Octubre 03
Palabras del Presidente Álvaro Uribe al clausurar el Congreso Nacional del Transporte

Cartagena, 3 oct (SP). “Quiero saludarlos muy respetuosamente. Acudo con algunos compañeros de Gobierno a examinar nuevamente las preocupaciones de ustedes, apreciados compatriotas, en un proceso continuo que hemos tenido en esta administración de Gobierno Comunitario.

Un Gobierno que cree que la opinión pública todos los días necesita más espacios de expresión, que no basta con la democracia representativa, que se requiere un gran equilibrio con la participativa, que debe haber un diálogo permanente, sincero, razonable, para estar examinando el curso de la vida nacional, para alimentar el mejor juicio de las decisiones del Gobierno y también para que la ciudadanía participe en su ejecución y sobre todo en su vigilancia.

Nosotros creemos profundamente en el Gobierno Comunitario. Creemos que la teoría política ha insistido históricamente en los controles administrativos, penales, fiscales y políticos, y pensamos que hay otro de mayor trascendencia: el control de opinión, que es la característica distintiva fundamental en el Estado de Derecho.

Permítanme hacer unas referencias generales sobre la situación del país, el impacto de la crisis internacional, las medidas que está tomando el Gobierno, el plan que se propone llevar a cabo, y proceder a hacer algunos comentarios frente a la intervención que acabamos de escucharle al muy distinguido compatriota y noble amigo, el doctor Jaime Sorzano Serrano, Presidente Ejecutivo de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera (Colfecar).

Esquema de Gobierno

Nosotros, apreciados compatriotas, seguimos trabajando un esquema elemental: la construcción de confianza en Colombia, sustentado en la Seguridad Democrática, en la confianza inversionista y en la cohesión social.

Lo repetimos en todas partes, y lo repito con el mismo entusiasmo con que lo decía hace seis años, porque los países necesitan proyecciones de largo plazo. Los ciudadanos necesitan conocer principios que pueden regir el colectivo y que sean para el mejoramiento del colectivo.

La persistencia en la Seguridad Democrática, en la confianza inversionista, nos puede crear un marco de prosperidad, que a su vez nos permita construir la cohesión social, que se constituye en el gran validador de la confianza inversionista y de la Seguridad Democrática.

Seguridad Democrática es un valor democrático y una fuente de recursos

En materia de Seguridad Democrática, el doctor Jaime acaba de dar unas cifras bien importantes, y coinciden con la última publicación de la revistas Foreing Policy.

En Caracas se han presentado 130 asesinatos por cada 100 mil habitantes, en Cape Town (Ciudad del Cabo) 62, en New Orleans 67, en Bogotá 19, en Medellín 34, en Barranquilla 28. Vamos avanzando.

Este año la criminalidad en general, medida en número de delitos, ha disminuido en un 27 por ciento. No podemos estar conformes, pero las tendencias son buenas.

El esfuerzo heroico de las instituciones armadas de la Nación, el profesionalismo del Ministerio de Defensa Nacional, del Ministro Juan Manuel Santos, han venido marcando una buena tendencia para Colombia.

Permítanme referirme a unos intangibles, a unos elementos no cuantificables, que es bueno tenerlos en cuenta.

En primer lugar, apreciados compatriotas, todos tenemos que hacer un esfuerzo con los vecinos, con los compañeros de trabajo, con los superiores, con los subordinados, con las familias, para que todos los colombianos entendamos que la Seguridad Democrática es un valor democrático y una fuente de recursos.

Esfuerzo hay que hacerlo. Porque ya hay menos voces de las que hubo en el pasado, que denostaban de la Seguridad Democrática, asimilándola simplemente a un camino hacia la dictadura, a un camino hacia cercenamiento de las libertades, asimilándola a una posición de derecha, etcétera. Y hay muchos que hoy no se atreven a criticarla de esa manera, pero añoran que el país reverse en esa materia.

Por eso es nuestro deber sembrar, muy sólidamente, en la conciencia de cada colombiano, el convencimiento de que la seguridad es un valor democrático, una fuente de recursos, un imperativo para que las nuevas generaciones puedan vivir tranquilas en una Patria con prosperidad, constructora de justicia.

Debemos poner la Seguridad Democrática en un punto irreversible esa es una gran meta intangible, a la cual debemos invitar al colectivo nacional.

Otros intangibles. Se ha recuperado el monopolio del Estado para combatir a los criminales y para ejercer justicia. Bien importante.

El Estado ha recuperado el monopolio para combatir a los bandidos

Me decía alguien en los Estados Unidos, en un foro la semana pasada: ‘Presidente, ¿pero por qué, si ha habido reincidencias de los paramilitares desmovilizados?’.

Sí. De los 48 mil desmovilizados que se han presentado en este Gobierno, 13 mil 500 guerrilleros, el resto paramilitares, han reincidido unos 3 mil. Pueden haber unos 400 activos, porque muchos han sido dados de baja, otros llevados a la cárcel. Pero no están reincidiendo como paramilitares. La palabra ‘paramilitar’ se utiliza en Colombia para señalar las bandas privadas criminales cuyo objeto era combatir a la guerrilla.

Estos reincidentes están simplemente dedicados al narcotráfico, a la extorsión, asociados con la guerrilla.

Venimos del departamento de Nariño de tener un conversatorio con los compatriotas de la Asociación Hotelera de Colombia (Cotelco). Qué bueno que eso se haya llevado a cabo en Nariño.

