Escuche Radio Nacional de ColombiaBoletín de Noticias - SP - Correo Presidencia Video Audio Ir al inicio Noticias Fotografía Mapa de Sitio
2002 - 2003 - 2004 - 2005 - 2006 -
2007 - 2008 - 2009 - 2010

Septiembre 2008
Enero
Febrero
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
Octubre
Noviembre
Diciembre
L M M J V S D
1 2 3 4 5 6 7
8 9 10 11 12 13 14
15 16 17 18 19 20 21
22 23 24 25 26 27 28
29 30          
 
 

Secretaría de PrensaNoticias 5629349

     
   
   
 
Septiembre 10

Palabras del Presidente Álvaro Uribe Vélez durante encuentro con líderes de la Academia

El Presidente del Consejo Directivo del Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa), Santiago Perdomo Maldonado, hace entrega de un pergamino como reconocimiento por ser el Gran Líder de Colombia 2008, al Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez.
Foto: Miguel Ángel Solano - SP

 

Bogotá, 10 sep (SP).- Las siguientes son las palabras del Presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez, durante la instalación del encuentro con líderes de la academia, organizado por el Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa).

“Hoy asistimos en la Presidencia de la República al lanzamiento de un libro bien investigado sobre el ex Presidente Carlos Lemos Simmonds. Y cuenta el libro, que cuando el Presidente Lemos, entonces Canciller regresaba de la OEA (Organización de Estados Americanos), donde fue una voz diciente, porque cuando Argentina atacó las Malvinas, en búsqueda de recuperarlas. Entonces en la OEA se activó lo que se llama el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca, según el cual cuando un país de la región sea atacado los otros deben concurrir a defenderlo.


Todos votaron en favor de que se aplicara y Colombia ejerció el derecho al veto y dijo: No, Nosotros no podemos entrar al continente en esa aventura. Los años siguientes le dieron la razón a Colombia.

Esa fue una decisión muy valerosa de Lemos, y cuando regresó al país le hicieron un gran homenaje, y homenajes para qué, si yo estoy simplemente cumpliendo el deber, dijo.

Doctor Mauricio y doctor Santiago, yo recibo con enorme compromiso este reconocimiento de la Universidad. Yo simplemente estoy cumpliendo el deber que lo ha hecho posible la generosidad de mis compatriotas, me compromete mucho con la Patria.

Acudo a esta Universidad con mucho respeto. Profundo respeto por todos ustedes, por sus condiciones académicas, por su ex rector, el doctor Marco  Fidel, por su rector, el doctor Mauricio.

Tuve oportunidad muchos años de trabajar con el doctor Marco Fidel. Era yo congresista y trabajábamos y ayudada mucho en la Ley 50 del 90, después en la Ley 100 del 93, siguieron muy de cerca él y el grupo comandado por el doctor Hernán Echevarria Olózoga, todo nuestro paso por la Gobernación de Antioquia, las reformas al Estado y le tengo mucha gratitud a lo largo de mí carrera pública.

Mauricio Rodríguez Múnera, yo diría que es un colombiano ejemplar, por su capacidad de estudio, por su mística, por su actitud amable. Yo nunca lo he visto en el debate con acidez, expresa sus ideas con gran espontaneidad, con gran convicción, siempre amable y constructivamente como lo requiere este país      

Y pregunto mucho sobre el Cesa. Permanentemente algunos compañeros del Gobierno y yo le preguntamos sobre el Cesa. Sobre la excelencia de esta Universidad, y esa excelencia está reflejada en ella. En sus condiciones para servirle a la Patria. Nos enorgullece mucho que una egresada de esta Universidad desempeñe un papel tan importante. Lo haya desempeñado en Bogotá y lo desempeñe para la Patria entera. Quiero también rendirle un homenaje a ella, porque uno lo que generalmente lo que hace con los compañeros de Gobierno… Yo soy un viejo regañón, yo lo que hago es regañar y llamar la atención, y se burlan de mi porque dicen siempre, siempre le queda faltando un pedacito, le queda faltando un pedacito. Pero yo sí quiero hoy, creo que es el mejor sitio de todos, en su Universidad, hacerle un homenaje a Alicia por todo su patriotismo. Infundirlo en su hogar y afirmado en esta Universidad.

