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Noviembre 06 Versión imprimible
Palabras del Presidente Uribe en el aniversario número 89 de la Fuerza Aérea Colombiana

Bogotá, 6 nov (SP). “Nos reunimos en este día de la Fuerza Aérea, en medio de la inmensa confianza del país en sus Fuerzas, en su Fuerza Aérea. También con toda la confianza en los éxitos que ha tenido la Fuerza Aérea y en los éxitos que prepara.

Nos reunimos con la tristeza por aquellos que han desaparecido por obra del terrorismo.

Y nos reunimos con el propósito de avanzar en nuestra constante preocupación por los derechos humanos.

Nuestra gratitud a los familiares de todos aquellos que han ofrendado su vida, en esta nobilísima tarea de recuperarle la seguridad a la Patria.

Recuerdo un día de este año, que con algunos compañeros de Gobierno aterrizamos en la Base Aérea de Melgar (Tolima), nos disponíamos a hacerle una inspección a la doble calzada y al túnel que se está construyendo entre Bogotá y Girardot, fuimos recibidos amablemente.

La primera cara que encontré allí fue la de mi Coronel Carlos Alberto Gutiérrez Zuluaga, quien había sido piloto del helicóptero de la Presidencia, y por quien no tenía sino admiración y gratitud.

Allá lo vimos, era un hombre serio, y me dijo: “Presidente, tomémonos una foto”. Y nos tomamos una foto, y al otro día fue el accidente.

Los padres de Nicolás Andrés (Bedoya González, subteniente de la FAC, quien también pereció en el accidente) me han entregado una bellísima tarjeta con unas frases que él escribió en su diario, y que expresan sus valores humanos.

Algunas de ellas dicen: “Mis alas de piloto militar serán mi mayor logro en la vida. Viejo, soy militar, me gusta, lo siento y lo vivo. Que la felicidad se convierta en hábito. Tendré satisfacción personal en todo lo que haga, sin conformarme, porque cada día soy mejor. Viviré cada momento sin arrepentimientos, seguro de mí mismo con inteligencia, con deseo y con pasión. Soy y seré un soldado de Dios. Lucharé por la paz de mi Nación y la libertad de mi pueblo. El honor será mi primera virtud militar y fuente de inspiración. Observaré disciplina en todo lugar y circunstancia”.

Es una tarjeta, señor Ministro (de la Defensa Nacional, Juan Manuel Santos), General Padilla (Freddy, comandante General de las Fuerzas Militares), y General Ballesteros (Jorge, comandante de la Fuerza Aérea Colombiana), que tiene unos mensajes que debemos circular en todos los integrantes de nuestras Fuerzas.

Aquí se plasman excelentes valores humanos, se plasma excelencia en la tarea militar.

Y también aquel día estaba el Técnico Jefe (de la FAC), William Zambrano Triana. Con los tres departimos en la Base Aérea de Melgar. Estaban alegres. Todos estábamos contentos.

Y al otro día el infortunio. En una operación rutinaria de entrenamiento, una bomba del terrorismo explotó cuando el helicóptero de entrenamiento aterrizaba, y los asesinó.

Al ascenderlos hoy en forma póstuma, expresamos nuestra gratitud a sus familias. Nos duele. Al mencionarlos a ellos, rendimos un homenaje a todos los integrantes de nuestras Fuerzas que han sido sacrificados. A sus familias la gratitud de la Nación entera. En una Nación que todos los días se aproxima más a la recuperación de su seguridad, estos héroes han sido valor fundamental.

Condecoramos hoy con la Orden del Mérito Militar ‘Antonio Nariño’, en la categoría de Gran Oficial, al Mayor General Ricardo Rubianogroot Román, jefe de Inteligencia Aérea, por sus resultados los conoceréis. Qué magnífica labor la de la Inteligencia Aérea de Colombia; al Brigadier General Alfredo González Maragua, comandante del Comando Aéreo de Combate número 5, que está en el Aeropuerto ‘José María Córdova’.

(Condecoramos) con la Cruz de la Fuerza Aérea al Mérito Aeronáutico, en categoría de Gran Cruz, al señor General Jorge Ballesteros, comandante de la Fuerza Aérea Colombiana.

General Ballesteros, muchas gracias por su tarea eficaz y talentosa, prudente y llena de resultados. Una tarea discreta en las palabras y prodiga en la eficacia. Usted llena de orgullo a las Fuerzas Armadas de Colombia.

