dónde? De mi recorrido diario por Colombia, de mi contacto con los compatriotas.
Ahora el Ministro de la Defensa refería una experiencia de ayer, donde terminamos la última reunión a las 10:20 de la noche, en El Paso, en el departamento del Cesar. Habíamos hecho otra al final de la tarde en Chiriguaná y la primera del día en Algarrobo, Magdalena. Municipios que durante muchos años fueron afectados por la guerrilla, descuidados por el Estado, después llegó el paramilitarismo a afectarlos tal como los había afectado la guerrilla, y hoy están bastante recuperados en su seguridad, gracias al sacrificio de los soldados y policías de la Patria.
Como lo decía ayer la Alcaldesa de Algarrobo, ella vivió en ese municipio durante muy buena parte de su vida con la guerrilla. Nació estando ese municipio controlado por la guerrilla. Y los últimos 10 años fueron de paramilitarismo hasta hace dos años, cuando se desmanteló el paramilitarismo en esa región del departamento del Magdalena. Y ella registraba ayer, complacida, en medio del alborozo ciudadano, que el municipio está hoy debidamente protegido por la Fuerza Pública, que se ha recuperado la libertad, el espíritu democrático.
Entonces encontramos que hoy no hay paramilitarismo. Y no ha sido fácil. Ver ese poder de los paramilitares hace cinco años, no sé cuál poder era mayor, más desafiante, si el poder de don Manuel y de don Jorge Briceño, alias ‘Mono Jojoy’, desde el Caguán, o el poder de los paramilitares. Era muy difícil ver esa capacidad criminal, esa riqueza mal habida, esa arrogancia, ese cinismo. Era muy difícil pensar que cinco años después estarían los unos, los paramilitares, desmantelados, y los otros, los guerrilleros, debilitados. Pero lo vamos logrando.
En el país uno ve guerrillas, bandas criminales dedicadas al narcotráfico y a la extorsión, pero no vemos delincuencia dedicada a perseguir a la guerrilla. Por esto último decimos que hemos desmantelado el paramilitarismo. Y eso nos da autoridad moral.
Un país que ha hecho todos estos esfuerzos por la democracia, no puede permitir que haya candidatos apoyados por las Farc. En la página de Internet de las Farc, esta semana han apoyado candidatos. ¡Por Dios! Un candidato que esté apoyado en la página de Internet de las Farc, tiene inmediatamente que hacer un pronunciamiento, con toda la drasticidad.
Nosotros no podemos seguir con la combinación de las formas de lucha, que estos bandidos le trajeron al país. Ellos son los culpables del asesinato de los sindicalistas, porque las Farc y el ELN durante muchos años combinaron las formas de lucha. Asesinaban y secuestraban, y simultáneamente penetraban el movimiento obrero, el movimiento estudiantil. Crecían en su actividad criminal. El Estado no los enfrentaba debidamente.
Y llegaron los paramilitares.Entonces los paramilitares decían: ah, este sindicalista es colaborador de la guerrilla, lo asesinaban. Y después vino la venganza guerrillera: ah, este sindicalista es colaborador de los paramilitares, lo asesinaban. Eso nos ha causado una tragedia enorme.
En este Gobierno, gracias a la política de Seguridad Democrática, ha avanzado mucho la Ley de Justicia y Paz, la desmovilización, la reinserción. Ayer hizo una semana, en una reunión con el Ministro del Interior, delegados del Fiscal, el Alto Comisionado, doctor Luis Carlos Restrepo, delegados del Ministro de Defensa, evaluábamos la desmovilización, la Ley de Justicia y Paz, y encontrábamos lo siguiente: 46 mil desmovilizados. Hecho difícil de registrar en otra parte del mundo. Sin antecedentes en Colombia. Más de 10 mil de la guerrilla. El resto paramilitares. En toda la década de los 90, donde hubo unos procesos de paz, se desmovilizaron 4 mil guerrilleros en Colombia. En este Gobierno más de 10 mil.
