Bogotá, 28 feb (SP). “Quiero saludarlos muy respetuosamente, celebrar que tengan esta reunión en la ciudad de Bogotá, que haya convocado no sólo una tan nutrida presencia de compatriotas, sino tan representativa de la comunidad internacional.
Muchas gracias a los visitantes de la comunidad internacional por venir a nuestro país.
Por supuesto, yo no hice con el doctor (Andrés) Sarmiento el pacto de qué íbamos a hablar, porque entonces le tendría que decir: “hagamos un pacto por la negativa”. No, yo no puedo hablarles de ginecología, ni de obstetricia. Pero él tampoco me dijo de qué debería hablar.
Entonces, yo les voy a hablar de dos cositas:
Primero, de la visión del país que el Gobierno está trabajando. Y segundo, del programa específico de salud y seguridad social que adelantamos con el Ministerio (de la Protección Social), cuyo titular nos acompaña esta noche.
Imaginémonos el país una casita. Aquí arriba, en este vértice superior, el Gobierno tiene situada una palabra clave: confianza. Lo que queremos es confianza en Colombia, para vivir, para trabajar, para invertir en Colombia. Confianza en las instituciones colombianas, confianza en todo lo de nuestra Patria.
Y eso está apoyado en tres pilares, que son: seguridad desde la democracia -es bien importante, porque América Latina vivió muchos proyectos de seguridad desde las dictaduras. Lo que marca el contraste es lo nuestro, seguridad desde la democracia, Seguridad Democrática- segundo, confianza inversionista desde la responsabilidad social; tercero, avance en cohesión social desde las libertades.
Todo está integrado. Un país con 43 – 44 millones de habitantes, con tantas dificultades en lo social, si no avanza en seguridad, no crea un presupuesto fundamental para que haya inversión.
Hay que tener es la seguridad como presupuesto para que haya inversión. Esencial, pero no el único. Ahora me referiré a algunos otros.
Y la seguridad y la inversión se convierten en presupuestos esenciales, para que afluyan los recursos para hacer posible el avance en cohesión social.
A su vez, en una democracia, en un Estado de opinión, si no se avanza en cohesión social, la gente termina preguntándose: ¿entonces para qué la seguridad?, ¿entonces para qué la inversión?
La cohesión social es un factor legitimador de la inversión y de la seguridad. Y a su vez es un factor que permite que sean sostenibles en el tiempo.
¿Por qué hablamos de confianza inversionista desde la responsabilidad social? Porque es bien importante definir que la inversión sin responsabilidad social se vuelve antipática, rechazable por los pueblos, y no es sostenible en el largo plazo.
La responsabilidad social la hemos circunscrito básicamente a tres puntos:
Primero, la transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado: transparencia en la asignación de contratos, transparencia en la solución de disputas, transparencia en la tributación, en todo, transparencia.
Segundo, responsabilidad solidaria con las comunidades, especialmente en problemas de medio ambiente. Nadie entiende, por ejemplo, que Colombia tenga una de las explotaciones carboneras más grandes del mundo, si simultáneamente las empresas que la están adelantando, no se comprometen definitivamente a hacer los puertos de cargue directo, que eviten la polución de carbón en las playas de Santa Marta o en los edificios vecinos.
Ese un tema fundamental de responsabilidad social que el país lo entiende cuando se le pone de ejemplo.
Y el tercero es las relaciones laborales. Nosotros abogamos por unas relaciones laborales no de capitalismo salvaje, no de odio de clases, sino fraternas.
Seguridad
El primer punto: hemos avanzado en seguridad, indudablemente, pero falta mucho. Yo diría que la mayor ganancia que hemos obtenido en seguridad, es que el pueblo colombiano tiene hoy más fe.
Yo recorrí el país hace cinco, seis, siete años, y en muchas regiones los ciudadanos habían perdido fe en las instituciones, muchos quería pasar totalmente desapercibidos, otros irse del país, y otros resolver el problema de inseguridad por cuenta propia.
Yo creo que se ha recuperado bastante fe en las instituciones, y eso ayuda mucho al presente y al futuro del país.
Para no hablar, porque me volvería extenuante, y quiero llegar al tema de salud y seguridad social, yo creo que esa es una gran ganancia en materia de seguridad.
