Octubre 26

Doce horas con el Presidente Uribe en Cali

Cali, 26 oct (SP). Este domingo 26 de octubre de 2008, los hechos tomaron un giro inesperado. Cuando el Presidente Álvaro Uribe llegó, hacia las diez de la mañana, a la sede del canal Telepacífico en Cali, esperaba encontrar lista a la delegación de las comunidades indígenas, para establecer un diálogo fructífero con ellos y buscar solución a los problemas. Pero no estaban. Uribe preguntó: “¿Llegaron?”. El Ministro del Interior, Fabio Valencia, le comunicó que los líderes indígenas no aparecían “Los vamos a esperar todo el tiempo que sea necesario”, dijo el Presidente.

Pero pasaban las horas y no aparecían. Uribe optó por pedir la mediación de Mauricio Puerta, reconocido entre las comunidades indígenas de Tierradentro, y del Alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina. Ellos se dirigieron a la plaza del Centro Administrativo Municipal (CAM), con la idea de lograr que una delegación de 300 personas fuera a encontrarse con el Presidente de la República.

Mientras tanto, el júbilo

Mientras este proceso se cumplía, el país conoció con júbilo la noticia del retorno a la libertad del ex congresista Óscar Tulio Lizcano, de 62 años de edad, quien, tras permanecer ocho años secuestrado por las Farc, había logrado escapar de sus captores, gracias a la ayuda del guerrillero ‘Isaza’, y gracias también a un cerco humanitario que el Ejército había tendido, de tiempo atrás, alrededor de la zona donde Lizcano estaba cautivo. En horas de la mañana, el Presidente Uribe había comunicado la feliz noticia a Mauricio, hijo del congresista.

El doctor Óscar Tulio Lizcano llegó, hacia el mediodía, en compañía del Ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, a la escuela militar de aviación Marco Fidel Suárez de la ciudad. Vestía las ropas que usó durante su fuga y se le apreciaba físicamente agotado. Lucía una larga barba blanca, camiseta negra y pantalones empapados en barro. El ministro Santos entregó detalles de la liberación y acto seguido habló el congresista.

Los hechos que rodearon la fuga

De acuerdo con el relato del Ministro de Defensa, el doctor Óscar Tulio Lizcano, secuestrado el 4 de agosto de 2000 en Riosucio, Caldas, estuvo durante ocho años mantenido en cautiverio, por parte de la cuadrilla ‘Aurelio Rodríguez’ de las Farc, en condiciones infrahumanas.

En un momento dado, el Ejército y la Policía ubicaron la zona donde estaba secuestrado y, en julio pasado, comenzó una operación para cerrarle los corredores de movilidad y de abastecimiento a la cuadrilla que lo tenía en su poder. Esto comenzó a tener efectos. La presión continuaba. Los abastecimientos no llegaban.

Como producto de esa presión, un guerrillero, conocido como ‘Moroco’, desertó, y el 10 de octubre se entregó a la Policía. Este desmovilizado ofreció detalles mucho más concretos sobre la localización y la forma como movían al doctor Lizcano dentro de un perímetro, dentro de un sitio cerca al Río Tamaná, entre los límites de Risaralda y Chocó.

Con esa información se adelantaron una serie de reuniones conjuntas entre la Policía y el Ejército, para planear una operación todavía más efectiva que permitiera rescatarlo sano y salvo.

Dicha operación se inició hace pocos días, manteniendo la presión sobre los captores del congresista, quien por entonces, en compañía del guerrillero ‘Isaza’, escapaba hacia la libertad, huyendo por la selva de los subversivos que los perseguían, alimentándose con cogollo de palma y cañaguate, durante tres días, hasta dar con un punto de bloqueo, un puesto militar establecido por el Ejército, donde pudo encontrar por fin refugio seguro.

“Sabía que me iban a fusilar”

Luego de hablar por celular con su esposa Martha, el doctor Lizcano, por su parte, narró que durante los ocho años de su cautiverio siempre estuvo solo, que no podía ejercitar el uso de la palabra porque le habían prohibido a los guerrilleros hablar con él, que temía ser fusilado en cualquier momento, y que logró mantener en alto su espíritu de supervivencia gracias al recuerdo de ‘La Barquerita’ (su esposa Martha), a quien le escribía poesías, veinte de las cuales, las últimas de su inspiración, tuvo que dejar abandonadas en el sitio de cautiverio.

