Santo Domingo, República Dominicana, 7 mar (SP). “Le reconozco al Presidente (Rafael) Correa que ha dicho aquí casi todo lo que ha dicho en los medios de comunicación. Y es bueno. Porque insultar a distancia, a través de medios de comunicación es muy peligroso. Es mejor tener el valor de decirse las cosas cara a cara, para buscar soluciones.
Hay cosas que se le escaparon hoy, que en esta discusión con él yo no puedo pasarlas por alto. Por ejemplo, que en cualquier momento van a bombardear el Palacio de Nariño, porque allá hay paramilitares.
Otra cosa que se le escapó al Presidente Correa: que yo procedí con bajeza, porque sabía que iban a liberar a Ingrid Betancourt, y por eso hice el operativo contra ‘Raúl Reyes’.
Pero le reconozco, y eso es bueno, eso es bueno, haber dicho aquí casi todo lo que ha dicho en los medios de comunicación; que no es lo usual en la política. No es lo usual.
Los cuarenta ataques de 2004, desde territorio ecuatoriano, hechos por las Farc a Colombia, quiero hacer esta salvedad: nosotros tuvimos cooperación con el Presidente Lucio Gutiérrez y con el Presidente Palacio (Alfredo Palacio).
Por ejemplo, el Presidente Palacio fue muy adverso a la fumigación, pero aplicó todos los mecanismos de cooperación. Y creo que ellos no tienen queja de una sola intromisión intencional de Colombia en Ecuador.
Porque, incidentes de frontera hay. Por ejemplo, con Venezuela ha habido muchos incidentes de frontera, siendo yo Presidente, y siempre he dicho: “Calma, toda la prudencia en eso”. Ahí están registrados uno a uno. Esta mañana hubo uno: pasó la Disip de Venezuela al territorio colombiano; hay una protesta de la gente, parece que ya se resolvió todo.
Cuando el Presidente Correa dice: “cuidado, Presidente Hernández, que aquí van a venir intervenciones de Colombia, porque si hay guerrilleros colombianos en Santo Domingo…”, yo tengo que decir eso, esa no es la conducta nuestra. Lo que acaba de ocurrir es excepcional y ya lo expliqué por qué.
Yo, señor Canciller Amorín de Brasil, usted sabe cómo manejamos el tema de una persona que ustedes capturaron en Brasil, ‘el cura Camilo’. Yo tengo que repetir esto para que eso no quede en el aire. ‘El cura Camilo’, de las Farc, a quien la Policía colombiana le venía haciendo un seguimiento, lo tramitó por Interpol, por la Policía de Brasil, ustedes lo capturaron, dieron las razones que yo no compartí, pero respeté, para no extraditarlo.
Yo quisiera, porque aquí hay una acusación grave a Colombia, que si ustedes tienen algún hecho que lamentar de Colombia, de mis 5 años y medio de Gobierno, en estas relaciones con Brasil, lo digan. Yo he pensado que no.
Lo mismo al señor Presidente de Panamá; lo mismo al señor Presidente de Perú; lo mismo a la señora Presidenta de Chile, que no tenemos límites territoriales ni marítimos, pero allí ha habido problemas, porque se ha capturado en Chile integrantes de las Farc, ya narré el caso.
El Presidente Lagos me dijo que no lo podía extraditar porque estaba casado con una chilena. Y lo que le pedimos fue que le firmara al Gobierno de Chile -yo creo que no me desmiente la señora Presidenta, porque me parece muy bueno estar aquí, en presencia de testigos, por si alguien me tiene que rectificar, que lo haga-. Claramente, el Presidente Lagos me dijo: ‘No lo puedo extraditar. Está casado con una señora chilena’. Yo le dije que por lo menos firme un acta, donde se comprometa a no volver a delinquir. Así se arregló el tema.
Entonces, yo si rogaría disipar esos temores.
El señor Presidente Correa dice que no habríamos necesitado comunicarle este tema a él, sino a los altos comandantes. Presidente Correa: déjeme decirle –me ha gustado una cosa suya, es franco- y hoy me dijo aquí casi todo lo que me dijo a través de los medios de comunicación. Ojalá podamos volver a dialogar y para que nos digamos las cosas en tono menor, a ver si somos capaces de producir alguna esperanza para nuestros pueblos.
