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Diciembre 03 Versión imprimible
Palabras del Presidente Álvaro Uribe durante la ceremonia de ascensos en las Fuerzas Militares

Bogotá, 3 dic (SP). “Regresamos hoy a la Escuela José María Córdova para imponer el tercer sol al señor general Óscar Enrique González Peña, comandante del Ejército, y para ascender a subtenientes a 426 jóvenes, esperanza de la patria.

Hace 37 años, uno de los generales de la República a quien más quiere y respeta el pueblo colombiano, el señor general Álvaro Valencia Tovar, recibió en esta Escuela a un joven santandereano que venía con todo el compromiso de la patria y con toda la vocación de servicio: 37 años de servicio ininterrumpido, de llevar dignamente el uniforme del Ejército, de portar con valor y con transparencia las armas de la República, convierten hoy al Comandante del Ejército en general de tres soles.

Hace pocos días en este mismo sitio, acudimos a presentarlo ante la tropa como nuevo Comandante de la institución. Y decíamos en aquel momento que, por ejemplo, ha pasado los últimos 10 años de su vida por fuera de las oficinas, enfrentando a los criminales en la primera línea de combate, dirigiendo a los oficiales, dirigiendo a los suboficiales, dirigiendo a los soldados.

Es un general que, al decir del Libertador Bolívar, lo ubicamos hoy entre los generales excelencia, porque ha demostrado su eficacia en el campo de batalla, y al mismo tiempo el orden para la conducción de la institución militar, la transparencia para el prestigio de la institución militar.

Y acudimos a graduar a 426 subtenientes. Jóvenes: ustedes son una esperanza de la patria y un ejemplo. Pudieron haberse dedicado a una vida más tranquila: la universidad, una tecnología o una técnica, mezclarle la rumba los viernes y los sábados. Pero han escogido entregar su juventud a una vida sacrificada, a una vida de abnegación, que es la vida militar.

Con eso, ustedes están consagrando su vida al abnegado servicio de la patria, pero también garantizando que sus compañeros de generación y quienes habrán de venir, puedan vivir felices en el noble suelo de la patria. Los felicitamos de todo corazón.

Como lo decía el señor Ministro de Defensa, hemos logrado grandes avances. El mundo sigue aplaudiendo la Operación Jaque, los avances de nuestras Fuerzas Armadas.

Por supuesto, una reflexión de cinco minutos sobre los éxitos, nos tiene que llevar al compromiso de todas las horas y de todos los días, frente a los retos que quedan. Todavía tenemos grandes extensiones en narcotráfico, que hay que destruir, poner presos a aquellos que insistan en las siembras, seguir la tarea de la captura y extradición de todos los traficantes. Hay bandas criminales, parte de cuyos integrantes correspondían a los antiguos grupos narcoparamilitares. Derrotar esas bandas es un imperativo urgente.

Capturar a quienes las financian y las orientan, para hacerle daño a los colombianos, como el tal sujeto ‘Don Mario’, es un imperativo de la hora. Quedan narcotraficantes como ‘El Loco Barrera’, como ‘Cuchillo’. Reducirlos es un imperativo de la hora.

Hemos avanzado mucho contra las guerrillas narcoterroristas. Tenemos que capturar la cúpula del Eln, estén donde estén. Ellos se presentan ante el mundo como la guerrilla ideológica y buena, cuando es la guerrilla tenebrosa, narcotraficante. Que no se sueñen que van a seguir por ahí en madrigueras. La decisión nuestra, sin desafíos verbales pero con toda la intención en la acción, es encontrarlos en sus cuevas, en cualquier sitio del planeta donde se ubiquen. Allá llegaremos.

Todos los días hay más gente que nos ayude en la comunidad internacional, y que quiere informarnos dónde están y ayudarnos a ir por ellos. Y la política de recompensas ayuda muchísimo en esa promoción.