Déjenme enmarcar estas ideas como en un menú, y entramos al diálogo con ustedes.

Uno de mis autores favoritos de administración y liderazgo es Jhon Kotter. Yo creo que planteó muy bien los ocho elementos del cambio, en el primer libro “El Liderazgo del Cambio” y después vino el otro, “El Corazón del Cambio”, donde maneja toda esa parte emocional para producir el cambio.

Después publicó ese libro bellísimo de “La Lucha de los Pingüinos”, organizándose todos para protegerse del deshielo. Y recientemente ha publicado un libro bien importante,  llevo dos sesioncitas leyéndolo, voy a ver como lo termino por ahí en los aviones que le llama “Urgencia”. Y me tiene muy pensativo, porque dice: no sé puede entrar en estados de complacencia. No sé puede tener la equivocación de definir como urgente lo que no es urgente.

Y hay que tener un gran sentido de acierto para definir lo urgente. Sí el país ha progresado pero es mucho más lo que falta. Y tenemos unos retos bien grandes con las dificultades de este año en la economía mundial.

Anoche leía un estudio del doctor Hugo Lora, donde dice, para el continente y para el mundo lo peor está por llegar. No podemos estar en estados complacencia. Hay que estar pensado siempre en todo lo que nos falta. En un país con tantos problemas como Colombia, los éxitos no deben durar sino cinco minutos. Hay que celebrarlos un momentito y emprender inmediatamente la lucha para seguir superando dificultades.

Ayer le decía yo al Ministro Plata, me llamó de Washington muy emocionado y me dijo: aquí les voy a pasar a quines dirigen en el Banco Mundial el Premio Doing Business, por segundo año consecutivo Colombia gana esa distinción. Aumentamos 13 puestos. Somos el primer país latinoamericano en la calificación mundial de Doing Business, del Banco Mundial. Solamente nos gana Chile y le hemos descontado muchos puestos, y vamos muchos más adelante que Chile, que Brasil, etc.

El año pasado cuando nos dieron ese premio, yo dije, bueno entonces vamos a hacer una cosa. En este punto cual es la ciudad líder, Pereira; en este punto, Bogotá; en este punto tal otra. Vamos ahora a hacer unas nuevas reformas para que las otras ciudades vean a estas como los puntos de referencia y avancen.

Y ayer le dije por teléfono al Ministro Plata, pues ya usted celebró allá el nuevo premio Ministro, aquí te espero para que fijemos la agenda de las nuevas reformas en este año, a ver si el otro año te lo vuelves a ganar. No puede haber estados de complacencia.

Tampoco falsas urgencias. La verdad es que algunos dicen que yo soy malhumorado, los que me quieren dicen, no es que él se le sube, pero también se le baja. Otros dicen que soy frentero. Otros dicen que le salgo a todo. Y he estado pensado mucho sobre la necesidad del liderazgo político en este caso, aquel liderazgo que por voluntad del pueblo me toca ejercer. No se equivoque en falsas urgencias.

Uno de pronto entra en debates que no son las prioridades nacionales. Y hay que señalar cuáles son las verdaderas urgencias del país.

Yo he creído que la gran urgencia del país es mantener un proceso dinámico de construcción de confianza en Colombia. Sobre esos tres pilares que son la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social.

Y me preocupa muchísimo porque el tema de la seguridad democrática no era bien visto en Colombia. Aquí se creía que lo importante, que lo que daba prestigio, lo que daba opinión era tratar de dialogar con los violentos.