Y uno ve que cuando, hasta hace algún tiempo allá había una clara diferencia aparente en la teoría de muchos entre el Eln, que se ha creído la guerrilla pura, la guerrilla de pura sangre, y organizaciones criminales, como la organización ‘Nueva Generación’, hoy son igualitos. Inclusive están asociados en el narcotráfico, en la extorsión, en el secuestro.

Hacemos un Consejo de Seguridad en Aguachica, en Tarazá. Visitamos el Magdalena Medio. Todos los sitios del país. Por ejemplo, en Agucahica, toda la ciudadanía sabe que en esas laderas del Catatumbo hay una producción de coca que cuida la guerrilla y la comercializan con bandas criminales en Aguachica, San Alberto y San Martín.

En Tarazá, es evidente que en esas laderas de Paramillo se produce coca, que estamos bregando a exterminar, coca que producen las Farc y la comercializan con bandas emergentes de los desafortunados ‘Mellizos’ Víctor Manuel y Miguel Ángel Mejía Munera. Él uno dado de baja por la Fuerza Pública y el otro en la cárcel. Ahí hay una asociación entre todos esos bandidos.

El Estado ha recuperado el monopolio para combatirlos. En Colombia hay bandidos, pero ya no hay bandas dedicadas a combatir a otros criminales. Es algo bien importante.

Se ha recuperado la justicia

Lo mismo en la justicia. La justicia había sido superada de hecho en muchas regiones de Colombia, donde era reemplazada por la usurpación del paramilitarismo, de la guerrilla y de su lazo común: el narcotráfico.

Se ha recuperado la justicia al Estado. Ha recuperado su monopolio.

Los colombianos eran indiferentes, o no se atrevían a pedirles a las fuerzas institucionales que los apoyarán con el servicio público de seguridad.

Mucha gente en la Patria quería resolver el problema de seguridad por sus propios medios. Otro intangible. Eso se ha superado. Hoy los compatriotas acuden a la Fuerza Pública, creen más en el colectivo, en la institucionalidad, para reclamar el servicio público de seguridad. Se han superado indiferencia y temor.

Los colombianos temían testificar o lo veían inútil. Uno de los factores derivados de la Seguridad Democrática que ha contribuido a que la justicia recupere su imperio, es que los colombianos han perdido el temor a rendir testimonio. Y lo consideran útil.

Lo que no podemos permitir es que pase del extremo en que nos encontrábamos, de un país en el cual la gente temía dar testimonio, y que lleguemos al extremo peligroso de que el testimonio sea manipulado por intereses protervos.

Reparación a las víctimas está como prioridad en la agenda oficial

En Colombia se hablaba en privado de las víctimas, pero no había preocupación en el colectivo, ni en las instituciones estatales por repararlas. Y las víctimas temían hacer sus reclamos o los sentían inútiles.

Hoy la reparación de las víctimas está como prioridad en la agenda oficial. Han aparecido más de 150 mil víctimas, y tienen que ser muchas más. En un país que llegó a tener en algunos años 35 mil asesinatos, al sumarle a las cifras oficiales las fosas comunes encontradas después.

Estamos haciendo un gran esfuerzo en reparación de víctimas, que puede valer, en el curso de los próximos años, 7 billones. Reparación total no hay, pero cuando se hace el esfuerzo de reparar a una víctima, se anula una posibilidad de venganza, se anula una posibilidad de odio y se crean condiciones de reconciliación, que tanto ayuda a pesar del dolor para el futuro de la Nación. Estos son intangibles importantes, apreciados compatriotas.

Confianza inversionista y responsabilidad social

En confianza inversionista. El doctor Jaime Sorzano (Presidente ejecutivo de la Federacion Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera, Colfecar) ha mostrado un panorama preocupante, que creo vamos ahí superando en este sector.

En ese panorama, cómo la situación general de la economía tiene para Colombia un atenuante: es un país que ha construido confianza inversionista.

Vale la pena contestar tres preguntas: ¿Qué se le exige a la confianza inversionista? ¿Cómo se le garantiza? ¿Qué resultados va dando? ¿Qué piensa el Gobierno de la crisis económica internacional?

¿Qué se le exige? Responsabilidad social. Para nosotros la responsabilidad social se expresa en transparencia en las relaciones entre los inversionistas y el Estado, entre la empresa privada y el Estado.

Aquí mencionaron unos temas de transparencia bien importantes: el tema de los manifiesto de carga. Tiene que haber transparencia en la tributación, tiene que haber transparencia en todos los procesos aduaneros, tiene que haber transparencia en la solución de disputas, tiene que haber transparencia en todas las relaciones.

En América Latina y muchos países se ha dado al traste con Gobierno democráticos por falta de transparencia. Muchos fenómenos autocráticos que crean toda la inestabilidad a la empresa privada, todo el riesgo a las libertades, encontraron justificación para ascender justamente en la ira popular contra la corrupción.

Es bien importante también tener que cuenta que otra expresión de la responsabilidad social es la solidaridad con las comunidades en temas tan sensibles como el tema ambiental. Este país, que producía 32 millones de tonelada de carbón, este año puede producir 80 (millones de toneladas) y va para 110 millones de toneladas de carbón. Eso no se puede hacer maltratando las aspiraciones ambientales de los vecinos de La Guajira, del Cesar.

Nosotros tenemos una gran posibilidad en energías alternativas. En el tema de los biocombustibles vamos a terminar el año produciendo un millón de litros de etanol al día, y produciendo un millón de litros de biodiesel. Lo importante es, en aras de la responsabilidad social, no hacerlo al costo de destruir la selva o de afectar la seguridad alimentaria.

