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Abril 17

Palabras del Presidente Uribe en la Asamblea del Consejo de Empresas Americanas

"Me imagino a Colombia como una casita, donde el techo es la confianza, ", explicó el Presidente Álvaro Uribe a los empresarios afiliados al Consejo de Empresas Americanas (CEA), durante la asamblea que realizaron este jueves en Bogotá. El Mandatario hizo un balance de los logros del Gobierno Nacional en materia de seguridad e inversión. Foto: Miguel Ángel Solano - SP -

 

Bogotá, 17 abr (SP). “Quiero agradecer a ustedes su permanente trabajo por el éxito económico de Colombia y por las buenas relaciones entre Colombia y los Estados Unidos; sus desvelos por el TLC, su gran compromiso con esta Patria colombiana.

Permítanme repetir el tema elemental del proyecto que este Gobierno procura avanzar en Colombia.

Nosotros asimilamos a Colombia como una casita, pero grande, donde todos tenemos que tener oportunidades. Este Gobierno ha puesto en el vértice superior la palabra confianza. Confianza para que los ciudadanos vivan en Colombia, trabajen, inviertan y estudien. Confianza para las nuevas generaciones.

Esa casita, ese vértice confianza están sustentados en tres pilares: seguridad desde la democracia, inversión desde la

responsabilidad social y cohesión social desde las libertades. Están relacionados.

La seguridad es un presupuesto necesario de la inversión. El país lo ha experimentado. Yo creo que aquí se va a dar un fenómeno: son los hechos los que nos van a permitir elaborar esta teoría. El país lo ha percibido en los hechos. Por supuesto, si no se dan otros elementos, como el buen manejo macroeconómico, etc., la inversión que se deriva de la seguridad se agota muy rápido. Para que gane todo su potencial, la seguridad necesita ser complementada con los otros elementos.

Y si hay inversión, afloran, afluyen los recursos para poder hacer política social. En ausencia de inversión o de recursos, la política social se convierte simplemente en un discurso de ilusiones de campaña y de frustraciones de Gobierno. La política social, aquella que supere pobreza, que construya prosperidad, que construya equidad, necesita recursos y buena aplicación de los mismos.

A su vez, el avance en política social es lo que va legitimando los continuados esfuerzos en seguridad y en construcción de confianza inversionista. Vemos, pues, esta transitiva relación y esta relación en las dos vías. Cada pilar se relaciona con el otro. Es una relación de mutua determinación.

En el segundo pilar, en el tema de confianza e inversión, el país ha avanzado bastante.

Al Gobierno nuestro le ha preocupado más el tema de la tasa de inversión que el tema del crecimiento. Porque en la economía puede darse que haya crecimiento un año por factores, en alguna forma de albur, y al siguiente, no.

Cuando hay una tasa de inversión elevada y sostenida, también se genera la posibilidad de un crecimiento elevado y sostenido en el tiempo.

Durante nuestro Gobierno, hemos visto subir la tasa de inversión 12, 14,19, 22, 25, el año pasado, 28. De cada 100 pesos que produjimos en Colombia se invirtieron 28. Es una tasa de inversión ya bastante alta. Una de las más altas del Continente. Solamente hemos visto una que la supera en un país del Continente, pero toda de inversión pública. Y yo diría que lo más importante acá es que de los 28 puntos hay 22 puntos de inversión privada. Eso es bien interesante.

Inversión extranjera

Entonces, ahí viene un tema, el de la inversión extranjera. Como uno de los componentes de esta tasa de inversión, también es interesante mirarla. El país tenía ritmos 500, 1.000, 1.500, 2.000 millones de inversión extranjera directa por año, pero focalizados al sector petróleo y al sector carbón.

Se ha presentado un fenómeno con dos componentes: crecimiento y mejor distribución de esa inversión extranjera directa; mayor irrigación a la totalidad de la economía colombiana.

En los últimos tres años vemos una inversión extranjera directa de más de 10 mil millones, el año en que entró Sam Miller a Bavaria; al siguiente, más de 6.500 y el año pasado, 9.028 millones de dólares. Un 54, 56 por ciento a petróleo, carbón, en general hidrocarburos y minería, pero un 46 por ciento a los otros sectores de la economía. Lo que es bien importante.

¿Qué factores contribuyen a esa tasa de inversión? Contribuyen las garantías al sector privado, la continuidad en la política de seguridad, el manejo macroeconómico, la reforma del Estado, la orientación de la tributación en favor de la inversión, las nuevas zonas especiales económicas, los acuerdos de estabilidad normativa y los tratados de comercio. Permítanme hacer una referencia breve a cada punto.

Garantías al sector privado

Las garantías al sector privado. Eso no se puede tomar por ganado. Hay que volver sobre esos fundamentos elementales de los modelos. El estatismo. El afán, en muchos países de América Latina, de ahuyentar la inversión privada y regresar al estatismo, demuestra que los modelos tienen que luchar por las garantías al sector privado.

