Octubre 25

Palabras del Presidente Álvaro Uribe al instalar el consejo comunal sobre transporte en infraestructura

Bogotá, 25 oct (SP). “Algunos temas, apreciados compatriotas. El tema del Ejército, el tema de las dificultades de la economía relacionado con el tema de infraestructura y el tema de los corteros del Valle del Cauca.

El tema del Ejército

El tema del Ejército da mucha tristeza. Esta es la época de la vida colombiana cuando el Ejército ha tenido más apoyo del Gobierno, más apoyo de la opinión. Un Ejército que se ha lucido con operaciones tan importantes como las que todo el mundo aplaude. Y nos causa esta tristeza. Causa mucha indignación, mucho dolor, mucha desazón. Piensa uno: ¿Y qué camino cogemos? Han sido seis largos años exigiendo y dando buen ejemplo. Lo que se ha hablado en privado como lo que se ha hablado en público con las Fuerzas Armadas a lo largo de estos seis años, ha sido de eficacia y de transparencia.

¡Por qué esta violación de derechos humanos! ¡Por qué aparecen oficiales del Ejército comprometidos en masacres! ¡Por qué le causan este mal nombre a la institución y al país! ¡Por qué dan lugar a que se dude de la transparencia democrática de nuestro esfuerzo por la seguridad”

Cuando se dio lo de Guaitarilla, dijimos: ‘Bueno, que sea la última vez’. Cuando se dio lo del Alto allá en Cajamarca, al final de esa Semana Santa, dijimos: ‘Qué grave, ojalá esto no se vuelva a repetir. Cuando se dio lo que se dio al sur de Cali, en Jamundí, dijimos: ‘Ojala esto no se vuelva a repetir’. Y ahora aparece este involucramiento de integrantes del Ejército en asesinatos. ¡Eso no puede ser! Este Gobierno, que ha apoyado totalmente a las Fuerzas Armadas, que se ha jugado por ellas.

En el país daba mucha pena apoyar a las Fuerzas Armadas. Había una especie de complejo de que apoyar a las Fuerzas Armadas era ser de derecha, era ser militarista, era tener aproximaciones con los paramilitares, era ser indolente con los derechos humanos. Y hemos logrado invertir eso. Hemos logrado un gran apoyo de la Nación colombiana a sus Fuerzas Armadas. Las Fuerzas Armadas han sentido todo nuestro apoyo. Aquí todos los días se admitía el ataque contra las Fuerzas Armadas, pero nunca se salía en defensa de los derechos humanos de las Fuerzas Armadas.

Yo fui a una universidad popular de Cali, bastante contestataria, no totalmente amistosa con las políticas que dirijo, el jueves de la semana pasada, a defender los derechos humanos de los policías y los soldados. A decir: ‘Aquí antes que plantear cualquier problema, hay que respetar la integridad de los soldados y de los policías. No puede ser que, en nombre de la protesta social, se actúe con terrorismo’.

Fui a denunciar los hechos terroristas, que causaron heridas a 32 policías. A uno de ellos le amputaron las dos manos, lo dejaron con graves lesiones en el cráneo, con trauma ocular.

Asumimos la defensa de los derechos humanos de los soldados y policías de Colombia, para superar esa tradición que nos ha hecho pensar que los derechos humanos son para el resto, pero no para ellos. A ser coherentes con nuestra tesis de que es tan importante la vida de un policía como la vida de un civil.

Nosotros hemos estado totalmente comprometidos en la defensa de la institución armada de la Patria, como lo necesita un país que durante tantos años estuvo en manos de guerrilla y paramilitares. Pero eso pierde fuerza cuando oficiales del Ejército o de cualquier área de la institución armada, incurren en violación de derechos humanos.

Así como hemos procedido sin vacilación a defender a las Fuerzas Armadas, sin vacilación ha que pedir que a los trasgresores de los derechos humanos los condenen, los lleven a la cárcel y les apliquen las máximas condenas de nuestra legislación.

Son 400 mil hombres en las Fuerzas Armadas. Y con muchas operaciones empiezan a llamarle la atención al mundo como una de las Fuerzas Armadas más efectivas del mundo. Y esto las desdora. Esto causa unos nubarrones. Esto nos hace mucho daño.

