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Octubre 01

Palabras del Presidente Álvaro Uribe en la Bienal de Arquitectura

Cartagena, 1° sep (SP). “Muchas gracias por este reconocimiento al Ministerio de Cultura de la Patria, regido hoy por una mujer de las nuevas generaciones de colombianos, que como las nuevas generaciones de colombianos es esperanza de la Patria por su preparación, su disciplina y su deseo de servir con total transparencia.

Hemos mantenido un diálogo muy constructivo a lo largo de los últimos años. Tiene que ser un proceso ininterrumpido, apreciados compatriotas, porque en la vida pública se resuelve un problema, pero siempre quedan faltando 999 por resolver.

Lo importante es que al despuntar del sol de cada mañana, exista todo el compromiso para seguir resolviendo problemas. Eso es el espejo para mantener estas relaciones de la sociedad, en representación de todos los arquitectos de la Patria, con los gobiernos locales, con el Gobierno Nacional, con todo el sector privado.

Esta gran ciudad de Cartagena alberga hoy dos congresos de creativos: el congreso de los creativos de la publicidad y el congreso de otros creativos que son ustedes, los arquitectos.

Yo les dije una cosita allá y no puedo inventar otra distinta para decir aquí. Y lo digo muy al oído de los distinguidos visitantes internacionales.

Ha habido muchas discusiones sobre por qué invertir en Colombia. Entonces unos dicen: en Colombia hay excelente gerencia, es verdad. En Colombia los trabajadores tienen una capacidad de asimilar nuevas tecnologías con asombrosa rapidez, es verdad. En Colombia se ha logrado una legislación laboral equilibrada, diríamos que es verdad, a pesar de que son temas controversiales.

En Colombia hay muy buenas organizaciones privadas para ser socios y emprender. Y alguien dice falta algo. Y se le pregunta, ¿qué falta? Reconocer que Colombia es un país de grandes creativos.

Yo quiero rendir un homenaje a los arquitectos de la Patria por su creatividad. Y en cabeza de la memoria de uno de ellos, de la memoria del Maestro Rogelio Saltona, a quien los colombianos admiramos profundamente.

Cuando se hizo este Centro de Convenciones Julio César Turbay Ayala y la Casa de Huéspedes, en el país hubo mucha crítica. Siquiera se hizo.

Mi buen y noble amigo el Presidente Belisario Betancur dice que el prometió en la campaña no dormir en la Casa de Huéspedes, y que entonces recibía los visitantes y a las 12 de la noche arrancaba en un Renault a dormir en un apartamento de Cartagena, pero que se arrepintió.

Yo prometí en la campaña que allí no habría bar. Lo he cumplido. Pero me han malinterpretado, porque algunos creyeron que la debería cerrar.

Yo creo que ha sido una gran oportunidad esa Casa de Huéspedes, para mostrar la creatividad a los colombianos.

Todo visitante que llega, que hace un recorrido, queda asombrado. Les digo: esta es una muestrecita de la creatividad de los colombianos.

Entonces he leído cuidadosamente al Maestro Rogelio, para tratar de explicarle al casual interlocutor todo lo que él pensaba de esa casa. Su creatividad, materiales de la región, pero con toda esa capacidad de innovación del Maestro, y lograr que detrás de cada marco hubiera un paisaje.

La verdad es que la Alcaldesa Judith Pinedo Flórez me puso a pensar una cosa. Dije: yo no me atrevo a poner a los arquitectos en contradicción con otros, yo más bien voy a decir que los arquitectos son unos poetas con un gran manejo del lápiz, hoy del computador. Y los arquitectos colombianos son eso: unos creativos, como los mejores poetas.

Permítanme decir al oído de ustedes, y al darles la bienvenida a los visitantes internacionales, qué piensa el Gobierno de Colombia hoy.

Construir confianza

Nuestro afán, apreciados compatriotas y visitantes, es construir confianza en Colombia: para vivir en el país, trabajar en el país, estudiar en el país, gozarlo. Que nadie se sienta obligado a abandonar el país.

Que quien se quiera ir al extranjero por una experiencia académica, por otra oportunidad, vaya, pero no forzado por las circunstancias internas de la Patria. No con una sensación de desarraigo.