Colombia tiene que repetirle al mundo que aquí no hay tentaciones de estatismo. Que aquí estamos dándole todas las garantías al sector privado doméstico e internacional, para que inviertan en nuestro país con una exigencia: la exigencia de responsabilidad social.

Y esa responsabilidad social la vemos reflejada en tres áreas. Primero, transparencia. Transparencia en las relaciones de los inversionistas con el Estado; transparencia en los contratos, en las concesiones; transparencia en la solución de disputas; transparencia en la tributación.

Yo creo que lo que se ha venido haciendo con las audiencias públicas de contratación, la manera pública como se han adelantado las conciliaciones entre el Estado y los inversionistas, con los cuales ha habido litigios en Colombia, yo creo que todo es una demostración de transparencia.

Hay que insistir mucho en la transparencia. Porque la falta de transparencia causó, en muchos países del continente, problemas políticos de inmensa gravedad, trastornos institucionales, derrocamientos institucionales.

La segunda expresión de responsabilidad social, a nuestro juicio, es esa responsabilidad que los inversionistas tienen con la comunidad, más allá de los mínimos legales, en varios temas. Especialmente, en temas como el ambiental, tan importante hoy en el mundo, frente al cual Colombia tiene tantos desafíos, tantos riesgos y tantas potencialidades.

Esta Patria nuestra, de un millón 160 mil kilómetros cuadrados, por fortuna todavía tiene 578 mil kilómetros en selva: 460 mil en la selva amazónica y el resto, para completar los 578 mil, en diferentes partes del país. Es uno de los países con más riqueza de agua dulce en proporción al territorio.

Hemos tenido el gran desafío de la droga, destructora de la selva, contaminadora de las corrientes de agua, asesina de la flora, de la fauna.

Nosotros hemos venido haciendo un gran esfuerzo para que todas las empresas cumplan ese deber de responsabilidad social con la comunidad en términos ambientales.

Quiero referirme a dos ejemplos concretos: el tema de los biocombustibles, en lo cual Colombia tiene un gran futuro y que ya no es un futuro teórico. Por fortuna, en nuestro Gobierno pudimos empezar a producir biocombustibles, estamos produciendo y hay unos proyectos que van a crecer muchísimo la producción de biocombustibles.

El gran compromiso colombiano es hacerlo sin destruir la selva. Para eso tenemos 43 millones de hectáreas de sabana, para avanzar allí en biocombustibles, sin destruir un milímetro cuadrado de selva y sin quitarle terreno a la agricultura que se necesita para la seguridad alimentaría. Y en ese compromiso nos tienen que acompañar todos los inversionistas.

Otro compromiso de gran importancia es el compromiso ambiental de las industrias extractoras. Por ejemplo, las productoras de carbón. Yo creo que la experiencia vivida nos deja muchas enseñanzas. El año pasado, las manifestaciones de protesta de la comunidad de la Jagua de Ibírico en el Cesar, fueron aleccionantes.

Lo que conocíamos en América Latina es que cuando se daban ese tipo de protestas, los gobiernos reprimían a la comunidad o, simplemente, expropiaban a los inversionistas, asumían una actitud hostil frente a ellos y los echaban del país.

Nosotros no hicimos ni lo uno ni lo otro. Escuchamos a la comunidad y les hicimos unas exigencias a los inversionistas y les creamos más confianza.

Fueron unas reuniones bien importantes, públicas, en la Jagua de Ibírico: Gobierno, inversionistas internacionales y comunidad. Y se hicieron unos acuerdos, que los inversionistas están cumpliendo y que tienen que ir creando tranquilidad en la comunidad.

 

Y todo eso va creando confianza, confianza en la comunidad frente al inversionista, confianza en el inversionista frente al país y esa confianza contribuye a la solidez institucional, que es la gran determinante de la confianza en Colombia.

Otro elemento bien importante de la responsabilidad social es el manejo laboral. Nosotros abogamos por un manejo laboral no de capitalismo salvaje, no de odio de clases, no de excesos sindicales, no de abusos a los trabajadores. Por un manejo laboral fraterno.

Hemos hecho muchos cambios, en muchas entidades del Estado, en Paz del Río, en muchos hospitales. Me voy a referir más adelante a la reforma del Estado.

Protección a los trabajadores

Yo creo que uno de los problemas que ha tenido Colombia es, justamente, en algunos casos tener manejo laboral de abuso sobre los trabajadores y en otros casos, de excesos sindicales. Ni lo uno ni lo otro.

Es bien importante el trámite que se adelanta en el Congreso de la República de la ley de Restricción a las Cooperativas de Trabajo Asociado. Porque así como han hecho daño los excesos sindicales, no se pueden permitir los abusos de las cooperativas de trabajo asociado contra los trabajadores.

Esas restricciones, a punto ya de concluir su proceso de aprobación en el Congreso, son bien importantes y yo les ruego a ustedes conocerlas bien, porque eso, además, nos va a ayudar a legitimar, en la comunidad internacional, la política laboral de Colombia y ante el Congreso de los Estados Unidos.