Pero, miren, apreciados compatriotas: han aparecido 87 mil víctimas. Antes no aparecían, por temor, porque no había quién las atendiera en el Estado. En este proceso han aparecido 87 mil víctimas. Qué desafío tan grande tiene el Estado colombiano para indemnizarlas. El Ministro del Interior, con el Ministro de Hacienda y el Alto Comisionado, están buscando las normas jurídicas para lograr unas conciliaciones y evitar que todo eso se convierta en una cantera de pleitos contra el Estado. Ochenta y siete mil víctimas.
Y confesiones que horrorizan. Contaba el Fiscal que algunos de los sometidos a la Ley han confesado que antes de matar a sus víctimas, les cortaban los dedos, les sacaban un ojo. Y después de asesinar a sus víctimas, les cortaban la cabeza y jugaban fútbol con la cabeza.
Yo salí de esa reunión con tres sentimientos. Sentimiento de dolor, de ver que en mi Patria todavía se estaba dando esa barbarie. Sentimiento de contento, de saber que este es el Gobierno que ha venido desmontando esa barbarie. Y sentimiento de indignación, porque veo que es el Gobierno que ha desmontado esa barbarie y es el Gobierno a cuyo Presidente, infamemente, algunos lo señalan de paramilitar, cuando hemos desmontado esa barbarie.
Y tenemos que saber de dónde viene. Aquí la iniciaron las Farc y el Eln. Trajeron la lucha de clases, la violencia terrorista como acción política, además penetraron la política, y después llegaron los paramilitares e hicieron lo mismo.
En un país que estamos desmontando esto, no podemos permitir que haya permisividad, complacencia, que cohonesten políticos con estas organizaciones terroristas.
Todavía no se conocen las confesiones de la guerrilla. Apenas van a empezar. El Ministro de la Defensa debió presentar la lista de guerrilleros que se han sometido a la Ley de Justicia y Paz, para que sean tenidos en cuenta como postulados por el Gobierno y se les estudie la elegibilidad. Y ellos tendrán que cumplir con el requisito de las confesiones. Esperemos a ver qué se va a dar allí.
Un país que ha sufrido tanto y ha visto en este proceso electoral estos asesinatos de las Farc y otros atentados. Por ejemplo, ayer dinamitaron la sede del Partido de la U en Nariño. Y amenazan y maltratan y pretenden hacer todos los daños. Y sin embargo, tienen el cinismo de decir por quién votar y por quién no votar. Ese bandido de Iván Márquez ya salió a decir que no se podía votar por los amigos del Gobierno. Entonces ellos matan candidatos, matan la democracia, y enseguida salen a decir por quién se puede votar y por quién no se puede votar.
Por eso yo, de manera muy clara (y deploro que el lenguaje político colombiano no sea tan claro en esa materia) les pido a mis compatriotas no votar por candidatos apoyados por grupos terroristas. Les pido a mis compatriotas no votar por candidatos que estén apoyados por la página de Internet de las Farc. Les pido a mis compatriotas no votar por candidatos apoyados por el narcotráfico. Les pido a mis compatriotas no votar por candidatos que no tienen toda la firmeza para rechazar automáticamente, como tiene que ser en los líderes de la democracia, la posibilidad de la compra de votos.
Como lo decía hace algunos minutos: la democracia es un sacramento muy importante de construcción del interés colectivo, y hay que honrarlo con toda la transparencia del comportamiento.
Por eso quienes aspiramos quienes presentamos nuestros nombres a las contiendas electorales, tenemos deberes. Quien sea buen dirigente de la democracia, tiene que preferir perder, antes que pretender ganar con el apoyo de terroristas.
Quien sea buen dirigente de la democracia, tiene que preferir perder las elecciones, antes que financiar su campaña con dineros mal habidos.
Quien sea buen dirigente de la democracia, tiene que preferir perder, antes que albergar la posibilidad de la compra de votos. Quien alberga la posibilidad de la compra de votos, genera toda la desconfianza. Toda la desconfianza.
Y quiero relacionar esto con la confianza. Esta semana, en unos recorridos intensos por muchas partes de la Patria, me decían los compatriotas: “Presidente, bien Familias en Acción, pero necesitamos más”. Y me decían los desplazados: “Presidente, bien Familias en Acción y bien la salud, pero no tenemos vivienda”. Ahí tenemos un enorme déficit. Nos está haciendo falta un billón y medio de pesos más para vivienda.
