Gracias al Gran Concierto Nacional organizado por el Ministerio de Cultura, 225 artistas deleitaron a más de 15 mil barranquilleros, en un verdadero carnaval de convivencia musical.
Bogotá 20 jul (SP). Barranquilla, la puerta de oro de Colombia, vivió una de las jornadas más emotivas en este día de Independencia Nacional, cuando a las 12:00 del día, en el atrio de la Catedral, se escucharon los primeros acordes del Gran Concierto Nacional - Música para la Convivencia.
Los más de 15 mil curramberos que desde muy temprano se congregaron en la Plaza de la Paz para hacer parte de esta fiesta sin precedentes en el país, se deleitaron con la diversidad musical de artistas que se unieron para celebrar por primera vez esta fiesta nacional con música.
Los primeros en pasar al escenario fueron los 60 niños y jóvenes de la Fundación Nacional de Orquestas Sinfónicas Batuta, que interpretaron el Himno Nacional, al mismo tiempo que lo hacían los otros 1.055 municipios que se unieron a esta iniciativa del Ministerio de Cultura.
Al proceso de aprendizaje de los integrantes de Batuta se unió la voz experimentada de la bullanguera Etelvina Maldonado, quien los acompañó en la interpretación de su canción 'Si se quema el monte'.
La arenosa siguió gozando de esta gran convivencia de sonidos con los tres integrantes de la agrupación Art Ensamble de la Escuela Distrital de Arte de Barranquilla, quienes, demostrando la gran diversidad musical del país, ofrecieron un repertorio que combinó temas representativos del jazz tradicional y contemporáneo, con piezas populares del Caribe colombiano como la 'Danza Negra' de Lucho Bermúdez.
Hacia la 1:00 de la tarde, el escenario volvió a llenarse con 120 integrantes de la Banda Folclórica Distrital, que hacen parte del Plan Nacional de Música para la Convivencia, la plataforma de este Gran Concierto Nacional, que se celebró también en 18 embajadas de Colombia en el exterior.
Uniformados con sus “liqui-liqui”, “rabo de gallo” con los colores de la bandera distrital y sus sombreros vueltiaos, la Banda, conformada por niños desde los 5 años hasta mayores de 70, quiso entregarle un regalo especial a la ciudad durante esta jornada.
Fue la interpretación del Himno de Barranquilla, que contó con la participación de la mezzosoprano Daniela Barrios, una joven de tan sólo 16 años, quien, con su potente voz, conmovió a los asistentes, particularmente al Gobernador del Atlántico, Eduardo Verano de la Rosa, y al Alcalde Distrital, Alejandro Char.
A pesar de los 40 grados de temperatura, el público asistente siguió el concierto paso a paso, para continuar presenciando las interpretaciones de sus más queridos artistas. Por eso, cuando los presentadores Mabel Cartagena y Oswaldo Sampayo anunciaron a la “niña bonita” Maía, las banderas de Colombia, los sombreros y los pañuelos blancos se alzaron entre la multitud.
Maía agradeció a su natal Barranquilla y dedicó su canto a la paz y a la convivencia en el país. La interpretación de sus grandes éxitos como “Niña Bonita”, “Ingenuidad” y “Se me acabó el amor” fueron aclamados por el público, que no cesaba de ovacionarla.
Pasadas las 2:00 de la tarde, el bullerengue, la cumbia y los fandangos se tomaron el atrio de la Catedral, cuando Etelvina Maldonado nuevamente subió al escenario, y ofreció, por primera vez en público, su nueva canción “Colombia pide la paz”. “¿Es que quién no quiere la paz?… Sí,con la ayudita de todos nosotros, la vamos a conseguir. Viva mi Colombia”, anotó la maestra, en medio de los aplausos del público.
Después de Etelvina, subió al escenario el hijo de Soledad (Atlántico), Checo Acosta, quien aparte de ofrecer su música de carnaval, llevó como invitado especial, recién llegado desde Ecuador, a su padre Alci Acosta, otro de los símbolos de la música colombiana. Alci y Checo fueron la muestra viva de la transmisión, generación tras generación, de la inmensamente rica diversidad musical de nuestro país.
El gran cierre del Gran Concierto Nacional-Música para la Convivencia se convirtió en una gran batalla de flores, voces y baile, cuando Checo invitó a Maía, a Etelvina y a la Banda Distrital a interpretar juntos “La pollera colorá”, al tiempo que arrojaban miles de claveles blancos al público, como elevando al cielo un clamor de convivencia en paz.
Lo que se vivió en Barranquilla fue un evento histórico, que quedará grabado en la memoria de todo el país. Según Diana Acosta, directora del Instituto Distrital de Cultura y Turismo, “la ciudad demostró, una vez más, que es un escenario de la convivencia y la diversidad, y un punto de encuentro de la cultura. Nos unimos todos con estos artistas, en una sola voz, para lanzar este gran grito de independencia y construir una Colombia en paz desde la música”. |