Envigado, Antioquia, 1° nov (SP). “Nos honra mucho hacer esta reunión de Consejo Comunitario aquí en Envigado.
Nuestra gratitud al párroco, Monseñor Luis Fernando Pérez Peláez, de Santa Gertrudis, a la hermana Ruth Helena Correa, superiora provincial de la comunidad Hermanas Dominicas de La Presentación; a la hermana Rosa Amparo Urrea, rectora del Colegio de La Presentación; a todas las hermanas, a ellas nuestra gratitud. Muy generosas, acogernos hoy aquí en su colegio. Les damos un aplauso desde el fondo del corazón.
Esta madrugada la Policía en un lugar aquí en Envigado rescató dos personas que las tenían amarradas, aparentemente las iban a asesinar, y por eso nos toca acabar con ese cuentito de la oficina. El problema no lo vamos a resolver olvidándonos de la oficina, sino acabándola.
Yo creo que uno de los problemas que se está presentado en Medellín es que en los últimos dos o tres años creímos que eso era simplemente de cuentos, de embellecimiento, de decir que todo se había superado, y a mí me hicieron pensar que ya había que ablandar la autoridad. No se puede ablandar
Hay 200 muertos más este año que el año pasado, y por errores de Policía el año pasado, se habían omitido contabilizaciones de asesinatos en el área metropolitana. Eso no lo podemos permitir.
Yo vengo a Envigado hoy con todo el afecto, a decirles a los colombianos desde acá, que es la hora de reafirmar el principio de autoridad con sentido democrático.
Hay que resolver los problemas sociales, sí; que los problemas educativos, sí; que mejorar el espacio público, sí; que hacer las construcciones que requiere la comunidad en bibliotecas, centros comunales, sí; que hacer pedagogía por la seguridad y por la convivencia, sí; pero eso tiene un principio, un principio fundamental, que es el principio de autoridad.
Criminales de esta calaña no se arrepienten con cuentos; criminales de esta calaña tienen que sentir el peso de autoridad.
Una de las primeras decisiones que tomó el Gobierno que presido, fue militarizar la Comuna 13 de Medellín. No nos podemos olvidar que la recuperación de la paz en Medellín no empezó con los cuentos. Aquí mientras más cuentos echábamos, más gente mataban; mientras más creíamos estar avanzado en la paz con el discurso, más gente asesinaban.
Aquí empezó la recuperación con la decisión de autoridad de la operación de la Comuna 13, en septiembre de 2002.
En estos 21 meses que nos faltan de Gobierno, autoridad con sentido democrático a todas las horas.
Señor General Rodríguez (Juan Pablo, Comandante encargado de la Séptima División y Comandante de Cuarta Brigada del Ejército), señor General García (Dagoberto, Comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá), señores oficiales de la Sijín: con toda transparencia y toda la eficacia, sin una violación de derechos humanos, autoridad en todas las horas.
Se nos acabó el plazo para acabar estos bandidos de la ‘oficina de Envigado’, y los bandidos que todavía deambulan por el Valle de Aburrá.
Yo vengo, señores comandantes, a decirles que yo reasumo con ustedes el control del orden público, pero no me pueden quedar mal.
Ustedes saben que yo no vacilo, ustedes saben que yo no me arrugo, ustedes saben que cuando yo nací a mí papá le mostraron el muchachito y él me empezó a revisar por aquí y me dijo: “este es el tornillo del miedo, camine se lo quito; y este es el tornillo de la reversa, camine se lo quito”. A mí me curaron el miedo y la reversa desde que nací, señores comandantes.
Yo vengo a decirles que no tendría sentido que hubiéramos pasado 8 años en la Presidencia y que esto no estuviera resuelto aquí.
Esto necesita toda la autoridad. Mi General, si hay que mantener el Ejército a toda hora en las calles de Medellín, manténgalo. Y yo le pido, General García, que todos los días se avance para acabar estos bandidos.
Yo hablaba esta mañana con el señor General Naranjo (Óscar, Director de la Policía Nacional) y él me contó los operativos que se están llevando a cabo.
Es muy triste que una tierra como ésta –cuya historia la vamos a ver en este momento con el doctor Darío Acevedo- los colombianos nos olvidemos de lo que ha sido y lo importante que es Envigado; su calidad de vida, su lucha por superar la pobreza, austeridad administrativa, su historia; José Manuel Restrepo, el secretario del Libertador; José Félix de Restrepo; la participación de ambos en el proceso de liberación de los esclavos; Débora Arango, la gran rebeldía a favor de los derechos y libertades de la mujer, a través de esa gran expresión de arte que es puntura; Fernando González, todos ellos.
Esta historia de Envigado es muy bella y muy importante, anclada a lo mejor de la República.
El Presidente Carlos Lleras Restrepo, cuyo centenario estamos celebrando en este 2008, en su memorias hablaba de sus antecesores, de José Félix y de José Manuel Restrepo, oriundos de Envigado, y lo hacía con inmenso orgullo, y de todo el aporte de ellos a la historia de la República.
Aquí hay muchas cosas buenas, por eso no podemos dejar que la delincuencia siga mancillando, siga enturbiando el nombre de Envigado.
Hoy esta área metropolitana sigue a la vanguardia en el tema médico. El Gobierno ha venido escogiendo sectores en los cuales el país pueda tener un gran éxito innovativo.
Eso lo ha venido jalonando el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. El Ministerio en esa parte tiene dos políticas: pongamos a los sectores tradicionales también a agregar valor, a innovar dentro de los sectores tradicionales; y escojamos nuevos sectores en los cuales Colombia tenga un gran porvenir.
