Cartagena, 5 feb (SP). “No tenemos palabras para agradecer a ustedes 47 años de amor por Colombia. Es un amor inmenso, inmenso. Ese sí es un amor infinito. Ese es un amor de todos los momentos; es un amor sometido a todas las pruebas. Ese es un amor de verdad; un amor ejemplar. Muchas gracias.

Y que importante que ese amor lo hayan alimentado con una vinculación permanente a nuestro país. Algunos de ustedes conocieron aquí a una niña, se casaron con ella; unas de las niñas que vinieron en la época conocieron aquí a un colombiano y se casaron con él. Y todos crearon vínculos indisolubles con Colombia, con la familia colombiana, donde ustedes estuvieron.

Difícil saber quién quiere más a quién: si ustedes a la familia colombiana donde estuvieron, o la familia colombiana que tuvo el privilegio de tenerlos en su casa.

Muchas, muchas gracias.

Sé que han estado hablando con la Embajadora Carolina Barco y con la Directora de Planeación, Carolina Rentería, sobre el momento del país; país que ustedes conocen muy bien, que han seguido de cerca y sobre el cual tienen todas las inquietudes, todo el afecto.

Quisiera decirles dos o tres palabritas sobre lo que pensamos en el Gobierno actual e invitarlos a que me hagan algunas preguntas, algunos comentarios. Me ha dicho la Embajadora Carolina que le hicieron unas preguntas bien importantes a la Directora de Planeación.

Nosotros estamos trabajando para nuestra democracia cinco valores democráticos: la seguridad, las libertades, la construcción de cohesión social, la lucha por la transparencia y el respeto a un Estado de instituciones independientes, de origen democrático.

Tiene este Gobierno tres objetivos principales: la seguridad, desde la democracia. Cuando ustedes vinieron a Colombia recordarán muchos países de la región con dictaduras. Por eso, para nosotros ha sido muy importante hablar de seguridad democrática. Esto es, seguridad desde la democracia, no desde la dictadura.

Seguridad con eficacia y con respeto a los derechos humanos; seguridad con libertades; seguridad con crítica; seguridad con un país abierto a la observación y a la crítica internacional.

En estos 47 años durante los cuales ustedes han estado tan cerca de Colombia y de América Latina, hemos conocido cómo en muchos países, para combatir la violencia han justificado dictaduras. Colombia combate la violencia desde la democracia.

Hemos conocido como muchos países para combatir la violencia han suprimido el disenso, las libertades, y se han olvidado de los derechos humanos.
Colombia combate la violencia desde los derechos humanos, desde el respeto al disenso. Nuestra seguridad es democrática porque es para todos: amigos o críticos del Gobierno, líderes de los trabajadores o líderes empresariales, empresarios agrícolas o campesinos. Seguridad para todos.

Muchos países de América Latina para enfrentar la violencia impidieron la crítica internacional. Colombia se ha mantenido abierta a la crítica, a la presencia de la comunidad internacional que la observa.

Y a Colombia le ha tocado el desafío más grande frente a la violencia. Todos los movimientos violentos de América Latina tuvieron una financiación externa y en el momento en que esa financiación externa empezó a declinar buscaron el camino de la paz.

La guerrilla salvadoreña, primero, fue el resultado de una dictadura militar de 50 años. Vivía de donaciones que le hacían ONG de Europa Occidental. Llegó un momento en que encontró que no tenía posibilidades de avance militar y que no le llegaría más dinero de Europa Occidental. Ese día negoció y la contraprestación fue consolidar la democracia naciente en El Salvador.

La nuestra no enfrenta una dictadura; aquí se enfrenta a una democracia. La nuestra hoy no recibe dinero de afuera, no lo necesita; estos grupos son muy ricos, del narcotráfico. Por eso la necesidad de derrotar el narcotráfico. Seguridad desde la democracia.

El segundo objetivo del Gobierno es confianza inversionista, desde la responsabilidad social.

América Latina ha vivido muchos debates. Uno de ellos fue: ¿qué es primero, el crecimiento o la distribución? Algunos países, hace 50, 60 años, entre ellos el Brasil, se preocuparon solamente por el crecimiento y eso produjo más pobreza, que finalmente frenó el crecimiento.