Es bien importante la fraternidad laboral en la responsabilidad social. El país no puede permitir, en las relaciones laborales, el odio de clase ni el capitalismo salvaje. Quienes acudimos a la conflagración ideológica de la universidad pública de los años 70, a la propuesta que se hacía de la combinación de todas las formas de lucha, sabemos el daño que se le hizo al país con la importación del odio de clases. La violencia que sembró.

Y sabemos también que cuando hay capitalismo salvaje en la aproximación al tema laboral, se le da justificación al odio de clases. El único camino en las relaciones laborales es el camino de la fraternidad.

Estamos haciendo grandes esfuerzos para que problemas como el del sector azucarero del Valle del Cauca, puedan encontrar un gran equilibrio en ese punto que se llama la fraternidad.

Lo que ocurrió en Wall Street fue una “pirámide de cuello blanco”

Hay otro elemento bien interesante en materia de responsabilidad social. ¿Cuál es? El de frenar los capitales especulativos. La crisis mundial se deriva de no haberle puesto freno a los capitales especulativos. Y una buena lección para el debate colombiano.

En efecto, los capitales especulativos, desde Wall Street, con las más sofisticadas teorías se desbocaron como un potro chúcaro sin rienda y sin bozal. Y le han hecho este enorme daño al mundo.

Por eso el Gobierno ha insistido mucho en los últimos dos años en las limitaciones a los capitales de corto plazo, que vienen simplemente a cosechar una ganancia rápida y se van.

Y nos han dicho: ‘Presidente, ¿usted cómo habla de confianza inversionista y le pone ese sobrecosto financiero a los capitales de corto plazo?’. Creo que hay confianza inversionista, cuando los inversionistas se dan cuenta que un país está estimulando el capital de largo plazo, el capital productivo, y le pone freno a ese riesgo inmenso que se genera con los capitales especulativos.

Nosotros, que hoy estamos bien preocupados con las pirámides, tenemos que decir que lo que ocurrió con Wall Street fue una pirámide de sangre azul. Y eso le ha hecho un enorme daño a la economía mundial. El fenómeno de Wall Street fue una pirámide de cuello blanco. Por eso aquí hay que poner mucho cuidado en no confundir la confianza inversionista con el desboque de capital especulativo, apreciados compatriotas.

Colombia tiene buena gerencia y un gran equilibro laboral

Entre las cosas buenas que se dicen de Colombia para invertir en el país están estas: se dice: Colombia es un país con gran gerencia. Es verdad. Cada uno de ustedes sabe cómo es de buena la gerencia colombiana. Y lo reconocen extranjeros. Se siente en el país. La capacidad de la clase trabajadora colombiana. Cómo asimilan rápidamente las nuevas tecnologías, los nuevos conocimientos. Este país tiene mucha gente con quien asociarse, y eso no es común en todas partes. Alguien que quiere invertir en Colombia empieza a señalar: qué bueno, en Colombia hay mucho con quien asociarse.

Entonces, para citar unos ejemplos: los señores franceses que han invertido en El Éxito y los otros señores (del Grupo Empresarial) Votorantim que han invertido en Paz del Río. Y uno podría tener centenares de ejemplos de gente que destaca que en Colombia hay con quien asociarse. Esa es una gran ventaja. Una gente seria, con ética, socios buenos. Colombia tiene un gran equilibrio laboral.

Por eso uno de los temas que está planteando el Gobierno es: no más reformas laborales. Hagamos cumplir las leyes actuales.

Acabamos de producir dos leyes: una que evita los abusos de las cooperativas. Les dice a las cooperativas: ustedes no pueden ser intermediarios laborales, ustedes tienen que pagar todas las prestaciones, ustedes tienen que cumplir con los parafiscales. Esos abusos hacen mucho daño.

Y la otra, mediante la cual el Gobierno se desprendió de la facultad de declarar la legalidad o ilegalidad de las huelgas. Se acaba de transferir esa competencia a la justicia. También el Gobierno fue despejado de la facultad de ponerle punto final a una huelga que lleve 60 días y de convocar un tribunal de arbitramento obligatorio. Tiene que ser por consenso entre las partes. Hemos logrado una legislación laboral bastante equilibrada. Yo diría que es la hora de darle mucha estabilidad.

Porque algunos reclaman eliminar los parafiscales. Ese es el debate de la hora para generar empleo.

El Gobierno cree que se haría un gran daño. Esos parafiscales financian al Sena, a las cajas de Compensación y a Bienestar Familiar.

El Gobierno cree que después de las reformas laborales introducidas, pretender eliminar los parafiscales estimularía la confrontación social. Y este es un país que tiene mucho debate político, pero tiene menos confrontación social.

Yo veo otros países del continente con mucha más confrontación social que lo que hay en Colombia. Y mientras menos confrontación social haya, así el debate político sea elevado, menor es el riesgo de la inestabilidad a futuro.

Hace poco veía estos informes: en el periodo junio 2007, junio 2008, se crearon 718 mil empleos; 442 mil afiliados a las cajas de Compensación. El país venía con la tasa de 25 empleos formales por cada cien creados; en el último año fueron 61 formales por cada cien creados.

Yo creo que es un gran avance. Ha contribuido la Pila, que ha tenido controversia, pero que finalmente se viene aclimatando. Yo creo que ustedes han sentido el beneficio en las empresas. Porque han pasado de cuatro o muchas más declaraciones y pagos a una sola.

