Septiembre 13

Palabras del Presidente en la instalación del Foro Expogestión 2007

Bogotá, 13 sep (SP). “En primer lugar, quiero felicitar a todos los que en buena hora han puesto en movimiento esta gran tarea, de cuyos beneficios para la Patria nadie duda: los esfuerzos del sector privado y los esfuerzos del sector público.

El entusiasmo de personas como Gustavo Mutis, Ramón de la Torre, Francisco Díaz, Hernando José Gómez; el entusiasmo de mis compañeros de gobierno, encabezados por Fabio Valencia, Luis Guillermo Plata, Carolina Rentería. Y además, quiero destacar el hecho de la vinculación de las regiones  colombianas en este proceso.

Es lo normal. Un país que en América Latina se destaca, a pesar de las dificultades, por ser un país de regiones, un país de ciudades, un país que puede tener un crecimiento equilibrado entre muchas diferentes regiones.

Permítanme empezar por una palabra clave, que considero para Colombia: confianza.

Si ustedes me dijeran ¿qué es lo que el Gobierno busca, en una palabra? Confianza de todos en Colombia. Más que confianza en un líder, más que confianza en cada persona, confianza de todos en Colombia. Ese es nuestro afán.

Por supuesto, el tema necesita un preámbulo político. Hoy hay que hacer unas redefiniciones políticas en América Latina, no se pueden ignorar.

En algún momento nos adormecimos, creímos que la historia se había estancado, que ya estaba totalmente definido el rol del Estado, y que estaba totalmente asegurada la participación del sector privado. Pero los procesos dinámicos de la política latinoamericana muestran que ello no es así, y por eso estamos obligados a volver sobre el modelo político.

El papel del Estado, el papel del sector privado, los elementos ideológicos, los valores, los objetivos de los gobiernos.

El papel del Estado. América Latina, durante un tiempo, entró en la moda de desmantelar el Estado, y ahora, parecería crecer la moda del estatismo. Colombia no está ni en lo uno, ni en lo otro.

Nosotros reformamos el Estado sin desmantelarlo, y no entramos en el estatismo. Le damos todo el espacio a la iniciativa privada, con responsabilidad social.

Pudimos haber dejado que se siguiera desmantelando el Estado, vía desaparición de empresas, pero nuestro camino ha sido el de reformarlas. En lugar de permitir que los hospitales públicos se mueran por falta de recursos, por exceso de prestaciones laborales, por falta de productividad, hemos reformado entre las 419 entidades reestructuradas hasta ahora, 190 hospitales públicos.

Se decía que podíamos dejar morir a Telecom, que el sector privado lo reemplazaría, que ¿para qué Paz del Río?, que a eso también se le debería extender partida de defunción. Nos hemos dedicado a reformarlo.

Creíamos que era necesario tener una participación del Estado importante en el sector de las telecomunicaciones, y la empresa nueva ha logrado superar todas las dificultades en materia pensional de la anterior, estar al día con los trabajadores, tener lo que le faltaba a la anterior: músculo de inversión,

Ensayamos en Paz del Río un modelo de gran trascendencia para el país: el tránsito del sindicalismo meramente reivindicatorio, de los excesos sindicales, a un sindicalismo de participación. Con responsabilidad social y con responsabilidad gerencial se logró un gran acuerdo, que incremento la participación de los trabajadores, redujo la carga pensional, incremento la productividad, hizo que asomaran luces de que la empresa podía ser altamente competitiva; se atrajo al capital internacional, y hoy está en pleno proceso de convertirse en una de las siderúrgicas más importantes del mundo.

En esta primera etapa pasará de producir 300 mil toneladas al año, a producir más de un millón de toneladas al año. Asegurado el ingreso pensional y asegurado el ingreso de los trabajadores en Boyacá.

Hace 5 año, y ustedes apreciados compatriotas, me hubieran preguntado: “¿van a hacer la reforma laboral, va a hacer la reforma pensional de Ecopetrol?” Yo les habría dicho: “lo vamos a intentar”. Si me hubieran preguntado. “¿vamos a capitalizar a Ecopetrol?” Les habría dicho: “no lo veo posible”.

Quienes conocimos los antagonismos ideológicos, los fanatismos ideológicos, veíamos imposible avanzar en un proceso, como el que vive hoy, de participación ciudadana a través de la capitalización de Ecopetrol, para lograr en la empresa, una de las más importantes del mundo.

Lo quiero anotar al oído de todos ustedes, compatriotas, y muy especialmente al oído de los doctores Mutis, Ramón de la Torre y Francisco Díaz, un punto: estas reformas han venido venciendo fundamentalismos ideológicos que ayudan a que el país sea un país mejor enrutado en el camino de la productividad y en el camino de la competitividad.

Competitividad

Cuando se habla de los obstáculos a la competitividad, anoto que se ha omitido un obstáculo que ha tenido Colombia: el de los radicalismos ideológicos, que nos dejaron las guerrillas marxistas, y que en su incursión en los sectores político, periodístico, estudiantil, dejaron una huella que tenemos definitivamente que superar en Colombia.

Eliminar esos radicalismos ideológicos en nuestra Patria, es una necesidad en nuestra Patria, y confío que estas reformas contribuyan a ello.

Tampoco estamos en el estatismo. En América  Latina se daba por seguro que el sector privado en toda parte tendría un formidable futuro. La aparición política del estatismo, que crece en la región, ha puesto en duda eso que se consideraba ganado.

Nosotros creemos en el sector privado, en la necesidad de darle toda la confianza; en un sector privado con responsabilidad social, en una economía no de monopolios estatales, no de monopolios privados, sino en una gran economía de dinámica de emprendimiento.

