Cartagena, 5 feb (SP). “Quiero dar a todos un saludo cálido, afectuoso, de gratitud por su presencia en Colombia, por su interés en Colombia. Agradecer al señor Ministro (de Minas y Energía), al doctor Zamora, presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, esta nueva convocatoria tan promisoria para el país.
Nosotros estamos buscando una palabra clave en nuestra administración: confianza, confianza en Colombia.
Estamos trabajando tres objetivos de Gobierno: consolidar la seguridad desde la democracia. Es bien importante que el mundo lo sepa, no es seguridad desde la dictadura, es seguridad desde la democracia, seguridad desde la eficacia de la Fuerza Pública y el respeto a los derechos humanos. Segundo objetivo de Gobierno: Consolidar la confianza inversionista, desde la responsabilidad social. Tercer objetivo de Gobierno: avanzar en la construcción de cohesión social en la superación de la pobreza, en la construcción de equidad desde las libertades. Los países que suprimen las libertades en aras de la cohesión social, terminan con más pobreza y sin libertades.
En cuanto al segundo objetivo de Gobierno, consolidar la confianza inversionista desde la responsabilidad social, caben dos preguntas: ¿qué entendemos por responsabilidad social?, y ¿qué estamos haciendo para consolidar esa confianza inversionista?
Miramos la responsabilidad social en tres expresiones: primero, transparencia en las relaciones de los inversionistas con el Estado; segundo, solidaridad en las relaciones de los inversionistas con las comunidades; y tercero, relaciones laborales no de capitalismo salvaje, no de odio de clases, relaciones laborales fraternas.
La primera expresión de responsabilidad social, la transparencia. Necesitamos siempre, para construir esa confianza, esa expresión de responsabilidad social, transparencia en las relaciones de los inversionistas con el Estado, transparencia en la asignación de contratos, transparencia en la solución de disputas, transparencia en la tributación, en un tema tan importante que genera tanta controversia política en la región: transparencia es equidad en la participación del Estado, en el valor de la producción de petróleo y de gas.
Es fundamental que un país como Colombia, abierto a la inversión privada nacional e internacional, en un sector de recursos no renovables y en un continente donde hoy hay tantas dificultades políticas -muchas de las cuales giran alrededor del tema- nosotros podamos exhibir ante el mundo toda la transparencia. Eso es fundamental, es una garantía de sostenibilidad de la inversión privada internacional y doméstica, en este sector en Colombia.
Si ustedes me preguntaran: “¿Qué es lo más importante para el largo plazo?” Yo diría esa transparencia que de credibilidad. Que cualquier estudiante inquieto pueda revisar con juicio, con detalle, la transparencia en los contratos, en la solución de las diferencias, en la tributación, en el pago de las regalías, la equidad en el total consolidado de participación del Estado en el total del valor del producto.
Es también bien importante la solidaridad de los inversionistas con las comunidades. Lo vemos fundamental, especialmente en temas de medio ambiente. En esta época del calentamiento global, la solidaridad de este tipo de inversiones con las comunidades, alrededor del tema del medio ambiente, es fundamental.
Sin ella no se construye confianza con las comunidades, y se crean reacciones políticas que perturban la asociación del Estado con el sector privado, para la producción de hidrocarburos.
En el tema carbonero, por ejemplo, he venido diciendo a los productores de carbón en Colombia que es fundamental esa solidaridad con las comunidades vecinas allí en las áreas de producción, en materia ambiental.
Hace un año empezamos a encontrar dificultades, reacciones ya con un alto nivel anímico de comunidades que se consideraban maltratadas.
Entonces decía el uno: “es que no han tomado tales medidas ambientales” y decía el otro: “es que por mi comunidad, que no tiene sino una callecita y que no está pavimentada, pasan 600 tractomulas al día cargadas de carbón, y entonces tenemos que respirar el polvorín en la época seca y el pantano en la época de lluvias”.