Antes de ser recluido en la clínica Valle del Lili de Cali, el congresista agradeció al guerrillero ‘Isaza’ por haber tomado la decisión de sacarlo de la selva, agradeció al Ejército por la operación que presionó a la facción guerrillera que lo tenía en su poder, y agradeció al Ministro de Defensa y al general Mario Montoya, comandante del Ejército. Y de sus labios también salieron palabras de gratitud para el Presidente Uribe, quien –dijo– jugó un papel importante en la liberación de su hijo Juan Carlos Lizcano, quien estuvo secuestrado hace tres años.

El congresista envió igualmente un mensaje a las personas que continúan secuestradas: “¿Qué les puedo decir? Ánimo, ánimo, que si yo hice este esfuerzo tan grande, que, por Dios, tengan la moral. Yo iba para nueve años. Y sé que ellos van a salir. Van a gozar de la libertad. Estoy convencido de eso. Yo me sentía a veces desfallecer, y tuve el valor de jugármela toda, porque sabía que me iban a fusilar”.

Reunión privada con ‘Isaza’

Cuando ya muchos se preguntaban dónde estaba ‘Isaza’, el Presidente Uribe, varios ministros, los altos mandos y el Defensor del Pueblo, Volmar Pérez, se reunían con él en privado.

‘Isaza’ dio su versión de los hechos y narró el rol que jugaba en la facción guerrillera. Su relato coincidió plenamente con el que le había hecho, vía celular, el congresista Lizcano al Presidente de la República.

En efecto, Lizcano había dicho a Uribe: “Este guerrillero tomó la decisión de sacarme. Abandonamos el grupo arriesgando la vida de los dos. Caminamos varios días sin comer, hasta que esta mañana ya nos encontramos con un punto del Ejército”.

De tal manera que se presentaba un hecho singular. Como se recuerda, el Gobierno había ofrecido, hace algunos meses, que a los guerrilleros que tomaran la decisión de abandonar las Farc y trajeran consigo a secuestrados, se les brindaría el beneficio de la excarcelación, además de una recompensa y de la posibilidad de vivir en el extranjero.

Luego de hacer consultas con el Fiscal Mario Iguarán, con el Procurador Edgardo José Maya y con representantes del Gobierno de Francia, el Presidente Uribe, en nombre del Gobierno, tomó la decisión de darle este tratamiento al guerrillero ‘Isaza’.

“Hombre, Isaza, viaje a Francia y llévese a su novia”

Dicho tratamiento incluye que ‘Isaza’, si así lo desea, pueda viajar y radicarse en Francia, país que está dispuesto a recibirlo. Y que tal viaje pueda hacerlo junto con su compañera sentimental, una muchacha que había desertado de la guerrilla hacía tres meses.

Aparte de esto, también contempla que se le reconocerá una recompensa y se le asesorará para que arregle sus problemas jurídicos.

El mandatario le recomendó que viajara a Francia. “Hombre, Isaza, le aconsejo que se vaya, para que pueda comenzar una nueva vida y se olvide de esa tragedia que usted vivió en el monte”, le dijo Uribe.

Y agregó: “Vamos a ver cómo le ayudamos para que le reconstruyan el ojo, y pueda estudiar y consiga un trabajo. Francia está dispuesta a recibirlo. Llévese a su novia”.

“Cucho, yo lo voy a sacar a usted”

Dicha decisión la comunicó el Presidente al país, por televisión, desde Telepacífico. ‘Isaza’ apareció por primera vez en público. Tenía una curación en un ojo, que había perdido hace cinco años en un combate con el Ejército.

Como abrebocas, el Presidente presentó el video con los detalles de la conversación que acababa de sostener con el guerrillero. Luego narró los hechos y comunicó las decisiones mencionadas.

Explicó que ‘Isaza’ tenía una novia, una muchacha que había desertado de la guerrilla hace cuatro meses, quien podría acompañarlo en su nueva vida en Francia.

Además el Presidente refirió las palabras que ‘Isaza’ le dijo al doctor Lizcano, cuando tomó la decisión de ayudarlo a escapar: “Cucho, viejo, yo lo voy a sacar a usted”.

“Nosotros gozamos cuando un guerrillero rectifica”

Tras felicitar a los soldados y policías, al Ministro de Defensa y a los Generales (entre ellos el comandante del Ejército, general Mario Montoya, y el director de la Policía, general Óscar Naranjo), el Presidente hizo votos para que el doctor Óscar Tulio Lizcano, sometido a tratamiento médico, se recuperara del martirio que le dejó el secuestro.

“Nos da mucho gusto por la familia del doctor Lizcano y por la tranquilidad de los colombianos”, dijo.