Al segundo Comandante y Jefe de Estado Mayor, compañero de esta gran tarea, al General Fernando Soler.

En la categoría de Gran Oficial, al Vicealmirante Jaime Alberto Parra Cifuentes, inspector general de la Armada; al Brigadier General Hugo Enrique Acosta, comandante del Comando Aéreo de Combate número 2; al director del Departamento Administrativo de la Función Pública, por su compromiso en el proceso de reforma de las diferentes instituciones adscritas al Ministerio de Defensa, el doctor Fernando Antonio Grillo.

Se le entrega la condecoración a la Bandera de Guerra de la Fuerza de Tarea Conjunta Omega y del Comando Conjunto número 1 del Caribe. Allá ha habido mucha eficacia, orden e integración. Yo creo que son dos ejemplos muy buenos.

Antecedimos a Omega en alguna forma cuando el Gobierno empezaba y teníamos toda esa amenaza sobre Bogotá. Lanzamos una operación integrada por las diferentes fuerzas en los alrededores de Bogotá, en los 360 grados, que bastante ayudó a la capital y al departamento de Cundinamarca.

Después, el segundo círculo se definió en el sur oriente colombiano, y la manera como esa operación patriota se ordenó, fue a través de organizar las fuerzas en Omega, comandos que integran a todas las fuerzas. Las ha unido. La presencia de cada una unida con la otra reta y estimula. Buen experimento, como también ha sido el del Comando Unificado del Caribe.

El señor Ministro y el señor General Padilla de León, comandante general de las Fuerzas Militares, están en la tarea de replicar estos exitosos experimentos.

(Condecoramos) en la categoría de Gran Comendador al doctor Fabio Tobón Londoño, director ejecutivo del Icontec (Instituto Colombiano de Normas Técnicas). El Icontec nos ha venido ayudando mucho para que en las fuerzas y en las organizaciones civiles del Gobierno podamos avanzar en todos los procesos hacia la total transparencia, hacia la mayor eficiencia.

Una meta del Gobierno es que todas las instituciones del Gobierno Nacional ganen el fenecimiento por parte de la Contraloría, y las certificaciones de calidad de instituciones certificadoras como el Icontec. Y es una meta del Ministerio de Defensa para todas las fuerzas.

Hace pocos días asistíamos a la certificación de calidad a la Armada Nacional.

Y también a ese gran apoyo de la Fuerza, que ha sido la doctora Susana Montes de Echeverri.

La Medalla de Servicios Distinguidos en Orden Público, por sexta vez, al Brigadier General Tito Saúl Pinilla Pinilla, (Director de Inteligencia de la Jefatura de Operaciones Especiales Conjunta). Al imponérsela recordaba la trayectoria suya –que hemos presenciado a lo largo de estos seis años de Gobierno- de eficiencia sobresaliente.

Por cuarta vez al Teniente Coronel José Alfredo Benítez, coordinador de Inteligencia de Operaciones Especiales Conjuntas. Basta saber la coordinación que adelanta, para inferir la importancia de su tarea.

Por tercera vez al Teniente Coronel David Barrero, comandante del Grupo de Combate número 21.

Orden Público, por segunda vez, al Brigadier General Juan Carlos Ramírez, quien es nuestro comandante del Comando Aéreo de Combate número 1.

La Medalla Militar ‘Heridos en Acción’, por primera vez, al Capitán Gabriel Enrique Leguizamón Leguizamón, integrante de (la Fuerza de Tarea) Omega.

La Medalla Militar ‘Servicios Distinguidos al Cuerpo Logístico’, al Brigadier General Flavio Enrique Ulloa Echverry, jefe de Operaciones Logísticas, y al Técnico Jefe Juan Ramón Mogollón Fonseca.

A todos ellos, a sus familias, muchas felicitaciones.

Más adelante, en horas de la mañana, en la Escuela ‘José María Córdova’, nos proponemos posesionar como Comandante del Ejército al señor Mayor General Oscar González. Allí hablaremos de virtudes militares sobre las cuales estamos insistiendo desde el principio del Gobierno. Volveremos a hablar del tema de Derechos Humanos, al cual quiero aquí hacer algunas referencias.

Eficacia y transparencia

Nuestra Seguridad Democrática se propuso para un Estado de derecho, para una Nación pluralista. Desde sus raíces, desde las raíces doctrinarias que la concibieron, es una seguridad profundamente democrática. Su sostenibilidad no depende del Gobierno. Depende más del apoyo de opinión. Este es un Estado de opinión.

