Neiva, 26 sep (SP). “A mis compañeros de Gobierno y a mí nos da mucho gusto venir esta noche al Huila a unirnos a ustedes en el homenaje al Presidente del Congreso, en buena hora elegido para que el Congreso de la República adquiera en el corazón de los colombianos el pedestal de respetabilidad que se necesita en la democracia.
Esta tarde, cuando aterrizábamos en Neiva, veíamos brillar el Río Magdalena. Un Huila de muchas tonalidades de verde. Estaba verde el Desierto de la Tatacoa y todas las vegas del Río Magdalena y de los afluentes, con unas cosechas de arroz impresionantes. Casi totalmente descubierto el Nevado. Este Valle del Magdalena, de ladera de la cordillera a cuchilla de la cordillera, totalmente brillante, como sus gentes, como el Presidente del Congreso de la República. Totalmente firme este valle, como el carácter de los huilenses para defender a lo largo de la historia sus derechos.
La única virtud que reclamó es la de amar a Colombia. La mayor felicidad de mi vida es encontrarme periódicamente con mis compatriotas para examinar sus problemas y buscar soluciones. Y pienso, con desvelo, pienso largas horas en la noche sobre cada de las regiones de la Patria. Y digo: cómo logra uno definir a los huilenses: trabajadores. Tienen carácter, pero al mismo tiempo son tan amables. Han sufrido tanto y no han perdido la espontaneidad. Se enfrentan cuando tienen que enfrentarse, pero siempre se unen cuando se trata de destacar los valores de la tierra, como están hoy aquí presentes todas las tendencias políticas para rendirle este homenaje al hijo del Huila, Presidente del Congreso, el doctor Hernán Andrade.
Quiero destacar algunas de las muchas virtudes del Presidente del Congreso: la solidaridad con sus gentes y la constancia para trabajar por ellas. En todas las malas horas del Huila, la primera llamada que he recibido para darme la noticia del infortunio, es de Hernán Andrade. Cuando las manos asesinas cegaron la vida del ex gobernador Jaime Lozada, el primer teléfono que se comunicó con el que yo manejo, fue el teléfono del senador Andrade.
Cuando una noche veníamos a Neiva para esperar un Consejo Comunitario del siguiente día, el primer informe sobre la casa bomba que estalló en el aeropuerto, que estaba preparada contra el avión presidencial, que cegó la vida de la Directora de Fiscalías, de muchos policías y de muchos ciudadanos, fue el informe del senador Andrade.
Cuando vino la inundación y el envenenamiento por los gases y los tóxicos de la erupción del Nevado, que causó tanto daño a la piscicultura de Betania, la primera voz fue la del senador Andrade.
Cuando el terrorismo ha asesinado a los concejales aquí cerca de Neiva, en cualquiera de los municipios, en Algeciras, o en otro de ellos, la primera voz, la del senador Andrade.
Pero él también tiene otra característica del servidor público. Para él no hay domingos, ni dominicales, no hay horarios para darle larga a la pereza. Cualquier domingo a las 6:30 de la mañana suena un teléfono celular, que me alcanzan, y es el senador Andrade para hablarme de la necesidad de que se negocien las condiciones equitativas para la represa del Quimbo.
Otro domingo me llama, con mucha energía pero con queridura, porque él sabe combinar la energía y la queridura, a decirme que esta muy bravo con el Ministro de Obras porque se han adelantado una serie de carreteras en el Huila, pero que faltan otras muy importantes para unos municipios, y que él le ha incumplido la promesa.
Y otro domingo me llama para decirme que está en Pitalito, que va bien la carretera a Mocoa, pero que hay que llevarla hasta San Miguel, y que no la podemos dejar en San Miguel, que hay que buscar el dinero para pavimentar esos 139 kilómetros, que la hemos llevado hasta Puerto Asís, pero que hay que llevarla también pasando por varios municipios del Putumayo, desde Santana hasta el Puente Internacional de San Miguel.
Es un vigía insomne luchando por este departamento. Tiene esos dos méritos: es el primero en acompañar a sus conciudadanos en la hora de la tristeza y del dolor, y es el primero en abogar por los intereses superiores de su tierra.
Compatriotas del Huila: los gobernantes no podemos quedarnos tranquilos, porque ha mejorado la seguridad. Uno tiene que vivir exigiéndose más.