Ahora, eso no empezó ahora por el TLC. Eso inició con nuestro Gobierno como inició la Política de Seguridad Democrática. Porque abunda una tesis en los Estadios Unidos, y la lleva la oposición de acá, que si nos aprueban el TLC ya nosotros nos vamos a sentir confiados y vamos a abandonar estas políticas.

Yo recuerdo que cuando llegó el Gobierno dictamos un reglamento constitucional para imponerles restricciones a las cooperativas de trabajo asociado, pero, posteriormente, lo declaró inexequible el Consejo de Estado. Y, entonces, ahora estamos reviviendo ese decreto, pero vía Ley de la República.

La Seguridad Democrática empezó desde la hora cero de nuestro Gobierno. Mucho antes de que vislumbráramos la posibilidad de negociar el Acuerdo de Libre Comercio con los Estados Unidos, como empezó la protección a los trabajadores.

Las convicciones de este Gobierno y de este país sobre esos temas es muy importante exponerlas afuera, apreciados empresarios, para que se borre de la mente de los analistas la idea de que necesitan tenernos presionados para que nos movamos en esas materias.

Proyectos en materia laboral

Se está avanzando en otros dos proyectos en el Congreso de la República: el Proyecto que, en aquellos casos en que las empresas, por no ser prestadoras de servicios públicos esenciales, pueden ser objeto de huelga, para que la legalidad o ilegalidad de la huelga no la declare, en primera instancia, el Ejecutivo, sino la justicia. Eso nos pone a tono con la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Y el otro es el tema con los tribunales de arbitramento, para que en la huelga, después de 60 días, como lo pide la Organización Internacional del Trabajo, no sea el Gobierno el que convoque forzosamente al tribunal, sino que se dé un período más amplio y que sean trabajadores y empresarios, conjuntamente, los que convoquen ese tribunal.

Son obligaciones legales contraídas multilateralmente, que nos obligan a ser sumamente maduros, reflexivos en el manejo de las relaciones laborales.

Esos son temas bien importantes de responsabilidad social, como condición para esas garantías a la inversión en Colombia.

Otro tema de confianza inversionista es la determinación total en la continuidad de la política de Seguridad Democrática; otro, el saneamiento macroeconómico de la Nación.

La Nación ha bajado el endeudamiento en este Gobierno del 50 por ciento del PIB al 28. El déficit del Gobierno central, que es el que finalmente interesa para el pago de pensiones, ha bajado del 7 y medio al 3,3.

El déficit del sector público consolidado ha bajado del 4,2, que estaba en agosto de 2002, al 0,7 con que cerró el año pasado. Queda un gran trabajo por hacer, pero la tendencia es buena.

Quiero referirme a algunos aspectos particulares sobre estos temas y a las preocupaciones por la situación económica mundial del momento.

Por ejemplo, en el Gobierno Nacional central, si no tuviéramos esa obligación pensional con el Seguro Social, estaríamos llegando al equilibrio.

¿Pero qué le correspondió a este Gobierno? A este Gobierno le ha correspondido sufrir lo que durante mucho tiempo se anticipó en Colombia: que si no se hacían unas reformas a tiempo, se agotaban las reservas del Seguro Social. Y se agotaron.

Este año nosotros le tenemos que trasladar, del Gobierno Nacional central al Seguro Social, 6 billones 400 mil millones. La doble calzada Bogotá-Santa Marta, que se está estructurando con el Banco Mundial, puede valer 2.500 millones de dólares. Vale más la transferencia de un año, del Gobierno Nacional central, al Seguro Social.

Pero hemos hecho unas reformas bien importantes: ustedes conocen la reforma pensional; las dificultades que tuvimos que enfrentar. Cuando uno ve en la televisión los desórdenes de Francia por las reformas propuestas por el Presidente (Nicolás) Sarkozy, da gracias a Dios y a los colombianos que esas reformas las hemos podido implementar en este país, como es la reforma que le ha puesto techo a las pensiones y la reforma que ha eliminado los regímenes privilegiados.

Colombia frente a la crisis económica mundial

Y cuando a mí me preguntan: ‘¿Colombia, su Gobierno, tiene confianza en que se seguirá reduciendo sustancialmente el déficit y el endeudamiento, en medio de la crisis económica mundial?, yo quiero decirles: estamos mejor preparados para enfrentar la crisis económica mundial, pero de todas maneras nos preocupa.

Yo diría que estamos mejor preparados porque además de la reducción del déficit y del endeudamiento, concurren otros dos factores: nosotros no hemos recuperado grado de inversión, pero hemos ganado mucha confianza en los mercados internacionales y mucho más espacio en la banca multilateral.

Este año, los dineros que Colombia tenía que contratar en los mercados los contrató en enero; este año no tenemos que salir más a los mercados. Lo que requerimos para el financiamiento externo está precontratado con los bancos multilaterales, donde hay un gran, un creciente espacio para Colombia. Eso da mucha tranquilidad.

