar a tener mejores caminos hacia la formalización por la vía educativa.

Ustedes saben que las metas de salud son muy exigentes. Y para ayudar a todo eso déjenme hablar del tema de Familias en Acción, del tema de vivienda y del tema de Banca de Oportunidades.

Hace 5 años este país estaba atendiendo 3 millones 740 mil niñitos en nutrición por parte del Gobierno Nacional. Hoy, nueve millones. Hoy atendemos 6 millones de niñitos en nutrición por Bienestar Familiar y 3 millones, teniendo en cuenta que hay millón y medio de Familias en Acción, cada una con dos niñitos. Los Restaurantes Escolares eran de 122 días; la meta es llegar a 180. Estamos llegando a 140, 142.

Todo eso nos ayuda no solamente a cumplir las metas de cobertura, sino a menor deserción. Y eso, en el largo plazo, lo vemos como un gran camino. Ya no hablarían más que de formalización a una sociedad que supere la pobreza y que construya equidad.

Entonces, viene el tema de vivienda. En la meta de vivienda, que es muy exigente, de 825 soluciones, que yo creo que las vamos a superar con lo que está haciendo el Fondo Nacional del Ahorro, hay un gran porcentaje que es para legalizar predios y se está tramitando una nueva ley que facilita en el Congreso de la República la legalización de predios.

Ahí se encuentra uno con las tesis del profesor Hernando de Soto. Nuestro interés es cumplir rigurosamente esas metas de legalización de propietarios en Colombia. Pero el Gobierno es cuidadoso, cada vez que entregamos un título de propiedad le decimos el beneficiario: ‘Bueno ya tienes el título. Ahora por qué no pasas allí a Banca de Oportunidades para obtener un crédito, a ver cómo avanzas en el tema de microempresa’.

Y entonces ahí entro al tema de Banca de Oportunidades. No es un banco. El Banco Agrario tiene 700 sucursales, mucho y muy poquito para el tamaño del país. Yo quise que no vendiéramos el Banco del Café y dije ‘pues déjemelo para microcrédito’. Me dijeron: ‘Presidente, no alcanzamos. Tiene 280 sucursales en un país tan grande’.

Banca de Oportunidades es un sistema donde estamos comprometiendo a la banca privada, pública, a las ONG, bancos de primero y de segundo piso, organizaciones internacionales, a que todos trabajemos para entregarles crédito a los sectores populares de la Nación.

En el primer Gobierno cumplimos una meta que parecía imposible: un millón 800 mil créditos. Para este segundo Gobierno nos hemos propuesto cinco millones. Ahí estamos luchando todos los días, a ver cómo lo logramos.

Miren, la cartera, en Colombia, de los microempresarios, valía 732 mil millones. A julio de este año valía 5 billones y medio. Representaba el uno y medio de la cartera total del sistema financiero colombiano. Hoy representa el 5 y medio. Yo creo que allí hay un gran avance que finalmente va a terminar en mejorar los ingresos de la gente camino a la formalización.

¿Qué ha visto uno en el microempresario? Cuando el microempresario se estabiliza, primero se tranquiliza el hogar, el cónyuge, la cónyuge ya deja el desespero de tener que salir a la calle a buscar empleo y abandonar los niñitos. Al tranquilizarse el hogar, se disminuye la deserción escolar y se disminuye la deserción universitaria. El programa de microempresa nos ha ayudado mucho a reducir el desempleo de jefes de hogar. El desempleo de jefes de hogar en Colombia en pocos años saltó del 4 al 10 por ciento; ahora está en el 5 y medio. Ojalá lo podamos reducir por debajo del 4.

Es un camino esencial y cómo se encuentran allí la política económica y la política social, como también se encuentran en Familias en Acción y en otros programas. Uno financia un microempresario, resuelve un problema social y económico; él aumenta su capacidad adquisitiva, genera empleo y también aumenta la oferta productiva.

Por ejemplo, Cartagena queda con 42 mil Familias en Acción. El día que se pagan aquí 42 mil Familias en Acción se resuelve un problema familiar, una garantía para que los niños estudien y para que los niños tengan buena alimentación y esos ciudadanos no ahorran esa platica, no la atesoran, la gastan en vestuario, en calzado, en alimentación. Eso tonifica muchísimo la economía.

