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Agosto 25
Palabras del Presidente Uribe en la instalación del Congreso de Reconciliación

Bogotá, 25 ago (SP). “Voy a contarles de manera breve, inicial, los lineamientos que conducen al Gobierno, y abrir a la posibilidad de unas preguntas de ustedes, de sus comentarios, para escucharlos de la manera más respetuosa y procurar darles respuesta.

El Gobierno asimila Colombia a esta figura. En la parte superior hemos escrito la palabra confianza. ¿Por qué? Recorría yo el país a finales de los años 90, principios de los años 2000, y le preguntaba a los estudiantes universitarios si ellos habían pensado en alguna ocasión irse definitivamente del país. Me impresionaba que la mayoría decía que si.

Había una sensación de desarraigo, de desprendimiento, que nos inspiró a buscar la palabra confianza como guía de la acción de Gobierno. Y nos propusimos sustentarla en tres pilares: seguridad desde la democracia, inversión desde la responsabilidad social y construcción de política social desde las libertades.

Estos tres pilares están relacionados. La seguridad y la inversión crean las posibilidades de avanzar en política social, crean una especie de tendencia de prosperidad que permite avanzar en política social. En su ausencia –saludamos a nuestro Presidente de la Conferencia Episcopal, Monseñor Rubén Salazar, Arzobispo de Barranquilla- en ausencia de esa tendencia de prosperidad, que nace de la seguridad y que nace de la inversión, no aparecen los recursos para hacer política social. Entonces, la política social se convierte simplemente en un discurso, en un discurso generalmente con muy poco nivel de resultados en la práctica.

A su vez, la política social legitima una política de seguridad y una política de inversión. Si hay inversión social, los ciudadanos le van dando legitimidad, le van dando razón de ser a la política de seguridad y a la política de inversión.

Si se dan estos tres pilares, aumenta la confianza en el país, y si hay más confianza se deben aumentar los efectos de estos tres pilares.

Hemos insistido mucho porqué Seguridad Democrática. Yo creo que llevamos seis años siendo consecuentes con lo dicho, seis años donde, en medio de dificultades, hemos comprobado con nuestros hechos el alcance democrático de nuestra política de seguridad.

Colombia tuvo un relativo periodo de paz, entre el final de la Guerra de los Mil Días, por allá en 1902, y finales de los años 1940. Después vino la violencia partidista, vinieron las guerrillas marxistas, el narcotráfico, el paramilitarismo, la evolución hacia el mercenarismo de lo que habían sido inicialmente movimientos ideológicos, la mezcla de todo. Y se veía mucha falta de determinación para enfrentar esa violencia que crecía.

En el país se confundía políticamente la civilidad con la debilidad, y nadie, casi nadie, se atrevía a formular un proyecto de seguridad.

Inclusive, a quien planteaba un proyecto de seguridad siempre le auguraban muy malos resultados. Le decían: ‘en Colombia no se puede hablar de seguridad, eso es muy impopular’.

Entonces, mientras no se asumía una responsabilidad política para enfrentar la inseguridad, la inseguridad continuaba creciendo, y amenazaba con demoler el país, como efectivamente lo encontramos en 2002, cuando el país había perdido el monopolio estatal de las armas y el monopolio estatal de la justicia.

Y los poderes de facto habían desplazado los poderes institucionales del Estado: regiones del país de hecho controladas por guerrilla, regiones del país de hecho controladas por paramilitares y otras controladas por ambos.

Y la institucionalidad colombiana empezaba a ser una institucionalidad de papel, de forma, pero totalmente remontada por estos poderes criminales fácticos.

Además se tenía mucho temor en todo el continente a cualquier propuesta de seguridad, porque se le asociaba con el camino a las dictaduras, se asociaba con lo que había sido el terrorismo de Estado en algunos países del continente.

Por eso nuestra proposición: Seguridad Democrática, seguridad con pluralismo, seguridad con libertades. Un compromiso de seguridad para todos: seguridad para empresarios, para líderes sindicales, seguridad para periodistas, seguridad para voceros del Gobierno, seguridad para voceros de la oposición, seguridad para todos. Fue nuestro planteamiento, y hemos venido avanzando con congruencia en la práctica de ese planteamiento.

Eso contribuye a que haya inversión, que es un fundamento para el desarrollo bien importante. Se ha recuperado el nivel de inversión en Colombia.

Ahora, la seguridad ayuda a que haya inversión hasta cierto nivel, de ahí para adelante se necesitan otros elementos: continuado buen manejo macroeconómico, incentivos, educación, productividad, infraestructura, un gran avance en materia de ciencia, de investigación aplicada, etcétera.

Inversión con responsabilidad

Entonces, para nosotros ese segundo elemento es la inversión. La hemos propuesto desde la responsabilidad social.