Aquí no hay una dictadura que se interponga entre una opinión atemorizada y unas fuerzas desconectadas de la opinión. Aquí hay una democracia que todos los días quiere responderle bien a esa opinión.

Una política de seguridad sostenible, como la necesita Colombia para poder superar definitivamente, para bien de las nuevas generaciones, esta tragedia terrorista que empezó en los años 40 con la lucha fraticida entre los partidos.

Cuando terminaba ese episodio, a finales de los años 50, quienes insistían aparecían como guerrillas marxistas. Después cayeron en el puro narcotráfico, dieron lugar a la reacción igualmente cruel del paramilitarismo.

Más de cinco décadas en esta tragedia.

Para superarla, Colombia necesita una política de seguridad sostenida en el tiempo. Y lo que le da sostenibilidad es el respaldo de opinión. Para que la opinión la respalde, esa política tiene que tener credibilidad. Y la credibilidad depende de que esa política sea igualmente eficaz e igualmente transparente.

La transparencia, que es la adhesión a los derechos humanos, que es el compromiso en la doctrina y en el accionar de todas las horas con la Constitución y con la Ley, la transparencia es lo que da brillo a la eficacia. Y la eficacia sin transparencia deja de ser eficacia y se convierte en crimen.

Por eso, la eficacia y la transparencia constituyen una dupleta indisoluble en una política de Seguridad Democrática,

Cuando hablamos con el doctor Francisco Santos Calderón, Vicepresidente hoy de la Nación, en la campaña presidencial de 2002, una de las razones para que él asumiera la tarea de candidato a la Vicepresidencia, fue su trayectoria en la lucha por la defensa de los derechos humanos.

Asumió él como Vicepresidente, y en todas las horas ha estado en esa tarea. En las últimas semanas, haciendo una apuesta muy grande, aceptando el desafío que Naciones Unidas les ha hecho a los gobiernos del mundo para que se presenten voluntarios al riguroso examen sobre derechos humanos.

El Gobierno desde un principio ha expresado que es el propio Gobierno, que son las propias Fuerzas Armadas, quienes tenemos que investigar nuestras dificultades, nuestros errores y vicisitudes, y comunicarlos con toda transparencia a la opinión pública.

Lo hemos hecho en cada episodio: que Guaitarilla, que Cajamarca, que Arauca, que San José de Apartado, que Jamundí. En las últimas semanas, a raíz de las denuncias sobre reclutamientos y asesinatos de jóvenes de Soacha.

Creemos que unas Fuerzas Armadas tan prestigiosas como las de Colombia, una familia tan grande de más de 400 mil integrantes, tiene un factor fundamental de lucimiento y de prestigio: su transparencia.

Ahora, la transparencia no se opone a la iniciativa agresiva para combatir al terrorista. Al contrario, la transparencia da autoridad moral para poder tener abiertamente, sin tapujos y sin escondites, agresividad para combatir al terrorista.

Algunos creen que la transparencia es renunciar a la iniciativa, a la iniciativa con toda la contundencia para combatir al terrorista. De modo ninguno, antes la transparencia da toda la autoridad, toda la solidez para poder combatir al terrorista.

Oficiales delegados para recibir quejas

He consultado esta mañana con el señor Vicepresidente, el señor Ministro, los altos mandos, la siguiente decisión que hemos tomado.

A partir de hoy, en cada División, Brigada, Batallón del Ejército, en cada Región y Comando de Policía, habrá un oficial delegado de las máximas autoridades de control y de inspección, cuya tarea será recibir quejas de los ciudadanos sobre posibles abusos en las Fuerzas Armadas.

Ese oficial tendrá que crear confianza en la respectiva jurisdicción, para que los ciudadanos que hoy confían mucho más en la denuncia que en el pasado, acudan prestos a presentar sus denuncias.

Inicialmente haremos un control de gestión semanal, posterior mente puede ser con mayores intervalos. Ese control de gestión semanalmente se hará en teleconferencia y a través de la televisión; teleconferencia para que rindan cuentas aquellos responsables de llevar a cabo esta recepción de denuncias en las divisiones del Ejército y en las regionales de Policía.

Ellos recogerán qué ha pasado en la respectiva semana en la recepción de denuncias en las Divisiones, en las Brigadas en los Comandos, en las regionales de Policía y en los Comandos de Policía.

