Qué bueno que este auditorio, que lleva el nombre de Luis Guillermo Gómez Trujillo, para recordar a aquel dedicado Senador de la República, se haya estrenado, justamente, con este foro, para conectar más profundamente al Congreso con la opinión de tantos compatriotas.
Y quiero agradecer y felicitar a todos los que han participado. Recibimos con gran inquietud, con mucho entusiasmo, la entrega de estos informes, de estas conclusiones.
Vamos a hacer lo siguiente: el Gobierno va a preparar un día de trabajo para escuchar un vocero en cada una de las conclusiones, a fin de que vayamos incorporando las conclusiones de este seminario del pensamiento nacional, a la tarea de estos dos años de Gobierno.
En los próximos días, la doctora Alicia Arango, Secretaria Privada de la Presidencia, agendará con la Mesa Directiva del Congreso y con los voceros de estos temas, un día completo de trabajo para analizar cuidadosamente cada una de las conclusiones. Va a ser un Consejo Comunitario sobre ‘Piensa Colombia’.
Y, además, creo que no sea malo hacerlo como Consejo Comunitario y que los ponentes sean los voceros de cada uno de los temas.
Muchas felicitaciones, señora Presidenta de la corporación y muchas felicitaciones a todos los que han intervenido.
Desde hace muchos años los colombianos hemos conocido una figura que era adolescente, es muy joven, el doctor Fernando Carrillo, dando ejemplo permanente de estudio, de análisis, de consagración a los temas superiores de la Patria. Hoy nos ha dado una magnífica conferencia, como punto de cierre de este gran seminario. Muchas felicitaciones, doctor Fernando.
Esa conferencia nos deja muchas lecciones. El informe que nos da es bien importante, porque tiene que producir una reflexión: la visión en América Latina no puede seguir siendo de izquierda y derecha; es obsoleta, polarizante, parecería no tener hoy posibilidades de que sea consistente con la práctica.
Tenía vigencia cuando de Europa occidental se importaban las teorías de la izquierda, de la posguerra, para enfrentar las dictaduras suramericanas y latinoamericanas en general.
Es polarizante. Desata más pasiones y antagonismo que examen de argumentos. Y no es práctica. A la hora de la verdad cuando se juzga a los gobiernos, aparece que desde que respeten la regla democrática, son más similares en las ejecutorias de Gobierno que en los discursos de campaña.
Y unos, que les ponían el cliché de izquierda, aparecen en la ortodoxia en el manejo económico, y otros, que les ponían el cliché de derecha, aparecen en la ortodoxia para el avance en política social.
Y muchos de los que se autoproclaman de izquierda proceden con un desafío a las instituciones, que terminan pareciéndose a los dictadores de derecha.
Esto no es fácil, sostener que en América Latina hay una división entre izquierda y derecha. ¿Se puede decir hoy que es de izquierda alguien agitador del terrorismo? ¿Se puede decir que es de derecha por reivindicar la seguridad, que es un valor democrático y una fuente de recursos sociales? Qué buena reflexión nos ha traído el doctor Fernando Carrillo.
Por eso es bien importante pensar en los cinco valores que a nuestro juicio deben conducir la democracia: seguridad desde la democracia; respeto a las libertades; construcción de cohesión social permanente; respeto a las instituciones independientes que forman el Estado democrático, sin perjuicio de la colaboración armónica en función de los fines superiores de la sociedad y del Estado, sin que quiera entenderse que la discrepancia es irrespeto a la independencia interinstitucional. Y transparencia, capacidad de reconocer errores; de no tener brechas en la vida pública entre aquello que se sostiene en privado y que hace parte de lo público y aquello que se expresa en público. Transparencia para generar confianza.
Creemos que esos valores ayudan mucho en la democracia.
Uno de los afanes nuestros por avanzar en el acuerdo con la Unión Europea, apreciados compatriotas, es por lo siguiente:
Casualmente esta mañana pude hablar con el Presidente de la Unión Europea. Le pedíamos que, en vista de que dos países andinos, por decisiones que respetamos, no pueden, en este momento avanzar en ese acuerdo integral con la Unión Europea, se pueda avanzar con otros dos que estamos listos.
Y encontramos de gran importancia ese acuerdo para estos valores democráticos e institucionales a los cuales se refería el ex ministro Fernando Carrillo.
Permítanme esta reflexión: en los últimos 50 años de Europa, gracias a la Unión Europea, a sus preceptos, se ha venido superando el enfrentamiento entre los países. ¿Cuánto habría durado la tranquilidad de la posguerra sin la Unión Europea? En cambio esa tranquilidad parece perenne, gracias a la Unión Europea.
La Unión Europea ha unido a todos los países que la integran alrededor de la lucha contra el terrorismo y del liderazgo en materia de derechos humanos. ¡Qué importante! Que es lo que pretende la Seguridad Democrática, por contraste con los proyectos dictatoriales de seguridad. En aquellos se desconocían las libertades y los derechos humanos en aras de la seguridad. En este, en el de la Seguridad Democrática, creemos que lo único que la hace sostenible es acompañar su eficacia de toda la voluntad por los derechos humanos y de todo el respeto a las libertades.