Y le asignamos a la responsabilidad social tres significados: primero, transparencia. Que haya transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado. Transparencia en la asignación de contratos, transparencia en la tributación, transparencia en la solución de disputas.

Segundo, un gran compromiso de la inversión con la comunidad, en temas de gran sensibilidad para la comunidad, por ejemplo el tema ambiental. Y allí cito dos ejemplos.

Hemos venido haciendo todo el esfuerzo para que los desarrollos de inversión en materia de extracción de carbón en el Cesar, se ajusten totalmente a las exigencias comunitarias en materia de medio ambiente.

Las dificultades del año pasado en La Jagua (de Ibirico, Cesar), el Gobierno no hizo lo que usualmente se hacía en América Latina. Venía una protesta comunitaria sobre esa materia, y los gobiernos optaban por uno de dos caminos: o reprimir a la comunidad o expropiar a los inversionistas a través de la hostilidad. Nosotros, ni reprimimos a la comunidad, ni ahuyentamos al inversionista.

Enfrentamos el tema con un dialogo amplio comunidad – inversionistas - Gobierno, en la plaza de La Jagua, para buscar acuerdos.

Aquí se necesita inversión, pero esta inversión tiene que cumplir con un parámetro de responsabilidad social, que es el respeto al medio ambiente. Y después de muchas discusiones publicas -como tiene que ser- se llegó a unas conclusiones y se le ha venido haciendo seguimiento.

Otro tema que cito como ejemplo: el país tiene inmensa posibilidad en biocombustibles. De hecho vamos a terminar este año con una producción de diaria de un millón 350 mil litros de etanol a partir de caña, y de un millón de litros de biodisel a partir de palma africana. Hace cinco años el país no producía un litro. El Gobierno ha creado una serie de condiciones, estímulos para esa producción.

¿Cuál es la responsabilidad social allí? No afectar la selva y no afectar el área de seguridad alimentaría.

El país tiene 578 mil kilómetros de selva todavía. Solamente en el oriente colombiano hay 460 mil kilómetros de selva, el oriente colombiano, todo lo que está al oriente de la Cordillera Oriental, desde Arauca al Putumayo, al río Orinoco y al río Amazonas. Eso tiene 640 mil kilómetros, y hay allí 460 mil kilómetros de selva, los otros 128 mil kilómetros de selva están en el resto del país.

Una gran responsabilidad social en la inversión es no afectar la selva, mantenerla es una gran contribución de Colombia en la lucha mundial contra el calentamiento global.

Entonces nosotros hemos exigido que todos los proyectos de biocombustible se comprometan a no tumbar un milímetro cuadrado de bosque en Colombia. Y hay manera de hacerlo, porque tenemos 43 millones de hectáreas de sabanas. Como hemos exigido también que esos proyectos no afecten la seguridad alimentaría. Por fortuna, con 43 millones de hectáreas de sabana, el país puede tener un gran crecimiento en agricultura para seguridad alimentaría –nosotros tenemos apenas 5 millones de hectáreas dedicadas a la agricultura- un gran crecimiento en ganadería y también un gran crecimiento en cultivos para los biocombustibles.

Además, uno de nuestros programas de inversión social más importantes es el de Familias Guardabosques. Hoy tenemos 66 mil Familias Guardabosques, familias rurales que estaban dedicadas a producir drogas ilícitas, afectaban el monte.

Ustedes saben que para sembrar coca en la selva hay que destruir la selva, ahí empieza la erosión del suelo, la alteración del medio ambiente, y después viene la aplicación de los agroquímicos.

Primero, con la destrucción de la selva se produce un fenómeno de erosión, de escorrentía, que va creando dificultades en los cauces de las quebradas, de los ríos, procesos de sedimentación. Y después, con la utilización de los precursores químicos, se agrava la situación al envenenar el agua, al envenenar el medio ambiente.

Nosotros tenemos 66 mil Familias (Guardabosques). Esas familias están comprometidas a cuidar asociativamente un área para que esté libre de droga, a supervisar la recuperación del bosque; esas familias están bajo la vigilancia de Naciones Unidas; el Gobierno paga aproximadamente 2 mil dólares familia al año, pero no paga sino cuando Naciones Unidas ha certificado que están cumpliendo con sus deberes. ¿Es suficiente? No es suficiente, necesitaríamos muchas más.

Pero es una expresión de responsabilidad del Gobierno con esa responsabilidad social en materia de cuidado del medio ambiente.

Ojala el país llegara a tener más presupuesto, ojala tuviéramos cooperación internacional en abundancia, para poder atender ese programa. Este país, con 150 mil Familias Guardabosques bien seleccionadas, podría tener allí el camino eficaz para superar definitivamente el flagelo de la droga.