Presidente, se lo digo con todo respeto, nosotros observamos que por las discrepancias que hemos conocido en el manejo de estos temas, entre el Gobierno y la Fuerza Pública ecuatoriana, nosotros no podemos llamar a nadie distinto que al Gobierno para esto. Y ya dije por qué no los llamamos, Presidente.
Lo que deseo es que creemos el mecanismo, para que se si se vuelve a identificar la presencia de un bandido de estos allá, inmediatamente apliquemos el mecanismo de coordinación y los llamemos a ustedes.
Quiero decirle lo siguiente, Presidente: En esto es muy difícil entrar en detalles. Llamé ahora a Colombia, le pedí a mis compañeros que me llamaran, el Ministerio de Defensa dice que ellos no han dicho a nadie, que no figura en ningún comunicado, que hayan interceptado el teléfono satelital de ‘Raúl Reyes’. No lo han dicho. No lo han dicho, Presidente.
Yo quisiera, porque entro en una contradicción con el Ministerio de Defensa, que si usted tiene la voz o el texto, me lo diga. Y yo mismo lo investigo. Porque ahora pedí aquí con angustia, dije: “Pregunten allá, que me digan”. Yo he procurado siempre hacer decir las cosas. Yo no he sido allá persona de ‘tape’, sino de ‘destape’. Me acaban de informar eso en el Ministerio.
También le ofrezco: Si usted me entrega lo que dijo el Ministerio de Defensa que usted citó, yo llamó la atención allá y digo: ‘¿Pero por qué me hacen decir, en la Cumbre de Río, que esto no se ha dicho y sí lo dijeron’.
Usted me reclama, Presidente, es que muchas de las cosas que me han dicho a mí en estos días son las mismas que me dicen las Farc: ‘Paramilitar, mafioso’, eso me lo dicen hace 25 ó 30 años en Colombia. Esa es la batallita contra mí, por mi compromiso contra la seguridad.
Lleno yo de errores humanos, pero lleno de convicciones democráticas y cristianas. Soy miembro de una familia, que como el cincuenta por ciento de las familias colombianas, ha sufrido esta violencia. No he procedido sino de a acuerdo con la Constitución y la Ley. Por eso he resistido todos los embates y por eso me he podido meter en todas las candelas.
Por eso, distinguidos Presidentes, nosotros hemos hecho un gran esfuerzo por la seguridad.
Presidente (Daniel) Ortega, yo venía con la disposición de no contestarle a sus insultos. Pero debo reconocerle que usted hoy ha dado unos argumentos y se los voy a contestar.
Ojalá mantuviéramos esto en el plano argumental, Presidente Ortega. También le voy a decir una cosa, usted puede discrepar de mis argumentos, (pero) usted no registra en mis intervenciones un solo insulto contra usted. No lo registra, Presidente Ortega.
Yo me he formado en la batalla de los argumentos, dura, toda la vida. Lleno yo de defectos, he sido un combatiente.
Le voy a contestar. La seguridad, ¿dónde está? Entonces, por aquí aprovecho para contestarle al Presidente Correa.
Presidente Correa: espero que lo que le vaya a decir yo, si encuentra eso, yo le pediría al Presidente Fernández que usted lo leyera y yo inmediatamente le pido que lo aclare el Ministerio de Defensa.
Usted me reclama y el Presidente Ortega está diciendo que hay la expansión de un conflicto.
Miren lo que ha pasado en Colombia: cuando yo llegué, con las fosas masivas que ahora se han encontrado, tuvimos años de 35 mil asesinatos. El año pasado hubo menos de 17 mil, todavía muy alto.
Pero yo creo que este esfuerzo por la seguridad no ha sido en vano.
Tenemos hoy ciudades como Bogotá, con una de las estadísticas de seguridad mejores del Continente. Ciudades como Medellín, con una tremenda recuperación. Y así todo el país.
A pesar de que yo siempre miro lo que falta, uno suele hablar de las cosas buenas, de la parte llena del vaso y no de la parte vacía. Mis compañeros de Gobierno se ríen de mí. Dicen: ‘Cuando llaman al Presidente a decirle que le dieron de baja a ‘Raúl Reyes’ y pregunta: ¿Y Jojoy?’. Yo siempre estoy ahí, exigiendo que llenemos la parte vacía en todo: en seguridad, en lo social, en infraestructura.
Nosotros tenemos un programa social bonito. La verdad es que sería bueno que ustedes lo miraran. Nosotros tenemos un esquema de seguridad desde la democracia, de inversión desde la responsabilidad social y de cohesión social desde las libertades. Integrado. Uno de los programas de microcrédito y de formación más importantes del Continente.