Y sustentamos esa confianza en tres pilares: seguridad con democracia –sí que es importante reiterarlo ante la comunidad internacional, porque los proyectos de seguridad se entendían como proyectos hacia la dictadura, hacia el recorte de las libertades, hacia la supresión del pluralismo. El nuestro es seguridad con democracia. Seis años lo hemos practicado. Creemos que la seguridad ejercida así se constituye en un valor democrático- confianza inversionista con responsabilidad social y cohesión social como resultado de las dos anteriores.

La seguridad y la confianza inversionista crean un marco de prosperidad que puede hacer posible avanzar en lo social, que a su vez es el gran validador de la seguridad y de la confianza para invertir.

En Seguridad Democrática el país ha avanzado bastante. El país hoy es más seguro. Diría yo que hay avances materiales y también inmateriales; cuantificables y no cuantificables.

Avances materiales: una reciente publicación de la revista Foreing Policy dice que Caracas tiene 130 homicidios por 100 mil habitantes, Cape Town 62, Nueva Orleáns entre 67 y 95, Bogotá 19, Medellín 34, Barranquilla 28.

Esta ciudad se duplicó en muy pocos años. Pasó de 500 mil habitantes a más de un millón, porque fue un centro receptor de desplazamiento de muchas zonas de violencia, especialmente de otras áreas de este mismo departamento.

Y esa llegada de compatriotas, en la angustia de la violencia, con sus haberes perdidos, en total pobreza, desbordó la capacidad de reacción de la ciudad, del Departamento y del Estado colombiano.

Ahí se está reaccionando, a ver cómo la ciudad puede superar condiciones de pobreza que afectan a muchas de sus áreas.

Es una ciudad que ha ganado mucho en paz. Siempre la suponíamos la ciudad pacífica, nunca nos preocupamos de que pudiera haber violencia en Colombia, pero había crecido tanto la violencia, que ya había afectado ciudades como la propia Cartagena.

Tenemos algunos resultados bien importantes no cuantificables en materia de seguridad, porque no siempre hay que hablar de las cifras, hay unos inmateriales, incuantificables, de pronto más importantes. Yo diría uno: los colombianos vemos que el Estado ha recuperado el monopolio de las armas y de la justicia.

A mí me preguntan: ‘¿Presidente, usted por qué afirma que se ha superado el paramilitarismo, si hay unos reincidentes?’ Sí, hay reincidentes de los desmovilizados, pero no están organizados como en un principio, que eran unas organizaciones privadas criminales para combatir la guerrilla. Hoy están dedicados simplemente al narcotráfico, extorsión, asociados con la guerrilla en muchas partes.

El Estado ha recuperado el monopolio para combatir las organizaciones criminales. Eso es bien importante. Y la justicia ha recuperado su monopolio. Había sido superada en muchas regiones de Colombia, de facto, por las organizaciones criminales, guerrilleras, paramilitares, todas asociadas a través del narcotráfico.

Otro incuantificable, bien importante. Muchos colombianos que vivían en la indiferencia, o con el deseo de resolver los problemas por su propio esfuerzo, de resolverlos directa y personalmente, y no acudir a la justicia, hoy vuelven a creer en el colectivo, en las instituciones, y ven que las instituciones son capaces de proveerles ese servicio fundamental que es el servicio de seguridad.

Los colombianos temían testificar, hoy dan testimonio. El país sabía del creciente número de víctimas todos los días, pero las víctimas no reclamaban por temor. Ya tenemos un censo de más de 150 mil víctimas. Han perdido el temor a reclamar y el país empieza en un proceso de repararlas.

Reparación total no hay, pero cada víctima que recibe una reparación es un caso menos de posibilidades de venganza.

Por lo menos la reparación, apreciados compatriotas y distinguidos visitantes, causa actitudes de reconciliación, anula riesgos de venganza.

Polémica por cadena perpetua

Sufrimos mucho, estamos en la conmoción del asesinato de Luis Santiago Lozano, el niñito de 11 meses. No es el único caso. Problema grande del maltrato de niños, que lo tenemos que superar. Una atrocidad.

Y surge una discusión: algunos proponen cadena perpetua, otros, pena de muerte. Pienso que esas propuestas, generalmente, en el momento de la excitación por la atrocidad ganan una gran aceptación, pero después cuando se decantan, terminan en una polarización sin solución.

Los amigos de la cadena perpetua, de la pena de muerte, dicen: es que esas personas no son delincuentes resocializables, rehabilitables. Quienes se oponen dicen: el Estado tiene que intentar rehabilitar y resocializar a cada delincuente.

