Por Mauricio González
Valledupar, (Cesar) 6 sep (SP). El río Guatapurí, que baña a Valledupar, evoca leyendas vallenatas, historias de romances y paisajes inolvidables para la gran mayoría de cesarenses. Pero para unas cuantas familias de esta capital, las orillas del afluente significaron su única posibilidad de techo y, a la vez, una amenaza que sentían todos los días, por cuenta de las fuertes crecientes.
El sábado 6 de septiembre de 2008 será inolvidable para 300 familias de esta zona, pues recibieron las llaves de su nueva casa, ubicada en tierra firme, en el barrio Populandia.
Estas familias hacen parte de 1.200 hogares incluidos en el proceso de reubicación liderado de manera decidida desde hace cuatro años por el Gobierno Nacional, con el apoyo de la Gobernación del Cesar y de la Alcaldía de Valledupar.
Hace tres años, el Presidente Álvaro Uribe entregó la primera etapa de Populandia. Otras familias están ubicadas en el proyecto habitacional Mareigua y otros tantos esperan con ansiedad la construcción de una nueva etapa, que les abrirá la oportunidad de tener una casa subsidiada para dejar atrás la pesadilla de habitar en una zona de emergencia.
De esta manera no solo se benefician las familias reubicadas. También se beneficia el medio ambiente, ya que la administración local recuperará esos terrenos que le pertenecen al Guatapurí y extenderán en la margen recuperada el Parque lineal Hurtado, el cual se ha convertido en pulmón de aire para la región, en su primera etapa construida.
Lizeth García Román es una de esas personas que hoy tiene la alegría de estar en su nueva casa en Populandia, luego de vivir durante 7 años en la peligrosa vecindad del Gutapurí.
Ella es madre soltera de seis hijos y llegó a vivir al lado del río después de haber sido desplazada de su hogar, en Casacará (Cesar), por grupos armados ilegales que asesinaron a varios miembros de su familia.
"Valledupar era una tierra nueva para mí. No conocía. Tenía que vivir en algún sitio y por consejo de otra persona desplazada pude obtener mi lote a un bajo costo", comenta Lizeth, con una sonrisa de satisfacción por tener un techo seguro para sus seis niños.
Lizeth también deja atrás los días de terror que le producían las culebras y otros animales que invadían su casa, arrastrados por la fuerte corriente del agua. "A pesar del miedo que me producían estos animales, tenía que sacarlos yo misma cuando el nivel del agua bajaba, para que no le hicieran nada a mis hijos", relata.
Rocío Costa González es otra madre soltera que desde hace cerca de diez años habita en la zona.
A pesar de las circunstancias, cuenta, con orgullo, cómo levantó a tres hijos en una zona de riesgo, no solo porque el río se los podía llevar con todo y pertenencias, sino por el peligro que representa la delincuencia que ha llegado a invadir la zona, junto a la pobreza y las pocas oportunidades que representa habitar en esta margen del Guatapurí.
Hoy Rocío tiene una hija de 13 años y las dos vivirán en su nuevo hogar, en Populandia, lejos de las crecientes del afluente, de los peligrosos animales que arrastraba el río y de las enfermedades que les producía vivir en una zona de riesgo.
"Los primeros días fui reacia al cambio. Solo me convenció una inundación que desprendió la mitad de lo que era mi hogar, al lado del río. Hoy, gracias a la iniciativa del Gobierno, ya pasamos la tormenta", asegura. |