Una vez estaba yo con el Ministro de Comercio en una reunión con microempresarios. Allá hablamos del Estado comunitario, porque hay un diálogo constructivo, permanente, con la comunidad. Permanente diálogo.
Y me decía el Ministro de Comercio: ‘¿Por que viene aquí esta ciudadanía a quejarse, si hemos avanzado mucho en microcrédito?’. Le dije: ‘Porque aquí está la representación de la mayoría; los que faltan’.
Les he dicho a mis compañeros de Gobierno, miren: ‘Ustedes me traen aquí a la Casa de Nariño un Power Point y ahí me muestran todo color de rosa’. Hay que estar en relación con la gente para darse uno cuenta de lo que falta. De los sufrimientos de la gente hay que enterarse no por el Power Point, sino por el ‘power people’. Nosotros reconocemos lo que falta, pero hemos avanzado enormemente.
En ese país llegaron a asesinar 256 líderes sindicales al año. Todavía asesinan. El año pasado, entre sindicalistas, maestros, de una población de millón 250 mil, todavía asesinaron 25. Nosotros estamos haciendo un esfuerzo enorme desde el día cero del Gobierno.
¿Sabe de dónde viene eso, Presidente Ortega? Las guerrillas -y yo era estudiante universitario y de la universidad pública, y en Medellín- llevaron a Colombia la idea de la combinación de las diferentes formas de lucha. Fluye la doctrina de la época y empezaron a penetrar el movimiento obrero, sectores del movimiento estudiantil, etcétera.
Creció eso y después llegó el paramilitarismo a cometer la misma crueldad y a matar sindicalistas acusándolos de ser colaboradores de la guerrilla y después la guerrilla a matar sindicalistas, acusándolos de ser cómplices de los paramilitares.
Ese es el desafío que nosotros hemos venido enfrentando en Colombia. Llegaron a asesinar 15 periodistas -todavía el año pasado nos asesinaron uno-. Yo creo que los periodistas colombianos están hoy mucho más protegidos y menos amordazados, porque los amordazaba un grupo o el otro. Hoy están más protegidos para ejercer sus libertades, por un concepto democrático de seguridad.
Ahora hablamos de las Farc y la paz. Porque me parece interesante contestarle al Presidente Ortega y al Presidente Correa, su reclamo por la no búsqueda de paz en Colombia.
Nosotros llegamos a tener en Colombia 3.572 secuestros por año, 2.091 extorsivos. El año pasado todavía hubo 230 extorsivos. Hemos avanzado enormemente. Y yo creo que los indicadores sociales, sin que estemos en un paraíso, van mejorando.
Es que quiero quitarles la idea a ustedes; ahí hay tres cositas: la seguridad desde la democracia, la inversión desde la responsabilidad social y la cohesión social desde las libertades.
Presidente Correa, yo hace 15 días lo llamé a usted, le dije: ‘Le quiero hacer un reclamo amistoso por teléfono. Usted le ha dicho a una emisora que linda con las Farc’. Le dije: ‘Vamos a producir un comunicado no peliagudo, sino constructivo, dando la información de todos los esfuerzos que está haciendo Colombia en la frontera: en lo social, en lo de infraestructura y en la presencia de Fuerza Pública’.
Usted asintió. Me dijo que le preocupaba el costo que eso tenía para Ecuador, lo que tenía que sostener Ecuador allí en tropa. Y le dije: ‘Eso se lo comparto’.
Finalmente entendimos que hay presiones periodísticas. Y la conversación terminó bien.
He pensado mucho todas estas palabras para no dar lugar a que usted me diga nuevamente que estoy en una farsa. Pero usted sabe el enorme esfuerzo que estamos haciendo en esa frontera; usted sabe lo que nos ha costado en vidas la erradicación manual de droga, porque nos ponen esas minas antipersonales.
Presidente Correa, mire, aquí tengo unos comunicados que mandó nuestra Cancillería, reclamándole a Ecuador por la presencia de estos tipos allá. Y la respuesta de ustedes, negando eso y simplemente regañándonos. Pero yo no lo digo para -aquí están y su Cancillería los tiene- no lo digo para que nos estanquemos en un remolino, sino para que pensemos cómo avanzar en esto, si vamos a buscar salidas.
Usted me reta a capturar a los demás. Ahí lo estamos haciendo, Presidente. Ahí lo estamos haciendo. Es un problema bastante difícil que tenía Colombia.