La Unión Europea ha sido el vínculo que ha obligado a todos los países a colaborar con nosotros. A colaborar con nosotros en la lucha contra el terrorismo, a colaborar con nosotros para poder tener desarrollo de infraestructura equilibrado, desarrollo social equilibrado.
La Unión Europea impide gobiernos de extrema. El respeto a la regla democrática en Europa es lo fundamental, que debería ser en América Latina. Y el respeto a la regla democrática se convierte en un dique de contención que evita gobiernos de cualquier extrema.
Y la Unión Europea ha construido el universo de clase media más importante en el que pudiera soñar democracia alguna. Sus principios de institucionalidad democrática a los cuales refería el ex ministro Fernando Carrillo, pueden tener un gran avance de consolidación para nosotros, en ese proyecto en que estamos de alianza con la Unión Europea.
Y al referirse a la reciente entrevista del Presidente Nelson Mandela, en sus 90 años de existencia, el ex ministro Fernando Carrillo ha hablado del coraje para derrotar el miedo. Es importante que Colombia haya logrado perderle la reverencia a los violentos.
Aquí hay que tener reverencia por el debate de las ideas, por las opciones de los argumentos, pero hay que tener irreverencia frente a los violentos. Hay que tener respeto a las ideas e irreverencia al agravio personal.
Esto que ha dicho Mandela, bien traído hoy por el ex ministro Fernando Carrillo, nos tiene que producir muy buenas reflexiones.
Pero Colombia tiene que perder otros miedos. Le tenemos miedo a acelerar el crecimiento. Hablamos con mucho deleite de los éxitos de China, de India y cuando aquí la economía empieza a crecer velozmente, inmediatamente nos ‘empanicamos’.
Le tenemos miedo a hacer política social. Cuando un gobierno empieza temeroso en el gasto público, le dicen: ‘Ese Gobierno es guerrero y no piensa en política social. Uribe no quiere sino la guerra’.
Pero cuando ese Gobierno llega a millón 700 mil Familias en Acción y dice que va a llegar a tres millones, dicen: ‘Claro, ahí está buscado la reelección’.
Entonces, hay que perder esos miedos. Hay que crecer velozmente y hacer política social velozmente.
La política debería tener un reto: demostrar en lo social qué es más importante, si el discurso o el resultado.
Muchas gracias por esas reflexiones, doctor Fernando Carrillo.
Empezamos este nuevo período del Congreso estudiando con muchos colombianos las reformas que se van a presentar.
Esa reforma política y de la justicia, bajo el liderazgo del Ministro Fabio Valencia Cossio, unas reflexiones:
Hemos mirado todas las opciones constitucionales para estas reformas. Aquella opción que nos permite tener una muy buena reforma aplicable al proceso electoral del 2010, es la opción del Congreso de la República.
En los primeros días de agosto, el Ministro Fabio Valencia presentará esa propuesta de reforma que viene siendo estudiada por la Comisión de Ajuste Institucional con rigor; consultada con muchos estamentos de la vida colombiana.
Queremos que sea el mejor ajuste posible a la Constitución, para tener definitivamente una política totalmente transparente, totalmente desvinculada de la delincuencia. Una financiación de la política totalmente austera, totalmente transparente. Una orientación de la política exclusivamente a la comunidad, no al interés de los violentos que la quieran interferir.
Si fuéramos a convocar una Constituyente, seguramente no tendríamos tiempo. Si fuéramos a apelar a otro de los mecanismos para reformar la Constitución, seguramente no tendríamos tiempo.
Para que Colombia llegue a las elecciones de 2010 con unas normas constitucionales que radiquen responsabilidades en los partidos, que les exijan a los partidos toda la diligencia y cuidado para evitar conexiones con la delincuencia, con unas normas constitucionales que exijan toda la transparencia en la financiación, toda la simplicidad en las cuentas. Con unas normas constitucionales de esta orientación tenemos un camino: el Congreso.
Por eso queremos invitar al Congreso a esta reflexión. Me decían: ‘Bueno, pero es que van a votar muchos suplentes’. Así tiene que ser si queremos tener reforma.
Y lo importante no es discriminar entre principales y suplentes, sino que todos en el Congreso, los principales y los suplentes; en el Gobierno, los ministros y el Presidente, pensemos en la mayor conveniencia del país.
A esa reflexión quiero invitar a este Congreso de la República, en momentos difíciles pero de gran esperanza. Difíciles por el pasado.
Cuando este Presidente ha pedido a los colombianos mirar el momento histórico y las circunstancias de modo en que se dio la interferencia de los violentos en la acción de la política, es porque lo estamos superando. Estos delitos que hoy se investigan fueron cometidos antes de este Gobierno. Y un trípode: opinión pública, Seguridad Democrática y Justicia están superando estos delitos.
Demos, ahora, unos pasos en la dirección correcta en materia de reformas, para continuar en la práctica este acercamiento con la opinión pública, que en buena hora usted ha hecho posible, señora Presidente del Congreso. La felicitamos de corazón.
Con este tipo de eventos se puede hablar de que Colombia está construyendo un Congreso de opinión, que es bien importante para la democracia.
A todos quienes han participado, felicitaciones y muchas gracias”. |