¿Nosotros qué hemos hecho? Asumir una postura de equidad. Ni hostilidad con el inversionista, ni darle la espalda a la comunidad.
El año pasado en la Jagua de Ibirico estuvimos tres veces, en tres Consejos Comunitarios, en algo que considero bien importante para el mundo: en una plaza publica abierta, reunidos la comunidad, los trabajadores, los inversionistas y el Gobierno, en un dialogo que estimula toda la franqueza, pero que exige todo el respeto para buscar esos acuerdos de solidaridad, esto es fundamental.
En América Latina, gobiernos autocráticos, supresores de libertades, que han erradicado la inversión privada, han tenido también como raíces la falta de transparencia en la inversión privada, y la falta de solidaridad de inversionistas con las comunidades.
Y viene la segunda pregunta: ¿Qué se hace en Colombia para consolidar esa confianza inversionista?
Lo primero es nuestro modelo de Estado. Nosotros no estamos en el estatismo. Para nosotros es fundamental la inversión privada, internacional y doméstica. En una época donde el estatismo quisiera abrirse de nuevo paso en América Latina, para la confianza inversionista es muy importante que un país diga: “No estamos en el estatismo”.
Somos conscientes de que necesitamos la inversión privada internacional y doméstica.
Esos son fundamentos elementales de un modelo político, de los cuales no se había vuelto a hablar porque todo el mundo los entendía como ganados, como victorias irreversibles. Pero las nuevas tendencias políticas de América Latina muestran que hay que volver sobre esos principios elementales del modelo político.
Segundo, tiene que ser factor de confianza la persistencia del pueblo colombiano y del Gobierno en la seguridad.
Creo que mejor manifestación que la de ayer es imposible. Yo creo que lo de ayer nos permite decirle al mundo que aquí, más importante que los resultados en descenso de asesinatos, de masacres, de secuestros, es la determinación popular de defender y de exigir la Seguridad Democrática.
El mundo tiene que haber ganado ayer un nuevo escaño de confianza en Colombia, al observar al pueblo colombiano definidamente, sin dudas, defendiendo la Seguridad Democrática.
Ese apoyo popular se convierte a una política, se convierte en un bien material y en un intangible sumamente importante para la confianza en este país.
Tercero, el avance para el saneamiento macroeconómico de la Nación. Encontramos el endeudamiento cercano al 50 por ciento, está por el 28 (por ciento). No ha sido una tarea fácil, vamos a ver como lo seguimos reduciendo.
El déficit consolidado en el 4.2 (por ciento), terminó el año 2007 en el 0.7 (por ciento).
El déficit del Gobierno Nacional Central, recargado con el tema de pensiones, en el 7 y medio (por ciento), terminó el año pasado en el 3.3.
Hemos introducido reformas muy importantes, reformas constitucionales y legales de pensiones.
Cuando hace algunas semanas veíamos en la televisión las imágenes de las huelgas de Francia contra la propuesta reformista del Presidente Sarkozy, aquí decíamos: “pero si esas reformas las hemos aprobado en los años recientes en Colombia”.
El último año aprobamos la reforma de las transferencias a las regiones. No fácil. Buscamos un equilibrio entre la promoción de la descentralización y la salud fiscal de la nación. Nadie queda plenamente satisfecho con una decisión de esta naturaleza, pero yo creo que ha venido recibiendo, ha sido rodeada de un buen ambiente nacional
Una reforma bien importante: la reforma de la administración pública.
Si ustedes, apreciados integrantes de esta conferencia me preguntaran: “¿cuál es la reforma más importante que este Gobierno quiere dejar como legado?”. Yo diría que la reforma de la administración publica.
No ha sido fácil. Nos movemos en una América Latina que tuvo unas épocas dedicadas al desmonte del Estado, y que está asistiendo a una década dedicada al resucitar del estatismo.