Presidente Correa: Moncayo es miembro de las Fuerzas Armadas de Colombia. Yo entiendo que es ciudadano colombiano y su padre. Usted me ha dicho que es ecuatoriano. Hasta hoy, mi información es que como miembro de las Fuerzas Armadas de Colombia, es ciudadano colombiano.
Es intrascendente, es intrascendente. Colombiano o ecuatoriano, hay que conseguir su liberación. Pero sí quiero hacerle estas precisiones. Porque yo me equivoco, Presidente Correa, pero yo soy un hombre que asumo responsabilidades.
Yo agradezco las intervenciones que han contribuido aquí hoy a buscar caminos. Incluso, si la Señora Presidenta de Argentina, el día en que la llamé por teléfono me habría anticipado lo que dijo hoy, yo estoy gratamente sorprendido; estoy gratamente sorprendido entre lo que fue nuestro diálogo y lo que le he escuchado hoy, que tiene elementos muy positivos y me voy a referir, con el mayor respeto, a esos elementos.
El Señor Presidente Ortega, contrariando lo que había pensado de no contestarle nada hoy por las agresiones que ha tenido por fuera, pero hoy ha traído una serie de argumentos, dice que hay que construir la paz en Colombia, que tiene hondas raíces sociales y políticas.
Presidente Ortega, yo le ruego hacer una diferencia: la diferencia entre la insurgencia que combate las dictaduras y los grupos armados, financiados por el narcotráfico, que obstruyen la democracia. Esa es una de las razones por las cuales nosotros llamamos a estos movimientos terroristas.
Estaba yo en la universidad pública en los años 70, en la universidad pública, popular, en la batalla popular, y las Farc era un movimiento ideológico, en armas. Hizo el tránsito a un movimiento donde lo ideológico es mínimo; el factor predominante es el mercenarismo y el dinero. Hay que ver los negocios de coca de las Farc. Los negocios de coca de las Farc corroborados por mucha gente, reconocidos por ellos mismos.
Primero, dijeron que harían la paz el día en que Colombia ampliara la democracia. Óigase bien esto. Y después de un debate de más de cien años Colombia aprobó la elección popular de alcaldes. Colombia elige hoy 1.100 alcaldes, popularmente, de todos los partidos. Y el Gobierno colabora con todos ellos, como con los 32 gobernadores, independientemente de su origen político, construyendo gobernabilidad patriótica. Ahí está el testimonio. El Gobierno nuestro es pluralista. Nosotros tenemos en el Gobierno gente del antiguo M-19, del antiguo EPL.
Y hay gobernadores y alcaldes muy de la oposición y yo creo que todos, todos dicen: ‘Tenemos muchas diferencias con Uribe, pero Uribe nos respeta’. Un Gobierno que no arrancó ayer. Un Gobierno de 5 años y medio.
Y después Colombia, en la Constitución del 91, aprobó la elección popular de gobernadores, la ampliación de los mecanismos de participación ciudadana. ¿Saben cuál fue la respuesta de las Farc? Las Farc que desde antes pedía esto como condición de paz, empezó a ser sicario de alcaldes y gobernadores.
Un episodio triste del país -y me perdona, Presidente Fernández, pero es que este tema colombiano, al cual se han referido hoy muchos de los distinguidos presidentes latinoamericanos, déjenme también emitir la opinión, así me extienda algo- fue el episodio de la Unión Patriótica.
Yo he dicho que hubo dos grandes errores: La guerrilla quiso hacer política y mantenerse en la guerrilla, disparando.
Yo fui compañero en el Senado de la República de Braulio Herrera, de las Farc. En esa época estaba ‘Iván Márquez’ en la Cámara. Y seguían disparando.
Esa combinación es (inaudible). Esa combinación es maldita. O se está en la política o se está en las armas.
Y hubo un segundo error: le faltó al Estado colombiano protegerlos eficazmente. Y espero que esto lo comprueben ustedes.
Siendo yo Gobernador de Antioquia, dos diputados de las Farc, Beatriz Gómez y un señor Arenas, de la Unión Patriótica, requirieron toda la protección de la gobernación y están vivos.
Y esa gobernación terminó el 2 de enero de 1998. Me dijeron muchas veces: ‘Es el único que nos ha protegido eficazmente’. Y les dije: ‘Díganlo en público’. ‘No podemos, por razones políticas’, respondieron.