Por eso, al desmontar hoy del avión, les decía a los señores coroneles, Comandante encargado de la Brigada, Édgar Noe Díaz, y Eduardo Carrillo, Comandante de la Policía del Huila: ‘Apreciados coroneles, por allá entre Antioquia y Chocó se le dio de baja a un bandido a quien se le conocía con el sobrenombre de ‘El Paisa’, pero por allí queda otro, el de la Teófilo Forero. No me dejen terminar la Presidencia sin que ese bandido esté en la cárcel’.
Y se me acercan compatriotas del Huila y me dicen: ‘Presidente, hay que ajustar porque nos llegan cartas de extorsión’. Vamos a capturar a todos los extorsionistas. Ha sido muy dura esta lucha contra la extorsión en el Huila, pero lo grave, lo grave sería desmayar.
Y hay que seguir trabajando por la inversión. Nosotros tenemos tres elementos fundamentales en nuestro Gobierno: la seguridad democrática, la confianza inversionista y la cohesión social. Políticas que, en mi concepto, el país debe prolongar a futuro, sin perjuicio de que se les introduzcan ajustes.
Porque en una nación con tantas dificultades, se necesitan políticas esenciales de largo plazo, pero también capacidad dialéctica para introducir ajustes que las mejoren sin renunciar a mantenerlas.
Ya va llegando la inversión al Huila. No nos podemos desesperar. Obtener confianza en las zonas que más afectadas han sido por la violencia, no se da de la noche a la mañana. Juntar los capitales para desarrollar esas inversiones es una tarea que toma tiempo. Hay que perseverar.
Creo que las cosechas, las inversiones en comercio, las inversiones con agregado industrial, van llegando al Huila y ya se anuncian otras muy importantes en el sector turístico.
Hay que tener fe. Hay que perseverar.
Y eso nos permite avanzar en cohesión social, en más Familias en Acción, en más Familias Guardabosques, en poder consolidar y despejar el camino financiero del Huila, con ciento por ciento de cobertura en el régimen subsidiado, como lo concibió el Gobernador Rodrigo Villalba Mosquera, y como lo ha mantenido como primer orden el diligente Gobernador del Huila, el doctor Luis Jorge Sánchez García.
Somos conscientes que en todo ello tenemos que trabajar, apreciados compatriotas el Huila. Que se han dado respuestas importantes, no hay duda. Pero siempre es más lo que se necesita.
Recuerdo aquellos primeros Consejos Comunitarios, esta tierra sitiada por la violencia. Y era de entenderse. Cuando vengo al Huila y me acompaña algún visitante que no ha venido al departamento, le digo: ‘Asómese por esta ventanilla’. Y le digo: ‘¿Alcanza a ver la cuchilla de aquella cordillera?’.
–Sí, como no. Allá la veo.
–Pues ahí estaba la zona del despeje.
Esos bandidos miraban de noche y de día, desde allá, con risa desdeñosa, a Neiva y a las gentes del Huila. Eran unos terroristas con las fauces abiertas desde esa cordillera, para venir aquí a atrapar, en su delirio delincuencial, la libertad de mis conciudadanos del Huila.
Momentos muy difíciles que estamos superando, pero hay que persistir.
Veamos los nuevos temas.
En las últimas reuniones se habló de la necesidad de que concluido el Plan 2500, avanzáramos en las vías de competitividad.
Mis antecesores en el uso de la palabra se han referido a la decisión tomada entre el Gobierno y el Congreso, para que en los próximos días se abran las licitaciones ya en curso para las dos vías que comunican al Huila con el Cauca, a las cuales se refirió ampliamente también el buen amigo, hombre firme, el senador José Darío Salazar, y los kilómetros que faltan en la vía de Colombia en el Huila a La Uribe en el Meta.
Son de gran importancia. Es la comunicación de la llanura oriental de la Patria, es la ruta del Orinoco y del Arauca, de Caracas a la cordillera colombiana, del oriente de la Patria al Magdalena y del Magdalena al sur de país, al Ecuador, al Perú, o del Magdalena. Otros caminos bien importantes para el Pacífico.
Vías de Competitividad.
Confío que en los próximos meses podamos ver adjudicadas las licitaciones, suscritos los contratos, darle largada a la maquinaria para que empiecen a ejecutarse esas vías.
La carretera que sale de La Plata a Inzá – Totoró – Popayán. Y la carretera por Isnos – Paletará – Popayán, que, a propósito, qué bueno tener la oportunidad en las próximas semanas, cuando las nubes lo permitan, de mirar, así sea desde un helicóptero, ese, que es uno de los paisajes más bellos del mundo, y que va dejando suavemente al sur, allá en el Macizo, la Laguna de La Magdalena, donde nace el Río de la Patria.