Reformar el Estado, entre estos extremos, es muy difícil.
Nosotros hemos reformado 415 entidades del Estado. La decisión es reformar entidades del Estado hasta el último día de Gobierno.
Eso nos ha ahorrado un punto del PIB (Producto Interno Bruto), y ha despejado caminos de muchas de estas entidades a futuro.
Algunas reformas a destacar: las que faltan. Faltan muchas reformas en el sector de los seguros sociales, en clínicas de los seguros sociales.
Reformas a destacar, de las logradas: la Empresa Colombiana de Telecomunicaciones estaba condenada a desaparecer, iba a dejar una carga pensional muy grande contra el fisco de la Nación. Se reformó, se convirtió en una empresa mixta, se resolvió con horizonte de largo plazo el tema pensional, paso de destruir valor a agregar valor, paso de una total incapacidad de inversión a una gran capacidad de inversión, es apenas un actor en un sistema de telecomunicaciones de actores múltiples en Colombia.
La siderúrgica Paz del Río, de gran importancia para Boyacá, condenada a desaparecer. De ella dependían 3 mil trabajadores, numero similar de pensionados. En lugar de extenderle partida de defunción, logramos un acuerdo con los trabajadores, no fácil, duró años, los primeros de nuestro Gobierno, para que ellos hicieran el tránsito del sindicalismo tradicional, reivindicatorio y político, a un sindicalismo moderno de participación y de responsabilidades gerenciales.
A cambio de eso el Estado les cedió un porcentaje de participación muy importante, que les permitió llegar al 46 por ciento de propiedad de la empresa. Para hacerla viable desmontaron muchos de los beneficios extralegales.
Nos ayudó la evolución del precio del acero, y la confianza en el país permitió que llegaran inversionistas brasileros, que han logrado un magnífico acuerdo con los trabajadores y están haciendo una inversión para triplicar en un año la producción medida en toneladas.
La reforma de Ecopetrol. En el primer Gobierno introdujimos la reforma pensional y laboral de Ecopetrol, para darle viabilidad a la empresa en el largo plazo.
Y en este segundo Gobierno, la capitalización. Yo no ceso de aplaudir al Congreso de la República, por haber tenido el coraje de aprobar la ley de capitalización de Ecopetrol.
En Colombia, como en muchos países de América Latina, los radicalismos ideológicos han evitado este tipo de reformas, han sido torpedos contra el progreso.
Si ustedes me hubieran preguntado hace seis años, hace seis años: “¿van a capitalizar a Ecopetrol con participación de particulares?”. Yo habría dicho: no me atrevo. Lo hemos podido. El país ha venido ganándole la batalla a los obstáculos de los radicalismos ideológicos.
Fue un bello espectáculo para la democracia, asistir al fenómeno de que medio millón de colombianos compraron acciones para capitalizar a Ecopetrol en un 10 por ciento. Y hay autorización legal para llegar hasta el 20 por ciento.
Y en un medio político bien difícil, cuando la idea prevalerte en el continente es el estatismo en estas actividades. Es una excepción, es una isla, es una contra tendencia, que la empresa de petroleros de Colombia avance hacia un porcentaje importante de capitalización por intermedio de particulares.
No se ha podido avanzar tanto en países cuyos gobiernos son amigos de la inversión privada, cual es el caso de México. Yo creo que en las circunstancias de ubicación geográfica de Colombia, y del momento político latinoamericano, y de los antecedentes de radicalismo ideológico en la capitalización de Ecopetrol, Colombia ha dado un gran paso.
Hemos orientado la tributación para premiar a los que inviertan en Colombia. No somos de la idea de rebajar las tarifas a todo el mundo. Está comprobado que eso no siempre produce una gran reacción en inversión. Somos de la idea de dar un tratamiento tributario preferencial a quienes inviertan.