Hemos tenido muchos éxitos frente a las Farc, pero faltan. Que no se sueñen ahora los pomposos nuevos líderes del terrorismo de las Farc, el narcoterrorista ‘Cano’ y el narcoterrorista ‘Márquez’, que van a ascender, que el país les va a conceder reconocimientos políticos o licencias de inmunidad.

Están identificados como cabecillas del terrorismo, secuaces del narcotráfico, sicarios y verdugos del pueblo colombiano. Y como tales los reconocemos y como tales continuaremos en su persecución, hasta que estén en las cárceles y el pueblo colombiano pueda cantar la estrofa de libertad de nuestro Himno Nacional, al no tener que padecer más la esclavitud a la cual nos han sometido estos tiranos.

Esas tareas están pendientes. Y vamos a continuarlas con toda la decisión. En una Colombia que avanza, que está más tranquila, en una Seguridad Democrática que avanza. Por ejemplo, los colombianos hemos recuperado para el Estado, gracias a la valentía de los soldados y policías, el monopolio para combatir a los criminales. Ya no hay criminales combatiendo a otros criminales. Ahora se juntan para delinquir. Es el Estado, sus soldados, sus policías, su Fuerza Aérea, su Armada, que ha recuperado el monopolio eficaz para combatir a los criminales.

Antes había que pedirles en unas regiones a la guerrilla y en otra a los paramilitares que administraran justicia. Ahora, con el valor de nuestros soldados, se ha recuperado el imperio de la justicia en todo el territorio. Los colombianos temían dar testimonio, han superado ese temor y hoy ayudan a la justicia con su testimonio.

Muchos colombianos no creían que era posible la seguridad, no acudían en busca de seguridad a las Fuerzas Armadas, pero además pretendían resolver el problema por sus propios medios. Hoy confían en nuestras Fuerzas Armadas, hoy confían en la capacidad, en la competencia, en la idoneidad de nuestras instituciones armadas para proveer a cada ciudadano con el servicio de seguridad.

Hemos avanzado, enfrentamos desafíos. Y los desafíos que enfrentamos en seguridad, van de la mano de otros retos de la patria. El Gobierno enfrenta hoy el reto de las ‘pirámides’, el reto de las inundaciones, el reto de la crisis económica internacional.

‘Las pirámides’. Acudiremos, con un gran crecimiento de Familias en Acción y Familias Guardabosques, a las zonas afectadas por las pirámides.

En las próximas horas debe salir parte de la nueva legislación, para poder garantizar en esas zonas irrigación masiva de crédito, ayudar a que por la vía del crédito se recupere la economía. Hemos tomado acciones para que la usura en Colombia definitivamente se convierta en un delito no excarcelable.

Estamos apoyando a la justicia, desde hace 14 – 15 meses, para que lleve a las cárceles a todos los promotores de las ‘pirámides’. El pueblo colombiano debe saber que detrás de esto hay dos grandes criminales. Que no de otra manera se explica que en pocas semanas, hayan irrumpido en el país con tanta fuerza estos estafadores del patrimonio popular de los colombianos.

Y algunos me reprochan porque digo que son criminales. Me reprochan porque digo que son mafiosos, que dan ejemplo de cultura mafiosa. Tengo que reiterarme en ello. ¿Cómo no van a ser criminales, ofreciéndoles a los colombianos tasas de interés del ciento por ciento, del 150 y hasta del 300 por ciento en un mes, robándoles a los colombianos ese dinero?

¿Cómo no van a ser criminales y mafiosos, llevándose ese dinero al extranjero y dejando aquí a los colombianos en la inopia? ¿Cómo no van a ser criminales y mafiosos cuando captan el dinero de los colombianos y se dedican con ese dinero a tener vida de sibaritas, a tener vida de jeques petroleros en vacaciones en Panamá, a utilizar carros lujosísimos, de los cuales no habíamos oído hablar muchos colombianos, entre ellos yo, pues en mis 56 años no había oído hablar de los carros Maserati no de otros vehículos que han comprado esos criminales con la plata que le han quitado al pueblo colombiano?