Por ejemplo, en el programa de microempresas yo veo que hay una relación inmediata entre estímulo social a la demanda y estímulo social a la oferta. De inmediato, de inmediato eso se da. Nosotros tenemos mucha fe en ese programa. Cinco millones de créditos en este Gobierno, dejar una cartera no inferior a 8 billones, que puede representar el 6, 7 por ciento de la cartera total del sistema financiero. Estamos en ese empeño.

Yo creo que eso nos tiene que ir ayudando muchísimo a superar estos altos niveles de informalidad igual pobreza, igual miseria. Y a eso se suma todo el Programa Juntos, dirigido por el Planeación Nacional, el Ministerio de Protección y la Agencia de Cooperación, la Agencia Social.

Me dice la directora de Planeación, la doctora Carolina, que ayer estuvo el subdirector Andrés Escobar con ustedes. Ese programa busca reunir en un grupo de millón y medio de familias colombianas, todas las herramientas sociales que ofrece hoy el Estado.

Entonces, ¿cuál es la pretensión? Que no sea simplemente un problema remedial, de anestesiar pobreza. Sino que les ayude a superar escaños. Y en la medida que las políticas no ayuden solamente a rebajar pensiones sino que sean estructurales y ayuden a que la gente vaya superando escaños, yo creo que van ayudando a que la gente pase de la informalidad a la formalidad.

Ahora, uno no puede pensar en una Colombia con una economía formalizada de grandes empresas. Hay que pensar en las particularidades de este país. Este país tiene más inclinación al emprendimiento que a la subalternidad laboral.

Eso se advierte, eso brota en la piel de la ciudadanía colombiana. Nosotros creemos que esta no debe ser una economía de monopolios estatales ni privados, sino de una gran dinámica de emprendimiento.

Y con todos estos microempresarios no estamos utilizando solamente el crédito sino la capacitación y el acompañamiento. Y eso les abre las puertas al crédito y les va abriendo las puertas al mejoramiento del ingreso y a la formalización.

Yo creo, pues, que hay caminos diferentes al camino facilista de eliminar las cargas al Sena, a Bienestar y a las cajas.

Hago un símil con lo que son las políticas tributarias. En algunos países desarrollados simplemente han bajado tarifas, pero no ha crecido la inversión. Nosotros hemos bajado muy poquito tarifas; lo que hemos dicho es: ‘Le damos estímulos a quien invierta’.

Porque uno no le puede dar, cuando se le baja la tarifa a todo el mundo, se premia por igual al que hace esfuerzos que al que no hace esfuerzos. Lo nuestro es distinto. Lo nuestro premia al que hace esfuerzos, al que cumpla los requisitos de una zona franca, al que haga una inversión productiva, etc.

Si uno simplemente dice: bueno, para crear empleo, eliminemos las contribuciones al Sena, a las cajas y a Bienestar Familiar, yo creo que le quita un costo a los empleadores pero no garantiza, pero no garantiza mayor inversión ni mayor creación de empleo.

Como ha pasado con los países que simplemente han reducido las tarifas tributarias, Cuando eso se hizo en la administración Reagan vino una gran crítica. Yo recuerdo, en la Universidad de Harvard, en el examen de esa crítica y se decía: ‘Mire, aquí ha pasado que mucha gente ha apropiado más utilidad y gastado, ha atesorado más dinero o ha gastado más, pero no ha habido más ahorro ni ha habido más inversión ni más creación de empleo’.

Yo creo que lo nuestro en esas materias va por buen camino. Ahora, un país con las complejidades del nuestro nadie tiene la última palabra. Esto hay que estarlo revisando todos los días. Pero yo sí creo que una institucionalidad que ha logrado Colombia, como las cajas de compensación, el Sena y Bienestar Familiar, no se puede poner a riesgo.

Qué hay que mejorar, sí. Qué hay que mejorar, sí. Yo los invitaría a ustedes a participar en la visión de largo plazo y a tener su capítulo.

De mejor reconocimiento en el país es el Sena y Bienestar. Tiene que poner, usted, así también la salud.

Quería proponerles esto. Estamos trabajando esa visión a largo plazo, Colombia 2019. Quería proponer que las cajas se vincularan a eso con su propio capítulo.