Antes, ustedes tenían que hacer una declaración para el Régimen Contributivo de Salud. Podía convertirse en tantas declaraciones cuantas EPS afiliaran a sus trabajadores. En pensiones lo mismo: una o tantas, cuantos Fondos de Pensiones y Seguro afiliaran a los trabajadores. Una tercera para cajas de Compensación, Sena y Bienestar y una cuarta para Riesgos Profesionales.

Ahora hay una sola. Menos trámites y menos evasión.

Antes, podía darse el caso de que un trabajador de millón de pesos se le declarara en pensiones por un millón de pesos. Porque los trabajadores con los Fondos de Pensiones se han vuelto muy vigilantes. Y está bien. Porque saben que su pensión, en muy buena parte, depende de las reservas que se construyan. Pero le declaraban un millón en pensiones, su salario efectivamente devengado, y el mínimo en salud. Una terrible evasión. Lo nuevo trae menos trámites y mucha más eficacia para controlar la evasión.

La mayoría de las empresas que se afiliaron a las Cajas de Compensación en el último periodo son pequeñas. Entonces, una de las críticas es: es que la empresa pequeña no puede con los parafiscales. Hay que hacer ese esfuerzo, pero le conviene mucho pagarlos.

Porque en la empresa pequeña es donde se ubica la mayor parte de los trabajadores que devengan solo hasta cuatro salarios mínimos, que son los grandes beneficiarios del pago de los parafiscales. Son los que reciben los beneficios de las cajas de Compensación; son los que más se pueden beneficiar de los programas de nutrición de Bienestar Familiar para sus hijos.

Y creo yo, apreciados compatriotas, que una empresa que garantice esos beneficios es una empresa que va a tener menos problemas con los trabajadores y va a tener menos reclamos laborales.

Pero, además, no podemos ver el tema solamente con la fotografía de hoy. Hay que ver la película.

Los mayores, aquí, recordamos qué era la retroactividad de las cesantías, que eliminamos en la Reforma Laboral de 1990. Si no se hubiera hecho ese cambio, ¿quién sabe qué habría pasado con la empresa privada colombiana y con los derechos de los trabajadores?

Las empresas no podían con esas cargas; era imposible predecir costos. Y se quebraban y no honraban los derechos de los trabajadores. Quedaban las cesantías de los trabajadores convertidas en derechos de papel.

Ustedes saben, la reforma laboral que introdujimos con Juan Luis Londoño, cuando empezaba el Gobierno. Juan Luis Londoño, que en paz descanse.
Reforma tan cuestionada -hasta hace poco subjudice en la Corte Constitucional; ya tiene la sentencia de exequibilidad-, que ha racionalizado muchísimo los recargos.

Hoy veíamos con Cotelco que en los últimos años el país ha crecido en número de habitaciones hoteleras en un 15 por ciento. Una cosa bien grande.

Y todo eso se ha podido hacer gracias a que hay Seguridad Democrática, confianza inversionista y esta particularidad de la Reforma Laboral, que racionaliza los costos. Como se siente también en los almacenes de cadena, que allí ha habido otro crecimiento extraordinario.

Esta semana recibí una visita del Gerente de Carrefour. Me dijo: ‘Cuando empezó su Gobierno había 5 Carrefour en Colombia. Vamos a terminar este año con 60’. Y en la misma proporción han crecido los otros almacenes de cadena. Y todo eso es empleo formal, empleo de la mejor calidad.

Creo que hemos logrado un sistema laboral equilibrado. Por eso queremos pedirles a todos los colombianos que cumplamos la legislación laboral; que hagamos ese gran esfuerzo.

Y a los que dicen ‘es que se necesita eliminar ese otro costo, el de los parafiscales’, además de las razones dadas hay otras. Yo no creo que tengamos espacio político, después de las reformas laborales introducidas, para otra reforma que quite este beneficio. No le haríamos bien al país.

Y en esa materia creemos que uno no puede pretender crear empleo en Colombia abaratando el empleo. Eso no crea estabilidad social. Lo que hemos hecho es dar incentivos tributarios a la inversión. Por barato que se ponga el empleo, si no hay condiciones de inversión, no se crea empleo. En las economías abiertas nosotros no vemos más posibilidad para crear empleo que el estímulo a la inversión.

¿Y qué hace el Gobierno para estimularla? Primero, hay que volver por lo elemental: este país necesita abrazar definitivamente el régimen garantista a la inversión privada.

Algunos economistas me decían: ‘¿Y por qué habla tanto de eso? Eso no está en duda, no está en entredicho’. ¿Cómo no va a estar en entredicho en América Latina?

Hay un poco de países en América Latina cuya bandera hoy es la hostilidad al sector privado. Que quieren fundamentar sus crecimientos y sus desarrollos en monopolios estatales, regresando la historia.

Todavía la historia no nos ha contestado qué produjo el colapso de la Unión Soviética, qué produjo la evolución de la China de Mao Tsetung a Den Xiaoping, qué produjo la caída del Muro de Berlín: si la falta de libertades o la falta de calidad de vida.

¡Cómo no se iban a revelar en Alemania del Este, si por las rendijas del Muro veían la prosperidad de la Alemania Occidental y en Alemania del Este ellos viviendo en condiciones de miseria, por la obsolescencia y la corrupción de los actores de la economía que eran los monopolios estatales¡ Lo mismo en Unión Soviética. Lo mismo en China.