Fraternidad laboral

Y la tercera expresión de responsabilidad social como condición a la inversión, es el tema de la fraternidad laboral. Nosotros en el Gobierno creemos que conducir las relaciones laborales con odios de clases ha hecho mucho daño, conducirlas con capitalismo salvaje ha hecho muchísimo daño. Creemos que hay que conducirlas con fraternidad.

En los últimos meses hemos sacado dos leyes adelante, que tienen que contribuir a esa fraternidad laboral.

Una ley que restringe las Cooperativas de Trabajo Asociado. Me decía el Ministro de Protección que el Gobierno estima que ya hay alrededor de 800 mil trabajadores vinculados a través de cooperativas de trabajo asociado.

¿Qué dice la Ley que acabamos de sancionar hace dos semanas? Que esas cooperativas no pueden ser intermediarios laborales, tienen que ser empleadores. Y no pueden eludir la obligación de salario mínimo, no pueden eludir la obligación de afiliación a la seguridad social y no pueden eludir los parafiscales.

No se prohibieron las cooperativas, pero sí se les restringió. Ahora tenemos que hacer una gran campaña en todo el país, para que esas cooperativas cumplan con esta Ley.

La segunda Ley que se sancionó hace dos semanas, dice que en adelante, cuando haya una huelga, no será el Gobierno el que la califique de legal o ilegal, sino la justicia. El Gobierno se desprendió de esa competencia, para que haya más confianza. Ya no va a ser el Gobierno el que va decir: ‘esta huelga de Cerromatoso es legal o ilegal, esta huelga de la Justicia es legal o ilegal’. Va a ser la Justicia.

Y también esa Ley definió otro punto. Hasta antes de esa Ley, cuando una huelga completaba 60 días, el Gobierno tenía la facultad de ponerle punto final y de convocar a un tribunal de arbitramento. Y de acuerdo con la nueva Ley, ya no será el Gobierno, tendrá que ser el consenso de empleadores y trabajadores, con una participación de la Comisión de Concertación Laboral. Creemos que eso ayuda.

Hemos hecho muchos esfuerzos para avanzar en fraternidad laboral.

La Pila (Planilla Integrada de Liquidación de Aportes) que ha estado ahora tan de moda por la controversia. ¿Qué busca? Busca que haya más facilidad para pagar los parafiscales en beneficio de los trabajadores, y que haya menos evasión.

¿Qué ocurría antes? ¿Y qué corrige la Pila? Antes un empleador hacía, mínimo, cuatro declaraciones de pago y cuatro pagos.

Primer pago: pensiones, que podían ser tantos pagos cuantas empresas de pensiones vincularán a sus trabajadores. Que en esta empresa 10 trabajadores, que hay tres en el Seguro Social, que hay dos en tal fondo de pensiones, que hay otros cinco en tal otro fondo de pensiones.

Segundo pago: régimen contributivo de salud. También podía convertirse en tantos pagos, cuantas EPS (Entidad Promotora de Salud) estuvieran vinculadas a la afiliación de los trabajadores de la empresa.

Tercer pago: riesgos profesionales. Ese sí, en todo caso uno.

Cuarto pago: para las Cajas de Compensación, el Sena (Servicio Nacional de Aprendizaje) y Bienestar Familiar.

Mucho trámite y mucha evasión.

Muchos trabajadores colombianos me decían: “mire Presidente, a mí me pagan lo correcto en pensiones, porque gracias al sistema de ahorro individual, yo tengo que estar vigilante para que el empleador no me eluda, pero no me tienen en salud, o gano un millón de pesos y me declaran en salud por salario mínimo”. Un problema muy grande.

¿Qué pasa ahora? Ahora no hay sino una declaración y un pago. Entonces al trabajador ‘A’ le tienen que declarar el mismo sueldo en pensiones, en régimen contributivo de salud, en el tema de riesgos profesionales. Con un sólo pago se evitan trámites. Y con un solo pago, una sola declaración, se evita evasión. Creemos que eso ayuda a ir construyendo fraternidad laboral en Colombia.

Esas son las tres limitaciones.

Por ejemplo, el jueves ví una cosa buena en material laboral: el crecimiento de las cajas de compensación. Entre junio de 2007 y junio de 2008 se afiliaron a las Cajas de Compensación casi 443 mil nuevos trabajadores. En el mismo período el país creo 718 mil empleos, según el Dane (Departamento Nacional de Estadística). Entonces, de los empleos creados, un 61 o 62 por ciento se afiliaron a las Cajas de Compensación. Eso muestra que hay una tendencia ya de alrededor del 60 - 62 por ciento de irse formalizando.