El tema de los corteros de caña

Hago llegar este mensaje al Valle del Cauca. Colombia necesita prosperidad. Sin prosperidad no hay posibilidades de avanzar en cohesión social. La prosperidad necesita seguridad y confianza inversionista. Y la confianza inversionista necesita que la inversión se dé con responsabilidad social.

Una de las expresiones de la responsabilidad social es la fraternidad laboral. No puede haber en las relaciones laborales ni odio de clases ni capitalismo salvaje. Tiene que haber fraternidad.

Lo único que da estabilidad a la prosperidad, finalmente, es un país en paz, con confianza inversionista y con fraternidad laboral. Cuando se altera la fraternidad laboral se causa inestabilidad.

Puntualmente sobre el tema de los corteros. El Gobierno piensa que el país no puede pasar de los excesos sindicales, que tanto daño le han hecho, a abusos de cooperativas, que tanto daño le empiezan a hacer. Ni lo uno ni lo otro. Ambos van en contra de la fraternidad laboral. Ambos van en contra de la prosperidad.

Cuando empezó nuestro Gobierno, nosotros dictamos un decreto, reglamento constitucional autónomo, para restringir a las cooperativas de trabajo asociado y exigirles el pago de la remuneración justa, de todas las prestaciones, de la afiliación a la seguridad social, del pago de los parafiscales. Finalmente el honorable Consejo de Estado lo declaró inconstitucional.

Nos dedicamos desde ese momento a tramitar un proyecto de ley que dio mucha dificultad. Fue aprobado y sancionado hace doce meses y medio. Ese proyecto de ley, convertido ya en Ley de la República, dice: las cooperativas de trabajo asociado tienen que ser cooperativas de trabajo, de servicio, de producción, pero no pueden ser intermediarios laborales.

En los ingenios del Valle del Cauca, en cualquier empresa colombiana que quiera contratar con cooperativas, tiene que contratar con ellas servicios, labores, producción, distribución, pero no intermediación de mano de obra. Eso hay que dejarlo absolutamente claro al oído de todos los colombianos.

Segundo: las cooperativas están obligadas a pagar una remuneración justa que no puede ser inferior al salario mínimo. Además tienen que pagar todas las prestaciones y tienen que afiliar a los trabajadores para asegurarlos frente a todos los riesgos.

La Corte Constitucional, en sentencia reciente, acaba de confirmar lo que ha sido la tesis de este Gobierno, primero plasmada en un decreto y ahora en una ley: las cooperativas, como verdaderos empleadores, tienen que responder por los riegos de salud, por los riesgos profesionales, tienen que responder por el seguro pensional. Ninguna de esas responsabilidades puede ser eludida. Tienen que pagar las cotizaciones al Sena a Bienestar Familiar, a las cajas de compensación.

En el Valle del Cauca uno les pregunta a los empresarios: ¿ustedes por qué defienden a las cooperativas? Y los empresarios contestan: porque finalmente son garantía de productividad y de competitividad para los ingenios. Y uno les preguntan a los trabajadores: ¿ustedes por qué rechazan las cooperativas? Y los trabajadores dicen: porque abusan de nosotros.

Quiero hacerle este planteamiento al país: veamos los intereses de ambas partes. Empresarios: ¿ustedes por qué quieren las cooperativas? Contestan: porque nos garantizan productividad, nos garantizan competitividad. Trabajadores: ¿ustedes por qué rechazan cooperativas? Porque nos dan un tratamiento injusto.

La manera de conciliar esos intereses, una de las maneras, es: por favor, hagan un acuerdo económico generoso de parte de los empresarios. Que ningún trabajador de las cooperativas pueda decir: están abusando de mí, me están maltratando.

Allí he oído quejas de remuneración, pero también quejas de seguridad industrial. Quejas de exceso de riesgos para contraer enfermedades profesionales o caer en accidentes de trabajo. Y también quejas de problemas de falta del debido seguro, del seguro suficiente en materia de riesgos profesionales. Todo eso lo tienen que corregir.