Y hasta ahora han venido escogiendo el sector ese de los Call Center, que va avanzando muchísimo, tiene una dimensión ampliada. Eso no es solamente para comprar un tiquete de una aerolínea, a través de una llamada telefónica a un tercero, sino que (por ejemplo) están construyendo un edificio en Australia, y desde aquí pueden hacer los planos; una carretera en tal parte, y desde aquí pueden ir haciendo la interventoría, la dirección de la obra; a una empresa norteamericana le cuesta mucho la contabilidad, por internet se la pueden llevar desde aquí.
El otro sector es el de la industria de los cosméticos; el otro sector es el de la industria farmacéutica; y el otro sector es el turismo médico. Muchas personas de la comunidad internacional quieren venir a Colombia a que aquí se les presten servicios médicos, y yo creo que Medellín, el área metropolitana va muy adelante en eso.
Y la nueva legislación lo estimula, porque la nueva legislación permite que se organicen como zonas económicas especiales, entonces pueden traer esos equipos sin pagar IVA, sin pagar arancel, y una vez empiecen a prestar los servicios no pagan renta del 33 - 34 por ciento, sino que pagan renta del 15 por ciento. O sea que lo del (hospital) ‘Manuel Uribe Ángel’ (de Envigado) hoy tiene plena vigencia, tiene un futuro.
Yo recuerdo que al principio del Gobierno también se tomó la decisión, hace dos años, Alcalde, de entregar la clínica del Seguro Social aquí, después de que se reestructuró el ‘Manuel Uribe Ángel’.
Mi Coronel (Luis Eduardo) Martínez: cuando se quiere se puede. Este Coronel, Comandante de la Policía de Antioquia, se puso detrás de un bandido que se llama ‘Memín’, hasta que lo trajo prenso. Un aplauso mi Coronel.
Pero se acreditó. Ahí le tengo en la lista a ‘Don Mario’, a ‘Yiyo’, y a otros.
A mí me decían: “Uy Presidente, qué peligro, ir usted a Envigado, llevar al Gobierno, usted hablando a toda hora de que hay que acabar la ‘oficina de Envigado”.
Les dije: es que vamos a acabarla y es a meternos al corazón de Envigado, porque la gente buena de Envigado, que son todos, todos –allá hay dos ó tres bandidos que hacen daño- tienen que sentir que ahí va adelante el Gobierno Nacional, para procurar acabar eso bandidos.
Mí General Rodríguez: ¿Quién fue el que acabó a ese otro bandido de las Farc, de allá del occidente, a ‘Tio Pacho’?
General Juan Pablo Rodríguez, Comandante de la Cuarta Brigada del Ejército: Lo capturó la Policía, Presidente.
Presidente Álvaro Uribe: ¿La Policía de Antioquia? Otro aplauso a mi Coronel (Martínez).
Una gran preocupación: esos bandidos entre Urrao y el río Atrato, metidos en el centro de esa selva, donde asesinaron al doctor Gilberto Echeverri, ex Ministro, y al doctor Guillermo Gaviria Correa, Gobernador, y a los oficiales de las Fuerzas Armadas que estaban con ellos.
No habíamos podido con esos bandidos. La inteligencia de la Policía ubicó allá en esa selva al tal bandido ese, ‘el Paisa’, y allá le dio de baja la Fuerza Aérea.
Mi General, en esa zona hay que acabar esos bandidos, en esa selva, del Atrato para arriba y de Urrao para abajo.
Pero es un momento en que tenemos que reafirmar todo el concepto de autoridad. Y sigamos aquí. El General Naranjo tiene la lista de todos esos de la ‘oficina de Envigado’ que aún quedan libres. Hay que capturarlos a todos. ¿Cómo se siente para capturarlos a todos, mi General García?
¿Dónde está mi Coronel Cárdenas? Me decía esta mañana el General Naranjo que está reestructurada la Sijín Medellín ¿Es Medellín o Antioquia? Medellín y Antioquia. Y que tenía mucha confianza en usted (Coronel Cárdenas). Ahí le encomendamos esa listica mi Coronel. Pero vamos a quedarle bien a esta comunidad. Él me lo dijo esta mañana, que tenía mucha confianza en usted.
Y todos tenemos que ayudar. El DAS, Jacqueline (Sandoval, Directora Seccional del DAS), usted de acreditó mucho cuando capturó a esos bandidos del ELN en Pereira. Jacqueline, estoy esperando buenas noticias tuyas aquí en Medellín, pero buenas noticias.
La Fuerza Aérea hizo ese bombardeo que dio de baja al ‘Paisa’, allá en la selva, con inteligencia, ubicándolo. Esos avioncitos de la Fuerza Aérea han mejorado la puntería.
O sea que hay que seguir haciendo inteligencia y ubicar esos bandidos, pero vamos a acabarlos a todos. Sacudámonos de este problema, ¿por qué tenemos que seguir con estor bandidos en la nuca?, vamos a sacudirnos de ellos.
Llamado al Ejército en Villavicencio
Le digo a la División de Villavicencio que no se pongan en una deliberación conmigo, que esto no es de cuentos, sino que digan a dónde está ‘Cuchillo’-yo sé por qué estoy diciendo lo que estoy diciendo- y dónde está el ‘Loco’ Barrera. Que digan dónde está, o que den con ellos y los entreguen capturados, o que nos digan dónde están para ir por ellos. Pero la División de Villavicencio no puede seguir dando la sensación de que oculta a esos bandidos, de ninguna manera.