Y hubo un gran crecimiento de nuevas empresas afiliadas al Sistema de Compensación Familiar. Y estamos en el lugar indicado, aquí en Compensar, para hablar del tema. Y la mayoría son empresas pequeñas.

Ojala se corrija una distorsión. Uno de los criterios para calificar una empresa como informal es que esa empresa sea de menos de 10 trabajadores. Ese es un error. Una empresa de 10 trabajadores, si todos están afiliados a la seguridad social, si todos pagan si todos pagan las cotizaciones, ¿por qué la califican informal?

Yo pienso que lo lógico es llamar informarles a las empresas que no están cumpliendo con las obligaciones laborales. Estoy seguro, por la tendencia que se ha presentado en Colombia en los últimos años, que si se cambia la manera de calificar a las empresas como informales, si no se les califica como informales porque sean pequeñas, porque tengan menos de diez trabajadores, si se les califica como informales por falta de cumplimiento con la seguridad social, la informalidad en Colombia debería ser menor a la que hoy registran las cifras. Y lo vemos por lo ocurrido en el último año.

Entonces, estamos haciendo un esfuerzo muy grande para avanzar en calidad de empleo, que se cumpla con las obligaciones laborales, que se cumpla con las obligaciones de seguridad social y que se cumpla con los parafiscales, para construir fraternidad laboral en Colombia. Esas son las tres condiciones a la inversión.

¿Cómo estimulamos la inversión? Primero, con una determinación continuada de Seguridad Democrática. Eso atrae inversión. Las tasas de inversión han aumentado en Colombia gracias a la Seguridad Democrática.

Segundo, nosotros decimos: mire, si hay otros países que son hostiles a la inversión en el continente, que están expropiando, que no quieren inversión privada en ciertos sectores etcétera, nosotros somos respetuosos de la inversión, la necesitamos. Somos garantistas de la inversión, siempre y cuando la inversión cumpla responsabilidades sociales.

Macroeconomía

Tercero, hay que trabajar para que la macroeconomía marche mejor. Hay que reducir el déficit, hay que reducir el endeudamiento. Vamos por ese camino. El país llegó a tener un endeudamiento del 48 - 50 por ciento del PIB. Yo creo que este año terminamos con un 26 - 27 (por ciento).

Ecopetrol hoy ya no hace parte de estas cuentas nacionales, y Ecopetrol es una empresa que no debe un peso, antes le deben mucho. Si contabilizáramos a Ecopetrol, el endeudamiento de la Nación aparecería todavía más bajo.

El déficit: lo hemos venido reduciendo. El déficit del Gobierno Nacional Central llegó a estar en el 7.5 (por ciento), influye mucho el pago al Seguro Social. Este Gobierno es el primero que le tocó empezar a hacerle pagos al Seguro Social para pensiones. Este año, para que el Seguro Social pague las pensiones, el Gobierno le tiene que transferir 6 billones 400 mil millones, y el año entrante ocho billones.

Cinco billones debe valer la doble calzada Bogotá - Santa Marta. O sea que con lo que le transferimos al Seguro Social en un solo año, la haríamos, y nos sobraría plata. Pero (es) algo que este país no reivindica en el discurso.

En otros países acabaron con los pensionados, no les reajustaron las pensiones, dejaron que la inflación les deteriorara totalmente las pensiones, les desconocieron sus derechos. Este país ha venido honrando las obligaciones con los pensionados, con un alto costo presupuestal, pero lo hemos hecho.

A pesar de todo hemos venido reduciendo el déficit. En el Gobierno Nacional Central (el déficit) estaba en el 7.5 (por ciento), creo que terminamos el año con el 2.9, el 3. Y el consolidado, o sea ya no sólo el Gobierno Nacional Central sino más las entidades territoriales, las empresas, etcétera, estaba en el 4.2 en agosto de 2002, debe terminar este año entre el 1, el 1.4 (por ciento).

Algunos críticos dicen: ‘el Gobierno de Uribe podría reducir más aceleradamente el déficit si no hiciera tantas inversiones’. Por ejemplo, nos dicen: ‘es que Uribe se va a subir a tres millones de Familias en Acción’, tema sobre el cual me voy a referir. Sí es cierto, si nosotros no hiciéramos estas inversiones o no las hiciéramos en Familias Guardabosques, o no estuviéramos haciendo las inversiones que estamos haciendo para ampliar el Régimen Subsidiado de Salud, tendríamos menos gasto y menos déficit.

Pero, el Gobierno ha pensado lo siguiente: es preferible demorarnos más para llegar al equilibrio fiscal, demorarnos más enfrentando un déficit fiscal, pero poder acelerar inversiones sociales. Es preferible tener que lidiar con el déficit fiscal, que negarse a ir superando el déficit social.