Ustedes saben, los compatriotas, que mañana muchos compañeros de gobierno y mi persona nos comprometimos a ir, primero a Popayán, después dijeron que a Cali, y dije: a donde sea, a un diálogo con comunidades indígenas con las cuales se ha dialogado mucho en este Gobierno, con comunidades indígenas del Cauca.

Y quiero anticiparme con el tema de los corteros. Quiero invitar a que ojalá se precipite ese acuerdo de los corteros de caña y los ingenios. Y entonces si los ingenios quieren preservar el sistema de cooperativas para garantizar ser competitivos, con la ayuda de una buena productividad, y los trabajadores necesitan equidad en los riesgos de seguridad social y en la remuneración, pues que entonces se haga un acuerdo que les permita a los trabajadores obtener la aspiración justa de una mejor remuneración y un mejor aseguramiento. Y que les permita a los ingenios, comprometiéndose ellos a esa mejor remuneración y a ese mejor aseguramiento a través de las cooperativas, les permita poder apelar a las cooperativas de servicios, no intermediarios laborales. Que sean verdaderas cooperativas de servicios.

El Gobierno reitera la disposición de pedirle a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) una veeduría, para hacerle seguimiento al cumplimiento de los acuerdos a los cuales llegaren los ingenios y los trabajadores vallecaucanos. Hacemos votos por ese acuerdo. Es una necesidad. Es una necesidad para la fraternidad laboral. Es una necesidad para la prosperidad de Colombia.

El tema de la crisis económica mundial

El tema de la crisis económica mundial ha llegado a unos puntos totalmente imprevisibles. Ha sorprendido a los más agudos analistas y estudiosos. Digamos en qué situación favorable esta Colombia y cuáles son los riesgos sobre los cuales ha hablado esta semana el equipo económico del Gobierno.

Situación favorable: reservas internacionales. En agosto de 2002 el Banco de la Republica tenía 10.600 – 10.700 millones de dólares. Hoy tiene 24 mil millones de dólares.

Sistema financiero. Cuando empezó este Gobierno, por cada peso de cartera morosa había 39 centavos de provisiones. Hoy por cada peso de cartera morosa hay 1,10.

Fogafin tenía 400 millones de dólares de seguro de depósito y hoy tiene 3 mil millones de dólares. Un ahorro de 2.600 millones de dólares obtenido a lo largo de los seis años de este Gobierno. Creo que ahí hay unos aspectos positivos.

El tema del déficit fiscal, del endeudamiento. El déficit del Gobierno Nacional Central se ha reducido en este Gobierno del 7,5 al 3,2. Pero hay riesgos, como lo vamos a ver más adelante.

El endeudamiento muestra tres características: reducción, cambio de perfil e inversión en la proporción de moneda.

Cuando empezó el Gobierno, el endeudamiento representaba entre el 47 y el 50 por ciento del PIB. Hoy representa el 27. Reducción relativa..

Si Ecopetrol se pudiera incluir en las cuentas nacionales, que hoy no se puede porque ya el 10,5 por ciento de la estructura accionaria pertenece a 475 mil particulares, ese endeudamiento estaría en el 25. Hay reducción del endeudamiento.

Cambio de perfil de condiciones. Tenemos un endeudamiento hoy en, términos generales, contratado a más largo plazo y a mejor tasa de interés.

La tercera característica: antes el endeudamiento público tenía un 70 por ciento en moneda extranjera. Hoy un 25 por ciento en moneda extranjera y un 75 por ciento en moneda nacional. Somos menos vulnerables frente al mercado financiero internacional. Pero eso nos obliga a ser más delicados con el mercado nacional, porque cualquier exceso de presión sobre el mercado nacional puede causarle serias dificultades a la inversión privada.

Esto en cuanto al endeudamiento, en cuanto al déficit.

El tema del sector privado. El sector privado colombiano presenta dos características que se observan hasta ahora. Primero, el sector privado ha sido cuidadoso en el endeudamiento, y en el endeudamiento en moneda externa. Y segundo: al parecer el sector privado colombiano no tiene inversiones en los fondos que han venido fracasando en el mundo, como sí ocurre en otros países de América Latina, cuyo sector privado hizo cuantiosas inversiones en esos fondos. Esto es bueno para el sector privado colombiano.

