En la decimocuarta jornada de la Ruta Libertadora, jinetes y caballos descansaron, antes de partir hacia el Pantano de Vargas. Entretanto, los sitios que faltan por recorrer se preparan para su llegada. Uno de ellos es la casona del antiguo mayorazgo de San Lorenzo, construida en el siglo XVIII y que hoy forma parte del Batallón de Caballería José Miguel Silva Plazas, cercano a Duitama.

En este lugar el Libertador permaneció los días previos y posteriores a la batalla del Pantano de Vargas, ultimando su estrategia contra las tropas de Barreiro.

La casona es blanca y está rodeada de largos balcones y pasillos con rejas de madera verde oscuro. En cada corredor se conservan originales y rÉplicas de las armas y elementos empleados por los patriotas.

“Bolívar llegó aquí el 20 de julio de 1819, ordenó construir balsas para cruzar el río Chicamocha, que era muy caudaloso, y en la madrugada del 25 de julio salió hacia el Pantano de Vargas”, dice Luis Penagos, quien desde hace cinco años recorre la casona vestido como el Libertador, atendiendo a los visitantes.

“Mi General” como lo llaman por su gran parecido con la imagen que aparece en los lienzos de Bolívar, luce con orgullo su traje, esgrimiendo con firmeza su espada cada vez que alguien se le acerca para tomarse una fotografía o preguntar por la historia del lugar.

“Estos últimos días han estado bastante agitados; he estado corriendo de un lado para el otro. Pero para mí es un orgullo representar al Libertador”, dice luego de enseñar el paredón donde fueron fusilados 42 realistas capturados en la batalla y en la cual aún se aprecian los agujeros de las balas. Tras del muro se encuentra un enorme establo donde fueron atendidos los soldados heridos.