Los amigos de la cadena perpetua, de la pena de muerte, dicen: lo que pasa es que con medidas severas se acaba la impunidad. Los contrarios dicen: hay que acabar la impunidad con la legislación existente, para qué vamos a proponer otra cuando no hemos sido capaces de aplicar la actual.

Los amigos de la cadena perpetua, de la pena de muerte, dicen: es que miren con el odio, con la crueldad que procedió. Hay que tenerlo eternamente en la cárcel o hay que aplicarle la pena de muerte. Los adversarios dicen: al odio y a la crueldad no se le puede responder con odio y con crueldad. Un debate bastante difícil.

¿Qué pienso, apreciados compatriotas? Que Colombia tiene una gran fortaleza que es su opinión.

Generalmente, los Estados de leyes tienen controles políticos, tienen controles fiscales, penales, administrativos, pero el más importante es el de opinión, y este país lo ha demostrado con creces.

Todos los colombianos debemos comprometernos a ser guardianes de la protección de los derechos de los niños. No queda bien que un país que ha sido capaz, con el heroísmo de sus soldados y policías, de adelantar acciones como la ‘Operación Jaque’, sea un país que no se proponga una gran tarea de opinión de proteger eficazmente los derechos de los niños.

Este mes de octubre, que empieza hoy, el mes de los niños, debe comprometernos a todos los colombianos, en una campaña masiva para que cada unos de nosotros sea protector eficaz de los derechos de los niños. En el diálogo en la familia, con los compañeros de trabajo, en el diálogo con los compañeros de estudio, en cualquier tertulia comunitaria, con una gran capacidad de denunciar cualquier maltrato que reciba un niño colombiano.

Crisis de la economía mundial

El país, en medio de esta dificultad de la economía mundial, está en condiciones mejores para enfrentarla que la que estábamos en el pasado, ¿por qué?, porque tenemos confianza inversionista.

Mientras en otras naciones del continente hay mucha hostilidad frente a la inversión privada, aquí tenemos toda la actitud garantista frente a la inversión privada, que es creatividad.

La creatividad de los arquitectos, los habilita mejor que a cualquier otro profesional, para entender la necesidad de las libertades, de la iniciativa privada, como fuentes de creatividad.

Anular la iniciativa privada, es anular creatividad.

Por supuesto, la iniciativa privada tiene que cumplir una responsabilidad social, que es transparencia en las relaciones con el Estado, en la asignación de contratos, en la tributación, que es responsabilidad con las comunidades, por ejemplo en materias ambientales, hay que ser solidario, un país que está produciendo 80 millones de toneladas de carbón, no puede hacerlo maltratando los derechos ambientales de las comunidades.

Un país que tiene un gran futuro en energías alternativas, en biocombustible, no puede hacer ese desarrollo afectando la selva o afectando la seguridad alimentaria.

Responsabilidad social en términos laborales. Para proyectar esta sociedad hacia el futuro en armonía, necesitamos unas relaciones laborales sin odio de clases, sin capitalismo salvaje, unas relaciones laborales fraternas.

Y un cuarto elemento de responsabilidad social; estímulo a la inversión y gran capacidad de combatir el capital especulativo.

Lo que está pasando en los Estados Unidos –que ojalá lo corrijan rápidamente, porque es un deber de los Estados Unidos no solamente con los Estados Unidos sino con toda la economía mundial- nos llama la atención sobre el inconveniente, el grave riesgo de dejar que capitales especulativos procedan como un potro chúcaro, sin rienda que lo controle.

En los últimos días, en Colombia ha habido un debate por las limitaciones que este Gobierno ha introducido al tema de los capitales extranjeros de corto plazo. Nosotros hemos creído que es necesario hacerlo, porque si uno deja que prosperen los capitales especulativos se derrumba la economía, y lo más grave que le ocurre a la iniciativa privada es el derrumbe de la economía.

Los Estados Unidos ha tenido el privilegio de poder mantener una moneda fuerte, a pesar de un alto déficit fiscal y de un alto déficit comercial, ¿por qué?, porque todo el mundo le presta a los Estados Unidos, es el deudor más grande del mundo. Y todos los países tienen dineros colocados en los Estados Unidos, por eso superar esta crisis allí es un deber con la economía mundial.