Presidente Ortega, yo he sido un combatiente, pero leal.
¿Qué pasa hoy? Las Farc, después del episodio de la Unión Patriótica, dijo: ‘Para hacer la paz necesitamos que se respete la oposición’.
La oposición en Colombia puede decir lo quiera de mí, menos que no han tenido protección.
Muchos de los que me combatían antes de que yo llegara a la Presidencia, vivían en el extranjero. Hoy están en Colombia rodeados de garantías; rodeados de garantías.
Entonces, me pregunto: Si las Farc exigía eso, que hoy está demostrado en Colombia, ¿por qué no ha hecho la paz? ¡Cómo nos ha engañado las Farc!
Tercero, dijo, en la campaña presidencial del 2001, dijo que si Colombia desmontaba el paramilitarismo, haría la paz.
Colombia tiene todavía reincidentes en narcotráfico, extorsión, asesinato de desmovilizados paramilitares y guerrillas. Pero eso lo estamos combatiendo totalmente.
Ahí está la OEA y su testimonio. Me gustaría que ustedes vieran esa realidad en Colombia. Es que me parece que están leyendo la Colombia de hace muchos años, no la de hoy. Hemos hecho todos esos esfuerzos.
¡Qué bueno sería poder hacer la paz, por la vía dialogada!
¿Ustedes saben esto? ¿Qué hemos hecho nosotros, señora Presidenta Cristina (Kirchner, de Argentina), por la paz en Colombia? Yo no voy a contar lo que hemos hecho, de liberar, primero, 27 personas de las Farc; después, 125; a Rodrigo Granda.
Hay cuatro individuos del Eln, a quienes les levantamos la orden de captura para facilitar el proceso de paz. Ni siquiera han querido avanzar a un cese de hostilidades.
Hablar de la paz, pero negarla por intereses políticos es una traición al pueblo generoso que la ofrece. Eso nos ha hecho el Eln. Y quiero decir que también hemos tenido para ellos toda la hospitalidad y la ayuda del Gobierno de Cuba, que la agradezco.
Presidente Ortega, por Dios, cómo dice usted que lo de ‘Raúl Reyes’ es terrorismo de Estado. Yo le leí ahora el prontuario. Las sentencias judiciales que lo condenan. Su circular de Interpol. Su carácter obstructor de la paz y del acuerdo humanitario. Los delitos de lesa humanidad, por los cuales se le reclamaba y se la ha condenado.
También expliqué esta mañana, ampliamente, condiciones del operativo, que verificará o desvirtuará la OEA.
No me comparen la Seguridad Democrática de Colombia con la doctrina de seguridad nacional.
Allá en Colombia hay una democracia vibrante, respetable. Por eso, desde que propusimos esto, propusimos una seguridad desde la democracia.
Presidente Ortega, yo le voy a decir una cosa: los colombianos sentimos dolor. Con lo que usted dijo hoy, salvo ese puntito de terrorismo de Estado, no sentimos dolor. Cuando usted habla de hacer la paz, no sentimos dolor, así tengamos diferencias. Cuando usted le hace homenajes a ‘Manuel Marulanda’, sí.
Usted nos ayudaría más fácil a hacer la paz, si rompe esa hermandad que declara con él. Es que nos ha puesto muchos muertos y muchos secuestrados.
Él se quedó en la selva, ordenando delitos, mientras el mundo ha evolucionado velozmente.
San Andrés. Ese es un tema puramente jurídico. Le voy a decir lo siguiente: nosotros respetamos las decisiones de la Corte de La Haya. La Corte de La Haya ha dicho que el archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina hacen parte de la Soberanía colombiana.
Y también ha dicho que las partes no le dieron el alcance de límite de aguas al meridiano 82, aquí estaba releyendo la sentencia, sino de frontera oeste de San Andrés y Providencia.
En esa sentencia incidental, presentó un reclamo de ustedes de fondo: la soberanía sobre el archipiélago, y dijo que el tema del meridiano 82 y el límite de aguas lo resolverá en la sentencia de fondo. Nosotros respetamos eso Presidente Ortega, lo estamos esperando. Usted sabe que ya fuimos a la Corte a que nos fijaran fechas para presentar nuestros alegatos.
Hemos pedido de acuerdo con la trayectoria de la Corte, con la jurisprudencia de la Corte, que mientras la Corte falla de fondo, se respete el meridiano 82, yo creo que eso no es un atropello Presidente Ortega, eso está de acuerdo con los antecedentes de la Corte.