Hemos introducido incentivos específicos e incentivos generales. Incentivos específicos a los Biocombustibles, a los cultivos de tardío rendimiento, a los hoteles, a algunas actividades de ustedes -como la sísmica- a energías alternativas como la eólica.
Hemos introducido incentivos generales, como la deducción del 40 por ciento de la base gravable a las nuevas inversiones.
Hemos introducido el concepto de zona franca -que no paga impuesto al valor agregado ni arancel para importación de equipos, y la tarifa de renta es de apenas el 15 por ciento- para muchos sectores de la economía colombiana.
El Congreso de la República nos aprobó la ley que nos permite firmar con los inversionistas pactos de estabilidad de reglas de juego a veinte años, lo que despeja un buen horizonte.
Y además, estamos en una tarea de conectar la economía colombiana con la economía mundial.
Primero impulsamos el acuerdo entre la Comunidad Andina y Mercosur, en plena vigencia. Después el acuerdo bilateral Colombia - Chile, en aprobación hoy por los congresos; el acuerdo para profundizar los atractivos inversionistas Colombia - Perú, más allá de las normas de la Comunidad Andina; el acuerdo comercial de Colombia con tres países de Centroamérica: Honduras, Guatemala y El Salvador; estamos negociando el acuerdo con Canadá, esperamos la última ronda a partir del 4 de Marzo; estamos negociando el acuerdo entre la Comunidad Andina y la Unión Europea; estamos negociando el acuerdo entre la Asociación Europea de Libre Comercio -liderada por Suiza- y nuestro país; y el acuerdo con el grupo cuatro del Pacífico, liderado por Chile.
Confiamos terminar este año con acuerdos de protección de inversiones con China y con India. Empezamos a avanzar en acuerdos bilaterales para desmontar la doble tributación.
Después de muchas dificultades logramos el acuerdo comercial con los Estados Unidos. Hacemos todos los esfuerzos para que el Congreso norteamericano lo apruebe. Ahí requerimos una gran contribución de ustedes, para que su voz se sienta por parte de la opinión pública norteamericana, tenga acogida en los medios de comunicación de los Estados Unidos, llegue al Congreso de los Estados Unidos.
Es más importante ese tratado, como un paso en la dirección correcta para que Colombia atraiga más inversión, que por las expectativas de mayores exportaciones a los Estados Unidos en los años que vienen.
En estos años, la tasa de inversión en Colombia ha evolucionado del 12 -15 (por ciento), en el tercer trimestre del año pasado se situó en el 27 (por ciento).
Para nosotros es más importante una alta tasa de inversión, que un crecimiento de la economía que puede ser estacional y fortuito. Lo único que en nuestro concepto garantiza un crecimiento sostenido en el largo plazo es una alta tasa de inversión en el país, por eso nuestro énfasis en la confianza.
Tenemos atrasos en infraestructura, pero estamos creando todos los mecanismos para lograr este desatraso. Hemos extendido la legislación de zona franca a los puertos, concesiones privadas, que les facilitará grandes inversiones en equipos, en facilidades.
Estamos en la tarea de construir las dobles calzadas, la que comunique Bogotá con Santa Marta, Bogotá con Buenaventura, Medellín con Turbo; la que comunique en dirección noreste, suroeste, las diferentes ciudades de la Costa Caribe colombiana.
Nos preocupa la situación económica de los Estados Unidos, el contagio sobre Europa, sobre África.
Tenemos tres factores para buscar defendernos: primero, Colombia está hoy en una situación macroeconómica mejor que hace algunos años.
Segundo, estamos emprendiendo unas obras de infraestructura importantes, que pueden ayudar al dinamismo de la economía si en materia de transables hubiere declinación.
Y tercero, nuestra gran esperanza es la confianza inversionista que el país ha venido ganando.
Hemos pasado de inversiones anuales de 700, 1.500, 2.000 millones de dólares, a inversiones netas de 8.000, 6.500 (millones de dólares). Y este año el Banco Central pronostica, nuevamente, una inversión extranjera directa de 8.000 millones de dólares, con un punto importante en diversos sectores de la economía.