Hemos avanzado, y cuando uno ve cada delito en particular, el homicidio, el secuestro, los delitos de impacto diario sobre los ciudadanos, entonces hemos mejorado, pero falta bastante.
Es una tarea que tiene que procurar el pueblo colombiano que trascienda de gobierno a gobierno, cualquiera sea los titulares de los gobiernos.
Confianza inversionista
En confianza inversionista también hemos avanzado. El país estaba invirtiendo de cada 100 pesos que producía, 12 - 15. En el tercer trimestre del año pasado invirtió 27. Estamos esperando las cifras finales del Banco de la República, del Dane, de la Dian, para saber finalmente cuál fue la tasa de inversión del año pasado.
Nosotros tuvimos años de inversión de 700 millones de dólares, llevamos ya tres años de inversión extranjera directa por encima de 6 mil 500 millones de dólares. Todo indica que el año pasado fueron 8 mil.
A la fecha, este año, llevamos casi 1.500 millones de dólares invertidos, de inversión extranjera directa en Colombia. Con un aspecto bien importante: las tasas de inversión hoy están sustentadas sobre inversiones transparentes.
Uno va a la ciudad de Cartagena y mira todos esos edificios que se están haciendo, y encuentra que ya hay un reconocimiento general de la ciudadanía de que son inversiones que ya no se soportan en dineros de narcotráfico. Allí hay un avance bien importante.
Y en las zonas rurales se ve ya, por fortuna, que el narcotráfico ha dejado de presionar la adquisición de predios rurales, gracias, por ejemplo, a los procesos de extinción de dominio, etcétera.
Entonces, estamos avanzando en confianza inversionista en el país, y con dinero transparente, y en muchos sectores. Porque el país ha tenido momentos en que ha llegado una gran inversión por el petróleo, una gran inversión por el carbón, una gran inversión para las empresas de telefonía celular o para los canales privados de televisión. Lo importante es que ahora vemos inversión en muchos sectores de la vida colombiana.
¿Qué piensa el Gobierno que tiene que hacerse para la confianza inversionista?
Primero el modelo. Tenemos que regresar a la discusión de los fundamentos del modelo. Nosotros no desmantelamos el Estado, pero tampoco entramos en la tendencia en que están hoy algunos países latinoamericanos, de estatismo.
Hemos dicho: Colombia es un país abierto a la inversión privada doméstica e internacional, pero con responsabilidad social. Repetir la disposición gubernamental alrededor de esa garantía es bien importante, porque hoy los inversionistas se preguntan: “¿Bueno, pero Colombia que piensa de estas tendencias de estatismo que se dan en otras áreas de la región?”
Segundo, la persistencia en el tema de seguridad. Tercero, la salud macroeconómica de la nación.
Cifras macroeconómicas
Hemos avanzado, pero no lo suficiente. El déficit del Gobierno Nacional Central era del 7,5 (por ciento del PIB). El año pasado cerró en el 3,3. Y tenemos muchas dificultades para rebajarlo más como quisiéramos, porque solamente les doy esta cifra: este año el Gobierno Nacional le tiene que trasladar al Seguro Social 6 billones 400 mil millones (de pesos), para que el Seguro Social pueda pagarles cumplidamente a los pensionados.
El Seguro Social recauda de cotizaciones pensionales más o menos 2 billones al año, pero tiene que girar 8 (billones) 400 (mil millones). ¿Quién le da el resto? el Gobierno Nacional. Eso equivale a 1,8 del PIB. Entonces si al 3,3 le restáramos ese 1,8, estaríamos mucho más cerca de equilibrio.
Ahí tenemos un problema, un problema de presión de costos pensionales que el país va a gastarse muchos años resolviéndolo todavía.
Hemos logrado, pues, esa reducción del déficit del Gobierno Nacional Central, con muchas dificultades. Ahora que está empezando el nuevo período de los gobernadores y los alcaldes, nosotros tenemos una reunión semanal o quincenal en la Presidencia con los gobernadores y los alcaldes de una región, y todos llegan con unos pedidos que desbordan nuestras posibilidades.
Y comprensible, en un país donde falta de todo, todo reclamo es un reclamo justo. Pero eso tropieza con dificultades financieras de la nación.
El déficit consolidado, cuando ya no es solamente del Gobierno Nacional Central sino también de las entidades territoriales, etcétera, era del 4,2. El año pasado debió cerrar en el 0.7.