Mi General García, mi General Rodríguez: ojalá podamos mostrar una tendencia nuevamente de disminución de homicidios en el área metropolitana, pero profunda, y que no tengamos una sola queja por violación de derechos humanos, por colusión con bandidos, que no tengamos una sola queja.
Y que resolvamos el problema de fondo, porque de pronto hay una paz aparente, de pronto se disminuyen los homicidios, pero mientras estén libres esos bandidos ahí está el peligro. Entonces el día que amanecen con sus instintos criminales alborotados, hasta ese día llegan las buenas cifras.
Buenas cifras con esos bandidos libres no hay, son cifras engañosas, para poder tener definitivas buenas cifras de seguridad, tenemos que poner a buen recaudo a todos esos bandidos que siguen hoy con la posibilidad de hacer daño.
Los derechos humanos
A mí me dicen los asesores de prensa: “no le conteste a Vivanco (José Miguel, director para las Américas de Human Rights Watch), no le conteste a Amnistía Internacional, Presidente no se desgaste”.
Simplemente le quiero decir al señor Vivanco y a los señores de Amnistía Internacional, que ellos no nos tienen que enseñar a nosotros de derechos humanos, ni de convicciones cristianas, ni de convicciones democráticas.
La lucha nuestra ha sido por un concepto democrático de seguridad. Y así se lo propusimos al país en el Manifiesto Democrático antes de nuestra elección.
En el punto 27 de ese Manifiesto se dice: “si ganamos la elección presidencial practicaremos un concepto democrático de seguridad, para proteger a todos los colombianos independientemente de su orientación política, independientemente que sean empresarios o trabajadores”.
Y propusimos unas metas muy serias en protección de líderes sindicales, en protección de periodistas, en protección de maestros. Y hemos hechos todo el esfuerzo a lo largo de estos seis años y 3 meses de Gobierno para cumplirles a los colombianos con ese propósito.
Desde un principio hemos dicho, apreciados compatriotas –y me parece que es por rencor personal que el señor Vivanco no lo reconoce, y que es por ceguera y dogmatismo y fanatismo que Amnistía Internacional no lo reconoce- desde un principio nuestra vocación ha sido una política de Seguridad Democrática con credibilidad de opinión, credibilidad sustentada en la eficacia y en la transparencia.
Hemos dicho que hay dos valores que tienen que sustentar la política de Seguridad Democrática, y lo hemos buscado en todo el país a lo largo de estos años, la eficacia y la transparencia.
La transparencia es adhesión a los derechos humanos, su cumplimiento con todos los protocolos de nuestra Fuerza Pública. La transparencia es eficacia para desmantelar criminales; la transparencia es la protección de la vida de todos los colombianos.
Este es el Gobierno que más ha defendido la Fuerza Pública, este es el Gobierno que más ha apoyado la Fuerza Pública. Yo no recuerdo en mi larga vida política, un periodo de seis años en Colombia de apoyo a la Fuerza Pública en todos los momentos, con tanta determinación.
Más aún, este es el periodo en que la opinión colombiana, el pueblo colombiano –aparte del Gobierno- más ha apoyado a la Fuerza Pública.
A la Fuerza Pública generalmente la suelen acusar –sobretodo esos organismos internacionales- de violación de derechos humanos, pero nadie ha levantado la mano para decir: ‘defiendo los derechos humanos de los soldados y policías’. Este Gobierno lo ha hecho.
Hace pocos días fui a Cali, a decir en una universidad pública, popular, en una universidad de agitación ideológica, de debate intenso, fui a decir: “vengo a defender los derechos humanos de los policías, de los soldados”.
Los policías y los soldados son ciudadanos de carne y hueso como nosotros, y la defensa de sus derechos humanos es tan legítima, tan válida, tan necesaria, como la defensa de los derechos humanos de cualquier otro ciudadano de la Patria.
Fui a defenderlos, a decir: nosotros no podemos hablar de solución de problemas sociales, mientras quienes reclaman esas soluciones sean los responsables de haberle mutilado las dos manos a un intendente de la Policía, de haberlo enviado a la Clínica del Valle del Lili con un trauma craneal, con un trauma ocular.
Respaldo a la Fuerza Pública del Gobierno, respaldo a la Fuerza Pública del pueblo colombiano, y reivindicación de los derechos humanos de los soldados y policías.
Pero lo que no se puede permitir es que haya mentira o violación de derechos humanos.
Quiero recordarle al señor Vivanco que él no es el profesor nuestro en derechos humanos y que no lo recibimos como tal, que aquí le perdimos el respeto hace mucho rato.
El señor Vicepresidente de la República ha sido un defensor desde su adolescencia de los derechos humanos, y él ha estado a cargo de la política de derechos humanos desde que empezó este Gobierno.
En este Gobierno ha habido la iniciativa de defender los derechos humanos en todo momento. Este Gobierno en lugar de tapar o de darle la espalda a las quejas de violación de derechos humanos, ha enfrentado los problemas. Yo no he pasado de lado por lo problemas de derechos humanos, sino que los hemos enfrentado.
Este Gobierno fue el primero, cuando se presentó se presentó el caso Guaitarilla, de decir ‘hay que comunicar la verdad, no se puede ocultar qué pasó’.
La búsqueda de la verdad ha sido una constante en este Gobierno.
Algún día escribiré este episodio: Estábamos en mayo de 2003, en Cali, en los muros de Cali, inaugurando el Batallón de Alta Montaña, y nos dicen que en la operación de rescate que yo había autorizado y sobre la cual asumí la responsabilidad, las Farc asesinó al doctor Gilberto Echeverri y al doctor Guillermo Gaviria y a unos oficiales.