Presidente Ortega, Colombia no ha tenido una actitud belicista.
Mire, yo voy mucho a San Andrés, como a todas las regiones de Colombia, yo creo en el Gobierno en la calle con la gente, y hemos procurado atender bien a San Andrés en infraestructura en lo social.
¿Sabe cuál fue mi último viaje? Colombia tiene hoy el sistema de formación vocacional, uno de los buenos del mundo, pagado por los empleadores: el Sena, y ahora le agregamos a eso formación virtual, en formación en segunda lengua.
Mi último viaje a San Andrés fue a instalar un programa para enseñar segunda lengua desde San Andrés, siendo profesores mis compatriotas raizales de San Andrés, a 500 mil colombianos desde allá, por Internet. Hemos hecho un esfuerzo muy grande, a pesar de lo que falta.
Yo creo que, Presidente Ortega, invitándonos, ustedes y nosotros, a que esperemos la sentencia de la Corte, y entre tanto, de acuerdo con los antecedentes de la Corte, respetemos el meridiano 82, yo creo que no hay problema, no tiene por qué haberlo Presidente Ortega, no tiene por qué haberlo.
Hombre, yo en este momento no estoy de acuerdo con comisiones, yo no estoy de acuerdo en este momento, y se los digo respetuosamente.
Apenas venga la Presidenta de Argentina me voy a referir a algunos puntos que ella planteó.
No se puede relativizar la violación territorial, Canciller Amorim, lo reconozco, pero tampoco se puede menospreciar el desinterés para contribuir a la seguridad de un pueblo vecino.
Yo le acepto su primer punto, pero piense en este: yo no creo que sea descabellado hablar de esa expresión de la soberanía, que es la seguridad de un pueblo, pero es más importante hoy la seguridad de las personas, que del territorio.
Yo no creo que haga nada exagerado, Canciller Amorim, al pedir que no solamente haya preocupación por la soberanía territorial sino también por la seguridad del pueblo. Ese es un derecho de todos los países, y Colombia lo pide en este momento.
Y pienso: sí, para nosotros el ideal es que nada de esto se repita. Por favor, por favor, piensen también que tenemos derecho a pedir que el pueblo colombiano tenga una cooperación de sus hermanos y vecinos, para que no se le maltrate. Ese es un pedido razonable.
Yo he observado aquí unas intervenciones distintas a las que oí en radio, o a las que me pasaban de la televisión. Van a tener que mantener en sesión permanente el Grupo de Río, a ver si cesan los insultos y prevalece la razón.
Nada ganamos si uno se va de aquí a seguir en insultos. Yo hago un esfuerzo tremendo por separar el tema de los argumentos, del insulto personal.
Yo insisto en el tema de la responsabilidad individual de los mandatarios, yo la asumo. Nosotros no podemos trasladarles a nuestros pueblos riesgos de guerra o de hambre, eso es injusto. Yo por eso he dicho desde un principio que yo asumo toda la responsabilidad en Colombia, la asumo totalmente.
Mientras viene la señora Presidente Kirchner, aquí está el Canciller. Yo referiría algunas palabras y le ruego transmitírselas. Hombre, nosotros hemos estado abiertos a hacer acuerdos de conveniencia para nuestros pueblos con todos los vecinos. Ese gasoducto de La Guajira colombiana a Maracaibo, es de Venezuela. Se les vende gas del poco que tiene Colombia, pero en el precio se reconoce el derecho al transporte que como retribución tiene el dueño del gasoducto, que es Venezuela. Yo creo que esto ha sido equitativo para ambas partes, paga un derecho de paso a las comunidades por donde atraviesa el gasoducto.
Nosotros somos respetuosos de todo eso y lo seguiremos respetando. Como para no demorarlos más, que los he demorado mucho -también los he escuchado, también los he escuchado- voy a hacer unas referencias a lo que dijo la señora Presidenta de Argentina.
Esta discusión no empezó porque hubiera empezado a hablarse de canje, ya está aquí la Presidenta Cristina Kirchner. Yo voy a disentir en algunos puntos muy respetuosamente de usted señora Presidenta, aceptándole que hoy ha hecho unos aportes estructurales importantes, y me voy a referir a cada uno de ellos.
Nosotros estábamos hablando del acuerdo humanitario desde mucho antes que empezara esta discusión internacional, hicimos muchos esfuerzos. Lo que está citado de Cuzco, lo recogió Cuzco porque Colombia lo estaba proponiendo.