El país debía, de cada 100 pesos que producía, debía 50. Hoy debe 28, pero todavía es un endeudamiento alto. Yo creo que hemos mejorado, pero no podemos cantar victoria. Todavía no hemos recuperado plenamente el grado de inversión.
Temores por la economía mundial
Me preguntarán ustedes: “¿y temores del Gobierno en la parte económica?”. El Gobierno no puede desconocer la crisis económica internacional, los fenómenos de inflación, fenómenos de inflación derivados de un petróleo a 100 dólares, (que) produce una presión inflacionaria encadenada muy difícil de manejar.
Y por ejemplo su efecto sobre el sector agropecuario: el encarecimiento de los insumos agropecuarios derivados del petróleo, de la mano del encarecimiento de otros como los fosfatos, el potasio, etcétera.
En el mundo el encarecimiento del petróleo y el temor del calentamiento global están llevando a que se desvíe mucha agricultura hacia la producción de energía, hacia la producción de etanol, hacia la producción de biodiesel.
Entonces ha pasado lo siguiente: aumenta la demanda por alimentos en países con poblaciones tan grandes como China e India, y simultáneamente hay problemas de oferta, porque buena parte de los alimentos producidos, en esos campos se están produciendo materias primas agropecuarias para biocombustibles, por la crisis del petróleo.
Colombia ha empezado a producir biocombustible. Yo creo que es una buena contribución nuestra al calentamiento global, pero con dos condiciones. Por fortuna este país tiene 43 millones de hectáreas de sabana, empezando por el Vichada. No tenemos sino unas 24 millones de cabezas de ganado, entonces, lo que necesitan esas cabezas permite deducir que tenemos sabanas para hacer un gran crecimiento de la producción de alimentos y de la producción de biocombustibles.
El país puede crecer mucho la producción de biocombustibles, sin afectar la producción de alimentos. Y hay un dato bien importante, este país todavía tiene casi un 52 por ciento del área en selva. Eso es un recurso para la humanidad, preservar esa selva es una gran necesidad desde el punto de vista ambiental.
De hecho hoy tenemos en el país 66 mil Familias Guardabosques, familias con las cuales este Gobierno ha hecho el pacto de que se retiren de la droga, cuiden el área libre de droga, cuiden la recuperación del bosque allí donde la droga lo había destruido, y son supervisadas por Naciones Unidas. A cada familia se le paga alrededor de 2 mil dólares al año.
Entonces este país puede tener un gran crecimiento de los biocombustibles, sin afectar la seguridad alimentaria y sin tumbar un milímetro cuadrado de bosque.
Pero nosotros no podemos desconocer la preocupación por los problemas inflacionarios mundiales y por la crisis de la economía. Estamos en mejores condiciones que antes para enfrentar esto.
Yo destacaría que hay dos o tres condiciones mejores: una, nosotros tenemos hoy buena confianza en los mercados internacionales. Todo el dinero que el Gobierno necesitaba, para poder financiar la parte del componente financiero del año, en dólares, se consiguió desde la primera, segunda semana de enero, o sea que tenemos un resto de año tranquilo en esa materia, porque salir a unos mercados internacionales a captar dinero en una época de turbulencia, de dificultades, es riesgoso.
Y segundo, hay esta gran confianza inversionista en el país. Sin embargo, es un tema que no podemos desconocer.
Y al Gobierno lo preocupan dos cosas: la carestía de las tasas de interés -ojalá rápidamente el banco central pudiera empezar una tendencia diferente- y también la revaluación.
Esta tarde ha estado reunido el equipo económico, buscando qué más podemos hacer, teniendo en cuenta que tenemos que respetar la independencia del Banco, y que en el Banco también hay preocupaciones, porque algunas medidas, en concepto del Banco, podrían causar inflación por detener la revaluación.
En términos generales, una economía que va marchando mejor, pero hay estos riesgos.
Reforma estatal
Para mantener la salud fiscal de la nación, el Gobierno ha introducido una serie de reformas controversiales ellas, la Reforma Pensional, la Reforma de Trasferencias.
Yo le pido en cada foro a mis compatriotas…mire, la reforma de transferencias yo creo que fue buena, y por eso me preocupa mucho que avance el referendo que se anuncia contra las transferencias, para pedir que haya más transferencias a las regiones, porque la reforma de transferencias equilibra la descentralización, con la necesidad de no quebrar a la nación.
