“Yo pregunto, con el respeto a la independencia de la Fiscalía: Si se conocieron esos hechos desde hace año y medio, dos años, ¿por qué no se tomaron decisiones? ¿Por qué me dejaron a mí botar corriente en Consejos de Seguridad, pedirles apoyo a unos fiscales que no nos iban a apoyar porque estaban protegiendo la delincuencia?

“Si sabían que había fiscales protegiendo la delincuencia, los debieron separar desde el primer momento en que se conoció que ellos estaban en esa conducta. Que no se podía porque se afectaba la investigación: háganlo prudentemente; pídanles la renuncia por equis, ye o zeta razones”, dijo el Jefe de Estado.

Reiteró que fue el primer sorprendido al conocer que las investigaciones venían de tiempo atrás y solo ahora se tomaron decisiones, y dijo que se siente frustrado, porque su Gobierno ha combatido la delincuencia sin reservas.

Recordó, además, que siempre que visita Medellín, anima a la Fuerza Pública a acabar con la llamada Oficina de Envigado.

“Y bastante hemos avanzado. Todavía nos quedan algunos. Allí nos quedan ‘El Beto’, ‘El Yiyo’, ‘El Valenciano’, ‘Douglas’. Pero yo sé que con el trabajo de todos, rápidamente terminarán capturados, como un bandido a quien se conoce como ‘Memín”, puntualizó el Jefe de Estado.

El Mandatario agregó que no se puede desistir en la lucha contra la delincuencia. “Eso hay que tomar vitaminas todos los días para que no nos cansemos en la lucha contra la delincuencia, porque hay que derrotar todas las expresiones de delincuencia que han maltratado esta Nación”.

Estas son las palabras del Presidente Uribe sobre el tema:

“La Fiscalía de Medellín, un desastre, una vergüenza.

Desde la hora cero de este Gobierno yo dije algo que se rumoraba en cócteles, pero que no salía a la opinión pública. Fui a mi ciudad y dije: ‘Uno de los objetivos de este Gobierno es acabar la oficina del narcotráfico que se llama Oficina de Envigado’.

¡Qué tristeza! Envigado es una ciudad magnífica, hermosa, bien administrada, bien habitada. Hay que quitarle ese estigma; hay que acabar con esa oficina de narcotráfico.

Vamos a ir a Envigado, a un Consejo Comunitario, para mostrarle al país todas las virtudes de Envigado. Porque a mí me dicen los envigadeños: ‘Presidente, cuando se habla de la Oficina de Envigado le ponen un Inri a Envigado’. Y ellos tienen toda la razón. Infortunadamente, con ese nombre se ha conocido esa oficina de criminales.

Yo fui a Medellín y he ido muchas veces a mi ciudad, con afecto y con patriotismo, a decir: ‘Señores Comandantes, hay que acabar con esos criminales de la Oficina de Envigado’.

Y bastante hemos avanzado. Todavía nos quedan algunos. Allí nos quedan ‘El Beto’, ‘El Yiyo’, ‘El Valenciano’, ‘Douglas’. Pero yo sé que con el trabajo de todos, rápidamente terminarán capturados, como un bandido a quien se conoce como ‘Memín’.

A mí lo que me da tristeza es que fiscales de Medellín se hayan dejado corromper. Eso es muy grave. Y me siento frustrado porque tantas veces, en Medellín, pidiéndole sacrificios a la Fuerza Pública para enfrentar esos bandidos y esos bandidos con protección en sectores de la Fiscalía de Medellín.

Es lo primero que reprocho.

Lo segundo: ¿Por qué se demoraron tanto si esas investigaciones venían de atrás? Yo soy el primer sorprendido.

Para tener toda la información para esta intervención, esta mañana le pregunte al general (Óscar) Naranjo, Comandante de la Policía: ‘Mi general, ¿desde cuándo vienen esas investigaciones?’ Y me dijo: ‘Presidente, yo las conocía hace poco. Al parecer vienen desde hace año y medio, dos años’. Es muy grave.

Yo pregunto, con el respeto a la independencia de la Fiscalía: Si se conocieron esos hechos desde hace año y medio, dos años, ¿por qué no se tomaron decisiones? ¿Por qué me dejaron a mí botar corriente en Consejos de Seguridad, pedirles apoyo a unos fiscales que no nos iban a apoyar porque estaban protegiendo la delincuencia?