En medio de la angustia y el dolor, tomamos un avión a Medellín y después fuimos hasta Murrí, (corregimiento en Antioquia), al sitio donde los asesinaron.
Empezó una discusión en el avión. Alguien preguntó: ¿y qué decimos? Y yo que venía con los ojos cerrados, con la cabeza baja, abrí los ojos y levanté la cabeza y dije: “eso no se discute, decimos la verdad”.
Este Gobierno siempre tiene que decir la verdad, una política de Seguridad Democrática sin decir la verdad no gana credibilidad. Y le contamos al país, con total buena fe, todas las vicisitudes de ese operativo en el cual, sin que nosotros hubiéramos disparado un solo tiro, las Farc asesinó a los rehenes.
La norma del Gobierno ha sido decir la verdad. La política de seguridad no es democrática sin verdad.
Cuando se enfrentaron Policía y Ejército, al parecer por un problema de narcotráfico, en Guaitarilla (Nariño), y hubo muchos policías muertos; cuando murieron en otro enfrentamiento con el Ejército muchos policías en Jamundí (Valle).
Lo de Jamundí ocurrió ocho días antes de la elección presidencial de 2006. Y alguien me dijo a mí: ‘Muy grave. No hablen de eso, déjenlo para después’. Dije: ‘no señor, el Gobierno no puede aplazar el enfrentamiento de los graves problemas nacionales, so pretexto de que se esté en época electoral. Esto se le cuenta al país con total veracidad y de inmediato’.
¿Qué dijimos? “Esto no lo conoce la Justicia Penal Militar, esto lo conoce la justicia ordinaria”. Dimos la orden de que no lo conociera la Justicia Penal Militar, sino la Fiscalía y los jueces de la República.
En Arauca, en Arauca fueron asesinados dos sindicalistas por el Ejército. ¿Qué nos dio la investigación? Que los sindicalistas eran integrantes del ELN, pero que Ejército no los dio de baja en combate sino fuera de combate. Esa es una violación de los derechos humanos.
Hoy hay un teniente y tres soldados condenados, con penas superiores a los 20 años. Y los sindicalistas eran del ELN.
San José de Apartadó (Urabá). Por la muerte de un líder de la comunidad de paz hay 90 militares en un proceso de investigación.
Cuando yo llegué por primera vez a Apartadó, después de la elección presidencial, dije: “No puede haber sitios vedados a la Fuerza Pública”. Le di la orden al Ejército y a la Policía que entren a todas partes. Y hoy la reitero.
Lo que pasa es que no se puede violar los derechos humanos.
Así como no se puede aceptar que digan que hay sitios vedados a la Fuerza pública, tampoco podemos ser permisivos o tolerantes con violación de derechos humanos.
En Cajamarca (Tolima) transcurría una Semana Santa, el país alegre, con recuperación de tranquilidad, y aparecieron muertos unos campesinos en una carretera veredal de Cajamarca hacia la cordillera.
Yo estuve muy temprano el lunes de pascua allí, y me dijeron quienes estaban ahí en el operativo militar: ‘mire Presidente, es que nosotros estábamos aquí esperando la guerrilla, estas personas bajaban, les dijimos alto, no pararon y les disparamos’. Yo quedé bastante sorprendido, bastante preocupado.
Después qué ha pasado. Que lo que me dijeron a mí no fue la verdad. Ese caso lo conoce el Juez Tercero penal del Circuito de Ibagué. El proceso se encuentra en audiencia pública, por homicidio a persona protegida. Se encuentran con medida de aseguramiento un cabo y seis soldados.
El Gobierno que más ha respaldado la Fuerza Pública, es el Gobierno que ha sido totalmente exigente en materia de derechos humanos. Más aún, las instrucciones que hemos impartido al Ministerio de Defensa desde que empezó nuestro Gobierno han sido las siguientes: en estos casos tengamos nosotros una rápida investigación administrativa, para tomar las decisiones administrativas a que haya lugar, y los hallazgos que puedan derivar en responsabilidades penales los trasladamos a la Fiscalía. Esto es lo que ocurre con los muchachos de Soacha.
La Comisión Administrativa instalada por el Ministerio (de Defensa) ha encontrado unas irregularidades, por ejemplo en procedimientos.
Es que los operativos militares tienen que estar sometidos a procedimientos, a protocolos. No pueden violar los procedimientos, no pueden violar los protocolos.
Entonces hay personas, de los que han sido retirados del Ejército, que son responsables de no haber vigilado que esos procedimientos se estuvieran cumpliendo.
Desde Envigado llamo hoy a todas las brigadas de Colombia, con el afecto que en estos seis años han sentido los soldados y policías de Colombia, del Presidente de la República, los llamo para que seamos rigurosos en la observancia de los protocolos, de los procedimientos, y en la inspección de los mismos.
Es que dar de baja a alguien en un combate, eso tiene unos procedimientos, unos protocolos, y eso hay que cumplirlo. Pero estos hallazgos han sido trasladados a la Fiscalía, porque pueden darse casos de personas de la Fuerza Pública que estén vinculados a asesinatos, como se explicó esta semana. Por eso se han trasladado a la Fiscalía.
He expresado lo siguiente: la Fuerza Pública de Colombia está compuesta de 400 mil hombres, cada soldado, cada Policía, debe pensar que entre mayor sea el compromiso de la Fuerza Pública con los derechos humanos, mayor es su autoridad moral para ser eficaz en resultados frente a la delincuencia; Y que la eficacia y la transparencia es lo que le da motivo de orgullo a cada soldado, a cada policía de Colombia, y a la Fuerza en su conjunto.
Política de recompensas
Han dicho algunos: ‘es que de pronto lo que está haciendo daño es la política de recompensas’.