Yo le he dicho en estas reuniones a los nuevos alcaldes, a los nuevos gobernadores, lo peor que le pasaría a la descentralización es que la nación no les pueda cumplir, por un exceso de presión sobre la nación.
Yo creo que la reforma que hicimos es una reforma equilibrada. Lo que pasa es que en Colombia le falta a todas las entidades territoriales, a todos los niveles de Gobierno, les falta recursos, indudablemente.
Hemos hecho las reformas tributarias. Me voy a referir enseguida a algunas bases de esas reformas, y alguna reforma muy importante es la reforma de las instituciones del Estado. Hemos reformado 419 instituciones del Estado, van más de 200 hospitales reformados, faltan muchos.
La primera gran reforma fue la de Telecom, la última la de Ecopetrol. Ahora estamos en la reforma de las clínicas del Seguro (Social) y faltan muchas entidades por reformar.
Recibí un dato reciente: la reforma del Estado le ha ahorrado al Gobierno 6 puntos del PIB (Producto Interno Bruto) al año.
¿Ustedes se imaginan qué habría sido de este país sin reformar a Telecom? El presidente de Telecom llegando donde el Presidente de la República: “no tengo con que pagar las pensiones”.
Yo creo que las pensiones este año en Telecom pueden costar entre 600 y 700 mil millones (de pesos).
Gracias a la reforma estamos al día con los pensionados. La nueva empresa le genera unos recursos a la empresa vieja en liquidación, etcétera.
La última reforma, la de Ecopetrol, que yo creo que fue también una señal de confianza de los colombianos en el país, etcétera. Pero hay que seguir con las reformas.
Beneficios tributarios
La tributación: la idea nuestra no ha sido una gran reducción de los impuestos para todo el mundo, sino introducir un diferencial. Darle estímulos al que invierta. El que invierte hoy en Colombia tiene muchos estímulos, porque es lo que necesitamos para crear empleos de buena calidad.
Toda inversión que se hace hoy en Colombia tiene una deducción del 40 por ciento.
Uno de ustedes hace una inversión de 100 pesos, entonces se habían ganado 200 (pesos) en el año, esa es la renta líquida gravable, a los 200 le pueden restar 40. Entonces ya no van a pagar impuestos sobre 200 pesos sino sobre 160 (pesos). Eso se ha convertido en un gran estímulo a la inversión.
Hay otros estímulos -ese es general- otros específicos. Por ejemplo, los nuevos hoteles que se construyen hoy en Colombia tienen 30 años de exención tributaria.
Las empresas de turismo ecológico tienen una exención tributaria permanente. Los cultivos de tardío rendimiento, en los cuales el país tiene un gran futuro, caucho, palma africana, cacao, etcétera, tienen 10 años de exención tributaria después de que empiece el periodo productivo.
Hay unas exenciones orientadas a estimular la inversión. La siembra de madera hoy en Colombia está muy estimulada, porque quien siembre madera no paga impuesto por la cosecha de madera. Eso ayuda bastante.
Y hemos creado las nuevas zonas francas. Antes las zonas francas eran para exportación, hoy pueden ser para exportación o para el mercado local.
Tenían que ubicarse en sitios específicos, hoy se pueden ubicar en cualquier sitio del territorio.
Necesitaban tener una gran cantidad de empresas, hoy basta con una empresa.
¿Cuáles son los beneficios de zona franca? Los beneficios de zona franca son: primero, no se paga arancel, no se paga IVA por la importación de equipos. En el caso de la medicina sí que es importante, y lo voy a conectar enseguida con el tema de las zonas francas hospitalarias que estamos esperando que se creen en nuestro país.
Y segundo, por los insumos relacionados con prestación de servicios o venta de bienes y servicios al extranjero, tampoco se paga IVA.
Si el producto es para el mercado interno sí se paga IVA, si es para el mercado de exportación no se paga IVA.
Y esas zonas francas pagan un impuesto de renta solamente del 15 por ciento.
Y lo otro para crear confianza inversionista es que el país permite hoy, gracias a una nueva ley, que el Gobierno firme con los inversionistas pactos de estabilidad a 20 años. Les vamos a mantener estas reglas estables durante 20 años. Eso da mucha confianza.