Y cuando se habla de indicadores internacionales, es bueno recordar que hace poco, una fundación privada internacional que califica la dinámica de emprendimiento de los países, dijo que Colombia ocupa hoy el segundo lugar  de dinámica de emprendimiento en los países de su mismo nivel de desarrollo.

Iniciativa privada con responsabilidad social. Y hablamos de la responsabilidad social en tres expresiones: primera, la transparencia, en las relaciones entre los inversionistas y el Estado. Transparencia en la asignación de los contratos, de lasa concesiones.

Algo muy importante: transparencia en la solución de las disputas. Lo ha vivido este Gobierno, era muy difícil resolver las disputas: 21 que encontramos en el sector de telecomunicaciones, todas las concesiones viales en disputa, porque los funcionarios se morían de miedo de adelantar conciliaciones, por los organismos de control, y al mismo tiempo en la ciudadanía había una gran suspicacia, una gran tendencia a pensar que detrás de cada conciliación había una decisión de corrupción. Transparencia en esas relaciones entre el Estado y los inversionistas.

Una segunda expresión de responsabilidad social: la solidaridad de los inversionistas con las comunidades. Una especie de obligación ultralegal, ir más allá de la atención del cliente, del cumplimiento de los compromisos con los trabajadores y preocuparse por la comunidad, entendida la Ley como un mínimo, y entendida la responsabilidad social como algo que supere ese mínimo.

Las fundaciones que vemos florecer en el sector privado, cumpliendo compromisos de gran trascendencia con la comunidad son una expresión de esa segunda manifestación de responsabilidad social

Y una tercera expresión de responsabilidad social, que me parece fundamental en la visión de largo plazo del país, que me parece fundamental, apreciados compatriotas, en la tarea de crear confianza para la productividad, para la competitividad: las relaciones laborales.

No de capitalismo salvaje, no de odio de clases, que tanto daño ha hecho, sino de fraternidad. Creo que es un punto esencial en esa visión de largo plazo.

Izquierda y derecha

Me parece también preocupante, estancarse en la división que se ha querido impulsar en América Latina entre izquierda y derecha. Era válida cuando desde la derecha se defendían las dictaduras y desde la izquierda, que había tomado los valores de la izquierda europea, se enfrentaban estas dictaduras. Cuando se piensa que toda América Latina va a girar alrededor de la democracia, esa división empieza a ser obsoleta, es impractica.

A la hora de la verdad quienes posan de izquierda, tienen unos modelos de gobierno más parecidos a lo que calificaba en la antigua derecha. Y hay más diferencia en los discursos de campaña, que en las realidades de gobierno.

Lo que parecían valores excluyentes, hoy son convergentes. Por eso nosotros hemos venido trabajando una democracia con cinco valores, una democracia moderna, en lugar de estancarnos en la discusión entre izquierda y derecha; una democracia con Seguridad Democrática, con respeto a las libertades, con construcción de cohesión social, con búsqueda de transparencia y con respeto al Estado formado por instituciones de relativa independencia, que también deben colaborar armónicamente cuando se trata de los fines superiores del Estado y de la sociedad.

Y allí aparecen valores que en algún momento daban la sensación de que eran excluyentes. Cuando se reclamaba la seguridad se decía que era una categoría de la derecha, pero también la izquierda la reclamaba para poder ejercer sus libertades políticas.

Cuando se hablaba de libertades se decía: “es una aspiración burguesa para perpetuar las relaciones de explotación”. Pero también se reclamaban las libertades de la izquierda, para poder ser alternativa de gobierno.

Cuando se hablaba de la seguridad, se proponía como una categoría excluyente con la cohesión social. Hoy seguridad y cohesión social son factores mutuamente dependientes, la seguridad posibilita la cohesión social, la cohesión social legitima la seguridad.

Confianza inversionista

Y trabajando en este conjunto de valores democráticos tenemos tres proposiciones básicas de Gobierno: consolidar la Seguridad Democrática, consolidar la confianza inversionista y cumplir las metas de política social.

La Seguridad Democrática y la confianza inversionista son los presupuestos que permiten las metas de políticas social, que las cumplamos, para superar pobreza y construir equidad.

Sin Seguridad Democrática y sin confianza inversionista, la política social se reduce al discurso de resultados pobres, se reduce simplemente a la pretensión de distribuir más pobreza en nombre de una falsa asunción de equidad.

Un país que ve que empieza a tener confianza inversionista, un país que ve que empieza a tener incremento del ingreso, como acaba de presentarlo el doctor Francisco Díaz, es un país que puede entrar en un camino de prosperidad, que hace que la política social sea una política que permita derramar, distribuir prosperidad, y no simplemente un discurso que conduzca a más miseria.

Y a su vez, como lo he dicho, esa confianza inversionista y esa política de seguridad se legitiman en la medida que se vayan dando los resultados sociales.

Para   nosotros es más importante la confianza inversionista que el crecimiento de corto plazo. Puede haber un crecimiento un año y al siguiente no.

Se descubre un pozo petrolero, se explota, crece la economía, se agota, decrece la economía. Sube temporalmente el precio de un producto básico, se tonifica la economía, crece, se estabiliza, regresa a la normalidad el precio de ese producto básico, decrece la economía.

Cuando hay confianza inversionista se logra un horizonte de crecimiento vigoroso de largo plazo, cuando el doctor Francisco Díaz pregunta: ¿este crecimiento es un accidente o lo vamos a sostener en el largo plazo? Para sostenerlo en el largo plazo hay que tener confianza inversionista. Y la venimos logrando. Cuando uno mira los indicadores de inversión extranjera directa, encontramos que por tercer año estamos teniendo ya un alto nivel de inversión extranjera directa. Si las cosas se comportan como sucedieron en el primer semestre, el país puede tener este año una inversión extranjera directa superior a 8 mil millones de dólares.