Hablemos de tres riesgos de esta crisis. El riesgo del financiamiento, el riesgo del recaudo y el riesgo del comercio internacional.

El riesgo del financiamiento. El Ministro de Hacienda le ha informado al país que en el propósito del Gobierno de madrugar a asegurar los recursos de crédito internacional de los próximos años, ya están asegurados los créditos que necesita Colombia para el año 2009. El país necesita 2.400 millones de dólares de endeudamiento para el año 2009. Eso se ha asegurado con los bancos multilaterales.

En la planificación del Gobierno, estaba previsto demandar 1.400 de los bancos multilaterales y demandar 1.000 de los mercados. Pero se han asegurado los 2.400 con los bancos multilaterales.

Hasta hace cuatro semanas a los bancos multilaterales les sobraba dinero y les faltaban solicitantes de crédito. En las últimas cuatro semanas eso tomó una dinámica totalmente opuesta. Antes todo el mundo decía: qué voy a ir al BID, yo me consigo una plata prestada con el Presidente Chávez. Ahora todo el mundo está volcado sobre los bancos multilaterales.

Y entonces vamos a tener una competencia en los bancos multilaterales, que no teníamos. Eso nos tiene que hacer reflexionar. Nosotros estábamos muy confiados en los cupos de los bancos multilaterales para el Estado, para el sector público. No solo para el sector público nacional sino para el sector público territorial, incluso para el sector privado. Por eso esas seguridades de todas maneras las tenemos que mirar con precaución

Los mercados. Colombia tiene muy buena fama. Lo que pasa es que el problema ahora no es con el deudor, que ha sido un buen pagador, que es Colombia, sino con los bancos.

¿Cuál es el riesgo? Que llegue nuestro Ministro allá a los bancos internacionales y le digan: sí, Ministro, Colombia es un gran pagador, ha cumplido a tiempo, tiene una historia excelente de total transparencia, pero es que aquí nos quebramos.

Nosotros hace dos años reabrimos el mercado de Tokio. Y exitosamente. Lo abrió Crédito Público. Y hace tres semanas dijimos: una de las cinco estrategias es acudir nuevamente a ese mercado asiático. Y se le vino también esta enfermedad al mercado asiático. O sea que ahí tenemos unas dificultades.

¿El Gobierno qué tiene que hacer? Buscar cómo, además de haber prefinanciado el 2009, va prenegociando, va encontrando los caminos para asegurar la financiación de los años 2010 y 2011.

Un riesgo: que vayamos a tener más necesidades de crédito, por la evolución hacia el alza de la tasa de interés y por una disminución del recaudo. A eso hay que ponerle muchísimo cuidado.

Otro riesgo es el riesgo de la financiación del sector privado. Este país una de las ventajas que tiene hoy frente a esta crisis, es que es un país con mucha confianza inversionista.

¿Cuál es la preocupación del Gobierno? Que a los inversionistas los bancos les digan: sí, nos parecen muy buenos los proyectos de inversión que tienen en Colombia, pero lo que pasa es que aquí tenemos una crisis y no les podemos prestar.

Ahora, nosotros diciendo esto no queremos crear alarma. Tenemos confianza inversionista y hay muchos inversionistas apostándole a Colombia. Y que nos han dicho esta semana: de todas maneras vamos para adelante en las inversiones en Colombia. Pero tenemos que ser cuidadosos.

Hay unos riesgos en el financiamiento. Y si nos excedemos en el mercado interno, entonces secamos recursos que va a necesitar el sector privado. Y haríamos daño.

El recaudo. Hasta el primero de octubre se nos había caído en 312 mil millones. Puede caerse más en lo que falta del año. Puede haber un recaudo disminuido, en relación con el presupuesto, considerable, en el año 2009. Eso tenemos que anticiparlp.

¿Por qué se nos cayó el recaudo en 312 mil millones hasta el primero de octubre? Por impuestos aduaneros y por apoyos que el Gobierno les tuvo que dar a sectores afectados por la revaluación y por la inflación.