El segundo elemento es que el país tiene muchísima confianza inversionista. Yo diría, preservemos la confianza inversionista. Ese puede ser el secreto promisorio y esa es la vacuna para poder sortear las grandes dificultades de la economía mundial.

Sin embargo, no podemos ocultar nuestras preocupaciones.

Y preocupaciones, por ejemplo, por el tema de revaluación. Hay productos que han ganado tanto precio en el mercado internacional, que compensan la revaluación; otros que no.

En el caso colombiano, en el sector agropecuario, solamente el café, con su mayor cotización de precio internacional, ha compensado la revaluación; los otros no. Y eso es lo que marca la diferencia con productos agrícolas que exportan otros países de la región.

En otros países de la región la devaluación no los afecta tanto, porque los productos que ellos exportan han aumentado mucho de precio en el mercado internacional. Pensemos en el tema de la soya, del trigo, de la cebada, de la leche, de la carne, del maíz.

En cambio, productos que exporta Colombia, como flores, banano, camarones, peces, el plátano, muy afectados por la revaluación, sin compensación en un precio internacional prácticamente congelado. Eso ha obligado al Gobierno a hacer unos esfuerzos muy grandes. Este año serán muy costosos; los vamos a seguir haciendo. Eso tiene costos para el fisco, pero los vamos a hacer, con una condición: de que se preserven las fuentes de empleo.

Yo quiero darles, apreciados empresarios, esa garantía. Nosotros tenemos que respetar las disposiciones del Banco de la República; también entendemos muchas de sus medidas, de sus preocupaciones.

Yo veo que hoy Colombia, a pesar del rebrote inflacionario, uno se asusta mucho aquí con el rebrote inflacionario. Pero cuando empieza a compararlo con las tendencias de inflación de otros países, ve que en Colombia está sucediendo lo menos grave, en la comparación internacional, en esta materia de rebrote inflacionario.

Por eso, también hay que ser cuidadoso en aquello de entender las decisiones que tome el Banco central, no obstante la preocupación de la reevaluación, en lo cual el Gobierno seguirá haciendo esos esfuerzos fiscales para proteger el empleo.

Reforma del Estado

Para la confianza inversionista también es bien importante la reforma del Estado. Si ustedes me preguntaran, ¿cuál es el legado más importante que el actual Gobierno quiere dejarle al país en materia fiscal y de eficiencia estatal?, yo diría: la reforma del Estado.

Hasta la fecha hemos reformado 420 entidades del Estado. Vamos a continuar en la reforma. Eso ha ahorrado seis puntos del PIB.

Esta mañana estaba con la Asamblea de Telefónica, en Cartagena y pensaba lo siguiente: la reforma de Telecom nos permitió lo siguiente: si no la hubiéramos hecho, hoy tendríamos que trasladarle a Telecom, desde el presupuesto nacional, casi 600 mil millones al año para pagar pensiones. Tendríamos un patrimonio negativo, que lo tenía Telecom.

Hoy, Colombia Telecomunicaciones está al día en pensiones, tiene un horizonte despejado en pensiones, tiene un patrimonio positivo. Carecíamos de capacidad de inversión; hoy allí hay una gran capacidad de inversión, está invirtiendo ocho billones. Es una de las empresas que concurre, con todas las otras empresas que por fortuna Colombia tiene en ese sector, para un gran desatraso en telecomunicaciones.

Así como el país se desatrasó en telefonía móvil, ahora está emprendiendo la tarea de desatracarse en conexiones de Internet y en banda ancha. Allí tenemos mucha fe.

La reforma al Estado, en lo grande, empezó con Telecom. Ha pasado por 420 instituciones, ha llegado a Ecopetrol, ahora está en las clínicas del Seguro Social. Y bien importante, porque no ha sido fácil. Ha tenido que enfrentar radicalismos ideológicos.

Si a mí me hubieran preguntado hace unos años, ‘¿es posible que Colombia permita que los particulares capitalicen a Ecopetrol?’, habría dicho: ‘Los radicalismos ideológicos lo impiden’. Talvez habría anticipado lo que pudimos hacer, al inicio del Gobierno, la reforma laboral y pensional de Ecopetrol.

La capitalización parecía un imposible, por los radicalismos ideológicos y por el momento de América Latina.

Cuando la teoría que prevalece en América Latina es que el petróleo solamente puede tener inversión estatal, monopolios estatales, que Colombia marche en contravía y abra a Ecopetrol a la capitalización de particulares, es un paso en contravía de la tendencia predominante en América Latina, pero yo creo que un paso afortunado.

Y uno también tiene que aprender a hacer excepción y uno también tiene que aprender a marchar contra la corriente. Si a Colombia, en aras de su prosperidad, le toca marchar contra la corriente, tenemos que marchar contra la corriente, en aras de la prosperidad y de la equidad social.

Los colombianos no nos podemos desanimar por eso, de que tengamos muchas veces que ir contra la corriente. A mí siempre me preguntan los periodistas de la comunidad internacional: ‘¿Y cómo se siente usted en medio del gobierno de tal país, en medio del gobierno de tal país…?’.

