Y hay una señora en la Presidencia de la República que en la agenda mía encuentra cualquier huequito, para reunirme yo con quienes quieren ayudarnos a generar empleo en Colombia.
Tuve la fortuna, hace unos años, de recibir al señor (Horst) Paulmann (Presidente del Grupo Cencosurd S.A). Hice todo el esfuerzo por explicarle que estábamos haciendo en Colombia para construir confianza, seguridad, atraer inversión, construir cohesión social y le dije: ‘Ayúdenos, ayúdenos’. Y me dijo que estaba en una negociación. Le dije: Si esa no le resulta hay otra. Porque este es un país de oportunidades’.
Yo vengo a decirle: muchas gracias, muchas gracias por creer en Colombia, por vincularse a Colombia.
Ahora les pregunté a algunos compatriotas si están trabajando aquí. Me dijeron:
- Sí.
- ¿Afiliados a la seguridad social?
- Claro.
- ¿Contentos?
- Mucho
- ¿Cuántos?
- 300.
La primera ya 300, 300 empleos directos, de muy buena calidad, con afiliación a la seguridad social.
Y enseguida pregunté:
- ¿Cuántos proveedores?
- 506
- ¿Cuántos extranjeros?
Y me dijeron:
- Todos colombianos.
¡506 proveedores! Cuánto nos ayuda eso a dinamizar la economía y máximo en un momento de dificultades de la economía como este.
Vengo a dar las gracias por la confianza en Colombia; a dar las gracias por estos empleos que se crean en favor de nuestros compatriotas; por estos proveedores que tienen en estas tiendas un nuevo canal para llegarles a los consumidores.
Nos sentimos muy contentos. Queremos que se sienta muy contento en Colombia, señor Paulmann; usted y todo su equipo.
Confianza para la inversión
Nosotros estamos haciendo un esfuerzo para que Colombia sea el país que más confianza genere. Confianza basada en la seguridad con libertades, con democracia; confianza basada en que sea un país atractivo, inmensamente atractivo para la inversión; que la inversión sienta que en Colombia hay todas las garantías.
Lo único que le exigimos a la inversión es transparencia, fraternidad laboral, cumplimiento de las normas ambientales. Y eso que es responsabilidad social vemos como lo cumple con creces estas tiendas Easy Cencosurd.
¡Qué bueno que aquí tengamos otra posibilidad de fraternidad laboral! Tiene que ser. Alguien que quiera hacer estas inversiones para crear empleo es porque tiene un corazón conectado con la fraternidad laboral.
Al mundo le ha hecho mucho daño el capitalismo salvaje. Al mundo le ha hecho mucho daño el odio de clases. Finalmente, lo único que construye armonía es la fraternidad laboral.
¡Cómo no voy a querer yo -yo salgo de esta Tienda ahora preocupado, porque es así, pero es que necesitamos centenares-. ¡Cómo no le voy a pedir yo al señor Paulmann que haga en Colombia un número igual al que resulta de sumar las que tiene en Argentina y Chile! Porque es que quisiéramos que no fueran 300 colombianos con esta oportunidad de empleo, sino si quiera 30 mil. Quisiéramos que no fueran 509 proveedores colombianos, sino si quiera 5 mil.
Y este país se compenetra mucho y le ayuda, señor Paulmann, a que lo logre.
Nosotros queremos decirle que aquí encuentra cosas buenas. Colombia es un país que tiene una gran gerencia, reconocida nacional e internacionalmente. Colombia es un país que tiene unos trabajadores extraordinarios, laboriosos, honestos, que aprenden con una gran facilidad y se esmeran por aprender. Colombia es un país que tiene una legislación laboral en equilibrio. Hay la suficiente flexibilidad para que el empresario vincule y desvincule y, también, las suficientes garantías en favor de la estabilidad del trabajador para construir equilibrio.
Yo creo que el equilibrio de la legislación laboral que ha logrado Colombia la hace muy competitiva.
Colombia es un país en el cual usted encuentra mucha gente buena que le sirva de proveedora o con quien asociarse. Colombia es un país que lo recibe de corazón. Colombia es un país que tiene una gran conciencia sobre la necesidad de la prosperidad para poder construir armonía social, para superar la pobreza, para construir equidad.
Mientras en otras partes hay hostilidad con los empresarios, aquí hay amistad con los empresarios, porque requerimos la función social de la iniciativa privada para poder crear un país próspero, que sea la base para un país equitativo.
Estamos en esa tarea.
En un momento de dificultades de la economía mundial, llegamos a este momento en mejor situación, pero también con vulnerabilidades, con riesgos.
¿Por qué estamos en mejor situación?
Porque hace seis años teníamos 10.600 millones de dólares. Hoy tenemos en las reservas 24 mil.
Hace seis años, en el sistema financiero, por cada peso de deuda en mora había 39 centavos en reservas; hoy, un peso con diez en reservas. Hace seis años, para respaldar los depósitos bancarios en la entidad estatal Fogafin, teníamos 400 millones de dólares; hoy tenemos 3 mil millones de dólares.