Esa información la recoge el máximo responsable del tema en la División del Ejército y en la Regional de Policía, nos la debe transmitir en la rendición de cuentas, y (esta rendición de cuentas) se hará a través de la televisión, para que haya una amplia participación de opinión publica.

Esta mañana también he hablado con el señor Procurador General de la Nación, quien dice que le parece bien importante la idea y ofrece toda su voluntad de colaborar.

Voy a hablar más tarde con el señor Fiscal, porque cuando lo llamé estaba en vuelo, y el tema lo pensé a lo largo de la madrugada y cuando ya era prudente para llamarlo estaba en vuelo.

Vamos hoy a llamar a Naciones Unidas, para que Naciones Unidas ejerza una supervisión sobre este procedimiento.

Creemos que manejar estos temas en público, de cara a la opinión ciudadana y con toda la apertura para la participación ciudadana, es altamente conveniente.

Cuando los gobiernos se sienten obligados a dar rendición publica de cuentas todos los días, tienen que ser más comprometidos con el pueblo y absolutamente transparentes, tienen que tener mejor disposición.

Cuando las Fuerzas Armadas sienten que su tarea está todos los días más integrada a la comunidad, también se inocula en ellas un mayor compromiso de eficacia, y por ende un mayor compromiso de transparencia.

Cuando la ciudadanía siente que tiene que asumir la responsabilidad de participar, también procura proceder con mayor objetividad, con mejor información, y entonces eso ayuda a evitar la denuncia temeraria.

Porque en esto ha habido faltas de integrantes de las Fuerzas Armadas, que se han venido sancionando y se sancionarán sin ninguna permisividad, sin ninguna indulgencia, pero también ha habido temeridad y también ha habido propósito de la falsa denuncia, para desacreditar la política de Seguridad Democrática.

Pero la tarea de nosotros es tomar iniciativas para que esta política todos los días sea más transparente y le de más confianza al pueblo colombiano. Por eso este procedimiento de participación de opinión, para avanzar en la tarea de la vigencia absoluta de los derechos humanos en las Fuerzas Armadas de Colombia.

Esta madrugada me hacía yo esta reflexión: en la evolución del Estado de derecho se han integrado paulatinamente controles; un día se dice, ‘se requiere el parlamento para ejercer el control político’; en otro periodo se dice, ‘se requiere la Procuraduría para ejercer el control disciplinario’; después se dice, ‘se requiere la Contraloría para ejercer el control fiscal’; después se dice, ‘se requiere la Fiscalía para ejercer el control penal’; pero un control bien importante, la madre de todos los controles, el control tutelar de todos los controles, es la participación de opinión, es la gran garantía de eficacia y de transparencia.

Por eso desde hoy ponemos en marcha ese procedimiento. Hoy es jueves. Esta tarde, apreciados comandantes, tengamos definido en todo el país los oficiales que van a empezar a recibir las quejas de la ciudadanía.

Les ruego a ustedes, bajo la conducción del Ministro, del General Freddy Padilla, Comandante General de la Fuerza (Militar), del General Oscar Naranjo, Director de la Policía, ordenar toda la promoción para que los ciudadanos acudan prestos y tranquilos, sin temor a denunciar y sin propósito temerario, que es lo que se busca.

En cuanto aquello del temor a denunciar el país ha ganado mucho. Ahora que venimos hablando de las ganancias intangibles, no cuantificables de la política de Seguridad Democrática, allí encontramos una: hace seis años los colombianos temían denunciar o encontraban inútil la denuncia, hoy los colombianos tienen confianza para denunciar.

Lo que no podemos permitir es pasar de aquel extremo en que no se denunciaba, por temor o por desconfianza, al otro extremo en el que se denuncie por temeridad o con afán de desacreditar una política y una institución armada.

Hoy los colombianos tienen más confianza para denunciar. Es un momento oportuno para esta invitación a que acudan a visitar a los oficiales competentes, para entregar a ellos sus denuncias.

En cuanto a aquello de la temeridad, nosotros confiamos que haya una gran reflexión en el pueblo colombiano, para que la denuncia sea totalmente objetiva.

Que no haya temor para denunciar y tampoco exista denuncia temeraria.

Ley de Víctimas

Nos acompaña el señor Presidente del Congreso. Es la oportunidad para pedirle al Congreso el mayor cuidado en la aprobación del texto de la Ley de Víctimas.