Nosotros, a medida que hay otros países con hostilidad hacia la inversión, aquí la estimulamos. Y la estimulamos también con el mejoramiento de los indicadores macroeconómicos: el país tenía un endeudamiento del 50 (por ciento del PIB), hoy es del 27, todavía no suficientemente bajo, hay que seguir la tarea.

Teníamos un déficit fiscal del 7 y medio (por ciento), en el Gobierno Nacional Central, hoy es del 3.2, que ha rebajado mucho, pero todavía complicado.

Miren esto: para cumplir el presupuesto del año entrante, en el evento de que todo el recaudo programado se cumpla, necesitamos endeudarnos en 13 billones, lo que es igual al déficit.

Y hay un gran riesgo, el gran riesgo de lo que pueda pasar en los mercados. Que digan: ‘sí, Colombia es un gran pagador, con Colombia no hay problema, el problema es que los bancos se quebraron’.

Ese riesgo ojalá se supere, pero es uno de los riesgos que se ha incubado en esta crisis de la economía mundial.

Entonces, decir que se ha reducido el endeudamiento, el déficit del 7 y medio al 3.2, es decir que hay un avance, pero todavía tener un 3.2 de déficit en el Gobierno Nacional Central es un riesgo, sobre todo en un momento de vulnerabilidad de la economía mundial.

Reforma del Estado

Hemos reformado 411 entidades del Estado, y tenemos que seguir haciéndolo. La idea es tener un Estado más al servicio de la comunidad, menos obstructor de la iniciativa del colectivo, un Estado que no esté controlado por esa mezcla entre la politiquería y los excesos sindicales, sino un Estado más eficiente.

Hemos hecho reformas en Telecom, en Ecopetrol, ahora en clínicas del Seguro Social.

Ustedes visitan la Clínica Enrique de la Vega, aquí en Cartagena, del Seguro Social, la encuentran ya no manejada por esa mezcla de politiquería y excesos sindicales, sino por la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios, con un gran resultado.

En la ciudad de Bogotá, ya están entregadas las clínicas a una sociedad de la Caja de Compensación Compensar, de la Universidad del Rosario y la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios.

La idea es pasar del desgreño burocrático, a la eficiencia social.

No desmantelar el Estado, como lo hicieron los periodos neoliberales en América Latina, pero tampoco permitir que siga un Estado burocrático, que no da respuestas eficientes a la comunidad.

Y ha ganado patrimonio el Estado.

Patrimonios negativos están hoy convertidos en patrimonios positivos. Colombia Telecomunicaciones; el patrimonio de Ecopetrol vale mucho más hoy, con la reforma pasó de una capacidad de invertir 700 millones de dólares al año, a una capacidad de invertir 4 mil millones de dólares al año.

Incentivos tributarios y comercio

Todas esas reformas generan confianza para invertir en Colombia, como lo generan los incentivos tributarios.

Parte de las nuevas posibilidades que ha tenido la arquitectura colombiana en los últimos años, y ojalá podamos recuperar el ritmo de fortaleza del crecimiento que veníamos obteniendo, se debe a que los incentivos tributarios han estimulado mucho la inversión en Colombia, hay que preservarlos. Nosotros no le hemos rebajado la contribución a todo el mundo, lo que hemos dicho es: ‘el que invierta en Colombia, tiene incentivos’.

Hoy, se invierte en Colombia un dólar, tiene una deducción tributaria de 40 centavos. Se construye un nuevo hotel, tiene una exención tributaria de 30 años. Se crea una empresa de turismo ecológico, tiene una exención tributaria de 30 años. Se hace una inversión en cine, tiene una gran deducción tributaria, en el patrimonio arquitectónico, en el patrimonio cultural de la Nación, un gran estímulo tributario.

Hemos introducido, para todos estos elementos, estímulos tributarios que están ayudando.

Los tratados de libre comercio, tienen una razón de ser, que es buscar oportunidades para la economía colombiana. Y para que haya seguridad jurídica en la inversión, se ha adoptado la decisión de que el Gobierno pueda hacer pactos de estabilidad, reglas de juego con los inversionistas a 20 años.

Logros sociales

A esto se suma la política social. Los gobiernos tienen que reinvindicar lo hecho, pero también reconocer todo lo que falta.

En Cartagena tenemos 45 mil Familias en Acción, en el país millón 700 mil, pero Colombia tiene 19 millones de personas en mucha pobreza. O sea, que hay que avanzar mucho más rápidamente en esos temas.

