Bogotá, 7 abr (SP). “Quiero dar esta tarde un saludo lleno de afecto a la Policía de la Patria. Un saludo de gratitud por su tarea heroica.
Quiero saludar a su Comandante, al señor general Óscar Naranjo, a todos los subcomandantes, a todos los oficiales, los suboficiales, a todos los agentes, a todos los que están en la parte administrativa; aquellos no vinculados con uniforme a la Policía, que prestan su tarea civil en la institución.
Venimos con los altos mandos de un Consejo de Seguridad en Segovia, muy al norte de Antioquia, muy cerca de Santander y de Bolívar. El municipio que el país conocía por las masacres; la última de las cuales, la de Machuca, en jurisdicción de Segovia; con una enorme tradición de violencia.
Allí encontramos el grave problema de las minas, para lo cual hoy se ha convenido crear una estructura de apoyo, coordinada por la Policía, para salvar esa minas, que son el sustento de miles de trabajadores activos y de miles de pensionados.
Encontramos problemas, pero encontramos también un gran reconocimiento. La ciudadanía de ese olvidado rincón de la Patria, contenta por el trabajo de la Seguridad Democrática, con confianza.
Me decía un Alcalde, un hombre humilde, del campo, Alcalde de ese municipio, al despedirme para abordar un helicóptero: ‘Presidente, ahora tenemos lo que nunca soñamos tener: confianza, gracias a la Seguridad Democrática que ha combatido aquí por igual a todas las expresiones del crimen; tenemos confianza en la Fuerza Pública para presentar nuestras denuncias’.
Durante este fin de semana, mientras adelantábamos el sábado un extenso Consejo Comunitario en Ciénaga (Magdalena), ayer domingo, la reunión en Cartagena con los delegados de los Estados Unidos, de su Congreso y de su Gobierno, para examinar el TLC, la Fuerza Pública de la Patria, la Policía, daba magníficos golpes.
Qué bueno que se haya hecho este decomiso de esta cantidad de armas que, de acuerdo con la información, venían para el grupo criminal terrorista dirigido por el sujeto a quien se conoce con el alias de ‘Don Mario’. Qué bueno las capturas. Qué bueno que la inteligencia de la Policía pueda dar estos extraordinarios avances en la lucha contra el terrorismo.
Colombia ha superado el paramilitarismo, todavía enfrenta la amenaza de la guerrilla y de las bandas criminales del narcotráfico, que tienen entre su gente, en muchos casos, a antiguos paramilitares.
¿Por qué digo que ha superado el paramilitarismo? Porque gracias a la acción heroica de la Fuerza Pública, de la Policía Nacional, Colombia ha recuperado el monopolio que nunca debió perder: el monopolio del Estado para enfrentar a los grupos criminales.
La palabra ‘paramilitar’ surgió para denominar organizaciones criminales privadas, cuyo objetivo era combatir a la guerrilla. Hoy se ha recuperado el monopolio. Solamente el Estado combate criminales en Colombia. Un gran avance que les da confianza a nuestros compatriotas.
Pero quedan guerrillas y bandas criminales con su capacidad de hacer daño. Por eso hay que combatirlas con toda la determinación.
Cómo se alegraría el país si en poco tiempo recibe del general Óscar Naranjo la buena noticia de que han sido reducidas totalmente estas bandas criminales, capturados sus cabecillas, capturado ‘Don Mario’, capturado ‘Rogelio’, capturados los cabecillas de la banda que se llaman ‘Los paisas’, capturados ‘Los mellizos’ Mejía Múnera, que tienen una organización que delinque desde La Guajira, por la Sierra Nevada, Magdalena, Cesar, Santander, hasta el Magdalena Medio. Capturarlos a todos.
Toda noticia de esas, de una captura, de un decomiso, es una noticia que alienta la confianza nacional.
Al saludarlos a todos ustedes, con todo cariño, y expresarles la gratitud por esto, también quiero registrar la buena noticia de la captura, en Doradal, de uno de los terroristas más importantes al servicio de la banda de ‘Los mellizos’. Doradal, allí en el Magdalena Medio, después de pasar el puente de Puerto Triunfo, sobre el río, que permite cruzar de Boyacá a Antioquia.
¡Qué buena esa noticia!
Y qué buena la noticia que nos daba ahora en el avión el Comandante de la Armada, mientras regresábamos, sobre el hecho tan importante que produjo hoy la Armada al sur de Buenaventura: dio de baja al terrorista de las Farc que era el segundo en la organización de ‘JJ’, alias ‘El indio’, y capturó ahí cerca a otro muy importante en esa organización.
Qué operación tan importante la de la Armada. Desde el aeropuerto llamamos al Almirante Malaver, Comandante de la Fuerza Naval del Pacífico, a felicitarlo.
Apreciados compatriotas de la Policía Nacional: hoy también hubo otras dos buenas noticias:
La semana pasada fueron asesinados en el Putumayo dos maestros, afiliados al sindicato de maestros: una maestra con siete meses de embarazo y un maestro.
