habitaciones, sala, cocina y baño, y paga mensualmente 260 mil pesos de arriendo.
“Aunque es cómoda y bonita, no hay como estar en lo de uno. Con el pago mensual al FNA, estamos capitalizando. No es como pagar un arriendo, que todo va quedando ahí. Y al final, la vivienda no es de uno”, afirma.
Ricardo terminó bachillerato e hizo un semestre de administración de empresas, pero ni eso le había servido para poder tener un trabajo fijo. Cuando se afilió, era independiente y trabajaba vendiendo zapatos en un almacén.
Ahora es asesor comercial de un almacén de muebles y decoración, y su día laboral se inicia a las 10:30 de la mañana y termina a las 6:00 de la tarde.
¿Pero cómo fue que Ricardo se vinculó al programa de Ahorro Voluntario?
Sencillo: un amigo le contó sobre el FNA y las facilidades que brinda a todas aquellas personas que trabajan independientemente, para que puedan obtener crédito de vivienda con cuota fija.
”Me contó que si se ahorraba en esa entidad, cuando se cumplían ciertos requisitos, le ayudaban a uno a obtener un crédito de vivienda y a un interés bajito. Y que se podía comprar vivienda nueva o usada. Eso me llamó mucho la atención”, aseguró.
Pues, sin pensarlo dos veces, fue a la oficina de la carrera 7° con calle 18, sede principal de la entidad. “Me afilié y ya cumplí un año con el FNA”, relata. La primera consignación la hizo el 12 de mayo de 2007.
“Lo que me ilusionaba era darles a mis hijos un techo propio. Como dicen, es cristalizar y capitalizar lo que son las metas con su casa y dejar de pagar arriendo”, sostiene.
Ricardo no sabe cuánto le prestarán si es beneficiado en la primera entrega del programa de Ahorro Voluntario, al cumplirse un año de entrar en funcionamiento. Su ahorro ha sido de 54 mil pesos mensuales. Según él, “muy poquito para tanto”.
Cuando se inscribió, le dijeron que por el monto que ahorraba podrían prestarle, al término de 12 meses, entre 25 y 30 millones de pesos, aproximadamente, dependiendo de su ingreso mensual y la capacidad de pago.
“Pero la verdad aspiraría a que me prestarán un poquito más. Mi salario es de 800 mil pesos. Por eso sé que puedo responder. Además también gano comisiones mensualmente”, asegura.
Su aspiración, con unos ahorritos que posee, es adquirir una casa nueva, con un área de 74 metros, en un proyecto de vivienda en Suba. El valor es de 52 millones de pesos.
“A mi señora y a mí nos llamó mucho la atención esa casa. Es amplia, tiene cuatro alcobas. Los niños podrían tener su propia habitación. Hay ilusión de hacer cosas nuevas, de hacer mejoras. Con esto uno sentiría que va dando pasos hacia delante”, dice.
Ávila Ramírez aprovecha para invitar a los colombianos que no tienen vivienda propia a que se vinculen al Fondo Nacional de Ahorro, por ser una entidad seria y competente.
“Les he contado a mis amigos y lo recomiendo a ojo cerrado. Y ya han asistido varios. Les he dicho que se acerquen al Fondo y hagan su ahorro voluntario juiciosamente. Allí hay todas las posibilidades para hacerse a la vivienda con lo que les preste el Fondo y con lo que ahorre cada uno. Además, los trámites no son dispendiosos”, sostiene.
Dice que aunque no sabe si le otorgarán el crédito, cree que cumple con todos los requisitos que exige la entidad. “Sólo espero amanecer el 27 de junio como beneficiario del programa Ahorro Voluntario, y emprender la tarea gratificante de buscar el que será el nuevo hogar de mi familia”.
“Eso sería lo ideal y quisiera seguir vinculado al FNA, porque además de fomentar la cultura de ahorro, es tener unos pesitos de más guardaditos para otro buen propósito”, afirma. |