Y se dirigió al ahora ex guerrillero de las Farc: “Isaza, muchas gracias. Esto es lo mejor que ha podido ocurrir. Nosotros no gozamos cuando se le da de baja a un guerrillero. Nosotros gozamos cuando ese guerrillero rectifica, abandona la acción violenta, se reintegra al mundo de la libertad, a las instituciones de su patria y a su familia”.

El Presidente añadió: “Mientras esta situación jurídica se resuelve, el Ejército lo tendrá a usted en las mejores condiciones. Hoy su patria lo ha rescatado a usted. Hasta esta madrugada, usted era una víctima del terrorismo, al cual quería servir. Desde esta madrugada, usted se ha reencontrado con su patria, que lo quiere y le ofrece todas las posibilidades”.

“Que esté ahora tranquilo en el sitio militar donde lo van a alojar. Llame a su familia. Que le den todas las posibilidades de verse con ella, con todos los miembros de su familia, con su señora. Vamos a tramitar, con ayuda de la Fiscalía, que usted pueda rápidamente salir para Francia con su señora. Ministro de Defensa: estamos en una crisis económica mundial, pero para esto tiene que haber. Esa recompensa la pagamos”.

Mensaje a los guerrilleros

Y de inmediato envió un mensaje a los guerrilleros: “Queremos invitar a todos los guerrilleros a que se desmovilicen. Estamos muy preocupados por quienes siguen secuestrados. Nuestra invitación a los guerrilleros es que sigan el ejemplo de ‘Isaza’. Abandonen la guerrilla y traigan consigo a los secuestrados”.

‘Isaza’ también grabó un mensaje para sus antiguos compañeros, en el que les dijo: “A los muchachos, mis compañeros, ¿qué les digo? Que tomen la misma decisión que yo tomé. Que no es lo que dicen los comandantes superiores a uno allá: que aquí lo torturan a uno, que lo meten a la cárcel, que todo eso. Seguramente eso es negativo.

“Entonces los invito, de todo corazón, a que se desmovilicen y se reintegren a la vida civil, como lo han hecho muchos, como lo hice yo. Que es la mejor salida para volver a vivir, porque allá no hay futuro, como supuestamente dicen que hay. La guerrilla, con el tiempo, al paso que va, se va a terminar la guerrilla. Porque cada día el Ejército va a estar más metido en las zonas, menos accesos de comidas, entonces no hay futuro allá. Y de todo corazón, repito, que se vengan, que aquí muchas oportunidades de muchas cosas”.

“Los queremos escuchar”

Concluía este capítulo feliz, pero seguía sobre la palestra la reunión con los delegados de los indígenas del Cauca. El Presidente aprovechó la ocasión para renovarles la invitación a dialogar: “Desde aquí quiero invitar de nuevo a las comunidades indígenas que están en el CAM. Muchos compañeros de Gobierno y mi persona hemos venido hoy a ese diálogo. Los queremos escuchar. Tenemos toda la voluntad de hacerlo. El Ministro del Interior había hecho un convenio de modo, sitio, transmisión, temas, oradores. Y lo que quiere el Gobierno es escucharlos. Escucharlos y darles unas respuestas. Invitamos, de la manera más respetuosa, más cordial, a que puedan asistir a este lugar, donde hemos llegado, de acuerdo con la oferta que se había hecho”.

Pero las noticias en este sentido no eran las mejores. La mediación de Mauricio Puerta y del Alcalde de Cali no logró su cometido. Los líderes indígenas no se ponían de acuerdo sobre el sitio donde se celebraría el encuentro con el Presidente. Algunos dijeron que podía ser el Concejo de Bogotá. El Presidente dijo: “Inmediatamente. Vamos para allá”. Pero al llegar allí, se le comunicó que a este lugar tampoco irían los indígenas. Entonces Uribe decidió ir a buscarlos a la plaza del CAM.

El Presidente, megáfono en mano

El Ministro del Interior, Fabio Valencia, y el Gobernador del Cauca, Guillermo Alberto González, fueron los primeros en llegar a la plaza. Cuando intentaron subir a la tarima, algunos indígenas, utilizando bastones de mando, con agresión de por medio, les impidieron hacerlo. Mientras tanto, algunos en la plaza gritaban: “¡Mátenlos, mátenlos”.

Y al saber que el Presidente se aproximaba, algunos líderes indígenas ordenaron desalojar la plaza, poniendo en movimiento los buses escalera que tenían parqueados en el lugar. Así que para cuando el Presidente arribó, muchos de ellos se habían marchado, quedando varios universitarios, quienes procedieron a proferir insultos contra el mandatario.