No, yo los respeto a todos, pero uno lo que tiene que bregar es a tener un caminito de principios y pragmático, que le garantice prosperidad a los colombianos.

Yo prefiero la prosperidad de mis compatriotas que el estancamiento del país por radicalismos ideológicos. Creo que eso es mucho más importante.

Ahora estamos en la reforma del Seguro.

¿Quién iba a pensar, hace algunos años, que se podía superar el radicalismo ideológico del Seguro Social? Una reforma que nos permite hacer el tránsito del desgreño del Estado a la eficiencia social.

La EPS del Seguro está siendo sustituida por una EPS de Cajas de Compensación y de una fiduciaria del Estado, que se administrará con criterio social y con la mayor eficiencia del sector privado.

Y le estamos entregando las clínicas del Seguro a operadores independientes. Hay que ver cómo ha mejorado la Clínica de Santa Marta, ya no administrada por la politiquería y los excesos sindicales del Seguro; administrada por la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga.

La de Cartagena, operada por la Fundación de los Hermanos de San Juan de Dios. Las de Medellín, por una IPS de la Universidad de Antioquia, y las de Bogotá, hemos hecho la negociación con una sociedad que conformaron la Universidad del Rosario, la Caja de Compensación Compensar y los Hermanos de San Juan de Dios. Y en los próximos días van a recibir ya esas clínicas y yo creo que esos son pasos promisorios para el país.

Les he dicho a mis compañeros de Gobierno: nosotros tenemos que hacer reforma del Estado hasta el último día de la administración.

Una de las cosas a las cuales yo le temo, en un Gobierno que fue reelegido, es que se adormile. Por eso, le he pedido a la Ministra de la Presidencia que convoque rápidamente a un Consejo de Ministros de día entero, para que cada compañero de gabinete diga qué le falta por hacer y cuáles son las nuevas ideas, las ideas innovativas y cómo se van a aplicar.

Porque el Gobierno tiene que tener la mente viva, prendida, y el espíritu ejecutivo al máximo, hasta el último día de la administración, como lo exige un país con tantas necesidades como el nuestro.

La tributación

Yo creo que la orientación de la tributación también está ayudando muchísimo a la inversión en Colombia. Fíjense ustedes lo que ha pasado: no se ha presentado un fenómeno de reducción general de tarifas. Eso ha sido cuestionado en el mundo, porque no siempre garantiza mayor inversión. Muchas veces lo que garantiza es atesoramiento o consumo suntuario.

Lo que hemos aquí es decir: si usted invierte tiene estos estímulos. Y creo que nos ha ayudado mucho.

Anoche veía yo, con el Ministro (de Comercio, Industria y Turismo) Luis Guillermo Plata, que nos acompaña, la legislación tributaria nuestra, versus la de Irlanda.

La nuestra no quedó simplificada, lo reconozco. Pero en atracción de inversión sí es tan o más competitiva que la de Irlanda. Por ejemplo, la de Irlanda tiene una tasa de renta del 12 y medio. Las zonas especiales económicas nuestras quedan con una tasa de renta del 15. Pero en Irlanda le cobran impuestos a los dividendos; en Colombia, no.

Lo que hemos hecho con la deducción general del 40 por ciento a cualquier inversión. La posibilidad de hacer efectiva esa deducción en el número que se requiera de años fiscales.

Los estímulos especiales al turismo, a los biocombustibles, a los cultivos de tardío rendimiento. Yo creo que eso todo es bien importante.

Y no fue fácil, porque a los partidos políticos de Colombia no les gustaba esa tesis. Los representados en el Congreso. No les gustaba esa tesis a las escuelas económicas que han orientado nuestra Patria. Se pensaba que la tributación era neutral frente a las tendencias de inversión.

Y hemos demostrado todo lo contrario: que la inversión es sensible a los estímulos tributarios. Eso sí, estímulos tributarios que acompañan todas las otras medidas, el saneamiento macroeconómico, la política de seguridad, las garantías al sector privado, etc.

Y también se viene desvirtuando la tesis de que eso arruina al fisco. Lo que arruina al fisco es que la inversión no crezca. El fisco sí, en algunos años, yo creo que estos años, los 2 años que le faltan a este Gobierno, el fisco va a pagar la factura de esas deducciones tributarias. Pero eso tiene una tasa de retorno para el Estado muy elevada, porque esas inversiones inmediatamente empiezan a generar hechos económicos que pagan impuestos, que pagan cotizaciones a la seguridad social, que pagan IVA, etc.

Nosotros tenemos confianza en lo que se ha hecho en materia tributaria, en las zonas francas, las zonas económicas especiales. ¿Cuál es la diferencia con lo que teníamos antes? La primera diferencia es que antes teníamos 11 zonas francas relativamente estancadas y el país va a terminar este año con 50 zonas francas.

La nueva legislación qué cambios introdujo: ya se pueden tener zonas francas en cualquier sitio del país; de una empresa o de varias empresas; para exportar o para el mercado doméstico; sin IVA, sin arancel para los bienes de capital.