El endeudamiento ha pasado del 47 por ciento del PIB al 27 por ciento. El déficit del Gobierno Nacional central, del 7.5 al 3.2. Hay confianza inversionista: la tasa de inversión ha pasado del 12, 14, al 27.
La inversión extranjera, que oscilaba entre 700, 2.000 millones de dólares, en los últimos años ha tenido 10.500, 6.500, 9.028 millones de dólares.
Todavía tenemos esperanza que este año, a pesar de las dificultades internacionales, se sitúe alrededor de 10 mil millones de dólares.
El país hace una diferencia. El país tiene una economía muy diversificada y confianza inversionista. Estaríamos peor en esta crisis, si no tuviéramos confianza inversionista.
Ahora, tenemos riesgos.
Nuestro endeudamiento se ha reducido. Del endeudamiento público en moneda extranjera tenemos un 25 por ciento, lo que nos hace menos vulnerables en el mercado internacional. El 75 por ciento es con el mercado financiero local.
Pero para no crearle riesgos hay que ser muy cuidadosos en el fisco, a fin de no presionar con endeudamiento público, que le quitaría espacio al sector privado, en este momento, cuando las restricciones financieras van a exigir tanto espacio para el sector privado.
Hasta hace un mes, los bancos multilaterales estaban llenos de dinero, pero no les llegaba nadie. La gente decía: Yo qué voy a ir al BID; el Presidente Chávez me presta una plata’. Hoy, los bancos multilaterales están con una avalancha muy grande de solicitudes porque ya todo el mundo se puso nervioso.
Nosotros tenemos asegurado el financiamiento del 2009, financiamiento externo. Pueda ser que el recaudo y las dificultades no nos lleven a buscar más dinero. Y hay que empezar desde ya la tarea del financiamiento 2010 y de 2011.
Nos preocupa que muchos proyectos de inversión puedan tener dificultades porque los bancos les digan: Muy bueno invertir en Colombia, pero en los bancos no podemos ahora prestarles dinero.
Quiero pedirle al mundo que entienda dos cosas: primero, este país ha sido buen pagador, siempre. En este momento el mundo financiero internacional debe decir: hay un país que ha sido buen pagador, lo vamos a apoyar en este momento de crisis internacional.
Nosotros no decimos que nos den un buen tratamiento simplemente por ser presuntuoso;, pedimos un tratamiento equitativo por ser cumplidos.
Garantías a la inversión
Le queremos decir a la inversión internacional: Colombia ha dado todas las garantías; tenemos unos estímulos tributarios.
Esta tarde tuve la oportunidad de reunirme con un grupo de inversionistas que tiene entre su plana mayor a consultores irlandeses. Y nos dijeron: la legislación tributaria de Colombia hoy es muy competitiva.
Tan competitiva que esta tienda y todas las que construya Cencosurd en Colombia tienen derecho a deducir el 40 por ciento del valor de la inversión y tienen derecho a firmar un pacto de estabilidad con el Gobierno durante 20 años.
Quiere decir que cada tienda que el señor Paulmann nos abra en Colombia, con esa deducción, el Estado le ayuda con el 13 por ciento del valor de la tienda.
Le queremos decir al sector privado: Colombia se la ha jugado para ser un país seguro para el sector privado. Ahora no se nos vayan a arrugar. No se nos vayan a quedar retrasados, vengan a invertir a Colombia.
Ahora, el Gobierno –yo les decía esta semana a los ministros-: ‘Mire, tenemos que contar cómo estamos en mejor posición, pero no ignorar los riesgos’.
Sin causar alarmas, tenemos que hablar con toda franqueza con los compatriotas sobre los riesgos que tenemos. Eso sí, no vamos a hablar con voz de difunto ni a caminar enclenques.
Ahora hay que sacar pecho y pararse derecho y mostrar ánimo y energía y decirles a los inversionistas del mundo: hay una esquina segura, en el norte de América del Sur. Llévense la platica que no hayan alcanzado a perder en la borrasca, llévensela para Colombia, que Colombia es una esquina segura.
¿Quiénes de los aquí presentes tienen amigos internacionales en Internet?
Ayudémosle al país con esto. Levanten la mano los que se crucen correos a través de Internet con amigos o familiares que viven por fuera del país. Mándenle a todos esta noche un correo que diga: ‘Cuantifiquen la platica que no se les ha perdido en esta borrasca y mándela a Colombia, que es la esquina segura, que es el futuro de la prosperidad’.
¡Hay que hacer el esfuerzo!
Don Pepe Sierra era un empresario con las garras, con las agallas del señor Paulmann, decía: ‘Hay que sembrar caña cuando la panela está barata’.
Ahora que hay dificultades sí es que nos van a probar y nos tenemos que crecer, trabajando por este país a toda hora, porque no lo podemos dejar sucumbir.
