Bogotá, 18 jul (SP). El Gobierno Nacional se impuso la meta de recuperar integralmente la Sierra Nevada. Uno de los propósitos es la preservación, conservación y defensa del ambiente y los recursos naturales de esta importante región, que comprende los departamentos de Magdalena, Cesar y La Guajira.
Para cumplir con este reto, se comenzó la construcción de los pueblos indígenas, que conformarán un cordón ambiental, respetando las tradiciones de las cuatro comunidades que habitan la Sierra Nevada: Arhuacos, Kogis, Wiwas y Kankuamos.
El primer gran paso en este cometido se dio el 14 de abril del año inmediatamente anterior, cuando el Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, en compañía de autoridades civiles, militares, del orden nacional, departamental y municipal, inauguraron Gunmaku, el primer pueblo indígena de la Sierra Nevada, donde habitan los Arhuacos.
Aquel día, el Mandatario de los colombianos reafirmó su compromiso y el de su administración con el proyecto del cordón ambiental para la Sierra Nevada y aseguró que la construcción de pueblos indígenas, que servirían para la defensa del ambiente, continuaba.
Por ello, de inmediato se inició a la construcción de Dumingueka, el segundo pueblo indígena en la Sierra Nevada, donde habitarán 100 familias de la comunidad Kogi, ubicado muy cerca del corregimiento de Mingueo, en el municipio Dibulla, a pocas horas de Riohacha, la capital del Departamento de La Guajira. |
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Este proyecto, tuvo un costo de 4.867 millones de pesos. El ciento por ciento de la infraestructura comunal se hizo con recursos de Acción Social, de la Presidencia de la República, y la Oficina del Alto Comisionado para la Paz (Fondo de Programas Especiales para la Paz).
Por su parte, el mejoramiento vial fue un esfuerzo conjunto entre Invias, la Gobernación de La Guajira y el Comité Departamental de Cafeteros de Cesar y La Guajira.
Tal y como sucedió con Gunmaku, Dumingueka es el resultado de un trabajo de concertación entre las autoridades indígenas y las autoridades civiles nacionales, departamentales y municipales. Durante el proceso se llevaron a cabo más de 16 reuniones, en las que se fue diseñando el nuevo pueblo indígena.
En la construcción de estos asentamientos es de vital importancia la participación de los mandatarios locales. Para garantizar la continuidad del proyecto, en una corta visita a los terrenos sobre los que se levantó Dumingueka, a comienzos del presente año, se realizó el primer empalme entre los mandatarios entrantes y salientes. Los nuevos gobernantes se comprometieron a respaldar las obras.
La casa de los kogis
Dumingueka cuenta con 60 viviendas tradicionales, que fueron construidas por los mismos indígenas, quienes por su trabajo recibieron mercados y herramientas, gracias al Programa Operación Prolongada de Socorro y Recuperación, que adelanta Acción Social, y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar y el Programa Mundial de Alimentos.
Este pueblo indígena, además, cuenta con un puesto de salud, una escuela, un internado para los niños, un restaurante escolar, un centro de reuniones y dos Kankuruas, uno para los hombres y otro para las mujeres.
Gracias a estos trabajos, la educación en este pueblo tendrá un impulso importante. Tradicionalmente, la mujer Kogi no asiste a la escuela. Tras un acuerdo, se logró que el 30 por ciento de la población estudiantil sea de niñas para que reciban educación primaria y secundaria.
Otro de los avances para destacar es la construcción de un hogar de paso para los enfermos de tuberculosis. Los Kogis son la comunidad que más padece esta penosa enfermedad, presentando los índices más altos en Colombia y América Latina.
La construcción de este segundo pueblo indígena no sólo traerá beneficios para los Kogis, pues el proyecto también contempló el mantenimiento de 10 kilómetros de la vía que comunica este asentamiento con el corregimiento de Mingueo. Los colonos que habitan en cercanías a Dumingueka ahora tendrán mejores condiciones para comercializar sus productos agrícolas.
Las obras continúan
Gracias a la alianza de trabajo entre Acción Social, el Despacho del Alto Comisionado para la Paz, el Comité de Cafeteros de Cesar, La Guajira y Magdalena, la Fundación Pro-sierra Nevada de Santa Marta y las Organizaciones Indígenas, desde el mes de mayo pasado se iniciaron los trabajos para la construcción de nuevos pueblos indígenas.
Se trata de los asentamientos indígenas Kankawarwa, Kantinurwa, Umuriwa, Seykun y Río Seco. En total son 33 obras comunales, con recursos del Fondo de Programas Especiales para la Paz, que adelanta la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, y 84 obras tradicionales que son ejecutadas en su totalidad por las comunidades indígenas, con recursos de Acción Social y las Organizaciones Indígenas.
Para el año 2009 ya se tiene programada la iniciación de la construcción de los pueblos Burimake, en el Municipio de San Juan del Cesar, en el departamento de La Guajira; Seywiaka, en el Municipio de Dibulla, y Cherwa, en el Municipio de Ciénaga, Magdalena.
Con la totalidad de los pueblos indígenas construidos, quedará conformado el cordón ambiental, y las comunidades indígenas de los Arhuacos, los Kogis, los Wiwas y los Kankuamos se convertirán en los guardianes de la Sierra Nevada.
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