Cuando las materias primas están dedicadas al mercado doméstico pagan IVA y arancel; al mercado internacional no pagan IVA ni arancel.

En esa zona franca la tarifa de renta es del 15 por ciento. Independientemente, la tarifa de renta del 15 por ciento, de que la producción o el servicio sea para el mercado internacional o sea para el mercado doméstico.

Con algo adicional bien positivo: hay sectores de los servicios que los incluimos allí. Ya puede haber zonas francas en el sector de la salud, en el sector de las comunicaciones a larga distancia, en el sector de los centros de contacto, aquello que los anglicistas llaman los call center, en lo cual nuestro país ya tiene más 40 mil empleos y un futuro muy promisorio.

Bueno, ahora nos queda otra tarea, nos queda otra tarea. El lunes me pedían los compatriotas de Pasto (Nariño), decían: ‘bueno, esos estímulos están muy buenos, pero el problema que vemos es que son generales para todo el país y no diferenciados.’

Yo le hablaba anoche al Ministro (de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo) Plata: de pronto vamos a tener que introducirle alguna diferenciación regional a esos estímulos, porque hay regiones que tienen las mismas condiciones naturales, pero pueden unas superar a otras en medio de las mismas condiciones naturales, porque la una tiene mejor infraestructura, menos distancia, entonces van a ser preferidas por los inversionistas.

Eso hay que compensarlo, de pronto, con unos estímulos diferenciales.

Y los pactos de estabilidad a 20 años, los pactos de estabilidad a 20 años. Eso es muy bueno.

Todo esto nos tiene que ayudar, todo esto nos tiene que ayudar a tener éxito en los TLC si se aprueban, si se aprueban.

Entonces, yo quiero recordarles que en este Gobierno se negoció el acuerdo Comunidad Andina – Mercosur (Mercado Común del Sur), el acuerdo con Chile, el acuerdo con Perú, porque uno dice: ¿pero con Perú por qué, si era miembro de la Comunidad Andina? Porque la legislación andina tiene muchas barreras a la inversión, que no han sido desmontadas.

El acuerdo con tres países centroamericanos. Anoche me prometía el Ministro Plata que en mayo -y se me grabó aquí. Yo le he dicho a mis compañeros del Gobierno que el único disco duro que sirve es este. Se me grabó aquí- que en mayo cerramos negociaciones con Canadá. Se va este fin de semana también a la última, está próxima la última ronda para cerrar negociaciones en el acuerdo de protección recíproca de inversiones con China. Se está iniciando lo mismo con India. Confiamos avanzar mucho es estos temas.

Cifras de la política social

Todo esto nos tiene que ayudar a financiar la política social, cuyas metas son muy exigentes.

Ustedes saben, nosotros recibimos pobreza en el 60 (por ciento), aspiramos dejarla en el 35, para que los gobiernos que nos sucedan puedan llegar al 19 (por ciento).

El desempleo estuvo alrededor del 20 (por ciento), ojalá podamos terminar este año alrededor del 9, para terminar el Gobierno alrededor del 8 (por ciento).

No obstante las dificultades, como aquellas a las que me refería en sectores afectados por la apreciación de nuestra moneda.

Nosotros estamos haciendo un gran esfuerzo para lograr plena cobertura en educación básica, venimos del 78 por ciento. Treinta y cuatro por ciento, meta de educación universitaria, venimos del 22 por ciento.

Un esfuerzo revolucionario -yo lo miro con mucha emoción- en el Sena, en el Icetex. El Icetex en número de estudiantes con crédito y en la cartera se está multiplicando por 6 en este Gobierno.

Con la ayuda de Dios vamos tener plena cobertura en salud en el año 2010.

Banca de Oportunidades, vamos a cumplir la meta de entregar en este segundo Gobierno 5 millones de créditos, a 5 millones de familias de microempresarios.

Y lo más importante es que esa cartera ha pasado de 732 mil millones (de pesos) a casi 6 billones. Ha pasado de representar el uno y medio por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) de la cartera total del sistema financiero. a representar el 5 y medio. Pienso que ahí hay un gran avance.

Pero ese es el vaso medio lleno. Hay que ver el vaso medio vacío. En todo falta mucho.

Yo creí que habíamos hecho un gran avance al pasar en Familias en Acción de 220 mil a millón y medio. Y me dicen en Acción Social y en todas las ciudades: queda todavía mucha familia del estrato 1 sin cubrir.

Ese es un subsidio a la demanda, condicionado. Les entregamos un subsidio a las Familias en Acción, pero ellos tienen que demostrar que sus hijos están asistiendo a la escuela, que sus hijos están asistiendo a las mediciones de salud y a las mediciones de nutrición.

Tenemos 66 mil Familias Guardabosques recuperando unas áreas, para que en ellas no se siembre droga. Están supervisadas por Naciones Unidas. Cada una recibe alrededor de 2 mil dólares.