Si sabían que había fiscales protegiendo la delincuencia, los debieron separar desde el primer momento en que se conoció que ellos estaban en esa conducta. Que no se podía porque se afectaba la investigación: háganlo prudentemente; pídanles la renuncia por equis, ye o zeta razones.

Que hay que mantenerlos en el cargo para poder adelantar la investigación; trasládelos a otra parte.

Pero uno se siente frustrado, porque es que nosotros hemos combatido la delincuencia sin reservas, sin reservas.

Una de mis aspiraciones es que cuando salga de la Presidencia pueda tener la conciencia tranquila para mirar a los ojos a mis compatriotas, por la conciencia tranquila de haber combatido todas las expresiones de delincuencia.

Es muy grave esto. Y es muy grave que para que la Fiscalía tome decisiones tenga que ocurrir un escándalo de prensa.

Entonces, alguien me decía: ‘Presidente, es bueno que lo diga, porque lo que parece grave no es el hecho sino el escándalo de prensa’.

Se conoció el hecho durante año y medio y no se tomaron decisiones y se toman cuando hay el escándalo de prensa.

Quiero recordar una norma de este Gobierno. La norma de este Gobierno ha sido: si alguno de mis compañeros oyó, conoce de un hecho de corrupción, hay que proceder a denunciarlo por iniciativa propia; a tomar las decisiones administrativas por iniciativa propia.

Pocos días antes de la reelección presidencial de 2006, Bernardo Moreno y el Ministro de Agricultura me llamaron y me dijeron: ‘Presidente, tenemos evidencias de unos actos de corrupción en Incoder y en Finagro. ¿Qué hacemos?’.

Alguien me dijo: ‘No, no, Presidente, no vaya a hacer nada. Espere que pase la elección, después de la elección’ y dije: ‘No señor. Yo no puedo someter el interés del país, el interés fundamental de un país que requiere transparencia, al cálculo de una coyuntura electoral. Las decisiones hay que tomarlas de inmediato’.

Y recuerdo que era un viernes por la noche y le dije a Bernardo Moreno y al Ministro de Agricultura: ‘Esta misma noche hay que tomar decisiones’. Y se tomaron.

Y el Gobierno asumió esa responsabilidad. Dijo: ‘Se descubrieron estos actos de corrupción en estas entidades del Ministerio de Agricultura. El Gobierno los denuncia y han sido removidos los titulares de esas entidades’. Y lo hicimos sin ningún cálculo electoral.

Es oportuno y lo hemos hecho en muchas ocasiones. Y sin cálculo electoral.

Por allá me llamó otro funcionario en la época y me dijo: ‘Tengo que intervenir la Jagua de Ibérico. ¿Qué opina? (y) Usted en época electoral’. ¡Intervéngala ya!

Nosotros no podemos someter la lucha contra la corrupción a intereses de coyuntura electoral. El Gobierno tiene que ser muy consciente de esa norma.

Donde se conozca un hecho de corrupción, inmediatamente el Gobierno tiene que denunciarlo, tomar decisiones, no esperar el escándalo de prensa.

Una reflexión al país, a todas las instituciones que forman el Estado: lo grave es el hecho no el escándalo. Porque entonces, cuando se produce el hecho no se toman decisiones administrativas, sino que todo siga igual hasta que se dé el escándalo. Y se reacciona es ante el escándalo, no ante el hecho grave, como lo acabamos de ver en este caso de la Fiscalía de la ciudad de Medellín.

Esperamos, pues, que esa Fiscalía proceda mejor, para que nos ayude en esta lucha, a fin de poder mostrar una Medellín, un Envigado que no estén afectados ni por ‘Beto’ ni por ‘Yiyo’ ni por ‘Valenciano’ ni por ‘Douglas’ ni por el ‘Memín’.

‘El Indio’, otro bandido de esos que aparece en esas grabaciones. Por fortuna, me decía el general Naranjo esta mañana que ya está capturado.

Y no podemos desistir en la lucha contra la delincuencia. Eso hay que tomar vitaminas todos los días para que no nos cansemos en la lucha contra la delincuencia, porque hay que derrotar todas las expresiones de delincuencia que han maltratado esta Nación”.