Agosto 1

   
La Ruta Libertadora pasó por Belén, Cerinza y Santa Rosa

Bogotá, 1° ago (SP). Transcurridas dos horas de recorrido desde Tutazá, la caravana entró en Belén hacia las 10 y media de la mañana, acompañada de cerca de 700 jinetes adicionales reunidos por la alcaldía y campesinos de la región, con lo que el número de binomios (jinete y caballo) llegó a casi mil.

Fueron recibidos a lo largo de una calle de honor compuesta en especial por niños que agitaban banderas, tras los cuales había una multitud de aproximadamente cinco mil personas.

En los aplausos caminaba sin jinete y guiado por un carabinero Catalino, el caballo que perteneció al subintendente Yimmy Téllez, quien fue asesinado por el Eln en el trayecto entre el Tablón de Támara y Nunchía.

“Los sinónimos de Yimmy Téllez son místico, respetuoso, buen padre, buen hijo, buen hermano, y mi mejor amigo. Era un excelente policía y lo será por siempre. Después de ir a su entierro en Bogotá vine otra vez a seguir la ruta hasta llegar al puente de Boyacá por él”, dice el intendente Javier Valbuena, quien durante diez años fue el compañero inseparable del subintendente asesinado.

Catalino no es montado, pues aunque está en buenas condiciones todavía conserva esquirlas de la explosión y tiene pendiente una cirugía.

Cuna del niño héroe

Belén se enorgullece junto con Cerinza de ser la cuna de Pedro Pascasio Martínez, el niño de trece años que en la batalla de Boyacá hizo prisionero con su lanza al general Barreiro. El joven soldado rechazó las monedas de oro que el comandante de las tropas españolas le ofreció para que lo dejara huir y lo entregó al Libertador.

Su descendiente directo, también llamado Pedro Pascasio Martínez, narra emocionado ese momento. “Mientras él lo llevaba para entregarlo, el general le insistió varias veces para que le recibiera las monedas y lo dejara ir, y él respondía: ´no señor, siga o lo arreamos`. Bolívar estaba un poco molesto porque él se demoró en llevarle su caballo y cuando lo vio llegar con Barreiro le dio el gran ascenso de soldado a sargento diciéndole: “Muy bien mi sargento Martínez”, afirma.

El actual Pedro Pascasio, de unos 30 años, insiste en la importancia de este hecho como ejemplo de honestidad y patriotismo para su familia y para el país. También cuenta que su antepasado regresó a Belén, donde tuvo siete hijos y murió de edad avanzada en condiciones precarias esperando una recompensa de cien pesos de la época, que nunca recibió.

Luego de una breve ceremonia en honor de este héroe, la cabalgata recorrió un corto trayecto hasta Cerinza donde fue recibida con igual entusiasmo en la plaza principal, en un acto que contó con la presencia del Comandante del Ejército Nacional, general Óscar González, y en el que fueron condecorados tres militares heridos en combate.

Al terminar el evento, el parque principal de esta población se llenó de niños y adultos que buscaban tomarse fotografías con los caballos. En medio de ellos se encontraba Helen Noguera, suboficial del Ejército que vino desde Bogotá con sus tres hijos para encontrarse con su esposo, el sargento primero José de los Santos Daza, quien es uno de los jinetes que participa en la Ruta Libertadora.

Al lado de su pequeña hija María Paz, que está subida en el que por un momento se convirtió en el caballo familiar, Helen cuenta que a diario hablan por teléfono y él les narra detalles de cada jornada. “Es emocionante cuando llegan a cada pueblo y todo el mundo los recibe. Yo me siento orgullosa de que él esté en la Ruta Libertadora porque está haciendo patria”, dice.

Su esposo, entretanto, expresa lo que significa para él la caravana afirmando: “Esto debe quedar plasmado en algún libro o simplemente en nuestras memorias para que nuestros hijos les cuenten a sus hijos que, así como hace 190 años hubo personas, soldados, generales, coroneles, sargentos que hicieron historia y hasta dejaron sus vidas por la libertad, hoy también nosotros lo estamos haciendo”.

Pasado el almuerzo, los caballistas partieron a Santa Rosa de Viterbo, conocida en la Ruta Libertadora porque fue allí donde una mujer llamada Casilda Zafra obsequió a Bolívar su famoso caballo Palomo.

La cabalgata concluyó hacia las cuatro de la tarde en esta población de 11 mil habitantes que se volcaron a recibirla en la plaza principal para luego acompañarla hasta la Escuela de Suboficiales de la Policía Rafael Reyes, donde se celebraron varios actos culturales, en ceremonia encabezada por la Ministra de Cultura, Paula Marcela Moreno, y el Director de la Policía, general Óscar Naranjo.

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