Por supuesto, para atraer inversión es fundamental el tema de los acuerdos de comercio, donde hemos negociado con Chile, Comunidad Andina – Mercosur, con tres países centroamericanos, con Estados Unidos -la gran dificultad es la falta de aprobación en el Congreso, estamos en esa lucha- estamos negociando con Canadá, con la Unión Europea. Estamos empezando a negociar un acuerdo de protección de inversiones con China, y hemos propuesto a India, también, un acuerdo de protección de inversiones.
Prioridades en lo social
En el área social nosotros tenemos una serie de objetivos muy exigentes. Primero, lograr plena cobertura en educación básica. El Gobierno empezó en 78 (por ciento), está en 94, la meta es 2010 plena cobertura.
Si ustedes me preguntaran hoy para esa meta, cuál es el gran obstáculo. Con el crecimiento de cobertura de los años anteriores copamos las escuelas. Hoy tenemos un gran déficit de infraestructura en las escuelas, es el cuello de botella que tenemos.
Segundo, educación universitaria. Estábamos en el 22 (por ciento de cobertura), estamos en el 29, la meta es llegar a 34 al final del Gobierno. Empieza a avanzar formidablemente en el país la educación virtual y a distancia. Vemos mucho postgrado, mucho programa de maestría, bien apoyado en educación virtual a distancia, y me cuentan que muchos programas de doctorado también, parcialmente, se están sustentando en la relación entre quien está formándose como doctor y los directores de su doctorado, una relación a distancia, inclusive desde países lejos a través de Internet.
En eso el país está avanzando muchísimo. En el primer Gobierno nos desatrasamos mucho en telefonía celular, la meta es desatrasarnos en este Gobierno en banda ancha. Y confiamos, yo confío, que a finales de 2009 el país ya va a sentir un gran alivio en banda ancha.
Estamos muy optimistas con el Sena. Ha pasado de albergar, de formar, un millón 100 mil colombianos al año, el año pasado formó cinco millones; ha pasado de 38 mil estudiantes matriculados como técnicos, tecnólogos, a 198 mil; hemos introducido la modalidad de la educación por fases: un muchacho que estudia una técnica, una tecnología, ya es un muchacho que no tiene que quedarse ahí toda la vida, las universidades le deben recibir los créditos que le fueron aprobados para graduarlo en un instituto técnico – tecnológico, y poder completar los otros créditos y acceder al grado de educación superior.
Nos parece que un gran avance que ha hecho el Ministerio es lo de educación por fases.
Estamos avanzando en el Icetex. Hemos pasado de 60 mil usuarios de crédito, vamos a terminar el año con 235 mil, ojala terminemos el Gobierno con 360 mil, es la meta, pero esto no alcanza.
La semana antepasada estuve en Barranquilla, y la cuenta es esta: estamos colocando esta año 50 mil nuevos créditos, además de sostener los viejos y hay 100 mil solicitudes. Hemos pasado esa cartera del Icetex de 500 mil millones de pesos, esta hoy en más de un billón, aspiramos dejarla en más de dos billones cuando termine el Gobierno.
Y uno cree, en la Presidencia de la Republica, que eso es un gran avance, pero cuando se enfrenta a las necesidades de los colombianos es poquito todavía frente a todo lo que necesita el país.
Por eso yo le digo cada rato a mis compañeros de Gobierno: “miren, no podemos trabajar en la Presidencia a toda hora con el Power Point ese que se lo muestran a uno en la pantalla, y todo se lo muestra color de rosa, todo resuelto”.
Un día iba yo con el Ministro de Comercio Exterior a hablar con unos microempresarios y todos estaban protestando, y él me dijo pero por qué, si está creciendo mucho el microcredito. En efecto, el país está creciendo en microcredito.
Nosotros le pudimos entregar microcredito en el primer Gobierno a millón 800 mil familias colombianas, la meta en este segundo Gobierno es de cinco millones.
Y yo todos los sábados echo cantaleta en los Consejos Comunitarios sobre Banca de Oportunidades, y damos ejemplos de Banca de Oportunidades, ahí hay un gran crecimiento, pero insuficiente.
