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Junio 19

Palabras del Presidente Álvaro Uribe al intervenir en el Congreso Nacional Cerealista y de Leguminosas

Bogotá, 19 jun (SP). “Un saludo muy afectuoso a ustedes, los cerealistas de Colombia. Gracias por el esfuerzo que diariamente hacen en favor del país, en un momento de dificultades y de posibilidades; en un momento de dificultades porque la revaluación golpea a sectores intensivos en mano de obra; en un momento de dificultades por el temor que este rebrote inflacionario mundial; pero en un momento de posibilidades y de retos para la producción de alimentos, donde Colombia tiene que pasar a ser un jugador internacional de primera línea.

Déjenme enmarcar estas palabras en lo que define nuestro modelo de Gobierno. Lo primero que nosotros buscamos en Colombia es confianza: confianza para vivir en el país, confianza para trabajar en el país, confianza para invertir en el país.

 

El Presidente Uribe en la instalación del XXI Congreso Nacional Cerealista y Leguminosas, en Bogotá. Lo acompanan (de izq. a der.) el  Presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia, Rafael Mejía; el Gerente de Fenalce, Napoleón Viveros; el Ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, y el Presidente  y Vicepresidente de la Junta Directiva de Fenalce, Carlos Aguel Kafruni y Jairo Manrique Bocanegra. Foto: Juan Felipe Barriga - SP -


Eso lo hemos sustentado en tres pilares: la seguridad desde la democracia, la heroica tarea de nuestros soldados, de nuestros policías. Quienes más han sentido ese avance, quienes más han sentido las dificultades en materia de seguridad, es el conjunto de compatriotas vinculados al agro.

Segundo: confianza inversionista. Confianza inversionista desde la transparencia en las relaciones con el Estado, desde la solidaridad de las relaciones con las comunidades y desde la fraternidad laboral. Qué importante es esto: fraternidad laboral. Evitar el sindicalismo de odio de clases, buscar la organización fraterna a los trabajadores, evitar el empresarismo de capitalismo salvaje. Necesitamos ese gran punto de equilibrio en las relaciones laborales, que lo da la fraternidad.

Y por supuesto, la seguridad y la confianza inversionista nos tienen que ayudar a construir cohesión social, a superar pobreza a construir equidad. Para construir confianza inversionista, este país insiste en la Seguridad Democrática, en las garantías, en la seguridad jurídica a inversionistas domésticos e internacionales.

Es un momento muy importante de América Latina, porque cuando muchos se quejan de que en otros países del continente la inversión no tiene seguridad jurídica, muchos se quejan de que en otros países del continente hay utilidad frente a la inversión, que otros quieres regresar al estatismo, nosotros damos todos los pasos para que la confianza se aclimate en Colombia en materia de inversiones.

Hacer esa distinción política es de gran importancia en este momento, dadas algunas tendencias en América Latina, que respetamos pero que no compartimos.

Hemos venido en el saneamiento macroeconómico de la Nación, para poder avanzar en la construcción de confianza. En el año 2002, el déficit del Gobierno Nacional Central, sumado lo que hay que pagarle al Seguro Social por concepto de complemento a las cotizaciones de los afiliados a fin de que puedan cumplir con las pensiones, eso subió al 7 y medio. El año pasado, en el mismo Gobierno Nacional Central, el déficit se situó en el 3,3. Todavía alto, pero creo que por un buen camino.

El endeudamiento del país había subido al 50 por ciento. Luego reducido al 28. Todavía es alto. Creo que son tendencias buenas, pero no para cantar victoria, hay que seguir haciendo la tarea.

Se discute mucho el tema de las reformas estructurales. Hemos hecho la reforma estructural de pensiones. Qué difícil fue aprobar la reforma constitucional que elimina los regímenes pensionales privilegiados; la reforma constitucional que regula las transferencias a las regiones, para promover la descentralización sin arruinar a la Nación.

Qué difícil fue poder aprobar esa reforma que le decía al país: no podemos regresar a la fórmula de la Constitución del 91, porque el país no es capaz de pagarla, quebramos la Nación. Y una Nación en proceso de quiebra, es una Nación que evita que prospere la descentralización.