Ayer estábamos en una reunión con los presidentes Iberoamericanos presidida por el Rey de España y el presidente del Gobierno Español (José Luis Rodríguez Zapatero), y me llamaron los compañeros de Gobierno a San Salvador a decirme: ‘mire Presidente, hay esta discusión en Colombia’. Les dije: “vean, cómo vamos a poner ahora en duda algo bien útil, que ha sido la política de recompensas”.
Ayer pude explicar: la política de recompensas no es para la Fuerza Pública. De acuerdo con la política de recompensas, se paga recompensa a los civiles que con su información le permitan a la Fuerza Pública tener eficacia en las acciones contra los criminales.
Más aún, la política de recompensas no solamente excluye las recompensas a personal militar y policivo, sino las recompensas a funcionarios públicos, como lo dice claramente una de las circulares.
Ayer revisé esas circulares del Ministerio de Defensa. ¿Qué hacen? Decir cómo se pagan recompensas y en qué caso, y tasan las cuantías.
Yo pienso que en un Estado Social de Derecho, toda la ciudadanía debería dar información a la Fuerza Pública, sin necesidad de recompensas. El principio de solidaridad, que es de la esencia del Estado de Derecho, llevaría a cada uno a que, en virtud de esa solidaridad que debe tener con el colectivo, informe a la Fuerza Pública sobre criminales, sin pedir recompensa.
¿Por qué hemos ofrecido recompensa? Porque la criminalidad desbordada que había maltratado tanto a los colombianos, y que todavía no hemos derrotado totalmente, nos obliga a estimular la información de los colombianos sobre criminales, a través de la recompensa.
Por eso, bajo mi responsabilidad se ha instituido desde el principio del Gobierno el lunes de recompensa. Cada lunes en las brigadas y en los comandos de policía se pagan recompensas a civiles, que con su información hayan permitido desmantelar delincuentes.
Se reserva la identidad del civil para no crearle riesgos.
Las recompensas han sido muy útiles en el caso de ‘Raúl Reyes’, en el caso del ‘Negro Acacio’, en el caso de ‘Martín Caballero’, y así sucesivamente.
Nosotros tenemos unos cooperantes que reciben recompensas periódicas para cuidar infraestructura en sitios neurálgicos del país, y eso ha sido muy útil.
Hay una línea de energía en alguna parte del país, que la tumbaban todos los días. Le tenemos desde hace 3 - 4 años una cadena de cooperantes que reciben una recompensa periódica, y eso ha ayudado mucho a proteger esa línea de energía.
Las recompensas han sido muy útiles, ¿por qué las vamos a desacreditar?
Alguien me decía: ‘Presidente, puede ser que un soldado le diga a un civil: vaya cobre esta recompensa y nos lo partimos. Entonces ahí se viola, Presidente, lo que ustedes dicen en la circular, que la recompensa no puede ser la para integrantes de la Fuerza Pública’.
Si se dan esos casos eso es pura y simple corrupción. Esa es otra cosa muy distinta.
Como me decía el Canciller (Jaime Bermúdez) ayer: de un procedimiento legal y legítimo, como es la autorización para pagar recompensas, a partir de ahí no se puede justificar un resultado criminal de alguien que comete un delito.
Y me decían: ‘pero Presidente, es que también hay lugar a confusiones’. Si miramos la circular, la circular dice muy claramente: tanta plata por información que conduzca a la captura de jefes de escuadra, tanto dinero por la información que conduzca al decomiso de estas armas, etcétera.
Las circulares fueron para eso, para regular de la manera más razonable la política de recompensas.
Por eso nos va a tocar, a raíz de este debate, hacer una pedagogía intensa en todo el país para defender esta política de recompensas.
Compatriotas, yo tengo hoy que reiterar aquí la oferta de dos recompensas. Ayer asesinaron al Personero de Segovia (Antioquia, Jairo Luis Álvarez Ruiz). Nosotros no podemos permitir eso.
Hoy reitero la oferta de una recompensa, hasta 50 millones, para los ciudadanos que con su información nos permitan la captura de los asesinos del Personero de Segovia.
Aquí en Medellín trataron de asesinar ayer a una señora que es testigo en el asesinato del señor Antonio López. Yo vengo a reiterar la oferta de una recompensa a los ciudadanos que permitan esclarecer ese atentado. ¿Por qué? Cómo vamos a dejar nosotros que la delincuencia, para ocultar sus crímenes, siga buscando asesinar los testigos. Para esto son las recompensas. ¿Por qué las vamos a eliminar?
Miren, si algo ha disminuido en este país, en este Gobierno, es el asesinato de periodistas y el asesinato de maestros, y el asesinato de sindicalistas.
En este Gobierno asesinaban un periodista, ahí mismo ofrecíamos una recompensa a quienes nos informaran sobre los asesinos; (asesinaban) un sindicalista, de inmediato la oferta de una recompensa; (asesinaban) un maestro, de inmediato la oferta de una recompensa. Y eso nos ha ayudado mucho a esclarecer estos crímenes.
Hoy tenemos en la cárcel 143 personas responsables de asesinatos contra líderes de los trabajadores, en un país donde había total impunidad en el tema. Y la recompensa ha ayudado muchísimo.
Entonces dicen: ‘no, es que cometen delitos porque Uribe exige muchos resultados’. Cuidado que esas son trampas de aquellos a quienes no les gusta la política de Seguridad Democrática.
Claro que yo exijo resultados. ¿Cómo no voy a pedir hoy resultados aquí para eliminar definitivamente, meter a la cárcel definitivamente a esta banda que llaman ‘la oficina de Envigado’?, todos los que quedan ahí matando gente.