Esperamos que nuestra Policía, con cooperación internacional, pueda dar con los escondrijos donde tienen el dinero en el extranjero, y poder traer ese dinero para contribuir a devolverles dinero a los colombianos que resultaron estafados.

Seguiremos haciendo todo el esfuerzo en política social. Confío en que en pocos días se sienta el nuevo gran salto en Familias en Acción en Nariño y en el Putumayo, que empiece la nueva etapa de irrigación masiva de crédito.

Lo que no podemos aceptar es que con dinero del Estado entremos a pagarles a los ciudadanos que resultaron afectados. Sería un pésimo precedente.

El Presidente de Colombia no solamente puede pensar en la tranquilidad de su Gobierno. En muchas ocasiones tiene que aceptar la intranquilidad de su Gobierno, para garantizar la tranquilidad futura del país.

Para la tranquilidad en el futuro del país, es mejor que el Gobierno actual tenga que sufrir, en cabeza de su Presidente, el desgaste de no aceptar que el Estado ponga dinero para devolverles a los colombianos que resultaron estafados.

Eso causa mucha crítica, muchas dificultades, mucha intranquilidad. Pero también sienta un precedente de seriedad, un precedente de que no se puede jugar con la ilegalidad. Un precedente de que no se puede caer en la trampa de la mafia. Un precedente de que el único camino es el camino de la vida honrada, del trabajo con dignidad, con austeridad.

Sentar ese precedente en estos momentos es difícil para el Gobierno, por el reclamo de miles de colombianos desesperados porque perdieron dinero en las ‘pirámides’. Pero sentar ese precedente ayuda a instalar en el país la cultura de la legalidad, ayuda a instalar en el país la cultura absoluta del trabajo honrado, ayuda a crear tranquilidad en el futuro del país.

Las inundaciones

Con ayuda de las Fuerzas Armadas, estamos enfrentando el tema de las inundaciones.

Nos duele mucho lo que pasa en el río Magdalena, lo que pasa en el río Cauca, lo que pasa en el río Atrato, lo que pasa en tantos sitios de Colombia. Quisiéramos poder tener el don de la ubicuidad para llegar personalmente allí, donde quiera que un colombiano esté padeciendo una de estas dolencias.

El Gobierno seguirá haciendo esfuerzos para que unos u otros estemos acompañando a los colombianos en estos sitios: para recuperar las carreteras, para que funcionen los bancos de materiales, para que con la ayuda del Sena, la asistencia de los ingenieros militares, la asistencia de los ingenieros de la Armada, puedan los colombianos afectados reconstruir sus casitas.

Y vamos a acompañar al Ejército con más política social. A medida que haya más Seguridad Democrática, que también haya más Familias en Acción.

Anoche le decía a una periodista internacional que en los últimos años hemos reducido el secuestro a una décima parte, pero hemos pasado la cobertura de Familias en Acción de 220 mil a un millón 700 mil. Y que Dios mediante, en 2009 serán 3 millones de Familias en Acción, más las familias adicionales que debamos incorporar en las zonas afectadas por las ‘pirámides’.

Un país con menos secuestros y más educación. Aquí teníamos un 78 por ciento de cobertura en educación básica, y ahora hay un 96, y vamos para el ciento por ciento.

Un país con menos asesinatos y más posibilidades universitarias. Cuando empezó nuestro Gobierno, había cerca de 30 mil asesinatos y teníamos 980 mil estudiantes universitarios.

Este año puede ser un año de 16 mil homicidios en Colombia, ojalá eso disminuyera más verticalmente. Pero hemos pasado en estos años de 980 mil a millón 480 mil estudiantes universitarios.

Ningún auditorio mejor que el que integran hoy los familiares de los subtenientes, en esta legendaria Escuela José María Córdova, para decir que estamos trabajando para que el esfuerzo de los soldados de la patria por la seguridad de todos los colombianos, se vea premiado en un país que tenga más confianza para la inversión y en un país que tenga más política social.