La seguridad democrática se tomaba como un camino a la dictadura, como algo contra la civilidad, como una posición ideológica de derecha. Y mientras estaba en ese debate el país avanzaba postrado por el terrorismo. Entonces preocupa mucho continuar la seguridad democrática.

La confianza inversionista. El país nunca ha sido hostil a la inversión. Pero tampoco nunca le ha puesto todo el énfasis a la inversión. Nosotros hemos tratado de ponerle todo el énfasis a la inversión.

Y yo creo que esos son los dos elementos, seguridad democrática e inversión, que van creando un marco de prosperidad que puede ayudar a crear cohesión social.

Todo el mundo habla de lo social. No hay una campaña política donde lo social no sea lo fundamental, pero el porcentaje de ejecución de lo social es muy bajo. Finalmente, creo yo, que lo que puede hacer posible que el porcentaje de ejecución de social sea muy alto en la Colombia que esta por venir, es mantener un alto nivel de prioridad en la seguridad democrática y en la confianza inversionista.

Ahora, en un país de opinión, hacer sostenible esa dos políticas, necesitan un legitimador. Lo que no esté legitimado en la aceptación de la opinión no es sostenible en el largo plazo.

Entonces he creído yo que la cohesión social que construyamos con política social, es el gran legitimador de lo que son las políticas de seguridad democrática y de confianza inversionista, que deben ser las políticas de largo plazo.

Ahora, ¿quiere decir el largo plazo qué es continuidad estática? No, de ninguna manera. El país no puede tener ni estancamiento ni dar bandazos, tiene que estar haciendo ajustes permanentes.

Pero si ustedes recuerdan los primeros textos de competitividad del profesor (Michael) Porter. Él hablaba de la necesidad de tener un sendero, de moverse uno entre unas líneas y estar haciendo uno ajustes permanentes, pero dentro de esas líneas.

Leyendo yo eso que nos definió Porter he pensado que eso es la continuidad dinámica, tener unos principios fundamentales, moverse dentro de ellos, no estancarse, mantener un movimiento permanente dentro de ellos, pero tampoco salirse de las líneas, porque cuando se sale uno de las líneas, empieza uno a dar bandazos. Y lo propio con la confianza inversionista y con la política social.

Ahora, creo que nos toca hacer una gran pedagogía para inocular esos fundamentos en el corazón, en la razón de los colombianos, inocularlos, sembrarlos, y que en la medida que los sembremos vamos a tener muchos colombianos listos para liderarlos en esa materia.

Yo le decía esta tarde al doctor Fabio Echeverri, a mi me parece mucho más importante para el futuro del país tener muchas personas diciendo yo lidero la seguridad democrática, la confianza inversionista, la cohesión social, que perpetuar al Presidente.

Uno tiene que visionar el país. Creo que el país puede tener mucha más estabilidad política sí comprometemos y hacemos posible la elección de muchos más lideres para dirigir al país por esa senda, sin perjuicio de que todos los días se estén introduciendo correctivos.

Porque la vida, en lo privado es como en lo público. La vida es un proceso permanente de acometer y rectificar; uno lo más difícil en la vida es ser autocrítico, sobre todo cuando uno es combatiente, porque cuando uno es combatiente corre el riesgo que la energía, la emoción que lo impulsa a llevar a la práctica sus pensamientos, sea la misma emoción, la misma energía que le eleve la soberbia, hasta el punto de no dejar que prospere al autocrítica.

Por eso, otro esfuerzo que uno tiene que hacer, apreciados jóvenes es que a mi me es muy difícil, y le pido a Dios que me lo ayude a hacer, es establecer la diferencia entre un torrencial de energía que se necesita para no sentir cansancio, para estar a toda hora tratando de hacer cosas buenas por el país, y al mismo tiempo, evitar que ese torrencial de energía, sea un energía estimulante de la vanidad, que se enceguezca, y no deje ver la necesidad de las rectificaciones, la necesidad de los caminos críticos.