A nosotros nos parece muy peligrosa esta tendencia de hostilidad al sector privado en algunos países de América Latina.

Miren, unos países han venido mostrando prosperidad por los hidrocarburos. ¿Pero qué pasó? En pocos años el precio del petróleo pasó de 22 dólares, tuvo un pico de 146, ahora tiende a situarse alrededor de cien. Uno no sabe qué pasa con tanta volatilidad.

Pero sí se puede construir esta hipótesis: que no siga creciendo el precio del petróleo y que ellos no aumenten producción. Ahí se les termina su prosperidad en el crecimiento. Con un agravante: han destruido inversión en los otros sectores de la economía; han destruido producción y no tienen confianza inversionista.

Nosotros no podemos entrar en las nuevas modas constitucionales de algunos países del continente.

Uno de ellos ha dicho que en los servicios públicos cualquier inversión privada tiene que ser minoritaria. Y agrega que los medios de comunicación son servicio público.

Entonces, van a condenar a los habitantes a que no tengan presencia vigorosa del sector privado en los servicios públicos y los van a condenar a que todos los medios de comunicación tengan que ser mixtos, con una participación minoritaria del sector privado. Grave para las libertades y grave para la prosperidad.

Por eso es la hora de que Colombia diga: nosotros estamos en un esquema garantista de la inversión privada con responsabilidad social.

Han venido mejorando los indicadores macroeconómicos. El endeudamiento se subió casi al 50; estuvo en 47, 48, se ha rebajado al 27. Estamos haciendo todo el esfuerzo para que el año entrante el endeudamiento público en diciembre esté en lo mismo que en diciembre de este año: en unos 147 billones. Congelarlo.

Eso equivale a que todos los puntos que tengamos de crecimiento de la economía, frente a un endeudamiento público congelado, deben ser puntos en los que exactamente se reduzca el endeudamiento como porcentaje del PIB. Ojalá pudiéramos terminar el Gobierno con un endeudamiento no superior al 23, 25 por ciento.

Ya estaríamos casi en el 25, si incluyéramos a Ecopetrol en las cuentas nacionales. Lo que pasa es que la reforma sustrae las cuentas nacionales. Ecopetrol no debe ni un peso y es acreedor neto. Hemos reducido el déficit.

Pero cuando a mí me hablan de todos los temas que tienen costo fiscal, me obligan a contarles a los compatriotas que la situación presupuestal sigue siendo difícil y hay unos nubarrones que se derivan de la economía mundial.

Si uno suma al déficit del Gobierno Nacional central de hace seis años, que era del 6.2, lo que nos cuesta el pago al Seguro Social, que se empezó a hacer después de 2003 cuando ya se hizo efectiva el agotamiento de las reservas, hemos pasado de un déficit del 7 y medio al 3.2.

¿Qué significa un déficit de 3.2? Que el año entrante, para cumplir con el Presupuesto, nos tenemos que endeudar en 13 billones. Y para no crecer el endeudamiento, tenemos que pagar 13 billones, en una situación mundial bien difícil.

Si nosotros, por alguna casualidad, no llegáramos a cumplir el año entrante el presupuesto de recaudo, todo peso menos de recaudo es un peso más de endeudamiento o un peso menos de inversión.

En pensiones, oigan esta cuenta, apreciados compatriotas: al Seguro Social le tenemos que dar el año entrante 7 billones, más de lo que cuesta construir la doble calzada Bogotá-Santa Marta. Porqué él recauda 2.4 billones; pero sus pensiones le valen 9.4 billones.

Otras pensiones que tiene que pagar el Gobierno Nacional central valen 15; ahí hay 22 billones. Más de 5 puntos del PIB. En América Latina, los países pagan en promedio 2 y medio puntos del PIB por pensiones. En Colombia, solo el Gobierno Nacional central, más de 5 puntos.

Este país ha sido respetuoso de las pensiones. En otros países del mismo continente, las licuaron con inflación, las erosionaron con inflación, porque nunca las reajustaron. Aquí sí.

Y si a esto se le suman las pensiones de Ecopetrol, que las de Colombia Telecomunicaciones, que las pensiones del departamento de Bolívar, que las pensiones de la ciudad de Cartagena, vemos una carga pensional muy, muy grande, que le trae todas las limitaciones al Presupuesto de la Nación.

Todo esto, apreciados compatriotas, nos obliga a ser sumamente prudentes, sumamente prudentes con el Presupuesto de la Nación.

Hemos reformado 402 entidades del Estado y vamos a seguir reformándolas. Y reformas muy difíciles políticamente. Reformas que hemos tenido que adelantar contra muchos obstáculos de la oposición ideológica.

Aquí no permitían hacer lo que hemos hecho en el Seguro Social: eliminar la vieja EPS, crear la nueva, ya no estatal, sino con las cajas de Compensación; o estamos entregando las clínicas a entidades sociales eficientes. La de Cartagena, como otras, ya no la maneja esa mezcla entre politiquería y excesos sindicales. La de aquí se la entregamos a la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios y va sumamente bien. Todo lo que sabemos de la clínica del Seguro Social en Cartagena es un gran mejoramiento. La de Santa Marta la tiene la Fundación Cardiovascular de Bucaramanga.

Espero que el fin de año muestre unas clínicas del Seguro Social en Bogotá de excelencia. Se las hemos entregado a una sociedad entre la Caja de Compensación Compensar, la Universidad del Rosario y la Fundación de Hermanos de San Juan de Dios. Y vamos a seguir en esa reforma de entidades del Estado y se ha agregado valor al Estado.