Y qué bueno poder ir a Colombia, Huila, a hablar sin arrogancia, pero con fe en Colombia, de la Seguridad Democrática, y a darle la largada a la maquinaria para que empiece a construir los kilómetros que faltan en la carretera a La Uribe.
Y ustedes hablan de nuevas vías. Los he escuchado con atención, desde que empezamos el Gobierno. A sus gobernadores, al doctor Rodrigo Villalba, al doctor Sánchez García, y permanentemente a su bancada parlamentaria, a su líder, al doctor Hernán Andrade.
Él esta noche ha hablado de la necesidad de rectificar y pavimentar la carretera de Neiva a San Vicente del Caguán, de gran importancia. No lo podemos emprender ahora, pero el país habrá de hacerlo.
Y es virtud de los dirigentes no solamente luchar por las exigencias del presente, sino otear el porvenir, para planificarlo, llamar la atención sobre sus imperativos y empezar a buscar para que salgan adelante.
Todo esto se logra, lo de hoy y lo de mañana, si el país se mantiene en una ruta de progreso.
Y ahora hay que poder mucho cuidado. La economía mundial nos ha sorprendido con una crisis, que en concepto de algunos puede ser tan grave como la de 1930, del siglo pasado.
Esta mañana, reunido con los compatriotas de la justicia les decía: ‘Apreciados compatriotas, aquí hay es afecto por ustedes. Uno quisiera resolver todos los problemas sociales de la Patria. Que haya una Patria con debate político, pero que la confrontación social de la Patria todos los días sea menor. Está bien el debate de las ideas, pero que haya armonía social’.
Y le expresaba a uno: ‘¿Usted cómo se llama?’. Me dijo: ‘Yo soy Tarcicio, represento a los empleados de la Justicia, Presidente. Porque ganamos muy poquito’.
Me hizo unas cuentas y le dije: ‘Tarcicio, yo no me opongo a la justeza de la causa de ustedes, pero recuerda lo que ha hecho este Gobierno por ustedes. Nosotros, en este Gobierno, no los hemos engañado con esa mezcla que son los piropos y el incumplimiento. Hemos tomado cuatro decisiones serias por la Justicia, y las hemos honrado y casi hemos duplicado su presupuesto, pero hay que poner mucho cuidado, Tarcicio. Me imagino que tú has sido buen pagador’.
Y me dijo: ‘Sí, Presidente’. ‘¿Qué tal que te ocurriera esto? Que vayas a un banco aquí de la Séptima y te digan: don Tarcicio, usted es buen cliente, buena paga, pero este banco se quebró, hoy no tenemos manera de prestarle’.
Eso es lo que les puede pasar a muchos países del mundo.
Todo mundo reconoce que Colombia nunca ha negado la deuda, nunca se ha atrasado. Es una gran tradición que ha logrado esta Patria a lo largo de todos los gobiernos. Se le reconoce. Pero qué tal que lleguemos a los mercados financieros internacionales y nos digan: ‘Señores representantes del Gobierno de Colombia, ustedes han sido muy cumplidos, Colombia es un país que paga a tiempo, gran cliente, lo que pasa es que ahora los banqueros nos quebramos y no tenemos manera de financiarlos’.
Y los mercados se conectan. Hoy están totalmente conectados. Un fracaso del mercado financiero mundial puede producir sus estragos en el mercado financiero interno.
Puede ser que lleguen a faltar los pesos para que los colombianos compren los títulos del tesoro del Estado colombiano, si esta crisis financiera internacional no se enfrenta, como esperamos que su principal causante, los Estados Unidos, la enfrente exitosamente. Estamos en un momento de dificultades.
Por eso los compromisos de gasto público hay que manejarlos con mucha delicadeza, apreciados compatriotas
Por eso nosotros tenemos que procurar mantener la confianza inversionista, que es lo que puede hacer la diferencia para que podamos enfrentar estas dificultades.
Solamente si las podemos superar, si mantenemos la confianza inversionista, podremos financiar las carreteras ahora comprometidas, y las administraciones del futuro podrán financiar las que siguen.
Solamente si podemos crear ese marco de prosperidad, a pesar de los nubarrones de la tempestad ya desatada en la economía mundial, podremos construir todas las metas de política social que nos hemos propuesto.
Gracias, Hernán querido.
