Bogotá, 29 oct (SP). “Muchas gracias. Me parece que esta es una idea muy sensata. Los felicito de todo corazón. Diría que el resultado más importante de la política de Seguridad Democrática es la desmovilización. Cuánto mejor desmovilizado que alguien dado de baja. Cuánto mejor un desmovilizado que un preso. Cuánto mejor para el futuro del país alguien que haya hecho la reflexión de abandonar la violencia, desmovilizarse y reinsertarse. Allí hay mucho menos riesgo de reincidencia.
Y cuando uno mira la política de seguridad desde el punto de vista de los intangibles, encuentra que de pronto hay intangibles más importantes que lo que es cuantificable. Un intangible: los colombianos hemos recuperado para el Estado el monopolio natural de combatir a los grupos violentos. Hoy en Colombia no hay grupos de organizaciones privadas criminales, creados para combatir otros grupos criminales. El Estado ha recuperado ese monopolio. Eso es bien importante.
También para la justicia. Los colombianos han perdido el temor a dar testimonio. Antes encontraban eso temible o inocuo, inútil. Hoy los colombianos dan testimonio. Lo que no podemos pasar es del exceso, del extremo cuando se le temía al testimonio, al extremo peligroso de llegar a manipular el testimonio por razones políticas, para tramitar nuestras animosidades, nuestras animadversiones políticas.
Otro intangible bien importante: los colombianos que miraban con mucha desconfianza las instituciones del Estado, que eran indiferentes o querían resolver el problema de seguridad por sí mismos, hoy tienen más confianza. Hoy tienen más confianza en las instituciones del Estado, en el colectivo. Hoy se acercan más a estas instituciones a demandar ese servicio de seguridad para proteger ese bien superior que es el bien de la seguridad, el bien de la tranquilidad.
Otro intangible: las víctimas. Las víctimas no se atrevían a reclamar porque temían o porque lo encontraban inútil. Hoy las víctimas encuentran que no hay por qué temer al reclamar sus derechos y que es útil hacerlo.
En el primer nivel de la agenda política nacional está hoy la reparación a las víctimas. Ahí es donde se hace un esfuerzo de reparación, se anula un germen de venganza o de odio.
El Gobierno produjo el año pasado el decreto que facilita la reparación por vía de conciliación administrativa. Y se está discutiendo con el Congreso el proyecto de ley. Ayer expresaba aquí a la Comisión de la Honorable Cámara que lo que son las normas para la indemnización, en virtud del principio de responsabilidad, están incorporadas en nuestro ordenamiento jurídico. Lo que necesitamos ahora entonces es complementar las normas para la reparación, en procura de la reconciliación, en nombre del principio de la solidaridad. Creo que la nueva ley debe ser soportada en el principio de solidaridad.
También expresé que podemos vincular en el mismo ordenamiento legal a las bandas criminales con los agentes del Estado. Si un agente del Estado comete un delito, la justicia lo tiene que juzgar implacablemente. El hecho de no vincular a esta ley a los agentes del Estado, no quiere decir impunidad. Lo que pasa es que los agentes del Estado tienen que responder es por el principio elemental de responsabilidad, que se deriva de la tarea que, de manera exclusiva, les asigna a ellos la Constitución, de portar las armas de la República, y no tienen que responder por solidaridad sino que tienen que responder porque tienen una responsabilidad mayor que el resto de los ciudadanos.
Además, desde otro ángulo, nos da temor que nivelar a los agentes del Estado, en el mismo texto legal, con los grupos al margen de la ley que han venido delinquiendo en Colombia, es afectar el honor militar, como se dijo en el pasado, cuando los quisieron nivelar en materia de otorgamiento de amnistía e indulto. Y es también entrar a desmotivarlos. Un país que tiene que deshacerse de los grupos irregulares y que su único camino es el fortalecimiento de la institución armada constitucional, no puede de ninguna manera poner a riesgo la voluntad, la determinación de firmeza de la institución armada.
Y me parece que es muy acertado pensar para la reconciliación nacional en poner a trabajar conjuntamente a quienes han sido víctimas y victimarios. No hay mejor principio en administración, en gerencia y en liderazgo, que mostrar pequeñas metas. Las pequeñas metas van alimentando los grandes objetivos. Si logramos mostrar pequeñas metas, eso nos va diciendo que sí es posible. Ojalá rápidamente, después de esta firma, se pudieran mostrar pequeños logros, para que esos logros fertilicen la posibilidad de llegar a metas todavía más ambiciosas.
Muchas gracias, doctora Patricia Helena Perdomo. Muchas gracias, doctor Frank Pearl.
Muchas gracias a todas las instituciones internacionales que nos ayudan en este gran desafío y a todas las instituciones nacionales. Muchas gracias a todos los integrantes de la Comisión Nacional de Reparación y a todo el equipo que apoya a Frank en el tema tan delicado, tan difícil, tan costoso, de la desmovilización y la reinserción. A todos, muchas gracias. |