Con dos factores bien importantes: primero, está distribuida en muchos sectores. Eso es bien interesante. Y segundo, se ha cuestionado mucho la participación de la inversión extranjera en las empresas colombianas. Lo que uno observa es que esa participación es muy buena, porque no ha venido solamente a comprar acciones de las empresas colombianas, sino que están invirtiendo para crecerlas, para modernizarlas, para incrementarles la productividad, para incrementarles la competitividad.

Y los recursos que han pagado los inversionistas extranjeros para comprar acciones de las empresas colombianas, porque hay confianza en el país, se han quedado en el país y han ayudado mucho a tonificar la economía.

Yo señalo que una de las causas de la recuperación vigorosa de mi ciudad de Medellín es que la inversión extranjera que ha llegado allí ha venido incrementando la productividad, la competitividad, y que los dineros que pagaron para comprar parte de esas empresas se han quedado girando en la economía local, dándole vigor a la economía local.

Y hemos logrado recuperar mucho la tasa de inversión. Hace cinco años de cada cien pesos que producíamos, invertíamos 12 – 15, hoy invertimos 25 – 27. El sector privado invertía 6 y medio, hoy invierte 19 – 21, eso hay que sostenerlo. Eso ha sido posible por unos hechos, y hay que sostenerlo a través de unas acciones.

Para hacerlo posible ha sido muy importante la Seguridad Democrática, que exige perseverancia. A mí me asustan cada rato y me dicen: “ya se va a devolver el ciclo, ya se va a acabar el ciclo de seguridad y ahora va a venir el ciclo, ahora el péndulo va a regresar a la dialogitis con los violentos”.

Anoche yo decía en el consejo de seguridad: “No puede ser que el ciclo nos mueva, somos nosotros los que tenemos que mover el ciclo. Si perseveramos en la Seguridad Democrática, por más que algunos deseen que el ciclo retorne a la permisividad con los violentos, si perseveramos en la Seguridad Democrática, sin duda vamos a contribuir a que se siga cimentando esa confianza inversionista, a contribuir a esa bonanza de confianza.

Cuando uno rápidamente repasa lo que ha sido la Colombia del último siglo, encuentra que el país ha tenido bonanzas puntuales y ahora tiene la posibilidad de una bonanza general de confianza.

Bonanzas puntuales. Cuando se recibió por parte del gobierno del general Pedro Nel Ospina la indemnización por Panamá, una inversión de 25 millones de dólares en la época de gran trascendencia.

Cuando empezó el proceso de sustitución de importaciones, dada la dificultad de importar algunos bienes, porque los países donde se originaban entraron en la guerra.

Bonanzas cafeteras en los gobiernos de los presidentes Rojas Pinilla, Alfonso López Michelsen y Belisario Betancourt.

La bonanza por los descubrimientos de Caño Limón, de Cusiana, de Cupiagua.
La bonanza por la inversión en los canales privados de televisión. La bonanza por la inversión en la telefonía móvil.

Hoy uno encuentra que hay una bonanza de confianza que se traduce en altas tasas de inversión en Colombia, que tenemos que hacer sostenibles.

¿Qué más ha incidido en ello? El concepto de Estado, que hay que resaltarlo hoy en América Latina.

A uno le preguntan mucho: “¿bueno y ustedes piensan como tal país en materia de estatismo? ¿y ustedes qué papel le dan al sector privado, qué seguridad le dan al sector privado?”. Volver, volver permanentemente sobre el modelo garantista a la inversión privada con responsabilidad social genera confianza.

El tema fiscal

Genera confianza y ustedes lo han dicho: trabajar por la salud fiscal de la Nación. Hemos avanzado, yo creo que la reducción del déficit, la reducción del endeudamiento, deben dar confianza.

En muy pocos años, y eso era para mi motivo de gran preocupación, este país pasó de una situación de equilibrio, a un déficit fiscal que en agosto de 2002 estaba en el 4.2.

Cuando terminó la administración Barco, este país estaba prácticamente en equilibrio. Hoy el déficit consolidado está en el 0.7, pero todavía es muy alto el déficit del Gobierno Nacional Central, que si se suma lo declarado en 2002, más lo que significó el agotamiento en las reservas del Seguro Social, subió al 7 y medio (por ciento), todavía el año pasado estuvo por encima del 4 (por ciento). Ahí tenemos una lucha que dar muy intensa.

El adeudamiento. Este país en pocos años pasó de un endeudamiento público del 16 por ciento del PIB, a un endeudamiento que en agosto del 2002 era de 48 - 50 por ciento del PIB, todavía está en el 28.

Hay que mantener muy claro el objetivo de la salud fiscal de la Nación, y por eso hay que tener mucha firmeza en decisiones que generan desgaste. Yo celebro que en medio de protestas, de controversia, de unos meses desgastantes para el Gobierno, el Congreso de la República hubiera aprobado el nuevo acto legislativo de transferencias, que estimula la descentralización sin arruinar a la Nación.

Políticamente habría sido más fácil en el corto plazo no dar ese debate, simplemente decir: regresamos a la fórmula Constitucional del 91, impagable, ruinosa de la Nación, pero es preferible dar el debate, asumir los desgastes y obtener decisiones que generen confianza en el largo plazo, así en el corto plazo obliguen a enfrentar tanta controversia.

Y esto es bueno repetirlo: yo no se qué le estuviera pasando a la tasa de interés, a la confianza inversionista en el país, si el Gobierno, por evitar una controversia, por ganarse un aplauso, hubiera cedido y hubiéramos aprobado regresar a la norma del año 91.

Por eso, el Gobierno en todas partes tiene que decirles a los colombianos: no podemos aceptar el refrendo con el cual ahora se quiere derogar esta decisión del Congreso de la República y nos quieren forzar a regresar a la fórmula impagable de la Constitución del 91.

