Les agradezco a los colombianos que nos dieron el placito para poder hacer esta reforma.
Un Gobierno no habría sido suficiente con lo que vivimos. En las facultades extraordinarias nos prohibieron, en la Ley de 2002, hacer estas reformas. Y de pronto, en la campaña de 2006, los enemigos de esta reforma hubieran dicho: votamos por usted, pero si la echa para atrás. Y la hubieran echado para atrás. Hay que pensar en esas cosas, amigos de los medios de comunicación.
Cuando nosotros pensamos en esta Patria, aquí en lo que es el vértice superior de nuestro pensamiento de la Patria, escribimos la palabra confianza. ¿Por qué? Recuerdo el año 99, el año 2000, en plena campaña, que en los auditorios universitarios le preguntaba a los jóvenes: muchachos ¿ustedes han pensado alguna vez irse definitivamente del país? Y me golpeaba mucho constatar que la mayoría decía que sí.
Eso nos inspiró trabajar con todo el ahínco por construir más confianza en Colombia: confianza para trabajar en Colombia, confianza para que le atienda a uno la salud en Colombia, para estudiar en Colombia, para invertir en Colombia, para hacer turismo en Colombia, para orientar a los hijos en el afecto a Colombia, en el apego a Colombia.
Y sustentamos esa confianza en tres pilares: la seguridad desde la democracia, la inversión desde la responsabilidad social y la cohesión social. Todo está relacionado, hay confianza si esos tres pilares funcionan. Y si hay más confianza funcionan más los tres pilares.
Y la seguridad se necesita para que haya inversión, pero también se necesita el bueno manejo económico, porque la inversión derivada de la seguridad llega hasta un punto, a partir de ahí necesita, además de seguridad, buen manejo económico.
Y se necesitan la seguridad y la inversión para la cohesión social, prosperidad para la cohesión social, de lo contrario el discurso social se vuelve un discurso sin resultados.
Un punto fundamental en la construcción de confianza es el modelo de Estado. Nosotros hemos insistido mucho en el Estado Comunitario. Creemos que la democracia contemporánea -y así sabiamente se infiere de la lectura de la Constitución de 1991- trae un magnífico equilibrio entre democracia representativa y democracia participativa.
No se puede negar ahí la participación directa del pueblo, es fundamental. Además, todos los días hay más ciudadanía con alto nivel de estudios, más ciudadanía con mejor información, más ciudadanía con más capacidad de análisis crítico.
La revolución de las comunicaciones se ha convertido en un factor determinante en la evolución democrática. ¿Quién puede negar la democracia participativa fuerte, determinante, importante, en una época de revolución de comunicaciones?
Por eso para nosotros es muy importante ese equilibrio de democracia participativa y de democracia representativa. Los tratadistas modernos de temas de descentralización, de eficiencia estatal, algunos de ellos concluyen que el Estado solo funciona, la descentralización solo funciona, si hay un alto nivel de participación ciudadana.
Ese alto nivel de participación ciudadana genera más responsabilidad en los funcionarios, asigna responsabilidades, sanciona; ese alto nivel garantiza transparencia en la aplicación de los recursos, es lo que hemos venido buscando nosotros, participación ciudadana.
Un Estado Comunitario en el cual la comunidad participe ampliamente en la toma de decisiones, que a la comunidad se le escuche. No siempre hay que decirle que sí.
A nosotros en los Consejos Comunitarios nos toca muchas veces decir no, sobretodo ahora con estas restricciones presupuestales derivadas de las dificultades de la economía. Pero a la comunidad hay que escucharla, y hay que escucharla para todas las decisiones del Estado, esto no es un cuento de escuchen al pueblo porque sí.
La vida moderna tiene unos elementos que hacen esencial la práctica de la democracia participativa. A uno lo sorprenden todos los días las opiniones de la comunidad, generalmente más sabias que la sabiduría que se pretende en las opiniones de quienes en un momento dirigimos.
Y es normal, y no es una lisonja, es porque la gente todos los días está mejor capacitada, es más analítica. La revolución de la comunicaciones ha sido muy determinante en eso.
Y entonces nos propusimos estas reformas. Estas reformas obedecen al concepto de Estado Comunitario, un Estado que haga el tránsito de esa mezcla vitanda entre politiquería y excesos sindicales, a un Estado dedicado a servirle a la comunidad, con una alta participación de la comunidad.
Y al mismo tiempo hemos ubicado las reformas del Estado en el capítulo, en el pilar de la confianza para invertir en Colombia. Nosotros hemos reformado 411 entidades del Estado: Telecom, Ecopetrol, que el IFI (Instituto de Fomento Industrial), que hospitales, esta reforma al Seguro Social. Pero hay que seguir.
Diego (Palacio): nos faltan pasos fundamentales en Cajanal. Tenemos todavía estos dos añitos para poder sacar las reformas que nos faltan.
Y en ese capítulo de las reformas del Estado ha sido para nosotros fundamental lo del área de la salud. Hemos avanzado en la reestructuración de muchos hospitales públicos de Colombia, pero yo creo que hay que dar el segundo paso: hospital reestructurado que pase a ser operado por un operador independiente”. |