Puntos para la confianza inversionista. Continuación de la seguridad, una Colombia garantista a la inversión. Eso no es un elemento hoy simple. Es muy importante por el debate político latinoamericano. Ustedes saben que hay países en Latinoamérica con hostilidad a la inversión, con incertidumbre frente a la inversión, regresando a monopolios empresariales de Estado.

Eso lo vivió América Latina y fracasó, y a uno lo preocupa que ahora lo quieran revivir.

Es importante estudiar esa historia del Brasil, prácticamente entre 1930 y los años 1970. El fracaso de la revolución estatista de (el General Juan) Velasco Alvarado en el Perú, el fracaso de la revolución estatista de Bolivia, de Paz Estensoro, de 1950–1952.

Yo creo que la historia todavía no ha dado su veredicto final, los hechos son aun recientes, y tendrá que contestar una pregunta: ¿Qué insidió más en el colapso de la Unión Soviética? ¿Qué influyó más en la caída del muro de Berlín? ¿Qué insidió más en el cambio de China de Mao Tse-tung a Deng Xiaoping, si la restricción de libertades o la mala calidad de vida, mala calidad de vida que tuvieron lo soviéticos; ¿por qué?, por la obsolescencia de un aparato productivo estatal que había montado Stalin.

Porque en los años anteriores a Stalin toda la revolución comunista tuvo buenos cuidados de no estatizarlo todo, pero el furor estatizador finalmente se impuso con Stalin.

Yo creo que lo mismo pasó en la China de Mao Tse-tung, con la llegada de Deng Xiaoping, y los alemanes del Este, a pesar del muro, se informaban de todos los avances en calidad de vida de los alemanes del Oeste, y que todos los días los del Este estaban más rezagados, en peores condiciones, simplemente atendidos por una obsolescencia del aparato productivo exclusivamente en manos del Estado.

Entonces, cuando hay esos peligros en América Latina, es importante decirle al mundo: No. Colombia, para confianza inversionista, repite que es un país amigo de la inversión, amigo de la inversión; que es un país garantista de la inversión. Con responsabilidad social.

Responsabilidad social que es transparencia, responsabilidad social es que es solidaridad con las comunidades, temas de medio ambiente. No se puede extraer carbón afectando a las comunidades.

Responsabilidad social que es equilibrio laboral, fraternidad laboral, no lucha de clases, no capitalismo salvaje. Yo creo que el país tiene un buen equilibrio laboral, lo más importante es estabilizar la legislación y cumplirla.

Hemos aprobado recientemente dos leyes que deben ayudar mucho a ese equilibrio. Una es la que le dice a las cooperativas de trabajo asociado: no las eliminamos, pero ustedes tienen que ser verdaderos prestadores de servicios, ustedes no pueden ser meros intermediarios laborales. Ustedes cooperativas no pueden servir para que se eludan las prestaciones de los trabajadores.

Y la otra, sobre el derecho de huelga, que el Ejecutivo cede la prerrogativa de calificar si una huelga es legal o ilegal. La nueva ley dice que es la justicia la que va a calificar la ilegalidad de la huelga.

Y también, el Ejecutivo cede la prerrogativa que él tenía de declarar una huelga a los sesenta días de obligar a suspenderla, y de sustituirla por un tribunal de arbitramento. De ahora en adelante tiene que ser el acuerdo de trabajadores y empresarios el que le ponga fin a la huelga, y el que convoque el tribunal de arbitramento.

Yo creo que Colombia ha logrado una legislación laboral bastante equilibrada. Y por eso es bien difícil atender el reclamo que algunos hacen. Sería bueno de pronto examinarlo esta noche, de eliminar los parafiscales para poder avanzar más en generación de empleo.

Para confianza inversionista el país tiene que avanzar en el saneamiento macroeconómico. Hemos reducido el déficit, el endeudamiento, pero todavía hay un trecho por recorrer. No tenemos todavía el grado de inversión. Me preocupa porque a ratos ve uno los mercados desconectados de las realidades sociales.