Inversión, seguridad y política social tienen que garantizar prosperidad para las nuevas generaciones de compatriotas.

Homenaje

Quiero rendir un homenaje a los papás y a las mamás de los subtenientes. Como lo recordaba el Ministro, estos 37 años del General Óscar Enrique González Peña en el Ejército, este éxito de los graduandos, tiene detrás esa fuerza que es el apoyo de las familias.

Unas familias que hoy disfrutan esta graduación y este ascenso, pero que siempre han sufrido. Siempre ha sufrido la familia del General, pensando dónde está, dónde lo alcanzó la noche, cuál habrá sido el resultado de sus soldados, de sus oficiales, y su suerte personal enfrentando a los criminales.

Una ceremonia de mucha felicidad y orgullo para las familias de los subtenientes, pero también de intranquilidad, porque ellos desde hoy salen de la Escuela a prestar sus servicios en los campos de Colombia, en procura de derrotar a los criminales.

Queridas familias: ustedes merecen toda nuestra gratitud. Quiero rendirles un homenaje a las familias, pidiendo un aplauso para Julio Enrique Quintero Monroy y Gloria Rivera Barragán, padres del subteniente, primer puesto, Arlex Antonio Quintero Rivero.

Voy a pedir respetuosamente a mi General Padilla y mi General González que se pongan un momento de pie. Queridos compatriotas: miren estos soles. Apreciados subtenientes, observen estos soles. Aquí hay 41 años de servicio al Ejército de Colombia. Allí hay 37 años de servicio al Ejército de Colombia.

Hoy hemos entregado a ustedes un diploma. Aspiramos a que cuando pasen estos años, ustedes puedan tener los mismos soles. Y que el país de entonces les diga: gracias, subtenientes de 2008, porque ustedes consolidaron la paz. Entraron al Ejército de Colombia en el camino de la investigación científica, pusieron al Ejército de Colombia en la vanguardia de la contribución a la prosperidad de los civiles.

Bajo la conducción del Ministro, del General Padilla, antes el General Montoya, ahora el señor General Óscar González, han logrado éxitos que demuestran que el terrorismo es derrotable.

En la compañía de la Fuerza Aérea, que todos los días perfecciona su puntería; en la compañía del creciente compromiso de la Armada, hoy, ustedes, subtenientes, dejan las aulas y entran a apoyar esta tarea. La patria les dará estos tres soles oportunamente, en reconocimiento de que ustedes le habrán dado felicidad a la patria.

Ayer fue el General Álvaro Valencia Tovar quien recibió al General Óscar González. Ahora es el General Óscar González quien los recibe a ustedes, subtenientes.

Que los generales que habrán de venir, y cuando ustedes sean generales, puedan recibir una nueva generación de subtenientes de Colombia, para que todos los días tengamos una Colombia más próspera, una Colombia con rectitud.

Que el nuevo Ejército, el del porvenir, el que surgirá de la derrota definitiva del terrorismo, sea el Ejército de la contribución a la Colombia científica y a la Colombia del bienestar colectivo.

Subtenientes: ¡ni un minuto de reposo, ni una hora de descanso! Esta tarea no permite conjugar dominicales festivos. Esta tarea es una tarea de todas las horas. Su única compensación es el orgullo de sus familias, la gratitud de la patria. La Patria que los quiere, porque la patria sabe que de su abnegación y sacrificio habrá de venir la felicidad de las nuevas generaciones.

¡Adelante! Como dice el himno de Santander: ¡Ni un paso atrás! ¡Adelante, graduandos! ¡Una Colombia sin terrorismo, una Colombia próspera, una Colombia sin corrupción!

Queridos compatriotas: muchas gracias por entregar sus hijos a la maravillosa tarea de la seguridad de Colombia.

¡Que viva la Patria!”.