Estamos sacando adelante ahora reformas de gran importancia, como la reforma al sistema financiero, que le dé más flexibilidad al tema, por ejemplo, de los fondos de pensiones.

Hemos hecho una reforma a fondo de la administración pública colombiana. Hemos reformado 411 entidades del Estado, con regímenes pensionales que las tenían a todas condenadas a desaparecer, con altos costos, muchas controladas por esa mezcla entre la politiquería y los excesos sindicales.

Hemos salvado el patrimonio público, haciendo estas reformas, la primera de las cuales fue Telecom. Si no hubiéramos hecho esa reforma, hoy el Gerente de Telecom le estaría reclamando al Ministro de Hacienda 500 mil millones al año, para poder pagar las pensiones.

La última, de Ecopetrol, qué importante para poder aumentar la inversión de Ecopetrol, sin sacrificio del presupuesto nacional, en la búsqueda de hidrocarburos, en la refinación de hidrocarburos y también en los proyectos, que interesan a ustedes y a todos los colombianos, de diversificación de Ecopetrol hacia el biodiesel y hacia el etanol.

Estamos reformando las clínicas del Seguro Social, que no le prestaban un buen servicio a la comunidad, le costaban mucho al fisco y se mantenían allí simplemente como unos patrimonios clientelitas y de organizaciones sindicales.

Ya tenemos entregadas las de Bogotá a una organización sin ánimo de lucro, integrada por la Caja de Compensación Familiar, Compensar, por la Universidad del Rosario y por la Asociación de hermanos religiosos de San Juan de Dios.

Y vamos a seguir en ese proceso: el Estado para la comunidad; no al Estado para el clientelismo, no al Estado para los excesos sindicales.

Estas son reformas estructurales de gran importancia.

Solamente esta reforma del Estado que se ha vivido en el Ministerio de Agricultura –todavía no completa, porque hemos tenido allí mucho problema y no ha sido fácil, pero que eliminó bastantes entidades–, está tratando de sacar adelante el Incoder, tratando de sacar adelante, en este momento es un imperativo, el ICA. Así como el Ministerio de Protección tiene que sacar adelante el Invima, por todo lo que es el comercio internacional.

Estas reformas le han ahorrado al fisco en el período 2002-2008 y en los proyectado hasta el 2010, seis puntos del PIB. Esas son reformas estructurales de fondo.

Tenemos las reformas tributarias. Algunos dicen que se necesita una reforma estructural. A ver, lo que querían aquí era IVA para todos los productos. Esa era una de las condiciones de reforma estructural. Este Gobierno pasó de gravar el 47 – 48 por ciento de los productos con IVA, a gravar el 53. Pero todas las bancadas del Congreso, la opinión pública, dijo: por favor, no más productos con IVA, porque del 53 hacia adelante ya empieza a tener que ver eso con la canasta básica, con los medicamentos, con los servicios de salud, etcétera.

Se ha propuesto que se eliminen las exenciones. La exenciones grandes que nosotros encontramos fueron: la exención de las utilidades del Banco de la República. Eso da lo mismo eliminarlas que no eliminarlas, porque las utilidades son para el Gobierno y las pérdidas son sacrificio para el Gobierno.

Las de los dividendos: Colombia, a finales de los años 90, tomó la decisión de no seguir gravando los dividendos, porque aquí hay gravamen a las empresas. Entonces se consideró que el gravamen a los dividendos era una doble tributación.

Y a los colombianos que pagan Predial e Industria y Comercio, se les descuenta lo que pagan a las regiones, es normal. Y ahora sí que se hace necesario eso, porque en todo el país se está ajustando el predial.

Si, entonces, al ajuste del predial se le suma que los contribuyentes no puedan deducir del impuesto de renta y complementarios o descontar lo que pagan por predial e Industria y Comercio, habría una carga excesiva sobre el contribuyente.

Y hemos introducido incentivos, que nos toca defenderlos. Por ejemplo: hablemos de madera y de cultivos de tardío rendimiento, hablemos de biocombustibles.