Yo le decía al Ministro de Comercio: “Mire no se preocupe, lo que pasa es que los que ya recibieron el crédito se quedaron en la casa, y los que necesitan el crédito se vinieron a protestar aquí”. Y es normal. Por eso nosotros no podemos vivir prendados del Power Point sino que hay que ponerle mucho cuidado al “People Power”, que es el que le dice a uno cual es la parte del vaso que esta medio vacía.
Allí hay un gran esfuerzo, como lo hay en Familias en Acción. Hoy tenemos millón y medio de Familias en Acción, son familias pobres que están recibiendo un subsidio para la educación de sus hijitos, para la salud, un subsidio para la nutrición de sus hijitos.
Ojalá el recaudo tributario nos ayudara este año. Yo soñaría con poder terminar el Gobierno con tres millones de Familias en Acción, eso cambia mucho el tejido social de la nación. La meta es dejar -me voy a referir de último a salud- la meta es poder llegar siquiera a tres millones de Familias en Acción.
Con Bienestar Familiar hemos avanzado muchísimo. Hemos pasado de atender tres millones de niños, y hoy atendemos en Bienestar Familiar seis millones de niños, más tres millones con Familias en Acción, de millón y medio de Familias en Acción, son nueve millones de niños que el país está atendiendo hoy. Pero tenemos que llegar a 12 (millones de niños).
El país, con tantas necesidades, el Gobierno tiene que estar viendo a toda hora la parte vacía del vaso.
En ancianos. El país apoyaba 60 mil ancianos, hoy estamos apoyando 800 mil, pero debíamos llegar a dos millones. Son 400 mil que reciben hoy un almuerzo y 400 mil que reciben un subsidio pecuniario. Ojalá este Gobierno pueda pasar de un millón.
En fin, en todos estos programas sociales (que) están articulados en lo que se llama la Red Juntos, para que millón y medio de familias pobres -hoy lo chequie, me decía hoy el doctor Diego Molano, de Acción Social, que tenemos ya 360 mil familias inscritas en la Red Juntos- es una red para que todas las herramientas sociales le lleguen prioritariamente a millón y medio de familias, que no sea una cosa dispersa, que aquella familia le tocó la atención al anciano, y a esta le tocó Familias en Acción, y aquella le tocó el restaurante escolar, sino en el millón y medio de familias más pobres concentrar los elementos de política social, para tratar de recuperar esas familias de la pobreza.
El país llegó a tener una pobreza cercana al 60 por ciento, estamos esperando la nueva medición, la última nos daba el 45. Ojalá podamos cumplir la meta de que al final del Gobierno la pobreza no esté por encima del 35 (por ciento), para que las administraciones que nos sucedan puedan llegar al 2019, segundo centenario de la Independencia, con una pobreza no superior al 15 por ciento.
Salud
En salud. La primera meta es plena cobertura. De dónde venimos, dónde estamos para llegar allá.
Cuando empezó el Gobierno, Colombia tenía en el régimen subsidiado de salud 10 millones 700 mil personas, terminamos el año pasado con más de 21 millones y medio; teníamos usuarios del régimen contributivo, beneficiarios, 13 millones y medio, hoy tenemos casi 17 (millones), pero todavía nos faltan unos 6 – 7 millones de colombianos para plena cobertura.
El esfuerzo del Gobierno es llegar a plena cobertura para el 2010. Yo creo que es un buen esfuerzo.
En esta campaña presidencial de Estados Unidos se alega muchísimo que hay 47 millones de ciudadanos norteamericanos sin seguro, aquí la aspiración es tener universo con cobertura total de seguro en el año 2010.
El país viene haciendo unas reformas que son importantes en el mundo. Por ejemplo todas esas huelgas contra el Presidente Sarkozy (de Francia) se dieron por las reformas que allá no han introducido todavía y que aquí introdujimos hace poco, como la reforma para eliminar los regimenes privilegiados de pensiones.
Me preguntarán ustedes: “¿si el Gobierno logra la meta de esa plena cobertura será suficiente?” No. ¿Por qué? porque ustedes saben que Colombia tiene dos planes obligatorios de salud: uno más completo, que es el del régimen contributivo, y otro más limitado, que es el del régimen subsidiado.
Entonces la plena cobertura, llegaremos a ella, pero debo contar con total buena fe que no habremos avanzado en mayor capacidad de cubrimiento por parte del plan obligatorio del régimen subsidiado.