Y a todo esto le estamos sumando el tema de cohesión social. Aspiramos que al final de nuestro Gobierno, el país haya logrado plena cobertura en educación básica. Venimos del 78 (por ciento), estamos en el 94, vamos para plena cobertura. En educación universitaria venimos del 22 (por ciento), estamos en el 29, la meta es 34 (por ciento).
Creo que tenemos la mejor institución de formación vocacional en América Latina: el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA), que muchos de ustedes conocen.
Esa entidad ha pasado de 5 a 15 millones de horas de enseñanza, de capacitar un millón 100 mil colombianos por año a capacitar 4 millones 600 (mil), y ahora está agregando una plataforma tecnológica que le permitirá sumarle al número de personas capacitadas, millón 200, permanentemente, de ellos 500 mil aprendiendo inglés como segunda lengua, a través de Internet, con profesores colombianos del archipiélago de San Andrés, que hablan español e inglés como lenguas nativas, y que ya han empezado. Ya la semana pasada teníamos 120 profesores en la isla de San Andrés, enseñándoles inglés a 66 mil colombianos vía Internet. Aspiramos terminar el año con 500 profesores enseñándoles inglés a 500 mil ciudadanos.
Estamos avanzando mucho en salud. Cuando nos hablan que en los Estados Unidos hay 47 millones de ciudadanos sin seguro de salud, nosotros teníamos 23 millones y medio asegurados, ahora tenemos casi 37 (millones) y aspiramos para el final del Gobierno tener la totalidad de los ciudadanos con seguro de salud.
Estamos avanzando bastante en un programa que se llama Familias en Acción, que le llega a millón y medio de familias pobres con apoyos para la educación, la nutrición y la salud de los hijos.
Estamos avanzando bastante en crédito popular. Hemos logrado un acuerdo con todas las instituciones financieras del país -públicas y privadas- de primero y de segundo piso, las fundaciones, los fondos de garantías, para aumentar sustancialmente el crédito a los sectores populares. En el primer Gobierno llegamos con crédito a un millón 800 mil familias, la meta de este segundo Gobierno es llegar con crédito a 5 millones de familias.
Hacer todos los esfuerzos por la cohesión social desde las libertades. Tenemos problema serios –todavía- en vivienda popular. Esta ciudad (Cartagena), por ejemplo, en poco tiempo, dobló su población y no estaba preparado para ello, se convirtió en una gran receptora de desplazados y su infraestructura, su actividad económica, no estaba en condiciones para pasar de medio millón a más de un millón de habitantes.
Reconocemos todas esas dificultades, pero estamos haciendo todos los esfuerzos para que este país las vaya superando. Consideramos muy importante la inversión de ustedes en Colombia.
Tememos mucho que el obstáculo energético aparezca como un fantasma, que le cree severas dificultades a la economía mundial. Tenemos toda la decisión de resolver el tema de suministros energéticos para Colombia.
Les habrá dicho el Ministro el crecimiento del país en carbón, acabamos de escucharle los resultados de todos los esfuerzos, resultados que se dan en sísmica, en exploración, en contratos, en producción.
Vienen otros esfuerzos muy grandes. El Ministerio está abriendo en los próximos días la primera subasta para asignar proyectos de generación de energía de diferentes fuentes.
Y creo que estamos avanzando bien, cuando apenas empezamos hace cuatro años y medio en el tema de los biocombustibles. Es posible que el país termine este año con una capacidad para producir entre etanol y biodiesel dos millones de litros al día. El país tiene en eso una enorme posibilidad.
Reitero la invitación a ustedes para confiar en Colombia, para trabajar en Colombia, para hacer todos los esfuerzos en Colombia en procura del abastecimiento de petróleo y de gas, para ayudarnos a que este país salga adelante”. |