Este país tiene grandes posibilidades en materia forestal. Ustedes las conocen mejor que yo. A uno le da tristeza Colombia con una reducida área de reforestación comercial, al compararnos con otros países donde los arbolitos crecen a la mitad de la velocidad del crecimiento en Colombia. ¿Qué había acabado en Colombia la tendencia de avanzar hacia la reforestación comercial? La tributación y la violencia.

Los incentivos que se desmontaron en 1974 en la reforma tributaria y la violencia, desmotivaron el avance a la reforestación en Colombia.

Hemos pasado en este Gobierno de 130 mil hectáreas a 250, a 270 mil. Es poco. Pero si la gente sigue con confianza, la velocidad va aumentando. Si la gente sabe que continúan los incentivos, que está la política de Seguridad Democrática, la velocidad tiene que ir aumentando.

Hablemos de cultivos de tardío rendimiento, lo cual el país tiene una gran posibilidad: cacao, palma africana, caucho. También se introdujo para ellos un incentivo. Tienen 10 años de exención tributaria en el momento en el cual empieza su fase productiva.

Nosotros no teníamos caja para darles a estos cultivos el subsidio inmediato que requerían. Entonces les hemos dado ese apoyo a través de incentivos tributarios. Y están respondiendo bien. El país comienza a ver que despega el cacao, que crece mucho al palma africana, que hemos incorporado en este Gobierno alrededor de 35 mil nuevas hectáreas de cacao. Y crece bastante, ya por fortuna, ahí va creciendo el caucho. Uno quisiera muchísima mayor velocidad.

Estos incentivos han sido incentivos para poder comprometer a la inversión con estas actividades del campo.

Por eso es importante explicarlos, ahora que algunos quieren desmeritar la necesidad de estos incentivos en nuestra Patria.

Recuerdo que, en 2002, el país necesitaba empezar a producir etanol para mezclarle a la gasolina y biodiesel para mezclarle al diesel proveniente del petróleo. Y me decían los agricultores vallecaucanos: ‘¿Y quién a producir etanol, si no somos competitivos?’. Por eso fue necesario introducir el incentivo de que el etanol y el biodiesel no paguen el impuesto global al combustible, no paguen el IVA. Eso sí, pagan renta.

Entonces hay que estudiar muy cuidadosamente cada uno de estos incentivos. Hoy en el país, comparativamente con lo que ocurre en el mundo, la tasa de renta en Colombia sigue siendo alta. Pero cualquier inversión que se hace tiene una deducción del 40 por ciento. Cómo ha ayudado eso a que la tasa de inversión suba.

Para el campo colombiano se ha definido el sistema, como para todas las actividades de zonas francas. El campo colombiano hoy puede tener zonas francas para una o varias empresas. Los requisitos son equilibrados. Exigentes, pero alcanzables.

Por ejemplo, el número de empleos para tener una zona franca en el campo puede acreditarse sumando los empleos de la zona de la parte industrial con los empleos de la parte agrícola, que alimenta esa zona industrial.

Hoy se permite firmar pactos de estabilidad a 20 años con los inversionistas. Estamos trabajando los acuerdos de comercio. No es fácil siempre.

Yo he escuchado la queja del doctor Viveros sobre el fríjol con Canadá. Creo que, doctor Viveros, escuchándolo a usted muy constructivamente, tengo esta reflexión: hay una tremenda escasez de fríjol. Por aquí vino el Gobierno de El Salvador hace pocos días a decirnos: ‘Por favor, véndanos fríjol, a nosotros nos vendía Nicaragua y ahora Nicaragua no nos vende’. Y no sé si lograron conseguir algo en Colombia o no. Nosotros mismos, si la memoria no me falla, importamos 17 – 18 mil toneladas por año.

Yo no le tendría miedo a eso que se negoció con Canadá, y les diría esto: gracias a sus gremios, al Ministro de Agricultura, la negociación agrícola con Canadá salió mejor de lo que habríamos poder esperado.

Cuando me reuní por primera vez con el Primer Ministro Harper, del Canadá, para hablar del tratado de comercio, encontré en él mucha voluntad política de adelantarlo, pero muchas restricciones en materia agrícola. Me parece que el resultado que finalmente se obtuvo, no obstante las preocupaciones, como esta preocupación del fríjol, es un resultado mucho mejor del que podríamos haber esperado.