¿Cómo no voy a exigir resultados para liberar a los secuestrados? El Espíritu Santo seguramente nos ayudó, pero porque nos vio trabajando en la ‘Operación Jaque’. Ese fue un trabajo de seis años.
Todos estos años al pie de lo del doctor (Oscar Tulio) Lizcano, al pie de lo del doctor Lizcano, por fortuna se pudo hacer entre Ejército y Policía ese cerco humanitario.
Y recuerden lo que habíamos ofrecido. Ahí juega una recompensa.
Dijimos hace meses: guerrilleros que tomen la decisión de abandonar las Farc, traigan consigo secuestrados, el Gobierno hará lo posible para que no vayan a la cárcel y les paga una recompensa.
Lo vamos a hacer con el caso de este guerrillero ‘Isaza’, que cuando sintió el cerco humanitario le dijo al doctor Lizcano: ‘Cucho, yo lo voy a sacar a usted’, y abandonaron el movimiento guerrillero, corriendo ambos un gran riesgo. Y se encontraron con un punto de bloqueo del Ejército al amanecer del domingo.
¿Qué estamos haciendo? Buscar que el guerrillero ‘Isaza’ goce de libertad. No lo podemos indultar ni amnistiar, porque de por medio hay un delito atroz. Que tenga alguna libertad condicional, vamos a ver qué encuentran las autoridades competentes, y le vamos a dar un dinero de recompensa, porque lo habíamos ofrecido.
Y desde Envigado hoy reitero a los guerrilleros que tienen en poder secuestrados: abandonen la guerrilla, traigan consigo esos secuestrados, libérenlos, y buscamos que esos guerrilleros gocen de libertad, y también, les pagamos recompensa.
Por favor. Yo voy a hablar esta semana muy respetuosamente con el señor Fiscal, a explicarle esta política, y a explicársela reiteradamente a mis compatriotas.
Y claro, los enemigos de la Seguridad Democrática dicen: ‘Ah, es que Uribe pide muchos resultados’. Sí, yo exijo resultados de acabar los violentos, como hay que exigirlos. Es que mi generación no ha vivido un día completo de paz.
¿Entonces van a confundir ahora la exigencia de resultados para desmantelar las organizaciones criminales con la justificación de violación de derechos humanos? No, eso es una inferencia perversa, simplemente en algunos, con el propósito de eliminar la política de Seguridad Democrática que ha sido bien útil en esta Patria.
Crisis económica mundial
No puedo dejar de hablar de la situación de la crisis económica mundial, sobre todo en un Consejo Comunitario en un área industrial tan sensible a la crisis económica mundial.
Les voy a contar qué cosas buenas tenemos para protegernos de esta crisis, y qué dificultades creo yo que enfrentamos.
Pero antes permítanme entregar este cuadro que me acaba de entregar la Fuerza Pública. Antes de este Gobierno había 10 integrantes de la Fuerza Pública en la cárcel por violación de derechos humanos, ahora hay 153. Y esto no empezó esta semana, esto empezó desde la hora cero del Gobierno.
Ventajas que tiene Colombia para afrontar esta crisis: en este Gobierno las reservas internacionales han pasado de 10 mil 600 millones de dólares a 24 mil millones dólares.
Los bancos tenían 39 centavos de provisiones por cada peso de cartera morosa. Hoy por cada peso de cartera morosa ya no tienen 39 centavos, sino u peso con 10. Y esperamos aumentar más esas provisiones con el acuerdo que está haciendo el Superintendente Financiero con los bancos, para que dediquen más utilidades a más provisiones.
Fogafin, que maneja el seguro de depósito bancario. Cuando empezó el Gobierno tenía 400 millones de dólares, hoy tiene tres mil millones de dólares. Este Gobierno ha hecho ahí un ahorro de 2 mil 600 millones de dólares.
Ustedes recuerdan que en los últimos dos años el Gobierno ha sido objeto de una gran crítica, porque mantuvimos unos controles para evitar que entraran al país los capitales de corto plazo. Yo creo que la historia nos ha dado la razón.
Esta crisis nos coge en un momento en el cual en el país no hay capitales de corto plazo. Nosotros hemos creído que el capital es un factor de producción para generar bienestar colectivo, no puede ser un elemento de especulación.
Por eso, mientras los confeccionistas de Envigado, del área metropolitana, los bananeros del Magdalena y de Urabá, los confeccionistas de Pereira, los zapateros de Bucaramanga, sufrían la revaluación, el Gobierno dijo: no dejamos entrar capitales de corto plazo al país, y mantuvimos esa limitación.
¿Qué ha pasado en países de Europa del Este? En Islandia tenían una gran prosperidad porque entraban y entraban capitales. Ahora esos capitales están saliendo a la carrera de esos países, entonces están dejando a esos países sin dólares, y están arruinando a esos países.
Aquí, como no los dejamos entrar, no hay peligro de que tengan ahora que abandonar a la carrera al país.
Yo creo que es bueno mirar esto, porque el Gobierno en lugar de haber permitido que en aras de la libertad del mercado se permitiera en el país una inundación de capitales de corto plazo, el Gobierno en nombre de la intervención regulatoria, frenó la entrada de esos capitales de corto plazo.
Y eso ha ayudado también a que el sector privado colombiano esté menos endeudado, porque le costaba más. Hoy el sector privado colombiano, proporcionalmente, no está tan endeudado como el sector privado en otros países de la región y del mundo.