El Gobierno ha querido ampliar inversiones sociales para crear en este país una tendencia de armonía, al costo de no acelerar la llegada del déficit al equilibrio. Y eso es un principio rector de nuestra política. Con prudencia, porque si el déficit vuelve a niveles inmanejables, no habrá manera de financiar la política social, ni nada.

Reforma del Estado

Nosotros hemos reformado el Estado, pero no lo hemos desmantelado. Eso ha sido muy importante para crear confianza inversionista en Colombia.

Empiezo por la reforma que incumbe a esta Caja de Compensación (Compensar). Las clínicas del Seguro Social estaban muy desacreditadas. Le decían a uno: “mire, hay unas clínicas muy buenas, pero en las clínicas del Seguro Social los pacientes (son) tratados como animales en los corredores”.

¿Qué hicimos en Bogotá? Liquidamos esas clínicas del Seguro Social, se las hemos entregado a una asociación entre esta Caja de Compensación, la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios y la Universidad del Rosario. Y están mejorando bárbaramente las clínicas del Seguro Social, como está mejorando la de Cartagena, con un procedimiento semejante, la de Santa Marta, las de Medellín. Nos faltan muchas por reformar.

Creemos que el país no puede seguir con un Estado que estaba controlado por politiquería y excesos sindicales. Hay que pasar del desgreño del Estado a la eficiencia social. Confiamos que este manejo de las clínicas de Bogotá va a ser un ejemplo de eficiencia social.

Ustedes saben que reformamos Telecom, pero no la eliminamos. Hay una nueva Telecom, en la cual el Estado es dueño de la mitad menos una acción. No tiene clientelismo, está muy bien manejada, está al día con los pensionados -teníamos un grave problema para pagarle a los pensionados de Telecom- está al día con los trabajadores activos y está haciendo inversiones.

Reformamos Ecopetrol. Antes de esta reforma tenía capacidad de invertir 700 millones de dólares al año, ahora tiene capacidad para invertir 4 billones de dólares al año. Creemos que ese es un paso bien importante para que el país pueda tener suficiencia de hidrocarburos, que tenemos un grave riesgo de petróleo, y para que el país pueda tener otra inversión en combustibles alternativos.

Hemos reformado 411 entidades del Estado. Vamos a seguir reformando el Estado hasta el último día de Gobierno. Eso le sirve a la comunidad y le sirve a las cuentas nacionales y le sirve a la confianza inversionista. Eso ha ahorrado mucho.

Solamente un ahorro: si no hubiéramos hecho la reforma de Telecom, el Estado tendría que gastarse 500 mil millones (de pesos) al año, para pagarle a los jubilados de Telecom. Esa ha sido una reforma que yo creo que puede convertirse en el mejor legado de nuestra administración para el saneamiento de las finanzas nacionales.

Incentivos tributarios

Hemos introducido incentivos tributarios. Hoy el que invierte en Colombia cien pesos, se le deduce de la renta líquida gravable 40 (pesos); el que construye un hotel tiene 30 años de exención tributaria; el que siembra palma africana o siembra cacao o café orgánico o frutales, cultivos de tardío rendimiento, tiene un periodo de exención tributaria desde el momento en que esos cultivos empiezan a producir.

Tenemos un nuevo concepto de zonas francas. El país tenía 11 zonas francas, gracias a la nueva ley ya tenemos 34 aprobadas, con una advertencia: en una zona franca los estímulos tributarios se dan pero con condiciones. Tiene que invertir tanto, tiene que generar tantos empleos, no puede haber intermediarios laborales, tienen que ser empleos directos a título indefinido, con afiliación a la seguridad social, empleo de calidad.

Ahora, todavía no vemos las consecuencias, porque esas zonas se están aprobando, creo que ya van 36 aprobadas. Siempre hay que dar plazos. Los procesos de inversión no se conciben de la noche a la mañana, la gente piensa mucho antes de invertir, los estudios de los proyectos de inversión toman tiempo, etcétera.

Creemos que todo eso va ayudar a que Colombia vaya teniendo un ritmo más acelerado de desarrollo con responsabilidad social, para poder ir construyendo la cohesión social, la armonía social.

La razón nuestra de buscar los acuerdos de comercio es esa: tener acceso a los mercados internacionales, para colocar nuestros productos.

Y está demostrado que el sector exportador es el sector que generalmente crea los empleos de mejor calidad, con afiliación a la seguridad social. Esa es una de las razones para estimular los acuerdos de comercio.

También para que la gente tenga confianza en la inversión se le dice a los inversionistas: “usted tiene derecho a firmar hoy un pacto de estabilidad con el Gobierno de Colombia a 20 años”.

Política social

En política social voy a hacer algunos enunciados.

La base nuestra es el año 2002, el punto de llegada el año 2010.