Al no poder subir a la tarima, megáfono en mano, desde un puente peatonal, el Presidente se dirigió a la gente, explicando el punto de vista del Gobierno, recordando que se intentaba engañar a los indígenas porque desde la diez de la mañana él había estado dispuesto para el diálogo en la sede de Telepacífico, tal como se convino de antemano, y reiterando que el interés del Gobierno era escuchar los reclamos de los indígenas y darles las respuestas del caso.

Si así fue el desayuno…

Debido a que los insultos arreciaban, el Presidente les dijo: “Esa berraquera que tienen, conviértanla en argumentos. Hombre, si eres de la universidad, ven a hablar a aquí”.

De igual manera, les increpó: “No me digan paraco, que así me dicen las Farc. Yo sí quiero que ustedes se diferencien de las Farc”.

Y finalizó, cuando intentaron presionarlo para una nueva reunión, este lunes, en el estadio Pascual Guerrero: “¿Para qué me invitan a dialogar mañana en el estadio, si vean el desayuno? El desayuno es de insultos. ¿Entonces cómo será el diálogo?”.

Con todo, algunos de los allí presentes subieron al puente y, por el megáfono, expusieron sus argumentos sobre el paro de corteros de caña y sobre la protesta indígena.

Al concluir, el Presidente invitó a los indígenas a un diálogo serio, el próximo domingo 4 de noviembre, bajo mínimas condiciones de seguridad para las dos partes.

Mensaje a los colombianos

Se creía que el Presidente viajaría de inmediato a Bogotá, donde este lunes le espera una intensa agenda desde las primeras horas de la mañana. Pero no fue así. Se dirigió a Telepacífico, donde, en un mensaje televisado a todos los colombianos, se refirió al retorno a la libertad del doctor Lizcano, al paro de corteros de caña y al frustrado diálogo con las comunidades indígenas del Cauca.

Sobre el caso del doctor Lizcano, reiteró lo que había dicho en su primera intervención. “A esta hora, el doctor Lizcano se recupera de ese estado anémico en que salió del cautiverio, aquí en una clínica de Cali. Y el guerrillero ‘Isaza’ recibe un tratamiento totalmente humanitario de parte del Ejército y de la Policía de Colombia”, dijo.

En relación con el paro de corteros de caña, el Presidente urgió a los ingenios y a los trabajadores a acelerar un acuerdo justo para las partes, con la garantía de que un organismo internacional como la OIT pueda hacer el seguimiento del caso para que lo que se convenga se cumpla.

“Colombia necesita fraternidad laboral. Colombia necesita prosperidad. No podemos tener unos ingenios desmotivados y unos trabajadores maltratados. Por eso se necesita esa equidad. Y se percibe hambre y muchas dificultades en la economía por la prolongación de esta enorme dificultad”, dijo el Jefe de Estado.

Mini-consejo comunal por TV

Respecto al frustrado diálogo con los indígenas, el Presidente hizo un recuento de los esfuerzos hechos desde el comienzo por el Gobierno para satisfacer las demandas de los indígenas, se refirió a los atentados contra miembros de la Policía (como el caso del intendente que perdió sus dos manos por un explosivo), contó las peripecias de este domingo en Cali para lograr un diálogo amable con los indígenas, y dio paso a varios de sus ministros y viceministros para que, cada cual en su área, expusieron los avances y retos del Gobierno en materia de tierras, TLC, Código Minero y seguridad social para los indígenas, entre otros temas.

Para culminar, el Mandatario expresó su deseo de reunirse con los indígenas, pero con unas mínimas condiciones de seguridad para las partes.

¿Cómo sería el formato? ¡El que sea!

Al respecto dijo: “Ahora, en la última reunión que tuvimos con los facilitadores de las comunidades indígenas, el Padre de Roux, el Padre Darío, el ex Ministro Juan Mayer y dos delegados de Naciones Unidas, el Gobierno expresó que tendría toda la voluntad de volver a un nuevo diálogo con ellos el próximo domingo en la ciudad de Popayán. ¿Cómo sería el formato? Yo dije: el que quieran. Simplemente esto: la Presidencia de la República va a exigir condiciones de seguridad para todos, porque les conviene a todos. Tienen que decir cuántas personas irían, en qué lugar nos reuniríamos para poder preparar eso debidamente, y los escuchamos con todo respeto, y respetuosamente les damos todos los argumentos”.

El telón bajó a las diez de la noche. Fueron doce horas de un domingo que salió como no se esperaba.

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