Y se dice: “es que marchitaron la descentralización”. No es así. La fórmula adoptada crece las transferencias a las regiones, tiene un periodo de transición hasta el año 2016, a partir del cual las transferencias a las regiones crecerán de nuevo de acuerdo con el incremento de los ingresos corrientes de la Nación.

¿Por qué ese periodo de transición? Por la carga pensional, porque solamente el cálculo actuarial de los profesores de básica y secundaria supera los 37 billones. Porque cuando miramos la obligación pensional con las universidades públicas, y empezamos con la Universidad Nacional de Colombia, el cálculo actuarial está alrededor de 4 billones, que lo tendrá que pagar en su totalidad la Nación.

Y este es un país descentralizado. Eso hay que recordarlo en este foro, donde ustedes en buena hora han invitado a las regiones.

La República Federativa del Brasil, república federativa, como su nombre lo indica, presenta el siguiente resultado en materia de participación en el gasto público: las regiones gastan el 30 por ciento y el gobierno central el 70 (por ciento).

Colombia, es el país más descentralizado de la región. Aquí las regiones gastan el 51 - 52 por ciento del total del gasto público, y el Gobierno Central el 48 (por ciento), sin tener en cuenta los gastos extraordinarios, las inversiones extraordinarias, que en un alto porcentaje financia la Nación y ejecutan las regiones. Los transmilenios, que hoy construimos en 8 ciudades colombianas, son un ejemplo, y que se empezarán en otras 10 ciudades colombianas.

Por ejemplo Bogotá, hace cinco años tenía 32 kilómetros, hoy tiene 84 y está licitando nuevas fases. El Gobierno Nacional aporta el 70 por ciento, como lo aporta en todas las otras ciudades colombianas, pero hay descentralización en la ejecución. El gran responsable de la ejecución, en este caso, es la autoridad distrital, en las otras ciudades colombianas la autoridad municipal.

Nuestra mayor contribución, el legado que queremos dejar a la salud fiscal de la Nación como factor de confianza, es la reforma administrativa. Esa reforma administrativa genera mucha polémica política, ya me refería a los casos de Paz del Río, de Ecopetrol, de Telecom, 190 hospitales reformados, pero tenemos que seguir la reforma hasta el último día de Gobierno.

No es fácil acometer una reforma del Instituto de los Seguros Sociales en Bogotá, justamente en víspera de elecciones, pero esas son las responsabilidades que los gobiernos no pueden eludir, que tienen que enfrentar.

Reitero ante ustedes el compromiso de que hasta el último día de Gobierno estaremos trabajando en la reforma del Estado, para que nuestro Estado no dependa de la politiquería, para que nuestro Estado no esté asfixiado por los excesos sindicales, para tener unas agencias del Estado que le presten mejor servicio a las comunidades, más transparentes, más austeras, con mejores niveles de productividad, con mayor capacidad de contribuir a la competitividad del país, con mejor buen Gobierno, y les ruego: cada que piense en una reforma del Estado, pensar en lo que se gana en buen Gobierno en las entidades reformadas.

Permítanme citar este ejemplo: Cuando estábamos en al reforma de Telecom, el sindicato me decía: “Presidente ¿pero por qué le asignan toda la responsabilidad al sindicato? Nosotros pedíamos, pero los Gobiernos nos concedían. Además la empresa estuvo sobrecargada de personas que venían aquí a completar la jubilación o a mejorarla”. Y tenía razón el sindicato.

Estas reformas acaban con la politiquería, acaban con los excesos sindicales, son un seguro de buen Gobierno, como se ve hoy en todas estas empresas  reformadas. Ya nadie pide un puesto clientelista en Telecom. Todavía piden puestos en la junta de Ecopetrol. En adelante habrá que decir: “¿ya le consultó a los otros 200 mil accionistas?” Y lo mismo se podrá decir en las clínicas del Seguro Social en todo el país.

Para la competitividad nacional es fundamental la reforma del Estado, que lo es para la salud fiscal de la Nación. Hoy esa reforma le ahorra al presupuesto nacional un punto del PIB cada año.

Incentivos tributarios

Hemos utilizado los incentivos tributarios para estimular la confianza inversionista.

El país era muy adverso a ello. La academia económica, los analistas en la prensa, sectores de la política. Primero se introdujeron temporalmente en nuestra reforma de 2002, y el debate del año pasado contribuyó a convertirlos en permanentes. Que bueno que esos incentivos tributarios estén hoy contribuyendo a aumentar las tasas de inversión en Colombia.

Algo bien importante es la nueva figura de las zonas francas. Ha tenido demoras en la reglamentación, pero confía que ya en los próximos días tenga una reglamentación en firme, estable, que le de toda la confianza a los inversionistas.

Unas zonas francas ya no dependen de la vocación exportadora de la empresa que allí se instale, sino de su compromiso con el encadenamiento productivo, con la inversión y con la generación de empleo, donde se introdujo la figura del monsuario y la tarifa de renta del 15 por ciento.

El Congreso, no de manera fácil, aprobó la Ley que le permite al Gobierno celebrar pactos de estabilidad con el sector privado. Confío que en la intervención del ministro (de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo) Plata, él se refiera al tema, y que este año terminemos con buena cantidad de pactos firmados con los inversionistas privados.

Nos hemos comprometido con el sector privado a seguir buscando mecanismos complementarios que den certeza, seguridad en las reglas de juego.

Los tratados de comercio, a los cuales también habrá de referirse el Ministro Plata.

Y cuando ustedes se preguntan: “bueno, ¿y cómo se va a hacer perdurable el crecimiento, la confianza inversionista? Nosotros estamos dispuestos a trabajar con renovados esfuerzos hasta el último día de Gobierno, en muchos aspectos: primero, en pulir, en debate democrático con los colombianos, la visión de largo plazo.