Hemos adelantado una reforma al Estado importante, pero todavía faltan muchas entidades. Hemos adelantado la reforma de Telecom, pero, esta tarde le decía al doctor Fabio Echeverri, que es nuestro representante en esa Junta, el nuevo paso de Colombia Telecomunicaciones tiene que buscar asociarse con la telefonía móvil. No puede haber estancamiento, no puede haber complacencia.

Hicimos primero dos reformas en Ecopetrol, la laboral y la pensional; pero después vino la de la capitalización. Estamos haciendo todas las reformas en el sector eléctrico, las clínicas del Seguro Social.

Ustedes van a las clínicas el Seguro Social de Bogotá, y como muchas del país, no todas, las encuentran reformadas, yo creo que en un proceso bastante trascendente de superación; porque se las quitamos a esa mezcla nefasta entre politiquería y excesos sindicales. Y entregamos las clínicas del Seguro Social de Bogotá a una sociedad de Hermanos de San Juan de Dios, la Universidad del Rosario y la Caja de Compensación Compensar.

Todas estas reformas se han hecho desafiando radicalismos ideológicos que las impedían. Si hubiera sido por el radicalismo ideológico, no habríamos hacer la de Ecopetrol y la de Telecom, ni la de las clínicas.

Pero miren dónde nos hemos puesto: tampoco nos hemos ido al extremo de destruir al Estado, yo diría que hemos logrado una cosa equilibrada. No hemos destruido al Estado, pero sí lo hemos reformado.

América Latina tuvo una década, dos décadas, de furor para desmantelar el Estado, y ahora quiere entrar en el nuevo furor del estatismo. Lo que nosotros hemos dicho es: el tránsito no puede ser de la dictadura del burocratismo a la ausencia del Estado. El tránsito tiene que ser del Estado burocrático, del desgreño administrativo, a un Estado comprometido con la comunidad que le sirva todos los días más a la comunidad.

Tengo muchos deseos de que el pueblo, mis compatriotas de Bogotá, empiecen rápidamente a percibir, por ejemplo, la reforma de las clínicas del Seguro Social en la ciudad, en calidad de servicio para todos.

Yo creo que la reforma administrativa tiene que examinarse más por los economistas, porque cuando se habla del tema del gasto público en Colombia, no se valora lo que ha evitado la reforma administrativa. Yo creo que el país estaría en una situación fiscal inmanejable, si no hubiéramos hecho la reforma administrativa.

Les voy a dar dos cifras: la capacidad de inversión de Ecopetrol era de 500, 700 millones de dólares, ahora tiene una capacidad de inversión al año superior a cuatro mil millones de dólares. Sin afectar el presupuesto nacional, sin afectar el endeudamiento de la Nación.

Colombia Telecomunicaciones, la vieja Telecom, no tenía con qué pagar pensiones, valen medio billón al año. Ahora las paga. De no haberse hecho la reforma, esas pensiones las tendría que pagar el fisco nacional. Ahora agrega valor, y ahora está haciendo unas inversiones en el cuatrienio de ocho billones de pesos. ¿Qué habría pasado sin esa reforma?

La reforma del sector eléctrico. El país, en el proceso de instalación de todas las hidroeléctricas y de las generadoras llegó a un problema, llegó al problema de que el sector eléctrico representaba el 27 por ciento del endeudamiento de la Nación, hoy el 3. Y acabamos de adjudicar la instalación en Colombia de una capacidad de generación de cuatro millones de kilovatios, sin comprometer un peso del Gobierno Nacional, ni un peso del endeudamiento público. Todo lo van a hacer las propias empresas, nacionales e internacionales.

¿Por qué?, porque confían en Colombia, porque Colombia está abriendo mercados de energía, porque encuentran que en Colombia hay muy buena gerencia, hay con quien hacer socios, muy buena clase trabajadora, una legislación laboral equilibrada.