Y miren las cosas: ahora vemos en el arroz ese temor a negociar el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos por el tema del arroz. El Ministro me decía ayer, preparando yo algunas ideas para este Congreso de Fenalce, me decía: ‘Si hoy fuéramos a importar arroz de Estados Unidos sin arancel, nos puede costar más del precio interno colombiano actual’.

Y unos problemas mundiales bien grandes de abastecimiento. Cuando empezó el Gobierno, el Gobierno ecuatoriano a cada momento nos decía: ‘O me compran 70 mil toneladas de arroz, o les cierro las importaciones que vienen de Colombia; o me compran 150 mil o se las cierro’. ¡Y qué problema! Porque inmediatamente se deprimía el precio. Y eso se convirtió en un limitante a la producción de arroz en Colombia, y era un costo para mantener el respeto a la Comunidad Andina.

Ahora nos dice el Ecuador que no nos vende ese tonelaje. Y hay una gran esperanza en que crezca aquí muchísimo el tonelaje este año, para poder garantizar la seguridad alimentaria en ese rubro tan esencial que es el arroz.

Yo creo que el vuelco de la economía mundial, mucho más rápido de lo que esperábamos, nos ha venido disipando los temores frente a los capítulos agrícolas de las negociaciones comerciales, y que es el momento de responder a lo que ustedes dicen: crear las condiciones para que el país se convierta en lo que puede ser una gran potencia agrícola.

Y la tasa de inversión ha crecido en estos años. Por eso a mí me da mucho miedo de que la deterioremos. Es que en el discurso político no se puede ignorar que la tasa de inversión en estos años en Colombia ha pasado del 12 – 14, al 28. De cada 100 pesos que producíamos se invertían en Colombia 12 –
14. Ahora 28.

No dejemos afectar la tasa de inversión. Eso necesita seguridad, necesita confianza, necesita estos incentivos.

Ahora, tenemos unos problemas delicados que enfrentar, tenemos que enfrentar el tema de revaluación, tenemos que enfrentar el tema de inflación.

Frente al tema de inflación. Es una inflación importada, es una inflación derivada del costo mundial del petróleo. Antes se había demorado mucho para estallar esto, para hacer crisis. Un petróleo que en pocos años pasó de 12 dólares barril a 136 dólares barril. Y eso impacta todos los costos en el mundo entero.

Una inflación derivada de los costos de alimentos en el mundo entero, una inflación derivada de los costos de los fertilizantes, porque se entendería el aumento en los costos de los fertilizantes derivados del petróleo, pero inmediatamente saltaron a acompañar esos incrementos de precios otros fertilizantes, como el potasio, como el fósforo, etcétera.

Nosotros creemos que lo que hay que hacer frente a esta inflación son dos cosas básicas: estimular producción en Colombia y no dejar deteriorar la capacidad adquisitiva de los sectores populares. Por eso nuestra insistencia en programas como Familias en Acción, en programas como la alimentación de niños en Bienestar Familiar, programas como la alimentación de ancianos en Bienestar Familiar, programas como los restaurantes escolares.

Recuerdo a ese agudo líder gremial, el doctor Mejía López, quien me decía hace cuatro años: ‘Presidente, ¿ustedes han pensado dónde está la demanda de alimentos para poder aumentar la oferta?’.

Yo creo que rapidito respondimos con los programas de ancianos, con los programas de restaurantes escolares, con los programas de alimentación a niñitos menores de cinco años, con Familias en Acción. Esto ha mejorado, ha ayudado a que mejore el consumo de alimentos en Colombia y hemos tenido este problema internacional. Es que antes era muy fácil decir: hay inflación, elimine aranceles, importe comida. Hoy nada nos ganamos, porque o no la encuentra uno en el mercado internacional o la encuentra tan cara, que no contribuye a contrarrestar la inflación interna.

El tema ha cambiado radicalmente. Hoy para un Gobierno es muy difícil decir: voy a combatir la inflación importando comida. Por esas dos razones. Creo que la manera de combatirla hoy es manteniendo, cuidando que no se afecte a los sectores populares, cuidando a los sectores populares con programas sociales y estimulando la producción.