Diría yo que si este Gobierno logra plena cobertura, el esfuerzo de las administraciones que nos sucedan es buscar equilibrar el plan obligatorio subsidiado, irlo subiendo hasta ponerlo a nivel con el plan obligatorio del contributivo. Yo creo que esa experiencia la viven todos los días ustedes en el ejercicio de su profesión. El otro, la diferencia entre estos planes de atención.
El otro tema allí es calidad, y esa es una batalla de todos los días, una batalla de todos los días. Yo confío mucho, confío que el avance del país en conectividad, permita que finalmente a través de Internet, telefonía celular, etcétera, estén conectados los usuarios colombianos o pacientes, las IPS, las EPS y la Superintendencia. Y que eso sea un gran avance en calidad.
Mi urgencia todos los días al Ministro es: hombre, vincular en un sistema en línea a todos los actores de la salud. Ojalá lo podamos hacer. Todos los actores de la salud, en un sistema en línea, tiene que mejorar la calidad de la salud en nuestro país.
Tema hospitalario
El tema hospitalario, el tema del Seguro Social.
En el tema hospitalario llevamos más de 200 hospitales reformados, hospitales grandes, fácilmente conocidos por ustedes: el Ramón González Valencia, de Bucaramanga, el Hospital Universitario de Barranquilla, el Hospital Universitario de Santa Marta, el Hospital Universitario de Cartagena, y así sucesivamente.
Hemos hecho grandes esfuerzos en la red hospitalaria de Santander, a eso le hemos invertido 80 mil millones; en la red hospitalaria en Boyacá, le hemos invertido 100 mil millones.
Empiezo a ver un problema allí, y el deber del Gobierno –muchos compañeros me dicen: “es que a usted siempre le falta el centavito para el peso”- pero el Gobierno tiene que estar viendo problemas.
En estos hospitales, que no son del Gobierno Nacional, pero que el Gobierno Nacional ha tenido que acudir con dinero a reestructurarlos, había un problema de excesos sindicales y de politiquería que se ha venido superando.
Pero se ha llegado a otro extremo, que es abuso con las cooperativas de trabajo asociado.
Yo creo que eso hay que superarlo. A mí me parece que si sigue el abuso con las cooperativas de trabajo asociado, eso vuelve a crear una falta de armonía en los hospitales, que les causa problemas gravísimos.
Nosotros estamos tramitando en el Congreso una ley, para ponerle algún control a estas cooperativas. Yo le he pedido al Ministro que una de las urgencias de este año es pedir que se busquen acuerdos para superar esos abusos de esas cooperativas.
Esta bien, salimos de los excesos sindicales, pero no podemos llegar a excesos contra el sector empleado. Yo quería, muy francamente, expresarles esa preocupación.
Seguro Social
La primera reforma que hizo el gobierno fue separar las clínicas del resto del Instituto. Hemos pasado de un Instituto que tenía 34 mil empleados, que era totalmente inviable, a un Instituto bastante reducido.
Si no hubiéramos hecho esa reforma en los primeros cuatro años de Gobierno, no podríamos estar en la segunda reforma.
¿Qué estamos haciendo ahora? Reformando la EPS y reformando las clínicas. Por ejemplo, ya hay algunas clínicas reformadas. La Campo Serrano, de Santa Marta, se liquidó, se le entregó la operación a la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga. Un gran resultado, allá está todo mundo contento.
Yo creo que administrar clínicas y hospitales públicos a través de operadores es un gran camino.
Le he estado diciendo a los gobernadores: “hombre, no dejemos regresar esto al viejo problema con los sindicatos y la politiquería, tampoco mantengamos esta cosa nueva del abuso de las cooperativas, busquen operadores, que en Colombia los hay muchos”.
El sector médico y de la salud en Colombia es ejemplarmente organizado, hay un capital social enorme, que se puede utilizar para contratar la administración, la operación de hospitales.
Con la Fundación de los Hermanos de San Juan de Dios se contrató la operación de la Clínica Enrique de la Vega, del Seguro Social en Cartagena. Va sumamente bien. Yo la visité, iba con temor, dije: “¿cómo irá a ser el regaño que me van a dar las enfermeras del Seguro, los médicos del Seguro?, aquí no voy a encontrar sino compatriotas bravos”. Estaban todos contentos, y contentos los usuarios.