Porque los hemos estimulado con los incentivos tributarios, todas las nuevas generadoras de energía se pueden instalar en Colombia como Zonas Francas. Entonces, todos esos equipos que necesitan comprar los pueden traer sin arancel, sin IVA y no van a pagar la tarifa ordinaria del 33 por ciento, en que habrá de quedar la tarifa de renta mayor, sino del 15 por ciento, porque pueden firmar los contratos de estabilidad de reglas con el Gobierno.

Y porque dentro del sistema creamos la tarifa por disponibilidad. Se instala una generadora, tiene una capacidad de ofrecerle al mercado tantos kilovatios de energía en firma, y así no los despache, por la sola circunstancia de tener esa posibilidad tiene una remuneración, que la paga el sistema.

Toda esa reforma administrativa nos va ayudando, como nos ayudan los incentivos tributarios, que es un debate bien importante para dar en la Universidad.

Cuando nosotros planteamos lo de los incentivos tributarios, encontramos oposición en sectores del Gobierno, en autoridades económicas, en analistas de la economía, en círculos académicos y en sectores de la clase política.

Leía uno los ensayos del Banco Mundial, y ahí hay literatura para todo. Algunos ensayistas dicen que la inversión sí es sensible a los incentivos tributarios, otros dicen que no. Lo que nosotros vimos fue la práctica.

Entonces dijimos: ¿cómo no los vamos a introducir, si tantos países los tienen? Y entonces introdujimos una serie de incentivos tributarios sectoriales y otros generales. Uno general, toda nueva inversión que se hace hoy en Colombia tiene una posibilidad de deducción tributaria del 40 por ciento. Usted invierte cien, puede deducir cuarenta de su renta líquida gravable.

Lo de las Zonas Francas. El país había acumulado en su vida once Zonas Francas, ahora con la nueva legislación ya tiene 36 aprobadas. Y creo que eso va a ayudar mucho, va a ayudar mucho en la generación de empleo de alta calidad, en la capacidad exportadora, en el camino hacia los nuevos productos que tienen que incorporarse a la canasta de oferta del país.

Incentivos específicos al turismo. Eso está ayudando a los parques ecológicos, de turismo ambiental. Está ayudando a que en el país se construyan 2007 y 2011, catorce mil habitaciones hoteleras.

Incentivos a la energía alternativa, que a los biocombustibles, a la energía eólica, a los cultivos de tardío rendimiento. Tenemos fe que eso es bueno. Y hay una discusión: no, es que Uribe le da regalos a los ricos. La idea nuestra es estimular la inversión. Y discrepamos de otras maneras como eso se ha hecho en diferentes partes del mundo.

Por ejemplo en los Estados Unidos, lo que hizo en la administración del Presidente Ronald Reagan, y en alguna forma en la administración George Bush, es bajar las tarifas de manera general para todo el mundo, nosotros creemos que un país, urgido de formación de capital físico y de capital humano, lo mejor no es bajar las tarifas para todo el mundo porque uno no tiene la certeza de que todos los beneficiados con esa reducción de tarifas inviertan.

En cambio cuando se dice: no, el incentivo no es para todo el mundo, el incentivo es para quien invierta, eso ayuda a que crezca la formación de capital humano y de capital físico.

Y hay viene otra discusión, ¿son esos incentivos indicados para estimular el empleo? Algunos dicen que no, yo particularmente, sin ser economista, creo, estudiando lo que dicen los economistas, cotejando la teoría con la práctica, que en una economía abierta, los únicos incentivos al empleo son los incentivos a la inversión, pero ahí hay un debate bien importante para la academia.

Y muchas cosas que faltan, por ejemplo, para avanzar en competitividad. El País tiene que avanzar en una revolución educativa permanente e integral.

