Bogotá, 30 ene (SP). “Primero, nuestro agradecimiento. Yo creo que este es un estudio que nos aterriza mucho, nos da unas indicaciones muy concretas sobre lo que debemos hacer y nos pone unos puntos de referencia nacionales, que muchas veces estimulan más a emular con ellos, que cuando los puntos de referencia son internacionales.
Regresando a los principios elementales, nosotros estamos trabajando tres objetivos fundamentales de Gobierno: consolidar Seguridad Democrática, consolidar confianza inversionista y construir cohesión social. Van de la mano.
Por ejemplo, en el tema de confianza inversionista hemos avanzado bastante. Lo veíamos anoche, cuando se lanzó en Bogotá, por parte del sector privado, la construcción de un centro internacional de negocios, una vitrina de Colombia que operará todos los días, con una inversión de medio billón, que contribuirá mucho a la inversión en el país y que es también producto de la confianza inversionista que se ha venido ganando en Colombia.
Hemos pasado de una tasa de inversión que en el 2002 estaba entre el 12 y el 15 por ciento, a una tasa de inversión que en los últimos años ya subió al 19, 21, 24, y que en el tercer trimestre del año pasado, todavía no tenemos el consolidado de 2007, en el tercer trimestre del año pasado estaba entre el 27 y el 28.
Sostener una alta tasa de inversión es una necesidad, para que con responsabilidad social eso nos ayude a generar empleos de buena calidad, con afiliación a la seguridad social; nos ayude a superar pobreza y a construir equidad.
El país ha ganado mucho en confianza inversionista, pero hay que crear ambiente de inversión.
Por ejemplo, ayer vino una firma muy grande del Brasil, que nos ayudó el Presidente (Luiz Inacio) Lula. Esa firma se llama Valhe do Rio Doce, quiere construir una capacidad de generación de energía en Colombia para un millón 200 mil kilovatios. Eso le puede valer 2.300, 2.400 millones de dólares. Quiere instalar una planta de Alúmina para empleos muy importantes en número y en calidad, que le vale 3.500 millones de dólares. Y quiere instalar el puerto de apoyo.
¿Qué nos han dicho? Resumen de esa conversación: “Confiamos en Colombia”.
Estamos confiando en Colombia porque Colombia es un país que tiene un gran balance entre un Estado que se está reformando, no un Estado que se está desmontando -aquí hay algo bien importante con las décadas del neoliberalismo- un Estado que se está reformando para que sea un Estado que agrega valor y no destruya, un Estado más cercano a la comunidad, un Estado que proceda con más agilidad, un buen balance entre ese Estado y un gran espacio al sector privado, sin estatismo, sin hostilidad al sector privado. Exigiéndole al sector privado, a medida que se le da ese gran espacio, responsabilidad social definida en transparencia, definida en solidaridad con las comunidades, especialmente en temas tan sensibles como el urbano, de la calidad de vida, el ambiental.
Responsabilidad social también expresada en relaciones laborales fraternas, no de odio de clases, no de capitalismo salvaje.
Nos dicen ‘confiamos en Colombia porque Colombia ha venido mejorando la salud fiscal financiera de la Nación. Aprecian las reformas que se han hecho en el tema pensional, el tema de las transferencias a la regiones, el buen equilibrio entre la descentralización y el cuidado de la salud fiscal de la Nación.
Confían en Colombia por todas las reformas que se han venido haciendo en el Estado, 415 entidades reformadas, la primera Telecom, la última Ecopetrol, y las que vienen en camino, como todas las clínicas del seguro social, etcétera.
Confían en Colombia por el esquema tributario que nos ha aprobado el Congreso. Yo creo que el Congreso presidió con mucho talento, porque Colombia no hizo algo que en el mundo genera mucha controversia política, que es rebajarle los impuestos de manera general. No. Aquí se han introducido unos diferenciales.
Nuestras reformas tributarias dicen que el que invierta en Colombia y que cree en el país va a tener unos estímulos. Yo creo que eso ha ayudado muchísimo.
Dicen ‘creemos en Colombia por el nuevo concepto de Zonas Francas’, que nos aprobó el Congreso y que el Ministro de Comercio, Industria y Turismo (Luis Guillermo) Plata ha venido impulsando con tanto entusiasmo.
Zonas Francas que se pueden instalar en cualquier parte del país, que pueden tener muchos o un solo usuario y que tienen los beneficios de exención de IVA y de arancel para los equipos, y de una tasa de renta solamente del 15 por ciento para las ganancias, no importa que su destino sea el mercado internacional o el mercado doméstico.
Y dicen ‘confiamos en Colombia, porque Colombia aprobó en su Congreso la Ley que autoriza al Gobierno a firmar pactos de estabilidad con los inversionistas’.