Otro factor sumamente positivo, efecto de la Seguridad Democrática, un gran intangible, es que antes las víctimas no reclamaban por temor, o porque lo consideraban estéril. Ahora las víctimas reclaman, los ciudadanos víctimas han perdido el temor a reclamar.

La política de Protección de Víctimas es hoy la primera prioridad en las políticas nacionales. Tenemos inscritas 137 mil víctimas.

La Ley de Justicia y Paz exige la reparación de las víctimas; el decreto del año pasado crea el mecanismo administrativo para la reparación de las víctimas.

En medio de las dificultades de la economía, el Presupuesto de 2009 incorpora 200 mil millones para la reparación de víctimas. Lo que no podemos es introducirle a esa ley exageraciones presupuestales que la hagan incumplible, o tampoco imprudencias que hagan de esa ley un factor de obstrucción a la Seguridad Democrática.

El Gobierno ha dicho que no se debería mezclar en una misma ley el tema de reparación a víctimas de grupos al margen de la ley, con el tema de reparación a víctimas de agentes del Estado.

También ha propuesto el Gobierno que si definitivamente se insiste en el tema, en aquello concerniente a víctimas de agentes del Estado, se deba tener en cuenta que la reparación procede solamente cuando haya una sentencia ejecutoriada.

‘Que el proceso demora mucho’, la ley puede incorporar una norma para que ese proceso tenga un trámite preferente. ‘Que la sentencia apenas incluye una reparación pecuniaria’, la ley puede ordenar que la sentencia incluya una reparación integral.

A nosotros nos parece que así como es procedente la reparación a las víctimas por reparación administrativa, en el caso de aquellas víctimas que alegan serlo por acción de agentes del Estado se necesita la sentencia judicial.

Voy a dar simplemente dos argumentos:

El primero: cuando alguien alega ser víctima de un agente del Estado, lo mínimo que hay que preguntar es si realmente ha sido víctima de un agente del Estado, o fue objeto de una acción legítima, legal, de agentes del Estado, en el cumplimiento de sus obligaciones de enfrentar la delincuencia.

Y eso no lo debe decidir un procedimiento administrativo. Si tenemos judicializado el examen de conductas menos graves, ¿cómo vamos a desjudicializar el examen de este tipo de conductas?

Segundo: los propios organismos internacionales de justicia, que son supletivos o subsidiarios a la justicia de cada país signatario, ordenan la reparación cuando se ha demostrado la responsabilidad del Estado, cuando esa responsabilidad del Estado ha quedado demostrada por la propia justicia del Estado, o en el ejercicio de la competencia supletiva de la justicia internacional.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos para ordenar una reparación se basa en la sentencias del Estado colombiano, o en la propia comprobación de la responsabilidad que esa Corte realice, cuando actúe como Corte subsidiaria o supletiva de la justicia, en este caso de Colombia.

Si en el derecho internacional se exige que haya una prueba judicial de responsabilidad, antes de entrar a reparar presuntas víctimas del Estado, ¿por qué en el derecho nacional vamos a excepcionar esa exigencia?

Si no procedemos con cuidado, simplemente correríamos el riesgo de que todo delincuente que tenga que ser enfrentado por la acción legítima de las Fuerzas Armadas se presente como víctima, que eso nos cause una parálisis de la política de Seguridad Democrática, y que además, eso cree un síndrome de temor a las víctimas, que paralice toda la actividad de las Fuerzas Armadas de Colombia.

Por eso quiero hacer este llamado para el trámite, la adopción del contenido final de la Ley de Víctimas.

Señor Ministro, señor General Freddy Padilla, Comandante General de las Fuerzas; señor General Jorge Ballesteros, Comandante de la Fuerza Aérea. Muy distinguidos generales, altos oficiales, integrantes todos de la Fuera Aérea Colombiana, muchas gracias, de la Nación entera.

Los colombianos me dicen jocosamente: “Presidente, ¡qué puntería la de la Fuerza Aérea!”.

Sigan aguzando esa puntería, para que las nuevas generaciones de colombianos, gracias a la puntería de la Fuerza Aérea contra el terrorismo, las nuevas generaciones de colombianos puedan tener más puntería para acertar en la ciencia, en los valores morales, en la riqueza espiritual, intelectual, en el desarrollo material.

Que la puntería de la Fuerza Aérea contra los grupos terroristas, facilite la puntería de las nuevas generaciones de colombianos, para dar en el blanco de la prosperidad de Colombia, y de la felicidad de los pequeños y de aquellos que habrán de venir.

Muchas gracias”.