Y miren cómo está todo de relacionado. Uno de los grandes tejidos democráticos de la nación es la caficultura del Huila. 70 – 90 mil hectáreas de café, ya 105 mil, un café con prima de calidad, un departamento con predominio de café a la sombra, donde sus habitantes suelen cuidar el suelo, le evitan la erosión, filtrando los rayos solares en el cultivo. De muchísimos propietarios. Una maraña democrática, un enjambre democrático, como es la propiedad de la caficultora colombiana, pero hay que renovarla.
El campesino que tiene una o dos plazas de café, si no se renuevan, ese campesino se arruina. Y el Gobierno tiene que invertir 90 mil millones de pesos por año para la renovación cafetera.
¿Qué tal que se nos acaben esos recursos? ¿Que se vuelva a caer el precio del café a los precios que ha tenido en los momentos de la mayor crisis? ¿Que no acompañe el precio internacional el ingreso del campesino colombiano y que el Gobierno tenga dificultades insuperables para financiar la renovación?
Es un momento en el que tenemos que pensar muy bien cómo mantenemos la confianza inversionista y cómo priorizamos el gasto público.
Permítanme decir lo siguiente: no se puede desaprovechar una sola inversión, que se quiera hacer en Colombia. A ratos pienso por qué las gobernaciones quieren comprar electrificadoras, si hay otros que las compren.
Todo el que quiera hacer una inversión en Colombia, hay que abrirle las puertas. La plata se va a poner muy escasa en el mundo. Nosotros no podemos rechazar la que quiere venir a Colombia.
Cómo les parece, el mundo hoy sediento de inversiones y ellas con ganas de llegar aquí, y de pronto nosotros rechazándolas. Sería un inmenso error.
Les he dicho a mis paisanos: está bien que le busquen a Antioquia, al departamento, unas rentas derivadas de la central hidroeléctrica de Pescadero- Ituango, pero de pronto no son capaces de financiarla. Necesitan un socio. Y entonces un día dice: Vale do Río Doce de Brasil quiere ser socio. ¿Por qué le van a negar la entrada?
Al otro día dice: Alcoa de Estados Unidos, como me lo dijeron esta semana, tenemos 6 mil millones de dólares para invertir en Colombia, en generadoras de energía y una planta de alúmina. ¿Cómo vamos a negar eso?
El mundo hoy compitiendo por unos dólares, que uno no sabe en que momento se vana a agotar, y nosotros de pronto sin ser conscientes de que les tenemos que dar todas las oportunidades de ingresar.
Yo siempre entendí que este departamento quería la hidroeléctrica del Quimbo. Fue uno de los mandados que hizo usted, doctor Ariel Rincón Machado, Secretario de Gobierno Departamental del Huila, en reuniones públicas, como todas las nuestras.
Y hablo de mandados, porque usted decía esta noche que tenía que hacer otros mandados, presentando otra listica de reivindicaciones del Huila, todas justas. Porque en este país de necesidades, uno cree que hace mucho, y a la hora de la verdad es muy poquito, frente a lo que la comunidad necesita. Ponerse uno a discutir la justeza de las aspiraciones de las regiones colombianas, es pecar por injusto. Todas estas aspiraciones son justas. En un país de tantas privaciones, de tanta pobreza, de tanto atraso, hay que irlas priorizando, porque han sido muy escasos los recursos.
Pues bien, logramos asignar el Quimbo. A mí me parecía difícil porque el Gobierno no veía por dónde iba a obtener los dineros para financiarlo. Y lo logramos asignar con un conjunto de proyectos que le van a dar al país 4 millones de kilovatios.
Eso es mucho. El país tiene hoy instalados 13,5 millones de kilovatios. Agregar 4 millones es un gran salto. Y una diferencia frente al pasado. Cuando se construyeron las hidroeléctricas del pasado, la deuda pública colombiana se subió enormemente. El sector eléctrico llegó a representar el 27 por ciento del endeudamiento público del país. Hoy representa el 3 por ciento.
¿Qué es lo nuevo? Que hemos logrado adjudicar estos proyectos sin tener que arriesgar los recursos del presupuesto, sin tener que arriesgar el crecimiento, el endeudamiento de la Nación.
Esa es una demostración de que hay confianza inversionista en Colombia. Que los incentivos tributarios que nos han aprobado ustedes en el Congreso, señor Presidente del Senado, doctor Hernán Andrade, son útiles. Que el sistema que hemos creado del cargo por capacidad convence a los inversionistas.
Qué bueno poder saber que hay un compromiso de inversión para construir el Quimbo.
Ahora: hay que buscar todas las contraprestaciones para el pueblo del Huila: ni hostilidad con el inversionista, ni descuido con la comunidad. Equilibrio. Los elogios en la vida son buenos cuando son equilibrados.