La reforma de Ecopetrol, tan difícil. Yo no la creía posible hace seis años, porque conocía todos los obstáculos ideológicos para este tipo de reformas. Y dije: ¿quién va a dejar capitalizar a Ecopetrol si hoy lo que quieren en América Latina muchos gobiernos es tener solamente monopolios de Estado en hidrocarburos?

Logramos esa reforma. Hay 465 mil colombianos que son socios y la empresa ha pasado de una capacidad de inversión de 500, 700 millones de dólares al año y este año tiene una capacidad de inversión superior a 4 mil millones de dólares, que nos va ayudar a ir extendiendo la autosuficiencia en combustibles, donde hemos tenido el gran riesgo.

Vamos a persistir con esa reforma administrativa y a persistir con los estímulos tributarios.

El país necesita estabilidad tributaria. Nosotros debemos resolver los problemas del fisco con crecimiento y los debemos resolver con control de la evasión, pero no con más impuestos.

Creo que lo que hemos hecho en estímulos tributarios es bastante importante. Toda inversión que ustedes hagan hoy, tiene una deducción del 40 por ciento.

En las discusiones recientes, en la Presidencia, sobre los reclamos del transporte, alguien me decía: ‘¿Para qué, Presidente, si no generamos utilidad?’. En unas coyunturas; en otras, sí.

Eso se puede volver un crédito fiscal, del cual se puede hacer uso en cualquier momento posterior al año en el cual se efectúa la inversión.

Vemos gran prosperidad en el sector turístico, gran prosperidad en el sector de los cultivos de tardío rendimiento, gran prosperidad en los biocombustibles, en las zonas francas. Y todo eso tiene grandes estímulos de inversión. El país tenía 11 zonas francas; ahora, con la nueva Ley, hemos aprobado otras 37. Pero hay que persistir.

Ustedes encuentran, aquí, en Mamonal, en Cartagena, que solamente el sector petroquímico y de plásticos está construyendo 12 fábricas, en un área de 200 mil metros cuadrados. Ese Mamonal lo tienen revuelto, arañada la tierra por toda parte.

La refinería de Ecopetrol estaba acabada. Está haciendo una inversión de 3 mil millones de dólares, con el socio suizo que es Glenco. Y todo eso va a tener que traer prosperidad al país, pero eso toma tiempo. Por eso no nos podemos desesperar, pero hay que insistir firmemente en el camino, apreciados compatriotas.

Para eso estamos buscando los TLC.

¿Y qué ha pasado? Lo siguiente: este país producía 100 pesos, invertía 12, 14; en los últimos años ha invertido 21, 24, 27 y medio; este año, a pesar de la desaceleración, invertimos 27 y medio.

Teníamos una inversión extranjera directa de 500, 700, dos mil millones de dólares. Los últimos años ha sido más constante y más cuantiosa. Cuando entró la cervecería, 10.500; el año siguiente, 6.500; el año pasado 9.028 millones. Si no sucede algo negativo, extraordinario, en el trimestre que falta, puede ser este un año de más de 10 mil millones de inversión extranjera directa. El 56 por ciento a minería y a hidrocarburos; el 44 por ciento al resto de los sectores de la economía.

Tenemos problemas: el problema de la crisis en Wall Street, la pirámide de Wall Street; el problema de la inflación; la inflación de alimentos; el problema del petróleo; los fertilizantes.

Pero les voy a hacer esta pregunta: ¿Cómo lo supera más fácil un país? Todos los países tienen hoy esos problemas.

Hay dos tipos de países: unos que tienen confianza inversionista y otros que no la tienen.

Colombia, gracias a la confianza inversionista, tiene la posibilidad de superar esta crisis con menos dificultades, que los países que no tienen esa confianza inversionista.

¿Por qué creemos nosotros, además, que Colombia es hoy menos vulnerable? Por lo siguiente: primero, hay más protección frente a las malas deudas. Antes, por un peso de la cartera financiera en mora, había 39 centavos en protección. Hoy hay 1.10. Estamos mejor protegidos.

Antes, por la deuda pública, por cada cien unidades que debíamos se debían 70 en moneda extranjera y 30 en moneda nacional. Hoy es casi al revés. Hoy dependemos menos del mercado internacional y más del mercado interno. Somos menos vulnerables, pero tenemos riesgos y vulnerabilidades.

¿Qué estamos haciendo frente a la inflación? Frente a la inflación, por ejemplo en el caso de los alimentos, tenemos unos proyectos estructurales y unas medidas coyunturales.

Lo estructural: la Ley Agro Ingreso Seguro, los incentivos tributarios. Lo coyuntural: la protección, este año, con sobreprecios, a la producción de maíz; a la producción de fríjol; al almacenamiento de arroz; al almacenamiento de leche.

Hemos tenido respuesta. Yo creo que los analistas se sorprendieron gratamente esta semana al ver que en el mes de septiembre el país tuvo una disminución de la inflación del 0.19. Pero lo más destacable: el sector de alimentos, en el mes de septiembre, se redujo en 1,24.

Con el problema muy grande, el de los insumos, me decían los campesinos nariñenses hace dos semanas en Ipiales: ‘Presidente, sí, muchas gracias por los estímulos. Pero es que nos cuentan mucho los fertilizantes’.