Ya con ese dólar a 1.800, son 2 mil que les paga el Gobierno Nacional al año, a cada una. En fin, estamos haciendo también un esfuerzo en política social.

TLC

El TLC (Tratado de Libre Comercio). Yo creo lo siguiente: Que toda esta controversia tiene que llevarnos a un resultado positivo. Por eso la política nuestra es allí, prudencia, diálogo y trabajo.

Prudencia, ¿qué pedimos? Que Estados Unidos mantenga la aproximación bipartidista en sus relaciones con Colombia.

Diálogo, mantener un diálogo muy sincero con los Estados Unidos sobre los avances de Colombia y sobre nuestros problemas.

Nosotros no ocultamos nuestros problemas. Nosotros reconocemos todo lo que nos falta.

Aquí cuando matan un líder sindical o un profesor, el primero que se pronuncia es el Gobierno, públicamente. Reconocemos lo que falta, pedimos que se reconozca lo que se ha avanzado, y queremos trabajar todos los días para seguir avanzando.

Me parece, señor Embajador (de Estados Unidos, William) Brownfield, que ha sido muy conveniente ese conjunto de visitas de los Estados Unidos a Colombia, yo pediría que sigan.

Tenemos que agradecerle al Gobierno del Presidente Bush el interés del Presidente, de todos sus ministros, del Embajador, las continuas visitas a Colombia. Un día viene el Secretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, con una delegación bipartidista del Congreso, al otro día viene la señora embajadora Representante Comercial de los Estados Unidos, Susan Schwab, con otra comisión bipartidista del Congreso. Eso ha sido bien importante y debemos seguir en esa tarea.

Ojalá recibamos la visita de la señora Presidenta de la Cámara, de la señora Nancy Pelosi, para mirar muy objetivamente lo que está ocurriendo en Colombia, ver las tendencias, que miren los problemas, los avances y nuestra disposición de seguir adelante.

Y seguir trabando. Yo confío que el Congreso apruebe estos tres temas a los cuales me referí en el capítulo laboral. Seguir trabajando en el tema de seguridad de los sindicatos, de derechos humanos, de superación de la impunidad.

Seguridad y derechos humanos

Mire, hace pocos días llegó el Gobernador Richardson a la oficina, y el periódico El Tiempo había aparecido ese día: 15 militares capturados por masacre de San José, yo le dije: ‘Gobernador yo no alcanzo a leer de los periódicos sino la primera página, pero esto le muestra a usted el carácter democrático de nuestra política de seguridad, su compromiso con los derechos humanos”.

Capturar estos 15 militares no lo habría permitido una dictadura, donde se tenía, en aras de la seguridad, desconsideración, por no decir desprecio, por los derechos humanos. Y la prueba llegó a la Presidencia, y la Presidencia la remitió a la Fiscalía y se orientó el proceso, y ustedes saben dónde va.

Lo mismo, yo apoyo a las Fuerzas Armadas totalmente. Por eso fui muy cuidadoso cuando se hizo lo de (Rodrigo) Granda, en decir que yo asumía la responsabilidad. Y ahora en el bombardeo al campamento terrorista de ‘Raúl Reyes’, cuando me dirigí al país ese sábado por la noche dije que asumía la responsabilidad personal.

Eso tiene muchas implicaciones de apoyo a las Fuerzas Armadas. Y las Fuerzas Armadas han entendido que no se puede permitir que haya allí elementos que violen los derechos humanos.

Creo que lo que ha hecho el país con Jamundí, con la masacre de San José de Apartadó... Estuvimos en un Consejo de Seguridad el lunes en Montería, exigiendo desmontar esas bandas nuevas que se llaman las bandas criminales emergentes, cuando yo regresaba anoche me dieron la buena noticia de que fue capturado el jefe de una de esas bandas ayer, otros seis cómplices de él y algunos integrantes de la Fuerzas Militares, porque estaban allí en complicidad.

O sea que nosotros estamos fortaleciendo nuestra institución armada, en infraestructura, en logística y fortaleciendo moralmente. Todo lo que haga la institución armada por depurarse, por castigar cualquier violación de derechos humanos, le da solidez moral. Y nos obliga a respaldar y respaldar más a nuestra institución ramada y al heroísmo de nuestros soldados y policías.

Yo estoy preocupado porque sigue mucho asesinato de profesores y de trabajadores. Este año llevamos 19, el año pasado fueron 25, venimos de años de 256, pero estamos haciendo un esfuerzo muy grande.

Mire, Colombia tiene hoy alrededor de 9 mil personas en el programa de protección individual, de ellos mil 900 son líderes sindicales, eso nos cuenta 40 millones de dólares este año, mil 900 son líderes sindicales.

Estamos haciendo un gran trabajo para capturar a los agresores de los trabajadores, de los maestros.

Hace 20 días una maestra y un maestro fueron asesinados en una zona rural del Putumayo, con puñal. Ofrecimos una recompensa. Ya pudimos, gracias a la información, capturar al asesino.