He pedido a la señora directora de Planeación, que el próximo paso sea que esa visión tenga un anexo de cada departamento colombiano y de cada ciudad capital. Todos comprometidos en esa visión de largo plazo.

Segundo: la política de competitividad. Ese esfuerzo tan grande liderado por el doctor Fabio Valencia, sembrarlo profundamente en el Estado, para que no sea calentura de unos años de Gobierno, sino para que se siembre en la conciencia de los colombianos.

Su integración con el sector privado, su integración con las regiones, la sincronía de la política de competitividad, con la agenda de competitividad, con el Plan Nacional de Desarrollo, y estos dos en sincronía con la visión del segundo centenario.

Educación

La política de educación: en este Gobierno, plena cobertura en educación básica, 400 mil niñitos de sectores vulnerables en primera educación.

Empezamos nuestro primer Gobierno con una cobertura universitaria del 22 (por ciento), llegamos al 29 (por ciento), aspiramos terminar con el 34 (por ciento).

El Icetex empezó nuestro Gobierno con 60 mil usuarios de crédito, transformada la entidad aspiramos terminar nuestro segundo Gobierno con 360 mil usuarios de crédito.

Hemos introducido medidas de apoyo a la educación virtual, creemos que es uno de los mecanismos para avanzar en cobertura y en calidad. Ya los profesores no se nombran por recomendación política, se nombran por mérito.

Además de las pruebas tradicionales a los bachilleres, están las pruebas a los egresados universitarios, las evaluaciones a los profesores y bien importante, el observatorio laboral a los egresados universitarios.

Aspiramos terminar este Gobierno con un ciento por ciento de los programas universitarios con acreditación de calidad, y con un 25 por ciento de los programas universitarios con acreditación de excelencia.

El Sena les llegaba a un millón 100 mil colombiano al año. Este año les llegará a cuatro millones 460 mil colombianos.

En agosto  el Sena ya accedió a su nueva plataforma tecnológica. Tendrá permanentemente no menos de un millón 200 mil ciudadanos estudiando en ambiente virtual. Y en apoyo a la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, nos ayudará para poder lograr ampliar las coberturas, vía educación virtual en zonas remotas como el Pacífico de la Patria.

Ha pasado el Sena de cinco millones de horas de enseñanza, a 16 millones de horas de enseñanza. Tiene que seguir mejorando el índice de empleabilidad. Estaba en el 40 ya supera el 60 y seguir creciendo el Fondo Emprender y lo mismo, el número de colombianos en contrato de aprendizaje.

Creo que hay que insistirle muchísimo al tema del contrato de aprendizaje. La reforma laboral nos ha permitido pasar de 20 mil aprendices a 100 mil. Pero estoy preocupado porque en el último año y medio encontramos un estancamiento.

Se flexibilizó suficientemente el contrato de aprendizaje en la reforma laboral de 2002 y hay que darle una gran fuerza en los años que vienen, para poder sostener la confianza inversionista.

Ciencia y tecnología

Esta el tema de ciencia y tecnología, donde tenemos un gran atraso. Nosotros aspiramos que al final del Gobierno estemos cerca del uno por ciento de inversión en ciencia y tecnología. Objetivo muy difícil de cumplir, y que de cumplirlo será insuficiente para las necesidades del país.

La senadora Martha Lucia Ramírez y el Representante Jaime Restrepo Cuartas, han presentado un proyecto de ley muy importante para estimular ciencia y tecnología.

Yo no creo que la solución sea crear ministerios. Hoy algunos proponen crear el Ministerio de Ciencia y Tecnología, otros el Ministerio de la Familia, otros el Ministerio de Deporte, otros dicen que hay que volver a dividir el Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia, que hay que volver a dividir el Ministerio de la Protección Social y el Ministerio del Trabajo.

Yo no creo que la solución del país sea crear nuevas entidades burocráticas. En una discusión que hemos venido dando en el Consejo de Ministro, se le va a proponer a los honorables senadores y representantes interesados en el tema, que Planeación Nacional se convierta en la Dirección de Planeación de Ciencia y de Tecnología; que se fortalezca Colciencias como uno de los actores, que se le den todos los instrumentos para ser el gran coordinador; que se agilicen las transferencias del presupuesto nacional y las transferencias del Sena.

Y que sin amarrar nuevas rentas, sin más rentas especificas que le introducen tanta inflexibilidad al presupuesto, haya un compromiso de una escala gradual de incremento de  recursos para ciencia y tecnología, que nos permitan la visión de algunos años, llegar al uno y medio por ciento del PIB.

Confío que a partir de la propuesta de la senadora Martha Lucía Ramírez y del Representante Jaime Restrepo, y de estas reacciones del Gobierno, podamos al final de la legislatura entregar una muy ley en materia de ciencia y tecnología.

Infraestructura

Hay gran preocupación de los colombianos por el tema de infraestructura. Dicen: “Bueno, no vamos a poder sostener el crecimiento, por el tema de infraestructura”.

Primero, hay que mirar algunas realidades. Déjenme primero sacar unas disculpas para asumir unos compromisos.

Uno revisa la localización geográfica de las capitales y de los centros de producción de América Latina. Están muy cerca del mar.

Quienes de ustedes conocieron la antigua vía de Santiago de Chile a Valparaíso, años después podrían haberse preguntado: “¿Y para que ese túnel? si era una pequeña loma”.

Incluso la ciudad de Asunción -que uno la ve bien mediterránea- es una ciudad que tiene esa magnífica hidrovía, que es el río Paraguay, el río de la Plata.

Esta ciudad de Bogotá para mí es un prodigio, como las ciudad andinas colombianas. Tener este vigor de crecimiento esta ciudad, por un lado a mil kilómetros del mar y por otro lado a 578 kilómetros del mar, y con esta topografía tan difícil.