Se necesitan mutuamente. Mis compatriotas del Huila necesitan el inversionista, y el inversionista tiene que pensar que lo mejor es plantar una inversión en un medio amable, con una comunidad que se siente a gusto con ese inversionista.
Esta semana se me arrimó en Nueva York un señor y me dijo: ‘Yo soy del Grupo Emgesa, que vamos a construir el Quimbo’. Le dije: ‘Bienvenido, pero lo esperamos para una reunioncita con mis compatriotas del Huila, porque se tienen que poner de acuerdo allá, para que ese negocio marche equitativo’.
Doctora Alicia: háganos en la Presidencia una reunión con los congresistas del Huila, el Gobernador y el Ministro de Minas y los inversionistas del Quimbo, para decirles allí, en 10 minuticos: instalen en el Huila una mesa amable, razonable, y pónganse de acuerdo para que todos estén conformes.
Sé que es un problema inundar tierra de buena calidad. Una cosa es hacer Pescadero – Ituango, donde el agua del río Cauca solamente besará unas breñas estériles; otra cosa es inundar vegas, bancos aluviales de gran productividad agropecuaria, como parte de los terrenos que se inundarán por el Quimbo. Hay que buscar la reciprocidad.
Permítanme decir una cosa: creo que de pronto lo mejor puede ser comprometer a esos inversionistas a hacer otras inversiones productivas en el Huila, generadoras de empleo de alta calidad y de afiliación a la seguridad social.
Con franqueza, con paciencia, con espíritu de equidad, en una mesa de diálogo, aquí en el Huila, van a encontrar el acuerdo del equilibrio: bueno para el inversionista y bueno para esta noble tierra de la Patria. En los próximos días empezaremos la primera reunión en la Presidencia de la República.
El Ministro de Agricultura no había podido encontrar los recursos distintos a los de la Ley Agro Ingreso Seguro, para distritos de riego. La Ley Agro Ingreso Seguro asigna unos recursos para distritos de riego pequeños. Entonces Tesalia – Paicol allí no cabía.
Yo no sé cómo lo ha hecho el Presidente del Senado para encontrar por allá una plata, y venir hoy con el Ministro de Agricultura a decirle al pueblo del Huila que ya el Presupuesto Nacional dispone de 55 mil millones de pesos para el distrito Paicol – Tesalia. Y que a eso se le sumarán 30 mil millones, que se ha comprometido a financiar el Gobernador, el doctor Sánchez García.
El Huila cofinancia, el Huila maneja bien su platica, el Huila tiene gobernabilidad, institucionalidad. La platica que aquí se pone da sus resultados y encuentra buenas compañías para hacerlas rendir. Celebro eso y lo pongo como un ejemplo. Qué bueno que se llegue a tener rápidamente ese distrito.
Son muchas las aspiraciones de Neiva. Primero que todo, debemos concretar, apreciado Alcalde, las obras del acueducto. Yo no sé hasta dónde podamos avanzar, porque hoy no tenemos los recursos en la Circunvalar, pero ya está aprobado el macroproyecto de vivienda. Un macroproyecto de 5 mil viviendas sociales. Y ya quedan financiadas para se construidas este año las primeras 500.
Un macroproyecto es un proyecto grande, que tiene la disponibilidad de tierra y el programa de servicios públicos. Y entonces permite que los subsidios de cada año se vayan aplicando sin demora. Porque en muchas partes tenemos el problema de que asignamos los subsidios y se quedan sin salir del presupuesto, porque no hay los terrenos o faltan los servicios públicos.
El trabajo de la Patria es un trabajo de todas las horas, con amor, como usted lo hace, señor Presidente del Senado.
En este homenaje de sus coterráneos, del gran pueblo del Huila, del pueblo de José María Rojas Garrido, de la tierra del Presidente Misael Pastrana Borrero, de la tierra de Rodrigo Lara Bonilla, de la tierra de Rafael Azuero Manchola, de la tierra de esa generación de mayores, tan importante, encabezada aquí por el doctor Plazas Alcid, y desde Bogotá, esta noche, por el doctor Sergio Andrade. Esta tierra de La Vorágine, de José Eustasio Rivera, esta tierra del bambuco, esta tierra del sanjuanero, que asombra, esta tierra de encantos, no sirve para decir en el marco de este homenaje: compatriotas, nos puede faltar energías, nos puede faltar dinero, nos puede faltar tiempo, pero que no nos falte amor por Colombia y amor por el Huila.
A todos, muchas gracias”. |