La semana pasada un maestro fue asesinado en el Valle del Cauca. Con recompensa y trabajo de inteligencia, se pudo capturar a los asesinos, unos muchachos por un problema de notas, un problema escolar.

Estamos haciendo todos los esfuerzos para estos temas no queden en la impunidad. Ya hay más 100 personas en la cárcel, responsables de asesinatos contra dirigentes de trabajadores.

Hemos fortalecido mucho la justicia. En este Gobierno –y esto hay que repetirlo para que lo conozca más que la comunidad nacional, para que ustedes lo trasmitan a la comunidad internacional- en este Gobierno se aprobó el sistema penal acusatorio, la oralidad, se ha duplicado el presupuesto de la justicia. Eso no es fácil con déficit.

Recientemente financiamos la incorporación de otros 2 mil investigadores a la Fiscalía, y en las últimas semanas hemos financiado la incorporación de 280 personas a la inspección laboral del Ministerio.

Estamos en ese trabajo con la unidad especial que ha creado la Fiscalía, bajo el patrocinio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y un acuerdo con trabajadores y empresarios para clarificar todos los casos de asesinato a líderes de los trabajadores. Estamos en esa tarea.

No se puede perder de vista algo que le he dicho a algunos de ustedes: esto no puede ser una fotografía, esto hay que verlo a través de una película.

¿De dónde viene el asesinato de trabajadores en Colombia?, de las guerrillas marxistas, después de los paramilitares.

¿Qué pasó en nuestro país?, las guerrillas marxistas introdujeron en los años 60 o 70, era yo estudiante de la universidad pública, la idea de combinar todas las formas de lucha: asesinaban, penetraban el movimiento obrero, la política, el periodismo, y crecían.

Y después vinieron los paramilitares, y empezaron a asesinar líderes de los trabajadores, acusándolos de ser cómplices de la guerrilla. Y la guerrilla reaccionó y mató líderes de los trabajadores, acusándolos de haber sido desleales, de haberse trasladado al bando de los paramilitares.

Nosotros hemos enfrentado un problema que no se creó en este país de la noche a la mañana, un problema de atrás, un problema muy grave.

Como les decía yo esta mañana a unos comunicadores sobre el tema del Congreso, les decía: casi todos estos hechos son anteriores al 2002, no se pueden perder de vista las circunstancias que vive el país, la inseguridad había llegado a que en las regiones prevalecieran en muchos sitios del país guerrillas o paramilitares, o ambos, que habían derogado al Estado en la realidad.

Y creo que nosotros tenemos que jugarnos a fondo, para garantizar la estabilidad de nuestras instituciones, no abrir puertas que conduzcan a la inestabilidad. Quiero repetir aquí, que no se pueden abrir puertas que conduzcan a la inestabilidad.

Estabilidad institucional

La carta secreta de este país es su estabilidad, para poder consolidar un camino de prosperidad.

Para contribuir a la estabilidad, a la solidez de las instituciones, nosotros en el Ejecutivo tenemos que trabajar con toda devoción, dedicación y con toda honradez. El Congreso tiene que mantener la serenidad, diligenciar eficientemente los proyectos de Ley, ejercer todas sus funciones con toda diligencia, y al mismo tiempo, contribuir a que todos los hechos se esclarezcan, a que prevalezca la verdad, que impere la verdad. Y la justicia tiene que estar ceñida totalmente a la objetividad en sus investigaciones y en sus fallos.

Yo creo que este tema de cerrarle puertas a cantos de inestabilidad, es un tema que tenemos que empezar a hablar con todos los compatriotas. Yo pensé esta mañana que debía hacer esta enunciación de este tema a ustedes.

Ustedes son nuestros embajadores para el TLC. Ordenen a ver qué hacemos, ordenen a ver qué hacemos, a ver cómo lo sacamos adelante. Y yo tengo fe que esa discusión va a terminar bien.

Yo creo que el trabajo que se ha hecho es muy bueno, ¿por qué?, lo que han hecho ustedes, todas estas visitas, tantos sectores colombianos.

Si bien tenemos unas centrales obreras que se oponen al TLC, y que han ido allá (a Estados Unidos) en su derecho a presentar su oposición, también hay muchos grupos de trabajadores que lo respaldan.

Y esto se ha hecho de cara a la opinión pública. Yo veo cosas buenas, a mí me parece que en medio de la crisis ha habido unos comentarios positivos para Colombia. No se conocía antes esa cantidad de columnas y de editoriales de periódicos en los Estados Unidos a favor de Colombia. Yo creo que eso es bueno y que nos compromete enormemente a seguir trabajando bien.

No perdamos el optimismo, pero ustedes saben: hay dos tipos de soñadores, unos que meten el gol y otros que se quedan en la ensoñación, el goleador que quiere, el soñador que quiere meter el gol, cuando se despierta tiene que levantarse ahí mismo y emprender el trabajo del día.

¿Cuál debe ser la próxima etapa? ¿Qué sugieren ustedes para la aprobación del TLC? Yo creo que se necesita seguir con las visitas”.