Segunda disculpa. Nosotros encontramos todas las concesiones viales en pleito, hemos superado todos esos pleitos y además los funcionarios muertos del pánico de conciliar, la opinión pública llena de dudas. A través de audiencias públicas se han logrado esas conciliaciones.

¿Qué nos falta? Que en el caso de Commsa (Concesionario del Magdalena Medio), el Tribunal Administrativo de Cundinamarca dé el visto bueno a la conciliación lograda.

Se ha logrado la conciliación en el Ferrocarril del Atlántico, falta en el Ferrocarril del Pacífico, la conciliación de los temas aeroportuarios.

Se han conciliado los 21 pleitos que encontramos en Telecom con inversionistas internacionales. Todos, todos están conciliados.

Otra disculpa. Estábamos muertos de miedo por el tema fiscal. No nos atrevíamos a emprender grandes obras públicas, por el tema fiscal. Otra disculpa, no había proyectos. Otra disculpa, muy débil la ingeniería nacional.
Hemos venido sorteando dificultades.

¿Plan de Infraestructura de este Gobierno? Aeropuertos: la concesión de El Dorado. Implica un gran sacrificio fiscal, porque El Dorado es el aeropuerto rentable, con los ingresos de El Dorado sosteníamos los otros aeropuertos de Colombia.

Ahora le entregamos a la concesión el 54 por ciento de los ingresos de El Dorado, para que la concesión mejore al aeropuerto, que va a pasar de ser un aeropuerto del ocho millones a un aeropuerto de 20 millones de pasajeros, con un gran avance en carga.

Yo creo que allí tenemos una gran posibilidad en materia de productividad, en materia de competitividad, y están las concesiones de los otros aeropuertos a las cuales no debo referirme ahora.

En el tema de puertos: hemos logrado los acuerdos en Buenaventura, en Santa Marta, en Barranquilla, para nuevas concesiones, para extender las actuales, para unas cifras de inversión con los concesionarios  bien importantes.

Eso va a permitir que Buenaventura pase de una capacidad de 10 millones de toneladas, a una capacidad de más de 40 millones de toneladas.

Carreteras

En el tema de carreteras. Nuestros compromisos: terminar el Plan 2500, que implica la pavimentación de dos mil, de tres mil 100 kilómetros de carreteras departamentales.

Cuando yo voy al Foro de la Andi me dicen: “Presidente es un error, cómo están conectado municipios y no están construyendo los corredores de comercio exterior.”

Al otro día me reúno con los gobernadores -y aquí veo a algunos de los que reclaman esas vías- y me dicen: “sí, esta muy bien” Aquí esta el Gobernador del Guaviare, la carretera de Granada a San José de Guaviare, 220 kilómetros, le faltan 30 para terminar la pavimentación.

Hay un corredor de palma africana, excelente, entre Granda y San José del Guaviare, la seguridad democrática más la carretera. Pero me dan gracias en dos minutos y enseguida me tienen media hora diciéndome: “Me tiene que pavimentar de San José hacia Calamar y hacia Miraflores”

Y todos los reclamos tienen razón, en un país donde falta de todo, todo el que reclama le asiste la razón.

Yo reconozco que en el Plan 2.500 hay vías que solo conectan municipios. Yo no podía llegar allá solamente con soldados.

El desplazamiento no solamente lo produce la violencia, el desplazamiento lo produce también la falta de servicios públicos, de vías etcétera. Pero hay muchas vías de estas que van a darle una enorme contribución a la productividad, a la competitividad. Para mencionar, esta de San Jose del Gauviare – Granada. La de Puerto López – Puerto Gaitán, la de la Mojana, etcétera.

Más vías departamentales municipales no podemos emprender. Decisión tomada: avalar un crédito de mil millones de dólares para departamentos y municipios, que se ha venido gestionando a 25 años de plazo, con una baja tasa de interés, con los organismos internacionales, para que ellos emprendan nuevos proyectos.

Tenemos el compromiso, adicional a las transferencias, de entregar a los municipios 140 millones de pesos por municipio año, para mantenimiento de vías municipales. Son 1.098 municipios.

Todos los otros esfuerzos en vías de competitividad relacionadas con comercio exterior. Aspiramos dejar totalmente contratada y avanzada la ejecución de la doble calzada Bogotá – Buga – Buenaventura.

Esta bien avanzado el trayecto Bogotá - Girardot – San Rafael. Recientemente contratado San Rafael – Ibagué – Cajamarca. Construidos ya algunos de los viaductos. Se han construido 6 mil 500 metros del túnel básico de La Línea, y le hemos propuesto a los colombianos que se llame Túnel del Segundo Centenario.

En este momento avanza la licitación para la parte ya esencial del túnel, la parte principal del túnel, con la doble calzada  hasta Armenia.

Está la malla vial vallecaucana muy avanzada. Están contratados los tramos básicos de la doble calzada Buga – Buenaventura. Esta en licitación otro tramo y faltaría uno que esta en estudio.

Aspiramos dejar totalmente contratada, en ejecución, la doble calzada Bogotá – Santa Marta, por el trayecto de Bogotá al río Magdalena, el trayecto Commsa, con una diferencia: sería un trayecto de menos longitud en túneles y de más longitud en viaductos.

Aspiramos que si el tribunal administrativo de Cundinamarca nos aprueba finalmente la conciliación, ello nos facilite abrir la licitación que está estructurando la Agencia de Inversión del Banco Mundial y que aspiramos  abrir al principio del año entrante.

La doble calzada Bogotá – Sogamoso avanza, de manera bien importante, y aspiramos dejar totalmente pavimentada la carretera Sogamoso – Yopal, una salida muy, muy importante a Arauca y a Venezuela.

Se esta pavimentando con recursos de regalías de Arauca, el tramo Tame a la capital de Arauca.