El sector privado nuestro ha tenido también un manejo responsable. En lugar de haberse ido a invertir en papeles que los economistas llaman del mercado de derivados secundarios: yo vendo hoy 10 barriles de petróleo a 80 pesos, el que me los compra mañana coge ese papelito y los vende a 85, y el otro los vende a 85.50, y eso es una pirámide, y le hacen pensar a todo el mundo que todo el mundo está ganando.
Y se acaba de caer esa pirámide de Wall Street, se acaba de quebrar. Eso demuestra el peligro del capital especulativo. Por fortuna el sector privado colombiano no parece comprometido en inversiones en exposición al riesgo, en este tipo de inversiones internacionales.
Yo diría que aquí hay ventajas.
Riesgos
Tenemos riesgos de financiación, que no nos presten. No porque nosotros seamos malos pagadores, tenemos muy buena fama de pagadores, pero por el cierre de los bancos internacionales. Estamos hablando con los bancos internacionales que ya nos han prometido la financiación de 2009, y estamos pre negociando la financiación de 2010 y 2011.
Yo le decía hace pocos días a Asonal Judicial: ‘hombre es que el Gobierno no puede darles toda esa plata que ustedes piden’. Se los explicaba yo con todas las razones: ‘les quedamos mal, muchachos’.
Imagínense ustedes, que para pagarles a ustedes, yo le digo al Ministro de Hacienda: ‘Ministro, vaya a Envigado donde el sastre que me ayuda a mí con unos vestiditos, Bernardo Puerta, dígale a Bernardo que le confeccione a usted un vestido nuevo, váyase para Nueva York, alquile una limosina y llegue allá a un banco a ver si trae una plata para Asonal.
¿Qué le pueden decir allá al Ministro? ‘Muy elegante el vestido de don Bernardo Puerta, muy elegante la limosina, Colombia muy buena pagadora, pero lo que pasa es que este banco está quebrado’. Ahí tenemos un riesgo. Hay que poner todo el cuidado.
Indudablemente que nosotros hemos mejorado. Antes debíamos, por cada 100 pesos que producíamos, debíamos 50, hoy debemos 27 pesos.
Por cada 100 pesos que producíamos teníamos un déficit de 7.5 (por ciento), hoy de 3.2, pero todavía debemos 27 y todavía tenemos un déficit de 3.2.
Entonces esto hay que manejarlo con mucha delicadeza, el Gobierno tiene que ser cuidadoso en el manejo del tema.
El recaudo, también se nos ha caído. Yo todavía no conozco la cifra de octubre. A 30 de septiembre se nos había caído en 312 mil millones. ¿Por qué? Me decían los confeccionistas de Medellín: ‘nosotros vamos a tener que despedir trabajadores, porque por la revaluación –que afortunadamente ya se superó- se nos ha caído el ingreso y estamos arruinándonos’. ¿Qué tuvo que hacer el Gobierno? Quitarle el arancel a mucha materia prima.
Me decían los cafeteros, los bananeros: ‘nos está arruinando el encarecimiento de los fertilizantes’. ¿Qué tuvo que hacer el Gobierno? Quitarle los impuestos a los fertilizantes, entran sin arancel.
Un carro: alguien lo iba a entrar al país, lo compraba por cien dólares, el Gobierno esperaba que ese carro se liquidara con un dólar a 2 mil 200 pesos; el carro habría valido 220 mil pesos, con dólar a 1.700 – 1.800 (pesos), el carro valió 170 - 180 mil pesos. Entonces eso generó menos impuestos.
Tuvimos un recaudo de impuestos aduaneros, en el primer semestre, muy inferior. De aquí en adelante puede sufrir el IVA y puede sufrir el impuesto de renta.
Ahora, sin hacer alarmismo: así como contamos lo bueno también tenemos que contar los riesgos.
Decisiones que ha tomado el Gobierno: el Gobierno está buscando asegurar el endeudamiento, uno. Está buscando todos los recursos de inversión. La gran ventaja que tenemos es que hoy se quiere invertir en Colombia.
A mí me sorprendió. Nosotros hasta hace dos semanas llevábamos en este Gobierno aprobadas 37 nuevas zonas francas, con la nueva legislación que nos aprobó el Congreso. Esta semana aprobamos otras tres zonas francas.
La gente sigue con confianza para invertir en Colombia, por eso hay que proteger la confianza inversionista, que es la compañera de la Seguridad Democrática. Hay que proteger esa confianza inversionista.
La preocupación es que los inversionistas que quieran invertir en Colombia también vean frenadas sus fuentes de recursos.
Vamos a proteger la confianza inversionista, la Seguridad Democrática, no le podemos quitar recursos a la Seguridad Democrática, la infraestructura que apenas está empezando y la política social.
Proteger a los pobres
Yo quiero pedirle al Congreso que me acompañe en esto, y lo quiero decir desde Envigado: los pobres no tienen la culpa de esta crisis de la economía, la factura de esta crisis no se la podemos pasar a los pobres.
Se quebraron unos casinos, se quebraron unas pirámides, ¿por qué me van a obligar ahora a disminuir el presupuesto del Sena o del Bienestar Familiar o de Familias en Acción?, ¿acaso las Familias en Acción de Colombia son las culpables de los procesos especulativos de Nueva York que quebraron la economía? No ¿Y ahora las vamos a volver victimas? De ninguna manera.
Cuando empezó este Gobierno, Colombia tenía un proceso experimental de 220 mil Familias en Acción, hoy tenemos millón 700 mil Familias en Acción. Y vamos a hacer un esfuerzo, que el año entrante –pero doctor Luis Alfonso (Hoyos, director de Acción Social), no lo deje para diciembre, empiece desde enero- el año entrante demos el salto de millón 700 mil Familias en Acción a 3 millones de Familias en Acción. ¿Para qué? En crisis hay que proteger a los más pobres.