¿Por qué por impuestos aduaneros? Primero, porque hubo menos dinámica de importaciones. Y segundo, porque las importaciones se liquidaron para pagar arancel e IVA, no con dólar de 2.200 pesos, como esperábamos, sino con dólar de 1.700 y de 1.800.

Alguien traía un carro que valía 100 dólares. El Gobierno había dicho: ese carro de cien dólares, cuando entre al país le cobramos IVA y le cobramos arancel por 220 mil pesos. Liquidados los 100 dólares a 2.200 pesos.

¿Qué pasó? Entraron ese carro con una factura de 100 dólares, pero el dólar estaba a 1.700 – 1.800. Entonces en lugar de haber liquidado los impuestos aduaneros sobre una base contributiva de 220 mil pesos, se liquidaron sobre una base contributiva de 170 mil – 180 mil pesos. Ahí hay una causa.

Segundo: llegamos a Chinchiná. Encontramos a los cafeteros totalmente afectados por los costos de los fertilizantes. Recorremos el país agropecuario. En todas partes los agricultores dicen: nos vamos a arruinar por los costos de los fertilizantes. ¿Qué hizo el Gobierno? Eliminó el arancel de los fertilizantes.

¿Qué han dicho los agricultores? Sí, Gobierno, muchas gracias, pero insuficiente. Ha sido tanta el alza de los fertilizantes, que el esfuerzo del Gobierno es muy costoso para el fisco: se elimina un arancel, menos recaudo para el fisco, y ha sido de relativa poca ayuda para los agricultores.

Esperamos que ahora vayan cayendo nuevamente los precios de los fertilizantes, que tienden a seguir la tendencia del petróleo. Hay unos directamente vinculados al petróleo, como la urea, y otros no. Pero inexplicablemente se asocian a los precios del petróleo, como el potasio y el fósforo.

Primer semestre: enormes dificultades con tasa de cambio, revaluación. Floricultores de Bogotá, de Medellín: nos vamos a quebrar. Tenemos que licenciar trabajadores. No podemos con esta tasa de cambio.

Bananeros, plataneros, la cadena textil – confecciones. ¿Qué hizo el Gobierno? Sacó de las arcas del Estado 614 mil millones para apoyarlos, con la condición de que no licenciaran a los trabajadores.

¿Y qué hizo el Gobierno? Le quitó el arancel a materias primas no producidas en el país, que necesitan estos sectores, para compensarles en algo, por la vía de menores costos de materias primas, la pérdida de ingresos derivada de la revaluación. Otro arancel que tuvimos que quitar para preservar el empleo.

Entonces ahí llevamos dos aranceles eliminados: los de fertilizantes y los aranceles de materias primas de sectores manufactureros. Todo para proteger el empleo.

Eso, más la liquidación de impuestos aduaneros, nos causa un faltante de recaudo de 312 mil millones.

Eso puede darse hasta final de año. Y pueden llegar otras causas: la causa de la desaceleración de la economía, que puede traducirse en menos recaudo de IVA y en menos recaudo de renta.

Ayer, por ejemplo, tuve la información de que la situación de Cerromatoso es preocupante. Llegó a vender níquel a más de 20 dólares la libra, lo está vendiendo a poco más de 4. El costo está cercano a los 4 dólares.

Y eso va a producir un efecto perverso de disminución de regalías para el departamento de Córdoba, para la Corporación de los Valles del San Jorge y del Sinú, para los municipios de Montelíbano y Uré.

El Gobierno lleva dos años proponiéndoles a las regiones que nos acepten un proyecto de ley para ahorrar regalías. No hemos podido. No hemos podido. Hemos hecho todos los esfuerzos: reuniones con unos, con otros, para tratar de tramitar ese proyecto para un ahorro de regalías. Nos preocupa mucho lo que se ve venir en disminución de regalías.

Ojalá el Congreso tenga la sensatez ahora de pasar por encima de los debates locales, y tomar la decisión de exigir un mayor ahorro en regalías. Es un llamado al Congreso.

Allá hay, pues, riesgos de recaudo.

Tercero: riesgos de comercio exterior. Estas economías son interdependientes. Si a Colombia le va mal, le va mal a Venezuela, le va mal a Ecuador. Si a ellos les va mal, nos va mal a nosotros. A nosotros nos preocupa que se caiga el comercio internacional.