Cuando yo llegué a la Presidencia lo primero que hice fue ir donde Koffi Annan, entonces Secretario de Naciones Unidas, a pedirle un delegado para que nos ayudara a resolver esto. Mandó a James Lemoyne, estuvo dos años y medio, tres años en Colombia, infructuosamente señora Presidenta.
Esa es una iniciativa de Colombia, que la recogió bien el Grupo de Río en la reunión de Cuzco. Hicimos ese esfuerzo, infructuoso, no pudo hacer nada. Y le dimos todas las garantías, todas las garantías.
¿Y qué pasó?, no se pudo avanzar en eso, porque las Farc, ‘Raúl Reyes’ lo único que exigía era: primero, una zona de despeje de dos departamentos, y ahora de dos municipios que hacen parte de la conurbación de Cali, que suman 120 - 140 mil habitantes, y la ciudadanía no acepta eso, porque Colombia tuvo mucho tiempo despeje, y por eso se llenó de guerrilla y paramilitares. Ahora lo que exigen es recuperar la presencia institucional.
Pero también dijo Cuzco, el Grupo de Río, sobre un compromiso de todos para luchar contra el terrorismo.
Muchos de ustedes no aceptan que estos grupos son terroristas, yo veo una injusticia. A unos de los actores violentos en Colombia les llaman terroristas, y a los otros no. Les pido esa reflexión.
Para nosotros todos son terroristas, porque están combatiendo un ordenamiento jurídico de una democracia. El hecho de que los señalemos como terroristas no quiere decir que no estemos dispuestos a negociar.
Presidente Ortega, mire, usted que hoy habló con tanto interés en la paz de Colombia, se lo agradezco, pero ojala lo siga haciendo en todo escenario, ahórrese insultaros, para qué. ¿Sabe cuántos guerrilleros se desmovilizaron en los procesos de paz de los 90?, cuatro mil. Solamente en nuestro proceso más de 10 mil. Yo quisiera hacer la paz, tengo toda la voluntad para ello, toda la voluntad.
Algunos de ustedes dicen: no son terroristas. Yo lo que pido es que se le de el mismo tratamiento a todos los que han sido actores armados en Colombia. Algunos de ustedes reconocen que sí comenten actos terroristas. Yo he respetado eso, he respetado la tradición ecuatoriana de no calificarlos como terroristas por lo que puede representar para el Ecuador.
Pero yo creo que sí deben respetar que una democracia como la colombiana los califique como terroristas.
Presidenta Cristina Kirchner, nuestra seguridad es democrática desde la legalidad, desde la vigilancia internacional, desde un total compromiso por los derechos humanos.
Ahora estaba contando aquí como ha venido reduciéndose allá el asesinato de sindicalistas, el secuestro, el asesinato de periodistas, etcétera. Eso lo compartimos, y para que no quede en el ambiente que sea un reclamo suyo a nosotros de que debemos proceder desde la legalidad, así ha procedido Colombia, y con mucha generosidad.
Recuerdo esas dictaduras del continente que se cerraron a la observación internacional, so pretexto de aplicar la doctrina de seguridad nacional. Nosotros somos un país abierto a la observación, a la crítica.
El único peligro que tienen las Ong en Colombia es discutir con el Presidente de la República. Yo discuto, yo soy deliberante Presidenta.
Nosotros rechazamos también la unilateralidad, pero es que eso tiene que rechazarlo todo el mundo y en la práctica.
Usted que es una jurista muy destacada, ayúdenos a conseguir que la soberanía, por lo menos iguale el derecho a la inviolabilidad territorial con el derecho a la inviolabilidad de la seguridad del pueblo. Ayúdenos a conseguir eso.
Nosotros hemos apoyado las liberaciones unilaterales que se han dado desde diciembre. Le voy a contar esto que hice, y no es para pasar aquí de niño juicioso, de buena persona, porque yo soy combatiente.
Cuando se dio la primera liberación, salí públicamente a darle las gracias al Presidente Chávez, lo llamé esa noche 200 veces y no me pasó al teléfono. Y la respuesta fue que al otro día salió a proponer el estatus de beligerancia para las Farc.