Nuestras Seguridad Democrática es para proteger a todos los colombianos.
La maestra tenía siete meses de embarazo. Fueron asesinados con disparos y a cuchillo. La Policía Nacional inmediatamente ofreció una recompensa de cinco millones. Aparecieron informantes y en la mañana de hoy fue capturado el homicida.
Estos son los hechos que demuestran el compromiso de Colombia con la Seguridad Democrática, la seguridad para todos los ciudadanos.
Y mientras adelantábamos el Consejo de Seguridad en Segovia (Antioquia), en esa zona minera que ha sufrido tantas dificultades, también llegaba la buena noticia del rescate del médico Lemus, del personal médico del Hospital Militar, quien había sido secuestrado en Semana Santa por el frente 41 de las Farc, mientras visitaba a sus padres en Ocaña (Norte de Santander).
Todas estas noticias alientan la confianza de los colombianos en la Patria. Imaginada la Patria como una casita, nosotros hemos puesto en el techo de esa casita la palabra ‘confianza’.
Necesitamos que todos los colombianos puedan vivir con confianza en su Patria. Confianza para invertir en Colombia, confianza para trabajar en Colombia, confianza para estudiar en Colombia, confianza para tener familia en Colombia, confianza para criar los hijos en Colombia, confianza para vivir felices en Colombia.
Recuerden ustedes, en esta cúpula imagínense allí una palabra grandotota que diga ‘confianza’.
Y en esa casita ‘Colombia’, tres pilares: seguridad desde la democracia, inversión desde el compromiso social y política social desde las libertades. Sin seguridad no hay inversión y sin inversión no hay buenos empleos; sin inversión no hay recursos para la política social.
A lo largo de mi carrera política siempre he escuchado el discurso de lo social. No muchas veces se cumple. Muchas veces ha terminado en frustraciones. Ocurre que el gran obstáculo a lo social es no tener seguridad; el gran obstáculo a lo social es no tener inversión.
Cuando el país crea confianza gracias a la seguridad y, también, al buen manejo de la economía para que haya inversión, y esa inversión se hace con responsabilidad social, se facilita ir avanzando en lo social, en la plena cobertura educativa, en la nutrición, en la salud, en Banca de Oportunidades, en Familias en Acción, en mejoramiento de la seguridad social.
Por eso, apreciados compatriotas de la Policía Nacional, en el heroísmo de ustedes radica hoy el gran pilar para irradiar esa confianza del techo de la Patria. Esa confianza que permitirá que las nuevas generaciones vivan felices en Colombia.
A ustedes los forman con la responsabilidad del orden público, con la responsabilidad de la tarea cívica policiva.
Quiero dejarles un mensaje, en esta furtiva visita -aquí de paso- mientras nos dirigimos al Consejo de Ministros:
Ustedes hoy tienen responsabilidades que exceden el orden público. La tarea heroica de ustedes es lo que permite que a Colombia llegue inversión, que los colombianos inviertan, que prospere la economía para generar buenos empleos para todos nuestros compatriotas, para que esta Patria supere la pobreza.
General Naranjo, distinguidos generales, distinguidos altos oficiales, suboficiales, compatriotas todos de la Policía, en nombre de todos los colombianos nuestra gratitud, nuestras felicitaciones.
A mí, como Presidente, me honra mucho trabajar mucho con la Fuerza Pública de la Patria, general Padilla; con los policías de la Patria, general Naranjo. Ha sido un gran honor de la vida, una posibilidad difícil de haber imaginado poder trabajar con ustedes.
El tiempo que nos queda lo vamos a dedicar a seguir trabajando con ustedes, para que, a través de la generación de seguridad, podamos crear condiciones para que las nuevas generaciones de colombianos vivan felices en la Patria.
Cuando ustedes miren a sus hijitos, vean en ellos una expresión de las nuevas generaciones de colombianos. Y ustedes, al mirar a sus hijitos, tienen que reflexionar sobre dos tareas de ustedes: darle felicidad a su hijito y darle felicidad a las nuevas generaciones, con su tarea como Policía.
Para su hijito, su tarea de papá, o de mamá; para su niño compatriota, su tarea heroica de Policía.
Un deber muy grande. Pero ustedes todos los días demuestran que, con creces, pueden llevar esas responsabilidades sobre sus hombros.
Creí que veníamos a un salón a atender la invitación del general para ver este gran resultado. No imaginé encontrarlos a todos ustedes aquí; quisiera dar un estrechón de manos a cada uno, pero me están esperando en el Consejo de Ministros.
Quiero hacer llegar, en nombre de los compañeros de Gobierno, un saludo lleno de afecto a sus familias. Digan en sus casas, a sus familias, que los colombianos tenemos un corazón agradecido con ustedes.
Muy agradecido. Tengo mucho afecto por cada uno de ustedes y mucho honor por la Policía de la Patria. Mucho orgullo. A sus familias, afecto; a ustedes, ánimo, coraje y admiración, para que en esta Patria prevalezca la palabra ‘confianza’.
Muchas, muchas gracias a todos por su heroísmo”.
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