Teníamos una educación básica con un 78 por ciento de cobertura, hoy con el 94. Vamos a llegar al ciento por ciento, pero hay un problema de mala calidad de las escuelas, en la infraestructura de las escuelas, hay que mejorar la calidad educativa y hay que avanzar en la cobertura de la educación de primera infancia, para niños menores de cinco años, que apenas estamos empezando.

Si bien hemos avanzado mucho en nutrición de niños. Hemos pasado de tres millones 300 mil niños atendidos por el Gobierno, a 10 millones de niños, deberíamos llegar rápidamente a 12 millones de niños. Estamos trabajando todos estos elementos de política social.

El tema de infraestructura

Y el tema de infraestructura, tan relacionado con el oficio de todos ustedes, apreciados compatriotas.

Ahí hemos tenido un escollo, en un país con muchas dificultades. Casi todos los centros productivos de América Latina están cerca al mar. Incluso miren esta paradoja: la ciudad de La Paz, en una nación mediterránea como Bolivia, está mucho más cerca del mar que Bogotá. Bogotá está a 580 kilómetros del Puerto de Buenaventura y a mil kilómetros del Caribe.

Nosotros tenemos bastantes obstáculos en materia de infraestructura.

En Santiago de Chile tienen un problema con un Transmilenio, para complementar el Metro, en Colombia estamos haciendo nueve transmilenios, el Gobierno Nacional participa con el 70 por ciento de la financiación de cada uno, y hay diez ciudades esperando presupuesto para poder desarrollar su programa de ciudades amables. Es un programa muy caro a los sentimientos, muy importante a las aspiraciones de la arquitectura colombiana.

Quiero reiterar el compromiso con ustedes de que estos programas son prioritarios en este Gobierno.

El doctor (Ricardo) Navarrete (presidente de la Sociedad Colombiana de Arquitectos) mencionó una serie de iniciativas del Gobierno: los colegios del Ministerio de Educación, que serán alrededor de 45 colegios de la mejor calidad y creo que es otra gran oportunidad.

Pienso que concesiones aeroportuarias como El Dorado, las nuevas concesiones aeroportuarias, las nuevas ampliaciones de los aeropuertos etcétera, le dan otra gran oportunidad al país, a través de brindarle una gran oportunidad a su arquitectura.

Estamos en un momento difícil, pero con confianza inversionista. La diferencia que hay es entre un país que tenga esta crisis que nosotros tenemos, pero puede haber otro país con esta crisis, con estos problemas de la economía, sin inversión, aquí por fortuna hay inversión, por eso hay que cuidarla.

Yo les he pedido a todos mis compatriotas tener en la mente tres aspectos fundamentales, que deberían incorporarse como valores del colectivo: la lucha por la seguridad desde la democracia, el buen cuidado parta tener confianza inversionista con responsabilidad social y la construcción de cohesión social.

Ahora, eso toma tiempo, eso toma tiempo.

Ustedes tienen una agenda muy importante que desarrollar. Van a entrar ahora en la proclamación de esta Bienal.

Yo quiero felicitar a los jurados, a los ganadores de todos los premios. Hemos escuchado intervenciones muy importantes esta noche: la intervención del doctor Navarrete, del señor Gobernador, y la intervención profunda, retadora y salpicada de gracia, de nuestra Alcaldesa, la doctora Judith Pinedo. Yo no puedo competir en una intervención salpicada de gracia con ella. Me declaro derrotado, doctora Judith.

Una reflexión final. ¿Aquí están algunos de los ganadores? No se sabe todavía.

Si usted fuera ganador, doctor Gustavo, y yo le preguntara: ¿una palabra que defina el mayor interés que usted le aplicó a su obra?, ¿qué palabra me diría? Medio ambiente.

Ministra ¿qué palabra me diría? Imaginación.

Alcaldesa ¿tu qué palabra me dirías? Cartagena.

Gobernador…imaginación. Dos por imaginación

Paula, cultura. Juan, bienestar.

Ustedes, Gobernador. Su vecino, conciencia social.

Mi Coronel, seguridad.

Yo le aplicaría una palabra: amor, amor, amor. Les aseguro que todos los arquitectos le aportan a su obra conocimiento, ética, imaginación, pero aquellos que ganan son los que construyen esa obras con amor, por eso hay que hacer esta Patria con amor.

Muchas gracias.”