Voy a decirles una cosa que me preocupa. Una de las cosas que me preocupa a mí de las cajas no es que sean tantas, sino es que haya un equipo gerencial por cada caja.

Yo pensaría que de pronto podría haber algunas semifusiones. Sé que ese tema es complicado y controversial, pero cómo no se los propongo para que lo reflexionen.

Qué se les ocurre, después de que han tenido la oportunidad de escuchar al profesor Hernando de Soto, cómo vamos introduciendo ajustes para avanzar en el mejoramiento del ingreso de los sectores más pobres, que es el gran camino a la formalización.

Bueno, ya es 4 de octubre. Yo voy a anunciar una cosa que he venido premeditando en política salarial. Tápese los oídos señora Directora de Planeación. Si estuviera el Ministro de Hacienda le diría lo mismo.

Mire, nosotros vamos a tener que hacer esfuerzos salariales. Hay dos limitaciones: el costo de pensiones y los sectores afectados por la revaluación.

En Colombia no hemos hecho lo que hicieron otros países. En el Cono Sur licuaron pensiones con inflación. Nosotros, con esta crisis pensional, y no hemos reducido el valor de las pensiones y le hemos quedado bien a todo el mundo.

A este Gobierno se le agotaron las reservas para el Seguro Social. ¿Ustedes saben cuánto le trasladamos este año al Seguro Social? Le trasladamos más o menos 4 billones 900 mil millones del Presupuesto Nacional, para que le complete el pago a 650 mil pensionados, a 650 mil pensionados.

Yo creo que la doble calzada Bogotá - Santa Marta nos puede costar 10 billones, 8 billones. Casi con dos años de lo que le pagamos al Seguro Social la haríamos. Sin embrago, el Gobierno ha sido muy responsable para pagarle a los empleados y no vamos a abandonar esa responsabilidad.

Yo estoy pensando que los trabajadores, el Gobierno y los empresarios discutan una fórmula, a ver cómo podemos tener un aumento más generoso del salario, con el buen cuidado de que no nos impacte costo pensional ni nos afecte empresas que han sufrido revaluación.

Porque ha mí me parece injusto afectar al fisco con más costo pensional y afectar a las empresas que han sufrido revaluación. Y también me parece injusto que aquellas que están prosperando no paguen un salario más alto.

A la gente no le gusta el salario diferencial, pero hay ocasiones en que es inevitable. Porque son casos diferentes que hay que tratarlos con soluciones diferentes.

No es el mismo caso de una empresa que esta deprimida por la revaluación, que una empresa que esta próspera. Un sector económico deprimido por revaluación, un sector económico próspero.

Entonces que hay que mantener el aumento salarial bajitico para no afectar a los de la revaluación, pero comete una injusticia con los trabajadores de los sectores económicos que están en prosperidad.

La propuesta que quería hoy lanzarles, aquí, para concluir esta intervención es: pensemos un mecanismo novedoso de ajustar salario sectorialmente, sectorialmente, con indicadores de productividad, para diciembre, para que empiece a regir desde el primero de enero.

Que tenga el buen cuidado de no afectar lo sectores maltratados por la revaluación ni el costo pensional. Y la buena responsabilidad de estimular los salarios en los sectores que han prosperado.

Y una buena noticia, todo esto que se está haciendo, que ha aumentado la tasa de inversión en Colombia, se ve, ustedes la sienten. Ahora me decía el doctor Certaín que él esta creciendo este año al 14 por ciento. Doctor Álvaro José Cobo que el promedio es 12 por ciento de crecimiento de afiliación de trabajadores.

Esta mañana el Presidente de Acoplásticos me dijo: ‘Entre noviembre y diciembre se inicia la construcción de 12 fábricas del cluster’ ¿Cómo se dice cluster en español, Carolina?

No porque el cluster es una concentración de empresas de propietarios diferentes y un conglomerado puede ser de la misma estructura propietaria. Bueno, busquémosle la traducción. Eso es lo que acaba con el Español, que primero traen eso en ingles y…

Doce fábricas del sector petroquímico y de plástico aquí en Cartagena. Eso es formalización. Toda esa gente tiene que tener los trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Buena calidad de empleos.

Doctor de Soto déle unos consejitos a este Gobierno. A ver qué hacemos”.