Se está dando ahí un paso bien importante para las clínicas en Medellín y aquí en Bogotá. Yo confío que eso nos salga bien.
Se está liquidando la EPS del Seguro, y debe empezar ya no en mucho tiempo la nueva EPS, que es una sociedad de la Fiduciaria del Estado con las Cajas de Compensación Familiar.
Yo tengo la ilusión de que ahí estemos dando un paso del desgreño administrativo, a la eficiencia social. No se acaba lo social, pero sí se combate el desgreño administrativo.
La nueva EPS tiene dos socios: el Estado por un lado, y las Cajas de Compensación por otro, que son de empleadores y de trabajadores, y que son un híbrido bien atípico, pero bien importante, que ha desarrollado Colombia.
Otros temas
Ahí vamos, en ese camino. Queda el tema de la empresa de pensiones del Seguro, cuya reforma no puede alterar los derechos de los pensionados, esa seguridad se la estamos dando a todos los compatriotas, y la reforma de Riesgos Profesionales, en lo que vamos bien.
Me dirán ustedes: “¿cómo va la afiliación a la seguridad social?”. En salud ha crecido mucho, en riesgos profesionales también. Nuestra gran preocupación: pensiones.
Nosotros tenemos una población trabajadora en Colombia de 19 millones de personas. Formales son nueve, ¿más o menos, Ministro Diego? Pero no tenemos sino unos, ¿cuántos millones de colombianos cotizan?, ¿casi seis millones?, o sea que seis millones de colombianos cotizando a la seguridad social para pensiones, en un país con una población de 19 millones de trabajadores, es todavía una cobertura muy baja. Yo quiero contarles ahí, con la menor subjetividad en qué vamos bien y en qué tenemos atrasos.
Veo con mucha ilusión la participación de la medicina colombiana, que no es nuevo, que ha sido toda la vida muy exitosa, pero que va a ser creciente en la atención de la comunidad internacional de usuarios, en lo que se llama el turismo de salud. Veo en el país grandes posibilidades.
Y no veo la hora de que inauguremos las primeras clínicas u hospitales con la modalidad de zona franca.
Veamos. Allí puede haber dos casos: una fundación, entidad sin ánimo de lucro, le interesa y no le interesa zona franca. Como es fundación no paga impuesto de renta, entonces, desde ese punto de vista, dice: “no me interesa zona franca”. Pero la inversión le exige un alto costo en equipos, en IVA y arancel para los equipos. La zona franca le permite traer todos esos equipos sin IVA y sin arancel.
Y puede una fundación -que uno lo ve hoy en Colombia- una fundación médica, concesionar muchos de los procedimientos a terceros. Y ese tercero puede ser una persona jurídica contribuyente ordinario, que si se sitúa en zona franca y cumple los requisitos de zona franca, a él no solamente le va a ayudar el tema de arancel y de IVA para los equipos, sino también el tema de una tarifa de renta disminuida.
Veamos el otro ejemplo. Una clínica que es sociedad anónima o limitada, en fin, que es una persona jurídica lucrativa, que debe generar renta y paga impuesto de renta, tiene ahí todos los beneficios de arancel y de IVA, y además tiene el beneficio de la tarifa, que no paga sino el 15 por ciento.
El Ministro está empeñado en una medida que ojalá saliera rápidamente, porque se viene anunciando hace mucho rato, que es la medida de los Planes Vallejos para el sector de la salud. No se Ministro en qué va el decreto.
Ministro de Protección, Diego Palacio.
Presidente, están en este momento en una discusión entre el Ministerio de Comercio y el Ministerio de Hacienda, porque Comercio planteaba que fuera un Plan Vallejo para servicios, Hacienda que fuera solo Plan Vallejo para salud. Pero el compromiso que ellos tienen es que hacia la segunda quincena de marzo el decreto está expedido.
Presidente Uribe
De todas maneras lo de las zonas francas está en firme. Yo lo anuncié en el aniversario de la Fundación Santafé, en el aniversario de la Clínica Shaio, en el aniversario de la Clínica Medellín, y he procurado en todas partes entusiasmar a la comunidad colombiana de la salud para que haga uso de esa figura.
Les agradezco mucho su invitación, les deseo todos los éxitos, y si tuvieran dos o tres preguntas que formularme, con el mayor gusto trataría de responderles, así que les ofrezco la palabra”. |