Y dicen ‘vemos que Colombia tiene un gran atraso de infraestructura, pero se está empezando a hacer un esfuerzo para desatrasarse’.
Entonces, hay mucha confianza en Colombia. Esa es la primera parte de la conversación.
Viene la segunda parte: ¿Si hay dónde instalar el proyecto de un millón 200 mil kilovatios? ¿Hay dónde instalar la planta de Alúmina? ¿Podemos tener la concesión portuaria?
Entonces, ahí no puede fallar el Estado colombiano, porque nada ganamos con ganar la confianza si enseguida no se crean las condiciones para que se desarrollen esos proyectos.
Si esta segunda parte se resuelve favorablemente vendrá la tercera, que ya es el entendimiento con las autoridades locales. Y ya entran a jugar todos estos temas que nos han referido hoy, con tanta claridad, doña Mierta Clara Capaul (Líder de Producto Doing Business Subnacional) y doña Carolina Rentería (Directora de Planeación Nacional).
Tenemos que trabajar los tres capítulos: seguir insistiendo en construir confianza, facilitar los proyectos y facilitar que se puedan implementar.
Y si yo fuera alcalde de una de estas ciudades y me dicen por qué no hace lo que están haciendo en Hong Kong, empiezo a ver eso con dificultades. Digo: ‘Bueno, no sabemos cómo es la legislación nacional allá, en cambio la legislación nacional aquí hay estos obstáculos, no puedo hacer lo mismo de Hong Kong’.
Pero si yo fuera alcalde de Popayán y me dicen por qué no haces esto que están haciendo en Pereira, yo creo que es más estimulante, más retador, menos difícil. Por eso yo veo muy positivo este enfoque, que es una comparación entre ciudades colombianas.
Y algo muy importante, una de las palabras finales de la Directora de Planeación: Si lográramos poner a todas estas ciudades al nivel de la primera, en cada rango, el país ganaría 31 puestos.
Entonces, vamos a felicitar estas ciudades. En el primer grupo, a Pereira; en el segundo, a Manizales; en el tercero, a Cartagena; en el cuarto, a Villavicencio, y en el quinto, a Popayán. Pero a las que están rezagaditas no las vamos a glosar, sino que les vamos a anticipar las felicitaciones por lo que van a hacer. Hay que anticiparles las felicitaciones.
Hay que seguir esta tarea, que el Banco Mundial nos ayude y que con el liderazgo de la Directora de Planeación y del doctor Fabio Valencia (Alto Consejero Presidencial para la Competitividad y la Productividad) trabajemos con los alcaldes de todas estas ciudades para que nos paguen la felicitación anticipada.
Vemos que el marco legal nacional esta dado, que lo que se requiere es ya unos esfuerzos locales, que esta parte no exige modificación de ley.
A ver cómo nos ponemos, ciudad por ciudad, en esta primera etapa. Entonces en el primer grupo le vamos a decir a Popayán, Neiva y las que siguen ahí: Ya, pónganse al nivel de Pereira, en apertura de empresas, en registro de propiedad, a Cartagena y Barranquilla, y las que siguen allí, pónganse al nivel de Manizales.
En comercio exterior, a Villavicencio, Neiva y Bogotá: Por favor, pónganse al nivel de Cartagena. Aquí hay una dificultad, pero ahí viene la concesión del aeropuerto y vienen las dobles calzadas Bogotá – Buenaventura, con el Túnel de la Línea, que con la ayuda de Dios va muy adelante. Este año se adjudica, próximamente, otra licitación bien importante cuando ha avanzado mucho la construcción del túnel básico y, también, estamos haciendo todo el esfuerzo para que, después de haber superado ese pleito de Commsa, que duró tantos años, podamos terminar este año con la adjudicación de la doble calzada Bogotá – Buenaventura.
Decirle a las de cumplimiento de contrato: Bogotá, Barranquilla, Neiva, Cartagena, Medellín: pónganse al nivel de Villavicencio.
Y a las de pagos de impuestos, decirle a Medellín, Santa Marta, Neiva, Cartagena, Bogotá: pónganse al nivel de Popayán.
Yo creo que esto, que no exige modificación legal, con unas administraciones que quieren acertar, podríamos sacarlo rápidamente.
Que se firmara un acta de intención, con la ayuda del Banco Mundial, el liderazgo de Planeación (Nacional), el doctor Fabio Valencia, la Comisión Nacional de Competitividad y las Comisiones Regionales, con el alcalde y el presidente del Concejo de cada una de estas ciudades, para, en pocos meses, tener todas estas ciudades en el nivel de la primera, en cada grupo.
Y la segunda etapa sería decir a las campeonas, Pereira, Manizales, Cartagena, Villavicencio y Popayán: Bueno campeonas, no se pueden dormir. Ahora a pegar otra escalita.
Sería mi propuesta”.
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