Le quitamos el arancel a los fertilizantes. Eso implica un sacrificio de recaudo de 200 mil millones. Mucho para el Estado, pero los productores dicen ‘ha crecido tanto el costo de los fertilizantes, que no sentimos ese alivio’. Ahí tenemos un problema, pero estamos haciendo estos esfuerzos.

Recuperar al campo no es fácil. El país le había cogido mucho miedo al campo por la inseguridad y en muchas partes hay limitaciones de infraestructura.

Ustedes saben cómo hemos sufrido con el tema de tasa de cambio. Apoyar a los exportadores para evitar una catástrofe en el empleo, en el primer semestre, nos costó 614 mil millones. Hemos venido haciendo unos ajustes en toda la cadena de zapatos, en el sector textil-confecciones, etcétera.

El tema de Wall Street. Yo celebro que los Estados Unidos haya aprobado hoy el rescate. Era un deber ético con el mundo. No era la solución de un problema interno.

¿Por qué con el mundo? Porque Estados Unidos es el único país que se puede dar el lujo de tener lo siguiente:

Un alto déficit fiscal, un alto déficit comercial y una moneda históricamente fuerte. Y a eso se le agrega lo siguiente: mientras más mal está, más plata le llevan.

Si, lo que vimos en las últimas semanas: la gente desesperada sacando la plata de los bancos a los que se les anunciaban las quiebras y metiendo la plata en el Tesoro de Estados Unidos.

Es el mayor deudor del mundo. Si no resuelven esa crisis, quiebran la economía mundial. Cuando el mundo entero ha puesto buena parte de sus reservas allá. Nos habrían creado un problema mayúsculo. Ya que incubaron la crisis con esa pirámide de Wall Street, era necesario que empezaran a resolverla; que les va a costar mucho.

Revisando las cuentas nacionales de Estados Unidos, esa economía tiene un PIB de 13.6 trillones, en la contabilidad de dólar. Yo creo que esto les va a costar más de un trillón. Porque a los 700 mil de hoy, hay que sumarle lo que hicieron en las últimas semanas y lo que puede venir.

O sea que un trillón de rescate, frente a13.6 de producto, es algo grande.

¿Nosotros qué más estamos haciendo? Hemos adoptado un conjunto de cinco decisiones:

Primero, mantener toda protección a la mala cartera. Ha traído costos financieros pero es muy útil. Segundo, anticipar la financiación del Estado colombiano; ojalá podamos anticiparla hasta el año 2011 incluido.

Ustedes saben que nosotros, en la deuda pública, tenemos fuentes de endeudamiento público externas y fuentes internas. En las externas están los bancos multilaterales y los mercados. Con ambos Colombia tiene buena posición, la respetan. Hay que anticipar esos endeudamientos. Hay que anticipar las necesidades de crédito de los años 2009, 2010 y 11.

En el 2009, lo tenemos ya todo resuelto con los bancos multilaterales. Pero tenemos que resolver mil millones de dólares con los mercados. Mucho menos de lo que se necesitaba en el pasado.

Lo que le he dicho a la Justicia: hemos hecho unos esfuerzos grandes por la Justicia y ahora queremos hacer otro para ir resolviendo un problema salarial de empleados que vale -otro problema- que vale 111 mil millones al año, fuera de los 180 mil que en tres decretos anteriores se han incorporado.

Les he dicho: pero tenemos que ser muy cuidadosos con estos costos, porque uno no sabe qué puede pasar con esta crisis de la economía mundial.

Hay un líder de los empelados de la Justicia, un compatriota que se llama Tarsicio. Yo le decía: ‘Tarsicio ¿usted debe?’. ‘Poquito, doctor’. ‘¿Ha sido buen pagador?’. ‘Claro, mucho’. Le he dicho: ‘Qué tal que usted salga por aquí por la séptima, vaya allí al banco suyo y le digan: don Tarsicio, usted es un lujo de cliente, le quisiéramos prestar, pero es que este banco se quebró’.

Eso le puede pasar a Colombia. Llegar a Wall Street y digan: Colombia, de lujo. Nunca ha negado la deuda, nunca ha dejado de pagar a tiempo, pero es que aquí nos quebramos.

Nosotros vemos en el horizonte nubarrones de endeudamiento, que se pueden representar o en menos oferta de crédito o en una oferta de crédito o en altísimas tasas de interés.

Por eso, en este plan de contingencia la segunda medida es anticipar las necesidades de endeudamiento.

Tercero, nosotros tenemos que buscar cómo atraemos inversión extranjera directa de otros orígenes.

El señor Ministro Plata salió con el sector privado a buscar inversión extranjera directa en los Emiratos Árabes. Nos parece que allí hay una gran posibilidad.

Tenemos que seguir con todas las normas de confianza inversionista a ver cómo resolvemos esta crisis. Son cinco puntos en los que venimos trabajando.

El doctor Jaime (Sorzano Serrano, Presidente Ejecutivo de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga por Carretera, Colfecar), nos ha hablado de unos temas como: siendo el Ferrocarril del Magdalena y transporta más carbón, pues hay menos posibilidades para el transporte de carreteras.

Sí se construye el Oleoducto Rubiales, que está en proceso, pues hay menos posibilidades para el transporte de carretera. Él habla de la necesidad de más planeación en eso. Yo sí creo. Yo creo que hay que sentarse el Ministerio, con ustedes, a dar unas señales suficientemente claras y con suficiente anticipación en esa materia.