Y hay una serie de dobles calzadas en el país en plena ejecución. Se resolvió el pleito de la Autopista del Café. Hoy avanza a mejor ritmo. Estamos estructurando la doble calzada de Medellín a Turbo, etcétera.

Confío que todo esto le ayude a la competitividad del país.

Aquí veo amigos de Santander, como el doctor Joaquín García. Hemos hecho un compromiso con los santandereanos para que en lugar de aplicar recursos a su viejo sueño de la vía El Escorial, avancemos en la construcción de la doble calzada Cúcuta – Bucaramanga y la venta de las dos electrificadotas, de la electrificadota de Santander, y la electrificadora de Norte (de Santander)  aplicar los recursos a esa doble calzada Cúcuta – Bucaramanga.   

Tenemos ya adjudicadas unas nuevas dobles calzadas, la de Rumichaca – Pasto – Aeropuerto de Chachaguí, la de Córdoba-Sucre, y una que va del aeropuerto de Barranquilla a Palmar de Varela, a Sabanalarga, cruzando por Cartagena, en busca de Sincelejo, hasta la Cruz del Viso.

Y además, ya se empezó la doble calzada que atraviesa la ciudad de Santa  Marta, la adjudicó el departamento con un aporte presupuestal bien importante de la Nación.

Cualquier tema en materia de vías, mis compañeros en estos dos días de seminario, podrán explicárselos.

Confiamos avanzar mucho en telecomunicaciones en este Gobierno. En nuestro primer Gobierno nos desatrasamos sustancialmente en telefonía móvil: pasamos de 4 millones de aparaticos a casi 30 millones. El reto de este Gobierno es el desatraso en conectividad en banda ancha.

Me sorprende que al final de este año, de acuerdo como están las proyecciones, podamos terminar con el triple de conexiones de banda ancha que teníamos al principio del año. Ese es un crecimiento bien importante.

Las metas de conectividad las tenemos bastantes vinculadas a hospitales, a escuelas, a universidades, a bibliotecas, al programa de educación virtual. Tenemos sectores que con el sector privado se han definido para impulsar.

Biocombustibles

Para que el crecimiento no sea un accidente, hay que pensar en sectores como el sector de los biocombustibles. Hay oposición en el mundo, pero hoy que amanece el petróleo a más de 80 dólares, hay que insistir en ese sector.

¿Por qué en Colombia? Hay dos argumentos en el mundo en contra de este sector. Se dice: acaba con la selva.

Colombia tiene el 51 por ciento del territorio todavía en selva. Se habla de 578 mil kilómetros cuadrados de nuestro territorio, por fortuna, aún en selva.

La última ley forestal prohíbe tumbar la selva para cambiar de uso al suelo. Y eso se está cuidando rigurosamente, por eso, el programa de Familias Guardabosques para evitar que la atracción de la coca siga derribando la selva.

Pero nosotros tenemos 44 millones de hectáreas en sabanas: toda la mitad de la llanura oriental, el oriente colombiano, en sabanas planas, con suelos fácilmente mecanizables, no fértiles, con agua, bastante arregables.

Nosotros podemos tener un formidable crecimiento en biocombustibles, sin derribar un árbol de la selva colombia y sin limitar el área para la agricultura necesaria para la seguridad alimentaria. Yo creo que ese es uno de los sectores bien importantes para impulsar.

Parafiscales

El tema del empleo. Nosotros aspiramos competir con empleos de alta productividad, de alta calidad, de afiliación a la seguridad social, no con empleos deprimidos. Por eso, cuando me proponen eliminar las cotizaciones parafiscales al Sena, a las Cajas, y a Bienestar, yo he dicho: “no lo hagamos, el Gobierno no está de acuerdo con eso”.

Esas son instituciones que han ayudado mucho en lo social, que tienen un gran presente  y un gran futuro, cuya administración todos los días ha mejorado.

Y le he dicho a las personas que me han hecho ese reclamo: “en una economía abierta, me atrevo a repetir esta tesis, finalmente los únicos incentivos al empleo, son los incentivos a la inversión”.

El país ha incorporado una serie muy importante de incentivos a la inversión, ¿Para qué vamos a correr el riesgo de las Cajas de Compensación, del Sena y de Bienestar Familiar?

Me dicen: “no, es que el presupuesto nacional los puede sostener”. Sostener esas entidades el año entrante puede costar 6 billones. Yo temo que de eliminar los incentivos, de eliminar los parafiscales, vamos a dar el primer paso para eliminar estas entidades, y le haríamos un gran daño al tejido social de la Nación.

Por eso, yo le pido al sector privado colombiano, mirar, ver, en los incentivos a la inversión, los incentivos al empleo, que tarde que temprano tendrán que empezar a producir resultados.

Justicia

Me preocupa la Justicia. Tema que no debería de tratar el Presidente de la República, porque en un país de independencia de instituciones poco debe hablar el Presidente de la Justicia.

Con gran respeto, me atrevo a decir lo siguiente:

Cuando yo empecé el Gobierno, los alcaldes y gobernadores me decían: “es que los departamentos y los municipios hicimos una gran reforma con la Ley 617”. Continuaba nuestro Gobierno y decían: “es que la incorporó la administración Pastrana, pero este Gobierno de Uribe ha sido muy exigente con nosotros, en los departamentos y en los municipios”. Y me reclamaban: “¿dónde está la reforma de la Nación? 

Hemos venido haciendo la reforma de la Nación. Ahorro: un punto del PIB, y  reformas muy difíciles. Para el Congreso de la República, a 6 meses de elecciones territoriales, con semejante protesta en la Plaza de Bolívar, y con personalidades tan importantes de la vida nacional en contra, aprobar lo de las transferencias y oponerse a un referendo, esa reforma fue muy difícil, muy difícil.