Vemos esas dificultades. Y eso puede tener una incidencia bastante negativa.

Noticias positivas

Dicho esto, veamos cosas positivas.

La semana pasada se inauguró en Cali una fábrica de Bavaria, de 410 mil millones. El país tiene 37 zonas francas nuevas aprobadas, más las 11 históricas. Y una gran cantidad de zonas francas haciendo fila para que sean aprobadas. Eso es muy bueno.

El país ha adjudicado este año proyectos de generación de energía para generar 4 millones de kilovatios, sin que eso involucre el gasto público ni el endeudamiento de la Nación, con recursos de empresas independientes. Gracias a que en el país hay confianza inversionista. Hay que cuidar la confianza inversionista. Ese es nuestro activo del momento.

Piensen en algunos países que acabaron con la confianza inversionista y que entran en esta crisis. Y compárenlos con Colombia, donde por fortuna hay confianza inversionista.

Gracias a la confianza inversionista, al esquema de zonas francas, al sistema de pago de cargo por capacidad (que permite a las empresas de energía pagarles una suma, independientemente de que generen o no, con tal de que tengan las plantas disponibles para generar), gracias a eso el país ha adjudicado proyectos que van a generar 4 millones de kilovatios. Un país que tiene hoy instalada una capacidad de 13 millones y medio de kilovatios.

En el país hay mayor exploración de petróleo. Muy dinámica. Es bueno decir estp: el país ha aumentado la producción, que era totalmente declinante.

Estábamos condenados a perder la autosuficiencia en el año 2008. Tenemos autosuficiencia asegurada hasta el año 2017. Y poco a poco la vamos extendiendo. Tengamos en cuenta esto, apreciados compatriotas.

El Ministerio de Minas ha hecho contratos que obligan a los contratistas a explorar 500 pozos en los próximos cuatro años. Más de 100 por año. Cuando nosotros empezamos, el país exploraba 10 pozos. Este año estamos explorando 100.

Dichos todos los riesgos, también hay que decir lo bueno. Porque hay muchas cosas buenas en el país.

Veo una formidable inversión portuaria. La perspectiva de Buenaventura es totalmente diferente a la de hace dos años. La Sociedad Portuaria de Buenaventura haciendo inversiones muy importantes: Aguadulce ya empezó obra.

Yo los recibí en la oficina y me dijeron: ‘Le venimos a informar que ya empezamos obras. Usted nos había dicho: señores, los quiero ver, pero cuando me digan que las obras están empezadas’. Y el puerto y la Sociedad Industrial Portuaria, el informe que tengo, es que ya empezó obra.

Uno ve una gran dinámica de inversiones portuarias en Cartagena, en Barranquilla. Está aprobado el puerto de Las Brisas, en Buenaventura. Creo que eso es importante.

En estos telegramas modernos, que llegan por estos aparatitos, me escribe el Viceministro de Turismo lo siguiente:

‘Presidente, estoy en San Andrés. Hoy firmé acuerdo con el Gobernador para el Centro de Convenciones, ante el problema que él tiene con la Asamblea. Estoy reunido con los directivos de Decamerón, firmando apoyo al Gobierno. Construirán dos hoteles en la Isla. Uno de 100 villas, cerca al Hoyo Soplador, y el otro en el centro. Son 260 habitaciones en el edificio contiguo al antiguo Hilton en la Séptima, con centro de convenciones para 2 mil personas y casino, con el grupo de España. Es remodelación. Estaría para julio de 2009. El martes visitaremos la obra de Barú. Estará en diciembre de 2009: 310 habitaciones. Ya están todos los permisos. El miércoles vamos a La Guajira para buscar asocio con los Wayúu, para hotel. Hotel en Girardot, centro de convenciones en Panaca, inversión en los hoteles de Tota. Pide el favor que usted los reciba’.

Le dije: ‘Para ayer, para ayer. Hoy no podemos dejar ir un peso de inversión’.