Esta segunda liberación, nosotros los teníamos, los teníamos ubicados. Me dijeron las Fuerzas Armadas: ‘¿Los rodeamos?’. Y les dije: ‘No, porque la localización humanitaria es para buscar la liberación humanitaria. Hagámosle el seguimiento hasta que los liberen. Sinceramente creo que quienes han intervenido en esa liberación, no tienen queja nuestra. No hemos hecho sino facilitarla.
Si los maltrataron, porque resultaron los que nos maltrataron engañados por las Farc, con el cuentico de diciembre, a la comisión que estaba en Villavicencio de que no liberaban los secuestrados por culpa del Gobierno colombiano, cuando era porque no tenían al niño.
Yo le agradezco muchísimo la intervención a todos. A la Presidenta Bachelet, su noble interés en superar esto. Comparto su actitud de que no se den esos hechos.
Cuánto mejor para nosotros estar permanentemente en un diálogo amable con ustedes, que en esta dificultad. Pero es que en ese país se ha derramado mucha sangre, por eso, allá dicen: “Presidente, recuerde que es más importante la seguridad del pueblo que un pedazo de selva”. Pero nosotros comprendemos, y por eso queremos encontrar una salida.
Además de la responsabilidad individual que yo asumo, personal, porque no le podemos trasladar riesgos de guerra, ni condenas de hambre a los pueblos, se los digo con responsabilidad por el pueblo colombiano y con afecto por el pueblo ecuatoriano y por el pueblo venezolano, quiero decirles a ustedes lo siguiente: quítense de la cabeza que esto es un proyecto imperialista. Es un proyecto autónomo del pueblo colombiano, nacido de la rebeldía del pueblo colombiano contra 40 años de opresión del terrorismo.
Yo llegué a la Presidencia de la República como un disidente, sin patrocinio distinto que el patrocinio del pueblo. Los que iban a Washington, iban a llevar malos mensajes míos. Sin amigos allá. Ahora tengo algunos amigos.
Yo los respeto a ustedes, como combatientes de la democracia. Entiendan que este es un proyecto autónomo del pueblo colombiano.
¿Que pudiéramos resolver eso por el diálogo? Ojalá, ojalá. Por eso les he dicho los esfuerzos. Ojalá, pero de buena fe. Recuerden lo que le pasó a mi antecesor, el Presidente Pastrana, que tengo que decir hoy, procedió con toda la buena fe, como procedió con toda la buena fe el ex presidente Belisario Betancur, todos buscando la paz. Y cómo nos pagaron
Colombia tiene una tradición de generosidad y de saber perdonar.
La noche que liberaron a las dos señoras secuestradas yo llamé a la paz nuevamente. Pero esto no puede ser como le hicieron al Presidente Pastrana, que procedió con toda la buena fe, de acuerdo con lo que le había prometido al pueblo colombiano, teniéndoles despejados 42 mil kilómetros, y ellos secuestrando aviones y matando gente.
Esto no puede ser hablar de paz, y simultáneamente producir la bomba del Club El Nogal de Bogotá, y así sucesivamente. El deseo de paz hay que mostrarlo. Con más de 10 mil guerrilleros desmovilizados y tratados con toda la generosidad, este Gobierno ha mostrado voluntad de paz.
Ojalá el tono de hoy, con excepción del tono del Presidente Correa y del mío al inicio, se conservara, porque lo que queda muy grave es insultar en unos auditorios y dar argumentos en otros.
De mi parte voy a procurar mantener esto, por la dignidad del pueblo colombiano que represento en esto de las relaciones extranjeras, por la hermandad con los pueblos que ustedes representan, por el futuro de nuestros países, en una instancia puramente argumental.
Para el acuerdo humanitario estamos trabajando ahora, exclusivamente, a través de la Iglesia Católica y de lo que puedan hacer dos delegados de Europa.
Vamos, con la Ley de Justicia y Paz, a liberar de la cárcel gran cantidad de guerrilleros de las Farc que han dicho someterse a esa Ley.
Y hemos ofrecido, yo le decía al Presidente (de Brasil, Luiz Inácio) Lula: si fulano tiene una propuesta razonable de las Farc, la miramos. Le dije: trasmítalo Presidente Lula, estamos abiertos a eso.
Pero creo que en este momento Comisiones no, porque queda un sabor ahí de que las Farc las sabe aprovechar, no para la paz sino para fines políticos de su violencia. Dejemos a ver si por este camino podemos seguir avanzando, anticipando que toda liberación unilateral e incondicional la respetamos y contribuimos a ella.
Muchas gracias, Presidente Fernández”.
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