Educación básica: cobertura año dos mil dos 78 (por ciento) hoy 94 (por ciento) meta de llegada 2010 ciento por ciento.

¿En qué estamos mal? En educación de primera infancia. Apenas estamos empezando, niños menores de 5 años.

Universidad: cobertura, estaba en el 22 por ciento, hoy está en el 32, me confirmaba, me rectificaba el sábado la Ministra de Educación; meta, mínimo 34 (por ciento) para el año 2010.

Problemas: reclamo en muchas regiones por presencia universitaria. El sábado teníamos un gran reclamo del occidente de Risaralda.

Respuesta: unas pequeñas universidades regionales, ya tenemos 102, se llaman Ceres (Centros Regionales de Educación Superior). Respuesta: avanzar con la formación a distancia pero virtual, avanzar mucho con la conectividad, entre otras cosas para poder apoyar formación virtual.

Sena, que es formación vocacional, técnica. Antes de este Gobierno capacitaba a millón 100 mil trabajadores por año, este año capacita casi 6 millones. Daba 5 millones de horas de enseñanza, este año da 16 millones de horas de enseñanza.

Ha empezado un programa muy bello, que va a tener 300 aulas móviles. Son camiones transportando aulas, y hay muchos en el país.

Segundo, mantener más de un millón de estudiantes en ambiente virtual, a través de Internet.

Y tercero un programa de Internet de enseñanza masiva del inglés, que debe completar un millón de estudiantes gratuitamente. ¿Desde dónde? Básicamente desde San Andrés. Profesores del archipiélago, que son los compatriotas raizales, que tienen dos lenguas madres, el español y el inglés.

Hoy estamos dictando ese programa desde San Andrés, por Internet satelital, pero ya el Ministerio de Comunicaciones abrió una licitación para colocar un cable submarino, y hacer de San Andrés un potencial bien importante en materia de conectividad.

Socialmente es muy interesante ese programa. Ya tiene más de 300 profesores en San Andrés, va a completar a final de año 500, 500 compatriotas raizales en San Andrés, de profesores de inglés, van recibir el año entrante un pago del Sena de 12 mil millones (de pesos). Eso le ayuda enormemente a la comunidad raizal de San Andrés, para construir armonía social.

Calidad educativa. Primero, algo que introdujo este Gobierno que es el concurso para los maestros. Segundo, mantener las pruebas del Icfes. Tres, las pruebas a los egresados. Cuatro, el apoyo virtual. Vamos a ver cómo puede avanzar Colombia en calidad educativa.

La prueba a los egresados universitarios, y lo que llamamos también el observatorio de la suerte laboral de los egresados universitarios, yo creo que son pasos muy buenos. Porque ese observatorio nos va a decir cómo les ha ido a los estudiantes universitarios después de graduarse, cuál ha sido su suerte laboral o de emprendimiento.

Les contestaba yo el sábado en Risaralda. Me decían: “pero es que solamente el Ceres de Pueblo Rico, en el occidente de Risaralda, tiene 42 estudiantes universitarios”. Les decía: pero allá el Sena ya está con un gran programa de técnicos y tecnólogos.

Y hay aquí algo importante, porque la mayoría de ustedes trabaja en regiones muy pobres y remotas, con dificultades de acceso, donde hay todos estos faltantes. Uno de los pasos que hemos dado en educación es que los muchachos que se gradúen de técnicos o tecnólogos en el Sena, lo que estudien allí se los validen, puedan después entrar a una universidad y solamente tenga que completar los créditos para graduarse en una carrera superior.

Creo que ese paso estimula mucho a los muchachos a escoger primero una técnica, una tecnología, porque tienen la expectativa de que después completarán los créditos y accederán a un grado en educación superior.

Nutrición. El país ha pasado en Bienestar Familiar de 3 millones de niños a 6 millones que tenemos en nutrición. Pero con Familias en Acción tenemos millón y medio de familias, tres millones de niños, millón 700 mil familias.

Familias en Acción, un programa estructural

Hoy tenemos en programas de nutrición 9 millones de niños, pero hay que llegar a 12. Hay allí un reto. El Gobierno tiene que reclamar lo que ha avanzado, pero reconocer lo que falta.

Lo que falta. Algunos dicen: “ah, bueno, es que esos programas son asistencialitas”. Yo no creo. La política social cuando se le clasifica entre asistencialita o estructural, lo que dice si es estructural o no es que esa política sirva para que la gente más pobre no esté condenada a que sus hijos tengan que ser pobres, para que se le habilite a fin de que puede haber en la democracia lo que tiene que haber: caminos de movilidad social.

Yo creo que todo lo que se haga en nutrición y en educación de niños, abre caminos de movilidad social.