Inclusive la invitación que hay que hacerles a los inversionistas del mundo es esta: miren, inversionistas, esa platica que les haya sobrado, que no hayan alcanzado a perderla en la borrasca de la pirámide de Wall Street, tráiganla para Colombia. Colombia es la esquina segura. Es la esquina de la prosperidad. Pero hay que hacerlo. Hay que hacerlo. Antenoche inauguramos la primera tienda del Grupo Cencosud, de Chile, en Colombia. Los almacenes Easy. Muy buenas noticias, porque allá crearon 300 empleos directos de buena calidad para compatriotas bogotanos. Y van a abrir otras cuatro tiendas en Bogotá y nos prometieron que van a seguir abriendo en el país. Y les dan posibilidades a 509 proveedores colombianos.

Y les decía allá a todos los asistentes: ¿ustedes tienen amigos en el extranjero? Y me decían: sí, Presidente. ¿Se escriben con ellos por Internet? Sí, Presidente. Díganles a todos, a todos, que lo que les haya sobrado, que no se les haya alcanzado a perder en la borrasca de esa pirámide, que lo traigan para acá.

Somos 45 millones de vendedores. Cuarenta y cinco millones de compatriotas podemos ser una fuerza de venta de 45 millones de promotores de venta. Eso no lo tiene ninguna empresa del mundo. Vamos a vender este país como la esquina de la prosperidad, la esquina de las posibilidades. El Libertador decía: cuando hay una crisis, hay que convertirla en una oportunidad. Pero esto nos va a tocar a todos. El Gobierno tiene que reconocer las dificultades. Eso sí, les tenemos que pedir a todos los colombianos que uno en las dificultades se tiene que crecer.

Una vez pasé el fin de semana con mi abuelo. El viejo era muy sereno, muy inteligente y muy querido. Y él no se deprimía sino cuando le fallaba el bolsillo. Y el lunes lo vi. Madrugó muy afeitado, muy peinado, muy organizado, con un pantalón de dril y un saco blanco de dril muy elegante, un carriel nuevo. Nosotros le decíamos: ‘¿Para dónde va?’. Y me dijo: ‘Para el banco’. Y le dije: ‘Pero, hombre, usted estaba muy triste este fin de semana’. Dijo: ‘Hijo, no se pueden mostrar las llagas. En momento de dificultades uno se tiene que crecer’.

Vamos a crecernos los colombianos en estas dificultades. Nos toca. Y para crecernos tenemos que sacar adelante todos los proyectos de obras públicas. Ya no es tiempo de discusión sino de hacerlo. Tenemos unas tablas de salvación en este momento: vivienda, obras públicas, política social. El Gobierno está dispuesto a estudiar nuevas rentas, a estudiar nuevos recursos, estudiar medidas contingentes. Anoche tarde llamaba al Ministro de Hacienda e intercambiábamos algunas ideas. Hay que tener flexibilidades.

Salvemos lo siguiente: salvemos la inversión en infraestructura, pero acelerémosla. La inversión en vivienda, infraestructura y vivienda, ayudan a contrarrestar esta fase negativa del ciclo económico.

Salvemos la política social. A mí me dicen: ¿por qué tantas Familias en Acción? Hay que llegar incluso a más. A los sectores populares hay que protegerlos en época de crisis. ¿Qué les pasa a los riquitos en una crisis? De pronto no pueden cambiar apartamento, no pueden cambiar de vehículo, se tienen que privar de un viaje, tienen que reducir algunos gastos. El problema es que los pobres, en una crisis, aguantan hambre. Por eso nos toca hacer todo este esfuerzo con política social, como con Familias en Acción, para proteger, en aras de la estabilidad de este país, los sectores más pobres en este momento difícil de la economía.

No afectemos el gasto en seguridad. Saquemos adelante las obras de infraestructura, pero aceleremos.

Ahora me dieron una buena noticia. Me dicen los compañeros de Buenaventura: ya vemos en construcción la doble calzada, dejó de ser cuento y pasó a ser obra en plena ejecución. Me dicen: hay cinco frentes de trabajo. Los vi contentos.

Entonces que eso se vea en todo el país. Como lo decíamos anoche en Cali con el tema de vivienda: reanudemos la dinámica de la vivienda en todo el país, protejamos los sectores sociales, discutamos todo, pero protejamos, apreciados congresistas y equipo económico, los incentivos a la inversión.