Todo el mundo reclamando más, y con toda razón. Me decían: “Bien el programa de carreteras 2.500, pero necesitamos más”. Y yo decía: “Lo que hemos podido hacer, que es totalmente insuficiente frente a lo que el país necesita, se ha logrado porque los soldados y policías de la Patria han hecho una gran tarea para restablecer la seguridad”.
Esa tarea ha estado acompañada de una recuperación de la economía, de una disminución del endeudamiento del país (todavía sigue alto), de una disminución del déficit (todavía sigue alto), y de una gran recuperación de la confianza para invertir en Colombia.
Uno lo ve. Antes, de cada 100 pesos que producíamos, se invertían entre 12 y 15 y ahora entre 26 y 28. La semana entrante voy a asistir a Cartagena a ver el principio de construcción de diez nuevas plantas del sector petroquímico, todas para generar empleo de alta calidad afiliado a la seguridad social.
Hace poco asistí aquí a la iniciación en Bogotá de la construcción de unos hoteles, que generan mucho empleo en el proceso de construcción, y después, cuando entran a prestar servicio. Empleo con afiliación a la seguridad social.
Vemos confianza en Colombia. Pero ojo con esto, cuidado con esto, compatriotas: cuando un país se equivoca y elige a personas que no rechazan de manera contundente el terrorismo, que mantienen por ahí espacios para compartir con el terrorismo; cuando un país se equivoca y elige a personas que no tienen toda la contundencia para rechazar la posibilidad de la compra de votos; cuando un país se equivoca y elige a personas que están financiadas por dineros mal habidos, se frena el proceso de recuperación de confianza.
Nosotros vemos hoy una gran confianza inversionista en Colombia. Hay que ver cómo las ciudades colombianas quieren salir adelante, en medio de toda la pobreza que aún nos afecta, pero que la tenemos que superar. Para cuidar la confianza en Colombia, que se recupera, hay que cuidar la transparencia democrática.
Voten ustedes, compatriotas, por quien quieran votar. Ojalá haya mañana, como lo deseamos, la más alta votación de la historia. Al terrorismo hay que derrotarlo apoyando a los soldados y policías de la Patria en todas las horas, y al mismo tiempo acudiendo masivamente a las urnas. Es la invitación que hemos hecho.
Lo que pido es: escojan opciones de candidatos, cualquiera que sea su origen político, pero de candidatos que no tengan la más mínima vinculación con el terrorismo y que tengan toda la fortaleza de personalidad y de carácter para rechazar la corrupción, la posibilidad de la compra de votos, los apoyos de grupos terroristas.
Estos grupos terroristas son cínicos, tramposos. Miren la cantidad de asesinatos cometidos por las Farc en esta campaña. Y sin embargo tienen el cinismo de salir de su página de Internet a apoyar candidatos. O sale ese terrorista de las Farc, el señor Iván Márquez, a decir por quien se puede votar y por quien no.
Y los conocemos. Era yo estudiante universitario, años 70. Y las Farc hicieron llegar a la universidad un panfleto en el que decían que de aprobarse en Colombia la elección popular de alcaldes y de gobernadores, ellos dejarían las armas y harían la paz. Falso. Después de un proceso largo, difícil, el país aprobó la elección popular de alcaldes y la elección popular de gobernadores. Y como lo prueban los hechos, las Farc, en lugar de haber dejado las armas, asesinan a candidatos a alcaldías y a gobernaciones y a concejos y a asambleas. Es sicaria de la democracia.
Este Gobierno tiene autoridad moral para hacer denuncias, porque el país puede comprobar que, gracias a este Gobierno, se ha desmantelado el paramilitarismo.
Y cómo no me va a doler llegar anteanoche a Popayán. Me reúnen los diputados del Cauca. Están con la viuda de un diputado asesinado por las Farc en Corinto hace más de una semana. Me traen una foto de un periódico en la cual esos diputados, que, no obstante pertenecer al oficialismo liberal del Cauca, habían apoyado mi candidatura a la Presidencia en 2006. Y me dicen: “Mire, Presidente, el diputado asesinado, pocos días antes de que lo asesinaran, nos dijo que esta foto que salió en este periódico, en la cual aparecemos unos diputados del oficialismo liberal apoyándolo a usted como candidato a la reelección en 2006, algunos malquerientes la enviaron a las Farc para incitar al crimen.