¿Qué les pasa a los riquitos en crisis? No cambian de apartamento, se abstienen de un viaje o venden un carro. ¿Qué les pasa a los pobres en crisis? Aguantan hambre.
Entonces esta es la hora de mostrar que aquí hay un compromiso con la seguridad, con la inversión y con la justicia social.
Don Pepe Sierra decía que en algunos casos la única regla contable que se podía aceptar es: para esto tiene que haber. Para Familias en Acción y para política social tiene que haber, apreciados compatriotas.
Y no vamos a dejar que nos acomplejen ahora los economistas diciendo: ‘es que Uribe aumenta Familias en Acción por la reelección, es que Uribe aumenta Familias en Acción porque es populista’. Que digan lo que quieran, pero que a 3 millones de familias pobres les llegue el subsidio el año entrante, para que este país construya armonía social.
La platica del Sena, la platica de Bienestar Familiar, la platica de Familias en Acción, como la platica de la seguridad y la platica para empezar las carreteras, son platicas que no se pueden recortar.
¿Entonces nosotros no podemos hacer las carreteras porque los señores de Nueva York quebraron la economía mundial?, ¿entonces nosotros, que estamos reivindicando unas familias pobres de Colombia, no les podemos garantizar el derecho de que sus hijos mejoren porque se quebraron los de Nueva York? No, ese cuentito no con nosotros. Nosotros somos muy responsables en el manejo de la economía, pero una característica de la responsabilidad en el manejo de la economía tiene que ser la responsabilidad con los sectores más pobres de la nación, que nos falta mucho.
Lo que hemos hecho es un poquito, lo que falta es mucho, pero no vamos a abandonar eso.
Y hay que crear conciencia en todos los colombianos: es mejor tener más gasto público que tener más hambre, es mejor tener más endeudamiento que tener más pobreza.
Nosotros en este momento tenemos que tener todo el compromiso para defender los sectores sociales de la nación, y lo vamos a hacer.
Esta semana pasada el Ministro de Minas (Hernán Martinez), me dijo: ‘Presidente, de pronto podemos reducir algo de precio de gasolina para noviembre’. Yo le dije: “Ministro, no. Si llegare a sobrarnos, por la disminución del precio del petróleo, lo dedicamos ese excedente a pagarles las inversiones a las familias pobres de Colombia”.
Es que Familias en Acción es un subsidio para que los más pobres puedan llevar los hijos a estudiar, para que los más pobres no tengan que ver sus hijos condenados a ser pobres porque no pudieron estudiar.
Entonces, nosotros hemos hecho un gran esfuerzo. El Ministro me pasaba estos datos: cuando el Gobierno empezó, los colombianos en el surtidor pagaban la gasolina, lo que pagaban los colombianos era equivalente a un precio de petróleo de 23 dólares por barril, hoy lo que pagan los colombianos en el surtido es equivalente a un precio de 60 dólares por barril.
En diesel: lo que pagaban los colombianos en el 2002, al comprar un galón de diesel, era equivalente a 20 dólares el barril de petróleo, hoy es equivalente a 60.
Todavía subsidiamos algo de diesel. En este momento no estamos subsidiando gasolina. No se subió para noviembre porque más o menos con lo de la gasolina, pudimos pagar en el mes de octubre el subsidio del diesel. Subsidio que nos estaba costando 5 billones 900 mil millones al año.
Pero también se nos cae un ingreso, se nos cae el de Ecopetrol.
Esta es una ecuación bien difícil. Se nos disminuyen los subsidios, pero se nos caen ingresos de Ecopetrol por la disminución del precio del petróleo.
De todas maneras el país puede decir hoy: en este Gobierno se ha desmontado el subsidio a la gasolina, salvo que volviera a encarecerse el petróleo o que se disparará la devaluación, que ojala no se dispare.
Como están las cosas hoy, hemos desmontado el subsidio de la gasolina y falta un poquito para acabar de desmontar el subsidio del diesel.
¿Qué ha pasado con eso? Hemos desmontado un subsidio no distributivo. ¿Por qué no distributivo? Porque cuando le subsidiamos gasolina a un carro particular en Colombia, no le estamos transfiriendo dinero de los sectores pudientes a los pobres.
La distribución es una transferencia de ingresos de los sectores pudientes a los pobres. Con gasolina regalada esa transferencia no se da.
Yo diría que podemos decir hoy: como hemos desmontado un subsidio no redistributivo, que es el subsidio de la gasolina, tenemos mejor oportunidad para pagar unos subsidios sí distributivos, como los de Familias en Acción, porque ese es un dinero que le llega a los más pobres, proveniente de los impuestos que pagan los más pudientes para que los más pobres puedan soportar la educación de sus hijitos.
Yo creo que mientras se criticó el subsidio de la gasolina por ser un subsidio regresivo, sin efectos sociales importantes, el subsidio de Familias en Acción es un subsidio progresivo, con efectos sociales muy importantes.
Entonces, ya que hemos manejado responsablemente, y que el pueblo colombiano con gran estoicismo ha resistido este aumento de precio de gasolina, este aumento de precio de diesel, digámosle al mundo: nosotros sabemos manejar estos temas responsablemente, pero en lo que no vamos a incurrir ahora es en la irresponsabilidad de frenar el gasto social en el momento que más lo necesita el pueblo colombiano.
Damos la palabra al señor Alcalde de Envigado, al doctor José Diego Gallo Riaño, y a todos ustedes compatriotas muchas gracias”.
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