Eso no es asistencialistas, es estructural. Porque está el cuento de Familias en Acción: “ah es que eso es asistencialista”. ¿Cómo? Si esas familias reciben un subsidio a condición de que muestren que sus hijitos están asistiendo al colegio, a condición de que muestren que los hijitos se estén sometiendo a los exámenes de nutrición y crecimiento.

Y eso es lo que va a ayudar a que los hijos de los pobres no estén condenados a ser pobres, eso es lo que le da derecho a una familia pobre a poder cumplir la aspiración de que sus hijitos estudien.

Y ha demostrado este programa una gran virtud, que se refleja en la disminución de los índices de deserción escolar. Por eso el Gobierno va a hacer todo el esfuerzo para llegar el año entrante a tres millones de familias. Es un gran salto.

Cuando empezó el Gobierno apenas teníamos 220 mil Familias (en Acción) en Colombia, en un proceso experimental.

Tenemos un programa de nutrición que sí es asistencial, es el de los ancianos, lo reconozco. Este país atendía 60 mil ancianos, hoy estamos atendiendo 837 mil – 840 mil, salto grande, con un almuerzo o con una pequeña pensión. Un salto muy grande, pero nos falta mucho. Hay dos millones de ancianos pobres.

Entonces, antes no reclamaban por ese programa, como ya les llega a 837 mil, ahora hay reclamo. Entonces los alcaldes en todas partes me dicen: “sí, muchas gracias, aquí están llegando 600 almuerzos, 300 medias pensiones, pero es que tenemos 2 mil, nos falta una cobertura de mil 100”.

El Gobierno reconoce, ese es un programa asistencial, no estructural. Pero es que una democracia necesita ser humanitaria. Una democracia no puede estar tranquila dándoles la espalda a los ancianos.

Banca de Oportunidades

Programa Banca de Oportunidades. Creemos mucho en ese programa. Un factor de exclusión social que hay en nuestras sociedades es el del acceso al crédito. Por eso, semanalmente, con devoción, sin fatiga, sin fatiga, trabajamos Banca de Oportunidades.

Conseguirle un crédito a una familia pobre es muy difícil. Si no hay devoción, entrega para buscar caminitos, no se consigue.

En nuestro segundo Gobierno hemos logrado llegarle con crédito a 2 millones 700 mil familias, la meta es llegarle a cinco millones. Y se ha presentado una variación importante: en 2002 la cartera en favor de los microempresarios representaba el uno y medio (por ciento) de la cartera total. Hoy representa más del cinco.

O sea que se le ha puesto más atención al crédito a los sectores populares, pero falta mucho. Eso hay que estar todos los días encima, para ir vinculando más microempresarios de los sectores populares al crédito formal, que no dependan del gota a gota, que no dependan de la usura, que no dependan de las casas de empeño.

Y eso necesita devoción del Gobierno y ejemplo. Por eso insistimos cada sábado en ese tema.

Cobertura de salud

El país tuvo un salto muy rápido en materia de cobertura de salud. En efecto, nosotros teníamos hace cinco años 23 millones de colombianos asegurados, ahora tenemos 38 millones.

La meta del Gobierno es llegar al ciento por ciento de cobertura en los estratos uno, dos y tres. Los que no estén en régimen contributivo, régimen subsidiado. Así como hablo de ese salto, también digo que tenemos que resolver dos grandes retos: el de calidad, y después, en el plan de atención en el Régimen Contributivo es mucho más amplio que en el régimen subsidiado.

¿Se pueden nivelar ya?, no, no alcanzamos, necesitaríamos 6 billones. No es realista pretender que se va a nivelar ya.

Ahora, ¿qué es primero, lograr la plena cobertura o nivelarlos? Yo creo que logar la plena cobertura.

Allí tenemos un gran reto, y en calidad. Pero este Gobierno está haciendo un esfuerzo grande, por lo menos para poder decir que se logró la plena cobertura para estratos unos, dos y tres de la población.

Infraestructura

Ahora, las dificultades son muchas en carreteras. Yo me reúno con la Andi, y me dice: “Presidente, usted por qué le está pavimentando carreteras a los pueblos, si nosotros necesitamos es pavimentar los corredores de comercio exterior”. Tienen razón.

Y me reúno con alcaldes, y me dicen: “Presidente, muy bueno el Plan 2500 pero muy chiquito. Aquí no nos tocaron sino tantos kilómetros, necesitamos pavimentar muchos más”. Tienen razón.

En un país donde falta de todo, todo reclamo es justo. Hay que estar bregando a avanzar a ver cómo se puede atender una u otra cosa.

Creemos que vamos a dejar unas obras bien importantes para que este país se desarrolle.

La doble calzada Bogotá – Buenaventura. Con el Túnel de La Línea, que ojalá lo llamáramos Túnel del Segundo Centenario.