Y las Farc citó a este señor y él no fue. Y este señor nos dijo: ‘Estoy en alto riesgo, porque no acudí a una cita con las Farc y porque apoyé a Uribe’. Y efectivamente, después de que él dijo eso, a los pocos días lo mataron en Corinto. Y allá siguen unos diputados amenazados. Anteanoche lo veíamos, para proporcionarles toda la seguridad en el departamento del Cauca.
Y hay que cuidar mucho el discurso. Porque no puede ser que haya políticos que lo único que se les ocurre, allá en el Cauca, como argumento para desacreditar a sus competidores, es decir que sus competidores son amigos de Uribe y que son paramilitares.
Eso se convierte en una alianza criminal entre el discurso de políticos y los fusiles del terrorismo. El discurso del político hace esa acusación, y esa acusación llega al oído del terrorista, y el terrorista inmediatamente apunta el fusil a asesinar combatientes de la democracia.
Que mis compatriotas voten mañana masivamente, por quien quieran, no importa el origen político de los candidatos, pero por candidatos que no tengan ninguna relación con el terrorismo. Por candidatos a los que no les tiemble la voz para rechazar el apoyo del terrorismo.
En Colombia no podemos ser neutros contra el terrorismo. A mí sí que me preocupa que senadores de la República, digan que ellos no están contra grupos terroristas. De acuerdo con la severidad de la doctrina penal que ahora se aplica en Colombia, deberían estar también incursos en investigación criminal. Porque uno como senador de la República, tiene la obligación de estar en contra de todo aquello que sea delito.
Eso es muy mal precedente y muy mal ejemplo para nuestra Patria, que en esta campaña senadores de la República digan que no están en contra de organizaciones terroristas y que simultáneamente esas organizaciones terroristas aparezcan apoyando su página de Internet a candidatos que están en la misma agrupación política de los senadores que no son capaces de enfrentar esas organizaciones terroristas. Eso es muy grave para Colombia.
Voten, compatriotas, por la opción que quieran. Hay muchas. Casi 87 mil candidatos, más de 250 orígenes políticos. Aquí me lo entregaron esta mañana: 286 orígenes políticos. Eso no tiene antecedentes. Hay mucha gente buena para escoger. Pero, por favor, cuidemos el proceso de recuperación de la confianza en nuestra Patria. Cuidemos ese proceso. Nos falta mucho, pero bastante vamos logrando. Y para cuidar ese proceso, no vamos a incurrir en el error de votar por personas incapaces de rechazar el apoyo terrorista, por personas incapaces de rechazar fulminantemente, como tiene que ser, la posibilidad de la compra de votos.
Les agradezco inmensamente al Registrador, al Defensor, a los consejeros del Consejo Electoral, a los magistrados que nos acompañaron durante unos minutos esta mañana. Al Ministro de la Defensa, a los Altos Mandos, al Ministro del Interior, a mis compañeros del Gobierno, a los funcionarios de la Registraduría.
Y vamos a tener mañana unas justas electorales que sean motivo de orgullo para Colombia. Porque también encontramos esta semana mucha gente agradecida. Mucha gente agradecida diciendo: “Mire, podemos ir a sitios donde jamás habíamos pensado que podríamos llegar a hacer campaña política”. Esto es un gran avance. Nos duele el asesinato de esos 20 candidatos, nos duelen los atentados contra sedes políticas, pero también registramos el gran avance que se ve en el país.
Un país que hace cinco años había sido puesto en prisión, entre las Farc, el Eln y los paramilitares, y que hoy, gracias a Dios, ha recuperado ampliamente sus libertades, a pesar de que nos falta para derrotar el terrorismo.