Nos preocupa mucho la revaluación. Hemos hecho un gran esfuerzo. Es el tercer año de grandes inversiones para apoyar a los sectores intensivos en mano de obra afectados en esta revaluación.

El primer semestre de este año le cuesta al Gobierno, para apoyar a estos sectores, medio billón de pesos. Y vamos a ver cuánto nos cuesta el segundo semestre.

Hemos hecho todos los esfuerzos habidos y por haber. Los seguiremos haciendo. Confiamos que rápidamente salga la reglamentación para poder enfrentar los factores de especulación que empiezan a avizorarse en algunos comisionistas de bolsa, en algunos corredores de valores, lo cual nos preocupa muchísimo.

Nosotros, en un país que estimula la llegada de capitales, hemos tenido que ponerle restricciones a los capitales de corto plazo, para evitar mayor impacto de revaluación.

Le pusimos un depósito a los capitales de corto plazo, Hemos impuesto por decreto la obligación de que los capitales que llegan al país tengan que permanecer en el país por lo menos dos años.

Estamos haciendo todos los esfuerzos. Los vamos a seguir haciendo. Hoy tenemos alguna ilusión con la reglamentación, que debe salir en breve, para enfrentar las olas especulativas de aquellos corredores, que llaman traders, en esto de divisas.

Y vamos a seguir haciendo estos esfuerzos de gasto de recursos del Estado, para apoyar los sectores afectados, con una condición. Con la condición de que no despidan a los trabajadores.

Algunos dicen: eliminen los parafiscales. Nosotros al principio del Gobierno pensábamos: ¿eliminamos parafiscales o estimulamos inversión? Dijimos: bueno, finalmente para generar empleo hay es que estimular la inversión. Hoy, si no hay condiciones para inversión, no se crea empleo. Uno le puede decir a la gente: los trabajadores colombianos ya no van a costar 20 sino 10. Pero si la inversión no es atractiva, la gente no crea el empleo.

En una economía que tiene que ser todos los días más competitiva, lo único que hace crear empleo es que haya factibilidad para invertir.

Mis ilustres antecesores en el uso de la palabra, el doctor Aguel Kafruni y el doctor Viveros Arciniegas, se referían a ese milagro que se está produciendo en la altillanura, porque hay condiciones de inversión.

Ellos van a crear allí empleos, porque hay condiciones de inversión. Pero si no hubiera esas condiciones de inversión, uno podría decirles: vean, señores, vayan siembren maíz, nitrogenen esas tierras de la altillanura con soya, integren eso con la cadena avícola, con la cadena porcícola, siembren un millón de hectáreas allá, que hemos eliminado los parafiscales.

Y le dirían a uno: No, no podemos.

Qué bueno que el país dé ese debate. Entonces nosotros en ese momento preferimos estimular la inversión, porque es la inversión hoy lo que genera empleo, y por otra cosita, en lugar de eliminar los parafiscales. Porque los parafiscales van a Bienestar Familiar, en un país con bastante pobreza y con bastante desigualdad.

Porque los parafiscales van al Sena. El Sena, que este año atiende a seis millones de colombianos, y que tiene una labor muy grande que seguir haciendo para que este país todos los días sea más productivo, más competitivo. Los parafiscales van a las cajas de compensación.

¿Pero qué estamos haciendo en los nuevos apoyos?

El país pagaba un Cert, que era un Certificado de Promoción de Exportaciones. Ahora vamos a crear el Cert Laboral.

Algunos se han lanzado a decir que este Gobierno no ha hecho hada contra la revaluación. Ha sido nuestra primera preocupación. A mí me tuvieron que decir economistas: no hable más contra la revaluación, que ya parece es un enfrentamiento del Gobierno con el Banco Central.

Este Gobierno ha tenido una preocupación enorme por esta revaluación.

Lo primero que encontramos nosotros fue una deuda, que no se le había pagado a los exportadores colombianos, por 350 mil millones, de Cert. Y la pagamos. Y lo que hemos venido haciendo en los últimos tres años para apoyarlos.

¿Qué estamos diseñando ahora? Estamos diseñando unas ayudas para que los exportadores afectados por esta revaluación, con esas ayudas puedan pagar parte de los parafiscales. No quitar los parafiscales, sino que con esas ayudas puedan pagar parte de los parafiscales, y darles ese alivio a las empresas afectadas por esta revaluación para poder evitar mayor desempleo en nuestro país.