Porque algunos dicen: ‘Presidente, esos incentivos no se pueden tener en esta época de crisis’. Ahora es que los necesitamos. Además no han contado en el recaudo, porque son incentivos para inversiones nuevas. ¿Acaso les estamos quitando los impuestos a los contribuyentes? Les estamos diciendo: les ayudamos con incentivos si ustedes traen inversiones nuevas. Inversiones con las cuales no contábamos, que van a tributar.

Buenos pasos en el Banco de la República

Creo que ayer se dieron buenos pasos en el Banco de la República. El Gobierno reconoce que el Banco de la República tomó unas decisiones a tiempo, que evitaron un exceso de confianza en el crédito, que evitaron que el país se embarcara en una tendencia sicológica de inflación. Yo personalmente creo que, a pesar de esas dos cosas buenas, también se excedió el Banco de la República en las últimas semanas: encarecía de tasas de interés, y se ha contribuido a frenar demasiado la economía. El Gobierno no puede negar esa preocupación, con todo el respeto al Banco de la República.

Creo que las decisiones que, conjuntamente Banco de la República y Gobierno, muchas veces por iniciativa del Gobierno, se tomaron, para evitar los capitales de corto plazo, fueron saludables. Al Gobierno se le criticó mucho. Nos decían: ¿cómo habla el Presidente de confianza inversionista si están limitando los capitales de corto plazo? Si quiera se limitaron. Creo que la crisis de Wall Street nos tiene que decir, hay que hacer una reflexión, una revisión de conceptos: el capital no puede ser una herramienta especulativa, sino un factor de creación de producción y bienestar.

El mundo tiene que hacer una decisión tajante entre el capital especulativo, que tiene que ser abolido, y el capital productivo, que tiene que ser promovido. Creo que esas decisiones le permitieron al país llegar a esta crisis con menos exposición a estos riesgos de la economía internacional. Un sector privado menos endeudado en moneda extranjera, y menos presencia de capitales de corto plazo en el país.

¿Qué tal que hubiéramos tenido una inmensa presencia de capitales de corto plazo y que todos estuvieran saliendo ahora velozmente? Nos estarían creando una crisis cambiaria, como está ocurriendo en otros países.

Lo de ayer tiene aspectos muy buenos, porque el Banco de la República reduce los encajes. Y eso le introduce una liquidez de un billón a la economía. Pero debemos decir esto: cuando se adoptó la política de encajes marginales, que después la convirtieron en mayores puntos de encajes ordinarios, el resultado fue una contracción de dos billones. Ahora le están devolviendo a la economía una liquidez de un billón. Les queda todavía un ribete de otro billón.

Y quedará pendiente en la mente del Gobierno, porque esta economía va a necesitar liquidez. Esta economía no la podemos dejar morir. Y con ese encarecimiento excesivo, se murió mucho en los últimos meses.

También tomó el Banco la decisión de entrar con 500 mil millones a proteger los TES. Eso está bien, porque es la protección de la deuda del Estado colombiano y la protección de las inversiones de los fondos de pensiones.

E hicieron un compromiso que me comunicaba al Ministro de Hacienda anoche. El compromiso de que a medida que tengan que vender dólares… Miren cómo cambia esto: hasta hace cuatro o cinco semanas era diciéndole al Banco de la República: compren dólares, eviten esta revaluación, esta revaluación nos va a quebrar. Y ahora estamos asustados por la devaluación.

Y está bien que nos asustemos. Es que esos excesos de revaluación o devaluación hacen mucho daño. El país lo que necesita es una tasa de cambio estable y competitiva. Ahora tienen que hacer lo contrario. Ahora en lugar de comprar dólares, tienen que vender dólares, para tratar de contrarrestar esa tendencia galopante de devaluación.

Al vender dólares ellos reciben pesos. El compromiso que han hecho es que los pesos que reciban por las ventas de dólares en las subastas contra la volatilidad, que ellos hacen, esos pesos los dedicarían a proteger los TES, los Títulos Soberanos del Estado Colombiano. Ojalá nos ayuden con eso. Esas medidas del Banco de la Republica las recibimos bien”.

Imprimir