Después vinieron décadas aquí, en el continente, en las cuales solo hubo preocupación por al distribución. Pero le dieron la espalda a la inversión, al crecimiento. Y en nombre de la distribución terminaron empobreciendo a todo el mundo.

Nosotros somos de la idea de que hay que llevar el crecimiento de la mano de la distribución. Por eso hablamos de confianza inversionista con responsabilidad social.

Hemos asignado tres significados a la responsabilidad social: primero, transparencia; total transparencia en las relaciones entre la inversión y el Estado, en los contratos, en la solución de disputas, en la tributación.

Segundo, una gran solidaridad de los inversionistas con la comunidad, especialmente en temas de medio ambiente. Este país sigue siendo una reserva ambiental de la humanidad. Esta Colombia que ustedes tanto han querido, de un millón 150 mil kilómetros, tiene todavía 578 kilómetros de selva. 578 mil kilómetros de selva, lo que hoy gana una importancia muy descollante, como un elemento para contribuir en la lucha contra el calentamiento global.

Los grandes enemigos de esa selva han sido terroristas y narcotraficantes.

Estamos haciendo un programa muy bello que se llama Familias Guardabosques. Ya tenemos 56 mil familias campesinas que estaban vinculadas a la droga y el Gobierno ha hecho pacto con ellas; han abandonado la droga y están dedicadas a cuidar la reconstitución del bosque.

El Gobierno paga a cada una de esas familias 2 mil dólares al año. El programa lo supervisa Naciones Unidas y lo ha presentado como un programa muy importante de desarrollo alternativo a las drogas ilícitas y de preservación de la selva en la lucha contra el calentamiento global.

La responsabilidad social de la inversión, como solidaridad con las comunidades, debe tener especial expresión en el tema ambiental.

Ahora que el país ha crecido tanto en exportaciones de carbón hemos encontrado conflictos. Ustedes van al Cesar y encuentran, especialmente el año pasado, mucho conflicto de las comunidades con las empresas internacionales que explotan carbón.

El Gobierno nuestro dijo: ‘No vamos a ser hostiles a las empresas ni le vamos a dar la espalda a la comunidad. Vamos a buscar soluciones con todos’. Y hemos reunido en múltiples ocasiones a las empresas y a la comunidad en foros abiertos, para que la comunidad exprese, con todo respeto pero con toda franqueza, aquello que la aqueja, y los empresarios respondan cómo deben resolverse esos problemas.

Un diálogo que nos seduce mucho, que nos emociona, en un país que estaba muy acostumbrado a proponer el dialogo con los violentos, pero no con la comunidad. De pronto en este Gobierno ha habido menos diálogo con los violentos, pero el nacimiento de un gran diálogo permanente con la comunidad.

Es muy bello ver el nombre de esa responsabilidad social en una plaza pública de la Jagua de Ibérico, en el Cesar, entre mil ciudadanos de esa comunidad, sentados a los gerentes de las empresas de carbón para responder a las inquietudes en nombre de la responsabilidad social. Ni hostilidad con la inversión ni tampoco ignorar los problemas de la comunidad.

Y la tercera expresión de esa responsabilidad social se da en las relaciones laborales, que no las queremos de capitalismo salvaje; tampoco de odio de clases. Abogamos por unas relaciones laborales fraternas; creemos que son las únicas que hacen una Nación viable hoy en el propósito de crecer y construir armonía social.

Y el tercer objetivo de Gobierno es el objetivo de construir cohesión social, desde las libertades. En nombre de la cohesión social no se pueden suprimir las libertades. La libertad ayuda a la crítica social y la libertad ayuda a indicar si en lo social se va por buen o por mal camino.
Tenemos unos objetivos muy exigentes, los habrá contado la Directora de Planeación, en salud, en educación, en crédito popular, en Familias en Acción, en formación técnica, etcétera.

Ahora que están en campaña presidencial en los Estados Unidos las revistas publican que hay 47 millones de ciudadanos norteamericanos todavía sin seguro de salud.