Dejando ese tema preocupante y concentrándonos en este tema de la producción de alimentos, es una gran oportunidad que tiene Colombia. Ustedes hablan de que sembremos un millón de hectáreas adicionales. Qué bueno que lo podamos hacer.

El Ministro de Agricultura, acompañado por sus gremios, el Congreso, sacó adelante la Ley Agro Ingreso Seguro, pero a las cosas hay que darles tiempo, es apenas el segundo año de la Ley Agro Ingreso Seguro.

Se están adelantando obras de infraestructura muy importantes, como los proyectos de Riohacha, el río Ranchería en La Guajira, y del Triángulo del Tolima. Creo que eso va a incorporar un área bien importante con riego a la producción de alimentos. Hay que seguir en eso y ver qué margen presupuestal tenemos para acelerar el tema.

Cuando a mí me dicen: más inversión del Gobierno, yo manifiesto toda la buena voluntad en eso, con las restricciones fiscales, pero también digo: es el momento de que haya más inversión del sector privado.

Con los incentivos tributarios de Colombia, con las posibilidades colombianas, mucho distrito de riego, que pensábamos que solamente se podía construir con dineros del Estado, con obra pública, hoy lo podríamos hacer por concesiones del sector privado.

El Gobierno Nacional está listo. Les pedimos a ustedes, los gremios del sector agropecuario, que nos ayuden a encontrar esos concesionarios, para entregar esas obras vía concesión.

Esta mañana el señor Ministro y mi persona nos reuníamos con el Gobernador del Huila. Nos decía: gracias porque la Ley Agro Ingreso Seguro este año le da 14 mil millones al Huila, para pequeños distritos de riego.

Pero nos traía la cuenta de los grandes. Entonces a uno le parece mucho 14 mil millones. Pero cuando él nos traía la cuenta de los grandes, vemos que estamos lejos de poder atender, con recursos del Estado, los requerimientos de distritos de riego del Huila.

Y el Ministro les contestaba: en esta coyuntura, en la confianza inversionista que hay sobre Colombia, busquemos la posibilidad de que eso se desarrolle a través de concesionarios particulares.

Creo que es un reto del ahora, y que así como en un momento nos dimos a la tarea de sacar velozmente adelante la Ley Agro Ingreso Seguro, es el momento de sacar adelante las concesiones para los distritos de riego y para los distritos de drenaje.

El tema de los fertilizantes.

Se ha eliminado el arancel, pero la preocupación nacional es tan grande, que eso no se siente. El Ministro me dijo: se hizo un acuerdo con las firmas de fertilizantes, pero dura cuatro meses.

¿Qué nos puede pasar apenas termine la vigencia de esos cuatro meses? Quiero manifestarles a ustedes allí angustia. Quiero invitarlos a que nos den luz, a ver qué puede hacer el Gobierno en materia de fertilizantes, además de haber eliminado los aranceles. Ese es un tema donde nosotros queremos oír, a ver por qué camino podemos transitar.

El tema de titulación de tierras en los Llanos orientales.

Ustedes saben que allá hay limitaciones legales. Mi respuesta sería: avancen con el Ministro en materia de concesiones, concesiones de largo plazo, con toda la transparencia, para que no haya cabida para la menor suspicacia.

Las restricciones son legales. Las restricciones solamente permiten dar títulos por cada persona, con una unidad agrícola familiar, allá es más grande que en el resto del país, pero de todas maneras insuficiente frente al hectariaje que necesitan las grandes inversiones a las cuales ustedes se han referido esta mañana.

Y están los estímulos a algunos productos.

Quisiera que el Ministro, que seguramente va a tener un espacio con ustedes, nos recordara estímulos concretos al maíz, el dinero para el almacenamiento del arroz, el estímulo a la coyuntura del fríjol, el tema de la siembra de maíz y fríjol en la zona cafetera, que ha dado muy buen resultado allí en las áreas de soqueo o en las áreas de renovación de café.

Nos quiere hacer un resumen, Ministro, sobre esos estímulos”.