Y les tenemos que pedir a los bancos y a los empresarios, a todo el mundo, que es la hora de la reciprocidad con Colombia que se ha manejado bien con todo el mundo; retribuirla, tendiendo confianza para invertir los restos que les queden aquí en Colombia. ¡Vamos a sacarle ventaja a esta crisis!
El Libertador decía: ‘De cada crisis hay que hacer una trinchera de victoria’.
El Gobierno está mirando la situación con toda delicadeza. Estamos dispuestos a tomar todas las medidas razonables, pero el país nos tiene que ayudar con esta comprensión.
No podemos afectar el presupuesto de seguridad, no podemos afectar el presupuesto de infraestructura -que nos falta mucha infraestructura- y no podemos afectar el presupuesto para apoyar a los sectores pobres.
Cualquier reforma que tengamos que hacer, la hacemos; pero sin afectar esto. Y también pido: no afectemos los estímulos tributarios, que apenas empiezan a producir resultados.
Algunos dicen: ‘¿Pero Colombia por qué tiene estos estímulos tributarios en esta crisis? ¿Es que eso le va a costar mucho?
¿Cuál nos va acostar? ¿Acaso teníamos esta tienda? De pronto los estímulos de los que hablamos por allá en 2005, con el señor Paulmann, han ayudado a construir esta tienda.
¿Por qué nos cuestan los estímulos, si son para estas nuevas inversiones, para aquello con lo cual no contábamos? ¡Y cuánto va a ayudar esto!
¿Cuánto paga mes a mes en predial en Bogotá? ¿Cuánto paga en Industria y Comercio en Bogotá? ¿Cuánto paga en prestaciones sociales, salarios; en cotizaciones a la seguridad social, a las Cajas de Compensación, a Bienestar Familiar, al Sena?
¿Cuánto ayuda a racionalizar precios, para unas actividades tan importantes en la calidad de vida, en la calidad de vida y en el desarrollo del país, como son las actividades del hogar y las actividades de la construcción?
En ese esquema, con esas salvedades, el Gobierno llama a los colombianos a que pensemos en todas las medidas que tengamos que pensar.
Si en algún momento nos toca hacer algo extraordinario para financiar la protección de los pobres, con programas como Familias en Acción, porque es un momento en el cual hay que pensar en la protección de los pobres.
Los más riquitos, en una crisis, pues dejan de comprar un carro, no pueden cambiar de casa, tienen que privarse de un paseo. Pero es que los pobres, en época de crisis, dejan de comer.
Entonces, por eso hay que hacer un esfuerzo y hay que estar preparados para tomar cualquier medida para la protección de los pobres; cualquier medida razonable.
Yo confío que con la buena disposición del Gobierno de tomar medidas, vamos encontrando un consenso para que esta crisis nos golpee lo menos posible, para hacer de ella una oportunidad.
Mañana se reúne la Junta del Banco de la República. Que el Espíritu Santo los ilumine, porque los colombianos estamos esperando, estamos esperando unos alivios financieros, para que esta economía no pierda todo el ritmo que había ganado en crecimiento.
Mañana, que en la Junta del Banco de la República no piensen en expresiones del Presidente, porque el Presidente de pronto es imprudente, se mete en lo que no se debe meter, mañana que piensen en el Espíritu Santo, a ver cómo los ilumina.
El señor Paulmann, entre sus principios cuenta, por allá en 1952 -yo soy modelo 52- en el año en que yo nacía, él estaba fundando el Restaurante Las Brisas, en Temuco, en el sur de Chile. Y ahí empieza esta carrera ininterrumpida de creación de valor, de ejemplo de trabajo, de ética. En todas partes lo buscan. En Chile, en Argentina, en Perú. ¡Qué fortuna tenerlo ya material y espiritualmente vinculado a Colombia!
Señor Paulmann, los colombianos hemos ganado con usted una oportunidad de prosperidad para el país, para nuestros trabajadores, para nuestras industrias. Pero créame que usted ha ganado un país que sabe ser grato, que lo recibe como hijo.
¡Qué bueno, en época de crisis, poder presenciar esta nueva oportunidad para nuestra gran ciudad capital!
A los empleados, a los proveedores, a los constructores, a todo el grupo Cencosurd, muchas, muchas gracias.
Señor Gobernador y señor ex vicepresidente de la Argentina, don Daniel Scioli, muchas gracias por acompañarnos esta noche en Colombia.
Señor Paulmann, muchas gracias, en nombre de todos los colombianos.
Ya no me invite a las otras inauguraciones. Póngame un mensaje, Póngame un mensaje. Déme una llamadita y diga: ‘Ya abrí en tal parte, en tal parte, en tal otra’.
Para mí no hay felicidad mayor que cuando se les abren estas oportunidades de empleo a los colombianos. Déme esas noticias de felicidad.
Muchas gracias”. |