¿Qué nos falta por contratar? El tramo más difícil es Buga – Buenaventura. Está casi todo contratado y en ejecución, falta por contratar allí 14 kilómetros. Falta por contratar lo que podría ser doble calzada entre Armenia y La Paila, que es lo menos difícil y lo menos urgente.

Ya hicimos la primera parte del Túnel de La Línea, ya la atravesamos en un trencito, ahora estamos pendientes de la segunda parte.

Doble calzada Bogotá – Santa Marta: eso está en pleito. Una carretera que se había contratado de aquí al río Magdalena, nosotros recibimos el pleito, lo superamos. Ahora estamos en el proceso de dejar contratada una doble calzada de Bogotá a Santa Marta.

Doble calzada Bogotá – Sogamoso: en plena marcha. Yo creo que ya tenemos 70 kilómetros, vamos a terminar el año con 100 kilómetros, y ya estamos abriendo la licitación para pavimentar lo que falta de Sogamoso a Yopal, que es la otra salida al Llano.

Doble calzada Medellín – Turbo: en estructuración. Doble calzada Cúcuta – Bucaramanga: próxima a abrir licitación. Y hay una serie de dobles calzadas bien importantes que están empezando a trabajarse, como la de Nariño, la de Córdoba – Sucre, las dos que comunican a Cartagena y Barranquilla.

Ahora vamos a dejar para el Caribe colombiano un patrimonio grande, creo que va a valer mil millones de dólares, para que el país tenga una doble calzada por todo el Caribe desde la frontera con Panamá, hasta la frontera con Venezuela.

Al país le falta mucha infraestructura, he ahí un obstáculo para el desarrollo. Hay que avanzar.

Creo que la inversión en puertos ha sido muy buena con los nuevos esquemas tributarios. Ustedes ven hoy, en el Puerto de Buenaventura se están invirtiendo mil millones de dólares.

En Barranquilla hay un gran florecimiento de puertos. Se está haciendo una inversión importante en Santa Marta. Se está haciendo una inversión bien importante en la Bahía de Cartagena.

El nuevo esquema tributario y la confianza de inversión en el país ha traído más inversión en puertos.

¿Por qué todas estas obras? Para que el país tenga más competitividad. Si el país no tiene más competitividad, se nos estanca el desarrollo, y estancado el desarrollo se nos afecta mucho la política social.

¿Cómo relaciona este Gobierno, filosóficamente, el crecimiento económico con el crecimiento social? Creemos que son variables mutuamente dependientes.

En América Latina hemos asistido a dos épocas: en una época decían los brasileros: ‘primero que crezca la economía, después resolvemos lo social’. Eso fracasó, lo llamaban ‘el desarrollismo’. Tuvieron años de crecimiento de la economía del 14 (por ciento), y el país más pobre.

Después dijeron en otros países, como el Perú: ‘primero que crezca lo social, después resolveremos el crecimiento de la economía’. Acabaron con el crecimiento de la economía, y fueron incapaces de atender lo social.

Nosotros por eso creemos que tenemos que llevar de la mano crecimiento económico y política social.

Si hay crecimiento económico, hay recursos para política social. Y si hay política social, se estimula la economía. Si hay más educación, el país va a tener más competitividad. Si hay más educación, el país va a tener más armonía social, menos violencia.

Si hay más atención a los sectores pobres en nutrición, el país va tener, por un lado, más demanda de alimentos, y por el otro lado, unos sectores mejor atendidos, con mejores posibilidades de construir armonía social. Creemos en esa relación.

Ahora, los faltantes son muchos, las dificultades enormes. Pero ahí vamos. Una dificultad: Chile está haciendo un transmilenio en Santiago, ese es su problema. Nosotros estamos haciendo nueve transmilenios.

Casi todos los centros de producción de América Latina están cerca al mar. Bogotá está a 580 kilómetros de Buenaventura, y hay que acabar de cruzar esta Cordillera Oriental, cruzar la Central y cruzar la Occidental. Y a mil kilómetros de Santa Marta.

Este país tiene unas dificultades en localización de centros de desarrollo bien difíciles de remontar.

Ustedes acuden hoy a un seminario relacionado con la labor noble que todos ustedes desarrollan, que es la labor de conciliar. Yo siempre me preguntaba esta mañana: “bueno, yo que soy pelión, me voy a sentir mal en un seminario de conciliación”.

Pero, yo también creo, y de pronto es una autoindulgencia, una autoindulgencia, que peleando por cosas que uno cree convenientes a la Patria, finalmente puede ayudar a que haya más armonía en la Patria.

Monseñor Héctor Fabio me había dicho que habría unos minutitos para preguntas, preocupaciones de ustedes, discrepancias. Con el mayor gusto les ofrezco la palabra”.