Integral es escolarización de primera infancia, es incentivar el espíritu investigativo desde la primaria, es lograr la plena cobertura en educación básica en el 2010, es lograr una cobertura universitaria del 35 por ciento en el 2010, venimos del 22 por ciento.

Es seguir con un gran esfuerzo en formación técnica vocacional, es masificar la enseñanza de la segunda lengua. El Sena está ayudando mucho, el Sena ha pasado de formar en formación vocacional 1 millón 100 mil colombianos al año, este año estará cerca de 6 millones, daba 5 millones de horas de enseñanza, este año debe dar unos 15 o 16 millones de horas de enseñanza, está avanzando muchísimo en formación a distancia vía Internet.

Vamos aparte, a tener 1 millón de colombianos estudiando ingles a través de Internet por programas del Sena gratuitamente, ya tenemos casi 400 mil.

La mayoría de los profesores son de San Andrés, compatriotas isleños que nacen con dos lenguas maternas, el español y el ingles, por ahora lo estamos haciendo con un Internet satelital, pero ya se abrió la licitación para un cable submarino a ver si hacemos del archipiélago una gran potencia en materia de conectividad.

El avance en conectividad es otro requisito fundamental para que el País sea más competitivo.

Y un cuello de botella, que es la infraestructura. La infraestructura física en lo cual hay unos esfuerzos bien grandes, pero los resultados se van a demorar.

Y también una infraestructura que hay que situarla en las dificultades de Colombia. Yo veo que el gran problema de infraestructura hoy de Chile es poner a funcionar el Transmilenio de Santiago, pero nosotros estamos haciendo, con el que empezamos hoy en Soacha, 10 transmilenios en Colombia.

Santiago de Chile está a 140 kilómetros del mar. Había unos morritos y se les metió que eran esas cordilleras altísimas que había que hacer unos túneles.

Nosotros de aquí a Buenaventura tenemos 580 kilómetros, una situación geológica muy difícil. Ya tenemos contratada la doble calzada en todo el trayecto salvo entre Armenia y la Paila, y salvo 14 kilómetros que nos falta por contratar entre Buga y Buenaventura.

Bogotá - Santa Marta hay mil kilómetros. En los próximos días nos entrega el Banco Mundial la estructuración de esa doble calzada, o sea que aquí hay unos retos bien grandes en materia de infraestructura.

Todos estos son temas del debate, por ejemplo el debate: ¿la política social que hace el Gobierno es paternalista asistencial o estructural?

Antes decían: es que no hay política social, el tipo lo que quiere es la guerra y ahora dicen: no, el si está avanzando en política social pero es para la reelección.

Y entonces viene el tema de la crítica: Tres millones de familias en acción, ¿eso es un programa social estructural o asistencialista?

Yo creo que eso es un programa estructural, porque eso está vinculado, eso es un subsidio condicionado a las familias más pobres.

Ustedes reciben este apoyo, pero demuestran que los hijos están asistiendo al colegio. Eso ha disminuido mucho la deserción escolar.

Cuando la familia pobre puede educar sus hijos, como lo dice Alicia, esa familia encuentra que sus hijos no están condenados a ser pobres, que el camino educativo puede ser el gran camino de la reivindicación de esos niñitos.

Por eso nosotros decimos que todos los programas nutricionales de apoyo, la gratuidad educativa, etcétera, que giren alrededor de la educación son los llamados a cambiar la estructura de ingresos en el País, a construir un país de cohesión social.

Pero en eso hay que persistir porque los resultados no se dan de la noche a la mañana.

Claro que tenemos unas políticas sociales asistenciales, como la de los ancianos. Es que el País apoyaba 60 mil ancianos, hoy apoyamos 837 mil, y hay 2 millones de ancianos pobres en Colombia.

Yo reconozco eso es asistencial, pero ¿qué democracia puede avanzar con dos millones de ancianos abandonados?

Pero son temas bien importantes de discusión y tienen la palabra ustedes apreciados miembros de esta gran comunidad universitaria”.