El Ministro de Defensa y el General Freddy Padilla esta semana comunicaron un operativo militar, de una extraordinaria eficacia, contra las Farc en el Caribe colombiano. Contra un grupo de las Farc que tuvo secuestrado al Canciller seis años. Contra un grupo de las Farc que tenía secuestrado al Caribe colombiano. Para ir de Cartagena a Sincelejo, la gente no podía ir en carro. Se había acabado el turismo en la Costa Atlántica por ese grupo. Un grupo con todo el cinismo criminal, que ordenaba asesinar a colombianos todos los días. Recuerdo el asesinato de nuestros infantes de Marina, hace año y medio, causado por ese grupo.
Compatriotas, cualquiera de ustedes que quiera visitar los pabellones de sanidad de nuestros hospitales, encontrará allí a los infantes, a los policías, a los soldados mutilados por las minas antipersonal de ese grupo.
Una acción muy eficaz, muy bien planificada por el Ministro y los Altos Mandos, encabezados por el General Padilla de León y el comandante de la Fuerza Aérea, el General Ballesteros, permitió certeramente acabar con ese grupo de las Farc.
Estos individuos de las Farc tienen que pensar si van a seguir derramando la sangre de los colombianos y exponiéndose a que la Fuerza Pública los tenga que dar de baja, o si van a hacer la paz.
Es que también uno piensa lo siguiente: ¿cuántos guerrilleros de los que han sido dados de baja por las Farc, cuántos de esos guerrilleros fueron llevados allá engañados? ¿Y qué encontraron? Finalmente encontraron la muerte. Porque ellos, por dedicarse al secuestro y al terrorismo, obligaron a la Fuerza Pública a perseguirlos, a buscar capturarlos o a darlos de baja.
Y quiero finalmente llamarle la atención al país sobre esto: la nueva trampa de las Farc. Primero la denuncia permanente de sus voceros políticos era: “El Gobierno de Uribe es paramilitar”. Esa denuncia se les está acabando, porque este es el Gobierno que ha desmantelado el paramilitarismo. Ahora la nueva defensa, lo que quieren armar para frenar la política de Seguridad Democrática, es que la Fuerza Pública hace ejecuciones extrajudiciales, esto es, que les da de baja a guerrilleros, fuera de combate.
A San Francisco, Antioquia, volví después de diez años. Y volví a lo mismo a había ido hace diez años: a defender la democracia. Y hace diez años, mientras defendía allí la democracia como Gobernador de Antioquia, en una víspera electoral, en un atentado contra mí, del Eln, asesinaron al padre Antonio Bedoya, que me acompañaba.
En San Francisco, Antioquia, esta semana recibí los siguientes testimonios: estos bandidos de las Farc están llegando a asesinar a los candidatos a la democracia. Van dos o tres bandidos. Allá iba una comisión de tres, entre ellos una mujer, ya plenamente identificados. No van vestidos de camuflado, van vestidos de civil. Llegaron a la casa de un campesino, zona rural, preguntaron por él, salió tranquilamente, y los vio de civil. Lo separaron 50 metros y lo asesinaron.
Entonces miren cómo van engañando a todo el mundo. Si el campesino sabe que por ahí hay una gente de camuflado, pues se esconde, corre, va a buscar a la Fuerza Pública. No. Llega un grupito de tres personas, de civil, aborda al campesino y lo asesina.
Y cuando el Ejército los persigue y los da de baja, inmediatamente salen a decir: “Véanlos, estaban vestidos de civil, son campesinos, el Ejército simplemente vino y los mató”. Y denuncian al Ejército por violación de derechos humanos, por ejecuciones extrajudiciales. No podemos permitir que prospere esa nueva trampa de estos bandidos de las Farc.
Y cínicos. En un periódico alemán de esta semana hacen publicar un pedido a la Unión Europea para que les levante el señalamiento de terroristas, amenazando con que va a ver nuevas fosas comunes.
Cínicos. Esos bandidos no hacen la paz por devoción a la paz. La hacen por necesidad. Por eso tenemos que seguir, con mucha fortaleza, con la política de Seguridad Democrática. Y no permitir que haya dirigentes de la política, alcaldes o gobernadores, que tengan ese tipo de debilidades, ese tipo de permisividades con el terrorismo.
A todos, muchas gracias. Y estaremos atentos sobre el buen suceso de este proceso electoral”.
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