Yo creo que lo del carbón, la mayor carga, a través del ferrocarril, es una causa incidente en lo que puede estarse presentando, que ustedes lo denunciaban, que es un menor crecimiento o aún un decrecimiento en el crecimiento del tonelaje.

Y cuando esté listo el Oleoducto de Rubiales se puede presentar el mismo fenómeno.

Yo creo que el tema del leasing operativo lo debemos revisar con el Ministerio de Hacienda. El leasing operativo es bueno y se ha entendido como una gran posibilidad tributaria. Lo grave es que lleguemos a tener narcotráfico ahí metido.

El Gobierno ha hecho un gran esfuerzo con la Ley de Extinción de Dominio. Primero la reformamos y segundo, en los últimos años, en los últimos 3 años, se han intervenido 10 mil propiedades en Colombia.

Y uno ve hoy, en el recorrido permanente por el país, uno ve menos presencia de la economía del narcotráfico. Yo pregunto aquí, en Cartagena: ¿hay narcotráfico en esos edificios que están haciendo? Y le dicen a uno: gente muy seria, es plata sana. El país está construyendo 12, 14 mil habitaciones hoteleras. ¿Hay narcotráfico? Y dicen: es plata sana.

Voy a las regiones agropecuarias, que al norte del Valle de Cauca, que al Quindío, que a Córdoba, la gente me dice: Mire, por temor a la extinción de dominio, aquí el narcotráfico dejó de comprar propiedad.

Nosotros vemos hoy menos presencia de la economía del narcotráfico en la economía colombiana, lo cual es muy bueno.

Miremos este tema del transporte.

Combustible. Aquí esta nuestro Ministro de Minas (Hernán Martínez). Creo que la gran defensa es garantizar la autosuficiencia. No solo del petróleo, sino de todos los energéticos.

Hay problemas, pero también veamos cosas buenas. La autosuficiencia apenas estaba garantizada hasta el 2008; ahora hasta el 2016, 2017.

No hemos encontrado grandes cantidades, pero sí un poco de goteros. Sumándolos todos, yo creo que se puede garantizar, en poco tiempo, ya la autosuficiencia hasta el año 2017.

¿Qué ha ocurrido? Aquellos exploraban 10 pozos por año. El año pasado se exploraron 76 y este año se van a explorar más de 100. Creo que es clave seguir en eso y seguir en lo de los combustibles alternativos.

Además, hay otra muy buena noticia: este país genera 13 millones y medio de kilovatios de energía. El Ministro, este año, adjudicó la instalación de plantas para generar 4 millones de kilovatios de energía. Con una diferencia: sin comprometer un peso del presupuesto y sin comprometer el endeudamiento público.

Recuerden ustedes que las plantas de energía comprometieron el endeudamiento público. El sector eléctrico llegó a representar el 27 por ciento del endeudamiento público. Hoy representa apenas el 3 por ciento.

Lo mejor de todos estos nuevos generadores de energía es que lo harán empresas independientes, que no tendrán que apelar ni al endeudamiento público ni tendrán que apelar al Presupuesto Nacional. Y eso tiene despejadas las necesidades de energía del país, su satisfacción, su provisión, hasta el año 2020 o más allá. Yo creo que ahí hay una cosa buena.

El precio. Nosotros hemos intentado desmontar el subsidio, pero mientras el petróleo va al galope, el precio iba al trote. El petróleo estaba a 22 dólares, ya casi lo alcanzábamos, pero se desbocó, llegó a 36. Cuando iba a llegar a 50 dijimos: lo vamos a alcanzar. No pudimos.

¿Hoy en que estamos? El precio que pagan los colombianos nos permitiría cubrir un costo de petróleo de 80 dólares. El petróleo por encima de 80 dólares, la diferencia implica subsidio del Estado. ¿Por qué? Ustedes van al surtidor, de lo que pagan allí hay que deducir lo siguiente: los costos y el margen de contribución para la estación; los costos y el margen de contribución para el transporte; los costos y el margen de contribución para las refinerías; la sobre tasa de los municipios; la sobre tasa de los departamentos; el IVA y el impuesto global al combustible. Y hay que pagarle al productor, sea Ecopetrol o un asociado, a lo que esté la cotización internacional. Entonces, lo que queda faltando lo tiene que pagar el Estado, que nos puede costar 5 billones.

¿En el último mes que pasó? Sí, cayó el precio del petróleo, pero se nos empezó a recuperar la tasa de cambio.

De lujo para los exportadores, muy mala para esto. Porque entonces es mayor costo por el combustible que está cotizado en dólares. Vamos a ver cómo las circunstancias nos ayudan.

Yo soy partidario de lo siguiente y lo anuncio hoy aquí: nosotros debemos mantener el largo plazo para el desmonte del subsidio del Acpm que habíamos fijado. Porque si se alivian las situaciones con un menor costo del petróleo en el mercado internacional y con una tasa de cambio estable, la tentación puede ser: aceleremos el desmote del subsidio.

Yo creo que no. Que debemos mantener el mismo plazo largo que se ha fijado para darle algún alivio al transporte.

Y yo le rogaría al Ministro de Minas, al Ministro del Transporte y a su gremio, al doctor Soriano y a ustedes, que lo mirarán, para tener claramente ese horizonte.

Porque eso implicaría, con menor costo del petróleo, con tasa de cambio estable y el mismo largo plazo para el desmonte, implicaría unos aumentos mensuales muy inferiores. Puede ser el resultado, al mirar todas esas variables de la ecuación”.

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