Cuando nuestro Gobierno empezó, ya Colombia tenía 23 millones y medio de ciudadanos con seguro de salud; hoy tiene 37 millones. Pero estamos aspirando a que en el año 2010 la totalidad del pueblo colombiano tenga seguro de salud.

Hemos avanzado mucho en educación básica, aspiramos llegar al ciento por ciento. En educación universitaria empezamos en el 22 por ciento, vamos en el 29 y aspiramos llegar al 34.

En el primer Gobierno dimos un gran avance en formación vocacional. Creo que tenemos en el Sena la mejor institución de América Latina en formación vocacional.

Quienes de ustedes pude encontrar en San Andrés el pasado viernes, me encontraron allá en un acto muy bello. En este segundo Gobierno el Sena ha instalado una plataforma tecnológica para masificar todavía más la formación técnica. Y empezamos hace una semana el programa para enseñarles por Internet, masivamente, inglés a los colombianos.

¿Quiénes serán los profesores?: Nativos de San Andrés, a través de Internet. ¿Cuántos serán?: 500. Ya hay 120. Hasta la semana pasada se habían matriculado 66 mil alumnos. La meta es tener medio millón al final de año.

Eso va a unir mucho más a los colombianos y a los colombianos con el mundo, a los colombianos continentales con los colombianos insulares.

Esos 500 profesores nativos de San Andrés van a devengar al año 12 mil millones por enseñar inglés a través de Internet, desde su ciudad de San Andrés. Creemos que eso también va a ser muy bueno para el tejido social de San Andrés.

En fin, pudiera hablarles de lo bueno; también tenemos muchas, muchas necesidades. Por ejemplo, cuando miramos los desplazados. Hemos avanzado en salud, en educación para los desplazados y en el programa Familias en Acción. Pero tenemos un gran déficit de vivienda..

Si ustedes me preguntaran: ¿el actual Gobierno cuál es la mayor preocupación que tiene hoy? No tenemos los recursos para poder avanzar en vivienda social al ritmo que quisiéramos. Vamos despejando el camino de educación, el camino de salud, el camino de acueductos, pero todavía hay un gran atraso en vivienda.

Creemos, sí, lo siguiente: Un pueblo educado compra vivienda. Si se da vivienda y no hay educación, la gente pierde la vivienda. Entonces, hemos tenido que escoger avanzar primero desde la educación, en la esperanza de que nuestro pueblo avanzará en equidad, en productividad, en competitividad, en ingreso, y que eso ayudará a resolver este problema tan grave de vivienda.

Cuando pensaba en ustedes, desde que me anunció la Embajadora Carolina (Barco) esta reunión, dije ‘bueno, que poco ha avanzado Colombia en estos 47 años, poco y mucho’.

Para algunos hay cosas asombrosas, para otros todavía un gran atraso. Créanme que el factor de atraso ha sido la violencia, por el desplazamiento interno que produjo, por el desplazamiento al exterior. Hoy hay 4 millones de colombianos que viven en otros países. Cuatro millones. Prácticamente el 8 ó 9 por ciento de la población. Un país de 43, 44 millones, 4 millones viven por fuera.

El desplazamiento interno se ha disminuido, pero no lo hemos frenado totalmente. Todos los días hacemos esfuerzos a ver cómo lo frenamos totalmente. Creemos que si el país sigue construyendo confianza, el país podrá recuperar muchos de los años que la violencia nos hizo perder.

Tenemos mucha esperanza que se pueda aprobar el TLC en el Congreso de Estados Unidos, porque nos ayuda en la inversión.

A mí me han preguntado: ‘¿Cuál es el afán del TLC con Estados Unidos?’. Yo he contestado: ‘No creo que podamos aumentar mucho las exportaciones a Estados Unidos en el corto plazo. Pero firmar un TLC con los Estados Unidos es avanzar en construcción de confianza, para que en Colombia se invierta’. Y la inversión, con responsabilidad social, nos tiene que ayudar a salir adelante.

Estas son, apreciados compatriotas, que tanto han querido este país, algunas de las ideas de este Gobierno.

Nos emociona mucho saludarlos. Que estén aquí, que estén contentos. Y registrar un acontecimiento: 47 años de amor es una larga vida de amor. Es un amor que los colombianos no tenemos cómo agradecer a ustedes”.