Pero, hemos venido reformando el Gobierno Nacional Central. Me preocupa la Justicia, porque siempre oigo el reclamo de más y más dinero. Claro que falta.

La semana pasada me reunía con el Consejo de Estado, los Tribunales regionales y los Jueces Administrativos. Les falta conectividad, les faltan recursos, pero yo quiero llamar la atención sobre esto: Todo lo que es competitividad, finalmente llega a un tema de confianza, del cual piedra clave es la Justicia.

Y al reclamo de más recursos, le contesto: sí hacen falta más, pero no se puede desconocer lo aportado, y van a tener que pensar en la Justicia, en una reforma profunda, que les de más productividad.

Guarden estas cifras: en el año 2002, el presupuesto de la Rama Judicial fue de 831 mil millones (de pesos). En el año 2006, ese presupuesto fue de 1 billón 221 mil. Este año, de un billón 308 mil y el año entrante, de un billón 460 mil.

Hemos pasado del 2002 a la fecha, de 831 mil, a un billón 460 mil. Ese es un enorme crecimiento, en un país con estas restricciones fiscales.

Quiero mirar el tema de la Fiscalía. En el año 2002, las Fiscalía General de la Nación, tuvo un presupuesto de 657 mil millones. En el año 2006, 894 mil (millones de pesos). Este año ejecuta un billón 12 mil millones, y está previsto para el año entrante un billón 169 mil (millones). Casi se ha doblado, nominalmente en cinco años.

Eso no ha sido fácil, cuando sobra la plata, eso no es gracia. Esos esfuerzos se han hecho en medio de muchas limitaciones fiscales.

Yo, respetuosamente, acepto un problema y hago un reclamo, y me parece pertinente este foro. Acepto que hay que darles más recursos, pero hago un reclamo: este Gobierno ha hecho un esfuerzo enorme que no necesita palabras, que lo muestran las cifras, poco conocidas por la opinión pública.
Se necesita en la Justicia una revisión a su interior. Esto no es de más y más plata, sino de austeridad y de productividad.

Cuando a mí me reclaman: “Presidente, y por qué no crea el Ministerio de Justicia”. Déjenme ahondar en detalles, entre otras cosas, toca ahondar en detalles, que un país que no conoce los detalles fracasa en la política macro.
Tantos esfuerzos en la vida del país, con magníficos discursos macro qué han fracasado, porque no se ha ahondado en detalles.

Algunas razones que tuvo en cuenta este Gobierno para fusionar los ministerios: antes de la elección popular de alcaldes y de la Constitución del 91,  que incorporó la elección popular de Gobernadores, el Ministro de Gobierno, hoy Ministro del Interior, tenía que ocuparse del nombramiento de 32 Gobernadores, de mil y pico de alcaldes de Colombia, y de todas las inspecciones de policía.

Eso le copaba todo el tiempo, un problema político enorme. Eso se resolvió. Hoy no interviene en eso, porque hoy ya hay elección popular de alcaldes y gobernadores, y ellos nombran sus inspectores y todos sus funcionarios.

Ministerio de Justicia: antes de la Constitución del 91, que no había Fiscalía General de la Nación, el Ministerio de Justicia ejercía dos actividades muy importantes: una actividad de dirigir la instrucción criminal, a través de una dirección que allí había. Eso se le quitó al Ministerio de Justicia, se le llevó a la Fiscalía General de la Nación. Y otra,  administrar los recursos de la Justicia. Hoy los administra el Consejo Superior de la Judicatura.

Las cosas han cambiado enormemente. Por eso, he dicho yo que esas labores deben ejercerse en un ministerio, y creo que el problema no es revivir el Ministerio de Justicia,  el problema es reconocer que se han aumentado mucho los recursos de la Justicia, y que ahora se necesita que la Justicia tenga una mayor productividad.

Consejo de la Judicatura. Yo no estuve de acuerdo con su creación, me parece que su labor se habría podido cumplir por una entidad más austera, pequeña.
No tuve éxito en el Referendo, cuando propusimos esa tesis.

A mí me da pena decirle al país que hoy tienen alrededor de más de 1.200 personas en provisionalidad, y que en amplios sectores del país hay la duda de que hay clientelismo judicial.

Entonces el tema no es sólo de plata, es de hacer esas reformas, esto no es para derrochar. Me perece que deberíamos estudiar un proyecto, muy a tono con el referendo que ha presentado la senadora Gina Parody, para que se mantenga la sala jurisdiccional del Consejo de la Judicatura y se elimine la sala administrativa.

¿Yo no sé gobernadores si a ustedes les ha pasado algo que me paso a mí en la Gobernación de Antioquia? Un día llegaron unos magistrados muy importantes, a decirme que iban a comprar un lote para un edificio de la justicia en Turbo. Me dijeron que ellos eran los magistrados de la sala administrativa regional del Consejo Superior de la Judicatura. Desde ese día me aterré ¿hay que tener todos estos costos burocráticos para estas labores administrativas? ¿Y eso no lo puede comprar una buena gerencia transparente, una sola para la entidad y para todas las regiones?

Ocupémonos del tema de la justicia. El Gobierno está dispuesto a mirar lo que haya que hacer, pero empiezo a revelar estas cifras, que son contundentes, de crecimiento en presupuesto, para pedirle a la justicia colombiana que haga su propia revisión, para tener con estos recursos que han crecido, mayor productividad, y a medida que la situación nos facilite, la situación fiscal nos lo facilite, le daremos más apoyo.

Cada vez que me reúno con senadores de los Estados Unidos a hablar del TLC, me dicen: y el apoyo a la Fiscalía y el apoyo a la Fiscalía. Un presupuesto doblado en cinco años, esperamos mayor redimiendo por cada peso.

Bueno, muchas gracias a todos y todos los éxitos”.
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